Lorig: Formas de conocer

¿Cómo conocemos algo? Conocemos cosas percibiéndolas a través de nuestros sentidos o de nuestro pensamiento. Pero no todo lo que vemos, escuchamos o pensamos, es preciso y a veces no tenemos mucha certeza sobre lo que vemos y algunas veces creemos que algo es de una manera u otra, y no estamos muy seguros. Las formas de conocer es el tema que aborda las diversas formas en las que conocemos objetos en términos de precisión y decisión. Es un componente principal del mapa budista de la mente.

¿Cómo conocemos algo? Conocemos cosas percibiéndolas a través de nuestros sentidos o de nuestro pensamiento. Pero no todo lo que vemos, escuchamos o pensamos, es preciso y a veces no tenemos mucha certeza sobre lo que vemos y algunas veces creemos que algo es de una manera u otra, y no estamos muy seguros. Las formas de conocer es el tema que aborda las diversas formas en las que conocemos objetos en términos de precisión y decisión. Es un componente principal del mapa budista de la mente.

Actividad mental

De acuerdo con el sistema Sautrántika (mDo-sde-pa) de budismo indio, hay siete formas de conocer un objeto. Para entender los siete con más detalle, primero necesitamos saber qué es una forma de conocer. Una forma de conocer es una forma de actividad mental, y la actividad mental es a lo que el budismo se refiere con el término “mente”. Nuestra actividad mental es individual, no tiene comienzo ni fin, y continúa sin interrupción y siempre toma un objeto focal – el objeto en el cual se enfoca. En general, toma cognitivamente un objeto haciendo que surja un holograma mental de éste, el cual es simultáneo y equivalente a involucrarse cognitivamente con él de alguna forma. La actividad mental ocurre sin que haya un “yo” existente de forma independiente que esté haciéndolo, o sin una mente que exista independientemente, que el “yo” esté empleando. Las siete formas de conocer son tipos de actividad mental, entonces, con respecto a los objetos focales. Las siete son:

  1. Mera cognición (mngon-sum)
  2. Cognición inferencial (rjes-dpag)
  3. Cognición subsecuente (bcad-shes)
  4. Cognición no determinante (snang-la ma-nges-pa)
  5. Presunción (yid-dpyod)
  6. Vacilación indecisa (the-tshom)
  7. Cognición distorsionada (log-shes).

Cognición válida

De las siete formas de conocer, solo dos de ellas pueden ser formas válidas de conocer algo: la mera cognición y la cognición inferencial.

Una cognición válida (tshad-ma) es una que es fresca y no es fraudulenta.

  • Fresca (gsar) – una cognición fresca es una que no depende de la cognición inmediatamente precedente del mismo objeto como condición inmediata para su claridad, precisión y decisión.
  • No fraudulenta (mi-bslu-ba) – una cognición no fraudulenta es aquella que es precisa y decisiva.

Una cognición subsecuente no es válida porque no es fresca. La cognición no determinante, la presunción y la vacilación indecisa, no son válidas porque no son decisivas. Una cognición distorsionada no es válida porque no es precisa.

Cognición que aprehende

Una cognición aprehende su objeto involucrado si es preciso y decisivo, en otras palabras, si no es fraudulenta. El objeto involucrado (‘jug-yul) de una cognición es el objeto principal con el cual se involucra una cognición particular. Por ejemplo, ya sea que veamos a alguien o pensemos sobre alguien, el objeto involucrado son las formas coloreadas de una forma de fenómeno físico; un objeto de sentido común que se extiende sobre otra información sensorial, como el sonido, olor, sensaciones físicas, y a lo largo del tiempo; qué tipo de objeto es (estamos viendo un cuerpo), y estamos viendo también una persona, como una variable afectada imputada sobre el cuerpo.

La cognición no necesita ser fresca para poder aprehender su objeto involucrado. Por lo tanto, la mera cognición, la cognición inferencial y la cognición subsecuente, son todas cogniciones que aprehenden (rtogs-pa). Hay dos tipos de aprehensión, explícita e implícita.

  • Aprehensión explícita (dngos-su rtogs-pa) – el objeto involucrado aparece en la cognición, como en el ejemplo de arriba de inferir que la persona que vemos es Mary.
  • Aprehensión implícita (shugs-la rtogs-pa) – el objeto involucrado no aparece, como en el ejemplo de inferir que la persona que vemos no es Susan.

Todas las instancias de los tres tipos de cognición que aprehenden sus objetos lo hacen con aprehensión explícita; pero solo algunos de ellos tienen ambas, aprehensión explícita e implícita. La aprehensión implícita de un objeto no puede ocurrir sin que sea simultáneamente con la aprehensión explícita de alguna cosa. En cualquier cognición, algún holograma mental debe aparecer.

Cognición conceptual y No conceptual

La cognición conceptual (rtog-bcas shes-pa) es cognición de algo a través de una categoría mental como el objeto que aparece. El objeto que aparece (snang-yul) de una cognición es el objeto directo que surge en la cognición, como si estuviera directamente en frente de la conciencia. En el caso de un objeto que aparece siendo una categoría mental, la categoría es un fenómeno estático metafísico (spyi-mtshan), como una idea, un fenómeno superficialmente verdadero (kun-rdzob bden-pa) y no tiene ninguna apariencia por sí mismo. Es semitransparente, como un velo delgado, y a través de él surge un holograma mental (rnam-pa, aspecto mental) de algo que representa la categoría en la cognición. La forma mental que aparece en la cognición conceptual es la de este holograma mental; pero el objeto que aparece es la categoría mental, ya que es el primer objeto conocido en la cognición. El objeto que de hecho estamos conceptualizando puede o no estar presente cuando tenemos una cognición conceptual de éste.

  • Está presente cuando vemos algo y luego la encajamos en una categoría de otras cosas que son similares.
  • No está presente cuando solo pensamos en el objeto, pero aún es el objeto involucrado de la cognición conceptual, porque estamos pensado en él.

La categoría mental puede ser una de audio o una de un objeto. Una categoría de audio (sgra-spyi) es la categoría mental en la cual encajamos todos los sonidos con los que una palabra es dicha. No importa con qué voz, volumen, o pronunciación se diga la palabra “mango”, con cognición conceptual, la encajamos en la misma categoría de audio; todas son instancias de la misma palabra. La categoría es designada con la palabra “mango” y así conocemos todos estos sonidos como siendo el sonido de la misma palabra “mango”.

De manera similar, cuando vemos una canasta llena de mangos, sin importar de qué tamaño, color o forma sea cada uno, los encajamos todos conceptualmente en la misma categoría de objeto (don-spyi); son todos trozos de un mismo tipo de fruta. Aunque estos trozos de fruta son todos objetivamente mangos, puede que no sepamos qué tipo de fruta es o cómo se llama; pero si sabemos que son mangos y son nombrados por la palabra “mango”, entonces la categoría de objeto en la cual los encajamos también es una categoría de significado (don-spyi). Todos estos trozos de fruta son lo que los sonidos significan cuando encajan en la categoría designada con la palabra “mango”.

Estas categorías son fenómenos estáticos y, de acuerdo con las afirmaciones Sautrántika, son entidades metafísicas. No pueden realizar ninguna función y, por lo tanto, no podemos dar cuentas de la existencia de tales cosas basándonos en el hecho de que hayan realizado algo. Solo podemos dar cuentas de tales cosas por el hecho de que tenemos el concepto de categorías y que estos son a lo que el concepto se refiere. Si no hubiera tales cosas como categorías ¿cómo podríamos ser capaces de identificar diferentes objetos como siendo instancias del mismo tipo de objeto o diferentes sonidos como siendo todos sonidos de una misma palabra?

La cognición no conceptual (rtog-med shes-pa) es cognición que ocurre sin la intermediación de una categoría. Cuando vemos un mango en la tienda, nuestra visión de éste es no conceptual. Lo que vemos es, de hecho, un mango, no es una nada; pero no lo encajamos en la categoría mental de mangos cuando lo vemos inicialmente. En otras palabras, solo somos capaces de conocerlo como un mango conceptualmente mediante encajarlo en la categoría de “mango”.

De acuerdo con el sistema Sautrántika, los objetos que pueden ser conocidos válidamente de manera no conceptual son todos entidades objetivas (rang-mtshan), los fenómenos de la verdad más profunda (don-dam bden-pa). Estos son no estáticos, lo que significa que son afectados por causas y condiciones y, por lo tanto, cambian de momento a momento y producen efectos. Podemos dar cuenta de que hay objetos objetivos por el hecho de que producen efectos. Los fenómenos no estáticos incluyen todas las formas de objetos físicos, como objetos que se ven y sonidos, todas las formas de conocer cosas, como conciencia visual o mental, el amor, la felicidad y la ira, y todos los fenómenos no estáticos que no son ninguno de estos, como personas, movimiento y edad.

Mera cognición

La mera cognición es definida como cognición no engañosa y no conceptual en la cual el objeto que aparece es una entidad objetiva, a saber, un fenómeno no estático. Más precisamente, el objeto que aparece en la cognición y que de hecho aparece, es un holograma mental del objeto no estático.

La mera cognición, entonces, está libre de las cuatro causas del engaño:

  1. Dependencia – si la cognición no conceptual depende de un órgano de los sentidos que sea defectuoso, como ser bizco, tendremos una visión doble y veremos dos lunas. Esto es engañoso.
  2. Objeto – si el objeto de la cognición no conceptual se mueve muy rápido, como cuando hacen girar rápidamente una linterna en la oscuridad, entonces estaremos engañados al ver un aro de luz.
  3. Situación – en un tren que se mueve, vemos no conceptualmente los árboles afuera como si estuvieran acercándose rápidamente y, luego, retrocediendo como si se movieran hacia atrás.
  4. Condición inmediata – si inmediatamente antes de ver a alguien, nuestra mente está fuertemente perturbada, por ejemplo, por el miedo, puede que veamos cosas que no están allí.

Aunque estas cuatro causas sean cogniciones no conceptuales, no son instancias de la mera cognición.

Hay cuatro tipos de mera cognición:

  1. Mera cognición sensorial por uno de los cinco tipos de conciencias sensoriales (visual, auditiva, olfatoria, gustativa y corporal), surge dependiendo de uno de los cinco sensores cognitivos físicos como su condición dominante. Una condición dominante (bdag-rkyen) para una cognición es aquella que determina cuál tipo de cognición es – visual, auditiva y así sucesivamente. Los cinco sensores cognitivos físicos son las células fotosensibles de los ojos, lo sensitivo al sonido de los oídos, lo sensitivo a los olores de la nariz, lo sensitivo al gusto de la lengua y lo sensitivo a las sensaciones físicas del cuerpo. Es de notar que la conciencia sensorial solo puede conocer objetos no conceptualmente, mientras que la conciencia mental puede conocer objetos, ya sea no conceptual o conceptualmente.
  2. Mera cognición por la conciencia mental puede ser solo de algún objeto no estático. Surge dependiendo de un sensor mental cognitivo como su condición dominante. El sensor mental de una cognición se refiere al momento inmediatamente precedente de conciencia, entonces la conciencia de este momento precedente determina que la cognición del siguiente momento es puramente mental. Dado a que el cerebro está involucrado con todos estos tipos de cognición, no está incluido como un sensor cognitivo en el sistema budista. La mera cognición mental ocurre con cognición extrasensorial, tales como leer la mente de otros, y también por solo un instante al final de una corriente de mera cognición sensorial.
  3. Mera cognición por darse cuenta reflexivo. De acuerdo con los sistemas filosóficos Sautrántika, Chitamatra y Yogachara Svatántrica, las formas de conocer algo incluyen, no solo algún tipo de conciencia primaria y algunos factores mentales, también incluyen darse cuenta reflexivo (rang-rig). El darse cuenta reflexivo acompaña cada momento de cognición no conceptual y conceptual de un objeto, aunque en sí mismo siempre permanece no conceptual. Se enfoca y conoce solo los otros tipos de darse cuenta involucrados en la cognición – a saber, la conciencia primaria y los factores mentales. No conoce los objetos de la conciencia primaria y los factores mentales en los que se enfoca. Este planta la variable no congruente que afecta de una impresión mental o de un hábito de la cognición que conoce, que luego permite recordar la cognición con presencia mental. Recordarla ocurre mediante la cognición conceptual de un holograma mental que se parece al objeto previamente conocido y de una categoría objeto que se deriva mentalmente desde el objeto en el cual se encajan todos los hologramas mentales que se parecen al objeto. La mera cognición por darse cuenta reflexivo también establece si la cognición que acompaña es una cognición válida o si no lo es.
  4. Mera cognición yóguica es con conciencia mental y depende de la unión de los pares de un estado de shámata (un estado mental tranquilo y calmado) y un estado de vipáshyana (un estado mental excepcionalmente perceptivo) para su surgimiento. Toma como su objeto la no estaticidad sutil (impermanencia) o la carencia de un alma imposible de una persona, burda o sutil. Ocurre solo con los aryas y, excepto por el caso de un buda, solo durante su total absorción meditativa.

La mera cognición tiene tres divisiones: válida, subsecuente y desatenta. La mera cognición sensorial, mental y darse cuenta reflexivo tienen tres divisiones. La mera cognición yóguica tiene solo divisiones válidas y subsecuentes. Nunca es no determinante.

Solo el primer microsegundo de mera cognición sensorial de un objeto es válido. Es seguido por una secuencia de meras cogniciones sensoriales subsecuentes, durante la cual la cognición de un objeto ya no es conocida con frescura. Esta fase es seguida por una mera cognición sensorial no determinante de un objeto, durante la cual el objeto ya no es conocido decisivamente, aunque aún aparezca con precisión. Esto es seguido por una fase corta de mera cognición mental, pero es tan breve, que ésta, y su mera cognición de darse cuenta reflexivo que la acompaña, no puede establecer la decisión respecto de sus objetos. Por lo tanto, son, de hecho, meras cogniciones no determinantes. Esta fase momentánea de mera cognición no determinante es necesaria para poder establecer la mera cognición mental del objeto involucrado previo a la cognición conceptual mental de éste.

La mera cognición mental no determinante, ya sea que ocurra luego de una secuencia de mera cognición sensorial o luego de una secuencia de mera cognición y luego de una cognición mental extrasensorial subsecuente, es seguida por una cognición conceptual del objeto, durante la cual el objeto es conocido mediante los filtros de una categoría mental.

La mera cognición yóguica está libre de sopor mental sutil, así que siempre es vívida. Pero solo el primer momento de este es fresco, en el sentido de que no depende del momento de cognición inmediatamente precedente del mismo objeto como una condición inmediata para su claridad y aprehensión. Así que, excepto en el caso de los budas, la mera cognición yóguica válida de los aryas es seguida por una fase de mera cognición yóguica subsecuente. Pero, incluso para los aryas, no hay mera cognición yóguica no determinante.

Cognición inferencial

La cognición inferencial es una cognición conceptual válida de un hecho oscuro o extremadamente oscuro mediante la dependencia en una línea de razonamiento correcta como su base.

Hay tres tipos de objetos que pueden ser conocidos con validez:

  1. Objetos obvios (mngon-gyur) – tales como las sensaciones físicas de sentirse enfermo. Estos pueden ser conocidos no conceptualmente mediante mera cognición dependiendo solo de nuestros sensores cognitivos. Podemos saber que nos sentimos terrible mediante nuestra conciencia del cuerpo. Por supuesto, necesitamos ser capaces de diferenciar el hecho de sentirse enfermos de solo estar siendo hipocondriacos.
  2. Objetos oscuros (lkog-gyur) – tales como la enfermedad que tenemos que nos hace sentir lo que sentimos. Solo podemos conocer tales cosas mediante depender en una línea de razonamiento, como cuando un doctor diagnostica qué enfermedad tenemos basándose en la información obtenida mediante una examinación completa: “Si están estos y estos síntomas, entonces esta o esta otra es la enfermedad”. Por supuesto, no todo diagnóstico es correcto.
  3. Objetos extremadamente oscuros (sin-tu lkog-gyur) – tales como el nombre de una persona que encontró la cura para la enfermedad que tenemos. Solo podemos saber eso mediante depender de una fuente de información válida, como algo que encontramos en internet, e inferimos que la información es correcta porque la fuente de tal información es autoritativa. Pero, por supuesto, necesitamos alguna razón válida para inferir que lo que leímos es de una fuente válida. Esto no siempre es fácil de evaluar, como es en el caso de una entrada en Wikipedia o en un blog.

Hay tres tipos de cognición inferencial:

  1. Inferencia basada en la fuerza de la evidencia, o en la lógica deductiva (dngos-stobs rje-dpag) – a través de esta, usamos una lógica impecable para llegar a una conclusión correcta sobre algo oscuro. Por ejemplo, supongamos que nuestro vecino está haciendo un montón de ruido. Puede que nos molestemos y pongamos impacientes porque no es obvio que el sonido es impermanente. Sin embargo, si dependemos de la fuerza de la evidencia, podemos probarnos a nosotros mismos que este sonido pasará simplemente porque está generado por un humano. Para hacer esto, debemos depender de la siguiente línea de razonamiento: este sonido fue realizado por una persona, todo lo hecho por las personas ha perecido, como los eventos históricos; nada dura para siempre, como nuestras continuidades mentales, que han sido hechas por las personas. Por lo tanto, podemos tener certeza de que este ruido también pasará porque fue hecho por una persona. Con tal conocimiento válido, podemos entonces controlar nuestra ira.
  2. Inferencia basada en el reconocimiento (grags-pa’i rje-dpag) – a través de esta, entendemos el lenguaje. Cuando escuchamos a alguna persona o algún aparato electrónico hacer ciertos sonidos, también inferimos algo oscuro: si es este sonido, es el sonido de tal y tal palabra, e inferimos que, si es el sonido de tal y tal palabra, entonces tiene tal y tal significado. Usamos una lógica similar cuando leemos: cuando vemos un cierto patrón de líneas, inferimos que son tales y tales palabras escritas y que tienen tales y tales significados. Otro ejemplo es cuando escuchamos “uno más uno”, e inferimos que esto significa “dos”, o cuando escuchamos en español “el mejor amigo del hombre”, e inferimos que se refiere a un perro.
  3. Inferencia basada en la convicción (yid-ches rjes-dpag) – a través de esta, podemos conocer algo extremadamente oscuro, como nuestro cumpleaños. Para saber el día en que nacimos, necesitamos depender de una fuente válida de información, tal como nuestra madre. Podemos, entonces, inferir que mi madre es una fuente válida de información respecto de mi cumpleaños, porque ella estuvo presente cuando nací. Por lo tanto, puedo confiar con la convicción de que la fecha que ella me diga es correcta.

Cognición subsecuente

La cognición subsecuente es un darse cuenta no válido que aprehende lo que ya ha sido aprehendido. Es preciso y decisivo, pero no es una forma válida de conocimiento porque no es fresca. Esto significa que depende de la cognición inmediatamente precedente del mismo objeto como la condición inmediata para su claridad y aprehensión. Carece del poder para establecer su propia frescura.

Hay tres tipos de cognición subsecuente que surge en una corriente de continuidad de aprehensión de un objeto involucrado:

  1. Mera cognición subsecuente – la segunda fase de la mera cognición de un objeto involucrado que se sigue de un momento inicial de la mera cognición de éste. La mera cognición subsecuente puede ser sensorial, mental, o aquella del darse cuenta reflexivo, o yóguica. La mera cognición subsecuente yóguica, sin embargo, ocurre sólo en el caso de los aryas que aún no son budas.
  2. Cognición inferencial subsecuente – la segunda fase de cognición inferencial de un objeto involucrado que sigue de un momento inicial de cognición inferencial de éste.
  3. Cognición subsecuente que no es ninguna de estas dos – por ejemplo, la cognición conceptual de recordar algo correctamente que fue válidamente conocido anteriormente. Ambos, tanto el primer momento como la segunda fase de su secuencia, son cogniciones subsecuentes dado a que ambas dependen de haber previamente conocido algo, incluso si esto ocurrió no inmediatamente después de recordarlo. Los ejemplos son: tanto recordar el nombre de alguien o haberlo conocido antes, como recordar que uno más uno es dos.

Cognición no determinante

La cognición no determinante es una forma de conocer en la que, cuando una entidad objetiva aparece claramente ante uno de los tipos de conciencia primaria, el objeto involucrado no es establecido. Por lo tanto, ocurre solo con la cognición no conceptual. En una cognición conceptual, nuestro factor mental de atención puede ser débil, por lo que experimentamos volatilidad mental sutil, en la cual hay una corriente subyacente de pensamiento superfluo, pero esta no es una cognición no determinante. Es meramente falta de atención.

Hay tres tipos de cognición no determinante:

  1. Mera cognición sensorial no determinante – al final de una secuencia de mera cognición sensorial subsecuente, cuando la cognición está por cambiar primero a la mera cognición mental y luego a la cognición conceptual del mismo objeto involucrado. La mera cognición sensorial no determinante también incluye la cognición sensorial subliminal, tal como la cognición del objeto involucrado de una conciencia sensorial, mientras que se tiene la mera cognición de algún otro objeto con un sentido diferente; por ejemplo, la mera cognición de una sensación física de la ropa en nuestro cuerpo mientras miramos algo. Esto no incluye, sin embargo, la falta de atención de algunos aspectos involucrados del objeto de una mera cognición sensorial mientras nos concentramos en otros aspectos, tales como no darnos cuenta de los cuadros en la pared cuando miramos a alguien.
  2. Mera cognición mental no determinante – al final de una secuencia de mera cognición mental subsecuente, tal como la cognición extrasensorial subsecuente de las mentes de otros, cuando la cognición está por cambiar a la cognición conceptual del mismo objeto involucrado. También, no determinante es el pequeño momento de mera cognición mental que ocurre entre un momento de mera cognición sensorial no determinante y la cognición conceptual de un objeto involucrado.
  3. Mera cognición no determinante de darse cuenta reflexivo – en seres ordinarios, el momento más pequeño de mera cognición de darse cuenta reflexivo que acompaña a la mera cognición sensorial o mental es siempre no determinante. Esto es porque se requiere más que un momento para que su darse cuenta reflexivo establezcan los objetos involucrados. La mera cognición no determinante del darse cuenta reflexivo no ocurre, sin embargo, al final de la secuencia de la mera cognición yóguica. Esto es porque la mera cognición yóguica nunca es no determinante.

Presunción

La presunción es una forma inválida de conocer que aprehende su objeto correctamente y lo conoce conceptualmente de manera fresca. Como la cognición inferencial, frescamente llega a una conclusión correcta, pero sin en realidad entenderla o sin conocer correctamente por qué es verdad. Por lo tanto, dado que no es decisiva, no es una forma válida de conocer algo.

Hay cinco tipos de presunción:

  1. Presumir que algo es verdadero sin ninguna razón – concluir correctamente que en el hemisferio norte los días se hacen más cortos en el invierno, pero no saber por qué es esto. También se incluyen aquí las buenas suposiciones, como cuando no recordamos el nombre de alguien, pero acertamos.
  2. Presumir que algo es verdadero por una razón contradictoria – concluir que los días se acortan en el invierno porque el hemisferio norte está inclinado hacia el sol durante ese periodo.
  3. Presumir que algo es verdadero por una razón no determinante – concluir que los días se acortan en el invierno porque la tierra rota alrededor del sol.
  4. Presumir aquello que es verdadero por una razón irrelevante – concluir que los días se acortan en el invierno porque los días son más fríos.
  5. Presumir que algo es verdadero por una razón correcta, pero sin ninguna decisión – concluir que los días se acortan en el invierno porque el hemisferio norte está inclinado lejos del sol durante este período, pero sin entender por qué eso afecta la duración del día.

El conocimiento obtenido a través de la presunción es inestable. Cuando leemos o escuchamos algún hecho y solo lo aceptamos sin crítica basándonos en la fe, sin examinarlo para entender por qué es verdadero, usualmente no podemos recordarlo.

Vacilación indecisa

La vacilación indecisa es un factor mental que puede acompañar a la cognición conceptual de algún objeto y se pregunta acerca de dos conclusiones respecto de este objeto. En otras palabras, vacila entre dos categorías a través de las cuales conoce al objeto. Tres son las variedades:

  1. Vacilación indecisa que se inclina hacia el hecho
  2. Vacilación indecisa que no está inclinada hacia el hecho
  3. Vacilación indecisa que está equilibrada entre los dos

Cognición distorsionada

La cognición distorsionada es una forma de conocer que aprehende a su objeto incorrectamente. Hay dos tipos:

  1. Cognición conceptual distorsionada – una cognición que es engañada respecto a su objeto conceptualmente implicado. Tal objeto es uno que existe en el modo en el que es cognitivamente aprehendido. Un ejemplo es la cognición conceptual que se aferra al alma imposible de una persona. No hay tal cosa como un alma imposible de una persona que corresponda a esta cognición y que exista en la manera en la que es concebida. La cognición conceptual distorsionada es engañosa porque cree que el objeto conceptualmente implicado, el alma real de una persona, realmente existe, cuando en realidad existe en absoluto.
  2. Cognición no conceptual distorsionada – una cognición que es engañosa con respecto al objeto que aprehende que, sin embargo, aparece claramente ante ésta. Los ejemplos son de cognición visual no conceptual de dos lunas por alguien bizco. Cuando miran a la luna, dos lunas aparecen claramente, pero en realidad no hay dos lunas.

Mera cognición aparente o cognición engañosa

La mera cognición aparente o cognición engañosa es una forma de conocer que es engañosa respecto a su objeto aparente. Mezcla y confunde su objeto aparente con la entidad objetiva real que es su objeto involucrado. La cognición distorsionada, por otra parte, está engañada con respecto a lo que de hecho existe. Confunde el objeto que aparece con algo que no existe en absoluto.

Ambas cogniciones engañosas y distorsionadas pueden ser conceptuales o no conceptuales.

  • En una cognición conceptual, el objeto que aparece es una entidad metafísica, a saber, una categoría, tal como la de un perro. Su objeto involucrado es un perro real, una entidad objetiva. Las cogniciones conceptuales son engañosas en tanto que se mezclan y confunden una categoría con el objeto real con el que está involucrado. Por ejemplo, cuando pensamos en un perro específico que entra dentro de la categoría general de perros, pensamos que todos los perros son como este perro. Si lo que una cognición conceptualiza no es existente, entonces no solo es engañosa, sino también distorsionada. Un ejemplo es aquel en el que la categoría de unicornios se confunde con unicornios reales. Aunque podemos pensar en unicornios, la categoría no corresponde a nada, porque hay unicornios reales.
  • En una cognición no conceptual, el objeto que aparece es un holograma mental, mientras que el objeto involucrado es una entidad objetiva real. En una cognición no conceptual engañosa, tal como la persona bizca que ve dos lunas, el objeto que aparece es un holograma mental de dos lunas, mientras que el objeto involucrado es una luna real. La cognición no solo es engañosa, sino que también distorsionada, porque confunde la doble luna con algo que no existe, a saber, que realmente existieran dos lunas.

Hay siete tipos de mera cognición aparente, las primeras seis son conceptuales y la última no conceptual.

  1. Mera cognición aparente de lo que es engañoso—cogniciones conceptuales distorsionadas que no están concuerdan con los hechos, tales como la idea errónea de que el sonido es permanente, y la mera cognición aparente de objetos que ocurren en los sueños y fantasías de las personas ordinarias, que confunden ficción con la realidad. También están incluidas las ideas erróneas con las cuáles un niño asustado cree que hay un monstruo bajo la cama.
  2. Mera cognición aparente de conocer algo superficial – la cognición conceptual con la cual conocemos una entidad objetiva a través de una categoría estática superficial y confundimos las cualidades de la categoría con aquella de la entidad objetiva. Por ejemplo, pensamos sobre algún objeto físico, como una mesa, o un estado mental, tal como la tristeza, a través de la categoría superficialmente verdadera de “mesa” o “tristeza”. Debido a la intermediación de la categoría estática, la mesa parece ser sólida y la tristeza pareciera durar sin cambio a lo largo del tiempo. Pero la mesa está, de hecho, constituida por átomos y un episodio de tristeza cambia en cada momento. Tales cogniciones son engañosas, debido a que confunden la categoría de algún objeto estático y sólido con el objeto involucrado, algo que está constituido por átomos o que consiste de una secuencia de momentos cambiantes. Tales meras cogniciones aparentes, sin embargo, no son distorsionadas, porque objetivamente hay mesas de sentido común que son sólidas y hay períodos extendidos de sentirse triste.
  3. Mera cognición aparente en una cognición inferencial – la cognición conceptual de las tres implicaciones lógicas usadas para probar una tesis en una cognición inferencial a través de las categorías de los tres factores de acuerdo, congruencia e incongruencia que constituyen una línea de razonamiento. Por ejemplo, en la cognición inferencial donde el ruido que nuestro vecino está haciendo terminará porque fue hecho por una persona, las categorías de los tres factores de una línea de razonamiento son los objetos que aparecen. Los objetos involucrados son las implicaciones lógicas sobre que el ruido que mi vecino está haciendo está hecho por una persona, y todas las cosas hechas por las personas han perecido, como los eventos históricos, y nada dura para siempre, como nuestra continuidad mental, que fue hecha por una persona. Tal mera cognición aparente de estos tres hechos en esta cognición inferencial es engañosa, en el sentido de que mezcla y confunde las categorías de los tres factores de acuerdo, congruencia e incongruencia con las tres partes de la línea de razonamiento.
  4. Mera cognición aparente de algo derivado de una cognición inferencial – la cognición conceptual de la conclusión derivada de la línea de razonamiento conocida en una cognición inferencial. Por ejemplo, en la conclusión de la cognición inferencial antes mencionada de los tres factores de la línea de razonamiento, la mera cognición aparente de la conclusión derivada en esta inferencia, a saber, la finalización inevitable del ruido que nuestro vecino está haciendo, es engañosa porque mezcla y confunde la categoría “la impermanencia de los ruidos hechos por las personas” con este hecho.
  5. Mera cognición aparente de algo que recordamos – la cognición conceptual en la cual recordamos algo que hemos conocido previamente, por ejemplo, recordar cómo se veía nuestra madre. Aquí, conocemos conceptualmente a nuestra madre a través de la categoría de nuestra madre y un holograma mental que representa cómo se veía. La mera cognición aparente de nuestra madre cuando la recordamos es engañosa porque mezcla y confunde la categoría de nuestra madre y el holograma mental que la representa con el objeto involucrado, nuestra madre real.  
  6. Mera cognición aparente de algo que esperamos – la cognición conceptual en la cual imaginamos algo que aún no ha ocurrido, tal como la casa terminada que estamos construyendo. Aquí, conocemos conceptualmente la casa terminada que aún no ocurre a través de la categoría de la casa ya terminada completamente. La mera cognición aparente de la casa terminada que aún no ha ocurrido es engañosa porque mezcla y confunde la categoría de la casa terminada con el objeto involucrado, la casa terminada que aún no ocurre.
  7. Mera cognición de un objeto borroso – la cognición no conceptual de algo que no existe en la realidad. Cuando vemos algo borroso, la mera cognición aparente de esto es engañoso porque mezcla y confunde el objeto que aparece, algo borroso, con el objeto involucrado, un objeto objetivo como una mesa, que no está borrosa. La cognición también está distorsionada, porque algo borroso no existe en la realidad objetiva.

La cognición en la cual la determinación de un objeto es autoinducida o necesita de ser inducida por otra cognición

Otra división de formas válida de conocer en dos tipos es entre la cognición en la cual la determinación de su objeto es autoinducida y la cognición en la cual la determinación de su objeto necesita ser inducida por otra cognición.

Cognición válida en la cual la determinación de su objeto es autoinducida (cognición válida autoinducida, rang-las nges-kyi tshad-ma) es una cognición válida en la cual es autoevidente cuál es su objeto. No necesita depender de otra cognición para determinar lo que es. Hay cinco tipos:

  1. Mera cognición válida por darse cuenta reflexivo – determina por sí misma cuáles son las conciencias primarias y los factores mentales en su conocer.
  2. Mera cognición válida yóguica – determina por sí misma qué es la impermanencia burda o sutil o qué es la falta de un “yo” imposible burdo o sutil.
  3. Cognición válida inferencial – determina por sí misma una conclusión basada en una línea de razonamiento.
  4. Mera cognición sensorial válida de algo que desempeña su función – determina por sí misma lo que está ocurriendo.
  5. Mera cognición sensorial válida de algo familiar – si vemos a alguien caminando por la calle a quien vemos todos los días, es autoevidente saber quién es.

Cognición válida en la cual la determinación de su objeto necesita ser inducida por otra cognición (otra cognición válida inducida, gzhan-la nges-kyi tshad-ma) es una cognición que conoce válidamente que requerirá de otra cognición para poder determinar cuál es su objeto. Cuando está dividida en términos del significado etimológico del nombre de esta forma de conocimiento, hay tres tipos:

  1. Mera cognición sensorial válida de algo por primera vez – por ejemplo, cuando vemos un nuevo dispositivo que compramos cuya forma de utilizarse no es autoevidente, podemos válidamente saber que, para aprender a usarlo, requeriremos más información.
  2. Mera cognición sensorial cuando nuestra mente está inatenta – por ejemplo, cuando estamos profundamente absortos pensando algo y escuchamos que alguien nos dice algo, podemos saber válidamente que la otra persona necesitará repetir lo que dijo para que nosotros estemos seguros de qué dijo.
  3. Cognición sensorial que tiene una causa para ser engañosa – por ejemplo, cuando vemos un señalamiento sin nuestros lentes y vemos algo borroso, podemos conocer válidamente que necesitamos ponernos nuestros lentes y mirar de nuevo para saber qué es lo que dice.

Estas últimas dos formas de conocimiento son válidas sólo en el sentido etimológico, porque la segunda es una cognición inatenta y la tercera es una cognición distorsionada.

También hay tres variedades más:

  1. Cognición válida en la que algo tiene una apariencia de ser autoinducida, pero la determinación de lo que es en verdad requiere ser inducida por otra cognición – por ejemplo, con mera cognición sensorial válida, vemos algo rojo a la distancia. Podemos conocer válidamente que es un objeto rojo, pero también podemos conocer válidamente que para poder determinar lo que es en verdad, por ejemplo, un incendio, necesitamos acercarnos y mirar de nuevo.
  2. La cognición válida en la cual la determinación de lo que algo es en general autoinducida, pero la determinación de lo que es específicamente necesita ser inducida por otra cognición – por ejemplo, con la mera cognición sensorial válida, vemos a una persona en la distancia. Conocemos válidamente que es una persona, pero también conocemos válidamente que, para poder determinar quién es en específico, necesitamos acercarnos y mirar nuevamente.
  3. La cognición válida en la cual la determinación de si algo ha ocurrido siquiera necesita ser inducido por otra cognición – por ejemplo, estamos inseguros con respecto a si vimos que nuestro autobús se detuvo en el semáforo de la calle, pensamos que sí lo vimos. Conocemos válidamente que para poder determinar si vimos realmente nuestro autobús, necesitamos mirar de nuevo más cuidadosamente.

Esta última variedad sólo es válida nominalmente, porque puede ser, de hecho, una cognición no determinante si es que fue un autobús, o una cognición distorsionada, si no lo era.

Variantes Prasánguika

En el sistema Prasánguika la cognición válida se define como una cognición que no es engañosa, en otras palabras, que es precisa y decisiva. No incluye “fresca” en su definición, porque ninguna cognición surge por su propio poder, de acuerdo con la refutación Prasánguika de la existencia autoestablecida. Si una cognición pudiera surgir bajo su poder, entonces sería autoestablecida. Entonces, el sistema Prasánguika no afirma la cognición subsecuente.

El sistema Prasánguika redefine lo que los Sautrántika llaman “mera cognición”. El sistema Sautrántika define esta forma válida de conocer como siempre siendo no conceptual: toma al objeto sin tener una categoría mental como intermediario. Necesita ser fresca, ya que ellos glosan el prefijo “pra” de “pramana”, la palabra sánscrita para “cognición válida” como significando “primera” o “nueva”. Para el sistema Prasánguika, “pra” connota validez o corrección. Por lo tanto, redefinen esta forma válida de conocer como una que no depende de una línea de razonamiento para su surgimiento. Por lo tanto, para el sistema Prasánguika, la mera cognición es cognición directa. Por lo tanto, lo que el Sautrántika establece como mera cognición sensorial subsecuente, el sistema Prasánguika lo clasifica como cognición directa sensorial no conceptual, y lo que el sistema Sautrántika llama mera cognición subsecuente yóguica, el sistema Prasánguika lo llama cognición conceptual directa, porque ya no depende de una línea de razonamiento.

La cognición mental directa también puede ser conceptual. Un ejemplo de cognición mental conceptual directa es la bodichita no elaborada, que surge sin depender de una línea de razonamiento.

El sistema prasánguika no establece el darse cuenta reflexivo. Mientras que las cogniciones válidas explícitamente aprehenden sus objetos involucrados, estas implícitamente se aprehenden a sí misma y a su validez.

El sistema prasánguika, como es presentado en Palabras Claras (sct. Prasannapada) de Chandrakirti, que es un comentario de Los Versos Raíz del Madyámaka, de Nagáryuna, establece cuatro formas de conocer:

  • Cognición válida directa
  • Cognición válida inferencial
  • Cognición válida basada en la autoridad – equivalente en el sistema Sautrántika al establecimiento de la cognición inferencial basada en la convicción
  • Cognición válida mediante un ejemplo análogo (nyer-‘jal tshad-ma) – por ejemplo, conocer válidamente como viajar a un lugar mirando la ruta representada en un mapa. El ejemplo clásico es saber lo que es un cebú con el ejemplo análogo de ser como un toro blanco con una joroba en la espalda y una papada alargada bajo el cuello. Esto también puede ser clasificado como un tipo de cognición inferencial.

Las siete formas de conocer la vacuidad

Las siete formas de conocer describen el proceso de obtener cognición no conceptual de la vacuidad. Es muy útil conocer estas etapas para poder calcular cuánto hemos progresado.

Primero, en tanto seres ordinarios, tenemos cognición distorsionada de la vacuidad (vacío) acompañado de una falta de darse cuenta. Estamos totalmente inconscientes de esta. Nuestra cognición de todo está distorsionada con respecto al modo de existencia de las cosas – conocemos todo como si estuviese autoestablecido. Luego tenemos una cognición distorsionada de esto con la falta de darse cuenta de conocerlo de manera incorrecta y, posiblemente, también con una actitud antagonista y distorsionada al respecto. Imaginamos que se refiere a una nada y que es un establecimiento nihilista. Para poder ir más allá, necesitamos una mente abierta, y no una hostil y antagonista.

Luego escuchamos charlas sobre la vacuidad. Si estamos revisando nuestro celular mientras el maestro está explicando, nuestro escuchar sobre la vacuidad será no determinante. No seremos capaces de recordar una palabra de lo que ha sido dicho. Si nuestra mente estuviera perdida en el pensamiento, tendríamos sólo mera cognición aparente auditiva de las palabras, sin embargo, no las recordaríamos porque no estábamos poniendo atención.

Pero, si realmente escuchamos las palabras con una mera cognición válida auditiva, y estamos ciertos acerca de lo que escuchamos, entonces tras fases de mera cognición auditiva subsecuente y no determinante, y luego un pequeño momento de mera cognición mental del sonido de la palabra “vacuidad”, entonces conoceríamos conceptualmente la vacuidad (pensamos “vacuidad”) mediante la categoría de audio de la palabra “vacuidad”. Pero, o no lo conocemos tampoco a través de una categoría de significado (aún no tenemos idea de lo que significa), o la conocemos conceptualmente mediante una categoría de significado incorrecta (tenemos una idea incorrecta de lo que significa y, por lo tanto, nuestra cognición conceptual es inválida).

Posteriormente, quizás tengamos una vacilación indecisa respecto a si la vacuidad es o no es verdad. Primero, esta vacilación se inclinará a no aceptarla como verdadera, luego, quizá, equilibradamente, pero eventualmente nos inclinaremos a aceptarla como correcta. Durante esta etapa, conoceríamos válidamente que, para poder obtener certeza sobre lo que significa la vacuidad, necesitaremos depender de más cogniciones. Necesitaremos aprender más y pensar más sobre ella. Cuando entendemos, al menos superficialmente, lo que significa la vacuidad, podemos pensar conceptualmente sobre la vacuidad sin la vacilación indecisa a través, tanto de una categoría de audio, como de una categoría de significado correcta.

Luego, pensaríamos sobre la vacuidad con presunción – presumimos que es verdad, pero necesitamos estar completamente convencidos de esto. Notemos que también podríamos presumir que un significado incorrecto de la vacuidad es correcto. Esta sería una cognición conceptual distorsionada. Para estar completamente convencidos del significado correcto de la vacuidad, necesitamos concluir que todo carece de existencia autoestablecida basándonos en una línea de razonamiento. Pero, incluso si conocemos la línea de razonamiento válida para esto, si no estamos convencidos o no entendemos realmente el razonamiento, aún estaríamos solo presumiendo que la vacuidad es verdad. Con una cognición inferencial válida de la vacuidad, entenderíamos la línea de razonamiento y estaríamos convencidos de que prueba que la vacuidad es correcta.

Ahora, cuando meditamos conceptualmente en la vacuidad, inicialmente tenemos una cognición inferencial válida de ésta cuando nuestra cognición es fresca, y luego la cognición inferencial subsecuente y, al final, la cognición inferencial no determinante. Pero nuestra meditación solo será estas dos primeras fases de cognición inferencial en tanto nos estemos enfocando en la vacuidad a través de su categoría de significado correcta y lo hagamos con certeza. Si nuestra atención vaga o si solo nos concentramos en las palabras mediante categorías de audio, pero sin ninguna categoría de significado, no aprehenderemos la vacuidad con nuestra meditación. Cuando alcanzamos un estado unido de shámata y vipáshyana enfocados en la vacuidad, nuestra meditación conceptual en la vacuidad tendrá solo una cognición inferencial válida y una cognición inferencial subsecuente.

De acuerdo con el marco de clasificación Prasánguika, sea con o sin un estado unido de shámata y vipáshyana, nuestra cognición inferencial subsecuente de la vacuidad sería cognición conceptual directa de la vacuidad. Cuando ya no necesitemos recorrer la línea de razonamiento para generar una cognición conceptual correcta de la vacuidad, incluso nuestro primer momento de cognición conceptual de la vacuidad sería una cognición conceptual directa de ésta.

Cuando finalmente alcancemos una cognición no conceptual de la vacuidad, el sistema Sautrántika lo clasificaría como mera cognición yóguica de la vacuidad (aunque, por supuesto, el sistema Sautrántika no establece la vacuidad). El sistema Prasánguika lo clasificaría como una cognición directa yóguica no conceptual.

A través de todo esto, si podemos recordar que estamos meditando en la vacuidad, el sistema Sautrántika lo explicaría como siendo el funcionamiento de la mera cognición válida y mera cognición subsecuente de darse cuenta reflexivo que acompañó a nuestra cognición. El sistema Prasánguika explicaría que, cuando aprehendemos la vacuidad con una cognición inferencial o conceptual o con una cognición no conceptual directa, implícitamente aprehendemos que la cognición estaba ocurriendo y que era válida. En cualquier caso, cuando recordamos meditar en la vacuidad, esto es mera cognición aparente conceptual, engañosa, mediante la categoría de significado “meditación en la vacuidad”.

Por lo tanto, si conocemos cuál es nuestra etapa actual de entendimiento sobre la vacuidad y sabemos cuáles son las etapas que tenemos que seguir para obtener una cognición no conceptual de ella, tendremos confianza en el camino gradual.

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