Miedo a la muerte y los reinos inferiores
Quería preguntar algo sobre el miedo. Rinpoche dijo que podemos desarrollar miedo por los estados de renacimiento que pueden llegarnos después de la muerte. Pensaba que el miedo también es sufrimiento. ¿Nos estamos haciendo sufrir por algo que puede suceder o no después de la muerte? ¿No es un poco extraño?
Realmente no. Nadie dice que el objetivo final sea generar este estado de miedo. Este estado de miedo es para motivarnos a cuidar algo. Es como tener un hijo que necesita aprender a no salir corriendo a la calle. Para estar motivado a mirar a ambos lados y tener cuidado, el niño tiene que desarrollar un poco de miedo a ser atropellado por un automóvil.
Otro punto es reconocer que, de hecho, este estado de miedo existe incluso si no lo reconocemos. El miedo a morir, por ejemplo, se demuestra muy fácilmente metiendo la cabeza en un balde de agua, manteniéndola bajo el agua hasta que nos quedemos sin aliento, y luego viendo si tenemos miedo de morir o no, y si sacamos o no nuestra cabeza. Sí sacamos nuestra cabeza, a nadie le gusta quedarse sin aire. En general, el objetivo no es que todo el mundo tiemble de miedo. En cambio, el propósito es reconocer que le tememos a la muerte y pensar en ello más seriamente.
Parece más una motivación negativa. ¿Podríamos simplemente pensar que todos tenemos la naturaleza búdica en nosotros y tratar de desarrollarla? ¿No es mejor estar motivados por algo que queremos en lugar de por algo que no queremos?
¿Qué hay de estar motivados por ambos? El objetivo es estar lo más motivados posible y tratar de hacerlo de una manera bastante dramática para que realmente lo hagamos.
¿Por qué hay tanto énfasis en no renacer en los estados inferiores?
Necesitamos ver ambos lados del problema. Si actuamos de manera muy negativa, entonces hay consecuencias. Sin embargo, si actuamos de forma positiva, lo que sigue es algo diferente. Solo analizamos las ventajas y desventajas de ambos lados del problema. La generación completa de sabiduría, de darse cuenta que discrimina, debe ver ambos lados de cada tema y ver cuáles son las ventajas y desventajas de ambos lados y, con los ojos completamente abiertos, elegir lo que será más beneficioso para nosotros y para los demás. En el budismo, en toda esta enseñanza, no queremos encubrir nada. Hay muchas cosas en la vida que son bastante desagradables y queremos abrir los ojos, verlas y decidir muy claramente que no queremos eso.
¿No es lo mismo que en la iglesia cristiana? Dicen que si actúas mal te vas al infierno y por eso tienes que actuar bien.
El punto interesante es ¿por qué reaccionas negativamente a eso? Dijiste que es como en la iglesia cristiana donde enseñan que si actúas mal te vas al infierno y no quieres eso, así que no debes actuar mal. Ahora, puedo reaccionar a eso y decir: “Eso es genial, y dicen algo similar en el budismo”. Por otro lado, podría reaccionar y decir: “Dicen eso en la iglesia cristiana y no es bueno”. ¿Por qué reaccionar negativamente a eso? ¿A qué es exactamente a lo que estás reaccionando negativamente? Por ejemplo, tus padres podrían haberte obligado a ir a la iglesia y escuchar cuando no querías hacerlo. ¿O es que no queremos tomarnos en serio el dolor tortuoso, ya sea que lo experimentemos nosotros mismos o los demás, y la posibilidad de que lo experimentemos incluso en esta vida? Este es un punto útil a tener en cuenta.
¿Es importante practicar el idioma tibetano?
No. Podemos hacer la sadhana y todas estas cosas en nuestro propio idioma. No se trata de hacerlo en un lenguaje exótico. El Buda no lo enseñó en tibetano, ¿verdad? El punto parece ser que no nos gusta hacer algo que no entendemos o que nos digan que hay algo que debemos hacer. Más bien, parece que queremos estar motivados para hacerlo nosotros mismos. La motivación surge sin causa o surge por alguna causa, estas son las dos posibilidades.
Si lo pensamos, las motivaciones no surgen de la nada. Estamos motivados a hacer algo debido a algo, por pensar en algo. Si alguien nos dice que podemos motivarnos a nosotros mismos al pensar esto y aquello y aquello, entonces eso puede ser útil si lo probamos. Así es como todos llegamos a aprender cosas. ¿Cómo llegamos a conocer las cosas en general? La única forma es aprenderlas de otra persona, ya sea de un libro que alguien ha escrito o de escuchar a alguien hablar.
¿Qué hay de aprender haciendo cosas?
Sí, podemos aprender haciendo cosas; sin embargo, tenemos que saber qué posibilidades existen y no lo sabremos a menos que veamos ejemplos; pero la capacidad de aprender de estos ejemplos no proviene de otras personas, viene de estar abiertos, escuchar, observar y ver lo que hay. Desarrollar los diferentes tipos de motivación de los que habla el budismo no es cuestión de hacerlo a nuestra manera. Es una cuestión de si estamos lo suficientemente abiertos como para aprender de otras personas.
En términos de pensar en el sufrimiento de los reinos inferiores, no hablemos tanto de los infiernos y los fantasmas. Es difícil identificarse con ellos porque en realidad no los vemos. Sin embargo, el hecho de que no podamos verlos no es una razón lógica suficiente para decir que no existen. Aun así, debido a que es difícil demostrar que existen, dejémoslos de lado por el momento y pensemos en los animales. Podemos ver a los animales.
Pensemos en lo que es ser un animal. Imagina que eres una cucaracha y todos los que te ven dicen: “¡Qué asco!” y solo quieren pisotearte. Sería absolutamente horrible ser como una cucaracha. El budismo afirma que esta y aquella acción destructiva es la causa de renacer como una cucaracha. Si no queremos renacer como una cucaracha, debemos dejar de hacer ciertas cosas.
Es relevante, por supuesto, cómo alguien nos explica este punto y su motivación para contárnoslo. Esto afectará si escucharemos o no a la persona. El hecho de que nos tomemos en serio esta enseñanza y la aprendamos depende tanto de ser abiertos como de la forma en que se presente. Podría darse de una manera muy contundente y dogmática, o podría darse de una manera muy compasiva, como intentar enseñar a los niños que, si juegan con fósforos, es probable que se quemen. Es cuestión de estar abiertos y escuchar estas cosas.
El Buda y los grandes maestros budistas no dicen estas cosas solo para asustarnos, esa no es la razón por la que lo dicen, lo dicen porque vieron que esto es así. Por ejemplo, si siempre actuamos según los deseos de los animales, desarrollamos el hábito de seguir estando en ese tipo de estado mental y generar ese tipo de renacimiento. Esto construye un hábito que sin duda se basa en un hábito del pasado. Por ejemplo, veamos el caso de un perro en celo. Es un ejemplo menos común en Occidente, pero en la India lo vemos con mucha claridad. Hay jaurías de perros salvajes corriendo y, cuando hay una perra en celo, hay peleas y escenas horribles. Podemos ver esto y decir: “¡No quiero entrar en ese tipo de mentalidad!”.
Necesitamos abrir los ojos y ver las dificultades que existen, tales como las del reino animal, y entonces podemos entender por analogía cuáles son las causas. Si actuamos así, esta es la consecuencia. La conclusión lógica es que este es el tipo de mentalidad que generamos a partir de ese tipo de comportamiento. Quizás “miedo” es una mala elección de palabras porque tiene una connotación muy mala, pero genera la sensación de “no quiero eso”.
¿Y la repulsión?
La repulsión tiene otra connotación, repugnancia. Pero aquí, simplemente no lo queremos, no queremos que nos pase nada malo. Por ejemplo, no quiero que me atropelle un coche; no quiero sufrir un derrame cerebral y quedarme paralizado; no quiero tener cáncer y sufrir una muerte horrible.
Construir niveles de motivación
¿Es acaso que, por ejemplo, solo deseas ser bueno con otras personas porque si no, renacerías como una rata? Si esta es tu razón para ser bueno con otras personas, pienso que no es una buena motivación.
Por eso existen diferentes niveles de motivación. En las enseñanzas, hay un camino gradual para construir tipos de motivación cada vez más sofisticados. Hay tres niveles, y el primero es que no queremos actuar de forma destructiva porque habrá malas consecuencias; por ejemplo, renaceremos como animales. Tenemos que reconocer que esto es, de hecho, una motivación para algunas personas y que la motivación puede ayudarnos a dejar de lastimar a otros.
Sin embargo, no es una motivación muy noble y, por lo tanto, a medida que continúan las enseñanzas, dicen que no es la mejor motivación. Aunque funciona, no es una buena motivación. Una mejor motivación es no participar en actividades destructivas porque nos mantendrán en una existencia incontrolablemente recurrente y vamos a experimentar sufrimiento sin importar dónde estemos. Este es un mayor nivel de motivación.
Sigue siendo muy egoísta.
Exactamente. El siguiente punto es que es muy egoísta, por lo que nos abstenemos de hacer algo destructivo porque lastima a la otra persona. A nadie le gusta sufrir. Si realmente queremos poder ayudar a las personas, no solo no debemos hacerles daño, sino que también debemos tratar de entrenarnos lo mejor posible para tener las cualificaciones completas para poder ayudarlos realmente. Por tanto, tenemos tres niveles de motivación.
Mucha gente no puede hacer esto, no pueden simplemente salir de pronto y realmente querer ayudar absolutamente a todos en el mundo. Para mucha gente, eso es muy difícil de hacer. Es por eso que tenemos los niveles graduales de motivación, comenzando por el más bajo de temer las consecuencias negativas en el futuro. Sin embargo, no podemos pasar por alto las motivaciones más bajas e inmediatamente tener una motivación más alta. Hay muchas cosas asociadas con las motivaciones inferiores que, cuando se omiten, hacen que las superiores se vuelvan muy inestables.
La importancia de creer en las vidas futuras
La base de la motivación inicial inferior es la creencia en los futuros renacimientos y el hecho de que tendremos que experimentar en una vida futura las consecuencias de lo que hacemos ahora. Esta motivación inicial enfatiza que no debemos preocuparnos solo por esta vida, sino pensar en términos de períodos muy largos. De hecho, tenemos que pensar en todo un proceso de vidas infinitas. Básicamente, debemos tener mucho cuidado con lo que hacemos. Ciertamente, podemos hacer cosas ahora y no experimentar los resultados en esta vida; no obstante, en algún momento nos alcanzarán. Si pasamos por alto la motivación inicial por una superior con la actitud de que solo vamos a hacer el bien para todos y cosas así, después de un tiempo, esa motivación no será muy fuerte. No tendremos una base firme para desviar nuestro interés solo de esta vida; tendrá algunos agujeros.
Por supuesto, podemos llegar a darnos cuenta de que esta motivación inferior no es una motivación muy noble. Es una motivación bastante egocéntrica, pero al menos tenemos que tratar de obtener una sensación de todo el contexto para poder ir más allá. Toda esta idea de pensar en términos de vidas futuras tiene mucha importancia como base de todas las enseñanzas. Si no lo consideramos ni pensamos en eso con mucha seriedad, muchas otras cosas en las enseñanzas no tendrán mucho sentido.
Por ejemplo, en términos de ayudar a todos los demás, lo hacemos porque todos han sido amables con nosotros. Esto incluye a todos los seres; todo el mundo ha sido amable con nosotros. Si solo consideramos esta vida, podríamos encontrar personas que en realidad son muy crueles con nosotros. Sin embargo, en términos de una cantidad infinita de tiempo en el pasado y una cantidad infinita de tiempo en el futuro, podemos ver que la posición de todos cambia constantemente. En esta vida, alguien puede ser nuestro amigo en un momento dado y luego hacer algo que nos causa dificultades y convertirse en nuestro enemigo.
Asimismo, en términos de vidas pasadas, has sido mi madre. Tengo una madre, un padre o alguien en esta vida que ha sido amable conmigo, de lo contrario habría muerto en la infancia, al igual que en vidas pasadas alguien más ha sido igualmente amable conmigo. Esta forma de pensar nos ayuda a empezar a alcanzar un estado de ecuanimidad en el que no favorecemos a una persona sobre otra. Hay muchas cosas involucradas con desarrollar esta motivación y realmente tratar de integrarla en la forma en que vemos la vida. Todo eso es parte de las enseñanzas aquí en este primer nivel.
Desbloquear la forma en que nos relacionamos con las personas
Este proceso toma mucho tiempo.
Realmente sí, pero los textos dicen que no debemos esperar que tome poco tiempo o sea fácil. Cuando algunas de estas ideas realmente comienzan a asimilarse y afectan la forma en que vemos las cosas, se produce un gran cambio, una gran diferencia en la forma en que nos relacionamos con las personas. Esto es especialmente cierto en términos de estar abiertos a otras personas. No solo vemos a las personas en la posición en la que se encuentran durante esta vida. La mayoría de la gente está atrapada en una forma de ver el mundo en la que esta es la única vida que tenemos. Por ejemplo, pueden pensar que solo podemos ser amigables con las personas de nuestra edad y que no deberíamos prestar mucha atención a las personas mayores. Podríamos sentir que es extraño ser amistosos con personas mucho más jóvenes. Con quien sea que nos sintamos cercanos, si no encaja del todo con los estándares sociales, nos sentimos incómodos o lo que sea. Existen todos estos tipos de problemas que siguen y siguen.
Podríamos experimentar muchos problemas en términos de envejecer, tratar de parecer más jóvenes y no aceptar lo que sucede en la vida. Sin embargo, si pensamos en términos de vidas infinitas y que es justo en este momento en particular que resulta que tenemos esta edad en particular, ¿entonces qué? Hemos tenido diferentes edades en diferentes momentos. Por lo tanto, podemos entender y relacionarnos con personas de todas las edades. Estamos envejeciendo. ¿Y qué? En la próxima vida, volveremos a ser jóvenes. Es solo un ciclo, por lo que no hay necesidad de alterarnos por tener una edad en particular.
En cuanto a las diferentes personas con las que somos muy amigables, sin duda, si hay una conexión muy fuerte ahora, entonces también debemos haber estado conectados con ellos en el pasado. Digamos que esta persona tiene cuarenta años más de lo que tenemos ahora en esta vida; eso no significa que no podamos ser muy amigables y tener una relación cálida y amorosa con ella. Quizás en la última vida ella era más joven y nosotros éramos la persona mayor, quizás teníamos la misma edad. Quizás en un momento, en una vida, éramos del mismo sexo, y en diferentes vidas éramos del sexo opuesto.
Todas las posibilidades son posibles. Desde esta perspectiva, cuando conocemos a alguien nuevo no importa la edad, el sexo o color que sea, ni de qué posición social o país venga, porque en el pasado ha sido algo diferente, hemos sido algo diferente. Podemos relacionarnos con personas en términos de un flujo mental, la continuidad de un continuo mental, en lugar de exactamente cómo aparecen ahora. Cuando vemos a las personas de esta manera, eso hace una gran diferencia en cómo percibimos el mundo. Nos permite comenzar a ayudar a las personas de una manera mucho más abierta e imparcial. Todo esto proviene de pensar en estas cosas en el nivel inicial. Es útil. Ayuda a que nuestra vida y nuestras relaciones sean mucho más fáciles.
¿Existe un cierto número de conciencias?
¿Hay un número fijo? Sí, en el sentido de que es finito. Hay un número finito pero incontable de seres sensibles, pero gradualmente este número se hace más pequeño porque algunos se están iluminando. No son muchos, pero algunos se están iluminando. “Ser sensible” o “ser limitado” es un término técnico que se refiere a todo ser que renace bajo el poder del karma, las emociones y actitudes perturbadoras. Técnicamente, un buda no es un ser sensible o limitado en ese sentido. Estoy usando el término “ser limitado” porque a mucha gente le resulta difícil entender la palabra “sensible”. Un buda no se considera un ser limitado porque, aunque está vivo y en funcionamiento, un buda no está bajo el control de la fuerza del karma, las emociones y actitudes perturbadoras. Además, el número de seres limitados es finito, porque no se están creando nuevos flujos de vida. No hay creador, ninguno tiene principio.
Diferentes tipos de no darse cuenta
¿Cuál es exactamente la diferencia entre el no darse cuenta general del samsara y el no darse cuenta de la estupidez de un animal?
Hay dos términos en tibetano. El primero es marigpa, que literalmente significa no darse cuenta en tibetano. Uno no se da cuenta de la causa y el efecto y, en un nivel más profundo, no se da cuenta de la realidad. Como resultado del no darse cuenta, uno actúa con deseo o enojo. Ese es el no darse cuenta básico. Es el no darse cuenta de la causa y el efecto y de la verdadera forma en que existen las cosas. Sin entendimiento de la vacuidad con cognición directa, tenemos este marigpa o no darse cuenta.
La estupidez de un animal es algo que incluye el no darse cuenta, la raíz del samsara, pero hay algo más involucrado. El término para esto es timug en tibetano. Esto se puede traducir como “ingenuidad”, pero también como “cerrazón mental” o “no darse cuenta de cerrazón mental”. Encontramos esto muy fuertemente con los animales, pero mucha gente también lo tiene. Implica poner un muro alrededor de uno mismo y no querer mirar ni oír cosas. Por ejemplo: “No me lo cuentes, no quiero escucharlo. No quiero oír hablar de los infiernos, olvídalo”. Simplemente nos cerramos a nosotros mismos.
Otro ejemplo de timug podría ser si viajamos en nuestro automóvil y alguien acaba de tener un accidente. Están tirados en la carretera en un charco de sangre y nosotros decidimos no involucrarnos. Es demasiado horrible, así que seguimos adelante. Este es el tipo de cerrazón mental cuando levantamos un muro a nuestro alrededor. Otro ejemplo es cuando la gente se siente muy amenazada por otros. Se vuelven muy rígidos o incómodos y esto les impide ser abiertos y relacionarse con otras personas. En cierto sentido, construyen un oscurecimiento, un muro de defensa y protección para no tener que lidiar, ver o mirar las cosas.
Con los animales, suceden muchas cosas. Primero, los animales están obsesionados en el sentido de que están bajo la influencia muy fuerte de los instintos. Realmente no piensan por sí mismos. Por ejemplo, un animal realmente solo está interesado en obtener comida. Esta es una de las principales preocupaciones en la mente de un animal. Por ejemplo, la forma en que podemos enseñar trucos a los delfines es que casi cada 30 segundos son recompensados con un pez. Por todo lo que hacen, son recompensados con comida. Es principalmente esta mentalidad de conseguir comida lo que los motiva a realizar un aspecto particular de un comportamiento aprendido.
Los animales también son impulsados instintivamente por la autodefensa, el deseo sexual o algún otro instinto muy fuerte. Están cerrados en el sentido de que no pueden estar abiertos a otras cosas porque estas fuerzas simplemente son demasiado poderosas en su continuo mental. Ciertamente incluye un no darse cuenta de la causa y el efecto y la naturaleza de la realidad, marigpa; sin embargo, tienen estos otros enormes bloqueos en su mente que les impiden abrirse a otras cosas. Sus instintos sencillamente son muy fuertes.
Hablando en términos de tendencias kármicas y acciones que las construyen, si nos dejamos regir totalmente por los instintos animales y no pensamos en otra cosa, generamos el estado mental que va a degenerar en un ser que solo vive por instintos.
¿Es todo mucho más sólido y fijo para un animal?
Sí. El ejemplo más claro es cuántos animales viven en términos de territorios. Cada animal establece un territorio que es su territorio. Podemos ver esto en una casa donde tenemos dos gatos o dos perros en un vecindario. Tienen un área específica que es su territorio, y son el jefe y han construido un muro alrededor de esta área delimitada. Aquí es donde se les permite estar, y si otro perro se mete en el área ladran y hacen todo tipo de cosas horribles. Es como crear un muro. Hacemos las mismas cosas. De hecho, es interesante ver cómo la gente también crea territorios y no quieren que nadie los traspase.
Ayudar a los demás
Sabiendo que ahora somos un ser humano y que lo más probable es que vayamos a los reinos del infierno, ¿es posible prepararse para los reinos del infierno, para poder estar menos apegados a la forma en que viven los seres del reino del infierno, y desde ahí intentar alcanzar la iluminación? ¿Es posible?
Lo más probable es que no suceda si hacemos algo al respecto para evitarlo. Si no hacemos nada al respecto, seguramente sucederá, pero no es necesario que hagamos una reservación. Hay diferentes cosas involucradas, podemos verlo en diferentes niveles. No lo veríamos, si pensamos que no hay forma de evitarlo; podríamos pensar que nos vamos a ir al infierno de todos modos y por eso es mejor que nos preparemos metiendo la mano en el fuego y cosas así, para que no sea tan malo. Esa podría ser una forma de verlo, pero nunca había oído hablar de ese enfoque.
Hay otras formas en que podemos ver esto que son más útiles. Dicen, por ejemplo, que deberíamos estar dispuestos a ir al infierno por ayudar a otros seres; eso es algo muy diferente. Examinemos el relato del Buda como capitán de un barco en una vida anterior. Había quinientos pasajeros, y uno de ellos iba a asesinar a todos los demás para robar su riqueza, por lo que el Buda asumió la responsabilidad de tomar la vida de una persona para salvar la vida de todos los demás. Lo hizo, asumiendo toda la responsabilidad por el acto y dispuesto a ir al infierno a causa de ello, para ayudar a otras personas. En ese sentido, estaríamos preparados para ir. No queremos que estas otras personas sufran y mueran, y no queremos que este hombre robe y cometa asesinatos en masa y, por lo tanto, se vaya al infierno. En cambio, estamos dispuestos a ir al infierno para ayudar a los demás. Desarrollar este tipo de disposición es algo positivo.
Por supuesto, esta historia puede ser un poco extrema y dramática para la mayoría de nosotros. Tal vez sea algo difícil con lo que relacionarse realmente y podría tomarse de una manera simplista, en el sentido de que realmente no lo tomemos en serio. Intentemos pensar en un ejemplo de algo que podamos ver en nuestra propia vida. Digamos que alguien tiene problemas realmente graves y se encuentra en una situación muy difícil, tiene un problema real con la ley o con sus padres, y acude a nosotros en busca de ayuda. Deberíamos estar dispuestos a abordar el problema de esta persona para ayudarla, aunque mucha gente podría decir que no quiere involucrarse porque es demasiado complicado.
Si vamos a practicar ayudar a los demás y asumir el sufrimiento de los demás, eso significa que debemos estar dispuestos a involucrarnos, a ir con esa persona a la corte o al hospital o lo que sea necesario. Deberíamos estar dispuestos a ayudar a resolver las cosas y ayudar a la persona a superar sus problemas. En cierto sentido, estos ejemplos ilustran esta idea de estar preparado para ir al infierno. Básicamente, para ayudar a los demás, debemos estar dispuestos a involucrarnos en algunas cosas sucias en las que realmente no es muy agradable involucrarse. Estamos dispuestos a acompañarlos a los tribunales, a los abogados, a la policía, al hospital o lo que sea necesario para ayudarlos.
Usar estos ejemplos, en lugar de decir: “Estoy dispuesto a ir al infierno por alguien” -lo cual suena muy bien, pero en realidad no hacemos nada-, es mucho más relevante sobre cómo debemos tratar de entrenarnos. Incluso si hay muchas cosas desagradables involucradas en ayudar a alguien, deberíamos estar dispuestos a asumirlas.
A veces me involucro tanto en la basura de otras personas que consume toda mi energía. ¿Qué pasa si estoy exhausto y agotado e incluso molesto por eso?
Las enseñanzas describen todo tipo de actos fantásticos que hacen los bodisatvas para ayudar a los demás, pero también dicen que solo podemos hacerlo realmente cuando nos hemos desarrollado en un grado muy alto. En ese nivel, podemos sacrificarnos sin pensarlo dos veces. Tenemos tanta energía positiva que no importa con quién estemos, no nos agota y siempre podemos generar energía positiva.
Tenemos que ver de manera realista dónde estamos y cuánto podemos soportar, y practicar a nuestro propio nivel. Las enseñanzas no dicen que todos deberíamos cortarnos los brazos y dárselos a los tigres, incluso si el Buda pudo hacerlo. Si somos capaces de hacer eso, está bien; sin embargo, si no estamos tan evolucionados, no lo hacemos; en tal caso, desarrollaríamos muchos más efectos negativos que positivos. El punto en el que nos metemos en problemas es cuando empezamos a pensar: “Si hago esto, me voy a cansar o deprimir”. Cuando nuestra mente comienza por ese camino, estamos inmediatamente limitados. Tenemos que tratar de aumentar lentamente nuestra resistencia.
Pero a veces me deprimo y empiezo pensando, ¿cómo sucedió esto? ¿No es causado por todas las cosas negativas que vienen de otras personas? Entonces solo tengo que decir: “No puedo involucrarme”. ¿No significa eso que a veces tengo que decir “no” a la gente?
Tenemos que ver cuáles son nuestros límites personales y ver cuánto podemos soportar. Si nos sentimos abrumados, existen diferentes formas de ayudar a las personas y manejar situaciones. En lugar de decir: “Oh, no puedo soportarlo, déjame en paz”, podríamos decir: “Realmente me gustaría ayudarte, pero lo siento, soy incapaz en este momento. Sin embargo, tal vez pueda ayudarte a encontrar a alguien más que pueda hacerlo, puedo darte algunas sugerencias”. Aun así, hay ocasiones en las que tenemos que esforzarnos más allá de los límites de lo que normalmente haríamos.
También es importante tener en cuenta que tenemos que poder ayudarlos realmente. No basta con tener el deseo de ayudar, necesitamos tener los medios y saber qué hacer. Si no sabemos qué hacer, deberíamos tener la humildad de decir: “Realmente quiero ayudarte, pero en verdad no sé qué hacer; busquemos a alguien que realmente pueda ayudarte”.
Cuando algunas personas intentan ayudar a otros, quieren erigirse como un gran héroe que puede entrar como un caballero en un caballo blanco y rescatar a todos. Algunas personas pueden tener esa idea en la cabeza; es posible que no sean muy conscientes de ello y no admitan que son impotentes para ayudar a alguien. Tenemos que darnos cuenta de que, especialmente a nuestro nivel, no somos bodisatvas. No somos budas y no podemos resolver los problemas de todos, no somos capaces de eso. Lo único que podemos hacer es dar nuestro mejor esfuerzo; es posible que no funcione, es posible que no podamos resolver su problema, pero al menos podemos intentarlo. Si no sabemos cómo ayudar, debemos ser lo suficientemente honestos como para admitirlo y no darles falsas esperanzas. Deberíamos decir: “Mira, quiero ayudarte, pero no sé cómo. Tal vez si acudimos con este lama o alguien más, te puedan ayudar”. Ser lo suficientemente honestos como para admitirlo.
Consejo sobre practicar la conducta del bodisatva
En un momento me dijeron algo muy útil. Tenía muchas ganas de ayudar en una situación, pero no estaba funcionando. Le pregunté a Rinpoche y me dijo que cuando un bodisatva está tratando de ayudar a otros, desde el lado del bodisatva, lo único que realmente tiene es el fuerte deseo de ayudar a la otra persona. El éxito o no de su ayuda depende del karma de la otra persona. Si una persona tiene el karma para que la ayudemos, y la pesadez de la fuerza kármica detrás del problema está por terminar, entonces nuestra ayuda va a funcionar. Sin embargo, si hacemos nuestro mejor esfuerzo y no somos de ayuda, entonces la persona no tiene el karma para ser ayudada; es muy pesado. No importa lo que hagamos, no va a ayudar, por lo que no deberíamos sentirnos inadecuados o embarcarnos en un viaje de culpa porque no pudimos hacerlo. Es importante que siempre hagamos nuestro mejor esfuerzo e intentamos hacer lo que podamos. Que funcione o no, realmente depende del karma de la otra persona. Esto nos permite meternos en estas situaciones de ayudar a los demás sin el peligro de sentirnos culpables. Todo el viaje de la culpa es una completa pérdida de tiempo y es un perjuicio para poder ayudar a las personas. Esto es algo importante a tener en cuenta, realmente, cuando intentamos ayudar a otros.
¿No significa eso que a veces simplemente tienes que dejar a la gente con su problema si ves que no está funcionando?
Bueno, podemos hacer esto de muchas formas diferentes. Una forma, como dije antes, es dándoles sugerencias de otras cosas que pueden probar. Básicamente, todo el mundo tiene que salir por sí mismo de sus propios problemas, la gente tiene que hacerlo desde su lado. Hay una cita famosa del Buda en la que dice: “No puedo lavar el karma de las personas con agua, ni puedo arrancarlo como sacar una espina de un pie”. Lo único que un buda puede hacer, en realidad, es mostrar a la gente las enseñanzas y el camino; tienen que hacerlo por sí mismos. Si el karma está ahí y el Buda está ahí, seguro que puede hacer ciertas cosas, pero básicamente son nuestros problemas y, por lo tanto, es nuestra propia responsabilidad lidiar con ellos.
Por lo tanto, deberíamos intentar ayudar a las personas tanto como podamos. Si el karma está ahí, funcionará; si no es así, no funcionará. También podríamos hacer cosas estúpidas que no ayuden y que empeoren las cosas. Entonces, debemos ser muy sinceros y no pretenciosos en lo que hacemos. En otras palabras, no fingir que somos seres divinos que pueden entrar con una varita mágica y cambiarlo todo. Necesitamos ser honestos y abiertos y hacer nuestro mejor esfuerzo. Entonces, si funciona, funciona y si no, no. ¿Qué podemos hacer?
Además de esto, es posible que muchas personas ni siquiera quieran nuestra ayuda. Esa es otra cosa que tenemos que estar dispuestos a aceptar, no podemos imponernos a los demás.
En el trabajo de asistencia social hay muchas personas que se te asignan en busca de ayuda y, a veces, no puedes hacer nada para solucionar sus problemas. Me imagino que los trabajadores sociales se sienten muy culpables por eso.
Muy a menudo, sin embargo, proviene de sobrestimar nuestros poderes y pensar que realmente tenemos el poder de simplemente usar una varita mágica y cambiar todo. Tenemos que ser realistas sobre lo que realmente podemos hacer, y la otra persona tiene que querer que la ayuden. Si no quieren que los ayuden, nada de lo que hagamos los ayudará.
¿No necesitamos esforzarnos más allá de nuestros propios límites?
Eso es como enfrentarse a la mente negativa y decir: “No voy a estar bajo tu control”. Digamos que estamos sentados y nos sentimos muy perezosos, y alguien dice: “Por favor, levántate y ayúdame”. La mente negativa dice: “¡Olvídate de eso! Solo quiero sentarme aquí y ver la televisión”. Tenemos que hablarnos a nosotros mismos y decir: “¡Vamos! Esto es ridículo”, y nos obligamos a levantarnos y hacer algo. Claro, tenemos que esforzarnos. Estamos tan acostumbrados a estar bajo el control de la mente negativa que, instintivamente, nos sentimos egoístas y no queremos involucrarnos en situaciones desagradables. Pero entonces, el objetivo de este entrenamiento es motivarnos para realmente empujarnos más allá de los viejos límites y crecer. Eso es todo el juego, ¿no? Queremos crecer.
Al mismo tiempo, también debemos tener algo de sentido común y no presionar más de lo que podemos manejar. Requiere ser muy valientes, estar dispuestos a afrontar situaciones difíciles y asumirlas. A veces no sabemos qué hacer, pero nos encontramos en una situación en la que tenemos que hacer algo. Simplemente hacemos nuestro mejor esfuerzo. Tenemos que ser humildes y no sobrestimar nuestras habilidades y pensar que podemos solucionar todos los problemas del mundo y, si no lo hacemos, sentirnos muy culpables por ello. Eso es sobrestimar lo que es factible.
En cierto sentido, gran parte de este entrenamiento nos está enseñando a ser cada vez más realistas en cuanto a lo que realmente está sucediendo en el mundo y lo que realmente está sucediendo en nuestra mente. Nos enfrentamos a nosotros mismos, enfrentamos todas las cosas desagradables de la vida, así como las agradables, y aprendemos a manejar y a lidiar con todo. No se trata de estar en una romántica tierra de hadas como si Disney hiciera una colaboración con el Dharma.
¿Qué hay de ver a todos como amigos y los peligros de confiar ingenuamente en las personas?
Darnos cuenta de que todos han sido nuestros amigos en el pasado no significa que ahora automáticamente confiemos en todos. Nos lleva a comprender que, incluso si actúan mal con nosotros ahora, en última instancia, esa no es la forma en que siempre son, siempre han sido y siempre serán en el futuro, puede cambiar. Es como cuando tenemos un hijo y hace algo malo; no nos gusta lo que ha hecho y quizás nos enojamos mucho. Digamos que el niño está gritando y llorando y estamos muy molestos por eso. En ese momento, la relación y los sentimientos que tenemos hacia ese niño se basan en el enojo de forma negativa. Sin embargo, básicamente este es nuestro hijo y lo amamos. En muchas otras circunstancias, el niño se porta muy bien. Es solo una cuestión de sentido común. El niño no siempre actuará de esa manera.
Si los demás se comportan mal con nosotros, véanlos como si se trataran de nuestro hijo teniendo una rabieta. Básicamente, los consideramos como nuestro hijo en el sentido de que todavía existe un vínculo estrecho con ellos. En ese momento, están muy molestos y están haciendo un berrinche.