Impermanencia para recordar la muerte, el gurú y la preciada vida humana

La importancia de meditar en la impermanencia y la muerte

Su Santidad el Dalái Lama pronto dará algunas enseñanzas muy preciadas. Por eso, mi amigo italiano y yo tuvimos una conversación sobre esto y llegamos a la conclusión de que, antes de las enseñanzas, podríamos tener una discusión para ayudar a las personas a prepararse. Puedo compartir algunos de mis conocimientos y ustedes también pueden contribuir con lo que piensan. Hablaremos de la impermanencia. Meditar sobre la impermanencia es muy importante, pero muchos budistas, especialmente dentro del budismo tibetano, se apresuran en busca de las enseñanzas más elevadas, tanto de la vacuidad como de la bodichita. Olvidamos ir paso a paso.      

También olvidamos el ejemplo de la vida del Buda Shakyamuni. Entre las doce hazañas iluminadoras realizadas por el Buda, una es que renunció a su vida en el palacio y se convirtió en monje. Llegó a comprender que todo es impermanente y que no podemos apegarnos y aferrarnos a las cosas para siempre. Como ser ordinario, Siddhartha Gautama se sorprendió al descubrir esto y se volvió temeroso. Pensó: “Tengo este hermoso palacio con todo lo que podría desear. Sin embargo, un hombre que alguna vez se vio bien ahora está muerto, dejando atrás todas sus posesiones. Yo también terminaré como él. ¿Cómo puedo estar satisfecho y vivir feliz? Nada de lo que llamo 'felicidad' puedo llevarlo conmigo, pero seguramente deberé separarme de ello”.    

Todos queremos disfrutar de los placeres de la vida y sentimos que son muy importantes para nosotros. En un nivel básico, nuestro deseo es tener una vida larga y feliz. Si fuera posible vivir para siempre, nos imaginamos que todas las cosas que disfrutamos estarían ahí para nosotros para siempre. El cuerpo físico que tenemos está hecho de carne y huesos, pero estos no duran para siempre y algún día tendremos que despedirnos. Sea que creamos o no en vidas futuras, tenemos que aceptar que una vez que estamos muertos, estamos muertos. Que exista o no una segunda oportunidad en la vida es del dominio de la religión. Si revisamos la historia del Buda Shakyamuni, su motivación inicial para alcanzar la liberación fue: “No quiero morir”. Entonces, podemos ver cuán central es este pensamiento. Todos sentimos: “No quiero morir”, y el Buda también sintió esto. Investigó y exploró tantos métodos, y finalmente concluyó: “Es una tontería regar este cuerpo similar a una planta. No durará para siempre”.    

Ahora bien, ¿existe lo que podríamos llamar un “Plan B”? A través de la meditación, el Buda encontró un método para trabajar con nuestra conciencia, que nos permite cultivar un tipo de fuerza que perdurará incluso después de que termine esta vida. Nuestro cuerpo físico es como una casa de huéspedes; viajamos de aquí para allá y luego el cuerpo se va, pero nuestra conciencia es algo que continúa después de esta vida. Cuando hablo de la conciencia y cómo viaja, no deberíamos confundirlo con la idea de un alma. La conciencia no es permanente. Es impermanente, porque cambia en cada momento.     

Los beneficios de reflexionar sobre la impermanencia y la muerte

Pensemos por un segundo. ¿Cuántas enseñanzas hemos recibido? ¿Cuántas cosas hermosas hemos aprendido en esta vida? Pero, sin la práctica de la impermanencia, no podemos convertirnos en buenos practicantes. Nuestra mente sigue siendo la misma porque no reflexionamos sobre la impermanencia. Y luego creo que crece la pereza. Vivimos como si fuéramos a vivir para siempre. Cuando los maestros budistas hablan de prepararse para la muerte ante una audiencia occidental, ¡la gente se asusta mucho! A menudo, tratamos de saltarnos el tema, pero esto es una tontería porque la muerte es nuestro destino final. La muerte es algo que todos tenemos que afrontar, tarde o temprano. Si no podemos enfrentarlo y de alguna manera pudiéramos evitarlo, entonces estaría bien. Sin embargo, es algo que no podemos ignorar.     

Reflexionar sobre la muerte nos trae muchos beneficios. Por ejemplo, cuando el Buda habló sobre el sufrimiento, también habló sobre la impermanencia. Necesitamos profundizar en la impermanencia para comprender mejor el sufrimiento. Cuando el Buda enseñó la verdad del sufrimiento, dijo que el sufrimiento, especialmente el sufrimiento relacionado con este cuerpo, tiene cuatro aspectos o características. Nuestros cuerpos son un ejemplo de verdadero sufrimiento porque son impermanentes, miserables, vacuos y sin identidad. Lo explicó de esta manera para los seres ordinarios que no estudian y no tienen ningún conocimiento profundo.     

En el hinduismo y algunas otras filosofías, hablan del alma o “atman”, como algo permanente en el sentido de que nunca cambia. El cuerpo es temporal y, según ellos, el alma permanente continúa después de la muerte. Para mejorar nuestra comprensión y corregir esos conceptos erróneos, el Buda enseñó sobre la impermanencia y luego sobre el sufrimiento.   

Es importante comprender y apreciar el razonamiento que utilizan estas filosofías para demostrar su punto. Deberíamos considerar cómo en el hinduismo el atman es permanente y qué quieren decir con permanente. Como ejemplo, dicen, tomemos una casa, con espacio vacío adentro. Si creáramos una botella pequeña dentro de la casa, el espacio dentro de la botella no es creado, sino que ya existe. En el hinduismo, existe la misma idea cuando se habla del atman. El atman es permanente porque es como el espacio. Cuando una persona tiene los agregados de cuerpo y mente, el atman está ahí. Una vez que los agregados se dispersan, el atman se va. Es como romper todas las botellas, después de lo cual todo el espacio se vuelve uno. No podemos decir que este es un espacio, que es el segundo espacio, etc. ¡Es una lógica bastante hermosa!               

En el budismo, hay una razón fundamental totalmente diferente, que detalla la continuidad en la conciencia, cómo funciona la conciencia y cómo esto impacta en el cuerpo mismo. Sin embargo, no necesitamos profundizar en esto. Mi punto principal es que no hay un solo gran practicante que no practique la impermanencia. ¡Es la clave! No importa si siguen las tradiciones Hinayana o Mahayana, o la Tantrayana, o cualquier escuela tibetana: Sakya, Kagyu, Nyingma, Gelug. La característica definitoria de un verdadero practicante comienza con su práctica de la impermanencia, sin duda. Si contemplamos la impermanencia, entonces tenemos la esperanza de lograr la renuncia, la determinación de ser libres de nuestros sufrimientos. Eso es. Al no recordar la impermanencia, seguiremos siendo muy ordinarios. Sentiremos que el “yo” de ayer y de hoy es el mismo.                

Una vez que tengan una comprensión profunda de la impermanencia, se sentirán de manera diferente. Por ejemplo, si vamos a un puente y vemos el río, como niños sin mucha comprensión, decimos que el río fluye todos los días. Para un gran practicante, aunque es como si fluyera el mismo río, existe una comprensión completamente diferente. El agua que fluye en este momento bajará hacia esa parte del río. Es por eso que los grandes maestros Kadampa recomendaron: “Si realmente quieres practicar la impermanencia, ve a algún lugar donde haya un río que fluye. Allí deberías meditar. El río no se detiene. Continúa y continúa”.      

La certeza de la muerte

Si preguntara: “¿Muere la gente?”, responderíamos: “Sí, una vez que nacemos, tenemos que morir con toda seguridad”. La mayoría de la gente responderá así. Que la gente muere es una certeza, pero esa respuesta por sí sola no ayuda mucho a nuestra práctica. Si tuviera que hacer una siguiente pregunta: “¿Sabes cuándo vas a morir? ¿Puedes garantizar que vivirás hasta los 60 o 70 años? ¿Puedes garantizar que estarás vivo mañana?”. Bueno, esa es una pregunta bastante incontestable. 

Hubo grandes maestros Kadampa que practicaron con su cuenco de mendicidad. El almuerzo era la última comida del día, así que después de comer, limpiaban su plato y lo ponían boca abajo sobre la mesa como una forma de expresar: “No hay garantía de que todavía esté vivo mañana”. Esta es una gran práctica, que demuestra que aceptan la realidad de la muerte. Una vez que vemos la realidad, tenemos que aceptarla. Estos maestros Kadampa, los grandes practicantes que fueron, mostraron este ejemplo a sus estudiantes. No significa que solo estemos esperando la muerte, sino que la muerte definitivamente viene hacia nosotros. 

Una persona comienza a morir tan pronto como nace, la cuenta regresiva comienza justo en ese momento. Algunos de nosotros podríamos sentir que pensar en la muerte no es nada interesante. Si alguien siente que no tiene nada valioso en su cerebro y no tiene miedo de perder nada, entonces no necesita pensar en la impermanencia o la muerte. En ese caso, pueden disfrutar de su vida tomando drogas y yendo a fiestas. ¡Disfruten! Sin embargo, si realmente tenemos algo que perder, algo que queremos llevar a la próxima vida, como todo nuestro conocimiento, experiencia y comprensión, entonces deberíamos estar llenos de curiosidad: “¿Podemos llevar este tipo de conocimiento y comprensión con nosotros?”.        

Cómo tener una muerte pacífica

Si, como Su Santidad el Dalái Lama, la Madre Teresa, Martin Luther King Jr. y Mahatma Gandhi, beneficiamos a los demás, entonces eso es genial. La Madre Teresa hizo un gran servicio a la humanidad y a Dios, y con esta creencia podría morir en paz. Estas personas son líderes muy conocidos. También hay muchos que no son muy conocidos, pero que están haciendo el mismo tipo de trabajo que los grandes.  

Miren el ejemplo de Su Santidad el Dalái Lama. Ahora tiene casi 85 años. ¡Oh, vaya! No puedo imaginar cómo Su Santidad ve a doscientas o trescientas personas todos los días. Da consejos y hace sus prácticas, ¡y tiene 85 años! Aunque solo tengo 30 años, no podría hacer lo mismo que Su Santidad el Dalái Lama; él puede hacer esto porque está lleno de compasión.   

Deberíamos discutir todas las grandes hazañas de estas grandes personas. El Buda dijo que cuando cultivamos buenas cualidades, sus huellas permanecen en nuestra conciencia y continúan. Entonces, hay esperanza para nosotros, ya que son este tipo de impresiones de nuestras buenas acciones y de lo que hemos aprendido y entendido durante esta vida lo que podemos llevar a la próxima. Reflexionar un poco sobre esto puede realmente motivarnos. 

Hace cinco años, recibí una llamada telefónica de mi amiga, quien me habló de una señora de unos 50 años que estaba en un hospicio. Estaba ansiosa por conocer a un maestro tibetano y se enteró de que yo estaba en Calgary, Canadá, que estaba cerca de donde ella vivía. Mi amiga me contó que le encantaría conocerme si tuviera tiempo, así que fui a verla. Estaba conectada a tubos y cables por todas partes, lo que parecía muy incómodo. Fue muy triste. Pero a mis ojos se veía muy tranquila. Le dije: “No lo sé. Puede que yo muera mañana y tú vivas más, no hay certeza; pero, debido a que estás aquí ahora en esta situación, es muy importante que te prepares. No hay por qué tener miedo a morir. Detén el miedo primero”.     

Estaba diciendo cosas, lo cual es un hábito mío, y seguía y seguía y seguía. Ella continuó escuchando. Luego me detuve, ella me sonrió y dijo: “No me preocupo por la muerte. No tengo ningún miedo. He estudiado y practicado durante casi treinta años. Todos los días pensé en prepararme para morir. Me dije a mí misma: 'Una vez que llegue la muerte, pensaré de esta manera'”. Me dijo que había recibido muchas enseñanzas de Rinpoches Kagyu y Nyingma y agregó que su meditación estaba bastante bien, aunque no era la mejor. Tenía un tumor cerebral en crecimiento que le dolía mucho. Ella dijo: “No puedo lidiar con el dolor, así que tienen que darme medicamentos que me dejan inconsciente”. Le preocupaba que, cuando estuviera inconsciente, no pudiera meditar o comenzar a prepararse para dejar esta vida. Esa era su principal preocupación.     

Esto me sorprendió y recuerdo haber pensado: “Aquí hay una gran heroína”. Durante unos minutos después de esto, sentí que no tenía nada útil que decir, ¡porque probablemente ella era diez veces mejor que yo! Luego recordé un texto sobre un debate acerca de los grandes bodisatvas conforme entran en la absorción meditativa. Su conciencia es muy sutil y se enfoca unipuntualmente en la vacuidad y nada más. Nada más. Existe un gran debate sobre si estos bodisatvas tienen bodichita. Este es un gran debate. Sin embargo, no hay debate sobre si la influencia de la bodichita sigue ahí, sin importar cuánto tiempo estén absortos en la meditación. Pueden estar en meditación durante un mes, mientras esperan beneficiar a los seres sintientes, pero la influencia de esa motivación para beneficiar a todos los demás está ahí como un despertador. Pones una alarma y te vas a la cama, pero a veces la verdadera alarma está dentro de ti. ¡Te despiertas antes de que suene la alarma! Esa ha sido mi experiencia. Quizás eso les haya pasado a todos, le ganamos cinco minutos al despertador. Lo mismo sucede con estos bodisatvas en meditación. Su motivación de la bodichita es su despertador interno.          

Entonces, le compartí un consejo a la señora: “Bueno, antes de que este tratamiento -que sin duda debes atravesar- te deje inconsciente, haz tu meditación y tal vez te despiertes en la próxima vida sin problemas”. Mi pensamiento fue que las huellas de su meditación tal vez puedan servir como su despertador interno. Ella respondió: “Ese es un punto muy importante”, y agregó: “Tengo una pequeña ofrenda. Estaba pensando que, si obtenía una buena respuesta, haría la ofrenda. Si no la recibía, solo te daría una khata”. Ella colocó una donación dentro de un sobre y me la ofreció.   

Este encuentro con ella fue muy conmovedor. Sugiero que así es como debemos prepararnos para la muerte. Todos queremos volvernos extraordinarios. Esta es la razón por la que estudiamos y meditamos. Queremos convertirnos en algo especial. Nos convertimos en algo especial al plantar un despertador interno para nuestras vidas futuras. Hacemos esto plantando huellas en nuestra mente con nuestros estudios, meditaciones y todas nuestras acciones positivas.

Empezar a reflexionar sobre la impermanencia

¿Cómo empezamos a pensar en la impermanencia? ¿Cómo podemos empezar a “soltarnos”? Un profesor dio una muy buena explicación. Sostenía algunos billetes de euros en su puño cerrado, diciendo: “Tenemos que soltar”. Abrió la mano y todo se cayó. Pero luego mostró una mejor manera: colocar el billete suavemente sobre la palma de la mano abierta. Los practicantes que tienen una gran comprensión de la impermanencia sostienen todo de esta forma. Nosotros, la gente común, apretamos los puños. No queremos “soltar” porque todo se cae y lo perdemos todo. Pero si podemos mantener las manos abiertas y erguidas y sostener las cosas de manera muy hermosa, eso es extraordinario. Este profesor dio una muy buena explicación.    

Quizás hayas encontrado algo muy especial en tu vida y quieras conservarlo para siempre. Entonces, prepara tu mente meditando sobre la impermanencia. Entonces sabrás cómo sostenerlo y también sabrás cómo soltarlo. 

El texto

Ahora el texto. Todavía no he recibido la transmisión de estos versos de ningún maestro. Sin embargo, este trabajo, Entrenamiento sobre cómo meditar en torno a la impermanencia, escrito en verso (Mi-rtag sgom-tshul-gyi bslab-bya tshigs-su bcad-pa bcas), sostiene mi motivación diaria. Me parece muy útil. Por eso quiero compartirlo con ustedes.    

Conozco a este gran maestro que lo escribió solo con sus palabras. Su nombre es Gungthangtsang Konchog Tenpe Dronme (Gung-thang-tshang dKon-mchog bstan-pa'i sgron-me). No he leído su biografía para ver quién era, quién era su maestro y por qué es famoso. Este texto en sí mismo es lo suficientemente bueno para conocer sus cualidades. Vamos a empezar.

Homenaje a los gurús

(1) Dentro de la esfera celeste de maravillosa gran dicha, sus formas cual nubes se reúnen para entrenar seres, derramando lluvias de enseñanzas, profundas y vastas; ante ustedes, venerables gurús, me inclino y me postro. 

En este primer verso de homenaje a los gurús, este gran maestro nos está dando una enseñanza sobre los gurús en términos de, primero, su aspecto Dharmakaya. Cuando hablamos del gurú, automáticamente nuestro enfoque está en la persona común del gurú; con Su Santidad el Dalái Lama, tiene este cuerpo “ordinario” de carne y huesos. No estoy diciendo que sea incorrecto verlo en términos de este aspecto, pero al hacerlo, podemos olvidar enfocarnos en sus aspectos más profundos como el principal. Su aspecto principal es su Dharmakaya.      

Este hermoso poema comienza con una indicación del aspecto principal de los gurús, Dentro de la esfera celeste de maravillosa gran dicha. Creo que cielo es la palabra clave aquí. “Cielo” y “espacio” se utilizan a menudo para describir la vacuidad, la Naturaleza Esencial del Dharmakaya. ¿Por qué es importante aquí la vacuidad de los gurús? Bueno, olvidémonos del gurú por un momento y solo enfoquémonos en la importancia de la vacuidad en términos de los fenómenos en general.           

Los budistas hablan de cómo todos los fenómenos, todo, surge dentro del estado de la vacuidad. Se dice: “A través de la vacuidad, surgen los fenómenos”. Si recordamos el Sutra del corazón, hay un análisis no solo de los cinco agregados, sino de todos los fenómenos. Cuando intentamos analizar los fenómenos, no podemos encontrar nada sólido.    

Hay una historia del Buda dando un examen de la vacuidad. Estoy inventando los detalles. ¡Me encanta inventar cosas! Había muchos estudiantes y eruditos de primer nivel, y tal vez Shariputra y otros estuvieron presentes en el examen. El Buda preguntó: “Da una explicación de la vacuidad”. Un estudiante se puso de pie y dio su respuesta, y luego el segundo estudiante, y así sucesivamente. El Buda dijo: “Muy bien, muy bien”. Entonces llegó el momento de que uno de los grandes eruditos respondiera. El Buda volvió a preguntar: “Da una explicación de la vacuidad”. Este gran erudito tenía lágrimas en los ojos y no podía decir nada. El Buda Shakyamuni se volvió hacia todos y dijo: “Ahora, esto es la vacuidad”.          

Mi principal objetivo al transmitir esta historia es mostrar que solo se puede explicar cómo se siente la vacuidad. Si como un pastel delicioso y luego mi amigo me pregunta qué tan delicioso está, le digo: “El pastel está muy bueno”. ¡Esa es la mejor respuesta! Sin embargo, realmente no podemos darle la experiencia o el sabor a otra persona. ¡Eso sería muy incómodo! Cuando decimos, “la vacuidad no tiene forma”, podemos ver y sentir los fenómenos, pero aun así no hay una existencia sólida. No hay una existencia inherente y autoestablecida. 

Cuando sentimos que algo está intrínsecamente ahí, o que es intrínsecamente hermoso, y estamos muy involucrados en ello, este es el nivel de cómo un ser común experimenta las cosas. Pero, ¿qué hay de los seres arya, aquellos que perciben la vacuidad directa o indirectamente? Ven y sienten como nosotros, pero su comprensión de la realidad es totalmente diferente a la nuestra. Cuando los miramos, se parecen a nosotros. Hacen lo que nosotros hacemos: comer, dormir, hablar y enseñar. En nuestra vida diaria, nos sentimos tristes y temerosos, tenemos ansiedad, preocupaciones y soledad, pero los aryas no experimentan la vida así. La diferencia proviene de la visión de los aryas y la realización de la vacuidad. Estos grandes seres se ven muy felices pase lo que pase.      

Basta con mirar a Su Santidad el Dalái Lama. Perdió su país y perdió su trono. Él era el gobernante del Tíbet. China ocupó el Tíbet y lo perdió todo. Imaginen por un momento a una persona que no conoce la historia de Su Santidad. Si esa persona lo mira, no se dará cuenta de que Su Santidad es una persona extraordinaria. No me refiero solo a los conflictos dentro del Tíbet o entre los tibetanos en la India con los que tiene que lidiar, porque su preocupación no es solo por los tibetanos. Asume la carga de los problemas del mundo entero. Es el principal líder espiritual que habla del calentamiento global, por ejemplo. Tiene una energía muy fuerte dentro de él. Esto es extraordinario, ¿no es cierto? Puede hacerlo porque ve todo como una ilusión.         

¿Cómo ha llegado a ver todo como una ilusión? Porque ha visto cómo todo es vacuo. Nada es verdaderamente existente por sí mismo y no hay nada que exista de forma independiente y real. Esto le da fuerza interior.  

El propósito de ir a un retiro sobre la vacuidad es obtener más fuerza interior y energía para ayudar a los demás. Ese es el verdadero propósito, no porque estemos tratando de escapar de algo. Es así que nos preparamos para aplicar la vacuidad en la vida y ayudar a todos los demás al ver que todo es como una ilusión. Qué asombroso es eso, ¿verdad? Me parece que es muy importante tomar nota de eso.   

Invitar a los gurús

Cuando Konchog Tenpe Dronme escribe: Dentro de la esfera celeste de maravillosa gran dicha, esto es parte de la práctica de invitar a los gurús a estar con nosotros al darnos cuenta de su aspecto Dharmakaya, su vacuidad. No podemos simplemente invitar a gurús como Su Santidad el Dalái Lama diciendo: “¡Ven aquí!”. Invitamos a Su Santidad como el Dharmakaya. En nuestra práctica, tenemos que ver las extraordinarias cualidades de Su Santidad el Dalái Lama y disolver todo en el Dharmakaya de Su Santidad. Disolvemos todas sus cualidades en el Dharmakaya porque todo surge de eso, todas sus extraordinarias cualidades surgen de su vacuidad.                 

Otro aspecto de esta línea, dentro de la esfera celeste de maravillosa gran dicha, es la creación de un campo meditativo, un estado mental para meditar en el texto. La gran dicha es el tipo de mente que tenemos con la comprensión de la vacuidad y se refiere a la comprensión de la vacuidad por parte de los gurús, el otro aspecto de su Dharmakaya.

Una vez que tenemos una comprensión básica de la vacuidad, obtenemos una sensación de dicha. Creo que en cualquier tipo de práctica de Dharma que hacemos, si no hay una sensación de dicha al final, ¡nuestra práctica no va por el camino correcto! No lo estará, a menos que y hasta que obtengamos esta dicha. No estoy hablando del Gran Gozo que se aborda en el tantra. ¡No sean codiciosos! Primero, busquemos una dicha del nivel sutra. Gradualmente, sentiremos este Gran Gozo. Esto sucede a veces en la práctica del tantra, pero no es necesario hablar de tantra aquí. En el nivel del sutra, hay una cita de Nagáryuna que dice: “Dado que todo es vacuo, todo es posible” o algo por el estilo. De modo que todas las buenas cualidades, incluida una comprensión dichosa, surgen debido a que todo es vacuo.      

Las personas que tienen una comprensión básica de la vacuidad no solo piensan “vacuo” cuando dicen “vacuidad”. Si no tenemos mucha educación sobre la vacuidad, cuando hablamos de ella como vacío, entonces la gente puede pensar: “Oh, él está hablando de vacío y está hablando de lleno”. Pero la vacuidad no significa “vacío”, como si hubiera una habitación llena de muebles y cuando sacas los muebles, entonces está vacío. La comprensión correcta de la vacuidad da lugar al gozo.     

Hablar de vacuidad y de que todo sea como una ilusión me recuerda una experiencia que tuve que me hace reír. Una vez, cuando fui a Toronto, visité las Cataratas del Niágara. Era muy hermoso. La gente se tomaba selfies con los hermosos arcoíris, que aparecían por todos lados. La gente siguió haciendo clic y haciendo clic y haciendo clic. También estaba viendo los arcoíris, que eran muy hermosos. Pero, sin importar lo hermosos que eran, nadie quería bajar a agarrar uno. ¡Me sentí muy estúpido porque surgió en mi mente el impulso de querer sostener uno! Parecía tan concreto y real. Pensé: “Este arcoíris es tan hermoso”.    

Un arco iris es un hermoso ejemplo que podemos usar para explicar todos los fenómenos. Hay fenómenos hermosos y feos. Pero en realidad, no hay nada a lo que agarrarse o aferrarse; aferrarse sería similar a como me sentí con el arcoíris. Si hubiera saltado por la cascada para agarrar un arcoíris, entonces sería tonto. Así es como los grandes maestros realmente quieren que pensemos sobre la vacuidad, que los fenómenos son como una ilusión. Esto es algo para llevar a mi práctica. ¡Nunca olvidaré las Cataratas del Niágara!  

Entonces, con la línea, Dentro de la esfera celeste de maravillosa gran dicha, estamos hablando de la vacuidad porque estamos discutiendo el Dharmakaya.   

El siguiente aspecto de los gurús del que habla nuestro autor es su aspecto de ser un Sambogakaya. El Sambogakaya es el cuerpo de un buda que aparece y del cual recibimos las profundas enseñanzas de la vacuidad y las vastas enseñanzas de la bodichita. No nos las enseña directamente, sino solo indirectamente a través de sus emanaciones, sus cuerpos de Nirmanakaya.     

La siguiente línea, sus formas cual nube se reúnen para entrenar a los seres sintientes, indica este aspecto Sambogakaya y se relaciona con el deseo de los gurús de ayudar a todos los seres sintientes. Las nubes son como un Sambogakaya. Nuestra generación sabe mucho sobre las nubes y la lluvia. Los agricultores de generaciones anteriores solo podían mirar al cielo y, desde las nubes, saber si llovería o no. Pero aquí, estos son un tipo diferente de nubes. Debido a conocer las sensaciones individuales de las personas y al deseo de cumplir con sus aspiraciones, el Dharmakaya de los gurús produce nubes de formas Sambogakaya. ¿Qué hacen? La siguiente línea indica esto, derramando lluvias de enseñanzas, profundas y vastas. Una vez que las nubes comienzan a llover, ¡hay otro tipo de gozo! Ayuda a que las plantas crezcan bien.           

¿Por qué las enseñanzas se llaman profundas y vastas? He leído en tantos libros de texto por qué la vacuidad es profunda y por qué la bodichita es vasta. Chandrakirti habla de esto con mucho sentimiento. Podemos ver cuán profundas y vastas son las enseñanzas y cuán importantes son a partir del ejemplo de Su Santidad el Dalái Lama.   

Una vez, mientras Su Santidad estaba enseñando, compartió casualmente: “Cuando era joven, me entusiasmé mucho con el estudio de la vacuidad. Empecé a interesarme mucho cuando tenía alrededor de 25 años”. A esa edad sintió que, aunque la vacuidad es muy difícil de entender, en algún momento podría obtener una comprensión completa, ¿cierto? Al principio, puede llevar mucho tiempo comprenderlo, pero con la bodichita, puede ser más rápido aprender sobre ella. ¡Pero ponerlo en práctica lleva casi el resto de nuestra vida! Su Santidad lo indicó muy casualmente con este gran comentario.      

En ese momento, cuando lo escuché decir eso, sentí que era algo bastante normal y obvio. Pero vi que mientras Su Santidad lo explicaba, mi maestro se había cruzado de manos en señal de respeto y dijo: “Ahora aquí, Su Santidad está hablando de su propia experiencia”. Su Santidad lo describió de manera muy práctica y aterrizada. 

La mejor manera de invitar al gurú es la misma en que llamamos a los budas y bodisatvas en nuestras prácticas, pero tal vez no tengan a los bodisatvas Manjushri o Avalokiteshvara en la cultura occidental a los que llaman e invitan cuando realizan ciertas prácticas. En cualquier caso, parece divertido llamar a Su Santidad diciendo simplemente: “Por favor, ven aquí”. Lo invitaríamos con el mayor respeto.       

Me encanta ver películas de Bollywood. Hay una historia divertida que compartiré con ustedes. Hay una película con una familia que es muy devota hacia su dios. El hijo se enferma mucho y cae en coma, por lo que la madre entra en un templo, toca el timbre y suplica: “Hasta ahora he tenido una devoción muy fuerte. He ofrecido flores y leche todos los días en el lingam de Shiva. Hice tantas cosas, ¡y ahora esto es lo que me estás haciendo!”. 

Verán que es muy divertido: ¡comienza a regañar a un dios! Pero es una película, así que, por supuesto, se produce un milagro y su hijo se recupera. ¡Parece que los dioses hindúes necesitan un poco de regaño para ponerse a trabajar! No funciona de esa manera en el budismo, no es así en absoluto. Mostramos respeto a los budas y bodisatvas y a los gurús. En realidad, tampoco el hinduismo es así, esa fue solo una película.    

Creo que para aquellos de nosotros que hemos estado practicando el budismo por un tiempo, tenemos el compromiso de mostrar respeto a nuestros gurús. Para las personas que no tienen tales compromisos y son nuevas en el budismo, aun así, necesitan mostrarles respeto. Así es como llamamos e invitamos a nuestros gurús: los llamamos con las manos unidas.   

El verso luego dice: ante ustedes, venerables gurús, me inclino y me postro. Ahora, esto es algo que se hace dentro del hinduismo y el budismo. En Vietnam, Corea y en todos los países budistas, vemos alguna forma de reverencia o postración. En Occidente, las reverencias y postraciones no se ven mucho. Valoramos más nuestras propias buenas cualidades. Todo está guardado en nuestra cabeza, nuestra inteligencia, nuestro ego, todo está encerrado allí. Y con base en eso, nos sentimos muy orgullosos de decir: “Me eduqué en la Universidad de Harvard. Tengo un título”. ¡Lo decimos muy directamente!   

Entonces, ¿por qué es importante hacer una reverencia? Es importante saberlo. Si una práctica no tiene ningún significado, entonces no tenemos que seguirla. Nos inclinamos cuando vemos una cualidad en otra persona que es muy valiosa. En cierto sentido, nos enamoramos de esta cualidad que no tenemos. Digamos que alguien entra en la habitación, por ejemplo, un gran ser como Su Santidad el Dalái Lama. Su Santidad entra en la habitación, no nos quedamos simplemente sentados y decimos: “¡Oye, Su Santidad el Dalái Lama!”, nosotros no diríamos ni haríamos eso. Para mostrar su respeto en Occidente, se ponen de pie. En lugares como el Tíbet, Japón y Corea, la gente se inclina porque la cabeza es la parte superior de nuestra propiedad, la parte superior de nuestro cuerpo. Entonces, nos inclinamos para mostrar respeto.      

Las postraciones también tienen mucho significado. Nuestras manos cruzadas se mueven hacia abajo desde la parte superior de nuestra cabeza, la coronilla, haciendo una plegaria que dice: “En el futuro, que pueda tener una protuberancia en la coronilla como la del Buda”. Nos enfocamos en todas las cualidades, físicas y mentales, que son tan difíciles de cultivar. Para beneficiar a los demás, debemos lograr las mismas cualidades que el Buda. Entonces, nos tiramos al suelo porque, hasta ahora, ¡en realidad estamos en el suelo! Pensamos: “No quiero quedarme más en el suelo. Quiero volar. Quiero iluminarme por completo”. Luego nos levantamos. Hay mucho significado aquí. Lo más importante es cómo recuerdas las cualidades de tu gurú al comienzo de tu práctica. Siento que el resto funciona automáticamente.          

El preciado renacimiento humano

(2) Este nacimiento afortunado, que se obtiene una sola vez, es probable que se nos escape de las manos sin dar fruto. Entonces, recorre el camino hacia la liberación mientras puedas, y para eso, ¡deja que este consejo cual látigo te estimule!

¿Qué quiere decir el autor con este renacimiento afortunado? Esta es la gran pregunta aquí. Continúa, que se obtiene una sola vez. La primera mitad es la pregunta y la segunda mitad es la respuesta. Hubo un gran maestro que fue a China y comenzó sus enseñanzas hablando del preciado renacimiento humano: “Este afortunado renacimiento, que se obtiene una sola vez”. Después de que terminó de enseñar, el pueblo chino comenzó a decir: “¡Ajá! ¡Deberíamos invitar a Rinpoche al metro o al tren o donde se reúne mucha gente! ¡La población de China es de millones y millones y tenemos un problema de sobrepoblación!”. Tal vez pensaron: “Rinpoche solo ha visto pocas personas en el Tíbet y nunca ha visto la cantidad de personas que tenemos en China”. Entonces, deberíamos revisar qué significa realmente esta línea; en verdad tenemos que revisarlo.      

¿Tenemos una preciada vida humana? Para los occidentales, desde mi punto de vista, es mejor revisar primero. Podemos debatir si realmente creen que no tienen una. Las personas que están aprendiendo budismo aquí pueden pensar que Dharamsala es una tierra de oportunidades para volverse afortunados u obtener algo precioso en esta vida. ¡Están diciendo indirectamente que no es un renacimiento afortunado haber nacido en Occidente! Por otro lado, muchos tibetanos quieren ir a Occidente. Hace cien años, en China tenían un dicho, aunque quizás no en estos días: “Vamos a la tierra de las oportunidades de oro”. Los chinos se esforzaban mucho por llegar a los Estados Unidos en barco. No es así en estos días, ¿verdad? Al venir a los Estados Unidos, hoy en día los tibetanos también dicen que es un lugar para convertirse en un buen ser humano y ser feliz, pero dondequiera que estemos, no podemos hacer eso a menos que seamos educados sobre la liberación del samsara.       

Queremos salir del samsara no solo por el sufrimiento de esta vida. Si solo deseamos escapar del sufrimiento y no tenemos pensamientos sobre nuestra próxima vida, ¡entonces podemos tomar medicamentos e irnos a dormir! Es posible que nos sintamos mejor al despertar, pero luego viene un dolor de cabeza y tenemos que tomar más medicamentos y volver a dormir. Pero el Buda ha dicho que es posible la cesación completa del sufrimiento. Una vez que alcancemos su verdadera detención, ¡podremos despedirnos del sufrimiento! Si entendemos esto, sentimos su valor y sabemos que tenemos la oportunidad de lograrlo con la preciada vida humana que tenemos ahora, descubriremos cuán afortunados somos de poder practicar.     

Entonces, todas esas otras personas que son millonarias y multimillonarias, pero que no usan su vida para trabajar por salir del samsara, no las admiraremos, sino que pensaremos: “¡Pobres de ellas!”. Pueden parecer muy felices ahora, pero en unos días, podrían perderlo todo. Un multimillonario podría perder su riqueza y sentir que no puede seguir viviendo. Cuando estaba en el monasterio, a los 16 o 17 años, recuerdo haber leído un artículo sobre un hombre de negocios en Delhi. Construyó su negocio desarrollando y vendiendo edificios. Durante mucho tiempo, tuvo mucho éxito. Un día se enfrentó a la bancarrota y el banco iba a confiscarle todo. Tendría que mudarse a un refugio con su esposa y sus dos hijos. No estaba en absoluto dispuesto a hacer eso debido a su ego y su fama. Llamó a su esposa e hijos y dijo: “Hoy vamos a comer muy bien”. Sirvió un gran banquete a su familia y envenenó a todos. Después de su muerte, el empresario intentó suicidarse, pero el vecino se enteró de que algo andaba mal y lo evitó.       

Podemos mirar su vida y decir: “Ese tipo es tan estúpido”. Pero si revisamos honestamente dentro de nosotros mismos, veremos algo familiar. No es exactamente la misma situación, pero tenemos este tipo de semillas. Cada semilla o tendencia está dentro de nosotros. A todos nos importa nuestra reputación, riqueza, fama, etc. No hay nada de malo en estas cosas por sí solas. Sin embargo, cuando la gente solo se enfoca en adquirirlas, su forma de entender se corrompe. Todo se ve ensuciado por su mente ignorante. Podríamos decir que un bebé que nace en la casa de un millonario o multimillonario es muy afortunado, pero no podemos saber si ese niño tendrá la felicidad máxima o incluso la felicidad general. No está garantizado. Cuando están listos para morir, los grandes maestros hacen plegarias: “Que pueda renacer en una familia que no sea muy rica ni se preocupe por la reputación y la riqueza”. Tampoco hacen plegarias para renacer en una familia muy, muy pobre, donde tendrían que mendigar. En cambio, solicitan: “Que pueda renacer en una familia de clase media”. Esta es la plegaria. Así es como hacen plegarias, de tal forma que tengan más oportunidades de trabajar para salir del samsara. O bien, la plegaria es iluminarse como el Buda Shakyamuni, hecha con una determinación muy fuerte.         

Aprovechar al máximo nuestra preciada vida humana

La siguiente línea, nuestra preciada vida humana, es probable que se nos escape de las manos sin dar fruto, continúa mi explicación. Ya que estamos hablando de oportunidades, podemos ver esa muerte como “mis oportunidades se están acabando”. La muerte no se trata simplemente de que el cuerpo y la conciencia se separen, sino de perder las preciosas oportunidades que tenemos. Los grandes maestros lo entienden así. La muerte ordinaria tiene que ver con: “¿Qué pasará con mis cosas hermosas? ¿Qué pasará con mi dinero en la cuenta bancaria?”. Mientras que los grandes maestros piensan sobre la muerte de la siguiente manera: “Está bien. Ahora tengo que mantener la calma para encontrar mi próxima oportunidad de seguir avanzando en el camino. Sin mantener la calma, no entraré en una próxima vida tranquila”. Quieren un renacimiento suave. Así piensan sobre la muerte.     

De esta forma, antes de morir, no se quedan con las manos vacías. En realidad, lo que sea que estudiemos en la universidad, incluso si es la Universidad de Harvard, cualquier título que obtengamos, no podemos llevarlo con nosotros. Incluso los gueshes o khenpos, los monjes que estudian en los grandes monasterios, obtienen títulos. ¡La mayoría de las veces nos volvemos más ignorantes una vez que tenemos este título! Podemos decir: “Oh, ahora soy el más erudito”. Este papel se vuelve muy importante, ¿verdad?

Lo mismo ocurre con el dinero. Modi, nuestro primer ministro indio, nos mostró la vacuidad del dinero. Es muy divertido: “Tengo dinero, dinero, dinero”. Entonces, un día, alrededor de las 8:30 de la noche, hora de la India, dijo: “A partir de este momento, los billetes de 1000 y 500 rupias ya no existen”. Lo llamó “desmonetización”. Todos tuvimos esta reacción de sorpresa. “¿Qué? ¡¿Mañana tiraremos este dinero como si fuera un pedazo de basura?!”.   

En realidad, fue una gran enseñanza, ¿cierto? No podemos llevarlo con nosotros. Lo que sí nos llevamos son huellas. Las huellas de cuando nos enojamos, por ejemplo. Esto es lo que nos llevamos a nuestras vidas futuras. Con nuestro apego y fuerte aferramiento, también creamos huellas que llevamos con nosotros. Esto es en lo que necesitamos enfocarnos. El texto dice que no debemos irnos con las manos vacías sin huellas positivas. Debemos tener mucho cuidado con las acciones que se imprimen en nuestra conciencia. Por eso la conducta ética es muy importante.   

Sobre la tercera y cuarta líneas. La tercera línea dice: Entonces, recorre el camino hacia la liberación mientras puedas. Tienes que trabajar y practicar para poder realizar la liberación “mientras puedas”. Esta es la oportunidad que tenemos. Y para eso, ¡deja que este consejo cual látigo te estimule! Es decir: “¡Ahora escúchame!” Todo lo que valoramos normalmente no vale tanto. Debemos recordar qué es valioso y qué no. Él está diciendo: “Te daré un consejo”. Este látigo no es para golpearte. No sé si esta traducción es realmente precisa porque mi inglés no es muy bueno. En tibetano, hablamos de un “gancho de aliento” como el que usan para guiar a los elefantes en la India. Cuando alguien no lo está haciendo muy bien, lo alentamos: “Si no haces esto, entonces no obtendrás aquello. Del mismo modo, si haces esto, obtendrás eso”. La persona se anima y avanza. ¡Es como un gancho de ánimo y no es para azotarlos! ¡No tengan miedo!         

Dedicatoria

Mañana repasaremos algunos versos más y los discutiremos. Haré todo lo posible para leerles con mi inglés deficiente. Lo entenderán o simplemente podrán decir: “¿De qué estás hablando?”. Haré todo lo posible para explicarlo con claridad. Por ahora, creo que podemos detenernos aquí.

Por favor, hagamos la dedicatoria. No necesito enseñarles cómo hacer la dedicatoria. Pueden dedicarlo a lo que sientan que es más importante. Sea cual sea el mérito que hayamos acumulado juntos, dediquémoslo para seguir construyendo más en el futuro. Hemos estado hablando de impermanencia. Este consejo sobre la impermanencia no es solo para budistas o practicantes religiosos. También es un consejo para todos, especialmente para las personas que van a morir y tal vez tengan mucho miedo y ansiedad. Todo esto puede dar ánimos.         

La impermanencia es un tema muy importante sobre el que aprender. Si están de acuerdo, pueden pensar: “Investigaré más sobre la impermanencia y la muerte”. Eso es algo grandioso que hacer. Por favor, regocíjense de esta forma y dedíquenlo a Su Santidad el Dalái Lama para que viva saludablemente durante mucho tiempo. Y hagan plegarias por aquellos que van a recibir la enseñanza de Su Santidad sobre Madyámaka, para que puedan entenderla y hacer su práctica sin problemas. Por favor, hagan así sus plegarias. Muchas gracias. Nos vemos mañana.    

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