Las mejores cualidades de un precioso renacimiento humano

Las ocho cualidades positivas y sus causas

Ayer hablamos sobre tomar refugio, dar una dirección positiva y segura a nuestra vida. Dar una dirección segura a nuestra vida, una dirección positiva y segura, es una práctica muy importante, un punto muy importante, porque es sobre esta base que seremos capaces de alcanzar, rápidamente, la iluminación. Por lo tanto, definitivamente vale mucho la pena esforzarnos en esta dirección. Actualmente contamos con la excelente base de trabajo de una preciosa forma humana y, si contamos con una que tenga los grandiosos ocho o las ocho cualidades positivas que pueden madurar de acciones pasadas positivas, entonces contamos con la mejor de las oportunidades para progresar. ¿Cuáles son estas ocho cualidades maduradas que hacen que nuestra práctica sea lo más efectiva posible?

  • Contar con una larga vida.
  • Contar con un excelente físico y tener buena apariencia.
  • Haber nacido en una familia, ambiente social y demás, excelentes.
  • Ser una persona poderosa con muchos recursos para usar.
  • Contar con una forma de expresión oral excelente, en otras palabras, ser alguien que habla poco, pero que lo que dice es extremadamente honesto y significativo, que no es severo, y es útil y apropiado para todos. 
  • Ser un tipo de persona extremadamente influyente, que pueda ejercer una influencia positiva en los demás.
  • Ser alguien con gran fuerza física, gran vigor.
  • Contar con gran fuerza mental o fuerza de voluntad. 

¿Cómo podemos usar estas cualidades?

  • Si contamos con una larga vida, podemos entonces completar nuestras prácticas hasta el final. Tendríamos un periodo para poder desarrollarnos y ser de beneficio a otros.
  • Si tenemos una buena apariencia física, buenos modales y presentación, los demás se sentirán atraídos de forma natural hacia nosotros y podremos contar con un gran círculo de gente a nuestro alrededor a quien poder dar enseñanzas y ayudar.
  • Si venimos de una excelente familia y antecedentes sociales, esto será muy útil en el sentido de que los demás nos pondrán, automáticamente, mayor atención y escucharán con mayor seriedad lo que tengamos que decir.
  • Si tenemos influencia y poder, entonces tendremos los medios para poder ayudar a otros.
  • Si somos honestos al hablar, los demás nos escucharán y nos tomarán en serio.
  • Si tenemos poder y gran influencia, podemos usarla para influenciar a otros de manera positiva más fácilmente.
  • Si contamos con mucho vigor y gran fuerza de voluntad, podremos usarlos para, por ejemplo, obtener los diversos tipos de percepciones extrasensoriales y otros logros diversos con mayor facilidad. Seremos capaces de aplicarnos completamente, tanto física como mentalmente.

La causa que nos permitirá tener una larga vida, la primera de la lista, es dejar de matar a cualquier criatura viva. También salvar la vida de criaturas que están a punto de ser devoradas, por ejemplo, salvar un ratón de campo o una criatura que esté a punto de ser cazada por un halcón, algún animal que esté siendo cazado por animales más grandes en el bosque, o un ratoncito que vaya a ser comido por gatos. Salvar la vida de criaturas también trae como resultado la extensión de nuestra vida; tendremos así una larga vida. Ayudar a los necesitados y a los enfermos, es también algo muy positivo y da buenos resultados. Todo esto son causas para tener una larga vida. 

La causa que madura en una buena apariencia física, en ser guapa o guapo, es hacer ofrendas de lámparas de mantequilla, también regalar ropa y diversos tipos de joyería y esas cosas. También el no ser celosos o enojones, todo esto da como resultado ser muy atractivos.

Las causas para nacer en una buena familia con buenos antecedentes sociales, es ser muy respetuosos hacia los maestros espirituales, hacia los diversos maestros que tengamos, aun de asuntos mundanos como de lectura y escritura, y ser respetuosos hacia nuestros padres.

Las causas para tener muchos recursos materiales que podemos usar para ayudar a otros es ser generosos y dar a los necesitados, dar caridad y demás cuando nos lo piden, e incluso cuando no nos lo pidan, hacer regalos a otros. Todo esto da como resultado riquezas que podemos usar para ayudar a otros.

Había una vez en una tierra muy lejana, una vieja y un viejo que tenían tan solo un pedazo de tela que compartían para envolverse con ella a modo de ropa. Había un pratyekabuda liberado, es decir, un ser auto-evolucionado, que pasó por la casa de los viejos pidiendo limosna. No tenían comida ni nada que darle a esta gran persona, pero le tenían mucha fe, así que le ofrecieron la única pieza de ropa que tenían, este pedazo de tela. Como resultado, ya que a la persona a quien se lo dieron era una persona tan preciosa y santa, inmediatamente recibieron en su casa una lluvia de ropa y comida, y todo tipo de recursos materiales. Es más, en sus vidas futuras nacieron vestidos con una tela blanca. 

La causa para ser muy influyentes, para ser capaces de influenciar positivamente a otros, es entrenarnos y aprender diversas habilidades, y ofrecer plegarias para ser capaces de ayudar a otros; adicionalmente, hacer ofrendas a la Triple Joya con la mejor de nuestras habilidades. No es necesario hacer una ofrenda enorme si no tenemos recursos, pero aquello que ofrezcamos, aun si es una pequeñísima ofrenda, hacerla puramente, sin mezquindad alguna y con el pensamiento de: “que por esta ofrenda pueda yo ser de beneficio a todos”. 

Existen muchos relatos de las diferentes formas en que el Buda Shakyamuni dedicó su corazón a otros y a su iluminación en vidas previas. Hizo muchas ofrendas, no tenía grandes riquezas u objetos para hacerlas, pero por haberlas hecho con un corazón tan puro y con sentimientos tan profundos y sinceros hacia otros, los resultados fueron muy buenos. Así que, cuando hagamos ofrendas, puede ser una pieza de tela blanca o una flor o cualquier cosa parecida. Hay un relato de tiempos del Buda Dipamkara, en el que se hizo una ofrenda tan solo lanzando algunos lirios al aire; la cuestión aquí es que, si se hace una ofrenda con un corazón muy sincero y puro, los resultados serán muy buenos. Hay otro relato de alguien que hizo una ofrenda al Buda de sólo un cuenco con arena, haciendo plegarias de que deseaba que ese cuenco que ofrecía fuera un cuenco de polvo de oro. Hizo su deseo con un corazón tan puro y sincero que los resultados fueron monumentales.

Cualquier tipo de actividad positiva que llevemos a cabo, como escuchar enseñanzas y luego contemplarlas, pensar en ellas y tratar de instalarlas como hábitos benéficos de nuestra mente, meditar, circunvalar, cualquier tipo de práctica que hagamos, si decimos: “Que el potencial positivo generado de esto pueda madurar en mi habilidad para ayudar a todos los seres sensibles, en mi obtención de la iluminación para que pueda realmente llevarlo a cabo”, entonces esto es tanto una plegaria de aspiración con la que deseamos lograr algo como, al mismo tiempo, una plegaria dedicatoria. 

Si tenemos un objetivo particular al llevar a cabo una acción y decimos: “Que, a través del potencial de esto, pueda suceder esto y lo otro, que pueda alcanzar la iluminación”, y demás, entonces eso es ambas cosas, una plegaria de deseo, en otras palabras, una aspiración, y una plegaria dedicatoria. Mientras que si sólo deseamos que pase algo: “que pueda yo obtener preciosos renacimientos humanos en mis vidas futuras”, o “que pueda alcanzar la iluminación”, si sólo es un deseo así sin algo específico a qué lo dediquemos, entonces es únicamente una plegaria de deseo. Hay una diferencia entre estas dos. Si se trata de una plegaria dedicatoria, entonces también es una plegaria de deseo, pero una plegaria de deseo no es necesariamente una plegaria dedicatoria al mismo tiempo. La diferencia estriba en términos de un deseo, una plegaria de deseo es simplemente el deseo de que algo suceda, mientras que una plegaria dedicatoria está dirigiendo algo del potencial positivo que estamos acumulando -o sólo nuestro corazón amable o algo- para que nuestros deseos se hagan realidad.

Si dedicamos a la iluminación el potencial de cualquier actividad positiva que hacemos, como en: “que pueda yo dirigirme a obtener la iluminación”, entonces ese potencial no se agotará hasta que en verdad alcancemos la iluminación. Si lo estamos dedicando para un logro así de enorme, no se terminará hasta que tal logro se haya alcanzado, así que durará por mucho, mucho tiempo. Mientras que, si no dedicamos el potencial a algo grande como esto, entonces el potencial de las acciones positivas, tan solo madurará en algo y ahí se agotará, será de mucha más corta duración. Si lo dedicamos apropiadamente, entonces el potencial durará todo el camino hasta alcanzar la iluminación. 

Si no hemos dedicado los potenciales positivos que hemos acumulado, podemos destruir tal potencial al enojarnos, así que es muy importante no enojarnos porque los resultados pueden ser bastante desastrosos en términos de destruir el potencial positivo acumulado, que no ha sido dedicado. Por ejemplo, cuando pasamos por el detector de rayos X en un aeropuerto, si llevas un rollo fotográfico expuesto, todas las fotografías que hayamos tomado se borrarán por los rayos X. Por un proceso similar, el enojo borra todo el potencial positivo que hayamos acumulado. Por lo tanto, ya que el enojo conlleva tantos inconvenientes y deficiencias, y le siguen tantas desventajas, necesitaríamos tratar de disminuir nuestro enojo lo mejor que podamos. El enojo puede lanzarnos a un renacimiento infernal. Por lo tanto, es extremadamente importante templar nuestro enojo y tratar de deshacernos de él. 

Para regresar a la lista que estábamos abordando, la causa de tener mucha fortaleza de cuerpo y mente, es dar alimento nutritivo y demás a otros, y también lograr todo tipo de tareas que otros no pueden siquiera concebir o ser capaces de llevar a cabo. 

Tendríamos que hacer plegarias para tener la mejor base de trabajo posible, un cuerpo humano con todas las cualidades que nos permitan ser más efectivos para ayudar a otros. Entonces, al tener tal base, un cuerpo humano con estas cualidades, seremos capaces de seguir un camino espiritual de la manera más efectiva y eficiente, y tendremos todas las habilidades para hacerlo. Sin embargo, si no seguimos camino espiritual alguno, podríamos fácilmente usar de forma incorrecta tales cualidades y convertirlas en causas para acumular gran cantidad de potenciales negativos. Por lo tanto, es importante que, cuando hagamos plegarias para tener tales cualidades en el futuro, también hagamos plegarias con el fin de obtenerlas para usarlas en propósitos espirituales benéficos.

El nivel inicial de entendimiento experiencial en los caminos espirituales del Dharma (de los niveles de entendimiento experiencial inicial, intermedio y avanzado) se alcanzan cuando nos damos cuenta que el dedicar nuestra vida tan solo a cosas mundanas, para conseguir cosas tales como alimento, bebida, vestido y demás, no tiene esencia alguna. De esta manera, tendremos un entendimiento experiencial de que trabajar para esta vida no tiene sentido y, por lo tanto, nos decidimos: “Trabajaré en beneficio de mis vidas futuras”. De manera consecuente, el énfasis principal lo ponemos en trabajar para mejorar las vidas futuras y dirigimos nuestra energía en la búsqueda del beneficio futuro, para mejorar nuestras vidas futuras.

La meditación

Para alcanzar este nivel de entendimiento experiencial, los puntos en los que meditamos para tratar de construir estos hábitos mentales positivos son, en primer lugar, pensar en la preciosa vida humana con todas sus libertades y ricas oportunidades que tenemos. A continuación, meditamos en la muerte y en que la situación presente no permanecerá estática, que todo es impermanente. El tercer paso es tomar una dirección positiva y segura en la vida, tomando refugio. El cuarto es pensar en las leyes del karma, del comportamiento y sus resultados.

Cuando meditamos en estos puntos y tratamos de constituirlos como buenos hábitos mentales, la manera en que lo hacemos es, primero, con un tipo de meditación de discernimiento, en ocasiones llamada meditación analítica, y luego con una meditación estabilizadora con la que nos fijamos en un punto, o meditación de fijación. En la primera de estas, la meditación de tipo analítico o de discernimiento, pensamos en los puntos mencionados, los analizamos, investigamos y tratamos de discernir las situaciones bajo esa luz. Entonces, cuando hemos llegado a una decisión firme de cómo son las cosas, concentramos nuestra mente en ello, y a esto se le llama meditación de fijación o meditación estabilizadora. Alternamos entre estas dos, tratando de discernir ciertos hechos de manera analítica, y luego concentrándonos en la certeza de que tal hecho es verdadero. 

Ahora yo les haré algunas preguntas. Primero que nada ¿cómo comenzamos a meditar? ¿cuál es el punto de arranque? ¿Cuál es el punto inicial que nos permite entrar en meditación?

Pensar que estamos meditando en beneficio de todos los seres sensibles.

Dr. Berzin: Eso es verdad en términos de la motivación, pero Rinpoche pregunta ¿cuál es el punto inicial para entrar en eso? Lo que quiero decir es que es cierto, necesitas la motivación, pero ¿cuál es el punto de inicio?

Enfocarnos en la respiración para aquietar la mente.

Dr. Berzin: Rinpoche pregunta si hay algo más que eso.

Darnos cuenta de la insatisfacción de la existencia cíclica que nos motiva a ir más allá. 

Serkong Rinpoche: Para todos ustedes, esto también entra en la categoría de motivación para meditar y las tres respuestas que han dado son respuestas generales en términos de procedimientos para la meditación. La pregunta es ¿cuál es la puerta de entrada que distingue a un practicante de Dharma de uno que no practica el Dharma, o entre un budista y un no budista? Así que la pregunta es más en términos del punto que delimita, que define la meditación. 

(Pausa)

Dr. Berzin: Si estuvieras meditando en la vacuidad, que es lo que . . . probablemente la palabra puerta de entrada no está traduciendo correctamente. No estoy realmente entendiendo cuál es el punto o qué es lo que realmente se está preguntando. Así que no está comunicando claramente. 

¿Se refiere a la base para la meditación?

Dr. Berzin: Más bien era: “¿cuál es la puerta de entrada en la que comienzas a meditar?”, es más bien eso lo que se preguntaba. Rinpoche estaba explicando que, por ejemplo, cuando comienzas a aprender a escribir ¿cuál es el punto de partida?, ¿qué es lo primero que comienzas a hacer? Eso era más bien lo que se preguntó. ¿Qué es lo primero que haces para comenzar? Cuando comienzas a escribir, lo primero que haces es aprender el alfabeto. De la misma manera, cuando comienzas a meditar, lo primero que haces es examinar la motivación que tienes para hacer la meditación. Esto es más general que las respuestas específicas que estaban dando. Examinas tu motivación y luego, si ésta no es buena, haces lo que decías, que es enfocarte en la respiración. Para así asentar la mente si te encuentras en un estado mental muy hostil al sentarte, o cualquier otro estado mental, llevas a cabo las técnicas de respiración.

Así que, una vez que has barrido el cuarto, limpiado el lugar de meditación y te has sentado en la postura adecuada, el punto de partida para cualquier meditación es examinar la motivación que te lleva a sentarte ahí. Lo primero que haces es llevar a cabo este reconocimiento, y no quiere decir que comiences sentándote, cerrando los ojos y de ahí seguir. El punto es primero observar la motivación para hacer esto. Rinpoche nos contará un buen relato sobre establecer la motivación para la meditación.

Serkong Rinpoche: Había una vez en el Tíbet un conocido bandido llamado Ben Gungyal (´Ben Gung-rgyal, ´Phen rKun-gal). Tenía una granja de cuarenta acres con la que a duras penas subsistía, pero como no le era suficiente, también era bandido y salía a saquear por ahí, así como a pescar y cazar. En una ocasión que estaba en un paso de montaña, pasó un viajero a caballo. El viajero no reconoció a Ben Gungyal y le preguntó: “¿Has visto o has oído hablar de este famoso bandido Ben Gungyal que anda por aquí?”. Él le contestó gritando: “Yo soy Ben Gungyal”, el viajero se asustó tanto que se cayó del caballo y rodó montaña abajo. Ben Gungyal se quedó muy consternado al verlo caer montaña abajo por sólo escuchar su nombre, así que cayó en cuenta de que eso estaba muy mal, eso de ser bandido y todo lo que había hecho. Admitió honestamente, ante sí mismo, todos sus crímenes, arrepintiéndose de sus acciones y se decidió a enmendarse, tomó la práctica del Dharma y vivió una vida honesta de ahí en adelante.

Con el fin de enmendarse, se mantuvo muy atento a todos sus pensamientos y acciones constructivas y destructivas a lo largo del día, llevando un registro de los mismos. Llevaba anotaciones de cada día y por cada acción o pensamiento destructivo, ponía una marca negra, y por cada positivo, ponía una marca blanca. Al principio, tenía casi sólo marcas negras y difícilmente alguna que otra blanca. A medida que fue meditando y construyendo hábitos benéficos, las marcas negras al final del día fueron, eventualmente, siendo menos y menos, y tenía más y más marcas blancas. Más adelante, se dio cuenta de que tenía muchas, muchas marcas blancas cada día, entonces tomó el nombre espiritual, el nombre religioso de: “El victorioso sobre la autodisciplina ética”. 

Siguió su entrenamiento de esa manera y, si al final del día veía que había más marcas negras, tomaba su mano derecha con la izquierda y la sacudía severamente diciendo: “Ben Gungyal, ¡eres una desgracia! Estás tratando de practicar el Dharma, pero lo que haces es echar todo a perder”, y se daba una buena regañada a sí mismo. Si tenía más marcas blancas, entonces se daba un apretón de manos tomando la izquierda con la derecha y se felicitaba diciendo: “Bien, buen trabajo, en verdad estás siendo ese victorioso sobre la autodisciplina ética”, y se elogiaba y animaba a sí mismo.

Posteriormente se hizo muy famoso, conocido como el buen mentor o Gueshe Ben Gungyal, el que fue victorioso en la disciplina ética, mucha gente lo visitaba y tenía muchos patrocinadores que lo financiaban. Un día, una señora que era una de sus patrocinadoras, lo invitó a comer a su casa. Mientras estaba ahí, la señora salió de la casa y él, por el instinto que tenía de haber sido un ladrón, al ver una gran canasta donde la señora guardaba el té, metió la mano para robar algunas de las hojas de té. Pero, al darse cuenta de lo que estaba haciendo, tomó su mano con la otra y le gritó a la mujer: “¡Oiga madre, venga pronto, agarré al ladrón!”.

En otra ocasión, una persona que también era su patrocinador, le mandó el mensaje avisándole que iría a su pequeña cabaña a visitarlo. Así que Ben Gungyal se levantó muy temprano y trabajó mucho para limpiar su cabaña y dejarla inmaculada, dispuso bellas ofrendas, hizo veladoras de mantequilla y encendió un incienso muy perfumado. Luego se sentó a meditar, lo primero que hizo fue examinar la motivación en todo lo que había hecho esa mañana. Se dio cuenta que había preparado todo porque lo visitaría su patrocinador y quería impresionarlo para conseguir más de él. Se percató de que esa era una terrible motivación. Así que se paró, se dirigió a la chimenea (en el Tíbet tienen ahí unos contenedores donde guardan las cenizas), así que tomó ese contenedor y fue por doquier vertiendo las cenizas y dejó su casa hecha un desastre. 

Esto ejemplifica el punto de que comenzamos cualquier meditación examinando la motivación que nos lleva a hacerla. Al hacer este examen, si notamos hostilidad, enojo, deseo o cualquier otra cosa, si vemos que tenemos gran perturbación mental, entonces es cuando hacemos los ejercicios de respiración. Por ejemplo, exhalamos lentamente y luego inhalamos lentamente, y contamos eso como uno, y lo repetimos veintiún veces, en el proceso calmamos nuestra mente. Notaremos que cualquier perturbación que nos estuviera molestando, se aquietará momentáneamente. 

Más adelante, Ben Gungyal, que ya tenía muchos patrocinadores y que recibía ayuda de todos, dijo: “Antes, cuando era un bandido, tenía cuarenta acres de tierra y robaba por las noches, pescaba y cazaba y ni así tenía suficiente comida para mi boca. Ahora me he convertido en un practicante espiritual y, aunque no necesite nada, viene la gente a darme más cosas. Mientras antes no lograba tener suficiente para comer, ahora tengo más de lo que puedo comer”. 

Después de examinar nuestra motivación, si es una motivación mediocre y estamos en un mal estado mental, nos asentamos haciendo los ejercicios de relajación. Entonces vamos al cuerpo principal de la sesión, que sería, por ejemplo, acumular hábitos mentales benéficos, pensando en nuestra preciada vida humana y demás, cualquier tema que vayamos a abordar en esa sesión. Si al examinar nuestra motivación, encontramos que está bien, entonces no hay necesidad de hacer primero las técnicas de respiración, podemos ir directo al tema que abordaremos. 

La postura de meditación se refiere a la postura de Vairochana de los siete puntos o de los ocho puntos. La octava parte, que puede o no incluirse, se refiere a la respiración. Existe un símil para entender cómo es que las respiraciones pueden engañar a nuestras actitudes perturbadoras para que desaparezcan momentáneamente. El símil es: supongamos que este cuarto está completamente lleno de gente que viene a la plática, si una persona más quisiera venir mañana, no habría lugar para que esa persona entrara y pudiera encontrar un asiento. Si tan solo entrara y le dijera directamente a alguien: “Oiga, deme su lugar, quiero sentarme”, eso no funcionaría y no podría conseguir un asiento. Pero si entrara y armara una historia diciéndole a alguien: “Oiga, allá afuera hay algo muy interesante ¿le gustaría salir a verlo?”, y esa persona se levantara y saliera, entonces podía tomar su asiento; así habría conseguido un asiento mediante una maquinación. De la misma manera es que las respiraciones engañan a las actitudes perturbadoras para que desaparezcan por el momento.

El asunto de las vidas pasadas y futuras

Dr. Berzin: Le planteé a Rinpoche la pregunta sobre las vidas pasadas y futuras que surgió aquí anoche. La pregunta era que, si estamos todavía cuestionándonos el asunto de si hay vidas pasadas y futuras, pero al mismo tiempo estamos haciendo diversas prácticas, si eso se consideraría Dharma en un sentido formal. Rinpoche contesto que, si definimos Dharma como medidas preventivas que nos evitan caer en renacimientos inferiores en el futuro, entonces, si no pensamos en términos de beneficiar nuestras vidas futuras, nuestras acciones no irán en la dirección de impedirnos caer en un renacimiento inferior, porque no estamos pensando, por el momento, en esos términos. Eso no niega el hecho de que lo que estemos haciendo esté acumulando potenciales positivos. Es algo benéfico porque hay muchos niveles de medidas preventivas en términos del uso general del término como traducción de la palabra Dharma. 

Por ejemplo, si vamos al doctor por una vacuna o algo así, esa es una medida preventiva para no enfermarnos, y va en beneficio de esta vida; naturalmente, a cierto nivel ordinario es una medida preventiva. De la misma manera, lo que hagamos en esta vida, cualquier medida particular que tengamos que aplicar en este momento, cuando dan resultados aquí, también son, en esta vida, una medida preventiva. Pero si estamos hablando formalmente sobre los estados mentales que son el camino descritos en el lam rim, los caminos graduales de la mente, de alguien que está trabajando con los niveles de motivación y visión inicial intermedio y avanzado, todo eso viene antes de la visión inicial. Sólo podemos dar el primer paso en la descripción de los caminos cuando efectivamente pensemos en términos del beneficio en vidas futuras. 

Así que, como occidentales, comenzamos un paso antes de eso. Si la verdadera frontera a partir de la cual los tibetanos comienzan a describir el camino espiritual, recae en el momento en el que efectivamente comencemos a trabajar en beneficio de nuestras vidas futuras, entonces, para realmente alcanzar ese nivel, es necesario conocer sobre vidas futuras y conocer también cómo trabajar para establecer ese entendimiento de su existencia en nosotros mismos. 

Serkong Rinpoche: Ahora todos sabemos que tenemos tanto cuerpo como mente. Las columnas y las vigas y esas cosas no tienen mente en el sentido de una conciencia que podamos entender todos. Si sólo fuéramos un cuerpo físico, sin las diversas maneras de ser conscientes (o una mente) entonces, si todo fuera sólo físico, no habría diferencia entre nosotros y un cadáver o una columna o una viga.

¿Cómo te llamas?

Thubten.

Cuando dices: Thubten como tu nombre, vemos tu cuerpo; no podemos ver, realmente, tu mente, tus formas de ser consciente. Pero cuando hablas en términos de tu mente como actividad mental, entonces ahí está tu actividad mental de ayer, de hoy y también de mañana. No hay momento en que la mente, la actividad mental, sea no existente, es una continuidad. Cuando comienzas a pensar en esos términos, tendrías que tratar de entender que, aunque el cuerpo tendrá un final y será no existente, no es el mismo caso con la mente. 

En cuanto a las maneras en que verdaderamente nos convencemos de las leyes del comportamiento y sus resultados (que llevar a cabo acciones de tipo positivo y constructivo, acumula un potencial positivo y su fruto, resulta como felicidad) tal como lo expuse el otro día, es algo de lo que llegamos a convencernos sobre la base de una autoridad de las escrituras. Es muy difícil ver eso con nuestros ojos, ser capaces de probar por nosotros mismos que causa y efecto funcionan así. Necesitamos aceptar la palabra del Buda en ese asunto.

Entonces, si eso es algo que no podemos ver efectivamente con nuestros ojos y necesitamos aceptar la palabra del Buda ¿cómo podemos llegar a aceptar la palabra del Buda en estos asuntos?, ¿qué hace al Buda ser una autoridad válida y correcta en estos asuntos, en términos de que haya felicidad resultante a partir de llevar a cabo acciones positivas y que la continuidad mental vaya a vidas futuras? La manera en que podemos validar y cómodamente aceptar la palabra del Buda en estos asuntos es pensando en otros temas sobre los que habló el Buda. Entre otros, el Buda habló de la vacuidad de la realidad, también habló sobre los métodos para alcanzar el shámata, que es un estado mental tranquilo y estable, o tranquilidad mental. Si observamos lo que el Buda dijo sobre esos temas y los llevamos a la práctica de acuerdo a lo que indicó, nos daremos cuenta, de hecho, que es cierto. Lo podemos verificar por nosotros mismos, a partir de nuestra propia experiencia, que lo que dijo sobre la realidad es verdadero porque podemos verlo. Lo que dijo sobre obtener un estado mental tranquilo y estable es cierto porque lo obtenemos. Así que, sobre la base de eso, podemos aceptar su palabra en otros asuntos tales como las vidas futuras.

Podemos considerar el ejemplo de gemelos o trillizos idénticos. Estos dos o tres niños pueden ser físicamente idénticos, pero uno de ellos será más listo que el otro; uno de ellos será capaz de aprender muy rápidamente y el otro será un poco más apagado. La razón detrás de todo esto recae en sus vidas pasadas. Uno de ellos entrenó su mente muy bien en vidas pasadas y tenía el instinto para ser más listo, mientras que el otro no hizo lo mismo y, por lo tanto, era un poco más lento de mente. De cualquier manera, aunque no podamos probar que la mente viene de vidas pasadas y que existen tanto las vidas pasadas como las futuras, aunque no podamos probar eso, en todo caso, también es cierto que tampoco podemos probar que no existen. Sin embargo, si alcanzamos un estado mental tranquilo y estable, shámata, en el que podemos tener una perfecta concentración unipuntual, entonces podremos adquirir diferentes tipos de PES (poderes extra sensoriales); y cuando tenemos esto, podemos realmente ver nuestras vidas pasadas. Quizá no podamos ver un gran número de ellas, pero por lo menos seremos capaces de ver algunas. Lo mismo aplica para las vidas futuras; podemos ser capaces de ver dónde renaceremos. Al seguir las metodologías, es realmente posible ver por nosotros mismos la existencia de vidas pasadas y futuras.

¿Puedo hacer una pregunta?

Sí.

¿Qué tipo de detalles podríamos ser capaces de ver?

Naturalmente, habrá personas con diferentes niveles de memoria de lo que han hecho en vidas pasadas y esto también aplica para esta vida. Algunas personas pueden recordar cada comida que han tenido en esta vida; otras probablemente no recuerden en absoluto la mayoría de las comidas que tomaron hace años, lo que en verdad comieron o hicieron en cada día específico, sin mencionar el recordar lo que hicieron en cada día específico de vidas pasada. Eso depende de cada individuo, algunos serán capaces de ver con mayor o menor detalle. ¿Recuerdas cada una de tus comidas de hace ocho años, de cada día de ese año?

Quizá de cuatro y medio.

¿Recuerdas cada una de tus comidas de hace cuatro y medio años?

De enero a marzo, pero sólo la del medio día. 

Pero no recuerdas lo que comiste el mes anterior ¿verdad?

No.

Lo mismo aplica para vidas pasadas. Será muy raro que recuerdes cada pequeño detalle de ellas. Aun entre la gente común y corriente hay personas que recuerdan sus vidas pasadas.

Probar de manera lógica la existencia de existencias pasadas y vidas futuras es muy difícil. Al gran maestro en lógica, Dharmakirti, en la India antigua, le fue difícil probárselo a un rey a partir de la lógica; lo que hizo fue encontrar a un moribundo y poner una perla en su boca. Meses después, nació un niño con una perla en su boca y de esta manera quedó demostrado, a un nivel muy físico, la existencia del renacimiento. De la misma manera, tendríamos que considerar a Su Santidad el Dalái Lama, que es la catorceava y actual reencarnación en la línea de Dalái Lamas; igualmente el Panchen Lama, que es más que el décimo en esa línea; en la línea de los Karmapas, el pasado fue el dieciseisavo en esa línea. Aunque estos grandes lamas han cambiado cuerpos en todas estas encarnaciones, sus continuos mentales han seguido sin ruptura. No es tan simple como encontrar a un oficial que reemplace al viejo oficial retirado, no es así. Cuando se busca a la reencarnación, no están buscando a un remplazo, sino a la continuidad de ese flujo mental. Después de la muerte del treceavo Dalái Lama, cuando se buscaron los signos para encontrar al catorceavo, pasaron muchas cosas muy sorprendentes. Hay un lago que es sagrado para Palden Lhamo, y en este lago aparecieron las imágenes de una casa, un lugar y letras que indicaban el nombre de un área y demás, del lugar en el que el catorceavo Dalái Lama habría de nacer.

Cuando pensamos en todos estos asuntos, comenzaremos a introducirnos más en la idea de vidas pasadas y futuras. Cuando lo aceptemos, entonces encontraremos que, llevar a cabo diversas acciones positivas en beneficio de vidas futuras, llegará a ser algo importante para nosotros. Si la mente fuera simplemente un aparato mecánico o físico que, por ejemplo, pudiéramos instalar en una máquina, podríamos hacer una computadora e instalarle una mente y tendríamos un ser viviente. Podríamos, entonces, hacer perros, gatos, insectos y diversos seres a partir de máquinas; de hecho, podríamos ponerle una mente a absolutamente cualquier cosa. La absurda consecuencia que seguiría de esto sería que, si una mente fuera puramente física, entonces podríamos poner una mente en absolutamente cualquier cosa en el mundo, y todo a nuestro alrededor tendría vida y, consecuentemente, sería capaz de crecer. Podría ser así, o absurdamente podría seguir que, si pudiéramos poner vida y mente en las máquinas, al descomponerse todas las máquinas, la vida se extinguiría. Todos seríamos como dinosaurios y desapareceríamos si fuera algo puramente mecánico; al descomponerse las máquinas, la vida se terminaría. Si lo pensamos, ambas posibilidades son ridículas. 

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