La necesidad especial de un maestro en el tantra superior

El rol especial de la transmisión oral en el tantra

La transmisión oral y la inspiración de un mentor espiritual desempeñan un rol aún mayor en el tantra que en la práctica sútrica. Esto es evidente por la estructura de los textos tántricos mismos y por el rol indispensable de la solicitud de inspiración a los Maestros del linaje, uno por uno, en casi todas las prácticas.

En Una lámpara iluminadora, el Maestro indio Chandrakirti explicó los seis significados alternativos y los cuatro niveles de interpretación textual, esbozados en Una antología de la conciencia vajra profunda. Esta última obra es uno de los tantras explicativos de Guhyasamaja para comprender las “expresiones-vajra” de la clase superior de textos tántricos raíz. Excepto por el Tantra de kalachakra, el “tantra claro”, el lenguaje de estos textos es intencionalmente oscuro y oculta muchos sentidos en cada una de sus palabras. Una expresión-vajra puede tener sentidos que son: (1) explícitos y sugestivos de otra cosa, (2) sugeridos e implícitos, (3) metafóricos y (4) no metafóricos. Además, el lenguaje de la expresión de los términos puede ser (5) convencional o (6) absurdo y no convencional. Además, la expresión puede tener niveles de interpretación (1) literales, (2) compartidos, (3) ocultos, y (4) últimos.

En Una explicación extensa de “Una lámpara iluminadora”, Sherab Senggé, el fundador guelug del Colegio tántrico bajo, explicó por qué los “tantras ocultos” codifican sus significados de esta manera compleja. Aunque es necesario que estén presentes muchos factores contribuyentes, el éxito en el sendero tántrico depende de la inspiración y la energía positiva obtenida de una relación saludable con un Maestro tántrico. Para asegurarse de que los discípulos construyan esa relación, el lenguaje de los tantras es intencionalmente oscuro. Sin apoyarse en sus Maestros tántricos para la transmisión oral, la instrucción y la inspiración, los discípulos no pueden conectar los tantras explicativos con los textos raíz para derivar el significado interno de las prácticas tántricas.

Diversos métodos para inspirar a los discípulos

Los discípulos del sendero tántrico pueden obtener inspiración de sus mentores para activar su naturaleza búdica, no solamente por la audición de las palabras de las transmisiones orales, sino a través de todos sus sentidos. Los Maestros tántricos consagran pequeñas píldoras de hierbas, chinlab, la misma palabra que se utiliza para inspiración, y se las dan a los discípulos para que las saboreen y las traguen. Hacen lo mismo con bolas de masa de cebada tostada durante ceremonias, para motivarlos a vivir largas vidas dedicadas al desarrollo personal y a ayudar a otros. Las actitudes positivas de los discípulos al comerlas, fortalecen indudablemente su sistema inmunológico.

Los Maestros tántricos inspiran además a los discípulos tocándolos en la cabeza, ya sea con estatuas que contienen reliquias de las figuras del linaje, o con las manos, dándoles un “ empoderamiento con las manos” (bendición de las manos). También consagran cordones rojos especialmente anudados y amuletos para que los discípulos los usen alrededor del cuello como protección. Tocarles la cabeza o darles talismanes no tiene como propósito alimentar supersticiones o esperanzas de magia. La intención es inspirarles confianza a los discípulos para que no vacilen en usar los potenciales de su naturaleza búdica.

Las tradiciones nyingma y kagyu hablan de “la liberación a través de oír, ver y ser tocado”. Aquí, liberación significa obtener inspiración a través de esas experiencias sensoriales para activar la propia naturaleza búdica. Consecuentemente, la práctica espiritual se torna especialmente potente para producir la liberación lo más rápidamente posible. La traducción literal del título tibetano del famoso Libro tibetano de los muertos, es La liberación por la escucha de las palabras del texto recitadas mientras se está en el bardo. Para que los discípulos obtengan la liberación mediante la visión, los lamas nyingma les muestran estatuas especiales del fundador de su linaje, Gurú Rinpoche Padmasambava. Los Karmapas, los Maestros superiores de la tradición karma kagyu, llevan a cabo la ceremonia del sombrero negro. Los discípulos obtienen inspiración para sus prácticas no sólo por ver al Karmapa usar su sombrero negro, que es simbólico de las realizaciones del linaje entero, sino también por estar en presencia de un Maestro realizado que se encuentra en total absorción meditativa.

Los Maestros tántricos también dan píldoras de hierbas consagradas, bolas de masa de larga vida, transmisiones de poder con las manos, cordones de protección y amuletos al público en general. Asimismo permiten que el público vea las estatuas especiales de los fundadores de los linajes y asistan a las ceremonias. Sin embargo, debido a que los miembros del público en general carecen de una relación estrecha con esos Maestros tántricos, no obtienen de ellos la misma profundidad de inspiración que reciben sus discípulos tántricos.

La necesidad más profunda para tener un Maestro tántrico

Aunque todas las formas de budismo tántrico enseñan un sendero combinado sútrico y tántrico, todas están de acuerdo en que, en última instancia, sólo los métodos de la clase superior de tantra pueden remover los obstáculos finales que impiden la iluminación. El tantra superior incluye prácticas para trabajar con los sistemas de energía sutiles del cuerpo y formas de acceder al nivel más sutil de la mente, conocido como luz clara. El sistema nyingma llama al nivel equivalente de la mente, darse cuenta puro (rigpa, rig-pa). En bien de la simplicidad, usaremos mente de luz clara como un término general que se refiere también al darse cuenta puro.

La característica sobresaliente del tantra superior, que posibilita la iluminación, es que se centra en acceder a la mente de luz clara individual dentro de cada persona y en su uso para comprender la vacuidad. Sólo este nivel más sutil de la mente puede funcionar con las plenas capacidades de un buda. Sólo este nivel mental continúa hacia la iluminación y se convierte en la mente iluminadora, enteramente sabia, omni-amorosa de un buda. Así, la condición inmediata que necesitamos obtener justo antes de la iluminación, es una mente de luz clara activada que ininterrumpidamente vea la naturaleza vacía de la realidad o que, en la terminología dzogchen, “ reconozca su propio rostro”.

Aunque la mente de luz clara de cada persona se expone plenamente de modo natural en el momento de la muerte, normalmente en ese momento no entiende nada. Es más, es sumamente difícil acceder a la mente de luz clara mientras estamos vivos. Aunque subyace y acompaña cada momento de nuestra experiencia, no funciona activamente mientras están operando niveles más burdos de la mente. Los momentos de violenta e involuntaria absorción de energía, tales como el instante anterior al clímax sexual, al estornudar o bostezar, están cerca de revelar este nivel más sutil de la mente. Sin embargo, la explosión de energía del instante subsiguiente destruye cualquier posibilidad de capturar el momento y proceder en esa dirección. Acceder y aprovechar la mente de luz clara para la realización de la vacuidad requiere de una intensa energía controlada similar a la necesaria para romper un átomo dentro de una masa de materia para liberar sus potenciales.

Las experiencias durante las transmisiones de poder del tantra superior refuerzan los potenciales de nuestra mente de luz clara y la activan para que progrese. Las ceremonias tántricas, sin embargo, no pueden inspirar energía por sí mismas. Ni tampoco lo pueden hacer las visualizaciones complejas o los yogas interiores de la práctica avanzada del tantra. Necesitamos Maestros tántricos calificados y relaciones profundas y saludables con ellos, para plenamente dar nacimiento a nuestros potenciales. Sólo la combinación de todos estos factores puede inspirar la enorme energía que se requiere para acceder, sostener y aplicar nuestra mente de luz clara.

La práctica drigung kagyu del quíntuple sendero del mahamudra (gran sello), indica claramente este punto. Drigungpa, el fundador drigung, explicó que las primeras dos características necesarias para que los discípulos desarrollen plenamente la mente de luz clara son: la generación de la bodichita, y, dentro de ese estado mental, imaginarse a sí mismos como figuras búdicas. Sin embargo, sin la tercera característica, una relación saludable con un mentor espiritual, los discípulos carecen de la inspiración necesaria para atravesar las nubes masivas de pensamiento conceptual para dejar al descubierto la mente de luz clara.

La mente de luz clara como un tipo de naturaleza búdica

Debido a que la mente de luz clara continúa de una vida a la siguiente y sigue hasta la iluminación, su continuum es la base real para los diversos aspectos de la naturaleza búdica. Por esta razón, las tradiciones nyingma, kagyu y sakya, consideran a la mente de luz clara la naturaleza búdica más profunda. Sin embargo, la mente de luz clara no acarrea meramente con su flujo los otros aspectos de la naturaleza búdica, como un río que lleva barcazas. Los entramados de buenas cualidades, potenciales positivos y conciencia profunda, por ejemplo, constituyen características innatas de la mente de luz clara misma. Así, podemos aplicar a este contexto la explicación de Gampopa de que una relación saludable con un mentor espiritual es la condición que activa la naturaleza búdica como la causa real para alcanzar la iluminación. Una relación saludable con un Maestro tántrico es la condición para activar y usar la mente de luz clara, con todas sus cualidades, potenciales y tipos de conciencia.

El gurú interior

Oímos a menudo acerca del gurú exterior e interior. Un gurú exterior es un ser humano que cumple la función de mentor espiritual. Un gurú interior, por otro lado, no es ni una voz misteriosa en la cabeza del discípulo que lo guía, ni algún místico en una cueva de los Himalayas enviando mensajes telepáticos. En Una guirnalda dorada de explicación excelente, Tsongkapa explicó que en el nivel sútrico, un gurú interior es la compasión que crece mientras se recorre el sendero espiritual. Inspirados por la compasión los discípulos desarrollan la bodichita que, como un gurú, está repleta de buenas cualidades y los inspira para lograr ellos mismos esas capacidades.

En El cumplimiento completo de las esperanzas de los discípulos, Tsongkapa indicó que en el nivel del tantra superior, un gurú interior es la bodichita más profunda del discípulo. El primer Panchen Lama clarificó este punto en su clásico guelug, Una ceremonia para honrar a los gurús (Lama Chopa; La Puja del Gurú). Allí llamó Samantabadra (El Totalmente Excelente), a la bodichita más profunda, un término nyingma para la conciencia pura. Al hacer esto, reveló que en el contexto de prestar servicio como un gurú interior, la bodichita más profunda de un discípulo es su mente de luz clara cuando comprende plenamente la vacuidad.

Además, dado que la mente de luz clara, como un tipo de naturaleza búdica, tiene el potencial para reconocer su propio rostro y comprender así la vacuidad, la mente de luz clara de un discípulo también puede servir como un gurú interior incluso antes de obtener la realización propia. Este sentido extendido del término gurú interior, procede de la herramienta analítica budista conocida como “dar a la causa el nombre del resultado”.

Por lo tanto, el empoderamiento tántrico, requiere tanto un gurú exterior como uno interior. La inspiración de un gurú exterior, junto con las realizaciones de un discípulo durante la ceremonia, proporcionan la “iniciación causal” que madura en realizaciones reales. La tradición nyingma explica el mecanismo. El proceso de maduración ocurre sólo porque un gurú interior, como la naturaleza búdica más profunda, proporciona el “empoderamiento fundamental”. Como fundamento o base para todas las realizaciones, la mente de luz clara abarca todas las cualidades excelentes que maduran en la budeidad.

Como un gurú interior, la mente de luz clara es también la fuente última de inspiración. Podemos comprender esto de dos formas. La tradición guelug, combinando su presentación única de la escuela india prasánguika madyámaka con las enseñanzas Guhyasamaja, analiza la inspiración como una forma sutil de energía (lung, rlung; sct. prana). La fuente más profunda de energía inspiradora es la energía sostenedora de vida más sutil, que es el soporte físico de la mente de luz clara. Dado que esta energía más sutil fluye inseparablemente con la mente de luz clara, el acceso a ella se produce sólo a través del acceso al nivel más sutil de la mente.

Las tradiciones nyingma, kagyu y sakya, siguen el estilo del mahasida (yogui de grandes realizaciones) indio y emplean una descripción más poética. Llaman a la mente de luz clara la “base de todo” (sct. alaya). En la terminología dzogchen, las olas de inspiración son su “juego resplandeciente”. De la misma forma que el brillo del sol es una cualidad inseparable del sol mismo, la inspiración es una cualidad inseparable de la mente de luz clara.

La necesidad de un gurú raíz

Las prácticas de dzogchen y mahamudra enfocan la mente en su propia naturaleza para poder comprender la vacuidad. Para que la mente se enfoque en la mente de una manera no dualista y comprenda su naturaleza vacía, se requiere una mente excepcionalmente clara y energizada, que haga el enfoque, y una mente similarmente clara y energizada en la cual enfocarse. De otro modo, la mente que se enfoca es demasiado débil y el objeto de su enfoque es demasiado oscuro como para que haya alguna esperanza de éxito.

Las tradiciones de mahamudra kagyu y guelug-kagyu presentan una forma sútrica y una forma tántrica de esta práctica. El mahamudra sakya y el dzogchen nyingma tratan sólo su nivel tántrico. El mahamudra que se practica en el nivel sútrico enfoca los niveles más burdos de la mente en sus propias naturalezas. Esto implica usar el nivel de la conciencia mental en la cual opera el pensamiento conceptual para enfocarse, tanto en las conciencias sensoriales, como en sí misma. El nivel tántrico del mahamudra y el dzogchen enfocan la mente de luz clara en su propia naturaleza. El éxito de esto requiere una mente aún más clara y con más energía de lo que exige el nivel sútrico.

En general, acceder a la mente de luz clara requiere más inspiración de lo que requiere cualquier forma del sendero sútrico. Una relación saludable con un Maestro tántrico proporciona la energía extra necesaria. Dado que un gurú raíz es el mentor espiritual que con mayor fuerza inspira a un discípulo, la práctica del tantra superior progresa más fácilmente cuando nuestro Maestro tántrico es también nuestro gurú raíz. Sin embargo, para la práctica tántrica de mahamudra o dzogchen, es indispensable una relación profunda y fuerte con un gurú raíz tántrico. Por consiguiente, Sakya Pandita aseveró en El camino profundo del yoga del gurú, que la solicitud de inspiración puede producir la iluminación de los discípulos sólo si está dirigida a los Maestros tántricos raíz que les dieron el empoderamiento. Si está dirigida a cualquiera de sus otros mentores de quienes no recibieron el empoderamiento, sus peticiones pueden producir, en el mejor de los casos, felicidad sólo en esta vida y únicamente una pequeña cantidad de inspiración.

El objetivo último de las relaciones progresivas con maestros espirituales

En Versos claros, Chandrakirti hizo una distinción entre fenómenos interpretables y definitivos. Los fenómenos interpretables no existen de la forma en que parecen existir. Requieren una interpretación. Su interpretación correcta conduce a los fenómenos definitivos, que existen de la forma en que parecen existir. En Una lámpara para revelar claramente la tradición madyámaka de la vacuidad de otro, el octavo Karmapa explicó la mente de luz clara como un fenómeno definitivo. Los niveles más burdos de la mente y la apariencia son interpretables en cuanto a que no existen de la forma en que aparecen, no obstante nos llevan más profundamente a la mente de luz clara.

Extendamos el análisis de los fenómenos interpretables y definitivos del octavo Karmapa a nuestro tema presente. Las relaciones con un profesor de budismo, un instructor de Dharma, un entrenador de meditación o rituales, un preceptor de votos o refugio y un Maestro mahayana, no existen de la manera en que aparecen. Parecen formar una secuencia completa de relaciones estudiante-maestro, suficiente para posibilitarle a un buscador espiritual llegar a la iluminación. La secuencia, sin embargo, lleva a relaciones más profundas.

La secuencia interpretable señala primero la construcción de una relación con un gurú raíz como Maestro tántrico. Una relación saludable con un Maestro tántrico produce luego el acceso a un gurú interior, la mente de luz clara del discípulo. Relacionarse correctamente con un gurú interior lleva a que la mente de luz clara comprenda la vacuidad. Esta realización es la relación definitiva entre un buscador espiritual y un maestro espiritual. Dragpa Gyaltsen confirmó, en Tres rondas de inspiración, que obtener esa realización es el objetivo último de las relaciones progresivas con maestros espirituales. Al poner en pleno funcionamiento los entramados de cualidades, potenciales positivos y conciencia profunda de un discípulo, la realización elimina los obstáculos que impiden la liberación y la iluminación, ya sea en etapas o todas de una sola vez. De esta manera, un discípulo se convierte en un buda, para beneficio de todos.

Resumen y conclusión

Relacionarse con niveles progresivamente más avanzados de maestros espirituales forma en sí mismo un sendero gradual hacia la iluminación. Las relaciones apropiadas con un profesor de budismo, un instructor de Dharma y un entrenador de meditación o rituales, enseñan el camino para construir una relación saludable con un mentor espiritual. Un compromiso incondicional con un Maestro mahayana como mentor espiritual, lleva más profundamente al establecimiento de un vínculo estrecho (damtsig, dam-tshig; sct. samaya) con un Maestro tántrico. Mantener un vínculo estrecho con un Maestro tántrico da energía a los métodos del tantra superior para producir el acceso a la mente de luz clara, es decir, el gurú interior, el nivel definitivo de maestro espiritual. Mantener vínculos estrechos adicionales con el gurú interior produce en la luz clara la realización de la vacuidad. Así, la confianza apropiada en el gurú interior produce la iluminación.

Las cuatro tradiciones budistas tibetanas aceptan que el objetivo más profundo de la relación discípulo-mentor es el de ocasionar los beneficios que se confieren en la práctica del tantra superior. Así, aunque cada nivel de relación se ajusta a una etapa correspondiente del desarrollo de un discípulo, los niveles graduales implican la intención oculta de prepararnos para relaciones progresivamente más profundas. Entonces, cualquier presentación tibetana de la relación discípulo-mentor, necesita interpretarse dentro de este contexto. Una descripción de lo que en la superficie parece ser una relación para un estudiante principiante o para un discípulo del nivel sútrico, puede no haber sido necesariamente pensada para que en esa etapa se interprete literalmente. Al igual que con las expresiones vajra de un texto tántrico raíz, las descripciones pueden encubrir la indicación de un nivel más profundo de relación y ser interpretadas no metafóricamente sólo en ese nivel.

Es necesario mencionar un punto final importante. Tsongkapa declaró en la Gran presentación de las etapas graduales del camino, que aunque el tantra enseña los métodos más eficientes para alcanzar la iluminación, es posible que el sendero del tantra no sea apropiado para todos. Por consiguiente, podemos concluir que estudiar con un maestro espiritual lleva a construir una relación con un maestro tántrico sólo si deseamos alcanzar la iluminación a través de medios tántricos. Si nuestros objetivos espirituales son más modestos, o si otros métodos de práctica nos resultan más convenientes, relacionarse con un maestro como Maestro tántrico no sólo es irrelevante sino que puede ser potencialmente desastroso debido a un malentendido mutuo.

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