Relaciones con todos los seres, un maestro espiritual y un yidam

Según el análisis budista, no solo un yo que abraza a alguien, la otra persona que es abrazada y la acción de abrazar surgen en dependencia y simultáneamente entre sí, sino que también un yo que abraza surge de manera dependiente y simultánea con muchos otros factores. Estos incluyen un cuerpo que tiene brazos que abrazan a alguien, el cuerpo de otra persona que es abrazado, la sensación física de abrazar un cuerpo, la conciencia de esa sensación física y varias emociones como el afecto, una sensación de felicidad, etc. En cada momento, a medida que el cuerpo se involucra en diferentes actividades, la conciencia se da cuenta de diferentes cosas y cambian las emociones y sensaciones de felicidad o infelicidad, el yo surge en dependencia como una imputación sobre la combinación de ellos. De esta manera, el yo que experimenta estos cambios momento a momento, a su vez cambia a cada momento. Así, según el budismo, el yo convencional constituye una continuidad dinámica: evoluciona y crece con la experiencia. 

Este análisis budista también se puede aplicar a la herramienta de la terapia contextual de las cinco dimensiones de la realidad relacional. A medida que cambian las variables en cada una de las cinco dimensiones, también lo hace el yo, el otro y la relación entre los dos, como imputaciones sobre la combinación de estas variables, cambian en concordancia y constituyen continuidades. Esto lleva a una conclusión similar a la derivada del budismo: un yo en una relación, alguien más en esta relación y las relaciones entre los dos evolucionan y crecen con la experiencia.

Aunque podemos aplicar este análisis a todas nuestras relaciones, es de particular relevancia para los practicantes de las tradiciones budistas tibetanas que puedan aplicarlo a sus relaciones con todos los seres limitados (seres sintientes), su maestro espiritual y su yidam (figura búdica, deidad meditativa). Al haber asumido el compromiso de trabajar por el bien de todos los seres, confiar su crecimiento espiritual a su maestro espiritual e identificarse en todo momento con su yidam, tales practicantes a menudo encuentran dificultades para equilibrar estos compromisos con los compromisos con sus familiares, parejas y amigos cercanos. Es especialmente cierto cuando están casados y tienen hijos. Aquí, las cinco dimensiones de la realidad relacional pueden darnos una comprensión de las formas óptimas de establecer estas tres relaciones centrales en la práctica budista mientras se mantiene un equilibrio entre ellas y nuestras otras relaciones importantes. Al revelar también los posibles obstáculos que puedan surgir, este análisis puede ayudarnos a superarlos y a practicar de manera más efectiva.    

Aplicación de las cinco dimensiones a la práctica budista de trabajar para beneficiar a todos los seres limitados

Cuando se trabaja, a la manera de un bodisatva, para alcanzar la iluminación y beneficiar a todos los seres, necesitamos establecer una relación con todos los seres en general. El modelo de cinco dimensiones proporciona un marco útil para analizar la forma óptima de relacionarse con todos los seres y los posibles peligros que podrían surgir.   

Dimensión de variables fácticas

  • Óptimamente: somos capaces de relacionarnos con cualquier persona según el modelo del bodisatva, sin importar cuál sea nuestra situación de la vida diaria. Otros en todas las situaciones posibles.
  • Obstáculos convencionales: nuestra situación diaria es demasiado desafiante y abrumadora, como estar demasiado ocupados, demasiado enfermos, demasiado pobres. Las situaciones cotidianas de otros son demasiado desafiantes, como estar demasiado ocupados, demasiado enfermos o discapacitados.
  • Obstáculos más profundos: nos identificamos a nosotros mismos o a los demás como autoestablecidos con una u otra serie de variables fácticas y somos incapaces de relacionarnos con el otro debido a que estas variables son demasiado diferentes. Como se explicó anteriormente, "autoestablecido" es un término budista que significa establecido de manera inherente con estas variables fácticas: surgieron allí por su propio poder, independientemente de alguna influencia de factores externos. Eso significa que nunca pueden verse afectados por nada y, por lo tanto, nunca pueden cambiar, lo cual es un gran error.

Dimensión de las variables psicológicas

  • Óptimamente: tenemos amor, comprensión, paciencia, etc. igualmente hacia todos y altos niveles de lo que el budismo llama los "cinco tipos de conciencia profunda". Estos cinco describen el mecanismo más básico con el que la mente maneja la información. En términos de la información sobre los demás: (1) Con una conciencia profunda cual espejo, podemos recibir la información sobre los demás. (2) Con la conciencia profunda de la igualdad, somos capaces de juntar esa información con información similar para detectar patrones repetidos y dar un mejor sentido a lo que percibimos. (3) Con la conciencia profunda de la individualidad, somos capaces de notar la singularidad de cada ser en términos de sus necesidades. (4) Con la conciencia profunda del logro podemos relacionarnos con los demás en respuesta a la información que obtenemos de los primeros tres tipos de conciencia profunda. (5) Y con la esfera de la conciencia profunda de la realidad, podemos saber cuál es la información obtenida de cada uno de los otros cuatro tipos de conciencia profunda: qué es lo que percibimos, cuál es el patrón, qué constituye su singularidad y cómo responder - y que ninguna de la información obtenida con cada uno de estos cuatro es inmutable o autoestablecida. Otros en cualquier estado psicológico o emocional.
  • Obstáculos convencionales: carecer de una actitud equitativa hacia todos, sentirnos atraídos por algunos, repelidos hacia otros e ignorar a otros; sentirnos más cerca de unos y más distantes de otros; estar demasiado abrumados por las emociones perturbadoras y el egocentrismo; sobrestimar nuestra capacidad para lidiar con personas difíciles; ser deficientes en cualquiera de los cinco tipos de conciencia profunda; tener un alto nivel de proyección. Otros están demasiado abrumados por sus emociones perturbadoras y nosotros no estamos preparados para lidiar con ellos, incluso si aplicamos los métodos del Dharma para verlos con una actitud diferente.
  • Obstáculos más profundos: nos identificamos concretamente con ser ya un bodisatva y pasamos por alto nuestros propios problemas psicológicos y emocionales no resueltos; confundir el hecho de tratar de ser un bodisatva con ser un mártir o un santo.

Dimensión de variables sistémicas

  • Óptimamente: podemos mantener nuestro compromiso de beneficiar a todos los seres mientras vivimos en cualquier sistema, ya sea con la familia o solos, en una sociedad agresiva como la prisión o el ejército, en una sociedad imbuida de fuertes valores no budistas, en una sociedad con un fuerte énfasis en la competencia y la actitud de “yo primero”. Otros en cualquier situación social o familiar.
  • Obstáculos convencionales: nosotros en situaciones familiares o comerciales sin dejar tiempo para la práctica, como criar una familia, ganar dinero, etc.; presión para respetar los valores sociales o religiosos circundantes que entran en conflicto con los valores o la práctica budista. Otros que tengan una relación cercana con nosotros, como familiares, pareja y amigos, que nos exigen un compromiso exclusivo.
  • Los obstáculos más profundos: identificarnos concretamente con ser budistas y volvernos inflexibles cuando tratamos con no budistas.

Dimensión de la ética relacional

  • Óptimamente: desde un punto de vista budista, al haber recibido la bondad de todas nuestras madres, Nosotros nos comprometimos a estar disponibles para ellas y aceptar anteponer sus intereses a los nuestros; retribuimos esa bondad mostrando bondad y brindando ayuda, sin esperar nada a cambio, pero aun así acumulamos beneficios indirectamente en términos de una mayor autovalía (potencial kármico positivo/derecho constructivo). U: Óptimamente, al darnos cuenta de que todos somos iguales en el deseo de ser felices y de evitar el sufrimiento, y que las necesidades de muchos superan las necesidades de uno, anteponemos los intereses de los demás a los nuestros, sin hacer diferencias entre amigos, enemigos y extraños; los tratamos a los tres con tanta amabilidad como óptimamente nos mostraríamos a nosotros mismos. Otros se benefician de nuestra bondad de manera directa.
  • Obstáculos convencionales: que tengamos experiencia pasada o presente de injusticias, por ejemplo, cualquier tipo de explotación o injusticia que lleve a una expectativa de reparación y esto nos impida mostrar bondad o generosidad hacia los demás (derecho destructivo); tener una motivación egoísta para ayudar a los demás. Otros nos hacen demandas injustas, se vuelven dependientes de nosotros, resentidos por la bondad que mostramos a los demás.
  • Los obstáculos más profundos: nos identificamos concretamente con ser un bodisatva y confundimos el comportamiento del bodisatva con el de un santo o un mártir; imaginamos que tenemos la sabiduría y el entendimiento para saber responder de la manera más beneficiosa a las necesidades de los demás, cuando en realidad no es así.

 Dimensión del establecimiento relacional del yo con el otro

  • Óptimamente: establecemos un “Nosotros” global en el que el yo y todos los demás son iguales, en el sentido de que todos quieren ser felices y evitar el sufrimiento; Nosotros podemos establecer con cada individuo un verdadero diálogo “Yo-Tú”. Otros siendo o no capaces de establecer un verdadero diálogo Yo-Tú con nosotros.
  • Obstáculos convencionales: tenemos dificultades para superar el modo de relación Yo/Eso con el que usamos a otros seres como instrumentos para nuestro objetivo de la iluminación. Otros imponen su modo de relacionarse (por ejemplo, necesidad de fusión como un “Nosotros” exclusivo; tendencia a relacionarse con nosotros como si fuéramos un objeto).
  • Obstáculos más profundos: nos identificamos concretamente con la fusión en un "Nosotros" global y, dentro de ese "Nosotros" perdemos cualquier sentido de nuestra propia individualidad o de la de cualquier otro.

Lidiar con las relaciones personales cercanas mientras se trabaja para beneficiar a todos los seres

  • Óptimamente: de acuerdo con el duodécimo punto de los 22 puntos para entrenar, enumerados en el Entrenamiento mental en siete puntos: "siempre medite hacia aquellos apartados como cercanos"; Nosotros dedicamos un tiempo especial para estar con los miembros de la familia, especialmente con nuestros hijos, nuestra pareja y amigos cercanos, y somos confiables en el cumplimiento de este compromiso.
  • Obstáculos convencionales: no dedicar tiempo a nuestros familiares, pareja y amigos cercanos; cuando estamos con ellos, resentimos el tiempo que nos quitan de trabajar para todos los demás. Los familiares, parejas y amigos cercanos se sienten abandonados y resienten nuestro compromiso y el tiempo que dedicamos a trabajar para ayudar a todos los demás.
  • Obstáculos más profundos: Nosotros tomamos la igualdad de todos los seres como justificación para no dedicar un tiempo especial a nuestros familiares, pareja o amigos cercanos; tomar el credo "nadie es especial" demasiado literalmente y volverse inflexible. 

Aplicación de las cinco dimensiones a la relación budista con el maestro espiritual

En la práctica budista, relacionarse de manera saludable con nuestro maestro espiritual se considera "la raíz del camino". Es la raíz en el sentido de que estabiliza nuestra práctica y nos nutre de guía e inspiración para seguir el camino correctamente. Aunque en la práctica del tantra avanzado, se nos instruye a ver al maestro como un buda, aquí analizaremos la relación alumno/maestro budista en general, más que en este contexto tántrico especial.

Dimensión de variables fácticas

  • Óptimamente: los hechos biológicos (edad, sexo y salud), las situaciones económicas, familiares y profesionales (que permiten la asistencia a las enseñanzas), el estado social (monástico/laico, Rinpoche/monje o monja ordinaria) y las condiciones geográficas del estudiante y maestro no son obstáculos para la relación; tanto el alumno como el maestro tienen la capacidad de comunicarse entre sí directa o indirectamente a un nivel suficiente para los estudios previstos.
  • Obstáculos convencionales: dificultades o conflictos en cualquiera de las variables.
  • Obstáculos más profundos: el maestro o el alumno se identifican como autoestablecidos con una u otra serie de variables fácticas y como incapaces de relacionarse con el otro debido a que estas variables son demasiado diferentes, por ejemplo, que uno sea tibetano y el otro occidental. 

Dimensión de las variables psicológicas

  • Óptimamente: independientemente del nivel del estudiante de Dharma y el nivel del maestro, cada uno tiene las habilidades cognitivas necesarias y el equilibrio psicológico y la madurez emocional adecuadas para una relación saludable.
  • Obstáculos convencionales: el alumno o maestro carecen de cualquiera de estas cualificaciones; proyecciones inapropiadas por parte del alumno o del maestro (por ejemplo, sobrevaloración o subvaloración de las habilidades por parte del alumno o del maestro, sobre-idealización del otro por parte del alumno o del maestro, problemas emocionales no resueltos conscientes o inconscientes que conducen, por ejemplo, a necesidades o expectativas inapropiadas, con el riesgo de explotación emocional, sexual o económica).
  • Obstáculos más profundos: el alumno se identifica concretamente con ser inadecuado en comparación con el maestro y nunca logra alcanzar el nivel de realización del maestro. El maestro se identifica concretamente con su propio nivel de comprensión y logro y, proyectando esto sobre el alumno, no puede tomar en cuenta las limitaciones del alumno, como en "yo entiendo esto, ¿por qué tú no?".

Dimensión de variables sistémicas

  • De manera óptima: el alumno y el maestro interactúan en sociedades, familias, profesiones y entornos propicios para la práctica espiritual y que la apoyan.
  • Obstáculos convencionales: el alumno y el maestro se encuentran en sociedades, familias, profesiones o entornos que no propician ni apoyan la práctica espiritual (por ejemplo, políticas represivas religiosas o gubernamentales con respecto a la práctica del budismo, oposición de los miembros de la familia); el maestro tiene un gran número de otros estudiantes y muchas otras tareas dentro del sistema monástico, o viaja mucho y, por lo tanto, tiene poco o ningún tiempo personal para el estudiante; el maestro mezcla varios roles, como ser una figura paterna, amigo y empleador del estudiante, así como ser el maestro espiritual.
  • Los obstáculos más profundos: el alumno o maestro se identifican concretamente con los sistemas en los que viven y proyectan en el otro los mismos valores y expectativas, que pueden no coincidir con los suyos, por ejemplo, que el maestro budista cumpla el papel de pastor o terapeuta o que el estudiante occidental siga estrictamente todos los protocolos de conducta enumerados en los textos clásicos y no sea grave si no asiste a todas las clases.

Dimensión de la ética relacional

  • Óptimamente: el alumno y el maestro se tratan mutuamente de acuerdo con los principios de la ética budista relacionados con dar y recibir entre alumno y maestro (por ejemplo, el maestro es generoso al dar las enseñanzas apropiadas y el alumno es generoso al ayudar al maestro, cada uno mostrando respeto y consideración justa hacia el otro, sin hacer demandas irrazonables); que el maestro no cargue al estudiante con sus propios problemas personales.
  • Obstáculos convencionales: tendencias que provienen de experiencias pasadas de injusticias (pérdidas importantes - padre, hijo, pareja o patria - explotación dentro de la familia, opresión política o religiosa, prejuicios, etc.) que conducen a la búsqueda ciega de compensaciones inapropiadas dentro de la relación alumno-maestro. Por ejemplo, el estudiante que espera que el maestro sustituya al padre perdido o injusto, toma todas las decisiones por él o le da el afecto que le faltaba. Por el contrario, el maestro espera que el estudiante actúe como el hijo devoto que perdió o nunca tuvo; o los maestros sienten que merecen la devoción, adoración, disponibilidad sexual o económica del estudiante como compensación por varias injusticias pasadas, como ser célibe o pobre. El maestro solo finge ser un bodisatva, pero no se preocupa realmente por el bienestar del estudiante; el estudiante no reconoce o valora las buenas cualidades del maestro, no aprecia su amabilidad para enseñarle y se concentra en las deficiencias del maestro; el alumno carece de tiempo o de habilidades para ayudar al maestro. El maestro es presionado por sus monasterios para recaudar dinero para alimentar a los monjes y por las necesidades financieras de los centros de Dharma que lo invitan y, por lo tanto, se ve impedido de seguir el principio budista de no cobrar por las enseñanzas; los estudiantes no pueden asistir debido a los altos costos.
  • Obstáculos más profundos: el alumno o el maestro se identifican concretamente con sus roles y el maestro exige que el alumno lo priorice sobre cualquier otra relación personal y esté siempre disponible para servirlo, y se siente traicionado si el alumno estudia con otros maestros, o si el alumno renuncia a cualquier responsabilidad de hacer que el maestro se haga responsable en caso de comportamiento poco ético de su parte.

Dimensión del establecimiento relacional yo-otro

  • Óptimamente: para el estudiante, los elementos “Yo-Eso” que se encuentran en cualquier relación contractual que no excluyan momentos ocasionales de encuentro “Yo-Tú” con el maestro; para el maestro, tener la capacidad de mantener, al menos desde su lado, una relación "Yo-Tú" libre de proyecciones, preconcepciones y juicios sobre el alumno, independientemente de la capacidad del alumno para hacer lo mismo. El alumno se fusiona con el maestro para convertirse en un "Nosotros", al haber integrado con éxito el modo de actuar, hablar y pensar del maestro con el suyo; tener la capacidad, cuando el maestro esté ausente o haya fallecido, de mantener un diálogo con el maestro internalizado y recibir dirección para lidiar con la vida de acuerdo con las enseñanzas budistas.
  • Obstáculos convencionales: tanto para el alumno como para el maestro, los aspectos del “Yo-Eso” dominan e impiden cualquier posibilidad de momentos “Yo-Tú”. El estudiante, al haberse fusionado con el maestro, adopta ciegamente todas las idiosincrasias irrelevantes del maestro; por haber recibido enseñanzas budistas insuficientes o por haber tenido muy poco conocimiento del maestro, un diálogo con ese maestro internalizado impide una reevaluación objetiva de la solidez de los consejos que cree recibir.
  • Los obstáculos más profundos: el alumno se identifica concretamente con haberse fusionado como un “Nosotros” con el maestro y asume que en realidad ha alcanzado el mismo nivel de logros que el maestro; el maestro se identifica concretamente con estar fusionado como un “Nosotros” con el alumno y bloquea al alumno para que no se individualice.

Lidiar con las relaciones personales cercanas mientras se mantiene una relación alumno-maestro al estilo budista

  • Óptimamente: la relación alumno-maestro mejora la capacidad del alumno para establecer y mantener relaciones saludables con los demás y no interfiere con los compromisos y responsabilidades del alumno con los miembros de la familia, parejas y amigos cercanos.
  • Obstáculos convencionales: el compromiso del maestro interfiere con los compromisos y responsabilidades del estudiante con los miembros de la familia, parejas y amigos cercanos.
  • Obstáculos más profundos: el alumno se identifica concretamente con ser el alumno de su maestro, lo que le impide establecer una relación cercana con otros maestros. El maestro se identifica concretamente con su papel en las relaciones alumno-maestro y es incapaz de establecer relaciones personales estrechas porque impone su papel de maestro a cualquiera que conozcan.

Aplicación de las cinco dimensiones a la relación con un Yidam (figura búdica)

Como Buda, podemos manifestarnos en cualquier forma iluminadora que beneficie a los demás. Estas formas incluyen las de un yidam, la llamada figura búdica o deidad meditacional. Algunos yidams son infografías en las que cada característica anatómica o implemento que se tiene representa una práctica o realización en el camino. Otros yidams representan varias características del samsara que debemos superar y eliminar. Imaginamos que ahora nos hemos manifestado como un yidam e imaginamos que nuestro cuerpo, palabra (mantra), mente, cualidades, actividades, entorno (mandala) y forma de disfrute son los de una función yidam como causas para poder alcanzar sus estados resultantes más rápida y eficientemente que a través de los métodos prerrequisitos del sutra en los que se basan las prácticas del tantra. Los ejemplos más comunes de yidams son Chenrezig, Tara, Yamantaka, Vajrayoguini y Kalachakra.

Según el budismo, el yo convencional, que no tiene principio ni fin, es una imputación sobre toda la continuidad eterna de factores agregados siempre cambiantes de nuestra experiencia individual. Por tanto, el yo convencional también es una imputación sobre los factores agregados de nuestra experiencia, una vez que hemos alcanzado la iluminación.

La práctica del yidam, que se encuentra en todas las clases de tantra, se basa en que el yo convencional es una imputación sobre los factores agregados de un yidam (figura búdica) en la que podemos manifestarnos, una vez que alcanzamos el estado iluminado de un buda. La práctica de Yidam, entonces, está firmemente arraigada en la bodichita, basada en el amor y la compasión, nuestra mente está dirigida a nuestra iluminación aún no acontecida y que puede acontecer con base en nuestros factores de naturaleza búdica (nuestros entramados de fuerza positiva y darse cuenta profundo dedicados a nuestro logro de la iluminación y la vacuidad de nuestra continuidad mental). La bodichita va acompañada de las intenciones de alcanzar esa iluminación y de beneficiar a todos los seres tanto como sea posible con ese logro y durante todo el camino hacia ese logro. Así como el yo que acontece en el presente es una imputación sobre nuestros cinco factores agregados de experiencia que acontecen en el presente, el yo que aún no acontece es una imputación sobre los factores agregados aún no acontecidos asociados con el yidam.

Pre-requisitos

  • Óptimamente: tener una base firme en las enseñanzas del sutra, especialmente en la determinación de ser libre (renuncia), la bodichita y la visión correcta de la vacuidad, haber completado una cantidad adecuada de prácticas preliminares, la guía de un maestro calificado, un empoderamiento tántrico apropiado, adherencia a los votos requeridos, comprensión correcta de la naturaleza de los yidams y su papel en la práctica del tantra, e instrucciones correctas en la práctica. Dentro del contexto del concepto budista de tiempo fluido (eventos que acontecieron previamente, eventos que acontecen actualmente y eventos que aún no acontecen), la capacidad de no perder de vista el hecho de que, a pesar de imaginar que ya se es el yidam, nuestro ser realmente el yidam es un evento que aún no ha acontecido.
  • Obstáculos convencionales: sin ninguno de estos.
  • Los obstáculos más profundos: identificarse concretamente con ser el yidam.

Dimensión de variables fácticas

  • Óptimamente: variables fácticas, como circunstancias o entornos personales, que no afecten negativamente nuestra práctica.
  • Obstáculos convencionales: enfermedades físicas o mentales graves, verse atrapado en situaciones de peligro extremo para la supervivencia, como la tortura, y desastres naturales o provocados por el hombre.
  • Los obstáculos más profundos: identificarnos concretamente con nuestro sexo biológico y creer que no podemos imaginarnos a nosotros mismos como un yidam de un sexo diferente o simultáneamente como todas las figuras búdicas en un mándala.

Dimensión de las variables psicológicas

  • Óptimamente: tener suficientes habilidades cognitivas para poder obtener una base firme en las enseñanzas del sutra, especialmente la vacuidad; madurez emocional para mantener una relación sana con un maestro espiritual y todos los demás; la capacidad de visualizar y suficiente disciplina y concentración para participar en una práctica de meditación sostenida. Además, el yidam se adapta a nuestra personalidad y nos sentimos cómodos para visualizarnos en su forma. Las cualidades iluminadoras del yidam (compasión infinita, darse cuenta que discrimina, etc.) tienen prioridad sobre nuestras cualidades ordinarias y no iluminadas.
  • Obstáculos convencionales: carecen de cualquiera de estos.
  • Los obstáculos más profundos: identificarnos concretamente con el yidam y engañarnos a nosotros mismos de que ya somos un buda iluminado en la forma del yidam; creer incorrectamente que la práctica del yidam nos dispensa de otras formas de práctica del Dharma; identificarnos concretamente como si fuéramos seres no iluminados y pensar que alcanzar la iluminación es imposible y, por lo tanto, la práctica del yidam es inútil y engañosa.

Dimensión de variables sistémicas

Si bien no existen interacciones sistémicas ordinarias entre el yo y el yidam, entramos en transacciones imaginadas y visualizadas al hacer ofrendas al yidam y recibir inspiración de ellos.

  • Óptimamente: involucrarse en la práctica de yidam siguiendo todos los procedimientos y pasos de la práctica tradicional de sadhana. Una sadhana es un texto tántrico que, como el guión de un drama, describe los roles de todas las figuras en él (diosas de ofrenda, etc.) y los pasos del proceso de transformación necesarios para convertirse en el yidam.
  • Obstáculos convencionales: involucrarse en la práctica del yidam separado de los procedimientos de meditación estándar.
  • Los obstáculos más profundos: identificar concretamente el falso “yo” con el yidam, al imaginar que las ofrendas que nos hacen representan nuestra transformación en dioses venerados.

Dimensión de la ética relacional

Por definición, la ética relacional se aplica a las relaciones reales entre yo y otro. Aquí, se usa para describir el dar y recibir entre el yo convencional y el yidam.

  • Óptimamente: comprender que nuestro hacer ofrendas al yidam y la visualización de ayudar a todos los seres como el yidam son métodos para construir la fuerza positiva (derecho constructivo) para alcanzar la iluminación; entender que recibir inspiración del yidam es mejorar nuestros factores de la naturaleza búdica.
  • Obstáculos convencionales: nuestra visualización de nosotros haciendo estas ofrendas y recibiendo inspiración es mecánica, sin ningún sentimiento de que realmente esté sucediendo y teniendo un efecto positivo; nuestra experiencia pasada de injusticias nos impide participar sinceramente en estas prácticas debido a la capacidad bloqueada de dar a los demás.
  • Los obstáculos más profundos: identificar concretamente nuestro “yo” falso con el yidam, imaginar que hacer ofrendas, etc., llevará a nuestro “yo” falso a la iluminación en la forma del yidam.

Dimensión del establecimiento relacional del yo con el otro

  • Óptimamente: una contraposición intrasujeto en la que el yo se convierte en el yidam y el límite entre el yo y el yidam no se define en términos de dos entidades autoestablecidas, sino en términos de que el yo se establece como una imputación que surge en dependencia sobre la base del yidam, sin que el yo y el yidam sean ni verdaderamente idénticos ni verdaderamente separados. A pesar de que invitamos a un yidam de darse cuenta profundo de su campo búdico y lo fusionamos con el yidam compromiso como en el que nos visualizamos, no concebimos la combinación fusionada del yidam como el "Otro". La relación "Nosotros" formada por la fusión del yo y el yidam - o en el yoga del gurú, la fusión del yo, el maestro espiritual y el yidam - mejora la práctica altruista de la bodichita en la relación de este "Nosotros" con todos los seres limitados.
  • Obstáculos convencionales: al fusionarnos con el yidam, perder cualquier sentido de nuestro yo convencional individual.
  • El obstáculo más profundo: al no haber refutado el “yo” falso, entender el “yo” falso como idéntico al yidam. 

Lidiar con las relaciones personales cercanas mientras se relaciona con un Yidam

  • Óptimamente: mantener la práctica en privado y comportarse de acuerdo con los roles convencionales en las relaciones familiares, profesionales y sociales; la práctica del yidam fomenta el comportamiento ético hacia los demás y nuestra capacidad para tratar a los demás de manera justa de acuerdo con sus necesidades realistas.
  • Obstáculos convencionales: dar a conocer a otros que estamos haciendo la práctica del yidam, con la expectativa de ser tratados de forma especial por otros; la práctica del yidam interfiere con nuestra capacidad para tener en cuenta las necesidades realistas de los demás y responder en consecuencia; en la práctica extendida del yidam de ver a todos los seres como yidams, se pierde cualquier sentido de la individualidad de cada ser.
  • Los obstáculos más profundos: identificarse concretamente con un yidam, usarlo para ganar poder sobre los demás o, al actuar sobre la base de valores budistas preestablecidos, volvernos demasiado rígidos para responder creativamente a las expectativas relacionales de los demás.

Resumen

El análisis budista tradicional revela que el yo, el otro y varios tipos de relaciones entre los dos se ven afectados por causas, condiciones, partes, nombres y conceptos cambiantes. Así, como todos los demás fenómenos afectados, cambian de un momento a otro y están desprovistos de ser entidades independientes autoestablecidas. Surgen de forma dependiente el uno del otro.

Las cinco dimensiones de la realidad relacional presentadas en la terapia contextual proporcionan un amplio conjunto de variables adicionales que afectan al yo, al otro y las relaciones entre los dos. Complementan el análisis budista, amplían nuestra comprensión del surgimiento dependiente y permiten menos rigidez en nuestras relaciones. Con la motivación adecuada y una correcta comprensión del surgimiento dependiente y la vacuidad, podemos optimizar las variables en cada una de las cinco dimensiones y evitar los obstáculos convencionales y más profundos. Al hacerlo, mejoramos el contenido de los cinco factores agregados que conforman cada momento de nuestras relaciones.

En resumen, al comprender todos los factores cambiantes que afectan las relaciones, nos damos cuenta de que podemos mejorar la calidad de nuestras interacciones con los demás. Esto, a su vez, fortalecerá nuestras prácticas budistas, incluyendo nuestra capacidad de relacionarnos con todos los seres, nuestro maestro espiritual y nuestro yidam, mientras mantenemos estrechas relaciones personales y trabajamos en beneficio de todos.                 

Referencias

Boszormenyi-Nagy, Ivan, Fundamentos de la terapia contextual: artículos recopilados de Ivan Boszormenyi-Nagy, M.D. Nueva York, Nueva York: Routledge, 1987.

Buber, Martin, Yo y tú. Nueva York, Nueva York: Scribner, 1958; edición original, 1923.

Ducommun-Nagy, Catherine, “Terapia contextual” en Enciclopedia de terapia de pareja y familia. A. Chambers, D. Breunlin y J. Lebow (eds). Nueva York, Nueva York: Springer International Publishing, 2018.

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