Leyes y tipos de karma

La primera ley del karma

Existen ciertos aspectos generales del karma llamados “las cuatro leyes del karma”. Si preguntamos por qué estas leyes operan de la forma en que lo hacen, es justamente la forma en que suceden las cosas. Es como preguntar ¿por qué todo el mundo desea ser feliz y no sufrir? Así son las cosas. Tenemos que aceptar ciertas cosas de la manera en que son.

La primera ley es la certeza de los resultados. Cuando experimentamos tristeza o dolor, es certero que provienen de nuestras acciones destructivas cometidas previamente. De la misma manera, cuando experimentamos felicidad, es el resultado de nuestras propias acciones y conducta constructivas cometidas previamente. Es significativo que sea expresado de esta manera. No señala que si actuamos destructivamente, el sufrimiento será el resultado definitivo. Eso no permitiría la purificación del karma. No establece que seremos castigados. Indica que cuando somos infelices, es certero de dónde proviene. No proviene de un ser superior, o de una circunstancia ajena. No proviene de ningún lado. Proviene de nuestra propia conducta previa.

En el budismo, cuando hablamos de la relación entre conducta y experiencias de felicidad o infelicidad, no hablamos de lo que nuestra conducta cause en la experiencia de otros. No existe certeza alguna en los efectos que nuestro comportamiento tendrá en otros. De la misma manera que no hay certeza alguna en lo que experimentaremos como resultado de lo que alguien nos haga a nosotros. Si experimentamos infelicidad, es el resultado de nuestra propia conducta destructiva previa. Nuestro pensar “yo, yo, yo” provoca que algún legado kármico de nuestra propia conducta destructiva previa madure y experimentamos infelicidad. Lo que otros nos hacen es tan sólo la circunstancia justa para que ocurra dicha maduración.

¿Tenemos elección sobre lo que sentimos cuando alguien nos reprende, o solamente tenemos elección sobre cómo reaccionamos?

Es difícil separar el cómo respondemos ante un nivel de felicidad o infelicidad de la sensación propiamente de felicidad o infelicidad. Esto es debido a que si constantemente nos aferramos al “yo, yo, yo”, accionamos el legado de maduración del karma que nos hace sentir infelices cuando escuchamos la reprimenda. Sin embargo al siguiente momento, como continuamos aferrados al “yo, yo, yo”, nos colgamos de esa infelicidad con el fuerte deseo de separarnos de ella. Entonces, ese aferramiento dispara la maduración de querer responder, lo cual podría, a su vez, provocar el impulso de decir algunas palabras desagradables, que podríamos reproducir y vocalizar. Nuestro aferramiento podría detonar también una respuesta de no querer contestar, porque notamos que sería inútil, y eso podría conducir al impulso constructivo de guardar silencio. Pero aún así, nuestro aferramiento a un “yo” sólido puede hacernos sentir infelices al escuchar esas palabras y hacer colgarnos a la idea de separar al “yo” de esa infelicidad, y podría también acompañarlo el impulso kármico de quedarnos callados.

Es muy complejo. Depende realmente de cómo definimos y analizamos la palabra respuesta. ¿Hasta qué grado una respuesta tiene que ser conciente y con una cierta voluntad e intención? ¿Cómo comprendemos una respuesta automática? ¿Qué demonios significa eso – una respuesta automática – ? ¿Qué hace automático a algo? Si estamos analizando el karma con un nivel de complejidad dos, tendríamos que cambiar la programación y subir al nivel cinco punto uno para analizar esta cuestión apropiadamente.

A pesar de que lo estoy expresando con sentido del humor, que realmente es como estudiamos el Dharma, nunca estén satisfechos con el nivel de complejidad de su entendimiento. De hecho, ese es uno de los votos tántricos. Hasta alcanzar la omnisciencia de un buda, siempre existirán niveles más profundos y complejos de comprensión conforme ampliamos la visión de nuestro periscopio y comenzamos a considerar todos los otros factores involucrados, porque, de hecho, todo está conectado con todo lo demás.

¿Puede dar un ejemplo de cómo eliminar los altibajos?

Los altibajos caracterizan al samsara. Para liberarnos de ellos, debemos salir del samsara. La liberación proviene de una cognición directa y no conceptual de la vacuidad y luego de familiarizar a nuestra mente con dicha cognición para que se convierta en constante y no detonemos más la maduración de los legados kármicos. Para detener la lotería kármica, no necesitamos deshacernos de todas las bolas numeradas; lo que tenemos que hacer es dejar de presionar el botón que las dispara.

Los hábitos kármicos constantes y los legados kármicos no son cosas materiales. No son cosas concretas alojadas en nuestra mente. En cierto sentido, son sólo abstracciones: son formas convenientes de describir lo que ocurre. Déjenme dar un ejemplo sencillo. Tomamos café esta mañana, esta tarde, etc. Para explicar esto, podríamos decir que tenemos el hábito de tomar café. El hábito no es algo concreto asentado en nuestra cabeza; es solamente una forma de reunir y describir esta secuencia de ocurrencias similares. Mientras exista la posibilidad de que tomemos café mañana, podemos decir que aún tenemos ese hábito. Si no existe posibilidad alguna de que volvamos a tomar café, no podemos decir que aún tenemos ese hábito. Se acabó. Así es como nos deshacemos de un hábito: eliminamos cualquier posibilidad de que ocurra una futura instancia de la secuencia.

¿Podría ser reducido a solamente estar completamente conciente de lo que me provoca estar feliz e infeliz y luego hacer lo que me hace feliz y no hacer lo que me hace infeliz?

Ese es el primer paso. Luego se necesita profundizar mucho más y comenzar a trabajar con la comprensión de la vacuidad. Como sea, aunque este sea el primer paso, no lo podemos saltar. Necesitamos dar este paso para seguir adelante. Si continuamos actuando destructivamente, nunca contaremos con las circunstancias para profundizar en la meditación, porque constantemente experimentaremos dolores increíbles y demás. Cuando calzamos esta pieza del rompecabezas con el precioso renacimiento humano, nos damos cuenta de que necesitamos preciadas circunstancias humanas para ser capaces de continuar practicando. Si no, nunca llegaríamos a ningún lado. Para obtener preciadas circunstancias humanas necesitamos dejar de actuar destructivamente, o al menos minimizarlo.

Otro punto sobre la certeza de los resultados: lo que experimentamos ahora no está basado necesariamente en lo que hacemos en este momento. Podemos disfrutar y experimentar felicidad mientras tenemos una aventura extra-marital. Asimismo, si nos sentimos atraídos a tener relaciones sexuales con la pareja de otra persona y nos refrenamos, podríamos experimentar infelicidad y frustración. Inmediatamente después de una relación sexual como parte de una aventura, podríamos sentirnos culpables o felices de que nos salimos con la nuestra. Así que el nivel de felicidad o infelicidad que estamos experimentando no es el resultado de lo que hacemos en el momento o muy poco tiempo después, sino que es el resultado de un legado kármico de algo en el pasado. Es la única forma de explicarlo. De otra manera, todo sería arbitrario.

Lo que alguien más nos hace o lo que hacemos en el presente es una circunstancia, pero no una circunstancia determinante de como nos sentimos. Lo que realmente hace que las bolas numeradas de la lotería kármica salten es el aferramiento a un “yo” sólido que desea ser feliz y no infeliz, a pesar de que podría ser de manera completamente inconciente, en el sentido occidental de esa palabra.

¿Por qué salta una bola numerada y no otra? Tendríamos que comprender todos los diversos factores que actúan como causas y condiciones. Por eso se dice que solamente un buda puede comprender por qué legados kármicos específicos maduran en cualquier momento en particular.

La segunda ley del karma

La segunda ley del karma es el incremento de resultados. La analogía común es que de una pequeña semilla, crece un gran árbol. Mientras más tiempo pase antes de intentar purificarnos de haber cometido algunas acciones negativas, más fuerte se hace la fuerza de su legado kármico y más poderosos sus resultados. Por ejemplo, si tenemos un malentendido con nuestra pareja, mientras más tiempo dejamos pasar sin disculparnos, más crece y peor se pone. En el lado positivo, podrían obtenerse enormes consecuencias por asistir a una conferencia de Dharma.

¿Cómo comprendemos esto? Me gustaría explicar un poco de mi propio proceso de intentar trabajar con el material del Dharma para derivar entendimientos claros profundos. Encuentro útil analizar esto en términos de redes o entramados. Y, como he dicho, me parece útil pensar en unir las piezas de un rompecabezas. En términos del incremento de una acción kármica, necesitamos agregar las enseñanzas de vacuidad y del surgimiento dependiente a las enseñanzas del karma. Esa acción por sí misma, esa fuerza kármica, no existe en aislamiento con una gran línea sólida alrededor, creciendo más grande y más fuerte por sí misma. Eso no embona con el resto de enseñanzas, ¿verdad? Muchas otras fuerzas kármicas están ocurriendo y todas se interrelacionan entre ellas.

Utilicemos un ejemplo. Supongamos que llegamos tarde a casa y no llamamos previamante para avisarle a nuestra pareja. Ese es el comienzo del malentendido. Esa es una fuerza kármica negativa. Luego, a la mañana siguiente no dijimos: “Buenos días, querida”, sino que fuimos primero al baño. Esa es otra fuerza kármica y se entreteje con la que efectuamos el día anterior. Luego leemos el periódico durante el desayuno y no hablamos. Podemos darnos cuenta de cómo la fuerza kármica negativa se agranda por componerse y entretejerse con actos aun neutrales como leer el periódico. Creo que es así como podemos entender esta enseñanza del incremento de los resultados. Esa pequeña acción no se incrementa sola por su propia fuerza inherente. Se expande más y más así que los resultados se agrandan y se agrandan. Esto no es una cosa de una sola vez.

Es muy importante que siempre que escuchemos cualquier enseñanza de Dharma intentemos colocarla con las otras piezas del rompecabezas que hayamos aprendido. Y, como dije, las piezas calzan juntas multi-dimensionalmente, en muchas formas distintas. La pieza de vacuidad calzará en muchas otras piezas del rompecabezas. El Buda o cualquier otro maestro solamente pueden darnos piezas del rompecabezas; nos corresponde a nosotros armarlas. Al colocar las piezas, naturalmente debemos desarrollar paciencia, perseverancia, concentración, etc. Así es como progresamos en el camino. Si simplemente coleccionamos las piezas del rompecabezas y las colocamos en una gaveta, no llegaremos a ningún sitio. Solamente enfocarse en una pieza del rompecabezas y no lidiar con las otras, tampoco nos llevará demasiado lejos.

Por supuesto, no queremos que nos inunden muchas piezas a la vez, pero necesitamos darnos cuenta y apreciar que las oportunidades para conseguir las piezas del rompecabezas no están disponibles todo el tiempo. ¿Quién sabe que ocurrirá en el mundo, especialmente ahora después del 11 de septiembre? Los tibetanos siempre miran las cosas de esta manera: asisten a las enseñanzas y demás para sembrar instintos para vidas futuras. Aun si no pensamos en términos de vidas futuras, cuando exista la posibilidad de asistir a enseñanzas, aun si no nos encontramos listos para lidiar con ellas o procesarlas, no es mala idea asistir y obtener más piezas del rompecabezas, sabiendo que trabajaremos con ellas más adelante.

Algunas veces las personas se asustan porque han escuchado demasiadas enseñanzas. No es útil asistir a más enseñanzas en ese negativo estado mental porque no somos receptivos. Por otro lado, si vamos por ahí coleccionando más y más enseñanzas y nunca intentamos procesarlas, ese estado mental codicioso pero perezoso es otro extremo. Las enseñanzas budistas siempre recomiendan un camino medio entre demasiado o muy poco. Realmente necesitamos paciencia para soportar las dificultados involucradas con el estudio del Dharma, lo que significa no enojarnos o frustrarnos sino intentar ser lo más abiertos posible. Posteriormente seremos capaces de comprender las cosas que no comprendemos ahora. No importa lo bien que creamos entender algo ahora, en uno o dos años cuando lo interconectemos con todo lo demás que hayamos entendido en el entre tanto, nuestra compresión será muy diferente. Cambiará y mejorará en un año más. Esto se relaciona con esta ley del karma, el incremento de resultados. Todo se entreteje. Nada existe aislado.

La tercera ley del karma

La tercera ley del karma es que no se experimentará un resultado kármico a menos que haya acumulado la causa kármica para ello. Después del 11 de septiembre, un hombre salía mucho en televisión, el director ejecutivo de una gran agencia de corredores de bolsa. Él tenía setecientos empleados, todos ellos murieron. No estaba en el edificio cuando fue atacado. Como él estaba llevando a su hijo a su primer día de escuela, no estuvo en el edificio cuando fue atacado. Él no tuvo la causa kármica que hubiera sido necesaria para que hubiera resultado muerto en el ataque, la cual debieron haber tenido todos los que murieron, aun desde hace un millón de años. Alguien me contó que una persona saltó desde el piso ochenta y uno del edificio y solamente se fracturó las piernas. ¿Cómo diantres es eso posible a menos que no hayas cometido la causa kármica necesaria para morir en algo así? Lo que podemos comprender de esto es que nuestra mejor defensa contra el desastre es purificar nuestro propio karma. Si todos purificaran su karma, no existirían más desastres. Esto indica la dirección en la que es preciso trabajar.

¿Cómo respondemos a tal desastre? Por supuesto que debemos intentar evitar que otras personas lo repitan, pero la cuestión principal es trabajar con nosotros mismos, trabajar con nuestro propio karma y ayudar a otros a purificar su propio karma. El budismo no aboga por una postura pasiva. Si hay un animal salvaje merodeando y matando gente, no solamente decimos: “Oh! Qué bien,” y meditamos en la compasión y purificamos nuestro karma. No sólo les decimos a las personas que si la bestia los mata, oraremos por ellos. Necesitamos salir e intentar capturar y encerrar al animal. Pero eso no es lo único que hacemos. La mayor necesidad es la de trabajar con nosotros mismos.

Esto indica también nuestra manera de lidiar con el temor. Si realmente trabajamos en purificar nuestro karma, no hay de qué temer. Las cualidades de un buda incluyen una lista de audacias. Los budas no tienen nada que temer porque han purificado todas las posibles causas de problemas.

La cuarta ley del karma

La cuarta ley del karma es que la capacidad de un legado kármico de dar un resultado no expirará o se deteriorará, aunque pasen millones de vidas. Si no hemos purificado un legado kármico negativo, aún puede acarrear resultados de sufrimiento. Asimismo, aun si las circunstancias no son muy conducentes para la maduración de un legado kármico positivo en la forma de resultado, ese legado no se ha perdido. Si se desatara una gran guerra ahora después del 11 de septiembre y se suspendiera la posibilidad de viajar a la India o a Nepal para recibir enseñanzas, cualquier acción positiva que hubiera causado nuestra posibilidad de ir a recibir enseñanzas seguiría vigente. En algún momento, cambiarían las circunstancias.

Si aplicamos esto al renacimiento, es muy útil, porque sin importar nuestra edad, nunca es tarde para comenzar. Aun de ancianos, lo que hagamos no irá a dar a la basura. No estamos condenados a sentarnos en un asilo y tejer aisladores (“no te quemes”) o ver telenovelas. Podemos realizar algo constructivo y los legados kármicos positivos continuarán en vidas futuras. No habrá sido en vano.

Preguntas

Escuché a un maestro budista occidental decir que utilizamos mucho karma positivo en asistir y escuchar enseñanzas. ¿Por qué dedicamos los potenciales positivos si lo que hicimos consumió potenciales positivos?

Ante todo, si experimentamos algo benéfico como asistir a una enseñanza, por supuesto que es la maduración de un legado kármico positivo previo. Pero recuerden nuestro ejemplo del juego lotería kármica: cada vez que presionamos el botón también añadimos una nueva bola numerada al balde. Cuando asistimos a una enseñanza y dedicamos el potencial positivo, esto añade causas futuras para continuar teniendo tales oportunidades. Sería tonto no asistir a las enseñanzas porque deseamos guardar potenciales para un día lluvioso.

Además, un legado puede tener varios resultados, en una o más vidas, o solamente un resultado en una vida. Por otro lado, muchos legados juntos se acumulan, ya sea en una o en varias vidas, y también puede producir varios resultados o solamente uno. Así que existen muchas formas en las que podemos tener el legado kármico para asistir repetidamente a las enseñanzas. En la medida en que comenzamos a trabajar con el karma y a comprenderlo, necesitamos intentar ir más allá de nuestra manera lineal de ver las cosas. Es algo multi-dimensional, no-lineal y muy complejo. No es tan simple como que una cosa produce otra. No es para nada simple.

Algunos resultados son experimentados individualmente, otros universalmente. Podemos tener resultados en común con otros. El efecto invernadero nos afecta a todos, incluyendo a los animales. Acciones que todos hemos cometido producirán este tipo de resultados. No podemos pensar que solamente por reciclar estaremos inmunes a la contaminación. Estamos hablando de causas de hace mucho tiempo. No es broma. Tiene un profundo significado en términos de cómo podemos afectar a los cambios ecológicos. No estamos hablando de resultados inmediatos. Las cosas no funcionan así en el universo. Hablamos de algo a largo plazo. Va a ser muy difícil. ¿Cómo eliminamos el resultado de acciones que han estado ocurriendo durante millones de años? Aun si el planeta entero usara energía solar, ¿eliminaría eso los efectos de años de quemar combustibles fósiles? No. Tenemos que ser realistas en términos de dar lugar a las causas para resultados muy lejanos. No podemos creer que somos Dios y que podemos acabar con todos los problemas del pasado en un instante o en unos pocos años. El mundo es mucho más complejo que eso.

Algunos resultados son experimentados por grupos, como la gente en Afganistán o Bosnia. Un nivel de causalidad involucra las fuerzas históricas, económicas y políticas que los han llevado a la actual situación. Pero no podemos decir que la guerra es el karma de los EUA o de Afganistán, porque estos países no son seres vivientes. Además, todas las personas que viven actualmente en ambos países no fueron necesariamente de esos países por incontables vidas. Ellos pueden haber provenido de cualquier parte, del reino animal y de cualquier otro lado.

Podemos comenzar a ver cuán increíblemente complejas son estas fuerzas kármicas. Todas las acciones de todos en un cierto lugar en un tiempo determinado constituyen la situación política, económica o histórica; sin embargo, luego todos ellos nacen en alguna otra parte y otros seres nacen en esa situación. Lo que otros han hecho actualmente puede crear una circunstancia artificial en la cual podemos nacer como resultado de haber participado en la creación de una situación similar hace varios siglos. Tendríamos que haber acumulado el karma necesario para nacer en esa circunstancia presente en este momento, aunque puede ser que no la hayamos creado. Se complica mucho, muy rápido cuando comenzamos a pensarlo. Todas las personas que mueren en una guerra particular no necesariamente pelearon juntos una guerra en una vida previa. Pudieron haberlo hecho, pero también pudieron haber sido animales carnívoros que mataron a otros animales en lugares diversos en diferentes momentos. Podrían provenir de toda clase de lugares.

¿Qué clase de actitud deberíamos asumir cuando experimentamos los resultados de cierto karma, como la pérdida de un ser amado en las torres gemelas? ¿Cómo podemos responder a eso sin añadir otra bola numerada?

Ante todo, necesitamos ser realistas: es muy difícil en nuestro estado no añadir más bolas numeradas enojándonos. Cuando empezamos a obtener cierto entendimiento de la causa y el efecto conductual, de la vacuidad, del surgimiento dependiente, etc., nos damos cuenta de que, realistamente, nos tomará largo tiempo purificarnos y, aún más, purificar absolutamente a todos. Pero aunque nos tome mucho tiempo, de cualquier modo nos da el valor para seguir adelante. Si queremos llegar a ser doctores y vemos de antemano cuánto deberemos aprender, podríamos abrumarnos y darnos por vencidos. Pero si realmente tenemos en mente la meta de ayudar a otros, necesitamos tener el valor de ir paso a pasito, aun si esto implica una increíble cantidad de entrenamiento. Realistamente, solamente vamos paso a paso.

No puedo enfatizar lo suficiente que el samsara tendrá subidas y bajadas. Por supuesto, habrá guerras; saldremos heridos; nuestra meditación irá bien un día y terriblemente al próximo y así será. ¿Qué esperaban? Ante esta perspectiva, no nos decorazonamos, solamente seguimos adelante. Algunas veces contamos con circunstancias conducentes; otras veces no. Con una actitud realista, comprendemos que nos desharemos de los altibajos hasta que lleguemos a ser arhats. Así que aceptamos las dificultades y los altibajos y seguimos adelante pase lo que pase. No esperamos milagros. Dificilmente ocurren. “¡Oh, mi meditación será mejor y mejor cada día, y será tan gozosa y…!” Vamos. No es así.

En términos de nuestra actitud hacia los que murieron, definitivamente no creemos que merecieran ser castigados por haber acumulado el karma negativo. Pero podríamos esperar que hayan quemado algo de karma negativo por morir de esa forma, para tener mejores oportunidades de que madure karma positivo en sus vidas futuras. “Que puedan contar con las circunstancias conducentes ahora y en el futuro de tener una experiencia de vida mucho más positiva y menor sufrimiento”. No somos tan diferentes a ellos. No estábamos en el edificio, así que esa circunstancia en particular no funcionó para que madurara nuestro karma negativo, pero podría ocurrirnos en algún otro momento. Si pensamos en las vidas sin principio, todos poseemos muchos legados kármicos negativos.

Podemos pensar en las increíbles consecuencias de sufrimiento que experimentarán como resultado aquellos que planearon y ejecutaron el ataque. No está en nosotros castigarlos. Un ejemplo tradicional es si alguien se incendia, ¿qué caso tiene pegarle si de cualquier forma experimentará un increíble sufrimiento? Por hacerlo sufrir más, solamente creamos las causas para nuestro propio sufrimiento. Los resultados kármicos ocurren naturalmente, no necesitamos ser los agentes del resultado.

Esto se relaciona con problemas sociales muy interesantes. No se logra nada con castigar a personas que han actuado destructivamente. Definitivamente no purifica el legado kármico que podría causar que repitieran tales actos en una vida futura. Solamente crea legados kármicos negativos a los que castigan. Encerrarlos es indudablemente un paso necesario que se necesita dar para prevenir daño a otros a corto plazo, pero no es la prevención última. Rehabilitación, en el sentido superficial, tampoco educa o motiva a las personas al punto de purificar su propio karma. Si no han purificado sus legados kármicos, repetirán acciones destructivas en otras vidas. Los legados kármicos no se deteriorarán si no nos hemos desecho de ellos con la debida comprensión de la vacuidad.

¿Existe una manera de purificar el karma colectivo o universal?

La única forma es que cada quien se purifique. No podemos purificar el karma de otras personas. Podemos enseñarles la forma de purificarse e intentar proveerles las circunstancias conducentes, pero es decisión de cada individuo.

Esto tiene muchas implicaciones, particularmente en términos de movimientos ecologistas. No existe forma alguna de finalizar el problema ecológico, excepto deshaciéndose del samsara para todos. Piénsenlo. Debido a nuestros legados samsáricos, nacemos con estos cuerpos limitados, ya sea humanos, animales o lo que sea. ¿Qué caracteriza a este limitado y contaminado cuerpo samsárico? Que produce desechos líquidos, deshechos sólidos y dióxido de carbono. Eso es lo que hace. A menos que todos dejemos de renacer en este tipo de cuerpo limitado, no existe una manera en que resolvamos los problemas ecológicos.

Esto no suena muy bonito, pero como alguno de los grandes maestros, como Su Santidad el Dalái Lama, lo han dicho: la biología describe al samsara. La necesidad sexual de reproducción, el envejecimiento, la enfermedad y la muerte – eso es la biología – . Poseemos tanto cuerpos como mentes limitados. La visión humanista de lo sagrado de la biología y de ser “natural” suena muy bien, hasta que la vemos a mayor profundidad. Con frecuencia señalo la diferencia entre “Dharma-lite” y “ Dharma verdadero”. “Dharma-lite” es una clase de versión humanista: Sé una buena persona, no hieras a nadie y todo será como la tierra de Bambi y Disneylandia. Es útil, pero no es el “Dharma verdadero”. El “Dharma verdadero” involucra observar la biología, ver lo que hace y reconocerlo como aquello que deseamos superar. Eso no implica que pensemos que nuestro cuerpo es obra del demonio, lo cual sería irse al otro extremo. Utilizamos el cuerpo que tenemos para progresar, pero no lo adoramos como algo bello y maravilloso. No lo es.

Ver: “ Dharma-lite” versus “Dharma verdadero” .

Previo a la iluminación y enseñanzas del Buda, ¿cómo purificaban los seres su karma?

Ahora nos involucramos en otro tema difícil de tratar para nosotros los occidentales, el cual es el concepto de no principio. Así como no hay principio para el samsara, no existe principio para la obtención de la budeidad de las personas. A pesar de que en las enseñanzas de Kalachakra tenemos el término Adi-Buda, no se refiere al primero que alcanzó la budeidad. No existe un primer buda histórico. No existe una forma lógica de presentar al primer buda dentro del concepto de causa y efecto. ¿Cómo podría haber llegado a ser buda? ¿Por contar con alguna creatividad especial en ellos? Alguien tuvo que haberles enseñado el camino, y ese alguien debió haber alcanzado su propia budeidad de antemano. “Adi-Buda” significa budeidad basada en el estado primordial, la pureza primordial básica de la mente. Siempre han existido budas y enseñanzas, a pesar de que no siempre se hayan dado las enseñanzas a otros. Por supuesto, han existido épocas oscuras – hablamos del samsara que sube y baja – .

¿Qué resulta de la sensación de felicidad después de haber tenido una aventura con la pareja de otra persona?

La primera ley del karma es que cualquier experiencia de felicidad es el resultado de una conducta constructiva. Algunas personas podrían tener sexo todo el tiempo y nunca experimentar gozo o quedar satisfechas. Eso podría ser el resultado de una conducta destructiva previa, quizá de muchas vidas atrás. Otras personas podrían disfrutar el sexo aun si este es con la pareja de alguien más. Por esto decía que no es algo lineal. Existen muchos componentes en cualquier experiencia y cada una de ellas madura de diferentes cosas simultáneamente.

Sin embargo, ¿no es malo tener sexo con la pareja de otra persona?

Esto es exactamente lo que señalamos. La acción de adulterio es una acción negativa y tendrá como resultado eventual la infelicidad, pero no necesariamente inmediatamente, después o mientras se comete el acto. Por esto existe un análisis muy complejo de diferentes tipos de resultados y de causas. Si tenemos sexo y experimentamos felicidad, el acto físico de tener sexo simplemente proveyó una circunstancia para que madurara la felicidad, no fue la causa kármica de la felicidad. De manera similar, si golpeamos el pie en la mesa y nos duele, el hecho de que tengamos nervios en el pie es una causa para sentir dolor. Pero aquí con el karma, hablamos de sobre la maduración del resultado. Cierta acción deja cierta repercusión en el continuum mental que, eventualmente, basado en muchas circunstancias, producirá una experiencia en dicho continuum mental. Esto alcanza el nivel tres de dificultad en nuestra discusión sobre el karma.

¿Cómo explica el budismo el hecho de que no podemos recordar nuestras vidas pasadas?

¿Recordamos lo que almorzamos hace tres meses y cada palabra dicha durante una conversación que sostuvimos durante esa comida? ¿Recordamos cada palabra que dijimos ayer o aun cada palabra dicha hace cinco minutos? Es posible que lo recordemos, pero la mayoría del tiempo no lo hacemos. No ser capaces de recordar lo que hicimos ayer o cuando teníamos tres años no niega que lo hiciéramos o que alguna vez tuviéramos tres años. Esto señala otra limitación del tipo de cuerpo y mente que tenemos. Es posible recordar vidas pasadas, y algunas personas pueden hacerlo, pero es difícil por el tipo de disco duro que tenemos. Simplemente no retenemos toda esta información. Esto conduce a una discusión sobre la memoria y cómo funciona. El budismo tiene mucho que decir al respecto, pero es muy complejo. Será en otra ocasión.

Si alguien es abusado sexualmente, ¿significa eso que ellos abusaron de alguien más?

Una de las cosas que maduran de los legados kármicos es experimentar que nos ocurran cosas similares a las que le hemos cometido a otros. Así que, sí, pero otros factores kármicos pudieron haberse combinado para hacer que lo que experimentamos como el resultado de nuestro acto previo de abuso sea fuerte o ligero. Por favor, mantengan en mente que no es algo lineal. No es que una causa kármica dé como resultado una experiencia. Existen muchas cosas diferentes ocurriendo simultáneamente.

Factores que afectan la fuerza del resultado kármico

Hay mucho que puede ser enseñado sobre el karma pero no contamos con mucho tiempo. Una de las cosas que quería discutir son los factores que afectan la fuerza de maduración del karma. Hay tantas cosas que lo afectan; aquí tengo una lista tradicional de doce factores. Déjenme repasarla brevemente.

  1. La naturaleza de la acción involucrada. Matar a alguien es más fuerte que robarle el carro.
  2. La fuerza de la emoción perturbadora que acompaña al impulso. ¿Estábamos realmente enojados, un poco enojados, o qué tanto?
  3. Si una actitud antagonista distorsionada acompaña a la acción o no. Solamente dispararle a alguien versus dispararle con la actitud de que pertenece a una raza inferior que debe ser exterminada dará resultados diferentes.
  4. La cantidad de sufrimiento causada. El resultado de matar a alguien es diferente si se hace rápidamente o si se le tortura hasta la muerte.
  5. La base hacia a quien se dirige la acción. Esto se refiere a la cantidad de beneficio que hemos recibido o que otros han recibido del objeto de nuestra acción, o la cantidad de buenas cualidades que poseen. Asesinar a Mahatma Ghandi es más pesado que matar a una persona ordinaria. Pegarle a un monje o a una monja es diferente que pegarle a un ladrón.
  6. El estado o realización del ser hacia quien está dirigida la acción. Herir a una persona enferma o ciega es más fuerte que herir a alguien saludable.
  7. El nivel de consideración, el cual se refiere a la cantidad de respeto que tenemos por el ser. Mentir a nuestro maestro es mucho más pesado que mentirle a alguien en la calle.
  8. Condiciones de apoyo. Matar mosquitos habiendo tomado un voto de no matar es más pesado que si no hubiésemos tomado dicho voto.
  9. Frecuencia. Matar a un venado una vez es mucho más liviano que cazar venados todos los días.
  10. El número de personas involucradas en cometer una acción. Llevar a cabo una acción individualmente no es tan pesado como hacerlo en masa.
  11. El seguimiento; si la repetimos o no. Si continuamos repitiendo una acción, esta se hará más y más pesada.
  12. La ausencia o presencia de fuerzas opositoras, que se refiere a si nos arrepentimos o no de lo que hemos hecho, si intentamos purificarlo, etc.

El análisis de la fuerza del resultado es algo muy complejo. Existe también el análisis de la completación de una acción. Si matamos insectos al manejar nuestro carro, no era nuestra intención salir y matar insectos, así que el resultado será más débil que al aplastar a una mosca intencionalmente. Si accidentalemtne le disparamos a la persona que se encontraba a un lado de nuestro blanco previsto, el resultado es más débil que si le disparamos a la persona a la que le estábamos apuntando. Si decimos toda clase de cosas terribles a alguien y no nos escucha, la acción no está completa, a pesar de que aún habrá resultados kármicos.

Es lo mismo con las acciones positivas. Celebrar una puja o ritual con un grupo de personas tiene un efecto mucho más fuerte que solamente hacerlo por nosotros mismos. Hacerlo repetidamente tiene un efecto mucho mayor que solamente hacerlo una vez. Asimismo, el resultado será más fuerte si hacemos la recitación mientras pensamos en todos los seres a diferencia de hacerlo sin sentimiento o sin comprensión, solamente repitiendo bla, bla, bla en tibetano. La discusión sobre el karma es muy vasta.

El karma que arroja y el karma que completa

Muchos legados kármicos maduran juntos para darle forma a la situación de renacimiento que tomamos, y otros maduran para darle forma a lo que experimentamos, nuestro nivel de felicidad y demás durante dicho renacimiento. Una acción realizada con una intención y una motivación muy fuertes puede funcionar como karma que arroja. En otras palabras, puede arrojarnos a otro estado de renacimiento. Recordemos que los legados kármicos determinan el tipo de renacimiento que abordamos, nuestra experiencia de la situación en la cual nacemos, nuestra experiencia de algo que nos ocurre, nuestra experiencia de sensaciones de felicidad o infelicidad y nuestras ganas de hacer algo. Cualquier acción que realizamos puede brindar cualquiera de todos estos resultados una o varias veces, dependiendo de su peso. Si existe una intención muy fuerte de herir o ayudar a muchas personas, esa acción puede actuar como karma que arroja y resultar en nuestra experiencia de un cierto tipo de renacimiento. Así mismo, la emoción que lo acompaña, como un fuerte enojo o codicia o amor y compasión intensos, pueden también hacer que el impulso kármico funcione como karma que arroja.

Si la intención y la emoción que acompañan a la acción no son tan fuertes, ésta podría servir como karma que completa, lo que quiere decir que completa las circunstancias del renacimiento. Nuestro karma que arroja resulta en un ser humano, sin embargo, renacemos en algún lugar que padece hambruna o donde no existen oportunidades. O somos arrojados a un nacimiento como perro, pero somos la mascota del Dalái Lama.

El orden de maduración

Si preguntamos qué legado kármico madurará al momento de nuestra muerte para darle forma a nuestra próxima vida, es usualmente el más pesado, ya sea negativo o positivo. Si nada es particularmente más fuerte, aquello que se manifieste realmente al momento de la muerte actuará como el karma que arroja. Por eso es tan importante la forma en que morimos. No deseamos morir con un fuerte apego o enojo o temor. A veces bromeo que si nuestras últimas palabras son: “¡Oh Mierda!”, tendríamos un instantáneo renacimiento como mosca. Hay que ser cuidadosos. Es interesante notar lo que nos viene a la mente en instantes de gran peligro. Eso no dice mucho acerca de nuestro pasado kármico.

Si morimos mientras estamos inconcientes, dormidos o en coma, las acciones a las que estamos más acostumbrados le darán forma a nuestra próxima vida. Si todo es igual, cualquier cosa que hayamos hecho previamente madurará. Eso no se refiere a lo que hicimos cuando teníamos un día de edad. Esto se podría referir a la primera cosa significativa que llevamos a cabo en nuestra vida, como formar una familia u obtener educación.

La certeza de los resultados

A continuación tenemos diferencias hechas de acuerdo a si hay certeza o no en el momento de maduración de los resultados de una acción kármica. Están diferenciados de acuerdo a si una acción fue firmemente cometida, lo que quiere decir realmente efectuada, y si su potencial kármico fue o no fue totalmente amasado, lo que quiere decir planeado de antemano. Así que podemos ver que existen cuatro posibilidades: planeamos una acción y la realizamos; la planeamos pero no la realizamos; no planeamos pero la realizamos; o ni la planeamos ni la realizamos.

Necesitamos entender esto correctamente. Los legados kármicos de cualquier acción destructiva en cualquiera de estas cuatro posibles categorías pueden ser purificados de modo que haya certeza de que no madurarán resultados de ellos. Pero, si no son purificados, entonces hay certeza de que madurarán. Esta es la cuarta ley del karma ¿recuerdan? Pero dentro de esta segunda división, solamente habrá certeza acerca de aquella acción que hayamos planeado y realmente cometido concerniente a la vida en la cual comenzarán a madurar sus resultados. Para las otras categorías, la vida en que pueden madurar es incierta. Existen tres posibilidades: esta vida, la inmediatamente siguiente o cualquier vida después de esa.

Ya que muchos de nosotros realmente no pensamos en términos de vidas futuras, es interesante conocer lo que tiene la posibilidad de madurar en esta vida:

  1. Una acción destructiva realizada a partir de un respeto extremo hacia nuestro propio cuerpo, posesiones o vida. “TÚ robaste MI carro. ¡Me las vas a pagar!”.
  2. Una acción constructiva basada en respeto extremo por nuestro cuerpo, posesiones o vida: como ser capaces de arriesgar la vida por salvar la de alguien más.
  3. Tener pensamientos de malicia extrema hacia un ser limitado. Los crímenes motivados por el odio estarían incluidos aquí.
  4. Acciones realizadas con pensamientos extremos de compasión o voluntad de ayudar a otros, como aquellos que se dedican al trabajo voluntario en asilos o similares.
  5. Pensamientos extremos de dañar a la Triple Joya o a maestros espirituales. Es muy interesante notar que justo después de la destrucción talibana de la estatua del Buda más grande del mundo les hayan ocurrido increíbles desastres con la invasión de los Estados Unidos de América.
  6. Acciones positivas extremadamente fuertes basadas en la confiada creencia de las buenas cualidades de Buda, Dharma y Sangha. Esto incluye proporcionar recursos financieros, hacer que los textos sean disponibles, hacer posible un centro de Dharma, etc., porque estamos convencidos de que es beneficioso. Tengo una pregunta aquí. ¿Qué tal si tenemos una fuerte y sincera creencia en los beneficios del catolicismo y construimos una iglesia? ¿Podría eso también dar resultados positivos en esta vida o esta posibilidad dice chauvinistamente que debemos ser budistas? Mi maestro Serkong Rimpoché fue cuestionado de manera similar en Italia. Alguien le preguntó: “Si usted es budista y toma refugio en la Triple Joya, ¿puede ir todavía a la iglesia o es esa una acción negativa?”. Respondió preguntando si ir a la iglesia y seguir las enseñanzas del catolicismo – el amor, la compasión, el perdón, la caridad, rezar por la paz mundial, etc. – eran contrarias a la dirección segura del refugio. Para nada. No es un problema en lo absoluto. Así, construir una iglesia, una universidad, un hospital para ayudar a otros, cae también en esta categoría. De la misma manera, destruir iglesias, acarrea resultados negativos inmediatos.
  7. Acciones destructivas realizadas por falta de gratitud hacia aquellos que nos han ayudado más: nuestros padres, nuestros maestros espirituales, etc. Solamente por darnos la vida, nuestros padres ya nos han ayudado bastante. Si les hacemos cosas pesadas, madurarán en esta vida.
  8. Fuertes acciones constructivas hechas hacia aquellos que nos han ayudado más, con el deseo de recompensar su amabilidad: como hacerse cargo de los padres en su vejez con el deseo de retribuir su amabilidad, o ayudar a un maestro espiritual en términos de que su trabajo beneficie a otros.

Si realmente planeamos y hacemos tales cosas, el resultado madurará en esta vida. Podemos ver que existe mucho que podemos hacer para dar forma a nuestra experiencia. Aun si no tenemos la fuerza para dejar de realizar alguna acción destructiva, podemos aligerarla al no sentirnos orgullosos de ella, al reducir su frecuencia, etc., y al tener el deseo de eventualmente superarla. Quizá no hagamos muchas acciones positivas, pero al hacerlas, intentemos ser realmente sinceros. Podemos hacer muchas cosas para modificar los resultados de nuestras acciones: para minimizar el resultado de las acciones negativas y fortalecer aquellos de acciones positivas.

Conclusión

Como hemos visto, el karma no habla de destino. Es algo muy complejo, pero cuando conocemos algunas de las complejidades, podemos comenzar a trabajar con ellas y darle forma a nuestras experiencias. Los resultados kármicos de la mayoría de lo que hacemos será experimentado en vidas futuras, pero algunas de las acciones realmente fuertes pueden darle forma a esta vida. No hay que decepcionarnos si las cosas no maduran en esta vida. Como hemos dicho, los legados kármicos no expiran. Cuando hablamos de la certeza de la maduración de algo hablamos acerca del momento en el cual comenzará a madurar. Muchas acciones kármicas darán una larga serie de resultados, así que acciones fuertes negativas o positivas podrían empezar a madurar en esta vida, pero continuar madurando en muchas vidas futuras después de esta.

Preguntas finales

¿Puede usted abundar en cómo nos refrenamos de presionar el botón, para utilizar su ejemplo de la lotería kármica?

Operamos en niveles, etapas. En el nivel inicial, cuando surge un impulso para actuar de forma destructiva, simplemente no actuamos. Como el gran maestro indio Shantideva aconsejó en Involucrarse en el comportamiento del bodisatva, “Permanece como un bloque de madera”. Por esto es tan importante aquietarse y constuir el hábito de tener presencia mental y darse cuenta de lo que ocurre internamente: así podemos notar cuando surge un impulso destructivo y no actuamos. Necesitamos desacelerar lo suficiente para verlo y ejercitar auto-control. En el nivel más profundo, necesitamos trascender el aferramiento al “yo”, lo que causa varias maduraciones. Para eso, necesitamos trabajar con la correcta comprensión de la vacuidad. Esto conduce a todo el tema de la purificación, para lo cual realmente no tenemos tiempo este fin de semana.

¿Cuál es el significado de la autoestima en el budismo?

Un sinónimo para la autoestima podría ser la auto-confianza, la cual es uno de los soportes de la perseverancia gozosa mencionada por Shantideva. Es descrita como firmeza, como estar firme. La auto-confianza es la sensación de que somos capaces de practicar, de avanzar, de defendernos si somos atacados, etc. Si tenemos auto-confianza, estamos más seguros de lo que hacemos. Si somos deficientes en esto, y creo que muchos occidentales lo son, existe la sensación de que no somos buenos o no lo suficientemente buenos, que somos incompetentes, que algo anda mal con nostros, o algo así. Entonces no tenemos firmeza; estamos inseguros.

En el budismo, reafirmamos nuestra naturaleza búdica para ayudarnos a obtener auto-confianza. Contamos con las habilidades y potenciales para alcanzar la iluminación y ayudar a otros cuanto sea posible. Eso es a lo que se refiere la naturaleza búdica. Naturalmente, requiere de un trabajo arduo, pero es posible si nos aplicamos firmemente. En casi todo mi trabajo intento explicar ideas budistas, no solamente en la terminología estándar, sino también relacionándolas con cómo vemos nuestra experiencia, lo cual para muchos de nosotros se da en términos de la psicología occidental; de ahí el uso de términos como autoestima, inseguridad, insensibilidad, hipersensibilidad, y demás.

Cuando decimos “las cosas son el resultado de acciones hechas en un vida anterior”, ¿es algo que tenemos que creer por fe o es algo que podemos demostrar de alguna manera?

Esto nos regresa a la discusión de cómo nos explicamos lo que ocurre: ¿es mala suerte, es destino? etc. ¿Qué clase de explicación es satisfactoria? Miren a todos los grandes lamas y practicantes que fueron encerrados en campos de concentración por los chinos comunistas y torturados hasta morir. ¿No existe causa? La comprensión budista del karma parece ser la que tiene más sentido. Al menos a mí me lo parece. Es un asunto de trabajar en ello individualmente. ¿Qué tiene mayor sentido para nosotros? Y no solamente qué explicación tiene mayor sentido, sino qué tipo de estilo de vida o aproximación a la vida implica. Si creemos que todo ocurre por suerte, ¿a dónde nos conduce eso? ¿A llevar pequeños talismanes de la buena suerte alredor de nuestro cuello?

Antes de aceptar o rechazar la posición budista, necesitamos realmente estudiar y comprenderla correctamente. Si tenemos una comprensión incorrecta, podríamos querer rechazarla. La explicación budista del karma y del renacimiento es realmente muy complicada, sofisticada y difícil de entender. Creo que es de utilidad comprender que estos son asuntos importantes en el budismo así que, aunque no las comprendamos ahora, necesitamos determinarnos a trabajar en ellos en vez de solamente rechazarlos. Estas enseñanzas le han parecido verdaderas a mucha gente muy inteligente y vean lo que han sido capaces de lograr basadas en ellas. Esto nos ayuda a motivarnos para ver a mayor profundidad. Los grandes maestros no eran idiotas.

¿Puede abundar en la relación entre vacuidad y karma?

Es realmente imposible comprender el karma sin comprender la vacuidad. La vacuidad es la ausencia de formas imposibles de existencia. Debemos identificar formas imposibles en las cuales la causa y efecto puedan operar. Es imposible que todo ocurra de una causa, de ninguna causa, de una causa irrelevante, o que las cosas ocurran en forma lineal, como que una cosa dé lugar a un resultado. También es imposible que el resultado ya exista realmente en el momento de la causa, como en la idea de predeterminación, o que el resultado exista de alguna manera inherentemente en la causa o en las repercusiones de la causa, pero de una manera no manifiesta, y que esté solamente esperando las circunstancias correctas para saltar y aparecer. También es imposible que en el momento de la causa, el resultado sea verdadera y totalmente no existente y que más tarde sólo aperezca de la nada. Con la vacuidad, eliminamos el pensamiento de que estas formas imposibles son correctas. Entonces nos quedamos con un entramado en el cual todo está interrelacionado y afecta a todo lo demás. Existen muchos niveles de sofisticación de lo que es imposible y de lo que realmente queremos decir con interrelacionarse. Debemos ir más y más profundo y es un proceso muy largo.

¿Cuánto toma renacer?

Existe un periodo intermedio llamado “bardo” entre la muerte y la concepción. Esto hace surgir la pregunta de cuándo ocurre, de hecho, la concepción. ¿Cuándo es la base física un apoyo viable para el continuum mental? Esto es un tema de gran discusión. Se dice que el bardo es un período de siete días que se puede repetir hasta siete veces, haciéndolo de un total de cuarenta y nueve días. Podría finalizar antes. Podríamos nacer como un insecto un par de días, volver a otro bardo de cuarenta y nueve días y así seguir. Existen muchas variantes en esto.

¿Qué hay acerca de relacionarse con la misma persona durante muchas vidas?

Sí, tenemos relaciones kármicas con otros, con las que interactuamos con la misma persona, el mismo continuum mental, en varias vidas. El tipo de relación que tendremos con la persona en otra vida dependerá de los diferentes factores que afectan el peso del karma. Si hemos sido terribles con alguien, pero somos buenos con él o ella ahora, esto hace que el peso de la negatividad se reduzca. Si solamente hemos sido malos, actuar negativamente ahora lo hace más pesado. Es lo mismo si hablamos de una o de varias vidas.

¿La eutanasia tiene resultado kármico positivo o negativo?

Esto se pone muy complicado. La fuerza del resultado de matar será afectada por la motivación y la emoción que la acompañe. En la eutanasia, la intención de tomar la vida de otra persona está presente, pero no hay intención de dañarla. La emoción que la acompaña es la compasión, el amor, etc. El que esto sea ingenuo o no, es otro asunto. Hacemos muchas cosas que pensamos que ayudarán a alguien más, cuando en realidad no lo hacen. El sufrimiento, consecuencia de la eutanasia compasiva, sería muy débil. Pensar compasivamente es un acto positivo y tendría resultados positivos. Lo que lo haría la acción de un bodisatva sería reconocer que habrá un resultado de sufrimiento y estar dispuesto a aceptarlo en nosotros mismos para beneficiar al otro. La mayoría de nosotros no nos enfrentamos con este asunto en términos de seres humanos, pero muchos de nosotros lo enfrentamos en términos de nuestras mascotas, perros y gatos. Necesitamos realmente examinar nuestra motivación.

Usted mencionó anteriormente a la astrología. ¿Cómo usa la astrología?

La astrología solamente muestra ciertas posibilidades. Es como un reporte del estado del tiempo y nos da solamente un retrato parcial del karma. Personalmente he utilizado la astrología como una forma de afinar mi antena de sensibilidad e intuición acerca de otras personas. Si estoy con alguien y tengo cierta sensación intuitiva de cómo relacionarme con él o ella, quizá consulte su carta astral para confirmar o modificar mi sensación. Me da una idea de qué esperar, de qué evitar con la persona, si podría haber choques y de qué podría fluir más fácilmente. De cualquier forma, he decubierto por la experiencia de muchos años que no es completamente confiable. Algunas personas no tienen ángulos fuertes en sus cartas, no existe razón desde su carta para predecir una relación cercana y aun así existe. No alejo simplemente a la persona porque no haya trinos o conjunciones o lo que sea.

Lo que he encontrado más útil de la astrología en términos de mi propio desarrollo personal es que me ha ayudado a superar la impresión de que existían solamente unas pocas personas con quienes podría relacionarme y tener profundas relaciones. Si una relación cercana se caracteriza por tener varias conjunciones y trinos en una carta, existen relaciones cercanas probablemente con cien millones, si no es que con un billón de personas. No está, para nada, limitado a una o dos personas. Podríamos tener relaciones muy cercanas con muchas otras personas. Para mí esto ha sido muy liberador en términos de abrirme a tener relaciones muy cercanas y significativas con un gran número de personas. La astrología también juega un papel importante en las enseñanzas de Kalachakra, así que mi estudio de la astrología me ha ayudado a apreciar ese aspecto, el cual es un punto difícil de trabajar para algunas personas.

Dedicatoria

Pueda la fuerza positiva de las acciones constructivas de estar aquí, escuchando, enseñando, etc. actuar como causa para que todos nosotros alcancemos la iluminación y para ser así capaces de producir las circunstancias para ayudar a todos los demás a alcanzarla también. Pueda cualquier entendimiento que hayamos ganado profundizar más y más e interconectarse con todo lo demás que hayamos comprendido y que comprendamos en el futuro. Pueda esto comenzar a dar resultados a lo largo del camino, para que podamos utilizar estas enseñanzas y nuestro entendimiento para ser de la mejor ayuda para todos.

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