La meditación de la bodichita en once pasos

Repaso

En nuestra discusión del Entrenamiento mental en siete puntos, hemos abordado el primero de estos puntos, el entrenamiento en los preliminares, el cual nos prepara para seguir el entrenamiento Mahayana, y el segundo punto, el verdadero entrenamiento en la bodichita. Hemos abordado el entrenamiento en la bodichita más profunda – el entendimiento de la vacuidad – e iniciamos la discusión sobre la bodichita relativa. Hemos visto, de muchas formas, cuán importante es el entendimiento de la vacuidad – al menos cierto nivel de él – no solo para el tonglen sino también para los pasos que lo preceden.   

Al desarrollar la bodichita, estamos tratando de desarrollar nuestra mente y nuestro corazón para desear sinceramente beneficiar a todos, y para asumir la responsabilidad de hacerlo, anhelando la iluminación para hacer eso tan plenamente como sea posible. Para hacer esto exitosamente, necesitamos la convicción de que es posible alcanzar la iluminación y cierto entendimiento, sobre la base de la razón de por qué es posible y por qué es posible relacionarnos con todos y lidiar con todos. Vimos que el entendimiento de la vacuidad nos ayuda mucho con eso. 

Dos tipos de amor y compasión

Su Santidad el Dalái Lama explica que hay dos tipos diferentes de amor y compasión. Están el amor y la compasión que están basados en el no darse cuenta de la realidad y, debido a ese no darse cuenta, se basan también en otros tipos de emociones perturbadoras, tal como el apego. Estos podrían, en muchos casos, automáticamente surgir basados en el apego previo y demás. Este es un tipo emocional de amor y compasión que es muy perturbador. No es estable, ni confiable, porque hay mucho apego involucrado. Parte de ello es ser dramáticos. Como un pavorreal que despliega las plumas de su cola, para presumir, presentamos este alarde emocional de: “¡Oh, te amo!”. 

Estoy seguro de que muchos de nosotros hemos experimentado esto, que cuando estamos enamorados de alguien, nos sentimos obligados a expresar nuestro amor y a decirles repetidamente: “Te amo”. Realmente es muy interesante si empezamos a analizarlo. ¿Por qué tenemos que expresar nuestro amor en palabras? ¿Por qué tenemos que decírselo a la otra persona? Por supuesto, algunas veces es benéfico decírselo a la otra persona si es insegura y necesita confirmación, o si tiene baja autoestima. Pero a menudo lo hacemos de forma compulsiva, no debido a una necesidad de la otra persona, sino por una necesidad dentro de nosotros mismos. Es casi como si decirlo hiciera que nuestro amor fuera más real. 

Estoy seguro de que la mayoría de nosotros podemos reconocer eso. La vacuidad nos ayuda, por supuesto, a entender que decirlo ciertamente no lo hace más real. No solamente decirlo no hace que el amor sea más real, sino que tampoco hace que nosotros seamos más reales. Como la afirmación de Descartes: “Pienso, luego existo”, es casi como si dijéramos: “Amo, luego existo”. Pensamos que, al decirlo, eso de alguna manera reafirma nuestra existencia verdadera y entonces, si amamos a alguien, somos reales. Esto se vuelve realmente exagerado cuando empezamos a analizarlo, porque si no estamos en una relación de pareja con alguien, entonces sentimos que realmente no existimos. Solo podemos sentirnos realizados, en términos de ser un ser existente, si amamos a alguien y, por supuesto, si alguien también nos ama a nosotros y lo expresa. Es muy sutil. Es muy útil empezar a darnos cuenta de eso.  

Algunas veces me gusta inventar un nuevo koan zen y, por supuesto, tenemos el koan zen en Occidente: “Pienso, luego existo”. Otro koan zen, un koan zen sobre la vacuidad, sería: “Pienso, luego no existo”. De igual manera: “Amo, luego no existo”. Este es el mismo principio que si estuviéramos encerrados en plástico sólido, no podríamos movernos. Si hubiera paredes alrededor de nosotros, no caminaríamos a través de ellas, pero, dado que no hay paredes, podemos caminar libremente. Es exactamente lo mismo en términos de “Amo, luego no existo”. “Pienso, luego no existo”. 

Si tratamos de desarrollar el amor y la compasión de una forma estable basados en el no darse cuenta de la realidad, no va a funcionar. Obtendremos un poco de algo, pero realmente no será estable si se basa en “te amo, por lo tanto, existo”. “Te ayudaré para establecer y probar mi propia existencia, mi valía personal”. “Te ayudaré para probar que soy una persona que vale la pena”. Eso es Sautrántika, en donde lo que establece que algo es verdaderamente existente es que funciona. 

Su Santidad explica que este tipo de amor y compasión es inestable. Esto es porque están conectados con las ocho cosas transitorias en la vida, los ocho dharmas mundanos. Cuando alguien realmente es ayudado por nosotros, nos emocionamos mucho y nos sentimos maravillosamente, y si no los ayudamos o no nos dicen “gracias”, o critican lo que estamos tratando de hacer, entonces nos deprimimos completamente. Nuestras emociones tienen altibajos y también nuestro samsara tiene altibajos. Esto es especialmente cierto si nuestro aferramiento a un “yo” sólido es reforzado por una cultura que enfatiza la culpa; por ejemplo, si tratamos de ayudar a alguien y no funciona, o las cosas aún van mal con esa persona, nos sentimos culpables, lo cual, de nuevo, es un viaje egocéntrico muy pesado. 

En esta limpieza de nuestras actitudes, una de las razones por la que esta enseñanza sobre la bodichita más profunda aparece tan pronto en el texto, es para desarrollar nuestro corazón emocionalmente. Para hacerlo de una forma estable, necesitamos limpiar nuestras actitudes y deshacernos de las creencias inconscientes tales como “Amo, luego existo”, y “Ayudo, luego existo”. 

Su Santidad siempre enfatiza que el segundo tipo de amor y compasión, el cual está basado en la razón, es mucho más estable. Cuando entendemos, a través de la razón, que nadie es especial, especialmente nosotros mismos – que todos somos iguales en el sentido de que todos quieren ser felices y no sufrir, y que el ego y la gratificación egoica están basados totalmente en el no darse cuenta total y la proyección, los cuales no corresponden con nada real – cuando nuestro amor y compasión están basados en este tipo de entendimiento, entonces se desarrolla y crece de manera muy estable. No deberíamos tener el prejuicio de pensar que el amor y la compasión basados en la razón son solo áridos e intelectuales, que realmente no sentimos nada o que no sentimos ninguna emoción. Esa es una preconcepción falsa.  

Me parece que podemos obtener un atisbo de la diferencia, aunque es posible que no sea exactamente lo mismo, con una analogía. La diferencia entre cuando nos enamoramos de alguien y nos sentimos muy atraídos sexualmente, y cuando nos volvemos una pareja o un matrimonio y ese amor se desvanece. Este tipo de amor del enamoramiento es muy emocionante, pero no es muy estable y, con el tiempo, dado que generalmente se basa en no aceptar la realidad de la otra persona – que no es el ser más hermoso y fantástico del universo, el Príncipe Azul o la Princesa Encantada, sino que descubrimos que ronca o lo que sea – somos golpeados por la realidad tanto de las cualidades positivas como negativas de la persona. Luego, tras ese periodo inicial, lo que en Occidente llamamos “romance” – es interesante, no hay absolutamente ninguna palabra para ello en tibetano – desaparece; entonces, si las personas son maduras – no siempre sucede – hay un amor mucho, mucho más estable y duradero, basado en entender la realidad de la otra persona: sus defectos, nuestros defectos y demás. Es emocional, pero es un tipo diferente de emoción; es un tipo estable de emoción. Y, aunque no es tan emocionante, es mucho más satisfactorio.  

Cuando tenemos esta fantasía del Príncipe o la Princesa Encantadores que proyectamos sobre la otra persona, aunque puede ser emocionante y hacernos sentir bien, también necesitamos reconocer que es un estado mental muy perturbador que también nos puede causar un dolor terrible. Nadie puede lastimarnos más y causarnos más daño cuando alguien de quien estamos enamorados, por ejemplo, nos ignora, hace algo que no nos gusta, nos critica y demás. Nuestra mente se distrae; realmente no podemos concentrarnos ni hacer otras cosas, porque siempre estamos pensando en la otra persona. Aunque pensamos y etiquetamos esto como “felicidad verdadera, estoy enamorado o enamorada”, necesitamos ser un poco más objetivos al respecto. 

Si analizamos este estado, lo que descubrimos es que la razón por la que nos sentimos tan mal cuando esta persona nos ignora, no nos llama o no nos da un beso en la mañana cuando nos despertamos, es porque somos inseguros. De nuevo, este es un muy fuerte ejemplo de “amo, luego existo”, “me amas y me demuestras tu amor, luego existo”. Este es el extremo del eternalismo.

El otro extremo, el extremo nihilista es que, si tú no me demuestras que “te amo” y si no estoy enamorado, no existo en absoluto. Eso realmente nos vuelve locos, nos molesta este extremo nihilista de no existir en absoluto. Es muy importante analizar este estado mental de estar enamorados por el que nos sentimos tan atraídos y que invertimos mucho esfuerzo tratando de encontrar. Es como cuando las personas que atraviesan la crisis de la mediana edad sienten: “Si no lo hago de nuevo, será mi última vez”, que es otra manifestación de inseguridad y de “amo, luego existo”. Aquellos entre nosotros que somos mayores reconocemos eso, estoy seguro. Sentimos que ya nadie nos amará porque estaremos gordos, viejos y feos. 

Sin embargo, si nuestro amor es más estable, no por la gratificación de nuestro ego, y se basa en entender la realidad, entonces nuestra mente no está perturbada; podemos sentirnos más seguros y eso nos da una base para ser más productivos, más creativos, realmente hacer cosas constructivas en la vida. De lo contrario, estamos tan distraídos que no podemos hacer nada. 

Los puntos principales en la práctica de meditación de la bodichita en once pasos 

Valorar a los demás

Aunque me he adelantado un poco hasta aquí, lo que estoy discutiendo son algunos de los últimos puntos de la meditación de la bodichita en once pasos – las desventajas del egocentrismo y las ventajas de valorar a los demás. “Valorar a los demás” significa tener este tipo de amor por los demás que está basado en la razón, no en la gratificación del ego. “Valorar” significa sentirse muy cerca de alguien, considerarlo sumamente preciado y por ello realmente querer beneficiarlo y ayudarlo. Este ser que valoramos y queremos ayudar podríamos ser solo nosotros mismos, o podrían ser otros. Esta es la connotación de la palabra “valorar”.   

Tener esta valoración de los demás basada en amor y compasión estables, y basada en la razón y demás, significa que los beneficios son mayores, no solo para la otra persona, porque no los asustamos ni los abrumamos ni les hacemos exigencias, pidiéndoles algo a cambio, sino también para nosotros. El beneficio de tal tipo maduro de amor y compasión, valorando al otro, es que simplemente los amamos por su realidad, sin proyecciones. Somos mucho más estables, no nos sentimos perturbados por la relación, somos capaces de ayudar a muchos otros y demás, y no solo estamos tan enfocados en una persona que, cuando la persona no nos agradece, nos deprimimos por completo. 

Cuando tratamos de ayudar a los demás – introduje esta imagen ayer – no seamos como esta araña madre enorme, horrible y de aspecto aterrador, “¡Raargh! ¡Te voy a ayudar! ¡Ámame!”, este tipo de cosas. Es muy útil traer a nuestra mente esa imagen cuando nos damos cuenta de que estamos empezando a actuar así, y entonces actuar de una forma diferente. Shantideva da una muy hermosa imagen para esto en Involucrarse en el comportamiento del bodisatva, Bodhicaryavatara. Él dice: “Al ayudar a otros, sé como una abeja”. Una abeja vuela a las hermosas flores todo el tiempo y tiene una relación amorosa muy cercana con cada una de las flores, pero no se apega. Luego continúa con la siguiente flor hermosa. Esta es una imagen muy útil. 

Regresemos un poco a la meditación en once pasos, uno por uno. No quiero entrar en detalle en esto, en tanto los pueden estudiar en otro lado. Sin embargo, lo que quería enfatizar es cómo lo desarrollamos de una forma estable, no sobre la base de una emoción perturbadora, tal como un tipo de amor y compasión gratificadores del ego. Ese no es el camino del bodisatva.  

(1) Ecuanimidad

Empezamos con la ecuanimidad con la que no somos atraídos ni repelidos ni indiferentes hacia nadie, hacia ningún ser sensible. Un ser sensible es un ser que experimenta las consecuencias de sus acciones compulsivas, y eso significa todos, incluyendo a todos los insectos. Las acciones compulsivas son aquellas que se basan en los impulsos irresistibles impulsados por las emociones y actitudes perturbadoras. Son lo que construye potenciales y tendencias kármicas, y los seres sensibles son aquellos que cometen tales acciones y experimentan sus resultados kármicos. 

En lugar de “ser sensible” yo prefiero el término “ser limitado” porque un buda no es un ser sensible. Un ser limitado es alguien con una mente limitada y un cuerpo limitado, pero no en el sentido de estar discapacitado o postrado con alguna enfermedad. Los seres sensibles están limitados en lo que pueden entender – no son omniscientes – y limitados en lo que pueden hacer – no se pueden multiplicar en millones de formas, por ejemplo. Están limitados por su propia experiencia de las consecuencias kármicas, sus propias emociones perturbadoras y demás. Eso es un ser sensible.  

Como seres limitados que están bajo la influencia de los impulsos kármicos y las emociones perturbadoras, algunas veces son amigables con nosotros, otras veces son antipáticos o indiferentes hacia nosotros, pero esto siempre está cambiando. Esto nos ayuda a desarrollar ecuanimidad hacia ellos porque su relación con nosotros siempre está cambiando. También vimos la importancia del entendimiento de la vacuidad para limpiar nuestra atracción, repulsión e indiferencia hacia cualquiera. Con esas emociones perturbadoras refrenadas, ahora estamos abiertos a todos. Esto nivela el terreno de tal forma que podamos construir sobre él emociones positivas hacia todos por igual. 

No deberíamos de trivializar este paso en absoluto. Es increíblemente difícil de alcanzar porque, obviamente, tenemos atracción basada en el deseo y el apego, y tenemos repulsión basada en el enojo, y tenemos indiferencia basada en la ingenuidad. Aún no somos arhats; no nos hemos liberado de todo eso. Para ser capaces de tener esta ecuanimidad perfectamente, tenemos que ser seres liberados, arhats. Pero lo que podemos hacer ahora a nuestro nivel es no llevar a la acción estas emociones perturbadoras, no ser impulsados incontrolablemente por ellas, de tal forma que no estemos predispuestos hacia uno u otro ser. Este primer paso de la meditación de la bodichita ya es extremadamente avanzado. 

La forma estándar de desarrollar este tipo de ecuanimidad es pensar en las vidas pasadas, que la posición de todos ha cambiado. Dado que hay un tiempo sin principio infinito, entonces todos algunas veces han sido nuestro amigo, nuestro enemigo y un extraño. Contemplamos que cada amigo que hemos tenido alguna vez empezó como un extraño y así, de esta manera, obtenemos ecuanimidad. 

Hay, por supuesto, muchas formas en el Dharma para lidiar con estas tres emociones perturbadoras venenosas. Encontraremos una aquí en la práctica del tonglen, en donde tomamos estas tres emociones de todos los demás y les damos los antídotos para ellas. Pienso que es más apropiado que tratemos de aplicar cada método del Dharma que conozcamos para lidiar con este asunto de la ecuanimidad, y no solo seguir la meditación estándar. Por supuesto, podemos practicar la meditación estándar, pero es mucho mejor, mucho más efectivo, tratar de aplicar tantos oponentes diferentes como podamos para lidiar con este tipo de temas, ya sea mirar la fealdad de lo que está dentro del cuerpo de alguien que nos parece atractivo o ver el tipo subyacente de conciencia profunda con la que reconocemos que nos sentimos muy atraídos por alguien, y es solo la conciencia de la individualidad que especifica a una persona. Es como si tuviéramos VIH, no solo tomamos un medicamento, realmente necesitamos una combinación, un cóctel de muchos medicamentos. Todo lo que podamos aprender del Dharma, necesitamos aplicarlo en cada situación difícil y paso de desarrollo. 

Sin embargo, a un nivel práctico, ¿a quién podemos realmente tratar de ayudar, especialmente cuando ahora estamos limitados? No tenemos la capacidad de ayudar a todos simultáneamente. Por supuesto, escogeríamos a aquellos con los que sentimos cierta conexión y quienes sienten cierta conexión hacia nosotros, de tal forma que estén abiertos y receptivos a nosotros. Quiero decir, cierto, ahí es donde empezamos porque ahí es donde podemos ser más eficientes. Sin embargo, tenemos que vigilar no estar apegados a ellos y no ser indiferentes hacia los demás. Necesitamos vigilar los peligros de las emociones perturbadoras. 

Es verdad que cuando hay alguien que es realmente agresivo y hostil hacia nosotros, es muy difícil para ellos estar abiertos a cualquier cosa que intentemos hacer para ayudarlos. En tales casos, podemos tener deseos: “Espero poder ser capaz de ayudarte en el futuro; no estoy repelido por ti, pero mi tiempo y mi capacidad son limitados”. Podemos practicar el tonglen enfocados en tomar su actitud de cerrazón mental agresiva hacia nosotros.  

Necesitamos estar siempre abiertos a más y más y más personas, como estar abiertos a que más personas se unan a nuestra clase. Sin importar qué tan viejos seamos, sin importar cuán involucrados estemos en nuestra familia y demás, es muy importante tener nuestro corazón abierto a nuevas personas que llegan a nuestra vida, pero no sobre la base de ignorar a aquellos que son cercanos a nosotros. Asimismo, tenemos que ser prácticos en términos de la cantidad de tiempo que tenemos, la cantidad de cosas que podemos hacer. Incluso si la otra persona o las nuevas personas nos hacen demandas tremendas que son imposibles de cumplir, aun así, si estamos libres de estas emociones perturbadoras – o al menos no compulsivamente bajo su influencia – podemos establecer límites con la otra persona de tal forma que no se sientan rechazados por nosotros. Esa es la única forma de poner límites. Darles un poco de nuestro tiempo, pero dejarles claro que no podemos darles todo lo que quieran.  

Además, cuando estamos del otro lado de este tipo de relación, también tenemos que trabajar realmente muy duro para aceptar las limitaciones que la otra persona tiene, en términos de su tiempo, su disponibilidad, su madurez emocional, y no hacer demandas más allá de lo que es realista. Eso también requiere una cantidad enorme de madurez emocional. Es necesario no solamente cuando estamos en el extremo receptor de la ayuda de alguien, sino también en términos de cómo responde esa persona a nosotros. No esperemos nada a cambio; eso dice en el entrenamiento. 

Una imagen que quizás sea útil en términos de ayudar a aquellos que nos rodean y que son receptivos, aunque tenemos el deseo de ser capaces de ayudar a todos y tener ecuanimidad, es la imagen de colocar un comedero para pájaros en el jardín. Bueno, sería muy agradable ser capaces de alimentar a todos los pájaros en este planeta, pero no tenemos esa capacidad ahora. Entonces, ponemos lo que podamos para los pájaros que están cerca de nosotros, pero no importa cuáles pájaros vengan. No es solo para nuestros pájaros favoritos, está abierto para cualquier pájaro que venga. Esa es una muy linda imagen. No esperamos nada a cambio por parte de los pájaros. Quiero decir, a menos que, por supuesto, estemos apegados a verlos alrededor para poder espiarlos y observarlos. Estoy hablando de hacer esto con una motivación pura de dar. 

Pienso que un muy buen ejemplo es el ejemplo del Buda. No todos fueron abiertos y receptivos al Buda cuando él estaba en la tierra. Asimismo, los budas no aparecen todo el tiempo; solamente aparecen cuando los seres son abiertos y receptivos. No es que no quieran ayudar a los seres durante las llamadas “eras oscuras” cuando nadie es abierto o receptivo, es solo que, en muchos sentidos, es una pérdida de tiempo venir si nadie quiere su ayuda. Ese es un buen ejemplo. Una línea que siempre me recuerdo a mí mismo y que es muy útil es: “No a todos les agradaba el Buda, así que ¿qué puedo esperar de mí?”. Es muy útil cuando no le agradamos a alguien, cuando nos rechaza o nos critica o lo que sea; por favor, traten de recordar eso. 

(2) Distinguir a todos como que han sido nuestra madre 

Basados en la ecuanimidad, luego hablamos acerca de distinguir a todos como que han sido nuestra madre. Atisha señaló que este es uno de los puntos que es más difícil de sentir sinceramente con absolutamente todos. No debe trivializarse de ninguna manera. Se basa en la creencia confiada en las vidas sin principio y solo puede dirigirse hacia todos sobre la base de la ecuanimidad – no ser atraídos por algunos, repelidos por otros o indiferentes hacia otros.  

Para este punto de que todos han sido nuestra madre vimos que, si podemos probar con la razón que es imposible que alguien no haya sido nuestra madre, eso nos una razón un poco más estable para tratar de desarrollar esta actitud. De lo contrario, solo se basa en una ficción. Si se basa en una ficción, ¿cómo podemos realmente ser sinceros al respecto? Recuerden la línea: “Si un ser ha sido mi madre en esta vida, y todos son iguales, entonces todos han sido mi madre, porque si uno nunca fue mi madre, dado que todos son iguales, nadie fue nunca mi madre y, por lo tanto, no tuve una madre en esta vida”. No he visto esta línea de razonamiento en los textos budistas, pero lo solucionamos. Parece tener sentido. 

Con esta convicción, podemos distinguir a todos como que han sido nuestra madre. ¿Qué significa “distinguir”? Es uno de los cinco agregados; significa especificar un rasgo característico convencional de algo. Uno de los rasgos característicos convencionales de todos – no que haya un gancho de su lado – es que han sido nuestra madre en un momento u otro. Cuando nos encontramos con ellos, esta es la característica distintiva en la que queremos enfocarnos. 

(3) Recordar la amabilidad del amor maternal 

El tercer paso es que recordamos la amabilidad del amor maternal: cuánto nos ha ayudado nuestra madre. Incluso si nuestra madre en esta vida está muy perturbada, bueno, en una vida previa puede haber sido también nuestra madre y no estar tan perturbada. Asimismo, no nos abortó – eso es algo que al menos hizo que fue amable con nosotros. 

Si nos hemos acercado a esta meditación de la bodichita sin tener este tipo de identificación egocéntrica con el “yo” y con esta vida en particular, y con esta madre en particular que tenemos ahora, entonces pienso que no tenemos mucho problema con meditar sobre la amabilidad del amor maternal. Eso es porque no solo ubicamos el amor maternal en términos de: “Bueno, ¿qué me dio mi madre cuando era un niño? Fue una madre horrible”. 

Muchas personas tienen problemas con este punto, y en algunos textos se encuentra que también podemos pensar en la amabilidad de nuestro padre, nuestra mejor amiga o amigo, etc. Sin embargo, pienso que, si tenemos problemas con nuestra madre, esta madre especifica de esta vida, entonces necesitamos trabajar en ello. ¿Cómo vamos a ayudar a todos, a todas nuestras madres, si no podemos lidiar con esta madre? Eso no significa que nuestra madre en esta vida sea receptiva a nosotros ni abierta ni que sea un caso fácil, pero al menos podemos tratar de tener una actitud de ecuanimidad hacia ella sin resentimiento y sin repulsión. 

Los textos budistas clásicos no hablan de situaciones en las que tengamos dificultades con nuestra madre en esta vida. Estaba presente con Su Santidad cuando esto se abordó y él estaba bastante sorprendido de que la gente tuviera dificultades con su madre o que las madres algunas veces abusaran de sus hijos o los abandonaran. En las familias asiáticas tradicionales, quizás se tenían algunas dificultades con el padre, pero en la familia asiática tradicional, la estabilidad de una madre es amor y calidez y aceptación. Quizás si hay abuso, nadie habla acerca de ello. No lo sé.  

Si tenemos uno de estos tipos de madre que es sobreprotectora y se está preocupando por nosotros constantemente y realmente es muy pesada con eso, necesitamos tratar de aplicar algunos de los métodos del Dharma. Uno que he encontrado más efectivo con ello es tratar de deconstruir lo que está detrás de la conducta de la madre. Subyacente a ello está la conciencia de la individualidad que se enfoca en nosotros, realmente preocupada por nosotros y por nuestro bienestar. Ahora, por supuesto, además de eso, hay una enorme inseguridad y aferramiento al ego y todo eso, pero tratemos de ver el componente positivo de la emoción que la madre está sintiendo y reconozcámoslo. Eso no es algo que queramos rechazar. Ella no es indiferente; no es que no le importemos en absoluto. 

Lo que se agrega aquí en los once pasos es que los demás han sido amables con nosotros, no solo cuando fueron nuestra madre; también han sido amables con nosotros cuando no fueron nuestra madre. Para ello, vemos cómo todo lo que tenemos en la vida depende del trabajo de los demás: la comida, los caminos que llevan esa comida, los animales que proveen nuestra leche, etc. Nuestra vida es sostenida por un entramado increíble de esfuerzo y trabajo de muchas otras personas, así que realmente ampliamos nuestro alcance absolutamente a todos. Una forma de trabajar con esto es ver cada objeto en nuestra casa, en nuestra habitación, y pensar: “¿De dónde vino esto?”. 

Ya sea que los demás hayan tenido o no la intención de ser amables con nosotros o ayudarnos, eso no importa. Si no fuera por lo que hicieron, no podríamos sobrevivir, no podríamos vivir. Esto abre nuestra mente y corazón aún más a la bondad de los demás y a nuestra interdependencia con todos ellos. 

(4) Desear retribuir esta amabilidad

Al recordar el amor maternal y la amabilidad que hemos recibido de todos, incluso cuando no han sido nuestra madre, desarrollamos un sentimiento de gratitud y, basados en ese sentimiento de gratitud y conexión con todos, deseamos retribuir ese amor maternal. Este es el cuarto paso de la meditación en once partes. 

Ahora, es muy obvio que necesitamos cierto claro entendimiento de la vacuidad aquí. De lo contrario, es muy fácil traducir este paso en culpa: “Todos han sido muy amables con nosotros y yo he sido una persona terrible; no he hecho nada para ayudarlos. Soy culpable, no soy bueno, así que mejor hago algo”. Esto es actuar desde la culpa, aferrarse a esta fuerte identidad de “he sido un hijo o hija terrible”. Tenemos que despejar absolutamente esto, ya que este paso no puede basarse en la culpa en absoluto. Esto es realmente esencial. 

Realmente es muy interesante cuando se describe este paso en las enseñanzas. Lo único que se dice es que naturalmente surgirá. Pienso que eso es porque, aunque los textos no lo mencionan de forma explícita, se basa en tener aprecio y gratitud por toda la bondad que hemos recibido. Cuando pensamos en cuánta amabilidad hemos recibido, entonces, al sentir gratitud, naturalmente desearíamos ser amables a cambio. 

Si tenemos un bloqueo emocional ante este paso, necesitamos revisar la fuente de este bloqueo. Pienso que uno de los aspectos del problema o del bloqueo es la culpa y, aunque reconozcamos la amabilidad que hemos recibido, sentimos que no la merecemos. Pero, si hemos desarrollado estos primeros pasos de una forma estable no egoica, con la que no nos sentimos inseguros, y si ya estamos en cierto nivel de madurez emocional, pienso que este bloqueo no surgirá. 

Es muy interesante cuando vemos a los niños pequeños. A menudo, quieren ayudar en la casa y a muchos niños pequeños les gusta cuidar a una muñeca. ¿De dónde viene eso? Eso es algo natural, pero constantemente se desalienta: “¡La vas a romper!” o “Yo lo hago por ti” – este tipo de padres controladores que no dejan que los niños hagan nada – eso refuerza la baja autoestima, que luego se puede convertir en un gran bloqueo para este paso. Después sentiríamos: “No puedo hacer nada para retribuir esta bondad; no soy bueno. Nada de lo que haga será suficiente” y demás. Pienso que tenemos que lidiar con ello antes de llegar a este paso de querer retribuir la bondad que hemos recibido. 

No es solo una idea mía. De hecho, a menudo psicólogos y psiquiatras recomiendan que una de las mejores formas de ayudar a alguien que tiene baja autoestima es dejarlo ser generosos haciendo algo por nosotros. A menudo tal es el caso de adolescentes muy difíciles. Dejémoslos hacer algo por nosotros, sin importar qué tan mal lo hagan, eso realmente no importa. Si realmente pueden dar, de una forma u otra, eso les ayuda a construir su autoestima e, inconscientemente, los ayuda a retribuir algo de la bondad que han recibido sin este sentimiento de: “Nunca puedo hacer nada lo suficientemente bueno”. Si realmente podemos dar y retribuir, entonces se tiene la sensación de “soy valioso, puedo hacer algo” – aunque sea algo basado en el ego –. 

Es muy importante dejar que otras personas nos ayuden, porque con frecuencia tenemos esta mentalidad controladora de: “No toques mi computadora personal, la vas a romper”. No dejamos que las personas hagan cosas por nosotros cuando se ofrecen. Eso realmente es muy poco amable hacia la otra persona, ya no digamos el consejo estándar del Dharma de dejarlos construir el mérito, la fuerza positiva de ser generosos. Solo a un nivel psicológico, es muy importante ayudar a la otra persona dejándola ayudarnos. 

Es muy interesante, si analizamos y pensamos estas cosas; nos damos cuenta de que quizás una de las razones de por qué este deseo de retribuir la bondad surge naturalmente en las familias indias o tibetanas, o en familias asiáticas en general – y probablemente fue el caso en la época medieval también en Occidente – es que, con propósitos de supervivencia, los niños tenían que ayudar. Ayudaban a cuidar a los animales, o la granja, o la tienda. Por ejemplo, niños pequeños de cuatro años en la India ya están ayudando en la tienda de sus padres. Al hacerlo, desarrollan un sentido de autoconfianza de que realmente son capaces de hacer cosas. Siempre pensamos que el trabajo infantil es terrible, pero, de hecho, desde un punto de vista psicológico, pienso que puede ser muy útil. Obviamente, no queremos explotar a un niño, pero necesitamos alimentar el deseo natural de dar que tienen los niños. ¿Qué están haciendo estas familias asiáticas tradicionales que las familias occidentales no están haciendo, en la forma de criar a los niños, de tal manera que los asiáticos tradicionales no tengan un bloqueo en este paso? Si vemos a tales familias, una niña de seis años cuida a su hermano o hermana de dos años. 

Amor reconfortante 

En la práctica en siete partes de la causa y el efecto para desarrollar la bodichita, lo que hemos mencionado como el primer paso, la ecuanimidad, no se cuenta como una de las siete partes. Es como el paso cero. Lo que tampoco se cuenta es lo que viene después del deseo de retribuir la bondad. Es el tipo de amor que yo llamo “amor reconfortante”. Este es el paso en la práctica de las siete partes que va justo antes de desarrollar el tipo de amor con el que deseamos que todos sean felices y tengan las causas de la felicidad. 

El amor reconfortante es el tipo de amor con el que nos sentimos cercanos y valoramos a todos de igual forma, y nos sentiríamos muy mal si algo les saliera mal. Es como esa sensación que tenemos – si le podemos quitar el aspecto de la gratificación del ego – cuando nuestro amigo más amado y cercano entra en la habitación. “¡Oh!”, nuestro corazón realmente siente calidez, se ilumina y se abre, y nos sentimos muy felices de ver a esta persona. Quiero decir, no el bebé que ha llegado a casa con la mamá araña. Sin embargo, esto es lo que queremos cultivar como resultado de toda esta práctica, sentir eso cuando nos encontremos con cualquier persona. 

Si vemos a Su Santidad el Dalái Lama, es increíble. Sin importar con quién se encuentre, simplemente está muy feliz de encontrarse con alguien, quien sea. Simplemente se ilumina por completo con absolutamente todos los que conoce. Para algunos, especialmente para estos políticos o líderes de otras religiones que son muy serios y rígidos, es realmente muy sorprendente. Su Santidad toma su mano y, desde un punto de vista occidental, es escandaloso, pero relaja a la gente porque es un gesto muy sincero.  

Tenemos un muy buen ejemplo viviente de esto con Su Santidad. Eso es muy raro. Obviamente hay otras personas también, pero con Su Santidad es muy fuerte esta calidez que él siente por absolutamente todos. Cuando da una charla pública, por ejemplo, el año pasado en Berlín, acudieron 22,000 personas, y él sube al escenario, saluda a la audiencia y todo el mundo lo ama de forma instantánea. Es extraordinario. ¿Cómo sucede eso? ¿Cuál es el secreto? Es este amor reconfortante hacia todos, que todo el mundo siente que irradia de él. Para ser como él, ¿cuántas veces los textos tienen que decir: “desarrolla la bodichita”? 

(5) Igualar nuestra actitud hacia todos

Es en este punto en los once pasos que entran las etapas del otro método, el segundo método para desarrollar la bodichita, la igualación y el intercambio entre el yo y los demás. Todos los puntos hasta aquí nos dan una base para la igualación y el intercambio entre el yo y los demás. Se basan en tener este amor reconfortante. Normalmente, con este segundo método, empezamos con el paso número cero – ecuanimidad sin apego, repulsión o indiferencia – luego saltamos a este primer paso de igualar nuestra actitud hacia todos. Sin embargo, es mucho más estable cuando estas otras etapas se agregan en medio del método de siete partes.  

La ecuanimidad que se discute en el paso cero, o el paso uno en los once pasos, es un método común tanto al Hinayana como al Mahayana dado que se enfoca en no tener una emoción perturbadora hacia los demás. Tener una actitud igualitaria hacia todos es el tipo Mahayana especial de actitud igualitaria. Es la actitud igualitaria de cercanía, este amor reconfortante, igualitario hacia todos. Las razones por las que todos son iguales son, por ejemplo, que todos quieren ser felices, nadie quiere ser infeliz; por lo tanto, si tenemos comida para la gente, no es correcto solo dársela a los que nos gustan, dado que todos están igualmente hambrientos y demás. Hay muchas razones para reforzar esta visión de que todos son iguales. También tiene este componente emocional de amor reconfortante, una sensación de cercanía y calidez con todos. 

Ahora en la presentación clásica, cuando vemos acerca de ver la igualdad del yo y los demás, es sobre la base de que todos tienen los mismos deseos que nosotros. Todos quieren ser felices y no ser infelices, igual que nosotros. De nuevo, lo que es muy interesante es que la presentación clásica no habla de dirigir este amor reconfortante hacia nosotros mismos, sino que habla de ello solo en términos de que todos sean iguales. Sin embargo, eso no significa “amo a todos los demás, pero me odio a mí mismo, porque soy un pecador, no soy lo suficientemente bueno, no merezco ser feliz”, este tipo de cosas. De nuevo, yo estaba ahí cuando Su Santidad fue confrontado por primera vez con esta baja autoestima occidental, cómo las personas se odian a sí mismas, y Su Santidad estaba sorprendido. Esta fue una reunión con científicos y Su Santidad caminó por la habitación y nos preguntó a cada uno de nosotros individualmente: “Realmente te odias a ti mismo? Quiero decir, ¿realmente no te agradas a ti mismo?”. Todos tuvieron que admitir: “Sí”. Su Santidad estaba sorprendido ante esto.  

No obstante, pienso que está dentro del espíritu de las enseñanzas que ampliemos esta calidez y felicidad igualitaria hacia nosotros mismos, de tal forma que estemos cómodos estando solos y no sintamos: “Oh, Dios mío, ahora estoy solo, ¡no quiero estar solo! ¡No puedo estar solo!”. Ya saben, las personas que constantemente tienen que tener encendida la radio o la televisión desde el momento en que se levantan hasta el momento en que se duermen, de tal forma que no se sientan solos. O que tienen música constantemente encendida. Dios los libre de estar solos con sus pensamientos. 

(6) Las desventajas de la actitud egocéntrica y (7) los beneficios de valorar a los demás

Ya hemos hablado de esto, así que no lo repetiré.  

(8) Compasión y (9) Amor con la práctica de tonglen

Es en este punto en donde obtenemos el tonglen, que se combina ahora con los siguientes dos pasos que encontramos en la primera tradición, la causa y efecto en siete partes. Aunque en la causa y efecto en siete partes, el amor viene primero – desear que todos sean felices y tengan las causas de la felicidad – y luego viene la compasión – desear que estén libres de su sufrimiento y de las causas de su sufrimiento – aquí el orden se invierte. Aquí, primero imaginamos que tomamos el sufrimiento de los demás – imaginamos que se los quitamos – de tal forma que podamos darles felicidad. Con compasión, tomamos el sufrimiento y, con amor, les damos felicidad. 

Es como si una cubeta, un balde, estuviera lleno de agua sucia, no solamente no habría lugar para ponerle agua limpia, sino que, incluso si pudiéramos ponerle agua limpia, solo se ensuciaría. No podríamos llenarla con agua limpia. Ese no es un ejemplo preciso porque no podemos vaciar todos los sufrimientos de los demás solo por nuestro propio poder, pero al menos podemos imaginar que lo hacemos, de tal forma que luego están lo suficientemente relajados y no tienen un dolor tan intenso, para que realmente se puedan beneficiar más de la felicidad que les damos. Si alguien es golpeado por un auto y está en un terrible sufrimiento, no le damos primero un beso y le preparamos una comida y cosas así. Obviamente, si tiene un intenso dolor, tenemos que atender primero eso. 

Es muy importante realmente aplicar esto en nuestra interacción con los demás. Si alguien viene a visitarnos y está muy cansado o molesto por algo, necesitamos atender eso primero. Si alguien ha tenido un largo viaje e inmediatamente queremos sentarlo a la mesa a comer una abundante comida después de que viene del avión en el que ha comido comida chatarra durante horas y horas, no es lo que esa persona necesita en ese momento. Necesita un pequeño descanso, acostarse un rato.  

Luego, está la práctica del tonglen. No entraré en detalles ahora, pero lo que es un asunto muy interesante aquí es que este paso de amor y compasión ya incluye asumir cierto nivel de responsabilidad de hacer algo para ayudar a los demás y, de hecho, realmente ayudarlos. Su Santidad siempre dice que la compasión tiene un elemento no solo de: “me gustaría que alguien más te ayudara”, sino que tiene un sentido de responsabilidad, también, de ayudar tanto como podamos ahora con esta situación de sufrimiento. 

(10) Determinación excepcional

El siguiente paso es desarrollar la determinación excepcional, que es asumir la responsabilidad – algunas veces Su Santidad dice “responsabilidad universal” – de realmente eliminar el sufrimiento de todos y ayudar a todos, lo cual ya se incluye en la gran compasión que teníamos en el homenaje. Estamos firmemente decididos a ayudar a guiarlos hasta la iluminación, lo cual podría también, por supuesto, incluirse en la práctica de tonglen, pero aquí se hace un paso separado porque eso es realmente bastante extraordinario. La determinación excepcional es: voy a asumir la responsabilidad no solo de alimentar a todos, sino también de llevar a todos a la liberación y la iluminación”. 

(11) Bodichita

Finalmente, llegamos al desarrollo de la bodichita. Cuando examinamos para ver: “Bueno, ¿soy capaz de llevar a todos a la iluminación? Obviamente no, así que la única forma en que puedo hacerlo es alcanzando la iluminación yo mismo”. Las emociones que tenemos con la bodichita se basan en todos estos pasos previos: la conexión cálida con todos, amor y compasión, y la responsabilidad de ayudar a todos a alcanzar la iluminación. Como enfatizo mucho, la bodichita debe estar basada en la convicción de que es posible que alcancemos la iluminación y que es posible que todos alcancen la iluminación también. 

Esta convicción se basa en entender que nuestra propia iluminación individual aún no acontecida es un fenómeno de imputación válido sobre la base de nuestra continuidad mental y los factores de naturaleza de buda que hay en ella. Con la bodichita, nos enfocamos en esa iluminación que aún no ha acontecido con la intención de alcanzarla y con la intención de beneficiar a todos los seres por medio de su logro. De hecho, no obstante, podemos formularlo al revés: pretendemos beneficiar a todos los seres y, por lo tanto, pretendemos alcanzar la iluminación para poder ser capaces de hacerlo. Eso es la bodichita. No es solo: “¡Amo a todos!”. 

Solo quiero mencionar otro punto aparte porque sé que algunos de ustedes han estado estudiando acerca de los fenómenos de negación. Cuando el budismo habla acerca del futuro, está hablando acerca de un fenómeno de negación – el aún no acontecer de algo; aquí, el aún no acontecer de nuestra propia iluminación individual. Aunque es algo que no está pasando ahora, como mañana, y no está pasando en otro lado, sin embargo, es algo que existe y puede ser un objeto de cognición válida, aunque para nosotros, solo conceptualmente. Para meditar en ello, necesitamos tener cierta idea del estado que aún no hemos alcanzado, de tal forma que sepamos que nos estamos enfocando con bodichita. ¿Cuál es el objeto de enfoque? Es el fenómeno de negación, lo aún no acontecido de nuestra propia iluminación individual. 

Pero, ¿cómo enfocarnos en eso? Esa no es una simple pregunta, y la mayoría de nosotros, me parece, no tenemos la más remota idea de qué hacer. Nos sentamos y solo meditamos en amar a todos, pero eso no es la bodichita. Necesita haber alguna apariencia que surja, representando nuestra iluminación individual aún no acontecida, que sirva como el objeto de enfoque. Esto puede ser una figura visualizada de un buda o, en el tantra, nosotros mismos como una figura de buda. Conocemos eso conceptualmente a través de la categoría de nuestra iluminación aún no acontecida, a la cual representa. 

Si nos estamos enfocando en un buda enfrente de nosotros, y pensamos en las grandes cualidades de un buda, el Buda Shakyamuni, y nos confiamos a ir en la dirección segura que el Buda indica, esto es refugio, no bodichita. La bodichita no se enfoca en la iluminación de alguien más. Se enfoca en nuestra propia iluminación, que aún no ha acontecido. No podemos alcanzar la iluminación del Buda; solo podemos alcanzar nuestra propia iluminación. Es individual. No nos estamos enfocando, tampoco, solo en una categoría general de iluminación. Es un elemento individual, una iluminación individual – la nuestra – que aún no ha acontecido. Tampoco estamos hablando de la iluminación de un alma imposible, del “yo” imposible, sino de la iluminación que aún no acontece del “yo” convencional. Esta es la razón por la que esta distinción acerca de quién es el “yo” que aún no es un buda tiene que quedar muy clara; de lo contrario, trabajar por la iluminación para convertirse en un buda se convierte en un gran viaje del ego. 

Cuando, al tomar el refugio resultante, nos enfocamos en nuestro logro individual aún no acontecido de Buda, Dharma y Sangha, nos encomendamos a ir en la dirección segura que ello indica. Aunque esta es la toma de refugio especial única del Mahayana, esto aún no es lo mismo que la bodichita. No tiene detrás toda la fuerza de los pasos que hemos estado discutiendo en este desarrollo de la bodichita en once pasos, ni tiene los compromisos y entrenamientos que siguen a partir de ello. 

Resumen

El adecuado desarrollo de la bodichita no es algo que pueda simplificarse en exceso ni trivializarse. Es un paso muy sofisticado y avanzado. Como Shantideva y Tsongkhapa y todos dicen, es increíble; la bodichita es la más increíble joya que concede los deseos. Puede satisfacer los deseos de todos si podemos desarrollarla de forma apropiada y ser realmente sinceros al respecto. Como algunos textos recomiendan, si vamos a pedirle a los grandes maestros que digan plegarias por nosotros, no les pidamos plegarias como: “Que podamos tener éxito mundano, que nuestro negocio prospere, que nuestra hija encuentre un buen esposo”, este tipo de cosas. La plegaria más maravillosa que le podemos pedir a un lama es: “Que pueda desarrollar la bodichita auténtica”. 

En nuestro seminario, obviamente no hemos llegado muy lejos en el texto. Ni siquiera hemos entrado a la discusión del tonglen, pero pienso que eso está bien. Practicar tonglen de forma correcta es algo muy avanzando, pero si tenemos cierta idea de en qué trabajar para prepararnos para eso, entonces puede ser efectivo. Practicar tonglen de forma apropiada y sincera, con todas las visualizaciones horribles que van con ello, no es algo con lo que podamos jugar o tomar a la ligera porque realmente puede asustarnos. No deberíamos presionarnos para hacer esta práctica antes de que estemos emocionalmente listos. 

Es como, estos días, voy con un quiropráctico, para tratar de aflojar algo en mi espalda baja. Estoy demasiado tenso y entonces él no puede presionar con demasiada fuerza porque si lo hace puede hacer lastimar los huesos y los músculos, puede hacer una enorme cantidad de daño. Tiene que ser muy amable y trabajar de forma gradual de tal manera que yo adquiera esa flexibilidad. Es lo mismo con la práctica de tonglen. Nuestra mente y nuestro corazón están increíblemente rígidos; no podemos simplemente presionarlos: “¡Deja de ser egoísta y piensa en todos!”. De lo contrario, puede generar algún daño emocional. El tonglen necesita la preparación adecuada para poder practicarlo. 

Preguntas

Hablamos sobre el hecho de que la mente no tiene principio y que la ignorancia tampoco tiene principio. Entonces, ¿por qué la naturaleza de la mente es pura y clara desde el tiempo sin principio? 

La actividad mental − mente – y el no darse cuenta carecen ambos de principio, eso es verdad, pero el no darse cuenta es una mancha pasajera; no es la naturaleza de la mente, en el sentido de que no es una parte esencial ni la naturaleza misma de la mente, porque puede ser eliminada. ¿Por qué? Porque el no darse cuenta puede oponerse totalmente con darse cuenta. No podemos tener no darse cuenta y darse cuenta simultáneamente, son mutuamente contradictorios, porque si entendemos un poco, pero realmente aún no sabemos, ese entendimiento no es entendimiento correcto. Aún tenemos un darse cuenta un poco menos confundido, pero sigue siendo solo no darse cuenta. Cuando tenemos un entendimiento absolutamente correcto y decisivo, no podemos tener no darse cuenta o ignorancia simultáneamente. 

Debido a ello y debido al hecho de que, aunque ahora el hábito del no darse cuenta es más fuerte que el hábito del entendimiento correcto, no hay “apoyo” detrás del hábito del no darse cuenta. Esta es la palabra que se utiliza en tibetano – no hay ningún respaldo detrás del no darse cuenta que lo haga ser válido. Mientras que hay una gran cantidad de evidencia que funge como respaldo del entendimiento válido. Debido a ello, el entendimiento válido puede – si pensamos en la palabra tibetana “apoyar” – mantener su posición. No se desmorona cuando el no darse cuenta empieza a regresar; no destruye nuestro entendimiento válido, aunque no lo recordemos por un tiempo. Si podemos alcanzar la etapa en la que el no darse cuenta es totalmente reemplazado por el darse cuenta, entonces no va a regresar, de tal forma que puede ser eliminado. 

Ahora, lo que es realmente importante aquí es que todas las emociones y actitudes perturbadoras también son pasajeras y también pueden ser eliminadas para siempre porque todas dependen del no darse cuenta. Mientras que todas las buenas cualidades – amor, compasión y demás – no pueden ser eliminadas porque lo que las subyace y valida, lo que las sustenta, es el entendimiento correcto válido de la realidad. Aunque las cualidades negativas pueden ser eliminadas para siempre, las cualidades positivas no pueden ser eliminadas. Mientras más entendimientos tenemos, más se refuerzan. Es muy importante entender esto.  

El no darse cuenta y las emociones perturbadoras son los oscurecimientos que impiden la liberación. Así como podemos eliminar estos, de la misma forma, es posible deshacerse de los oscurecimientos que impiden la omnisciencia. ¿Qué son esos? Son la creación de apariencias de existencia verdaderamente establecida debido a los hábitos del aferramiento a la existencia verdaderamente establecida. Debido a estos hábitos, la mente crea hologramas mentales en los cuales pareciera que todo tiene una línea alrededor. Es posible que no creamos que esto corresponde a la realidad, sabemos que es solo basura, pero aún aparece así. Eso nos impide que seamos capaces de conocer todo; todas las interrelaciones de causa y efecto. Es como si tuviéramos visión periscópica; solo vemos un poco. Nuestra mente está limitada porque todo aparece como si tuviera estas líneas sólidas alrededor, aislando unas cosas de otras. 

Esa creación de apariencias puede ser eliminada. Cuando tenemos la cognición no conceptual de la vacuidad, incluso como un arya, en ese momento, no hay creación de apariencias de existencia verdaderamente establecida. Si podemos sostener eso para siempre, sin interrupción, y también percibir la verdad convencional simultáneamente, sin que la verdad convencional aparezca como autoestablecida, lo cual solo puede hacerlo un buda, entonces esa visión periscópica nunca volverá. Luego, somos conscientes de todo; no hay limitación en términos de ver la interconexión de todo, que es de lo que se trata la omnisciencia. Esta es parte de la prueba de la omnisciencia que realmente es posible alcanzar. De nuevo, eso refuerza nuestro anhelo por la bodichita, que es posible alcanzar la iluminación.  

Un último punto: cuando el no darse cuenta, los hábitos del no darse cuenta, son eliminados para siempre de la continuidad mental, la actividad mental en la continuidad mental aún conserva su naturaleza esencial como actividad mental. En otras palabras, la ignorancia, el no darse cuenta y la creación de apariencias engañosas no son características definitorias de la actividad mental. Pueden ser eliminadas. Mientras que la naturaleza esencial – la característica definitoria de la actividad mental de una continuidad mental, que es, en palabra simples, mera claridad y darse cuenta, el mero surgimiento de apariencias y conocerlas – eso no puede ser eliminado. Si eso pudiera ser eliminado, entonces la actividad mental en una continuidad mental ya no conservaría su naturaleza esencial como actividad mental. Necesitamos pensar acerca de eso. Debido a ello, una continuidad mental nunca termina. No hay nada que podamos hacer para ponerle fin.  

Lo pondré de una forma muy simple y luego terminaremos. Si hubiera un estado mutuamente excluyente de mero surgimiento y conocimiento – crear apariencias y conocerlas – si hubiera un estado mutuamente excluyente de eso, de no crear hologramas mentales y no conocerlos, ¿cómo podríamos saber eso? Con ese koan para pensar, terminemos con una dedicatoria:  

Pensamos que cualquier entendimiento y cualquier fuerza positiva que provenga de todo esto pueda profundizarse cada vez más y actuar como una causa para alcanzar la iluminación en beneficio de todos. 

Lee y escucha el texto original “Entrenamiento mental en siete puntos” de Gueshe Chekawa.

Top