El papel de los maestros espirituales en la era digital

Me gustaría hablar sobre el papel y la necesidad de un maestro espiritual, particularmente en estos días de la era digital. Nosotros, en Occidente y en países no tradicionalmente budistas, no tenemos las mismas circunstancias y condiciones para estudiar el Dharma que existieron en el Tíbet, o incluso entre los refugiados en la India. Primero, antes que nada, la mayoría somos jefes o jefas de familia. No somos monjes o monjas en monasterios, capaces de dedicarnos de tiempo completo al estudio y práctica budista. Esta es nuestra realidad. Tenemos trabajos. La mayoría tenemos familia. Tenemos muchas otras responsabilidades en la vida además de nuestra práctica budista.

Ahora, cuando revisamos la presentación tradicional del budismo, vemos que pone un gran énfasis en el maestro espiritual. Pero también sabemos, por las enseñanzas budistas, que nada existe independientemente por sí mismo fuera de un contexto. Así, la presentación tradicional del papel del maestro seguramente fue realizada en el contexto de la forma en que el budismo fue estudiado y practicado en la sociedad tradicional. Esto fue principalmente en monasterios y conventos.

El modelo tradicional en la sociedad tibetana

Allí en la sociedad tibetana, por ejemplo, las familias llevaban a sus hijos para que se unieran a un monasterio cuando tenían alrededor de siete u ocho años. Los niños vivían en el hogar de un maestro. El maestro se convertía en una figura paterna o, en un convento de monjas, en una figura materna. Eran cuidados por el maestro. El maestro proveía comida y asilo para ellos. Esto es muy diferente de lo que nosotros tenemos hoy en día ¿no es así?

Había un maestro que les enseñaba a los niños a leer. Les enseñaba plegarias y cómo recitarlas. Al comienzo, este era principalmente un trabajo de memorización. Usualmente, alrededor de los 13 años, los niños comenzaban a aprender debate con otro maestro. Ese maestro los ayudaba con los métodos de aprendizaje y los monjes jóvenes debatían con otros monjes jóvenes. Hoy en día, las monjas hacen esto también. Nuevamente, esto es muy diferente de lo que nosotros tenemos en Occidente hoy en día ¿no es así?

Luego, el abad del monasterio o algún gran lama daba enseñanzas a grandes grupos dentro de los monasterios. Estas enseñanzas podían ser sobre el lam-rim o algo así. Además, otros maestros daban iniciaciones. Entonces, también había un abad que brindaba votos de novicio y votos completos; ese es un tipo diferente de maestro.

Usualmente escuchamos el término “gurú raíz”. Escuchamos que la relación con el maestro es la raíz del camino. Tenemos la palabra raíz. ¿Qué es lo que significa? ¿Cuál de todos estos diferentes maestros que se tenían en una sociedad budista tradicional sería el gurú raíz? Esto podemos entenderlo por la palabra raíz. Las plantas brotan de una semilla, no de una raíz. ¿Qué hace la raíz por la planta? El papel de la raíz es darle estabilidad a la planta; la ancla al suelo y le proporciona nutrientes.

El gurú raíz es el que nos da inspiración. Es como el nutriente para la planta. La inspiración no es solo una forma de carisma, porque puede haber figuras bastante negativas con mucho carisma. Las estrellas de rock tienen carisma también. El gurú raíz es inspirador por ser un ejemplo vivo de las enseñanzas del Buda. Estos son los ejemplos a seguir ideales, aunque no tengamos mucho contacto con la persona. Saber que hay alguien que nos inspira y nos da la fuerza para continuar hacia la meta nos ayuda y nos alimenta. Necesitamos fuerza en el camino. No es fácil.

En muchos casos la persona que es el gurú raíz es alguien con quien difícilmente tenemos contacto. Para muchas personas, por ejemplo, es Su Santidad el Dalái Lama. ¿Cuántas personas tienen interacción personal con Su Santidad? Hay muy pocos que son practicantes muy avanzados.

Si buscamos en la sociedad tradicional, no encontraremos a ningún maestro que nos trate como bebés, en el sentido de que, cuando nos sintamos desilusionados, llegue, ponga su brazo alrededor nuestro y diga: “Está bien. Continúa con el camino. Aún te amo”. No vamos a encontrar eso en la sociedad tibetana tradicional. Ese es el caso, no solo con el gurú raíz, sino con todos los diferentes niveles de gurús. Nadie en la sociedad tradicional pondrá su brazo alrededor nuestro y nos dirá que todo está bien. Es muy rudo y, de hecho, son muy estrictos. En la sociedad tradicional, incluso les pegan a los estudiantes. Esto no se ajusta a nuestros estándares occidentales, pero allí está.

Para continuar, los monjes recibían enseñanzas y luego se suponía que tenían que entenderlas debatiendo con otros estudiantes. Básicamente, si querían aplicarlas en su vida, era su responsabilidad entender cómo hacerlo. Nadie los obligaba. Este es el modelo tradicional.

La evolución occidental

Ahora bien, como occidentales, viniendo de nuestros tiempos modernos, muy pocos estamos dispuestos a encajar en ese tipo de contexto social y en ese tipo de sistema. Incluso con la disposición de intentarlo, no muchos sobreviven. Es rudo. Ese sistema es uno que ha evolucionado en el contexto de una sociedad tibetana tradicional, el cual funcionó y produjo maestros fantásticos dentro de esa sociedad. Sin embargo, ahora, nosotros los occidentales, aparecemos en la escena y queremos estudiar budismo, pero no queremos estudiar en el contexto o estilo con el cual se hacía previamente en el Tíbet tradicional.

Para hacerlo aún más complejo y desafiante, nuestra sociedad moderna occidental ha cambiado enormemente ahora, en el 2015, de –digamos- los años 60, cuando por primera vez me encontré con el budismo tibetano. La sociedad occidental es completamente diferente. Cuando comencé, no había centros de Dharma en Occidente. Si querías estudiar no había traducciones ni traductores disponibles. Tenías que aprender el idioma y luego ir a la India, como pioneros.

Aquellos tiempos son pasado y el papel que el maestro espiritual tenía para nosotros, los occidentales tempranos, era muy diferente. Para ser completamente directo, era casi como si fuéramos un perro mascota. No podían realmente tomarnos en serio. ¿Por qué estábamos ahí? Muchos de nosotros usábamos ropas tibetanas y estábamos drogados o lo que sea. ¿Cómo podían tomarnos en serio?

Entonces, en la siguiente fase, Su Santidad construyó la biblioteca en Dharamsala, y el monasterio de Kopan comenzó [a funcionar] en Nepal. Nos tomaron un poco más seriamente, ofreciendo cursos e instrucción, y empezaron a tener traductores. Es interesante revisar la evolución de cómo nos hemos acercado al budismo tibetano y la interacción entre los estudiantes occidentales y los maestros. No había expectativa alguna de que llegaríamos muy lejos en nuestros estudios o práctica. Ciertamente no; después de todo, no estábamos dispuestos a memorizar cientos o miles de páginas de textos tibetanos. Para empezar, así era como diferíamos de los estudiantes tibetanos a los que les enseñaban. Para los maestros tibetanos, enseñar a los occidentales era como el preescolar, tenían que repetir cosas todo el tiempo y si hacían preguntas simples después de meses, tales como el nombre de las Tres Joyas, la gente no era capaz de responder. ¿Cómo podían tomarnos realmente en serio? De todas formas, fueron increíblemente pacientes, muy bondadosos y maravillosos.

¿Cómo se suponía que nos relacionaríamos con estos maestros? Los textos decían que debíamos verlos como a un buda. No teníamos idea de qué significaba eso. Lo tomábamos por un extremo o por el otro: el gurú era considerado un dios todopoderoso, infalible, o aquellas enseñanzas eran ignoradas. Sin importar qué extremo asumiéramos, era muy confuso. En retrospectiva, creo que en ambos casos era bastante poco sano. Pero, en aquellos días, al menos estábamos estudiando con maestros muy calificados.

También en aquellos días se daban muchas iniciaciones de alto nivel. Eran dadas a los tibetanos y a los pocos occidentales que acudíamos, pero éramos la menor parte de la audiencia. De hecho, la mayoría eran monjes y monjas tibetanas. Les era dado el compromiso luego de tomar la iniciación. Este es un compromiso para toda la vida de hacer la práctica de la sadhana cotidianamente. Nosotros estábamos ahí, y muchos sentíamos que teníamos ese compromiso y al principio trabajamos muy duro para mantenerlo.

Ahora, cuando estábamos en la India o en Nepal, teníamos el tiempo para realizar todos esos compromisos, porque tomaban al menos una o dos horas al día. Pero, una vez que regresamos a Occidente, muchos teníamos que conseguir trabajos o conocimos a alguien y comenzamos a construir una familia. Me pregunto qué porcentaje de esa gente que tomó esos compromisos en los 70’s aún los conservan en el presente. Realizarlos de forma apropiada significa que no falte ningún día. Yo creo que probablemente sólo un puñado.

Recuerden, los occidentales no eran la mayor preocupación de los lamas que daban estas iniciaciones. Su preocupación principal eran los monjes y monjas tibetanas. Así es como debe ser, de hecho. No éramos nada especial; sólo un montón allí en la esquina. Como dije, no muy por encima del perro tibetano también sentado en la esquina.

Para ser justos, algunos de nosotros éramos serios y los maestros podían reconocer que éramos serios, pero teníamos que hacer un esfuerzo. No podíamos hacerlo pasivamente. Teníamos que ser activos en términos de ir con los maestros y hacerles preguntas. En aquellos días, los tutores de Su Santidad estaban ahí. Los grandes maestros de la antigua generación estaban ahí. Podíamos, de hecho, ir y hacerles preguntas y ellos nos tomaban bastante en serio. Muchos de estos estudiantes aprendieron tibetano, pero fueron tan solo un pequeño puñado, y por ese puñado de occidentales, la relación con un maestro espiritual se volvió mucho más realista. Pero no era fácil.

Sólo para poner un ejemplo. Trijang Rinpoche, el fallecido Tutor Junior de su Santidad, era un lama increíble. Todos quedaban abrumados por lo bondadoso que era y demás. Siempre que iba a verlo, me preguntaba qué estaba estudiando y luego me hacía preguntas sobre qué son los diez esto y los ocho aquello. Era terrorífico ir a verlo, pero en ese sentido me tomó en serio. Serkong Rinpoche me dijo: “Oh, ¿estás muy interesado en el tantra? Dime ¿qué hay en todas las manos de esta deidad? ¿Cómo están dispuestas las cabezas? ¿Cuáles son los colores?”. Yo no lo recordaba. ¿Cómo podían tomarme en serio? Solía decir que este era el “mudra no sé” occidental o el mudra de la ignorancia.

El surgimiento de los centros de Dharma

Pero luego, la siguiente época fue la fase de los centros de Dharma. Ahora tenemos estos centros de Dharma en Occidente y no es necesario que vayamos a la India o a Nepal, pero ¿cuál es el nivel de los maestros que tenemos en los centros de Dharma? O bien no hay maestro, o hay un gran maestro que visita quizás una vez al año o cada dos años, o hay un maestro junior que es enviado usualmente sin conocimiento de nuestro idioma, junto con un traductor junior. Es posible que hayan obtenido su grado de Gueshe, pero, probablemente no tengan experiencia enseñando, por ejemplo. Quizás hayan hecho un retiro de tres años en alguna de las otras tradiciones, pero tal vez no tengan experiencia enseñando y aquí están.

¿Cómo nos relacionamos con ellos? Esa es la pregunta interesante. ¿Cuál es su papel y cómo nos relacionamos con ellos? Aquí está esta persona que se supone que es un buda, y ciertamente no actúa como un buda. ¿Ahora qué? Esperamos que nos dé iniciaciones y entonces nos da una iniciación de Chenrezig o Tara. No hay modo de que se atrevieran a hacerlo en la sociedad tibetana, pero en Occidente tenemos esa expectativa. Para cumplir nuestros deseos, muchos las realizan. Entonces ¿eso los convierte en un maestro tántrico?

La época digital actual

Ahora estamos en la era digital. Pero, antes de la era digital, había muchas traducciones y se escribían cada vez más libros. Era un poco abrumador, y entonces el internet apareció y se volvió increíble. Escribimos budismo en Google y obtenemos diez millones de artículos. No sabemos por dónde empezar. ¿Qué hacemos? ¿Qué es esto?

Luego, no es tan sólo el internet, ahora son los teléfonos celulares también. Esta es una época y sociedad muy diferente. La mayoría de la gente está obteniendo su información cada vez más en sus celulares, en cualquier lugar y en cualquier momento que lo deseen. Ahora no tenemos que ir a la India. Realmente ni siquiera tenemos que ir a un centro de Dharma. Podemos acceder a las enseñanzas budistas cuando sea y desde donde lo queramos hacer.

¿Qué ocurre con el maestro espiritual en esta época digital?

La pregunta ahora se convierte en ¿qué ocurre con el maestro espiritual? ¿Dónde está el papel del maestro espiritual en semejante sociedad y en semejante época? Me parece que esta es la gran pregunta desafiante, ¿no es así? Especialmente para la gente joven que está en su teléfono todo el día. En tanto estudiantes del Mahayana no estamos tan sólo pensando en lo que nos conviene y en nuestro propio nivel de comodidad. Quizá no estemos como un veinteañero en un aparato móvil todo el tiempo. Sin embargo, estamos preocupados por los demás y por el futuro de todos los seres. Por lo tanto, estas son preguntas que tenemos que tomar en serio en términos de la sustentabilidad del budismo y de la habilidad del budismo para adaptarse a los tiempos cambiantes.

Podríamos quejarnos de la época digital y de las nuevas generaciones. Podríamos darnos por vencidos con ellos porque simplemente están en sus teléfonos mensajeándose; o, podemos ser buenos budistas y aceptar la realidad, entonces la pregunta es ¿cómo nos adaptamos? Es nuestra responsabilidad como la generación más vieja, cuidar de la generación digital que es más joven, esta generación de los medios sociales. Para asumir esta responsabilidad necesitamos analizar las funciones de un maestro espiritual dentro del contexto tradicional y, también dentro del contexto de cómo ha ido evolucionando. ¿Cuáles son los verdaderos roles del maestro espiritual? ¿Cómo cumplir estos roles dada la realidad de nuestra época actual? Así es como afrontaríamos cualquier problema o situación. Como dije, creo que es nuestra responsabilidad con el camino del bodisatva ayudar a otros.

Análisis de los papeles de un maestro espiritual y de cómo cumplir estos papeles en la época digital

¿Cuáles son los diferentes papeles de un maestro espiritual? ¿Qué es lo que hacen?

Un maestro espiritual provee información correcta

Primero que nada, dan información correcta. Originalmente, no había nada escrito sobre la información correcta cuando el Buda enseñó. Tenías que escucharla de alguien y obviamente tenía que ser un maestro o, al menos, alguien que hubiera memorizado lo que tenía que memorizarse, ya que no había libros. A menos que memorizaras el material ¿cómo podías trabajar con él? Esto llevó a recibir el lung (transmisión oral) y a la memorización. Ese es el contexto.

Incluso cuando había versiones de textos escritos ¿cuántos había? Tenían que escribirse manualmente en hojas de palma o tallados. Eran muy preciados, por ejemplo, esta copia que tomó miles de horas para crearse. No querían que los tocaran pequeños niños sucios con sus narices mocosas, así que, de todas maneras, tenían que memorizarlos. Siempre es muy importante recordar el contexto de las cosas.

Hoy en día, ni siquiera tenemos que comprar libros. Hay una cantidad tremenda de información en internet. El internet incluso es mejor porque tenemos motores de búsqueda y podemos encontrar las cosas con mayor facilidad. Esta es una ventaja y una desventaja. La desventaja es que sólo buscamos aquello que nos interesa y no leemos el artículo completo. La ventaja es que, si estamos buscando algo, podemos encontrarlo.

Por lo general, las enseñanzas no son fáciles de entender y, por lo tanto, un maestro las explica. Pero en internet, en una página bien diseñada, puede haber explicaciones de diversos textos. Puede incluso haber grabaciones de maestros explicando los textos. No tenemos que viajar para encontrar a ese maestro. Sitios muy extensos incluso ofrecen esto en nuestros propios idiomas. Puede haber toda una variedad de idiomas. Es posible que sea muy difícil encontrar a alguien que hable nuestro idioma particular si es que vamos a un monasterio.

Dado que nuestras vidas son increíblemente ocupadas y se están volviendo incluso más ocupadas, si tenemos las enseñanzas en nuestros dispositivos móviles, entonces podemos estudiar y leer mientras estamos en el tranvía o en cualquier momento. Es un poco más fácil ajustarlo a nuestros calendarios. Ahora, hacer una pequeña parte aquí y otra pequeña parte allá, no es el mejor método para la concentración. Pero, al menos, es mejor que no hacer nada.

Y así como algunos maestros no son muy claros cuando enseñan y quizás no hablen nuestro mismo idioma, y otros sean más claros y no necesiten depender de un traductor, de la misma forma, una página de internet puede elaborarse de tal modo que sea una experiencia usuaria cómoda y maravillosa. Puede ser fácil de leer, visualmente muy bonita y demás. En muchos sentidos, un sitio bien elaborado puede hacer incluso un mejor trabajo en comunicar la información, que un maestro con un traductor que no sabe muy bien nuestro idioma y que presenta algo confuso.

Uno de los problemas, creo yo, es que los principiantes, si tenemos suerte, aparecen esporádicamente. El principiante aparece y entonces el maestro tiene que ignorarlo o regresar y repetir la información inicial para que el principiante no se sienta completamente perdido. Un sitio web puede ofrecer algo del material inicial necesario, mientras esté claramente indicado que es aquí por donde hay que comenzar y que estos son los primeros pasos. Resulta más eficiente para el centro de Dharma que los principiantes tengan este material disponible. Entonces, si les gusta y quieren avanzar más en el camino, pueden integrarse al centro. Por supuesto, el sitio web tiene que ser fácil de encontrar, fácilmente accesible desde todos los dispositivos, y tiene que promoverse en un sentido mediante redes sociales o cualquier otro método común para llegar a las personas.

Hoy en día contamos con formas más eficientes de alcanzar grandes números de personas a través de las redes sociales que lo que alguna vez tuvimos en el pasado, por ejemplo, con una suscripción a un boletín informativo. Deberíamos aprovechar esto.

Un maestro espiritual responde preguntas

¿Y qué hay con respecto a responder preguntas? Si realmente escuchamos las preguntas que la mayoría de los occidentales hacen a los lamas, como aquellas que le llegan a Su Santidad por parte de la audiencia, muchas de ellas son triviales. Además, muchas personas simplemente no saben cómo hacer una pregunta. Un sitio web puede tener un apartado de preguntas frecuentes con sus respuestas. Si hubiese algo que no ha sido respondido ahí, entonces vamos con el maestro. De este modo, no usamos el tiempo del maestro y de otros estudiantes con lo obvio o lo trivial. Puede complementar la función del maestro de responder preguntas. Un sitio web también puede presentar malentendidos comunes y clarificar estos puntos, de modo que la gente esté mejor preparada para acudir a estudiar con un maestro.

Para repasar, todos estos son aspectos del papel del maestro tradicional. El papel es dar información, responder preguntas y aclarar malentendidos cuando estamos cometiendo errores. En un nivel básico, esa función puede ser satisfecha de un modo digital. Entonces, por supuesto, el maestro podría estar disponible una vez a la semana o algo así, en línea, para responder preguntas. Estas tendrían que ser elegidas de antemano, para eliminar las preguntas triviales. De ese modo, el maestro puede llegar a una audiencia mucho más grande que sólo las personas que tienen el tiempo y el dinero para asistir a un centro de Dharma.

Los occidentales quieren un maestro espiritual que les ofrezca consejo sobre cómo aplicar las enseñanzas en sus vidas occidentales cotidianas

Otra función que les gusta a los occidentales, pero que realmente no existía en las sociedades y monasterios budistas tradicionales, es cómo aplicar las enseñanzas en nuestra vida cotidiana y problemas personales. Ese no era el papel de un maestro budista tradicional, pero eso nos gustaría. Cuando un monje tibetano que ha pasado toda su vida en un monasterio en la India llega a Occidente, realmente no tiene idea de cómo son nuestras vidas cotidianas. Es muy difícil para ellos darnos consejos de un modo significativo respecto a estar casados, tener hijos, mantener un trabajo, tener responsabilidades financieras y demás. ¿Qué experiencia tienen ellos sobre eso? Usualmente, ese rol lo tienen los estudiantes occidentales más antiguos.

En un sitio web, podría haber consejos generales de cómo aplicar las enseñanzas a la vida cotidiana en un contexto occidental. Una talla no les quedará a todos, pero pueden presentarse algunas guías generales. Esto sería de ayuda. Es una cuestión realmente muy interesante. Como occidentales, viniendo de nuestro contexto occidental ¿a qué estamos acostumbrados y qué expectativas tenemos? Tenemos pastores a los que podemos acudir por consuelo en general, consejo sobre asuntos de familia, y así sucesivamente. Tenemos consejeros y, si necesitamos una ayuda más profesional, tenemos terapeutas. Contamos con las facilidades que nos otorgan atención personal y creo que muchos de nosotros esperamos lo mismo de un maestro espiritual budista. Este no es el rol que tradicionalmente jugaban. ¿Qué hacemos con este problema?

Hay varias soluciones en las que podemos pensar, que podemos intentar y ver si existe necesidad de esto. Muchas personas sienten que hay necesidad de algún tipo de apoyo a nivel personal. ¿En dónde lo buscamos?

Los occidentales quieren un sentido de interés y apoyo comunitario

Podríamos observar en el grupo de personas de nuestro centro budista si hay un sentido de comunidad ahí. En muchos de los centros que he visitado, el sentido de cierto tipo de apoyo mutuo -por ejemplo, si alguien está enfermo, entonces todos van y cuidan a la persona, le llevan comida, etc.- este tipo de cosas parecen ser bastante raras en nuestros centros budistas occidentales. No hay realmente un sentido de amistad comunitaria como la que se tiene en algunos grupos de iglesias, por ejemplo.

Entonces, la cuestión es si podemos fomentar ese tipo de preocupación comunitaria cuando alguien está enfermo u hospitalizado. ¿Puede una comunidad en línea o un grupo social proveer cualquier tipo de apoyo? La gente que se une a estos grupos ya está, de hecho, dispuesta a ser parte del grupo. No tengo una respuesta a esto, pero es una pregunta interesante de explorar. ¿Cuánto apoyo realmente puedes obtener de una comunidad en línea? ¿Será posible que una comunidad en línea vaya a comprarte comida cuando estés enfermo y cocine para ti? ¿Es algo a utilizar para ayudarnos en términos de satisfacer ese tipo de interacción personal, incluso si es digital? De cualquier forma, este parece ser el modo en el que muchas personas están interactuando entre ellas, por mensaje de texto o lo que sea.

Los occidentales quieren que un maestro espiritual sea un entrenador

Otro papel que los occidentales quieren, pero que no encontramos en contextos budistas tradicionales, es el de un entrenador. Nos gustaría alguien que nos diera la disciplina para sentarnos y meditar. Los maestros tibetanos no meditan con sus estudiantes. Eso no ocurría en los monasterios. Hacían puyas en conjunto, pero la meditación era tu asunto. Eso lo hacías en tu propia habitación, por ti mismo, pero eso es bastante extraño en nuestra cultura y nos gustaría tener un entrenador. Si tomamos la analogía de entrenar en un gimnasio o un club de fitness, puede ser un entrenador de grupo, si es que meditamos en un grupo, o uno personal. Es un poco extraño para los tibetanos cuando vienen como maestros. Lo sé porque, como traductor tras bambalinas, por así decirlo, notaba que había preocupación con respecto a qué hacer y cómo guiar una meditación. No tenían eso en el monasterio. ¿Qué es lo que quieren? Los tibetanos no saben qué hacer.

A mi maestro principal, Serkong Rinpoche, para quien fui interprete, luego de dar un curso de lam-rim y recorrer el lam-rim entero, sus estudiantes le pidieron que por favor guiara una meditación sobre el lam-rim. Su respuesta fue: “Muy bien, ahora nos vamos a sentar y en su meditación recorran todo el lam-rim. Lo haremos durante dos minutos”. Las personas respondieron con escepticismo y entonces dijo: “Muy bien, tres minutos”. Esta es su idea de cómo guiar una meditación. Eso demuestra que no era parte de su cultura.

De hecho, para ser justos con la posición de mi maestro, su punto era que deberíamos ser capaces de recorrer todo el lam-rim en el tiempo que toma poner el pie en el estribo de la montura de un caballo o yak, y pasar la pierna por encima del animal. Uno no debiese pensar que la meditación significa sentarse ahí y recorrer el lam-rim de forma increíblemente lenta. Ese no es el objetivo. El objetivo es ser capaz de captarlo de este modo. Pero él ciertamente no iba a guiar paso a paso a través de todo ese lento proceso.

Un maestro espiritual inspira

En un sitio web, puede haber meditaciones guiadas con audio en un podcast o con video. Puede incluso haber transmisiones en vivo de tal forma que haya horas establecidas en las que las personas puedan hacerlo desde sus hogares. En un sitio web no habrá alguien que corrija la postura, pero puede haber una guía general. Es un comienzo.

Luego, creo que podemos también obtener cierto nivel de inspiración de videos de un maestro. Ciertamente no será el mismo nivel de inspiración que el contacto en vivo, pero es algo. ¿Cuántas personas tienen realmente la oportunidad de tener contacto en vivo con los más grandes maestros? Los que enseñan en nuestros centros, no todos son muy inspiradores, ¿cierto? Incluso si lo son para algunas personas en el centro, quizás no lo sean para todas. No tenemos que viajar por todo el mundo para ir con diferentes maestros hasta encontrar uno que nos inspire. Es muy importante encontrar alguien que nos inspire, pero podemos buscar en nuestro teléfono móvil o en nuestra computadora y encontrar videos de la mayoría de los grandes maestros. Podemos revisarlos todos y encontrar uno que nos parezca particularmente inspirador, a nivel personal. Eso nos permite ahorrar una enorme cantidad de tiempo y dinero. Entonces, si aún están vivos, intentamos conocer a esa persona. Es un poco como hacer compras en línea. ¿Por qué no? Es mucho más fácil.

Un maestro espiritual da votos e iniciaciones

Si vamos a un nivel más serio y avanzado, entonces ¿qué ocurre respecto a los votos e iniciaciones? Esto es muy interesante. A Santidad el Dalái Lama le preguntaron sobre esto, particularmente, con temas como la iniciación de Kalachakra. Lo que él decidió es que, si en el momento de darse, por ejemplo, los votos del bodisatva y los votos tántricos, aunque no sean los votos monásticos completos, si en ese momento el maestro conscientemente acepta como parte del público a aquellas personas que lo están viendo por internet, y esas personas seriamente en su mente reciben los votos, y el maestro o maestra en su mente sostiene que están dando los votos y la iniciación a todas las personas que estén escuchando en ese momento -no un año después- entonces está bien. Ocurre lo mismo con los voluntarios que no están en el salón, pero que miran en grandes pantallas. Pero, repito, esto no se refiere a solo ver o escuchar la grabación años después. Es un paso enorme ¿no es así?

Utilizar la era digital

Lo que hemos visto es que la mayoría de las funciones de un maestro pueden ser atendidas digitalmente, no necesariamente como sustituto, sino como un complemento o, quizás, como primeros pasos. En vez de desdeñar el ambiente de la era digital en la que nos encontramos, veamos cuál es la mejor manera de utilizarlo.

¿Cuándo es esencial tener una relación directa con un maestro espiritual?

Lo que no puede hacerse digitalmente es el papel del maestro en guiar a un estudiante sumamente serio que está muy avanzado, particularmente cuando el maestro está trabajando con la personalidad del o la estudiante. Esto se refiere a alguien para quien la práctica budista es la mayor prioridad de su vida y que ha asumido un contrato no escrito con un maestro espiritual. Sin importar qué haga el maestro, los alumnos nunca se enojarán con el maestro, nunca serán sarcásticos ni lo criticarán. Lo que sea que el maestro haga, lo que sea que diga, lo verán como una enseñanza. O es una enseñanza de lo que hay que hacer o es una enseñanza de lo que no hay que hacer. Esto requiere una confianza y un compromiso increíbles, y madurez emocional. Es claro que sólo una pequeña cantidad de nosotros está en esa etapa en la que podemos ser verdaderamente discípulos apropiados, de tal forma que valga el tiempo que el maestro invierte en nosotros.

Video: Jetsunma Tenzin Palmo — “Internet vs. Maestros”
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El compromiso con un maestro espiritual

Es muy importante examinar dentro de nosotros cuál es nuestro nivel de compromiso y si es justo esperar un nivel de compromiso más alto por parte del maestro hacia nosotros, más de lo que nosotros estamos dispuestos a hacer por el camino budista y el maestro. En consecuencia, ¿cómo demostramos nuestro compromiso? Lo hacemos, no sólo practicando, sino ayudando al maestro de cualquier modo que podamos. Digitalmente, podemos compartir vínculos con amigos, hacer donaciones, o si estamos trabajando con un maestro, podemos ayudarlo a ayudar a otros. Luego, nos involucramos, y eso requiere un nivel más grande de compromiso. Entonces, todo encaja en términos de cómo nos relacionamos con el maestro en nuestra actitud y comportamiento.

Resumen

Creo que es posible que la forma en la que practicamos el budismo y lo enseñamos en Occidente en la era digital, se adapten a la sociedad y a la cultura modificadas; de este modo, la gente joven y las futuras generaciones aún podrán tener disponibles estas maravillosas enseñanzas. Todo se reduce a medios hábiles.

Preguntas

¿Es posible que una persona occidental o budista pase toda su vida sin un maestro?

No, yo no diría eso. El punto es que, quien sea el autor de un sitio se convierte en maestro, y puedes tener acceso al maestro por vía digital. Entonces, si eres realmente serio, puedes ir a conocer personalmente al maestro. Aun así, puedes comenzar mediante el contacto digital con el maestro a través de su sitio web, sus meditaciones guiadas y sesiones en línea de preguntas y respuestas.

¿Cuándo se necesita un maestro personal?

Como dije, necesitamos examinar nuestro nivel de compromiso. ¿Vas sólo porque quieres atención y quieres ser especial, o porque realmente te tomas en serio el asunto? Creo que depende de la persona decidir, como dice en Entrenamiento mental en siete puntos. De los dos testigos, los demás y uno mismo, tú eres el principal para ver en qué nivel estás.

Además, tan sólo en un nivel práctico, la mayoría de estos grandes maestros viajan todo el tiempo. A menos que seas muy rico o un groupie y vayas con el maestro a todos lados, tu contacto personal con el maestro siempre será limitado, incluso si eres el estudiante más serio. Para muchas personas, Su Santidad el Dalái Lama es el maestro más inspirador, por lo tanto, un maestro raíz. No tienen un contacto personal con él, pero siempre que Su Santidad viene, digamos, a Europa, ellos intentan ir. Es un gasto, pero hacen el esfuerzo de ir. Muchas personas obtienen mucho de ello.

Creo que es muy importante que, si vamos a hacerlo, no vayamos con una mentalidad de groupie en el sentido de ir porque es lo que se supone que hay que hacer. Vamos porque realmente y seriamente tenemos la motivación de aprender algo de ese maestro. Muchas personas van por un estímulo espiritual. Necesitan un empuje de inspiración.

Dedicatoria

Terminemos con una dedicatoria. Pensemos que cualquier fuerza positiva, cualquier entendimiento que haya derivado de esto, pueda profundizarse más y más, y actuar como causa para que todos puedan acceder a un maestro espiritual en las maneras realistas que están disponibles ahora. Que, a través de una confianza saludable en un maestro, sin tener demasiadas expectativas ni descartar totalmente su valor, podamos progresar en el camino y ser de la mayor ayuda para otros y, con el tiempo, alcanzar la iluminación y realmente ser capaces de ayudar. El punto es comenzar con lo que está disponible ahora. Hay cosas disponibles. Es un asunto de usarlas apropiadamente.

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