Ejercicios y más puntos con respecto a las influencias negativas

Repaso

A lo largo de nuestra vida hemos pensado en nosotros mismos en términos de “yo” y “mi vida”. Hemos experimentado esto a lo largo de toda nuestra vida, no solo durante un año, y dado que no somos una gota sólida y rígida que no pueda ser afectada por nada, hemos sido influenciados por todo eso. Para tener una perspectiva realista de nosotros mismos, necesitamos pensar en todo lo que hemos experimentado, y en toda la influencia de nuestra familia, amigos, sociedad y demás. Pensar en nosotros mismos solo como un pequeño pedazo de nuestra vida no es preciso en absoluto. La idea es integrar los diversos aspectos de nuestra vida de tal forma que tengamos una perspectiva holística.

Al revisar esto en términos de su base teórica, vimos que tenemos influencias tanto positivas como negativas. Aunque es importante no negar las negativas, tampoco hay ningún beneficio en quejarse de ellas y morar en ellas. Es mucho mejor enfatizar las influencias positivas que hemos tenido. Todo esto puede ser presentado sin siquiera mencionar para nada la palabra “budismo”, dado que cae dentro de las categorías de ciencia y filosofía budistas. 

Obtener inspiración de otros

Otro aspecto de la base teórica es que todos necesitamos cierto tipo de inspiración. Todos tenemos buenas cualidades hasta cierto punto, y estos pueden ser talentos naturales que tengamos o que otros nos han enseñado. Necesitamos inspiración para animarnos a desarrollar aún más esos aspectos positivos. Este tipo de entrenamiento nos hace pensar en las diversas influencias que hemos tenido a lo largo de nuestra vida, poniendo el énfasis en las cualidades positivas que hemos obtenido de los demás, de nuestro entorno, de la sociedad, la cultura, etc. De esa forma obtenemos inspiración de ellos.  

Podemos utilizar el ejemplo de nuestra madre. Indudablemente hay ciertas buenas cualidades de nuestra madre que tenemos, así que podríamos tratar de descubrirlas. También deberíamos tratar de pensar en sus otras buenas cualidades, cuyos efectos en nosotros quizás no sean tan obvios. Por ejemplo, dependiendo de nuestra edad, es probable que nuestros padres hayan vivido durante una guerra o en otras circunstancias realmente difíciles, y es muy inspirador pensar cómo lidiaron con eso.

Cuando revisamos las diferentes influencias que hemos tenido, pensamos no solo en las cualidades positivas que hemos obtenido de ellas, sino también en aquellas que quizás no fueron tan directamente transmitidas, como la valentía en tiempos de guerra. Cuando empezamos a ver lo positivo en los demás, eso nos ayuda a desarrollar una actitud positiva hacia nosotros mismos. Si tenemos una muy baja autoestima, recordar todas las cosas positivas que hemos recibido de los demás nos hace darnos cuenta de que no somos tan malos después de todo. Si tenemos algunas cualidades positivas y deseamos que éstas crezcan, también podemos pensar que tenemos algo que ofrecer a los demás en términos de compartirlas, lo cual ayuda a construir autoconfianza. Cuando tenemos compasión, el deseo de ayudar a los demás a superar sus dificultades con el entendimiento de “tengo buenas cualidades y es algo que puedo compartir con los demás”, entonces nos damos cuenta de que no somos terribles en absoluto. 

Esto último proviene de las enseñanzas budistas acerca de cómo relacionarnos con el maestro espiritual. Nuestra actitud aquí debería ser descubrir y enfatizar las buenas cualiades que el maestro tiene y considerarlas con un sentido de confianza de que es posible alcanzarlas. Sobre esta base, generamos un gran respeto por el maestro y cuando pensamos en su amabilidad al enseñarnos, desarrollamos un fuerte sentido de valoración. Luego, tratamos de desarrollar las buenas cualidades que el maestro tiene a través de la inspiración de su ejemplo. Podemos hacer esto con todas las personas con las que nos encontramos: tratar de ver sus buenas cualidades y respetarlas sobre esa base. Como mencioné antes, podemos imaginar una luz amarilla que proviene de ellos, inspirándonos. 

Ejercicio: Pensar acerca de la influencia de nuestra madre

Un buen lugar para empezar es con nuestra madre, pero también pueden empezar con su padre. No tiene importancia dado que en algún punto trabajarán con ambos. Empezamos con aquellos que realmente nos criaron. 

Primero que nada, necesitamos tranquilizarnos. Dejamos ir todos los pensamientos y sensaciones que tengamos y tratamos de aquietar nuestra mente. Podemos hacer esto enfocándonos en la respiración, respirando de forma perfectamente normal a través de la nariz, asumiendo que no tienen la nariz tapada, de tal forma que no sea ni demasiado rápido ni demasiado lento. Si surgen algunas emociones o pensamientos recurrentes, traten de dejarlos ir. Dado que la respiración, por lo general, es bastante calmada y regular, concentrarse en ella nos ayuda a tranquilizarnos.

A menudo las personas piensan que tienen que meditar con los ojos cerrados, pero de hecho eso no es recomendable. Quizás pueda ser más fácil tranquilizarse con los ojos cerrados; sin embargo, dado que queremos ser capaces de tranquilizarnos y aquietarnos en situaciones de la vida cotidiana, tener los ojos cerrados podría ser un obstáculo. Si, por ejemplo, estás manejado y te quieres tranquilizar, ¡será mejor que no cierres los ojos! Por lo general, es mejor mantener los ojos relajados, ligeramente abiertos, mirando hacia abajo.  

Entonces pensamos: “Soy un ser humano. Yo, como todos, quiero ser feliz y evitar la infelicidad. Tengo sentimientos, como todos los demás. Si pienso de forma negativa acerca de mí mismo, eso me hace sentir mal. Dado que no quiero ser infeliz, es bueno si puedo encontrar una forma de ser una persona más feliz”.  

Mentalmente, imaginamos a nuestra madre. No necesita ser preciso, solamente sostener la idea de algo que la representa a ella. Si es necesario, podemos recordar sus defectos, ver que han surgido de causas y circunstancias y que no hay beneficio alguno en obsesionarnos con ellos. No los negamos, pero tampoco los exageramos; pensamos que simplemente esa es la forma en que ella es. Todos tienen defectos, es normal. Dejamos de lado cualquier otra consideración adicional al respecto. 

Para dar un ejemplo, mi madre tenía un muy bajo nivel de educación. Tenía que irse a trabajar muy temprano y nunca me pudo ayudar con mis tareas escolares. Esa es una limitación, pero no era su culpa: creció durante la depresión económica, su familia era muy pobre y simplemente tenía que trabajar. Necesito entender eso y dejarlo de lado. Esa es la realidad, no es la gran cosa. 

Después podemos pensar en las buenas cualidades de nuestra madre, enfocándonos en estos aspectos con una firme convicción. Vemos los beneficios que obtuvimos de ella, incluso los más simples, como el hecho de que nos preparó la comida todos los días cuando éramos niños. Al observar todo esto, nos enfocamos en ello con profunda valoración y respeto.

Imaginen que una luz amarilla surge de nuestra madre, nos llena por completo, y sentimos la inspiración de desarrollar aún más estas cualidades. Nos sentimos motivados e imaginamos que esa luz brilla desde nosotros, inspirando a otros a desarrollar tales buenas cualidades. Después nos aquietamos de nuevo, enfocándonos en la respiración y terminamos con el pensamiento: “Que este sentimiento positivo pueda ser cada vez más profundo y cada vez más fuerte, de tal forma que pueda ser del mayor beneficio para mí y para todos aquellos con quienes me encuentre”. 

Aplicaciones adicionales de esta aproximación holística

Con esta aproximación holística, estamos tratando de deconstruir una visión sólida que tenemos de nuestra vida. No queremos quedarnos atascados en un solo evento, identificándonos con él y sin pensar en el contexto más amplio de toda nuestra vida. Por ejemplo, tu relación con alguien termina y piensas que nunca más encontrarás otra pareja. Si piensas en la longitud de una vida completa, existen oportunidades de que encuentres a alguien más, y probablemente que tengas otros novios o novias antes de eso en tu vida. Al fijar y exagerar este incidente del rompimiento, sacamos las cosas de contexto. Es importante ver las cosas en un contexto más amplio.  

Además, cuando una relación termina es posible que pienses: “Todo es mi culpa, soy el malo o la mala; soy un perdedor. Pobre de mí”. Pero es importante ver que todo lo que sucede es influenciado por una enorme cantidad de otros factores. Así que están los factores de todo lo demás que está sucediendo en la vida de la otra persona, toda su constitución psicológica, y otras cosas que han sucedido en nuestras vidas también que de manera similar han afectado la relación – mi trabajo, mi familia, etc., la situación económica. Así que, si vemos el contexto más amplio (si resulta útil se puede utilizar para ello la imagen de un mandala) entonces no solo aislamos el evento: “Fue mi culpa y yo soy la única causa porque soy una mala persona y no soy buena. No merezco ser amado(a)” – ni pensamos que esa es la razón por la que la relación terminó. Tampoco depositamos toda la culpa en la otra persona. El rompimiento sucedió por un entramado de razones y de factores influyentes.

Lidiar con las influencias negativas que hemos recibido

Al lidiar con una influencia negativa, ciertamente necesitamos reconocer su efecto dañino, pero es crucial no enfatizarlo ni quedarnos pegados a ello. La diferencia está en si lo exageramos o no, así que tratamos de ser objetivos: “Estos son los defectos de la persona. Estos son los puntos fuertes de la persona (o del país o de lo que sea). Todo y todos tienen defectos y puntos débiles, así como puntos fuertes. Eso es normal”. 

Ahora, por supuesto que podríamos hacer todo un análisis de por qué tus padres, por ejemplo, tienen los defectos que tienen: es debido a sus padres y todo eso. Pero el punto es no identificarlos solo con sus cualidades negativas. Reconocerlas sin exagerarlas. Si tienen algún entendimiento de por qué son así, está bien. Si no, ese no es el énfasis en este tipo de ejercicio. Puedes hacer eso en otro contexto y luego simplemente dejarlo. Si nos quejamos por el lado negativo, ¿qué bien nos hará eso? Ciertamente no nos hará felices. No obtenemos inspiración de las cualidades negativas; nos deprimimos por morar en las cualidades negativas. 

Pero no pienso que sea útil introducir aquí la idea del perdón: “Perdono a mis padres por los errores que cometieron”. Eso en realidad es bastante arrogante, que estoy en una posición superior tan maravillosa que los miraré por encima del hombro y los perdonaré. Entender y soltar es muy diferentes del perdón.

Purificarnos de las influencias negativas

Además de reconocer, aceptar y soltar el hecho de morar en las influencias negativas que hemos recibido, podemos aplicar el método de purificación budista. El principal problema que tenemos con estas influencias negativas es, en realidad, actuarlas, como tener un mal carácter. El proceso de purificación es así:

  • Primero reconocemos cuál es el problema, nuestra cualidad negativa.
  • Después sentimos arrepentimiento, lo cual no es lo mismo que culpa. La culpa es sentirnos de forma terrible acerca de nosotros mismos y no soltar esa sensación, mientras que el arrepentimiento es desear simplemente no haber cometido cierta acción.  
  • Luego tomamos la decisión de realmente tratar de no repetir lo que hicimos.
  • Después reafirmamos la dirección que queremos darle a nuestra vida, la cual es hacia la felicidad, al superar nuestros defectos. En el contexto budista, esto sería reafirmar nuestra intención de obtener la liberación y la iluminación.
  • Después tratamos de contrarrestar los impulsos negativos al enfatizar los positivos. Cuando nos encontremos en una situación difícil, mientras más familiarizados estemos con nuestras cualidades positivas, más pronto aparecerán en nuestra mente en lugar de las negativas.

Aunque este proceso de purificación se deriva de un contexto budista, en ningún sentido necesita estar atado al budismo para ser efectivo.

Si las influencias negativas que hemos recibido son extremas, por ejemplo, de situaciones que involucraron ser física o sexualmente abusados y demás, los diversos métodos que hemos discutido no son apropiados. Son necesarios otros métodos terapéuticos para lidiar con situaciones extremas. 

En general, los métodos sugeridos en el budismo realmente no son adecuados para personas con serias perturbaciones emocionales. Se necesita una mente relativamente estable para poder aplicar los diversos métodos, sea dentro o fuera de un contexto budista. Con este método, se evocan antiguos recuerdos, mismos que podrían ser devastadores para personas muy inestables. No debemos pensar que los métodos budistas pueden ser utilizados por cualquier persona en cualquier situación.

Métodos para personas en situaciones de conflicto a gran escala

Si estamos hablando de toda una sociedad que está conflicto, obviamente esto es bastante difícil. Los métodos budistas necesitan ser aplicados individualmente, y la única forma de trabajar a gran escala es quizás a través del sistema educativo, al presentar una visión de la sociedad y de la historia que sea más equilibrada y objetiva, etc.  

Su Santidad el Dalái Lama siempre enfatiza que introducir cierto tipo de ética en la educación básica de los niños sería muy útil. Sería una ética secular, respetuosa de todas las religiones, pero no basada en ninguna religión en particular. Sería una ética basada puramente en la biología, en la que todos respondemos positivamente al afecto – el factor básico que se tiene entre una madre y su bebé. Sobre esta base reconocemos a todos como seres humanos que quieren ser felices, a quienes les gusta ser tratados con amabilidad. En este sentido todos somos iguales. 

Aprendemos a diferenciar entre una persona y sus acciones o su conducta. Es posible que la conducta sea inaceptable, pero eso no significa que la persona sea inaceptable. La persona sigue siendo un ser humano. Si tu hijo hace travesuras desapruebas su conducta, pero no dejas de amarlo. Esto es algo que podemos transponer hacia todos. Este tipo de pensamiento ayudaría a mayor escala, pero obviamente tomaría una gran cantidad de tiempo y esfuerzo.

Practicar estos métodos en grupo o como familia

Los métodos que hemos presentado aquí pueden ser practicados individualmente o en grupo. La ventaja de practicarlos en grupo es que provee un sentido de disciplina, y las personas pueden compartir sus experiencias si sienten que se encuentran en un espacio protegido en el que otras personas no los juzgarán ni se burlarán, lo cual necesita ser una regla fundamental. El líder del grupo necesita tener la habilidad para proveer ese espacio protegido. 

Si el grupo que está practicando estos métodos es una familia en terapia familiar, la situación terapéutica crea el espacio protegido. Así, pienso que sería muy útil si cada persona pudiera escuchar de los otros miembros de la familia las cosas positivas que han aprendido y obtenido de ella. Especialmente si se tienen adolescentes rebeldes y los padres tienen la impresión de que “desaprueban todo lo que hago, me odian y solo quieren irse, están avergonzados de mí” y demás, puede ser muy sanador si ese adolescente se abre y de hecho admite que hay algunas cosas del padre o de la madre que le gustan, que admira y que ha aprendido. Lo mismo sería para el padre en términos de las cosas que admiran de sus hijos. No es que solo estén desaprobando todo el tiempo.

El terapeuta, entonces, necesita dar el espacio para que cada miembro de la familia pueda analizar, contemplar y pensar acerca de las cualidades positivas de cada uno de los otros miembros de la familia de los que se han beneficiado, que admiran, con respecto a quienes se sienten de forma positiva. Obviamente, eso sería anexo a pensar en las dificultades que se tienen dentro de la familia. 

El punto en el cual hemos trabajado con las influencias difíciles de nuestra vida

Si ha habido alguna influencia particularmente negativa en nuestra vida que realmente nos ha afectado mucho, lo superamos cuando alcanzamos un estado de lo que podemos llamar “ecuanimidad”. Esto se define como un estado mental que no es repelido ni atraído ni indiferente. No estamos enojados por ello, ni estamos constantemente pensado en eso ni obsesionados con eso, ni lo ignoramos completamente. 

Cuando podemos ser completamente abiertos y relajados acerca de esta influencia negativa, pensando que es simplemente una parte de nuestra historia, como todo lo demás, y que fue difícil, pero todos tienen tiempos difíciles, entonces no necesitamos trabajarlo más. Algunas personas pueden describir esto como aceptación.

Resumen

Todos hemos tenido influencias negativas, desde que nacimos: esto es normal, porque los humanos no somos perfectos. Si bien necesitamos reconocer estas influencias, no hay necesidad de obsesionarnos con ellas porque, para ponerlo de forma simple, hacerlo no nos produce ningún beneficio. En lugar de ello, podemos analizar y encontrar las increíbles influencias positivas que hemos recibido de nuestros padres, de nuestra cultura y sociedad, de nuestras escuelas, etc., para darnos una visión más redonda de nosotros mismos. Cuando vemos que tenemos, hasta cierto punto, estas buenas cualidades en nosotros mismos, obtenemos un sentido de confianza con el que podemos tratar de mejorar y desarrollar tales cualidades, no solo para nosotros mismos sino, en última instancia, para ser del mayor beneficio a los demás.

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