Una de las veinte emociones perturbadoras auxiliares (secundarias). Un darse cuenta que discrimina perturbador, engañoso, asociado con el deseo anhelante, la hostilidad o la ingenuidad, el cual causa que uno se involucre en una actividad física, verbal o mental impropia sin saber correctamente lo que es adecuado o inadecuado. Por lo tanto, uno no toma medidas para corregir o impedir la propia conducta inadecuada.
Tibetan: ཤེས་བཞིན་མ་ཡིན་པ། shes-bzhin ma-yin-pa
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