Diálogo budista tibetano-judío

Del 24 al 29 de octubre de 1990, ocho rabinos y líderes de la comunidad judía de los Estados Unidos e Israel visitaron Dharamsala para dar continuidad al diálogo tibetano-judío que había comenzado durante la visita de Su Santidad el Dalái Lama a Estados Unidos, en octubre de 1989. Esta fue la primera ocasión en que una delegación de líderes judíos de alto rango visitó Dharamsala. Tuvieron dos sesiones de charlas con Su Santidad y también se entrevistaron con un distinguido grupo de gueshes y con representantes de las comunidades de la juventud laica y monástica tibetana.

Esta discusión con Su Santidad fue extremadamente cálida, franca y estimulante. Los rabinos explicaron las enseñanzas judías secretas, esotéricas: la base, camino y meta, el sistema judío de meditación y la tradición de comentarios textuales con cuatro niveles de significado para cada pasaje. Se descubrieron muchos paralelismos con las enseñanzas budistas. De especial interés fue compartir la experiencia judía de mantener su cultura y religión durante casi doscientos años de exilio, y cómo enfrentan el reto de la modernidad.

Los líderes judíos explicaron que uno de los secretos de la supervivencia judía ha sido el énfasis en la familia y la comunidad. Mucha de la práctica religiosa judía es efectuada por cada familia dentro de su propio hogar, y a menudo como parte de una gran comida familiar. Es deber de todos los padres judíos educar a sus hijos en la tradición judía. En este sentido, incluso si sus templos y lugares de adoración están prohibidos en ciertos países, la religión y la cultura sobrevivirán. Todos los nacimientos, el llegar a la edad adulta, los matrimonios y el duelo por las muertes son celebrados por toda la comunidad judía de cualquier ciudad. Esto ayuda a conservar el sentido de identidad cultural y de pertenencia. Todos los rituales y ceremonias religiosas incluyen una remembranza de la pérdida de la patria judía y plegarias por su pronta recuperación.

Los centros comunitarios judíos están establecidos dondequiera que vivan judíos así que, además de las sinagogas o lugares de adoración, existen instalaciones para que los judíos se reúnan socialmente, así como escuelas especiales para educar a sus hijos en la religión, cultura e idioma judíos, después de sus horas regulares de escuela. Se llevan a cabo campamentos de verano para los niños con el fin de que se sumerjan en su propia cultura y también se cuenta con programas de educación adulta. Su Santidad y varios líderes tibetanos que atendieron a la delegación encontraron estas ideas muy estimulantes.

Su Santidad dijo que se encontraba extremadamente complacido por recibir una presentación del judaísmo tan clara, abierta y cálida, y que no había apreciado previamente la profundidad y sofisticación de la religión y la experiencia judías. Dijo que los tibetanos y los judíos comparten muchas cosas, no solamente por su experiencia del exilio, sino por su visión de sí mismos como pueblo elegido. Así como los judíos tienen una relación y lazo especial con Dios, también los tibetanos lo tienen con Chenrezig. Por lo tanto, ambos poseen un sentido comparable de responsabilidad universal de ayudar al mundo como consecuencia de haber sido “elegidos”. Las reuniones fueron muy emotivas para todos los participantes y se tienen esperanzas de futuras cooperaciones e intercambio de ideas en un futuro cercano.

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