Niveles de actividad mental en Sarma y Dzogchen

¿Qué es la mente?

Los cuatro hechos de la vida (las cuatro realidades de los nobles) pueden ser formuladas en términos de la mente, lo cual significa en términos de la experiencia que un individuo tiene de ellos: 

  1. La experiencia de diferentes tipos de sufrimientos verdaderos (problemas verdaderos).
  2. La experiencia de sus orígenes verdaderos (causas verdaderas).
  3. La experiencia de las detenciones verdaderas (cesaciones verdaderas) de ambos.
  4. La experiencia de los verdaderos caminos de la mente (verdaderos caminos) que producen estas detenciones y que son estados de la mente que están desprovistos de los problemas y de sus causas. 

Así, trabajar con la mente es lo principal. 

La mente, en el budismo, se refiere a la actividad mental individual y subjetiva de meramente experienciar algo – en otras palabras, el mero dar surgimiento individual y subjetivo a una apariencia cognitiva de algo, e involucrarse cognitivamente (conocer) con ella.

Niveles de actividad mental

Hay dos formas de diferenciar los niveles en los que ocurre la actividad mental: 

  1. Las tradiciones (Sakya, Kagyu y Gelug) Sarma (nuevo período de traducción) – tres niveles.
  2. Dzogchen Nyingma – dos niveles.

Los dos sistemas se superponen, dado que el Nyingma divide el nivel más sutil del Sarma en dos, tomando el nivel más sutil de ellos como un nivel (rig-pa, “rigpa”, darse cuenta puro), y todos los demás como el otro nivel (sems, “sem”, darse cuenta limitado). Por lo tanto, revisemos primero el sistema Sarma y luego los refinamientos del dzogchen. Aquí revisaremos sólo las divisiones Sakya y Kagyu del Sarma, dado que la presentación Nyingma se ajusta a la forma de sus afirmaciones, y la presentación Gelug difiere de las tres.

De acuerdo con el Sarma, los tres niveles de la actividad mental son:

  1. Experienciar burdo de algo – sólo con la cognición sensorial y es sólo de apariencias. 
  2. Experienciar sutil de algo – sólo con la cognición mental y puede ser de apariencias o de la vacuidad. 
  3. Experienciar más sutil de algo – sólo con la cognición de luz clara y es tanto de las apariencias como de la vacuidad inseparablemente. 
    • La cognición sensorial siempre es no conceptual. 
    • La cognición mental puede ser no conceptual (soñar, PES) o conceptual.
    • La cognición de luz clara siempre es no conceptual. 

Cognición sensorial 

En la cognición sensorial (ver, escuchar, oler, probar y sentir físicamente algo), los diferentes tipos de conciencias sensoriales, tales como la visual o la auditiva, dan surgimiento y conocen directamente (dngos-su rig-pa) sólo aspectos mentales (rnam-pa, hologramas mentales) o derivados mentales (gzugs-bsnyan) parecidos a los fenómenos externos. Sólo conocen indirectamente (shugs-su shes-pa) los fenómenos externos, porque el momento de un fenómeno externo que percibe una cognición sensorial ya ha cesado de existir en el momento en que surge la cognición sensorial. Esto es porque el fenómeno externo es la condición focal (dmigs-rkyen, la condición objetal) para la cognición de ella como su resultado, y una causa no puede existir simultáneamente con el efecto que produce. Así, los fenómenos externos permanecen ocultos (lkog na-mo) a la cognición sensorial.

Además, los aspectos mentales que aparecen en la cognición sensorial son meramente aspectos que se parecen a los componentes definitorios de un campo sensorial específico. Así, por ejemplo, sólo aspectos mentales que se parecen a formas de color aparecen ante la cognición visual, y sólo aspectos mentales que se parecen a los sonidos de vocales y consonantes aparecen ante la cognición auditiva.

Dado que la cognición sensorial no interpola (sgro-’dogs, superponer) nada sobre los aspectos mentales, la cognición sensorial siempre es no conceptual. 

Conceptualización

De los tres niveles de experienciar algo, sólo la cognición mental puede ser conceptual. Dado que la meditación dzogchen enfatiza la no conceptualidad, necesitamos entender qué significa la conceptualización. 

Como en la cognición sensorial no conceptual, la cognición conceptual también conoce directamente sólo aspectos mentales (hologramas mentales), tal como aspectos mentales que se asemejan a formas de colores o que se asemejan a los sonidos de vocales y consonantes. Sin embargo, con la cognición conceptual, los aspectos mentales que surgen están mezclados con categorías conceptuales (spyi, universales, síntesis), superpuestos o proyectados sobre ellos. Los aspectos mentales y las categorías conceptuales son, en consecuencia, confundidas unas con otras.  

Una categoría conceptual es una síntesis construida mentalmente, en otras palabras, una fabricación mental (spros-pa, sct. prapanca) de artículos individuales. Las categorías conceptuales surgen solamente en la cognición conceptual y son representaciones mentales (snang-ba, apariencias mentales) que ocultan parcialmente los aspectos mentales sobre lo que son superpuestos. 

Las categorías conceptuales con las que se mezclan y confunden los aspectos mentales pueden referirse a objetos convencionales o al lenguaje. 

En referencia a los objetos convencionales, las categorías incluyen: 

  • Síntesis de colección (tshogs-spyi)
  • Síntesis de tipo (rigs-spyi)
  • Síntesis de objeto (don-spyi).

Una síntesis de colección puede ser un todo imputado sobre partes espaciales, sensoriales y/o temporales, tal como un todo “mesa” imputado sobre cuatro patas y una superficie plana. El todo también puede ser imputado sobre muchos tipos de información sensorial, tal como algo visible o una sensación física táctil. Además, la totalidad puede ser toda una continuidad imputada sobre una sucesión de momentos de cualquiera de los dos tipos anteriores de totalidades.

Una síntesis de tipo es un tipo de fenómeno del que un artículo individual específico es un ejemplo, tal como un artículo siendo una “mesa”. 

Una síntesis de objeto es la categoría conceptual de un objeto de sentido común (’jig-rten-la grags-pa), tal como “mesa”, que se utiliza cuando se piensa, se verbaliza, se imagina (visualiza) o se recuerda un objeto de sentido común.

En referencia al lenguaje, las categorías incluyen:

  • Categorías de audio (sgra-spyi, términos universales)
  • Categorías de significado (don-spyi, significado universal).

Una categoría de audio es un patrón acústico adoptado como una convención (tha-snyad) en un idioma en particular por los miembros de una sociedad específica. Como los patrones acústicos de las palabras, tal como “mesa”, y no los sonidos de las palabras (los cuales son síntesis de colección y síntesis de tipo), son categorías en el sentido de que son imputables sobre sonidos hechos en una variedad de voces, tonos, volúmenes y pronunciaciones. Por sí mismas, las categorías de audio no tienen ningún significado asociado a ellas. 

Así, cuando los aspectos mentales parecidos a los sonidos de las vocales y las consonantes aparecen una por una en una secuencia en la cognición auditiva, la cognición mental conceptual simultáneamente: 

  • Las une
  • Sintetiza las síntesis de colección y de tipo, representando las palabras, las frases y los enunciados 
  • Superpone sobre ellas categorías de audio de palabras, frases y enunciados. 

Una categoría de significado es un patrón de significado de una categoría de audio, adoptada como el significado de una palabra, frase o enunciado en un idioma particular por miembros de una sociedad específica. Después de todo, los significados no existen inherentemente dentro de los sonidos o las palabras, sino que son meramente convenciones acuñadas, asignadas a las palabras, y utilizadas como categorías por los miembros de una sociedad para pensar y comunicar. Además, cada persona en esa sociedad puede asignar un significado ligeramente diferente a una palabra en particular, pero aun así usar ese significado como una categoría cuando piense en esa palabra.

La mayoría de las cogniciones conceptuales son verbales y, por lo tanto, superponen tanto las categorías de audio como las de significado sobre aspectos mentales. Sin embargo, la cognición conceptual también puede ser no verbal, en cuyo caso superpone sobre aspectos mentales sólo síntesis de colección, objeto y tipo, como cuando visualizamos o recordamos cómo se ve el rostro de alguien.

La diferencia entre cognición conceptual y pensar

Cuando el budismo habla de conceptualización, está hablando de momentos de experienciar algo conceptualmente. El término occidental conceptos corresponde a las categorías que son mezcladas y confundidas con los aspectos mentales en momentos de cognición conceptual.

La cognición conceptual es un término mucho más amplio que el término occidental pensar. La cognición conceptual puede ocurrir sólo por un momento o puede durar con continuidad, mientras que pensar a menudo implica un tren de pensamientos y, más comúnmente, pensamiento verbal o abstracto. Además, la cognición conceptual incluye imaginar y recordar todo tipo de objetos sensoriales, así como imaginar y recordar formas de darse cuenta de algo, tal como estar enojado, y cosas abstractas. 

La cognición conceptual crea apariencias de existencia verdadera 

Las categorías conceptuales que la cognición conceptual fabrica son representaciones cognitivas (snang-ba, apariencias mentales) no sólo de lo que son las cosas (palabras, significados, totalidades, continuidades, objetos, tipos de cosas y demás), sino también de que las cosas existen verdaderamente de esa forma. Existir verdaderamente (bden-par grub-pa) aquí significa existir realmente de esa forma, independientemente de la imputación.

Así, la cognición conceptual siempre implica crear apariencias de existencia verdadera (bden-snang), o la creación de apariencias dual (gnyis-snang). Esto significa la creación de apariencias de “estos” y “aquellos” verdaderamente existentes – apariencias de artículos como verdaderamente existentes en cajas fijas, concretas, o categorías como “estos” o “aquellos”.

La creación de apariencias conceptual de “estos” y “aquellos” verdaderamente existentes, entonces, subyace solamente a imaginar y pensar verbalmente. No subyace a la cognición sensorial, tal como ver y escuchar. En otras palabras, sólo imaginar y pensar verbalmente son conceptuales, porque sólo ellas crean apariencias de “estos” y “aquellos” verdaderamente existentes.

Percibir apariencias de “estos” y “aquellos” verdaderamente existentes y creer que corresponden a la realidad (bden-’dzin, aferramiento a la existencia verdadera) ocurre simultáneamente y también, únicamente, al imaginar y pensar verbalmente. Esto es porque percibir y creer en “estos” y “aquellos” verdaderamente existentes son la misma actividad, sólo que desde dos puntos de vista. En lenguaje técnico, comparten la misma naturaleza esencial (ngo-bo gcig). En otras palabras, fabricar una apariencia de un “esto” o “aquello” verdaderamente existente sólo ocurre cuando creemos en la existencia verdadera, cuando creemos en las cajas o categorías concretas de “esto” y “aquello”. 

La no conceptualidad de la cognición sensorial 

Dado que la cognición sensorial, tal como ver y escuchar, es no conceptual, no crea apariencias de “estos” y “aquellos” verdaderamente existentes. Crea apariencias de existencia no verdadera (med-snang) – apariencias de lo que no existe verdaderamente como “estos” y “aquellos”. Además, ver y escuchar no percibe ni cree en apariencias que existan verdaderamente como “estos” y “aquellos”. Ver y escuchar perciben apariencias solamente de lo que no existe verdaderamente como “estos” y “aquellos”. ¿Qué significa esto?

Ver y escuchar ocurren sólo por un milisegundo. Durante ese milisegundo, cuando vemos aspectos mentales que asemejan sólo sensibilia, por ejemplo, colecciones de parches de formas de colores, aparecen no verdaderamente existentes como “estos” y “aquellos”. Sólo escuchamos los sonidos de las consonantes y vocales, las cuales también aparecen no verdaderamente existentes como “esta” o “aquella” palabra, con “este” o “aquel” significado. Sólo con la cognición conceptual, misma que sigue inmediatamente después, mentalmente sintetizamos las formas de colores e imaginamos un rostro como un todo, por ejemplo, la cual es una apariencia de un objeto “este” o “aquello” verdaderamente existente.

Así, la cognición sensorial cae en la categoría de la cognición no determinante (snang-la ma-nges-pa), dado que no determina sus aspectos mentales como un objeto. Sin embargo, sí distingue (’du-shes) formas coloreadas características dentro del campo sensorial visual, por ejemplo – porque el agregado de la distinción (reconocimiento) acompaña cada momento de experiencia, incluyendo a la cognición no conceptual. Sin embargo, la cognición sensorial no distingue los aspectos mentales de esas formas coloreadas como un objeto convencional, tal como una mesa – y, además, como una mesa verdaderamente existente. Ese tipo de distinción acompaña sólo a la cognición conceptual.

Cómo se conoce la vacuidad

Hay dos niveles de vacuidad (stong-pa-nyid, sct. shunyata, vacuidad):

  1. La vacuidad que es un constructo conceptual.
  2. La vacuidad que está más allá de constructos conceptuales.

La vacuidad, como una ausencia absoluta (med-dgag, negación no implicativa) de existencia verdadera como “esto” o “aquello”, es el constructo conceptual o abstracción “no hay tal cosa como ‘estos’ y ‘aquellos’ verdaderamente existentes”. Sólo puede ser conocida conceptualmente y es aquello a lo que la palabra o concepto “vacuidad” se refiere.

Conocer este nivel de vacuidad es un escalón necesario para conocer la vacuidad definitiva, la cual está más allá de todas las categorías conceptuales y más allá de todas las palabras. Aunque la vacuidad puede ser referida por un constructo conceptual o palabra, la vacuidad que está más allá de los constructos conceptuales (vacuidad definitiva) no corresponde a nada a lo que correspondería una palabra o concepto, es decir, algo que exista en la caja o categoría fija de “vacuidad”.

Así, los dos niveles de vacuidad no son contradictorios. No es que la vacuidad “más allá” sea un nivel trascendental en el sentido de estar más allá de los límites de toda experiencia y conocimiento posibles, a la que sólo se puede acceder a través de una experiencia mística, quizás obtenida por la gracia de Dios. Meramente significa que está más allá de los límites de lo que la cognición conceptual y la cognición sensorial y mental no conceptual pueden conocer.

La vacuidad como un constructo conceptual sólo puede ser conocida conceptualmente. La conocemos conceptualmente cuando nuestra conciencia mental da surgimiento a un aspecto mental que semeja un espacio vacío o en blanco, y superponiendo o proyectando sobre él las categorías de audio y de significado “vacuidad”. Sin embargo, esto no significa que, cuando nos enfocamos conceptualmente en la vacuidad, también tenemos que tener necesariamente un aspecto mental que semeja el sonido de las vocales y consonantes de la palabra “vacuidad”. La cognición conceptual de la vacuidad puede ser no verbal. Sin embargo, dado que las representaciones mentales (las categorías conceptuales) que aparecen en la cognición conceptual son necesariamente apariencias de existencia verdadera, el espacio vacío o en blanco aparece como una vacuidad que existe verdaderamente en la categoría concreta “vacuidad”. No obstante, la categoría de significado asociada a ella, es el significado correcto de vacuidad – esto es, la ausencia absoluta de existencia verdadera.

La vacuidad que está más allá de los conceptos sólo puede ser conocida no conceptualmente, pero no puede ser conocida por cognición mental no conceptual. La cognición mental no conceptual produce un aspecto mental de algo no verdaderamente existente como un “esto” o un “aquello”. Sin embargo, la vacuidad que está más allá de los conceptos está más allá de los cuatro extremos:

  1. Existir verdaderamente como un “esto” o un “aquello”. 
  2. No existir verdaderamente como un “esto” o un “aquello”. 
  3. Existir tanto verdadera como no verdaderamente como un “esto” o un “aquello”. 
  4. No existir verdaderamente ni no verdaderamente como un “esto” o un “aquello”.  

Por lo tanto, la vacuidad que está más allá de los conceptos no aparece cognitivamente como un aspecto mental de un espacio vacío o en blanco que asemeja ser una vacuidad en la categoría de “vacuidad” no verdaderamente existente. 

Sólo la actividad mental de la luz clara puede conocer la vacuidad más allá de los conceptos 

Sólo la actividad mental de la luz clara puede tener cognición no conceptual de la vacuidad más allá de los conceptos, y cuando la tiene, tiene cognición no conceptual de las dos verdades (bden-gnyis) simultáneamente.

En este contexto, las dos verdades son:

  • La vacuidad más allá de conceptos.
  • Apariencias puras (dag-pa’i snang-ba) – apariencias que están más allá de las apariencias impuras (ma-dag-pa’i snang-ba).

Las apariencias impuras incluyen:

  • Apariencias de “estos” y “aquellos” verdaderamente existentes,
  • Apariencias de sensibilia, tales como colecciones momentáneas de parches de formas de colores que no existen verdaderamente como “estos” y “aquellos”.  

La cognición de apariencias impuras semeja la “visión de periscopio”, con la cual vemos la realidad a través de una perspectiva limitada, como si fuera a través de un periscopio. Sólo vemos lo que está frente a nuestra nariz, aparentemente separado y aislado del estado más allá de las categorías aparentemente sólidas de las palabras y los conceptos.

La cognición de luz clara, por otro lado, produce y conoce apariencias de lo que está más allá de “estos” y “aquellos” verdadera y no verdaderamente existentes. Sin embargo, eso no significa que con la cognición de luz clara todo se vuelve una unidad indiferenciada. Los objetos conservan sus identidades convencionales. Además, la actividad mental de luz clara produce y conoce apariencias, tanto de todos los fenómenos como de sí misma, por ejemplo, como una figura búdica. Simultáneamente, también conoce la vacuidad de ellos que está más allá de las palabras y los conceptos.

Sin embargo, la cognición de luz clara puede ser dividida en dos:

  1. Luz clara que no sabe que las dos verdades que conoce son verdaderas.
  2. Luz clara que conoce que son verdaderas. 

Sem y Rigpa

El sistema dzogchen Nyingma diferencia dos tipos de actividad mental para experienciar cosas:  

  1. Sem (sems, darse cuenta limitado).
  2. Rigpa (rig-pa, darse cuenta puro).

Hablando en términos generales, rigpa corresponde a la segunda división de la actividad mental de luz clara: luz clara que conoce su propia naturaleza de dos verdades.

Sem corresponde a todos los niveles de la mente que no conocen esta naturaleza de dos verdades. Así, sem incluye: 

  • La actividad mental de luz clara que no conoce su propia naturaleza de dos verdades, tal como el ordinario darse cuenta de luz clara de la muerte. 
  • Los milisegundos no conceptuales de ver y escuchar apariencias de existencia no verdadera, mientras no se conoce la totalidad de todo en el estado más allá de los conceptos, y sin conocer la vacuidad más allá de los conceptos. 
  • Imaginar o pensar verbalmente apariencias de existencia verdadera, mientras no se conoce que son falsas, y también sin conocer la vacuidad más allá de los conceptos. 

La actividad mental de luz clara, entonces, que no conoce su propia naturaleza de dos verdades, aunque conoce las dos verdades simultáneamente, no es rigpa. Es sem.

Toda sem es fugaz, mientras que rigpa no está manchada por la actividad mental limitada pasajera. Además, rigpa está completa con todas las buenas cualidades (yon-tan), lo cual significa que rigpa no sólo conoce apariencias puras y vacuidad más allá de conceptos simultáneamente, conoce su propia naturaleza de dos verdades. Ese conocimiento es llamado:

  • Darse cuenta profundo reflexivo (rang-rig ye-shes).
  • Darse cuenta profundo autosurgido (rang-byung ye-shes).
  • Darse cuenta de su propio rostro (rang-ngo shes-pa).

Aunque rigpa conoce y sabe de su propia naturaleza de dos verdades, las dos verdades pueden o no ser igualmente prominentes. Las dos no son igualmente prominentes mientras aún se esté en el camino; sólo son igualmente prominentes cuando se es un buda. 

Tres aspectos de Rigpa

Rigpa tiene aspectos naturalmente inseparables (rang-bzhin dbyer-med). Los tres surgen simultáneamente (lhan-skyes) y tienen la misma naturaleza esencial (ngo-bo gcig) – se refieren a los mismos fenómenos desde diferentes puntos de vista mentales. No obstante, pueden diferenciarse entre sí y especificarse como artículos aislados conceptualmente diferentes (ldog-pa).

  1. Darse cuenta primordialmente puro (ka-dag) – inmaculado, en el sentido tanto del vacío del yo (rang-stong) como del vacío de otro (gzhan-stong), derivado de aislar lógicamente una verdad acerca de rigpa, su vacuidad. 
    • Vacío del yo – en el sentido de que está más allá o desprovisto de existir como nada que correspondería a conceptos o palabras. 
    • Vacío de otro – en el sentido de ser un darse cuenta que, no sólo tiene esa naturaleza vacía, sino que también conoce esa naturaleza vacía y que está, por lo tanto, desprovista de todos los niveles pasajeros de “otra” actividad mental (sem).
  2. Darse cuenta que espontáneamente establece apariencias puras (lhun-grub) – derivado de aislar lógicamente la segunda verdad acerca de rigpa: su aspecto creador de apariencias.
  3. Darse cuenta receptivo (thugs-rje) – compasivo, lo cual implica comunicación compasiva o capacidad de respuesta, derivado de aislar lógicamente un aspecto más sutil de la creación de apariencias: la capacidad de respuesta de crear apariencias hacia otros seres y hacia el ambiente. 

Los tres tipos de Rigpa

Hay tres tipos de rigpa:

  1. Rigpa base (gzhi’i rig-pa) – la base de trabajo que todos tenemos. Aunque impregna todos los momentos de sem, como el aceite de sésamo impregna una semilla de sésamo, por lo general, no la reconocemos. Los siguientes dos son los dos aspectos de rigpa que reconocemos en el camino. 
  2. Rigpa refulgente (rtsal-gyi rig-pa) – rigpa en su aspecto de dar surgimiento activamente y conocer apariencias puras en respuesta a las cosas. Aunque tiene los tres aspectos de rigpa, el aspecto establecedor espontáneo es más prominente. Lo reconocemos primero. 
  3. Rigpa esencial (ngo-bo’i rig-pa) – lo que subyace al rigpa refulgente. Es rigpa en su aspecto de ser el espacio cognitivo (klong, darse cuenta espacioso) – refiriéndose a la vacuidad del otro – que permite el surgimiento y el conocer apariencias puras en respuesta a las cosas. Aunque también tiene los tres aspectos de rigpa, el aspecto de pureza primordial es más prominente. Lo reconocemos sólo después de reconocer a rigpa refulgente.

Estupefacción y el álaya para los hábitos 

Aunque la continuidad de la rigpa base individual de cada ser es inmaculada, sin principio y sin final, también hay un factor sin principio llamado estupefacción (rmongs-cha – estupidez, deslumbramiento), que surge automáticamente y simultáneamente (lhan-skyes) con cada momento de cognición. También se le llama no darse cuenta que surge automáticamente (ignorancia) (lhan-skyes ma-rig-pa) con respecto a los fenómenos, o no darse cuenta no perturbador (ma-rig-pa nyon-mongs-can min-pa). Al no ser considerada una emoción perturbadora, es incluida como un oscurecimiento cognitivo (shes-sgrib). Oscurece la buena cualidad innata de rigpa de darse cuenta reflexivo de su propia naturaleza de dos verdades.

Cuando rigpa base está fluyendo junto con este factor pasajero de la estupefacción, rigpa base está funcionando como un álaya para los hábitos (bag-chags-kyi kun-gzhi) (darse cuenta fundacional para los hábitos de aferramiento a la existencia verdadera, para el karma, para las memorias). El álaya para los hábitos es la luz clara de la muerte habitual de los seres ordinarios, así como aquella que subyace y acompaña cada momento de los niveles más burdos de cognición sensorial y mental mientras estamos vivos.

No es que rigpa base sea la causa del álaya para los hábitos. Las dos tienen la misma naturaleza esencial, en el sentido de que se refieren a la misma cosa desde diferentes puntos de vista mentales. Sin embargo, podemos aislarlas lógicamente la una de la otra, y así el álaya para los hábitos y rigpa base no son idénticas. Corresponden a la división, hecha anteriormente, de actividad mental de luz clara que no sabe que las dos verdades que conoce son verdaderas y la actividad de luz clara que sí sabe que son verdaderas. El maestro Gelug del s. XV Kedrub Norzang-gyatso (mKhas-grub Nor-bzang rgya-mtsho) implica una distinción similar con su explicación de que la luz clara de la muerte produce una apariencia de vacuidad, pero carece del reconocimiento y el entendimiento de lo que es. 

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