Renuncia a la creación de apariencias ordinarias y al aferramiento

El último tema del que hablaremos es renunciar a que nuestra mente dé surgimiento a apariencias ordinarias y a nuestro aferramiento a estas apariencias ordinarias y, en su lugar, que nuestro interés principal sea que nuestra mente dé surgimiento a apariencias puras de figuras búdicas y mándalas, sin aferramiento alguno a ellas. 

Una figura búdica es la forma en que aparecen los budas que a menudo tienen múltiples caras, brazos y piernas, cada una de las cuales representa diferentes cualidades positivas a desarrollar en el camino a la iluminación. Un mándala es el palacio y el ambiente en el que estas figuras búdicas están paradas o sentadas. Cada característica arquitectónica también representa una parte diferente del camino. Los discípulos avanzados se visualizan a sí mismos en estas formas y ambientes como un método holístico para desarrollar todas esas cualidades, en una manera integrada y holística para alcanzar la iluminación.

La mente omnisciente de un buda

Recordemos nuestra descripción de la mente omnisciente de un buda. La mente omnisciente de un buda da surgimiento a la apariencia del universo cuántico entero y se da cuenta plenamente de su completitud y de su falta de existencia autoestablecida. Desde el lado de un buda, la mente omnisciente de un buda no reduce ese campo a ninguna apariencia de existencia autoestablecida en particular. Esto es así porque un buda no tiene un aparato o hardware limitado. Pero un buda sabe que otros con aparatos limitados, incluso con los aparatos sutilmente limitados de un arhat, reducen el universo cuántico a apariencias de existencia autoestablecida, como los sitios web en la pantalla de una computadora.

Cómo emana información un buda y cómo la perciben los seres limitados

La mente omnisciente de un buda emana información, la irradia en todas direcciones. Y, por supuesto, esa información puede entenderse en muchos niveles diferentes, pero de acuerdo al aparato con el que los diferentes seres reciben esa información, se traducirá a cierto lenguaje y se expresará en términos de ciertos conceptos y convenciones. 

Un buda emana información tanto en la forma de un discurso iluminador como en las apariencias de cuerpos iluminadores. Debido a los aparatos limitados de los seres sintientes, cada quien entiende el discurso iluminador en su propio idioma. En cuanto a la información de la apariencia del buda, de manera similar, de acuerdo al aparato del receptor, un buda aparecerá de muchas formas diversas simultáneamente ante diferentes seres en todos lados. Sin embargo, para alguien que no es receptivo a un buda, su aparato no recibirá ni las palabras ni la imagen del buda. 

Pienso que esta analogía es bastante útil, por lo menos me es útil a mí para entender cómo es que un buda puede hablar y cada quien entenderle en su propio idioma, y que el buda puede emanar cuerpos y las personas de todos los lugares ven a un buda diferente. Creo que esto tiene sentido.

La pregunta ahora es: con nuestro aparato ordinario, nuestro hardware ordinario, nuestros cuerpos limitados, ¿vamos a integrar el universo cuántico en nuestras apariencias ordinarias o vamos a integrarlo en la estructura y forma de figuras búdicas y mándalas? Podemos integrar esa información en cualquiera de estas dos formas, así que ambas pueden ser válidas. Es tan solo como percibimos el universo. Y ¿cuál de estas dos será de mayor beneficio en el trabajo para obtener la iluminación?

La determinación de liberarnos de la creación de apariencias ordinarias 

De lo que estamos determinados a liberarnos es de que nuestro principal interés esté en las apariencias ordinarias de nuestros cuerpos y ambientes acostumbrados, a los que nuestra mente da surgimiento, y de aferrarnos a que nuestra mente les dé surgimiento proyectando sobre ellos existencia autoestablecida. Lo que queremos en lugar de eso, como un medio hábil que nos ayude a obtener la iluminación, es que nuestra mente integre el campo en mándalas y figuras búdicas, sabiendo que ni el URL de las apariencias ordinarias ni el URL de los mándalas, están establecidos dentro de la computadora o dentro de nuestro aparato interno. Ambas están igualmente desprovistas de existencia autoestablecida. No hay diferencia, es solo que ver las cosas en términos de mándalas y figuras búdicas tiene muchas ventajas. 

Refutación excesiva o refutación insuficiente de la creación de apariencias ordinarias

Una refutación excesiva sería refutar la existencia convencional de las apariencias ordinarias a las que da surgimiento nuestra mente limitada, decir que no aparecen en absoluto. O creer que las apariencias de mándalas o figuras búdicas no existen para nada; eso es una verdadera estupidez, esa es una refutación excesiva.

Una refutación insuficiente sería solo refutar la existencia autoestablecida de nuestras apariencias, pero pensar que los mándalas y las figuras búdicas son cosas reales, así que aceptamos la existencia autoestablecida de las llamadas apariencias puras y solo refutamos la de las impuras. Esa es una refutación insuficiente. Pensar que ser un ser ordinario es una completa ilusión y que, en realidad, literalmente somos budas, esa también es una refutación insuficiente. 

La causa de que nuestra mente dé surgimiento a apariencias ordinarias

¿Cuál es la causa de que nuestra mente dé surgimiento a apariencias ordinarias de nuestros cuerpos ordinarios y del ambiente ordinario que nos rodea? Son las tendencias kármicas que, al ser activadas producen, a través del mecanismo de los doce eslabones de surgimiento dependiente, nuestro renacimiento incontrolablemente recurrente. En cada renacimiento, contamos con agregados manchados; “manchado” significa que hay algo distorsionado en ellos. La definición Prasánguika Gelug de manchado es: “mezclado con una apariencia de existencia autoestablecida”. Así que nuestro aparato es automáticamente limitado; automáticamente hará que las cosas aparezcan como si estuvieran ahí establecidas por su propio poder dentro de la pantalla de la computadora. Eso es manchado.

Debido al renacimiento samsárico con este tipo de agregados limitados, manchados, aparato manchado, nuestra mente da surgimiento a estas apariencias ordinarias, basadas en todas nuestras tendencias kármicas y demás. Y debido a ese hábito constante de aferrarnos a una existencia autoestablecida, creemos que lo que aparece corresponde a cómo existen las cosas en realidad. Nos aferramos a su existencia autoestablecida. 

Las desventajas del aferramiento a las apariencias ordinarias, y las ventajas de que nuestra mente dé surgimiento a apariencias puras

Las desventajas de que nuestra mente dé surgimiento a estas apariencias ordinarias y de aferrarnos a ellas, es que tenemos fuertes asociaciones perturbadoras con nuestras apariencias ordinarias: “Soy muy gordo, soy feo, me estoy haciendo viejo”, todo tipo de asociaciones perturbadoras con nuestra apariencia ordinaria. Es muy difícil poner un alto a estas asociaciones perturbadoras que tenemos con nuestra apariencia ordinaria, a las que da surgimiento nuestra mente limitada.

Somos muy críticos con las cosas que vemos a nuestro alrededor, por ejemplo: “Esta pared se ve fatal, necesita pintura”. No pensamos en lo que vemos en términos de: “el mándala necesita pintura nueva”, pensamos en términos de: “el cuarto necesita pintura nueva”. ¿Ven que hay una gran diferencia?

Si estamos imaginando que el espacio en el que estamos es un mándala, no pensamos que ese mándala necesita pintura nueva. Obviamente podríamos imaginar un mándala que necesitara pintura nueva, pero no nos hagamos tontos, normalmente un mándala es perfecto, pero somos muy críticos con nuestras apariencias ordinarias.

Además, nuestros cuerpos ordinarios cambian a cada momento, así que cuando estamos sentados, tratando de desarrollar concentración en nuestro cuerpo, por ejemplo, nos duele la rodilla, nos da comezón en la cara y demás. Así que es muy difícil alcanzar el shámata enfocados en la vacuidad de nuestro cuerpo ordinario, o enfocados en la impureza de nuestro cuerpo ordinario. Eso es porque la apariencia de la base para enfocarnos a la que está dando surgimiento nuestra mente, está cambiando todo el tiempo. Pero si nos enfocamos en nuestra vacuidad en la forma de una figura búdica, esa forma a la que está dando surgimiento nuestra mente no cambia; es siempre la misma, así que ayuda a nuestra mente a estabilizarse. 

¿Cuál es nuestro objetivo? Nuestro objetivo es que nuestra mente dé surgimiento a apariencias de nosotros y de los demás como figuras búdicas, y de nuestro ambiente como un mándala. Y entonces enfocarnos en su vacuidad.

Refutar excesivamente o de manera insuficiente a las apariencias puras y aferrarse a ellas

Una refutación excesiva es pensar que no existe cosa tal como las apariencias puras de figuras búdicas y mándalas, que son tonterías, productos de nuestra imaginación.

Una refutación insuficiente es pensar que una figura búdica particular es realmente como se ve un buda y que el Buda tiene existencia autoestablecida como esta figura, con todos estos brazos y piernas, y en un mándala. Recordemos que, cuando un buda emana, cada quién lo integra como una apariencia diferente. Integrarlo en la forma de un mándala es un medio hábil para ayudar a las personas a obtener una comprensión más sencilla de la vacuidad, para obtener la iluminación.

Un buda puede aparecer en cualquier forma, la forma que sea útil. No hay una forma inherente de un buda, de la forma en que se ve un buda. Incluso la forma clásica de un buda con sus 32 signos y 80 características: se les llaman señales indicativas en tanto indican las causas para alcanzar la iluminación, así que aparecer en esa forma es un medio hábil para enseñar a otros las causas para la iluminación. No es que así sea realmente como se ve un buda desde su propio lado. La forma en que aparece un buda es puramente para poder ayudar a otros a alcanzar la liberación y la iluminación. 

Las ventajas de que nuestra mente dé surgimiento a las apariencias de todo como las formas puras de figuras búdicas y mándalas

El propósito de que nuestra mente integre todo a nuestro alrededor en formas de mándalas y figuras búdicas, en lugar de que las reduzca automáticamente a apariencias ordinarias, es ser capaces de enfocarnos más fácilmente en la vacuidad de estas apariencias. Las apariencias puras parecen estar autoestablecidas, pero es más fácil entender que son como una ilusión. Además, también es más fácil enfocarse en la vacuidad de estas figuras búdicas porque no tenemos asociaciones perturbadoras con ellas como las tenemos hacia nuestro cuerpo y ambiente. 

Otro beneficio es que es mucho más fácil alcanzar el shámata enfocados en estas figuras. Son lo que se llama “fenómenos no estáticos estáticos”, a cada momento están cambiando porque se da el siguiente momento y el siguiente momento de cognición de los mismos, pero la figura misma, la forma, no está cambiando. Por ejemplo, Tara, no envejece, Tara no tiene comezón en el brazo, permanece siempre igual. De esa manera, es mucho más fácil alcanzar el shámata con nosotros en la forma de Tara, porque nuestra mente da surgimiento a un objeto que es siempre el mismo.

Además, enfocarnos de esta manera, funciona como una causa cercana para alcanzar los cuerpos iluminados de un buda; nuestro tipo ordinario de cuerpo que envejece y demás, no es parecido en absoluto a los cuerpos de forma de un buda. Nuestros cuerpos ordinarios no se desarrollan orgánicamente en cuerpos iluminados de un buda. Estas formas visualizadas ya son facsímiles de lo que estamos tratando de alcanzar. Son formas designadas para ayudar a otros a obtener todos los conocimientos sobre el camino, y nuestros cuerpos ordinarios no lo son. 

Y recuerden, todos los brazos, piernas y caras de estas figuras, representan diferentes aspectos de nuestro entendimiento, diferentes aspectos del camino. Eso es algo muy hábil para ayudarnos a permanecer atentos a lo que representan. 

Sobrestimar y subestimar a las apariencias puras

Queremos tener cuidado para no sobrestimar el que nuestra mente dé surgimiento a estas apariencias puras. Sobrestimar sería pensar que solo necesitamos visualizar todo como una figura búdica y como un mándala, y que eso es suficiente para alcanzar la iluminación. Eso es sobrestimar este tipo de visualización.

Subestimar sería pensar que imputar el “yo” convencional sobre estas visualizaciones es falso y, por lo tanto, visualizarlas es un autoengaño y escapa a la realidad, pero no es así. Nuestros factores de naturaleza búdica tienen un aspecto que puede dar surgimiento al nivel resultante de la budeidad, cuando todas las condiciones y circunstancias están completas. Una vez alcanzado ese nivel de iluminación, entonces nosotros también podremos emanar en formas que otras personas podrán integrar en estas figuras búdicas. Así que es válido etiquetar al “yo” convencional sobre todo el continuo de nuestro flujo mental hasta la iluminación. No es autoengaño hacerlo; pensar que realmente estamos en la etapa resultante en este momento, eso sí sería autoengaño. 

Si pensamos en el continuo de nuestra vida, desde que éramos bebés hasta hoy, podemos ponerle la etiqueta “yo” a todo eso, sobre cada momento de eso, ¿cierto? Por supuesto, ese “yo” está cambiando, ya que la base para el etiquetado ha cambiado: de bebé, a niño, a adolescente, etc. De manera similar, podemos etiquetar válidamente como “yo” a ese continuo hasta hoy, y también podemos etiquetarlo válidamente como “yo” cuando seamos un anciano o una anciana. Seguirá siendo una base válida para ser “yo”, ¿verdad?

Eso no significa que seamos hoy un anciano o una anciana, pero será una imputación válida si vivimos lo suficiente para llegar a ser ancianos. De la misma manera, no somos un buda hoy, pero si construimos todas las causas, podremos llegar a ser un buda y entonces podremos emanar en todas esas formas como lo hacemos hoy en las sadhanas, y beneficiar a todos de todas las formas posibles. Y entonces, cuando hablemos, todos podrán entendernos en su propio idioma y a su propio nivel, como sucede con un buda. Hoy imaginamos eso cuando recitamos mantras y emanamos luces y pequeñas figuras, sabiendo perfectamente que no estamos ahí todavía, y nos enfocamos en la vacuidad de todo eso.

Es muy importante mantener recordación de que esa visualización de nosotros y de todos los que nos rodean como figuras búdicas y de nuestro entorno como un mándala, todo es como una ilusión. Aparecen como autoestablecidos, pero no lo son, es un medio hábil que el Buda nos ha enseñado para permitirnos lograr más fácilmente un entendimiento de la vacuidad de las apariencias de existencia autoestablecida, porque no tenemos todas estas asociaciones negativas con ellas; ese también es otro de sus beneficios. 

¿Qué hacemos una vez que nuestra mente dé surgimiento a estas apariencias puras de figuras búdicas y mándalas? Imputamos nuestro “yo” convencional sobre ellas. A esto se le llama “sostener el orgullo de la deidad”. Luego nos enfocamos en su vacuidad y, mientras nos visualizamos en estas formas, llevamos a cabo todas las prácticas para construir fuerza positiva, como imaginar que estamos ayudando a todos los seres, que estamos dando enseñanzas a todos los seres y demás. De esta manera, es mucho más fácil combinar el llamado método y sabiduría.

El método para deshacerse de la creación de apariencias ordinarias y lograr que nuestra mente dé surgimiento a apariencias puras

¿Cuál es el método para deshacernos de la creación de apariencias ordinarias y lograr que nuestra mente dé surgimiento a apariencias puras? Primero, nos enfocamos en las apariencias ordinarias a las que nuestra mente da surgimiento y refutamos la naturaleza autoestablecida que aparentan tener. Luego nos enfocamos en la vacuidad de su naturaleza autoestablecida. Al enfocarnos en la vacuidad, nuestra mente no da surgimiento simultáneamente a apariencias ordinarias. Una ausencia de existencia autoestablecida y una presencia de apariencia autoestablecida son mutuamente excluyentes. Si nos enfocamos en: “No existe tal cosa como pequeñas personas sentadas dentro de mi teléfono celular, autoestablecidas y que aparecen”, entonces cuando nos enfocamos en: “no existe tal cosa como eso”, las personas pequeñas no aparecen simultáneamente en la pantalla, estamos solo enfocados en: “no existe tal cosa”. 

Luego visualizamos la apariencia pura de las figuras búdicas y el mándala, y aunque a veces se traduzca como: “desde un estado de vacuidad, surjo como esta o aquella deidad”, esa es una traducción engañosa. Aunque parece que se lee así en el mismo texto tibetano, la expresión original en sánscrito traducida por los tibetanos, quiere decir: “dentro del sabor de la vacuidad”, así que, conservando el sabor de la vacuidad, nuestra mente da surgimiento a estas apariencias. Sin embargo, no es como si la apariencia de una deidad estuviera sentada dentro de la vacuidad y saliera. Las apariencias puras de estas figuras conservan el sabor de la vacuidad; en otras palabras, de manera implícita, sin que aparezca la vacuidad, nuestra mente les da surgimiento como si tuvieran el sabor de la vacuidad. Eso es lo que en realidad significan esas palabras, si vamos al texto original en sánscrito. A esto se le llama vacuidad cual ilusión. Debido a que nuestra mente todavía es limitada, da surgimiento a estas apariencias puras como si parecieran tener existencia autoestablecida, pero aun así tienen este sabor de vacuidad al que nuestra mente estaba dando surgimiento y que estaba entendiendo inmediatamente antes de esto. Así que, implícitamente, sabemos que son como una ilusión. 

Obtener confianza de que nuestro principal interés puede ser que nuestra mente dé surgimiento a apariencias puras de figuras búdicas y su vacuidad

Podemos confiar en que nuestro principal interés puede ser que nuestra mente dé surgimiento a las apariencias puras de figuras búdicas y mándalas, porque los factores de naturaleza búdica imputados sobre nuestro continuo mental tienen un aspecto de nuestra iluminación aún no acontecida, el resultado aún no acontecido en la forma de estas figuras búdicas a los que estos factores de naturaleza búdica pueden dar surgimiento cuando todas las causas y condiciones estén completas. Y es válido imputar el “yo” convencional sobre estos aspectos, mientras nos damos cuenta del aún no acontecer de los mismos.

Tomemos el ejemplo de la semilla de una flor. La semilla de una flor tiene un aspecto que puede dar surgimiento a la flor aún no acontecida cuando se completen todas las causas y condiciones: cuando se plante en la tierra, se le riegue y reciba la luz del sol. Esa flor, el resultado, aún no está aconteciendo en el momento de la semilla, pero podemos imputar que puede pasar, y podemos llamarla semilla de flor mientras nos damos perfecta cuenta de que la flor, la semilla de flor, aún no ha acontecido en este momento. Pero sigue siendo una semilla de flor, es válido llamarla semilla de flor.

Es lo mismo en términos de nuestros factores de naturaleza búdica, estos factores se refieren principalmente a nuestros entramados de fuerza positiva y darse cuenta profundo. Ambos, junto con la vacuidad de la mente, permiten que suceda la iluminación como su resultado. Ambos entramados pueden dar surgimiento a su resultado, a saber, los cuerpos y mentes iluminadoras de un buda, debido a la vacuidad de la mente, a la vacuidad de ambos entramados y a la vacuidad de la causa y el efecto. Entendemos que la vacuidad de la existencia establecida significa surgimiento dependiente. Entonces podemos tener confianza de que el hecho de que  nuestra mente dé surgimiento a las apariencias de estas figuras búdicas acompañadas de las meditaciones apropiadas, será un método mucho más eficiente para alcanzar la iluminación a que nuestra mente solo dé surgimiento a apariencias de formas ordinarias. 

Resumen

Para resumir lo que hemos venido platicando, diremos que hemos hablado sobre la determinación de ser libres, en la que alejamos nuestra atención principal de ciertas situaciones que nos están produciendo problemas o limitaciones, y en su lugar la ponemos en algo que nos será de mucho más beneficio:

  • Pasamos de pensar solo en el beneficio a corto plazo en esta vida al beneficio a largo plazo en esta vida.
  • Pasamos de pensar solo en las cosas placenteras de esta vida a pensar en mejorar las vidas futuras.
  • Pasamos de solo enfocarnos en seguir teniendo maravillosas vidas futuras, obtener vidas samsáricas, a alcanzar la liberación.
  • Pasamos de solo apreciarnos egoístamente a nosotros mismos a valorar a los demás.
  • Pasamos de aferrarnos a la existencia autoestablecida a realmente existir, a la vacuidad, a que no existe tal cosa.
  • Pasamos de nuestra creación de apariencias ordinarias y de aferrarnos tanto a ellas como a su apariencia de existencia autoestablecida, a que nuestra mente dé surgimiento a apariencias puras, al tiempo que se comprende su vacuidad. 

Hemos analizado cada uno de estos niveles de acuerdo a un conjunto de variables: 

  • Hemos identificado correctamente al objeto del que estamos determinados a liberarnos, sin refutarlo en exceso o de manera insuficiente, así que hemos identificado lo que sería tanto una refutación excesiva como una refutación insuficiente.
  • Hemos identificado la causa del aferramiento a las mismas y las desventajas de dicho aferramiento.
  • Hemos identificado clara y correctamente aquello que, en su lugar, queremos alcanzar, sin sobrestimarlo ni subestimarlo.
  • Hemos afirmado los beneficios de lograr esto.
  • Hemos aclarado lo que haremos una vez que lo hayamos obtenido.
  • Hemos identificado correctamente y entendido el método para deshacernos de aquello a lo que estamos aferrados, y para obtener lo que queremos alcanzar, en otras palabras, el método para alcanzar esta liberación.
  • Hemos obtenido confianza en que el método funcionará y en que podemos tener éxito en alcanzar nuestro objetivo al aplicarlo.

Esto nos da un formato muy útil para trabajar en las diversas etapas del camino hacia la liberación y la iluminación. 

Ahora tenemos tiempo para algunas preguntas finales.

Preguntas

Si ahora, en esta vida, tengo condiciones muy cómodas, eso puede evitar que renuncie a condiciones cómodas en las próximas vidas. Así que quizá si me pongo en condiciones incómodas en esta vida, sería más fácil para mí generar renuncia también en mis próximas vidas y generar renuncia al samsara en general. Así que en un sentido ¿entre peor la pasemos, es mejor? 

Si tenemos situaciones muy cómodas por supuesto que podemos ser muy complacientes con ello y pensar: “Esto es fantástico, me voy a relajar y a disfrutarlo” o podemos aprovechar el hecho de tener excelentes condiciones y usarlas como la base para poder ayudar más a los demás. No estamos renunciando a nuestra comodidad, sino a nuestro aferramiento a eso. No es que necesitemos causarnos sufrimiento a propósito para poder renunciar al sufrimiento. Si somos lo suficientemente sensibles, detectaremos el sufrimiento en cualquier caso: el sufrimiento del envejecimiento, el sufrimiento de la enfermedad y muchos otros tipos de sufrimiento además de solo ser pobres, o no tener un buen televisor, etc. 

Sin embargo, es importante darnos cuenta del sufrimiento de los demás. Ya sea que lo hagamos en términos de las personas que nos rodean y las situaciones de esta vida, o que pensemos en el sufrimiento de los infiernos y demás, necesitamos hacerlo para abrir nuestro corazón. No es necesario que vivamos la experiencia de un infierno para pensar en los sufrimientos de los infiernos y desarrollar compasión por aquellos que lo experimentan. Es muy difícil hacerlo sinceramente, realmente imaginar estar ardiendo en un infierno o solo quemarnos en vida como seres humanos, no es fácil imaginar cómo sería eso, sin embargo, tratamos de hacerlo. 

En resumen, necesitamos estar alertas a esos sentimientos de culpa por estar cómodos, y más bien usar esa situación cómoda, si es que la tenemos, para ayudar más a otros.

¿Existen nuevos continuos mentales naciendo o apareciendo?

Cada continuo mental no tiene principio, así que no se están creando nuevos. El número de continuos mentales es incontable, pero eso no quiere decir que haya un número infinito, es finito. Si hubiera nuevos continuos mentales, tendríamos que preguntarnos de dónde provienen, y cuáles son las causas, condiciones y circunstancias que les dieron surgimiento. Habría muchas contradicciones en eso.

Por lo general, los textos dividen el amor y la compasión en dos cosas diferentes, pero cuando hablamos de amor, cuando deseamos a otros felicidad ¿qué clase de felicidad tendríamos que desearles? Si les deseamos solo una felicidad ordinaria, esa felicidad ordinaria es un tipo de sufrimiento. En este caso ¿cuál es la razón para diferenciar amor y compasión?

Cuando damos amor a otros, deseamos que sean felices, por supuesto que hay etapas en esa felicidad que les deseamos. Claro que, si son infelices, es mejor que sean felices, aunque se trate de una felicidad ordinaria. “Que todos los seres sensibles tengan la felicidad que provee las condiciones conducentes para alcanzar la iluminación”, eso es amor inconmensurable. Y está el gozo inconmensurable en el sentido Mahayana: “Que tengan la felicidad de la iluminación que nunca declina”. 

Así que hay etapas en la felicidad que les deseamos. Y la compasión es: “que estén libres del sufrimiento”. Eso es quitar algo, estar libres de algo, y el amor es alcanzar algo, la felicidad. Claro que no solo queremos que los demás tengan felicidad ordinaria, ese no es el objetivo final. Pero con esa felicidad ordinaria, queremos que puedan trabajar más y obtener la felicidad indeclinable de la budeidad, el gozo inconmensurable. 

Cuando escuchamos en las enseñanzas la palabra “mérito”, nos dicen que si acumulamos suficiente tendremos algunas circunstancias positivas, y que todo funcionará muy bien para nosotros. Pero cuando trabajo para ayudar a otros no puedo evitar sentir: “Hoy estoy en el barco y estoy obteniendo más circunstancias y oportunidades positivas, porque estoy acumulando mérito al llevar a cabo estas prácticas”; sin embargo, los demás se siguen ahogando en el océano del samsara. 

Si el problema es sentirte culpable por haber construido algo de fuerza positiva, bueno, tienes que analizar ¿qué hay de malo en construir fuerza positiva? Y subyacente a eso ¿cuál es la visión que tienes de ti mismo que te hace pensar que quizá no merezcas tener esta fuerza positiva? O sea, una baja autoestima. 

Necesitamos darnos cuenta de que no hay base alguna para la baja autoestima. Todos tenemos estos factores de naturaleza búdica, por lo tanto, algún tipo de acumulación de fuerza positiva; de otra forma, nunca habríamos tenido siquiera un momento de habernos sentido felices en nuestra vida. Así que hay cierta fuerza positiva. También hay algo de darse cuenta profundo, somos capaces de entender algo, somos capaces de entender el lenguaje, así que contamos con los factores que nos permitirán iluminarnos. Por ello, no hay razón alguna para tener poca confianza en nosotros mismos; no hay razón para tener baja autoestima. Al construir mayor fuerza positiva, lo que estamos haciendo es fortalecer lo que ya teníamos. Quizás hayamos sido adoctrinados de manera que no sentimos merecer ser felices o que nadie merece ser feliz, pero necesitamos analizar esto ¿son supuestos razonables? Estrictamente, desde un punto de vista budista, eso no es razonable. 

Todos por igual merecen ser felices, este es un principio básico budista, así que no hay razón para sentirnos mal por construir las causas para la felicidad. 

¿Es posible desarrollar esos seis niveles de renuncia al mismo tiempo, o necesitan ser secuenciales y seguirse así en esta vida o en diferentes vidas?

Cuando trabajamos inicialmente con estos seis, los desarrollamos de manera secuencial, porque se van construyendo uno a uno sobre los cimientos de los anteriores, tal como sucede con el lam-rim: primero el nivel inicial, luego el nivel intermedio y luego el nivel avanzado, cada uno apoyándose sobre el otro e incluyendo al nivel anterior. Y más adelante, ya con una familiaridad a largo plazo con todos, necesitamos ser capaces de contar con los seis tipos de renuncia al mismo tiempo. 

Mi maestro Serkong Rinpoche solía decir: “Tendrías que ser capaz de tener todos los puntos del lam-rim simultáneamente en un instante en el tiempo que toma poner un pie en el estribo de un lado de la montura hasta poner el otro pie del otro lado del caballo”. Así que necesitamos tener mucha familiaridad con ello para poder hacer esto. Necesitamos muchas repeticiones, y eso significa meditación. 

Me parece, entonces, que este es un muy buen punto para terminar: meditación.

Dedicatoria

Pensemos que toda la fuerza positiva, que todo el entendimiento que hayamos obtenido de esto, pueda profundizar cada vez más y actuar como causa para que todos obtengamos el estado iluminado de un buda en beneficio de todos. Gracias. 

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