Diferentes niveles de maestros y estudiantes espirituales

Premisas

Las personas de los Centros de Dharma tienen a menudo dificultades para relacionarse con maestros espirituales, aun con aquellos correctamente calificados. Algunos no sienten nada hacia el maestro residente, incluso si la persona es un gueshe o un lama. A otros es posible que no les impresione un maestro famoso que está de visita, aunque todos los demás lo traten con extrema devoción. Encuentran confusa la enseñanza de que deben considerar a los maestros espirituales como budas. Es posible que piensen que necesitan considerar a todos los maestros de esa manera y que es necesario que lo hagan desde el principio. Consecuentemente, sienten que hay algo que están haciendo mal.

El primer paso para desentrañar el problema es reconocer ciertos hechos empíricos acerca de las relaciones estudiante-maestro. (1) Casi todos los buscadores espirituales progresan a través de etapas a lo largo del sendero espiritual. (2) La mayoría de los practicantes estudia con varios maestros durante su vida y construye relaciones diferentes con cada uno de ellos. (3) No todo maestro espiritual ha alcanzado el mismo nivel de realización. (4) El tipo de relación apropiada entre un buscador específico y un maestro específico depende del nivel espiritual de cada uno. (5) Usualmente las personas se relacionan con sus maestros de maneras progresivamente más profundas a medida que avanzan en el sendero espiritual. (6) Debido a que un mismo maestro puede desempeñar diferentes roles en la vida espiritual de cada buscador, la relación más apropiada que cada buscador tiene con su maestro puede ser diferente. La presentación de este libro sigue estas premisas.

Terminología

Los seis puntos enumerados arriba están sugeridos por una distinción que hizo Gampopa en El ornamento de joyas de la liberación, basada en la literatura de la Prashñaparamita. Durante el trayecto del progreso hacia la iluminación, los buscadores espirituales se vuelven capaces de recibir y comprender instrucciones de maestros cada vez más sofisticados en su realización de la vacuidad. De modo que ambos, maestros y buscadores espirituales, se dividen en niveles. Aquí diferenciaremos los niveles de maestros espirituales de acuerdo con otro criterio: los contenidos progresivamente más amplios, la perspectiva y la intención de la instrucción que imparten. Además, conjuntamente con cada tipo de maestro espiritual, formularemos un buscador espiritual correspondiente.

Para clarificar el análisis, adoptemos ciertas convenciones. Llamemos a alguien que transmite información sobre las enseñanzas del Buda desde una perspectiva distante, “un profesor de budismo”. Una persona que no se sienta meramente en la audiencia, sino que realmente estudia con un profesor de budismo semejante, sería “un estudiante de budismo”. Por otro lado, a alguien que imparte las enseñanzas desde el punto de vista de su aplicación práctica en la vida, basado en la experiencia personal, lo llamaremos “un instructor de Dharma”. Alguien que aprende budismo práctico de un instructor de Dharma sería su “alumno de Dharma”. A una persona que entrena a otros en los aspectos pragmáticos de la meditación o de la práctica ritual, la llamaremos “un entrenador de meditación o de rituales”. El buscador espiritual correspondiente sería “un aprendiz de meditación o de rituales”.

Usaremos “mentor espiritual” en el sentido mahayana, para alguien que guía a otros a la iluminación a lo largo del camino gradual. Alguien a quien un mentor espiritual guía a lo largo del camino gradual, sería su “discípulo”, empezando por un buscador que desea primero objetivos espirituales sólo en esta vida, o también para generaciones futuras. Entre los mentores espirituales, a alguien que confiere la dirección segura mahayana – o tanto votos laicos como monásticos –, lo llamaremos “un preceptor de refugio o de votos”. Alguien que recibe votos de refugio o de liberación de un preceptor semejante, sería un miembro de la “progenie de refugio o de votos” de la persona.

A un mentor que enseña los métodos para desarrollar la bodichita y que guía a un buscador a lo largo del sendero del bodisatva, lo llamaremos un “Maestro mahayana”. Alguien a quien guía sería un “discípulo mahayana”. Además, a un Maestro mahayana que guía a discípulos a la iluminación mediante los métodos del tantra, le daremos el nombre de “Maestro tántrico”. El discípulo de un Maestro tántrico, sería un “discípulo tántrico”. Además, nos referiremos al maestro que más contundentemente vuelca el corazón y la mente de un discípulo al Dharma, como un “gurú raíz”. “Maestro espiritual” y “discípulo espiritual” se usarán como términos generales.

Las presentaciones textuales clásicas de la relación entre un buscador espiritual y un maestro espiritual hablan sólo de categorías específicas de mentores y discípulos. No atañen a niveles previos de maestros o discípulos. Por un lado, conciernen a mentores espirituales que son fundamentalmente Maestros mahayana, Maestros tántricos o gurús raíz, siendo los tres, gurús, lamas y amigos espirituales. Por otro lado, se ocupan principalmente de discípulos tántricos o mahayana. La relación entre un preceptor de refugio o votos y su progenie de refugio o de votos aparece usualmente en un contexto separado: el análisis de la disciplina monástica. Allí el énfasis está puesto casi exclusivamente en la relación con un preceptor para votos monásticos.

Profesores de budismo

Muchas personas interesadas en el budismo no tienen maestros espirituales que los guíen. Es posible que estudien budismo meramente de libros, grabaciones, videos o por internet. Su Santidad el decimocuarto Dalái Lama afirmó que es correcto aprender de esa manera. Los temas apropiados incluyen la impermanencia, el karma, la compasión y la vacuidad. De hecho, la mayoría de los occidentales desarrolla inicialmente el interés en el Dharma y obtiene su conocimiento introductorio de los libros, no sólo de obras sobre budismo, sino también de libros de la new age y de relatos ficticios y no ficticios sobre el Tíbet. Incluso, ver películas populares sobre temas tibetanos puede despertar el interés de la gente.

Sin embargo, los libros, las grabaciones y los videos no pueden responder preguntas. Por más interactivo que sea un programa de computación, tampoco puede proporcionar todas las respuestas. Sólo un maestro en vivo puede hacer eso. Por lo tanto, para la mayoría de las personas el paso siguiente, después de obtener un poco de información sobre budismo, es asistir a algunas conferencias.

Puede ser que algunos sigan un curso con un profesor de budismo en una universidad, para aprender más sobre el tema. El conocimiento de la historia del budismo, la influencia de los desarrollos políticos y las adaptaciones culturales que se produjeron con su difusión, ayudan a disipar ilusiones románticas. Proporcionan el contexto y las herramientas intelectuales que permiten examinar cuidadosamente cantidades masivas de material para encontrar la esencia. Los profesores de budismo también pueden educar a los estudiantes en los contenidos de las enseñanzas del Buda. Lo hacen usualmente de un modo distante, como cuando se transmiten objetivamente los contenidos de cualquier religión del mundo.

También los maestros cultos, gueshes o kenpos de Centros de Dharma, pueden impartir los contenidos de las enseñanzas del Buda del mismo modo en que lo hacen los profesores universitarios. Tales maestros también pueden explicar cómo aplicar el Dharma a la vida, pero los estudiantes de budismo prestan poca atención. Escuchan meramente para obtener información. De modo que para los estudiantes de budismo, incluso los gueshes o kenpos son meramente profesores de budismo. Si, como buscadores, deseamos estudiar budismo como un método para nuestro propio desarrollo espiritual, necesitamos trabajar con un maestro como instructor de Dharma.

Instructores de Dharma

La distinción entre profesores de budismo e instructores de Dharma deriva de tres niveles progresivos de conciencia discriminativa diferenciados en el budismo. (1) La conciencia discriminativa de la información correcta, procede de escuchar las disertaciones de maestros confiables o de leer libros de autores fidedignos. (2) La conciencia discriminativa basada en correctos entendimientos intelectuales profundos, procede de pensar en la información correcta así recibida. (3) La conciencia discriminativa basada en el correcto entendimiento experiencial profundo, procede de meditar en una correcta comprensión intelectual. Los maestros espirituales pueden instruir a los buscadores basados en uno o más de los tres niveles de conciencia correcta.

Los profesores de budismo enseñan información obtenida de textos o de la investigación académica occidental. Además, pueden haber tratado de descifrar intelectualmente el sentido de las enseñanzas y, por lo tanto, posiblemente enseñen desde la comprensión y el entendimiento intelectual profundo. Los instructores de Dharma tienen también algún nivel de conocimiento escritural y enseñan de acuerdo a eso. Sin embargo, además explican desde un entendimiento experiencial profundo y una comprensión, obtenidos por haber puesto en práctica las enseñanzas y por tratar de aplicarlas a la vida. Los profesores de budismo también pueden tener un entendimiento experiencial profundo, pero usualmente no les transmiten a otros esas comprensiones.

Los instructores de Dharma pueden ser buscadores espirituales más antiguos en los Centros de Dharma, con más experiencia y conocimiento del que tienen los demás. Más avanzados aún, los instructores pueden ser maestros residentes o pueden ser visitantes que están haciendo alguna gira. Pueden tener títulos universitarios en estudios budistas o títulos monásticos, aunque ninguno es un prerrequisito. Como alumnos de Dharma, podemos aprender de cualquiera de estos tipos de instructores de Dharma cómo aplicar las prácticas budistas a la vida.

Entrenadores de meditación o de rituales

Los buscadores que desean ir más allá del conocimiento intelectual de los métodos budistas para la transformación propia, necesitan entrenarse en las prácticas. El entrenamiento implica la meditación y, para ciertos aspectos de la enseñanza, llevar a cabo prácticas de rituales. La meditación implica generar, ya sea un estado mental beneficioso, o establecer la mente en su estado saludable natural. Mediante la repetición frecuente, el estado de la mente se hace habitual y forma una parte integral de la personalidad propia. La práctica de rituales agrega formas físicas y verbales a la meditación y crea un vínculo con la tradición. Puede implicar el arreglo de un altar, hacer ofrendas, postraciones, cantar textos, o usar los implementos rituales de vajra, campana y tambor de mano. El sentido de continuidad y de pertenencia a un grupo de practicantes del pasado y del presente que realizan los mismos ritos, trae consigo una sensación de apoyo, seguridad y confianza.

Varias de las personas de un Centro de Dharma pueden ser capaces de entrenarnos en los aspectos básicos de la meditación y los rituales. Incluyen, de nuevo, buscadores espirituales más antiguos e instructores de Dharma residentes y visitantes. Algunos Centros tienen especialistas como entrenadores de meditación o rituales para principiantes. Estas personas pueden haber completado retiros de tres años. Es posible que no sean necesariamente capaces de entrenarnos en más que las enseñanzas elementales de Dharma, pero tienen experiencia y son competentes en entrenar a las personas en las etapas iniciales de meditación o rituales, o en ambas prácticas.

Mentores espirituales

Las enseñanzas budistas hacen una diferencia entre entendimientos repentinos profundos (nyam, nyams) y realizaciones estables (togpa, rtogs-pa). Un entendimiento repentino profundo no produce un cambio significativo en nuestra vida, pero puede llevarnos en esa dirección. Por otro lado, una realización estable, ya sea parcial o completa, produce realmente una mejora notable que perdura. La distinción que estamos trazando aquí entre instructores de Dharma y mentores espirituales procede de esta diferencia. Los instructores de Dharma pueden tener entendimientos repentinos profundos o realizaciones, mientras que los mentores espirituales necesitan tener cierto nivel de realización estable.

Una distinción adicional procede de las dos formas en las cuales el Buda les transmitió a otros lo que había logrado. Comunicó su iluminación verbalmente y a través de los efectos de sus realizaciones. Los profesores de budismo y los instructores de Dharma enseñan básicamente a través de la instrucción verbal. Sin embargo, para poder guiar plenamente a los buscadores, los maestros espirituales necesitan también encarnar las enseñanzas, tenerlas integradas en su personalidad. Sólo entonces, como mentores espirituales, pueden enseñar e inspirar verdaderamente a los discípulos mediante su ejemplo vivo. Debido al evidente desarrollo personal de los mentores, los buscadores sienten confianza para encomendarse a ellos como discípulos, para que los ayuden a alcanzar un nivel similar de transformación personal. Los mentores espirituales, entonces, ayudan a los discípulos a desarrollar sus personalidades.

Así, una vez que hemos obtenido el suficiente conocimiento práctico de las enseñanzas por haber estudiado con instructores de Dharma, y la suficiente familiaridad con los aspectos pragmáticos a través del trabajo con entrenadores de meditación o rituales, podemos estar preparados para dar el paso siguiente. Podemos estar preparados para hacernos discípulos de maestros espirituales y para relacionarnos con ellos como mentores espirituales. Para ser mentores espirituales, los maestros necesitan las cualidades de gurús, lamas y amigos espirituales, independientemente de los títulos reales que posean. Pueden haber sido nuestros profesores de budismo, instructores de Dharma o entrenadores de meditación o rituales. Nuestros mentores espirituales también pueden ser otros maestros, no asociados específicamente con nuestras universidades o Centros de Dharma.

Además, hacerse discípulo de un mentor espiritual requiere estar a la altura del término discípulo. Específicamente, los buscadores interesados en el budismo necesitan asumir un compromiso formal con el sendero budista. Esto implica tomar votos para abstenerse del comportamiento indisciplinado y entrenarse en conductas constructivas. En Océano de sabiduría infinita, Kongtrul, el enciclopedista del movimiento rimé (no sectario), explicó tres tipos de mentor espiritual. La distinción procede de cuál de los tres conjuntos de votos toma un discípulo en presencia del mentor: votos pratimoksha, de bodisatva o tántricos. Los votos budistas implican un compromiso a largo plazo. En la tradición tibetana, los votos laicos o monásticos son para la vida entera, mientras que los votos de refugio, de bodisatva y tántricos, son para todas nuestras vidas hasta llegar a la iluminación. Por consecuencia, el vínculo discípulo-mentor que se cristaliza alrededor de estos compromisos importantes conlleva también un alto nivel de seriedad.

Preceptores de refugio o de votos

Aquellos que desean comprometerse con el camino espiritual budista toman para su vida la dirección segura en la Triple Joya: los Budas, el Dharma y la Sangha. El compromiso total también implica tomar votos para la liberación individual, ya sea laicos o monásticos. Los budistas laicos comprometidos, por ejemplo, prometen abstenerse de todas o algunas de las acciones destructivas siguientes: matar, robar, mentir, involucrarse en comportamientos sexuales inapropiados y tomar intoxicantes.

Tomar dirección segura y los votos de la liberación marca un hito en la vida espiritual budista. Aunque los textos clásicos describen varios métodos extraordinarios mediante los cuales ciertos discípulos de la época del Buda recibieron los votos de monje o monja, hoy en día la gente requiere de la presencia de mayores espiritualmente. Aunque Kongtrul analizó a los preceptores de votos específicamente en el contexto de la toma de votos monásticos, los discípulos también necesitan tomar refugio y votos laicos en presencia de los mayores. Por lo tanto, extenderemos el alcance de la categoría de preceptores de votos de Kongtrul para incluir a aquellos en cuya presencia los discípulos toman refugio mahayana o votos laicos. Dado que la mayoría de los seguidores occidentales del sendero budista permanecen como jefes de familia, limitemos nuestro análisis a estos preceptores para votos “pre-monásticos”.

En el contexto del budismo tibetano, los preceptores de refugio o de votos son necesariamente personas mayores del mahayana. Más aún, es necesario que sean mentores espirituales que han mantenido sus votos con pureza durante cierta cantidad de años, dependiendo del nivel del voto conferido. Esta cualidad le agrega seriedad y autenticidad al evento, ya que los preceptores conectan formalmente a su progenie con las tradiciones que se remontan a los discípulos inmediatos del Buda histórico.

No es necesario que los preceptores de refugio y de votos sean la misma persona. Aun cuando se convierten en uno de nuestros maestros en el contexto de nuestra toma de votos, no necesitan servir de otras formas como nuestros mentores espirituales. Además, tomar dirección segura o los votos de liberación con un preceptor nos conecta con el budismo en general. No nos compromete con la tradición tibetana específica del preceptor, dado que todas las sectas tibetanas transmiten el mismo linaje indio de votos. Nos convertimos simplemente en practicantes budistas, laicos o monásticos, y no en miembros de la orden nyingma, sakya, kagyu o guelug.

Algunos buscadores espirituales toman formalmente dirección segura mientras son sólo estudiantes de budismo, alumnos de Dharma o aprendices de meditación o rituales. Algunos dan este paso incluso como recién llegados al budismo, con un desconocimiento casi total de las enseñanzas. Lo hacen a menudo por una decisión repentina tomada bajo la presión del grupo, conmovidos por el carisma de los maestros que ofrecen las ceremonias de refugio. Sin embargo, el simple hecho de participar en un ritual no significa tomar dirección segura. Tampoco convierte a los participantes de dichas ceremonias en los discípulos de los maestros que las dirigen, ni en miembros de sus progenies de refugio. Tomar dirección segura, en su pleno sentido, requiere de que tanto los maestros espirituales como los buscadores satisfagan las cualidades para preceptor y progenie, y para mentor y discípulo. Es especialmente esencial que los buscadores espirituales tengan las motivaciones apropiadas, como mínimo, temor frente a las dificultades emocionales posteriores en la vida. Además, el buscador necesita no sólo la confianza de que la Triple Joya proporciona una dirección segura para evitar esos problemas, sino también la plena intención de introducir esa dirección positiva en su vida y mantener los compromisos de refugio y los votos.

La ceremonia de refugio forma una parte común a todos los empoderamientos tántricos. Así como los lamas tibetanos permiten con frecuencia que buscadores espirituales insuficientemente preparados asistan a los empoderamientos, también permiten que personas insuficientemente preparadas tomen la dirección segura. La lógica tradicional es que, incluso si los buscadores carecen de las causas apropiadas para tomar la dirección segura, asistir a las ceremonias planta en ellos semillas de potencial positivo para vidas futuras. Los buscadores espirituales no necesitan comprender nada de lo que sucede. La sola asistencia planta exitosamente semillas para el futuro, a menos que las personas tengan actitudes negativas que les impidan recibir impresiones positivas, o al menos neutrales, de los procedimientos. No obstante, asistir a ceremonias de empoderamiento de esa manera para plantar semillas para el futuro, o para recibir las “bendiciones”, no convierte a los lamas en sus preceptores de refugio, mucho menos en sus maestros tántricos.

Maestros mahayana

Así como tomar la dirección segura es la puerta para entrar al sendero budista en general, desarrollar la motivación de la bodichita es la entrada al camino mahayana. Además, la bodichita tiene dos etapas. El mero desarrollo de la motivación constituye la “bodichita de aspiración”: la aspiración de convertirse en un buda para beneficiar a los demás tanto como sea posible. Con la “bodichita de acción”, los discípulos se comprometen, con los votos de bodisatva, a entrenarse intensivamente en los métodos y la sabiduría que producen la iluminación y a ayudar a los demás, en el presente, tanto como puedan.

Cuando su bodichita de aspiración se intensifica para convertirse en bodichita de acción, los discípulos pueden tomar los votos de bodisatva de varias maneras. Lo mejor es en presencia de los mentores espirituales que les enseñaron el camino mahayana. Si han hecho esfuerzos sinceros para contactar a esos mentores, pero por alguna razón no pueden hacer los arreglos para tomar los votos de bodisatva con ellos, no hay necesidad de posponerlo. Cuando los discípulos están preparados para involucrarse plenamente en la conducta del bodisatva, la ausencia de sus mentores para conducir la ceremonia no plantea un problema. En tales casos, el mentor indio Shantideva explicó en Involucrarse en el comportamiento del bodisatva, que los discípulos sinceros también pueden tomar los votos de bodisatva en la presencia de estatuas o pinturas del Buda. Si no hay ninguna de ellas, pueden incluso tomarlos delante de budas y bodisatvas visualizados como presentes.

Kongtrul especificó que los Maestros mahayana son mentores espirituales en cuya presencia los discípulos toman los votos del bodisatva. No obstante, como Atisha enfatizó la necesidad de que los mentores explicaran la bodichita y el proceder del bodisatva antes de conferir los votos, podemos extender la definición de Maestro mahayana. En un sentido más amplio, los Maestros mahayana son los mentores cuyas enseñanzas sobre la compasión y la bodichita conducen a los discípulos a desarrollar la bodichita de aspiración y luego a tomar los votos del bodisatva. Tales mentores, cuando están plenamente calificados, son capaces de guiar a los discípulos a lo largo del sendero entero hacia la iluminación. En este sentido, el término Maestro no tiene nada que ver con amos y esclavos, sino con la maestría que tiene el mentor espiritual de los métodos que conducen al nivel más elevado de evolución posible.

Maestros tántricos

Los discípulos mahayana pueden recorrer el sendero a la iluminación a través de métodos del sutra o del tantra. Los sutras contienen las enseñanzas básicas del Buda sobre los métodos para obtener cualidades positivas tales como auto disciplina ética, concentración, compasión, bodichita y comprensión de la vacuidad. En los tantras, el Buda presentó métodos avanzados para suplementar las prácticas del sutra, para alcanzar la iluminación más rápida y eficientemente. Estos métodos se enfocan en el uso de la imaginación para transformar la auto imagen a través del modelo de una figura búdica. Todas las tradiciones budistas tibetanas enseñan senderos a la iluminación que combinan prácticas sútricas y tántricas.

Como se mencionó antes, la puerta para entrar al sendero tántrico es, en general, recibir de un mentor espiritual el empoderamiento (wang, dbang; transmisión de poder) de una figura búdica específica. La figura búdica puede ser parte de una práctica de cualquier clase de tantra. La tradición nyingma establece seis clases de tantras, mientras que otras tradiciones tibetanas hablan de cuatro. Las tres clases superiores del tantra nyingma son equivalentes a la clase de tantra superior de otras tradiciones. Si usamos el término Maestro tántrico en su sentido más general, se refiere a un mentor espiritual que confiere un empoderamiento de cualquiera de esas clases de tantra. Por ejemplo, en Aclaración de “Cincuenta estrofas” de Ashvagosha”, Dragpa Gyaltsen, el tercero de los cinco fundadores sakya, usó ocasionalmente el término maestro tántrico en este sentido.

Sin embargo, Kongtrul definió a los Maestros tántricos como los mentores espirituales ante quienes los discípulos toman votos tántricos durante los empoderamientos, y ante cuyas visualizaciones renuevan o fortalecen esos votos durante “auto empoderamientos” después de haber completado retiros tántricos. Sólo un empoderamiento, ya sea de la tercera (yogatantra) o de la clase superior de tantra, implica tomar votos tántricos. Los votos tántricos incluyen promesas concernientes a cómo los discípulos considerarán y tratarán a sus Maestros tántricos. Así, en un sentido más técnico, el término Maestro tántrico se aplica sólo a mentores espirituales de las dos clases superiores de tantra. Tsarchen, por ejemplo, usó el término de esta manera en su comentario del texto de Ashvagosa.

De acuerdo a Puntos difíciles en lo referente a la ayuda y la muestra de respeto a un gurú, un comentario indio anónimo del texto de Ashvagosa, introducido al Tíbet por Go Lotsawa, el traductor kagyu/nyingma, la instrucción de ver al propio Maestro tántrico como un buda pertenece específicamente al tantra superior. De todas las enseñanzas concernientes a la relación estudiante-maestro, esta instrucción es la que causa la mayor confusión. Dado que el tantra superior ofrece la explicación más clara de esta enseñanza, restringiremos más aún el término Maestro tántrico de acuerdo con su uso en este texto anónimo y limitaremos nuestro análisis al tantra superior.

Restringir el significado del término de esta manera concuerda también con su uso en el contexto de la práctica tántrica ampliamente difundida del yoga del gurú (lamé-naljor, bla-ma’i rnal-’byor) como la codificó Naropa, el ancestro indio del linaje kagyu, en Actualización a través de un gurú. En el yoga del gurú tántrico, los discípulos imaginan que reciben cuatro empoderamientos a través de luces de colores que emanan de sus Maestros tántricos. Los cuatro empoderamientos son una característica exclusiva del tantra superior. Por lo tanto, similarmente, usaremos el término yoga del gurú tántrico para referirnos al yoga del gurú del tantra superior.

Dado que el tantra superior se enfoca en aprovechar las energías internas para su uso espiritual, tomemos prestada la metáfora de los cohetes para esclarecer el rol de los Maestros tántricos. Las figuras búdicas para las cuales los discípulos reciben empoderamientos son como tipos y modelos de naves espaciales, usadas aquí para emprender el viaje espiritual del “espacio-interior” hacia la iluminación. Las habilidades que obtienen en el sendero sútrico del mahayana, les proporcionan los sistemas para hacer volar las naves. Para un viaje óptimo después de haber despegado con los empoderamientos, necesitan complementar su energía con estímulos (jenang, rje-gnang; autorización) posteriores y con el reabastecimiento del combustible de los mantras (ngagtu, sngags-btu; conjunto de mantras). Además, para seguir el curso del sendero del tantra superior, también necesitan recibir la energización (lung, lung; transmisión oral) de los textos apropiados y los empujes directivos (ti, khrid; disertación) que explican los puntos sutiles de las prácticas de meditación. Los maestros tántricos abastecen a los discípulos con todas estas provisiones espirituales.

Al analizar cómo relacionarse con Maestros tántricos, Ashvagosha sólo menciona explícitamente a los mentores que confieren iniciaciones. Tsongkapa, sin embargo, clarificó este punto en su comentario del texto de Ashvagosha, El cumplimiento completo de las esperanzas de los discípulos. Allí, aseveró que el protocolo a seguir con los mentores que dan las iniciaciones también se aplica a otros Maestros tántricos, por ejemplo, a aquellos que explican los textos y dan enseñanzas quintaesenciales (menngag, man-ngag). Esto se debe a que recibir enseñanzas quintaesenciales para un tantra superior específico requiere un empoderamiento previo y, por lo tanto, votos tántricos.

Los Maestros tántricos, entonces, son mentores espirituales que confieren poder, estimulan, reabastecen, energizan, y dan empujes directivos para nuestros viajes por el espacio interior del tantra superior. Como fuentes perpetuas de inspiración, mantienen nuestros motores en funcionamiento. Más aún, a través de una supervisión e instrucción continuas, nuestros Maestros tántricos proporcionan el control desde tierra y sistemas confiables de guía que nos permiten alcanzar nuestras metas con precisión y seguridad.

Es posible que nuestros Maestros tántricos ya sean nuestros Maestros mahayana, o pueden ser otros maestros espirituales con quienes sólo tengamos un contacto esporádico. Además, el mismo Maestro tántrico nos puede dar la iniciación, el estímulo posterior, el reabastecimiento de los mantras, la energización, el empuje directivo y las enseñanzas quintaesenciales para una figura búdica particular, o podemos recibir los seis apoyos de Maestros separados.

Antes de recibir iniciaciones tántricas, los mentores pueden darnos transmisiones orales de las prácticas preliminares tántricas (ngondro, sngon-’gro) o de varios mantras. También pueden explicar tantra general o incluso teoría del tantra superior para desvanecer concepciones erróneas. Sin embargo, recibir una transmisión oral o una explicación semejante no establece una relación tántrica discípulo-Maestro. La relación surge cuando se toman votos tántricos en un empoderamiento completo.

Gurús raíz

Los gurús raíz son los mentores espirituales que vuelcan el corazón y la mente de los discípulos al sendero budista con el mayor fervor. Son las fuentes de inspiración más potentes para sostener a los discípulos a todo lo largo de sus senderos espirituales. Las relaciones con tales maestros actúan como las raíces para todos los logros.

Los mentores que sirven a sus discípulos como sus gurús raíz no son necesariamente los primeros maestros espirituales que encuentran los buscadores, o los que les dan la mayor parte de la instrucción sobre Dharma, sobre entrenamiento en meditación o rituales. Tampoco son necesariamente los mentores con quienes toman refugio o votos de liberación. La mayoría, sin embargo, surge de entre sus Maestros tántricos. Tradicionalmente, el análisis sobre los gurús raíz aparece principalmente en el contexto de la práctica del tantra superior.

La tradición sakya, de hecho, iguala los términos mentor espiritual, Maestro tántrico y gurú raíz. Tales mentores sirven como las raíces de nuestro sendero debido al refugio, los votos de liberación, de bodisatva y tántricos, que tomamos en su presencia durante las iniciaciones del tantra superior, y debido a las experiencias y entendimientos repentinos profundos que obtenemos durante los procedimientos a través de su inspiración.

El progreso a través de las relaciones graduales con maestros espirituales

Las tradiciones nyingma y kagyu distinguen dos tipos de practicantes tántricos: aquellos que progresan a través de etapas graduales y aquellos para quienes todo sucede súbitamente. Kaydrub Norzang Gyatso, el tutor del segundo Dalái Lama, explicó la distinción en Una lámpara para aclarar el mahamudra y establecer la intención única de las tradiciones kagyu y guelug. Los primeros siguen pasos graduales a lo largo de todo su sendero espiritual, mientras que los últimos recorren todos los últimos pasos de una sola vez, como resultado de enormes entramados de potencial construidos mediante la práctica gradual en vidas anteriores. Aunque los textos nyingma y kagyu explican el sendero a la iluminación mayormente desde el punto de vista de aquellos para quienes todo sucede de una sola vez, estos tipos de discípulos son extremadamente raros. La abrumadora mayoría de practicantes progresa a través de etapas.

Con frecuencia, cuando los occidentales se acercan al budismo tibetano leen alguna literatura y, debido a que no han recibido explicaciones profundas, se identifican confusamente como practicantes para quienes todo sucede súbitamente. Al creer que no necesitan progresar a través de etapas, ni siquiera durante las primeras fases del sendero, piensan que deben saltar inmediatamente a la forma más avanzada y profunda de relación con un maestro espiritual. Al no comprender las cualidades, el propósito y la profunda dinámica de tales relaciones, su ingenuidad y falta de conciencia les traen mucha confusión y dolor.

Las relaciones con los maestros espirituales necesitan construirse lentamente. Esto permite el crecimiento natural de la confianza en ambas partes. Los estudiantes necesitan confiar en las cualidades de los maestros para poder tener la seguridad de que no los confundirán. Los maestros necesitan la confianza de que los estudiantes son serios para poder estar seguros de que no malinterpretarán o darán un mal uso a las enseñanzas. Después de todo, uno de los votos de bodisatva de los maestros es evitar enseñar la vacuidad a aquellos que no están preparados para comprenderla. Además, uno de sus votos tántricos es evitar revelar enseñanzas confidenciales a aquellos que no son capaces de mantener la confidencialidad.

Por lo tanto, si deseamos hacernos discípulos de Maestros tántricos, necesitamos empezar como estudiantes de profesores de budismo o como alumnos de instructores de Dharma. Sólo con una madurez creciente podremos entrar de manera segura en relaciones con maestros espirituales cada vez más avanzados. Nuestros maestros espirituales del nivel inicial pueden no estar calificados para convertirse en nuestros Maestros tántricos o ni siquiera en nuestros mentores espirituales. Similarmente, nuestros Maestros tántricos pueden haber sido inicialmente nuestros profesores de budismo. Podemos evitar problemas en tanto ambas partes mantengan sus roles adecuadamente y sigan la forma de comportamiento apropiada al nivel de la relación.

Resumen

Como buscadores espirituales, necesitamos acudir a los maestros espirituales en función de lo que deseamos aprender y de lo que estamos preparados para asimilar. Podemos tener el deseo de obtener conocimiento intelectual sobre el budismo, instrucción de Dharma sobre la aplicación de las enseñanzas a la vida, o entrenamiento pragmático en meditación o rituales. También podemos desear el crecimiento espiritual que conduce al bienestar emocional en esta vida, a renacimientos favorables, a la liberación, o a la iluminación, o para la total auto transformación del tantra como el medio más eficiente para llegar a ser budas. Las relaciones apropiadas con nuestros maestros dependen de nuestro objetivo y nuestro nivel de desarrollo. Además, los maestros espirituales necesitan considerar honestamente qué les pueden ofrecer a los buscadores espirituales.

Como implicó Wonpo Sherab Jungne, el sobrino del fundador de la tradición drigung kagyu, en Gran comentario a “La única intención del Dharma sagrado” de Drigungpa, la mayoría de los maestros, hablando objetivamente, no han alcanzado aún la liberación o la iluminación. No obstante, en tanto los maestros espirituales no pretendan que ya alcanzaron esos objetivos, y en tanto estén progresando infaliblemente hacia ellos, nos pueden ayudar a alcanzar sus niveles actuales. Así, si los maestros no pretenden ser capaces de enseñar más allá de sus capacidades, y si los buscadores espirituales no proyectan en los maestros roles que excedan las calificaciones de las personas, o si no proyectan en sí mismos niveles de desarrollo más allá de sus etapas presentes, cada una de las partes evita muchos problemas.

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