Las cualidades del preciado renacimiento humano

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Antecedentes

El texto de Bodhipathapradipa se compuso originalmente en sánscrito. Fue traducido al tibetano con el título Jangchub lamkyi dronma, que en español es Lámpara en el camino a la iluminación. Comienza:

Me postro ante el joven bodisatva Manjushri.

El texto comienza con la postración de Atisha ante las Tres Joyas de Refugio. Se propone escribir un texto que actúe como lámpara para quienes siguen el camino de la iluminación y establece que el texto fue solicitado por el joven rey, Jangchub Wo.

Promesa de componer

(1) Habiéndome postrado muy respetuosamente ante todos los Triunfantes de los tres tiempos, ante su Dharma y ante la comunidad Sangha, encenderé una lámpara para el camino hacia la iluminación, después de haber sido instado por mi excelente discípulo, Jangchub Wo.

Como se indica en el siguiente verso, las enseñanzas del lam-rim son para personas de tres ámbitos o niveles de motivación diferentes: inicial o mínimo, intermedio y avanzado o supremo.

(2) Dado que (los practicantes) llegan a tener (niveles) pequeño, intermedio y supremo, son conocidos como los tres tipos de personas espirituales. Por lo tanto, escribiré acerca de estas divisiones específicas, aclarando sus características definitorias.

El siguiente verso resume las enseñanzas para alguien del nivel inicial o mínimo:

(3) Cualquiera que adquiera un interés entusiasta por (alcanzar) él o ella misma, por ciertos medios, meramente la felicidad del samsara incontrolablemente recurrente, es conocido como una persona del nivel espiritual mínimo.

Un preciado renacimiento humano

Primero, consideremos qué es el Dharma en realidad. El Dharma incluye enseñanzas espirituales con métodos para mejorar las vidas futuras.

Este verso (3) describe a alguien del nivel inicial como interesado en lograr un futuro renacimiento humano. En su vida actual, este aspirante puede ser próspero y rico, o estar en una muy buena posición, y podría estar luchando por renacer en un reino divino como un ser como Indra, el rey de los seres divinos. Una persona interesada en beneficiar sus vidas futuras cae dentro del nivel inicial. Sin embargo, si una persona desea renacer en una posición de riqueza y prosperidad, y pasa su vida actual dirigiendo negocios, agricultura o sastrería para acumular una gran cantidad de riqueza, no beneficiará las vidas futuras o renacimientos en lo más mínimo.

¿Qué producirá un renacimiento futuro favorable? Protegernos de cometer cualquiera de las diez acciones destructivas. Un renacimiento afortunado también requiere una estricta autodisciplina ética. Alguien que se adhiere a una ética estricta y abandona las diez acciones destructivas con la intención de renacer como un ser humano o divino, es conocido como una persona del nivel inicial, el nivel básico de motivación. Las enseñanzas relevantes en este nivel se conocen como “las enseñanzas del nivel inicial”.

Si no se mantiene una ética estricta con respecto al abandono de las diez acciones destructivas, y se pasa una vida tratando de acumular tanta riqueza material como sea posible mediante la trampa y el engaño, se está cometiendo un gran error. Hay muchas fallas en pasar esta vida ignorando las actividades que mejorarán los renacimientos futuros y evitarán los renacimientos en los reinos inferiores. Estar completamente absortos en tratar de hacer cosas para acumular riqueza es un uso sin sentido de una vida humana.

Muerte e impermanencia

Por ejemplo, consideren cómo se acumularon enormes riquezas y cantidades de posesiones, gemas preciosas y perlas al comienzo de este eón, cuando la gente vivía durante incontables años. Consideren cómo estos objetos no tenían ningún valor real. Hoy en día, esta falta de valor se evidencia en museos y antiguas fortalezas alrededor de todo el mundo occidental, donde se exhiben objetos preciosos de gran valor de hace cientos o incluso miles de años. ¿De qué sirven estos objetos ahora? Hoy son solo cosas en un museo. Si buscáramos a los dueños de estos grandes objetos, no se podría encontrar ni una sola persona con vida, no queda nadie. No hay una sola persona viva hoy que haya vivido en esos grandes castillos y palacios hace muchos siglos. No hay nadie todavía sentado, disfrutando de esos grandes palacios. Están todos muertos. No hay ni una sola persona muy, muy anciana sentada y viviendo en un palacio que haya estado allí desde la antigüedad. Todos los que nacen están destinados a morir. No hay nadie que se quede para siempre, evadiendo la muerte.

Esto es algo en lo que debemos pensar seriamente. Si reunimos objetos, al final lo único que puede pasar es que un día los objetos se vuelvan a separar. No hay nada que se pueda reunir que permanezca unido para siempre. Tomemos, por ejemplo, el grupo de personas que se reunió el otro día para recibir enseñanzas. Nos reunimos con un propósito y, después tomamos caminos separados. Hoy en día, hay un grupo diferente de personas, algunas del fin de semana, otras no, y nuevamente, al final de nuestra discusión, nos separaremos y seguiremos nuestros propios caminos. Lo más probable es que, después de 50 o 60 años, ninguno de nosotros siga vivo. Es útil considerar esto.

Si lo pensamos muy en serio, puede resultar muy beneficioso. Si no pensamos en este tipo de cosas, continuaremos acumulando muchas acciones negativas y, como resultado directo, fuerzas kármicas negativas. Somos impermanentes y no podemos permanecer vivos para siempre. Si pasamos nuestra vida involucrados en acciones destructivas, al final de nuestra vida, cuando estemos muriendo y pensando en todas las cosas negativas que hemos hecho, nos arrepentiremos mucho. Aunque estaremos en un estado muy miserable, no habrá nada que se pueda hacer, excepto morir.

Morir sin arrepentimientos

Si morimos después de haber cometido muchas acciones destructivas, estaremos en un estado de gran temor y sufrimiento y experimentaremos mucho arrepentimiento. El momento de la muerte será una experiencia horrible. Entonces, debemos considerar si realmente queremos morir en un estado de gran miedo. ¿Existe algún método para eliminar el miedo en el momento de la muerte? Sí lo hay.

El objetivo de pensar en esto es que nos motiva a prevenir un estado miserable de gran miedo en el momento de la muerte. Si no hubiera forma de eliminar el miedo y las cosas horribles que podrían suceder en el momento de la muerte, entonces sería mejor no pensar en ello. Sin embargo, dado que existe un método para eliminar el miedo que resulta de morir miserablemente, es muy útil considerar nuestra propia muerte. De hecho, esto puede motivarnos a evitar que nuestra muerte sea una experiencia espantosa y temible.

Si pasamos toda nuestra vida involucrados en actividades mundanas y cometemos una gran cantidad de acciones destructivas, nuestra vida habrá sido consumida por cosas negativas relacionadas únicamente con esta vida. En el momento de la muerte, será demasiado tarde para evitar el gran arrepentimiento y el miedo asociados con una terrible experiencia de muerte. Por otro lado, si llevamos una vida pura y ética en la que nos abstengamos de las diez acciones destructivas, la muerte será una experiencia placentera, como irnos de vacaciones a otro país, y moriremos con un estado de ánimo muy feliz. 

Necesitamos reflexionar sobre estas dos formas diferentes de morir y darnos cuenta de que el método para poder morir felizmente es seguir lo que se enseña en las enseñanzas del Dharma.

El gran Jetsun Milarepa escribió esta canción:

Fui a practicar el Dharma porque tenía mucho miedo a la muerte, pero ahora que me he entrenado por completo y he completado todas las prácticas del Dharma, puedo descansar con la mente tranquila.

Hay muchas personas en el Tíbet que han practicado el Dharma y, cuando envejecen, sienten que van a dejar atrás este viejo cuerpo, con el que ahora es muy difícil vivir, y que van a renacer con el hermoso y joven cuerpo de un ser celestial o un príncipe, o algo así. Son capaces de morir con mucha felicidad.

Respiros y enriquecimientos

Todos moriremos, pero la impermanencia de la muerte no permite certeza con respecto a cuándo ocurrirá realmente. No hay certeza sobre el momento real de nuestra muerte. Renacer con una base de trabajo tan excelente como este cuerpo humano es algo extremadamente difícil de conseguir. Esto se debe a que no hemos nacido simplemente como seres humanos, sino más bien como seres humanos con lo que se conoce como “respiros y riquezas” o, a veces, “libertades y dones”.

Los ocho respiros

Ahora, tenemos un cuerpo humano plenamente dotado de todas las características positivas que lo enriquecen y un respiro o libertad temporal de peores situaciones. Una forma de poner en práctica la comprensión de los respiros que se discuten aquí es sentirnos muy felices de habernos despertado por la mañana todavía vivos y no haber muerto durante la noche. Tenemos un respiro temporal de haber muerto mientras dormíamos. Si hubiéramos muerto, al haber acumulado previamente una gran cantidad de fuerza kármica negativa, no habría lugar para renacer, excepto en uno de los reinos inferiores. En cambio, nos hemos despertado por la mañana con este cuerpo. No nos hemos encontrado atrapados como seres en uno de los reinos del infierno. Incluso si el Dharma fuera enseñado en uno de los reinos del infierno sin alegría, no podríamos escuchar debido a la preocupación por el dolor y el sufrimiento que nos infligen el calor y el frío severos.

En segundo lugar, tampoco nos hemos encontrado como un espíritu hambriento, incapaz de obtener comida o bebida, existiendo en un estado de sufrimiento constante por hambre y sed. El tercer punto es que no nos hemos despertado para descubrir que somos animales. En cambio, tenemos una base de existencia que no es la de un animal. ¿Qué tipo de práctica del Dharma podríamos hacer si fuéramos, por ejemplo, un perro?

El cuarto y último punto es que también tenemos el respiro de no haber nacido como un ser divino en un reino celestial. Los seres divinos no están interesados en practicar ningún Dharma porque sus vidas son muy agradables y placenteras. Se vuelven perezosos y complacientes. Sin embargo, el momento de la muerte de los seres divinos es realmente horrible. Se dan cuenta de que van a morir y que es demasiado tarde para hacer algo positivo y sufren tremendamente por ello. Entonces, somos muy afortunados de tener el respiro de no haber nacido como un ser divino.

Por lo tanto, estamos temporalmente libres de estos cuatro estados no humanos indeseables: reino del infierno, espíritu hambriento, ser animal y ser divino. Tenemos una base humana que está libre de ser uno de estos cuatro estados no humanos. Al haber nacido con un cuerpo humano con estos cuatro respiros, deberíamos estar muy felices, meditar y regocijarnos por ese hecho.

En general, hay muchos más animales que seres humanos en este mundo. Podemos, por ejemplo, ver a todos los animales, a todas las criaturas de todo el mundo animal, incluidos los insectos, y pensar en lo afortunados que somos de haber nacido como seres humanos y no como uno de ellos. Deberíamos sentirnos muy felices por esto.

Además, no hemos nacido gravemente discapacitados, como los que tienen una discapacidad intelectual o física grave. Tenemos un respiro de eso. Tener una discapacidad grave es una situación extremadamente difícil, incluso si nacemos en una familia muy rica y próspera. Si nacemos sin ojos o sin las facultades de oír y hablar, ser de una familia adinerada no es de mucha ayuda, ya que no tendríamos la oportunidad de practicar plenamente el Dharma.

Incluso si no hemos nacido en una era oscura, como una persona salvaje, incivilizada, o con una discapacidad intelectual o física severa, es posible que, aunque nazcamos en una familia donde nuestros padres tienen una inclinación muy espiritual, como niños odiemos por completo todas las cosas espirituales, el Dharma y tengamos aversión por todo eso. Esto también sería muy difícil. No obstante, nos encontramos con que ahora mismo tenemos un respiro de todo eso. No hemos nacido como alguien que desprecia instintivamente la práctica del Dharma y todas las cosas espirituales.

En resumen, la base de trabajo de nuestro cuerpo humano actual es algo que tiene ocho estados de respiro, estados en los que no hay tiempo de ocio para poder practicar el Dharma. Hay cuatro estados no humanos, que implican nacer como uno de los cuatro tipos de seres no humanos, en los que no tendríamos tiempo de ocio para estudiar el Dharma. Del mismo modo, hay cuatro estados de renacer como ser humano en los que tampoco tendríamos tiempo de ocio para practicar el Dharma. Ejemplos de ello son renacer en una época oscura y así sucesivamente.

Los diez enriquecimientos

Las cinco circunstancias favorables que enriquecen a nuestra preciada vida humana es que tenemos un interés sincero en el Dharma. Si vemos a los cientos de millones de personas en esta parte del mundo, vemos que es muy raro que alguien se interese realmente en el Dharma. Vemos a muy pocas personas venir aquí para realmente estudiar el Dharma o buscar métodos para mejorar las vidas futuras. Alguien que realmente está trabajando en buscar métodos para mejorar su vida futura es un ser humano en el sentido más amplio de la palabra.

Otras personas a las que simplemente se les podría dar el nombre de “ser humano”, de hecho, están viviendo el tipo de vida que es similar a la de un animal. Están trabajando solo por esta vida para recolectar comida, bebida y refugio para ellos. De esta manera, no están haciendo un mejor uso de su vida que un animal. Aunque a uno se le puede dar el nombre de “ser humano”, solo cuando alguien está realmente trabajando por una vida futura se ha diferenciado de los animales y es realmente un ser humano en el sentido más amplio de la palabra. Un animal está bastante bien equipado para lograr propósitos solo para esta vida, mientras que un ser humano real puede verdaderamente trabajar para beneficiar sus vidas futuras.

Además de todo esto, hemos nacido en lo que se conoce como “un área central”, donde hemos podido entrar en contacto con las enseñanzas del Dharma. Además, tenemos todas nuestras facultades físicas y mentales. Tenemos sentidos completos, estamos en nuestro sano juicio y tenemos la fortuna de reunirnos con maestros que enseñan el Dharma. Tenemos las facultades mentales para poder entender lo que dicen. Asimismo, en general, las enseñanzas están floreciendo en este mundo y están disponibles para nosotros. Por último, tenemos fe e interés en preservar las enseñanzas. Estamos dotados con estos cinco enriquecimientos personales de las cosas que tenemos a nuestro favor.

El siguiente conjunto de enriquecimientos son los enriquecimientos sociales generales. Primero, nos hemos encontrado con un maestro que está enseñando el Dharma. Nos hemos encontrado con un maestro que es como un buda y nos hemos encontrado con gurús que pueden dar enseñanzas. El siguiente punto es que en realidad están dando enseñanzas. Además, las enseñanzas están presentes y perduran en el mundo en este momento. Asimismo, hay muchas personas de la Sangha, la comunidad espiritual, que están practicando y poniendo en práctica las enseñanzas en sus vidas. Por último, nos encontramos en un lugar donde la práctica espiritual o religiosa no está vetada, prohibida o ilegalizada. Estamos en un lugar donde se permite practicar lo que se quiera practicar.

Esto conforma cinco enriquecimientos sociales generales: primero, han venido los budas como, por ejemplo, Su Santidad el Dalái Lama quien, de hecho, es Avalokiteshvara. En segundo lugar, es posible conocerlo y recibir enseñanzas. En tercer lugar, las enseñanzas perduran y están disponibles. En cuarto lugar, está la comunidad monástica y la comunidad de seres realizados que realmente ponen en práctica las enseñanzas. En quinto lugar, la práctica espiritual o religiosa no está prohibida, sino que, por el contrario, existen muchas circunstancias favorables y propicias que pueden ayudar a nuestra práctica. Hay patrocinadores que están dispuestos a apoyar la práctica del Dharma y cosas como esta, para que todas las condiciones favorables puedan reunirse.

Estos son los cinco enriquecimientos basados en la sociedad, y el conjunto anterior de cinco es el conjunto de enriquecimientos que tenemos nosotros mismos. Eso suma diez enriquecimientos. Asimismo, existen los ocho respiros o libertades temporales de los estados de no ocio. Esto hace que tengamos dieciocho factores. Tenemos estos diez enriquecimientos y ocho respiros. Somos afortunados de tener una base humana tan perfecta.

Un renacimiento humano perfecto es una base de trabajo en la que no hemos renacido en uno de los reinos inferiores o estados desafortunados. Sobre esta base, podemos evitar por completo tener que renacer en la situación conocida como “samsara” o “existencia incontrolablemente recurrente”. Del mismo modo, podemos alcanzar la iluminación completa de la budeidad sobre esta base humana, como lo hizo el gran Jetsun Milarepa. Alcanzó la budeidad con el mismo tipo de base de trabajo humana que tenemos todos.

Por tanto, podemos meditar con gran alegría en el hecho de que hemos nacido con toda esta buena fortuna, estos enriquecimientos y respiros. Piensen en los ocho respiros y diez enriquecimientos, en cómo los tenemos todos, y sientan una gran felicidad por ese hecho. Regocíjense en todo esto. Es algo que es tema de meditación y todos necesitamos meditar en ello.

Además, debemos pensar que, al haber alcanzado tan preciado renacimiento humano, no debemos desperdiciarlo, porque es extremadamente difícil de obtener. Ha sido difícil lograrlo ahora y será extremadamente difícil lograr otro en el futuro. Por lo tanto, debemos hacer el mejor uso posible de esta preciosa base humana. Simplemente vamos a envejecer cada vez más y, en algún momento, vamos a morir. No queremos morir en un estado horrible, en un estado de gran miedo y gran arrepentimiento.

Lo que queremos hacer es intentar aprovechar al máximo este renacimiento humano que tenemos. Con él podemos lograr cualquiera de estos tres objetivos, estos grandes propósitos que acabamos de mencionar. Tenemos que pensar: “Trataré de lograr al menos uno de estos objetivos con este preciado renacimiento humano que tengo ahora”. Dejemos que este sea el tema de su meditación.

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