Existen muchos tipos generales de meditación. Para poder involucrarnos en cualquiera de ellos de forma efectiva, necesitamos conocer con precisión y contundencia el estado mental exacto que deseamos generar. Los detalles incluyen saber en qué enfocarse, cuáles son los aspectos relativos a ese objeto focal, cómo debe nuestra mente relacionarse con él, que será de ayuda para desarrollar ese estado, que lo obstaculizará, cuál será su aplicación una vez que se alcance tal estado mental y qué es lo que eliminará. También necesitamos organizar las condiciones apropiadas para meditar, la postura y el asiento adecuados, y saber cómo iniciar y terminar nuestras sesiones.