Repaso
Discutíamos los diversos métodos utilizados en el budismo para fortalecer el factor evolutivo de la naturaleza búdica que identificamos dentro del entramado de buenas cualidades, es decir, nuestra alegría innata, nuestra capacidad de experimentar las cosas con felicidad. Como recordarán, para fortalecer dichos entramados, no solo necesitamos fortalecer los factores que existen de manera innata, sino también eliminar las manchas pasajeras que impiden que estos factores funcionen plenamente.
Este proceso de fortalecimiento y purificación puede ocurrir a través de muchos mecanismos diferentes. Como hemos visto, a veces la eliminación de las manchas equivale al fortalecimiento de las buenas cualidades o de la fuerza positiva proveniente de las acciones constructivas en las que utilizamos esas cualidades. Por ejemplo, la eliminación de la divagación y el sopor mental equivale a alcanzar una mente completamente concentrada. No es que primero eliminemos estos obstáculos y luego alcancemos la concentración perfecta. De manera similar, abstenerse de un comportamiento destructivo es, de hecho, una acción constructiva. En otros casos, fortalecer la buena cualidad, digamos el amor, provocará la purificación o eliminación del odio. En otros casos, la comprensión de la vacuidad provocará la eliminación de la confusión porque son exactamente opuestos. De esta manera, hay muchos mecanismos involucrados.
Hablamos de varias formas de fortalecer o aumentar nuestra alegría innata y me gustaría repasar esa lista nuevamente, solo para resumir la causa del sufrimiento que cada una elimina.
- Actuar de manera constructiva con nuestro cuerpo, palabra y mente va de la mano con eliminar conductas, habla y pensamientos destructivos.
- Generar y fortalecer el amor va de la mano con eliminar la ira y el odio
- Regocijarse por las acciones constructivas y las buenas cualidades propias y de los demás va de la mano con la eliminación del arrepentimiento y los celos.
- Desarrollar una actitud de valorar a los demás implica eliminar la actitud egocéntrica.
- Alcanzar la alegría de tener una mente tranquila va de la mano con eliminar el pensamiento verbal.
- Obtener la alegría estimulante de la sensación de aptitud que viene con el logro de un estado mental tranquilo y estable – shámata – va de la mano con la eliminación de la divagación mental, la volatilidad mental y el sopor mental.
- Obtener la alegría estimulante de la sensación de aptitud física que viene con el logro de un estado mental excepcionalmente perceptivo (vipáshana) va de la mano con la eliminación de la incapacidad de percibir profundamente lo que está sucediendo y cómo todo encaja y existe.
- Obtener los cuatro niveles de alegría dentro del canal central va de la mano con la eliminación de los bloqueos que impiden el flujo de las sutiles gotas de energía creativa dentro del canal central.
- Obtener la alegría de que los vientos energéticos entren, permanezcan y se disuelvan en el canal de energía central implica eliminar su flujo en los otros canales, lo que provoca nerviosismo, tensión física y mental y pensamientos conceptuales salvajes e incontrolados.
- Obtener la felicidad no manchada de liberarse de las emociones y actitudes perturbadoras va de la mano con liberarse de la confusión.
- Alcanzar la dicha de liberarse de la creación de apariencias engañosas va de la mano con eliminar la mente que alguna vez se aparta de la conciencia de luz clara dichosa de la vacuidad. Esto significa eliminar el volver a generar nuevamente las mentes conceptuales creadoras de apariencias, inconscientes y más sutiles, y los vientos de energía más sutiles que las acompañan. La eliminación de que eso vuelva a suceder va de la mano con la eliminación de los hábitos constantes de la confusión.
Al obtener todos estos diferentes niveles de felicidad y gozo, estamos fortaleciendo el factor evolutivo de la naturaleza búdica de la alegría innata que es parte de nuestro entramado de buenas cualidades. Luego podremos aplicar niveles de felicidad cada vez más fuertes a otros métodos para construir entramados de fuerza positiva y conciencia profunda. Nunca trabajamos para fortalecer la felicidad por sí sola, solo por ser más felices. Más bien, fortalecemos nuestra felicidad siempre dentro del contexto de trabajar con otros factores y elementos dentro de todo nuestro sistema de entramados de buenas cualidades, fuerza positiva y conciencia profunda. Y hacemos todo esto con un anhelo por la bodichita como motivación. Queremos lograr que todas estos entramados y potenciales alcancen una masa crítica para que los entramados puedan funcionar en su nivel cuántico más alto como los Cuerpos de Buda y que, de esta manera, podamos beneficiar a todos.
Motivación y dedicación de la fuerza positiva
Para que nuestros niveles fortalecidos de alegría innata ayuden a nuestro sistema de entramados de factores evolutivos de la naturaleza búdica a funcionar en niveles cuánticos superiores, no es suficiente simplemente tener la motivación adecuada antes de participar en prácticas que mejorarán nuestra felicidad. Así como es fundamental acompañar estas prácticas con una adecuada motivación previa, también es necesario seguirlas con una adecuada dedicación después. Una vez que hayamos terminado de participar en una acción constructiva que fortalecerá nuestra felicidad, debemos dirigir conscientemente la fuerza positiva acumulada por esa experiencia hacia el fortalecimiento de nuestro entramado de fuerza positiva con el fin de alcanzar la iluminación y beneficiar a los demás. Necesitamos hacer este tipo de dedicación incluso cuando normalmente experimentamos felicidad ordinaria en la vida cotidiana. Podemos transformar esa experiencia en algo positivo y constructivo con la dedicación debidamente motivada.
Para dedicar fuerza positiva, podemos pensar: “Que esta experiencia me deje una impresión profunda para que la fuerza positiva que emana de ella fortalezca mi potencial innato para experimentar alegría. Debido a eso, que pueda experimentar más y más alegría, que pueda usar como un camino mental para alcanzar la iluminación en beneficio de todos”. La experiencia de la felicidad o de prácticas para fortalecer nuestra felicidad va a dejar una impresión en nuestro continuo mental de todos modos, pero normalmente no va a dejar una impresión muy significativa. Si hacemos esta dedicación de fuerza positiva de una manera muy consciente, entonces esa impresión se vuelve mucho más profunda y además estamos dirigiendo la impresión hacia el objetivo positivo de alcanzar la iluminación para el beneficio de todos.
El mecanismo para este fortalecimiento se describe muy claramente en las enseñanzas sobre el karma. Una acción que tiene una motivación muy fuerte, ya sea positiva o negativa, dará un resultado mucho más fuerte que una acción que se realiza con una motivación débil. La motivación positiva más fuerte es un anhelo por la bodichita. Entonces, si usamos eso como motivación: “Que la fuerza positiva de esta experiencia me cause una fuerte impresión para que pueda alcanzar la iluminación rápidamente y beneficiar a todos”, entonces, según las leyes del karma, como resultado de esa fuerte motivación, la fuerza positiva de la acción será mucho más fuerte. Así, la impresión será mucho más fuerte y el resultado será mucho más fuerte. Lo mismo ocurre con una dedicación similar de la fuerza positiva posterior. Necesitamos comprender todo el proceso de establecer una motivación antes de actuar y dedicar la fuerza positiva después dentro del contexto de las enseñanzas sobre el karma. No es que se trate de actos rituales extraños y exóticos que no tienen nada que ver con las enseñanzas más lógicas del budismo. Eso es importante, aterrizarlo todo.
Combinar el fortalecimiento de la alegría innata con una comprensión correcta de la vacuidad
Cuando dedicamos la fuerza positiva de las experiencias y acciones constructivas que fortalecerán el factor evolutivo de la naturaleza búdica de nuestra alegría innata, debemos asegurarnos de que esta fuerza positiva no madure simplemente para que experimentemos niveles más intensos de felicidad samsárica manchada. Incluso es insuficiente dedicar esa fuerza positiva para que la felicidad que de ella madure pueda ayudarnos a alcanzar la iluminación en beneficio de todos. Necesitamos acompañar nuestras acciones constructivas y experiencias de felicidad con algún nivel de comprensión correcta de la vacuidad.
La felicidad samsárica manchada proviene de un comportamiento constructivo realizado mientras damos mucha importancia a nosotros mismos y a lo que estamos haciendo. Ya sea consciente o inconscientemente podemos pensar: “Soy tan bueno; lo que estoy haciendo es maravilloso”. Tales pensamientos hacen que la fuerza positiva de la acción constructiva madure hasta convertirse en la experiencia de una felicidad samsárica manchada: felicidad mezclada con confusión.
Cuando mezclamos el amor con la confusión, podemos tener la sensación de “soy una persona muy cariñosa” y podemos esperar que la otra persona nos ame a cambio. O si mezclamos el regocijo con la confusión, entonces, cuando nos regocijamos, podemos poner a la otra persona en un pedestal y sentir: “Tú eres tan maravilloso y yo soy tan terrible aquí abajo”. Si mezclamos la confusión con el desarrollo de una actitud de valorar a los demás, podemos pensar: “Soy un santo; soy un gran bodisatva que trabaja para los demás”. O podemos desarrollar un complejo de mártir, pensando: "Sufriré por ti, pobre miserable".
En cuanto a alcanzar el gozo de una mente tranquila, el propósito no es simplemente volverse como una vaca y no pensar en nada. Buscar una mente tranquila para tal propósito es realmente confusión. Entonces, si mezclamos la confusión con la alegría estimulante que viene con la sensación de aptitud al alcanzar shámata, podemos sentirnos “pasmados en la dicha”, lo que significa que nos quedamos completamente desconectados en la dicha y no queremos aterrizar. Esto es similar a lo que sucede cuando las personas consumen drogas recreativas: se sienten “pasmados en la dicha”. Están tan desconectados de sí mismos que no quieren volver a la vida normal. Eso no es lo que pretendemos. Existe un gran peligro de drogarse con la meditación. Es un peligro real. Además, si mezclamos la confusión con la alegría estimulante que viene con la sensación de aptitud al alcanzar vipáshyana, podemos volvernos muy egocéntricos y arrogantes, al pensar: “Qué inteligente soy. Mi mente es tan fantástica que puede entender cualquier cosa”.
Entonces, lo que queremos hacer es combinar todas estas causas para fortalecer nuestra alegría innata con una comprensión de la vacuidad. Entonces estas prácticas empezarán a traernos una felicidad no manchada, una felicidad que no esté mezclada con confusión. Por ejemplo, no queremos experimentar los cuatro niveles de alegría dentro de nuestro canal central o hacer que los vientos entren en el canal central como un fin en sí mismos. Cualquiera que esté suficientemente formado en formas sofisticadas de yoga puede hacer eso y luego pensar: "¡Qué genial soy!". Estas son solo manipulaciones yóguicas de nuestros vientos energéticos sutiles. Necesitamos combinar estas prácticas yóguicas con la comprensión de la vacuidad para que generar los intensos niveles de alegría que provienen de ellas se convierta en un método para alcanzar la liberación y la iluminación.
Lo mismo aplica a la disolución de todos los vientos de energía sutiles involucrados con las emociones perturbadoras, la confusión, el pensamiento conceptual y la creación de apariencias sutiles, para que alcancemos el nivel de la mente de luz clara. Esto sucede automáticamente al morir de cualquier manera. Queremos alcanzar este nivel mental más sutil en la meditación para poder generarlo en una conciencia dichosa enfocada no conceptualmente en la vacuidad y, a través de eso, obtener la liberación y la iluminación más rápidamente. Esto es lo que pretendemos hacer en todas estas prácticas budistas para fortalecer nuestra alegría innata. Queremos fortalecer la felicidad y eliminar las causas de la infelicidad, emprendiendo esto con una motivación y dedicación de la bodichita y a través de una comprensión correcta de la vacuidad.
Combinar la vacuidad y la dicha en la práctica
¿Cómo hacemos esto en la práctica? Podemos trabajar en estos aspectos del método y la sabiduría uno por uno o juntando algunos de sus componentes, como lo hacemos en el sutra, o podemos hacerlo en un nivel tantra en el que, como recordarán, hacemos muchas, muchas cosas simultáneamente. Por eso el tantra es muy avanzado: primero tenemos que habernos entrenado, al menos un poco, en todos los aspectos de la práctica del Dharma que queremos combinar, antes de poder hacerlos todos al mismo tiempo.
En el tantra en general, practicamos un método que es similar al resultado, es decir, imaginarnos a nosotros mismos en la forma de una figura búdica, para que podamos alcanzar la etapa resultante más rápidamente. El método adicional que utilizamos específicamente en la clase superior de tantra, el tantra anutarayoga, es la conciencia dichosa. Combinamos eso con una profunda conciencia de la vacuidad, convirtiéndola en una conciencia dichosa de la vacuidad; y esto es similar a lo que tenemos en la etapa resultante, la conciencia profunda dichosa de la vacuidad como un buda. Recordarán que, según la formulación del Kalachakra, el Dharmakaya de un buda, en referencia a la Mente Iluminadora de un buda, tiene dos aspectos. La Conciencia Profunda del Dharmakaya es la conciencia profunda, omnisciente y todo-amorosa de un buda simultáneamente de las verdades convencionales y más profundas sobre todo; y el Cuerpo de Naturaleza Esencial es el aspecto de conciencia dichosa de esa mente omnisciente.
Aunque la vacuidad y la dicha inseparables se analizan con mayor frecuencia en el tantra anutarayoga, también podemos usarlo como una forma de describir el tantra en general. Las llamadas “expresiones vajra” que se encuentran en los textos del anutarayoga pueden entenderse en muchos niveles diferentes, y uno de estos niveles tiene un “significado general compartido” que se aplica en común a las cuatro clases de tantra. Por lo tanto, se puede describir que cada una de las cuatro clases emplea niveles de dicha cada vez más intensos. El significado general compartido puede incluso aplicarse también al nivel de práctica del sutra.
[Ver: Explicación de las expresiones Vajra: 6 alternativas y 4 modos]
Generar una conciencia dichosa de la vacuidad en el contexto de hacer ofrendas
¿Qué tipo de práctica podemos utilizar ahora para trabajar con este método de combinar la vacuidad y la dicha? La práctica principal es hacer ofrendas. Es muy importante entender esto. Hacer ofrendas juega un papel importante tanto en la práctica del sutra como del tantra. Hacer ofrendas es la segunda rama de la plegaria de las siete ramas, que se practica en común tanto en el sutra como en el tantra como paso previo para desarrollar la fuerza positiva y limpiar la fuerza negativa.
En Involucrarse en el comportamiento del Bodisatva – Bodhicharyavatara – Shantideva elabora maravillosamente los diversos objetos que podemos ofrecer a los budas como parte de esta plegaria de las siete ramas. Estos incluyen objetos tanto reales como visualizados, y tanto los que poseemos como los que son de dominio público. Los ofrecemos con un estado mental feliz e imaginamos que los budas los disfrutan y los aceptan felizmente por nuestro bien. De manera óptima, hacemos estas ofrendas no solo con un estado mental feliz, sino también con cierta comprensión de la vacuidad de nosotros mismos, del acto de ofrecer, de los objetos que ofrecemos y de los budas a quienes se los ofrecemos.
También se practica en común tanto en el sutra como en el tantra la ofrenda de agua para beber, agua para lavarse los pies y, a veces, también agua para ducharse y agua para enjuagarse la boca. Estos se llaman en sánscrito: argham, padyam, prokshanam y anchamanam. A continuación, se ofrecen flores, agua de colonia, velas o lámparas de mantequilla, incienso, comida y música. En sánscrito, son pushpe, dhupe, aloke, gandhe, naividya y shabda. Ofrecemos todas estas cosas a los budas cuando los invitamos a nuestro lugar de meditación o estudio. Esta ofrenda sigue las costumbres de la antigua India cuando los laicos invitaban al Buda y a sus monjes a sus hogares para recibir una enseñanza. Como los invitados de honor habrían llegado a pie, descalzos y bajo el sol abrasador, primero les ofrecían agua para beber y luego agua para lavarse los pies calientes y polvorientos. A continuación, les ofrecían una ducha fría y, previo a sentarse a comer antes de la enseñanza, agua para enjuagarse la boca. En la mesa arreglaban hermosas flores. Luego entregaban a los invitados una toalla refrescante humedecida con agua de colonia. Sobre la mesa se encendían velas y en la habitación se quemaba el fragante humo del incienso. Luego servían una deliciosa comida, con música suave de fondo.
Siguiendo esta costumbre como preliminar tanto en la práctica del sutra como del tantra, invitamos a los budas y bodisatvas a estar presentes durante nuestras sesiones de meditación y estudio. Luego les ofrecemos todos estos objetos anteriores. Los ofrecemos con un estado mental feliz, imaginando que nuestros invitados de honor se sienten cómodos y felices con ellos, y mantenemos en mente la vacuidad de todo lo que esto implica.
Del mismo modo, como preliminar para la práctica del sutra y del tantra, ofrecemos los objetos anteriores a la manera de las ofrendas de la concentración absorta: las ofrendas de samadhi. Esto implica ofrecer varios aspectos de nuestra práctica imaginándolos en la forma de los objetos de ofrenda anteriores. Los ofrecemos para complacer a los budas y bodisatvas con nuestra práctica, a pesar de que los budas y bodisatvas tienen el mismo amor y compasión por todos, independientemente de si la gente practica o no. Además, ofrecemos estos aspectos de nuestra práctica a todos los seres limitados como recursos para ayudarlos a alcanzar la felicidad de la liberación y la iluminación.
Entonces, ofrecemos toda la lectura y estudio que hemos hecho e imaginamos que esto toma la forma de ofrendas de agua. Ofrecemos todo el conocimiento que hemos obtenido de esa lectura y estudio en forma de flores, la disciplina para aplicar este conocimiento en forma de incienso y la comprensión obtenida de esa práctica disciplinada en forma de luz de velas. La firme convicción en el Dharma que obtenemos de esa comprensión la ofrecemos en forma de agua de colonia, nuestra concentración en forma de alimento y nuestras habilidades para enseñar y explicar el Dharma en forma de música. Nuevamente, hacemos estas ofrendas con un estado mental feliz, imaginando que brindamos felicidad a todos y con cierta comprensión de la vacuidad de todo y de todos los involucrados.
Ofrendas externas
En la práctica del tantra en sí, hay cuatro tipos de ofrendas que hacemos: ofrendas externas, ofrendas internas, ofrendas enigmáticas y ofrendas de la naturaleza misma de la realidad. Los nombres alternativos para estos cuatro son ofrendas externas, ofrendas internas, ofrendas secretas u ocultas y ofrendas de la talidad. Las cuatro clases de tantra implican la realización de ofrendas externas. Los otros tres tipos de ofrendas se hacen únicamente en el tantra anutarayoga.
Las ofrendas externas incluyen las ofrendas que acabamos de mencionar de cualquier tipo de objeto externo bello en general y, en concreto, las aguas, flores, incienso, etc. Algunos sistemas de tantra añaden varios objetos más, como diferentes formas de entretenimiento musical. En el tantra, también hacemos ofrendas externas de objetos que específicamente brindan placer a cada uno de los sentidos: hermosas vistas, sonidos, fragancias, sabores y sensaciones físicas. Y, por supuesto, debemos hacer estas ofrendas de objetos sensoriales deseables con una comprensión de la vacuidad, de modo que no acompañemos nuestro acto de hacer ofrendas con emociones perturbadoras como el deseo anhelante y el apego. Sin embargo, como ofrecemos objetos que nos gustan y que normalmente nos traen felicidad, nos encontramos en un estado mental feliz cuando los ofrecemos. En el tantra anutarayoga, incluso imaginamos que nos hacemos estas ofrendas de objetos deseables como figuras búdicas y que los disfrutamos con una felicidad pura no manchada.
Hacer este tipo de ofrendas externas también fortalecerá nuestra felicidad en el sentido de que es una acción constructiva que madurará en nuestra futura experiencia de felicidad. La acción constructiva es ser generoso y eso refuerza nuestra práctica de generosidad con las personas reales en la vida cotidiana. Hacer estas ofrendas también fortalece nuestro amor, porque lo hacemos con amor: queremos dar placer y felicidad a la otra persona, ya sea a los Budas o a los seres limitados. Además, tratamos de hacer las ofrendas con una mente completamente concentrada, para que experimentemos la alegría de una mente tranquila y estable de shámata, y con una mente que sea excepcionalmente perceptiva, para que podamos ver la realidad de todo lo que está sucediendo en este proceso. Al hacer las ofrendas, también nos regocijamos por la felicidad que brindamos a los demás y a nosotros mismos. Cuando experimentamos felicidad y placer ahora mientras hacemos las ofrendas, lo hacemos con una comprensión de la vacuidad, de modo que la experiencia no sea tan perturbadora y vaya en la dirección de experimentar una dicha pura. De esta manera, la práctica se asemeja al resultado que deseamos alcanzar a través de ella. Finalmente, coronamos todo el proceso con una dedicatoria a la iluminación para el beneficio de todos.
Así, podemos ver cómo al hacer, no solo ofrendas externas, sino los cuatro tipos de ofrendas de esta manera, estamos fortaleciendo nuestro gozo innato de una manera que no se mezcla con confusión. Además, lo estamos fortaleciendo de manera multidimensional al combinar tantos aspectos de la práctica del Dharma a la vez. Creo que pueden empezar a ver la extraordinaria práctica que es hacer ofrendas cuando se hace conscientemente y sabemos qué estamos haciendo con ello.
¿Cómo sería el sentimiento de alegría que no está mezclado con la confusión?
Es alegría que no está mezclada con un aferramiento a la existencia verdadera: de mí, de la alegría misma, del objeto que produce la alegría, del objeto al que le ofrecemos la alegría, etc., que ninguno de ellos tiene existencia verdadera o existencia inherente. Así que no hay nada en ellos que los haga inherentemente lo que son, que hay algo dentro de la sensación que la hace deseable y gozosa por su propio poder.
En un nivel mundano, un nivel samsárico, un sentimiento de alegría o felicidad es la maduración del karma positivo. Eso es lo que es, de donde proviene; surge de causas. Así es como uno experimenta la maduración, resultado del karma positivo, de ser constructivo. En un nivel nirvánico es la experiencia de ese estado de separación de las emociones perturbadoras – y lo que intentamos hacer, por supuesto, es experimentar eso sin este aferramiento al ego: “Yo, y yo lo quiero, y yo quiero que dure para siempre”, y no soltarlo. O en términos de dar a otra persona: “Oh, no será lo suficientemente bueno, no lo satisfará, no le va a gustar”, o “le va a gustar demasiado y luego me exigirá demasiado”, todas estas preocupaciones del ego al respecto – es simplemente gozo puro. No es fácil para muchos de nosotros, nada fácil.
Las tres puertas a la liberación
La comprensión de la vacuidad que combinamos con hacer y disfrutar las ofrendas y con la alegría que experimentamos al hacerlas generalmente se formula en términos de las “tres entradas a la liberación”, a veces traducidas como las “tres puertas a la liberación”.
- Primero está la vacuidad de nosotros como personas que hacemos la ofrenda. Estamos desprovistos de existir como totalmente idénticos o completamente diferentes e independientemente de los factores agregados de nuestro cuerpo y mente.
- En segundo lugar, está la vacuidad de las causas de la ofrenda, que se refiere principalmente a la vacuidad de los diversos aspectos de nuestra motivación y el proceso de causalidad. Los factores motivadores incluirían la compasión, el amor, el deseo de traer felicidad y alegría a los demás, y el anhelo por la bodichita para alcanzar la iluminación a través de esto, para poder ayudar mejor a los demás. Las causas no existen como entidades por sí mismas, totalmente separadas e independientes de su resultado. Tampoco existen como idénticas al resultado, en el sentido de ser un estado no manifiesto del resultado. Podríamos concebir erróneamente que nuestros factores de naturaleza búdica, como la alegría innata, existen de esta manera imposible. En el nivel más simple, no le damos mucha importancia a nuestra motivación como factor causal involucrado en hacer ofrendas. No pensamos: “Oh, tengo tanto amor, quiero traerte felicidad”. Además, nos damos cuenta de que los resultados no surgen de una causa, de causas irrelevantes o de ninguna causa en absoluto, sino que surgen en dependencia de muchas causas y condiciones.
- En tercer lugar, está la vacuidad del resultado, es decir, la vacuidad de la iluminación o de los diversos Cuerpos de Buda que pretendemos alcanzar a través de la práctica. No es que el resultado ya exista verdaderamente en el momento de la causa, ni que sea totalmente no existente en el momento de la causa. En los términos más simples, no le damos mucha importancia al resultado. No es que la iluminación sea algo tan fantástico, está ahí arriba y voy a conseguirla. No le damos mucha importancia a lo que pretendemos.
A veces se especifica una cuarta puerta de entrada a la liberación:
- Esta es la vacuidad de lo que se conoce como los “tres círculos”. Esto se refiere a la vacuidad de (1) nosotros como personas que hacen la ofrenda, (2) otras personas como destinatarios de nuestras ofrendas y (3) los elementos que son los objetos que se ofrecen. En ocasiones el tercero de los tres círculos se especifica como la acción de hacer ofrendas. Todos estos “círculos” de la ofrenda carecen de existencia independiente unos de otros. Su existencia como el que hace las ofrendas, el que las recibe, los objetos que se ofrecen y la acción de hacer las ofrendas solo pueden establecerse de forma interdependiente. No existen como tales por sí solos, por su propio poder.
Combinar nuestra práctica de hacer ofrendas con una comprensión de la vacuidad es especialmente esencial cuando hacemos ofrendas a nuestro mentor espiritual, ya sea en persona o en nuestras meditaciones. Muchos estudiantes de Dharma se obsesionan con el deseo de complacer a sus maestros y hacerlos felices para agradarlos y que los amen. Todo este tipo de actitudes inmaduras se eliminan con la comprensión de la vacuidad. No le damos mucha importancia a lo que realmente estamos haciendo al hacer las ofrendas o a lo que estamos ofreciendo, como cuando pensamos: “¡Oh, estas son flores tan fantásticas, eran tan caras!”. No hacemos un gran espectáculo al ofrecer algo cuando lo ofrecemos en persona. La mejor ofrenda es la que se hace de forma anónima y silenciosa.
Otro punto importante a recordar acerca de combinar la comprensión de la vacuidad con nuestra realización de ofrendas es que debemos enfocarnos especialmente en la vacuidad de la felicidad y la alegría que sentimos durante todo el proceso de hacer las ofrendas. De lo contrario, corremos el riesgo de sentirnos “pasmados en la dicha”, es decir, completamente perdidos en la dicha de hacer las ofrendas. Es muy importante no perderse en la dicha.
Ofrecer objetos que nos traen alegría
Otra razón por la que fortalecer nuestra alegría innata mediante la realización de ofrendas es un método extremadamente eficaz es porque en realidad estamos ofreciendo objetos que nos traen alegría. Si simplemente intentamos, en el tantra general, imaginar que tenemos una mente alegre y luego nos enfocamos en la vacuidad de esa mente alegre, eso es bastante difícil. Es difícil generar alegría solo con nuestra imaginación. Necesitamos un objeto focal como condición para generar alegría.
Recuerden que anteriormente en nuestra discusión hablamos de cómo hay ciertos objetos focales que actúan como condiciones para que experimentemos la felicidad, como buena música, comida, buenos amigos, etc. No necesariamente experimentamos estas cosas con felicidad todo el tiempo, pero a menudo lo hacemos. Y debido a que a menudo actúan como condiciones para que experimentemos felicidad, los usamos en el tantra con todo este paquete de generosidad, amor, concentración, regocijo, comprensión de la vacuidad, etc. En lo que nos estamos enfocando es en algo que actúa como una condición para que sintamos alegría a fin de que comience algún sentimiento de alegría. Todos tendrán gustos diferentes en cuanto a qué formas de cosas les parecen más bellas. Independientemente de la forma que elijamos, al hacer ofrendas imaginamos las flores más hermosas, la música más hermosa, el incienso más hermoso, el tipo de luz más hermoso, la comida deliciosa más hermosa, etc. Solo pensar en esos objetos actúa como condición para que nos sintamos felices, porque son muy hermosos y nos gustan mucho.
Además, en la práctica del tantra no imaginamos que ofrecemos solo los objetos en sí, sino que imaginamos que las llamadas “diosas de las ofrendas” presentan las ofrendas. Podríamos tener la comida más deliciosa, pero si la calentamos en un tupperware en el microondas y la comemos del recipiente de plástico mientras estamos parados entre una multitud ruidosa, probablemente no nos dará tanto placer como si una hermosa camarera o un bello camarero nos la sirviera en un ambiente muy elegante. Es la misma comida, pero nuestro nivel de disfrute es bastante diferente, ¿no? Además, si ofreciéramos a nuestros más distinguidos invitados esta comida en un tupperware de plástico calentado en el microondas, ni nosotros ni nuestros invitados disfrutaríamos mucho de la comida. Queremos servir la comida de la forma más atractiva posible.
Por cierto, los textos clásicos solo hablan de diosas de las ofrendas, pero esto es solo describir el proceso desde un punto de vista. También pueden ser bellos dioses de las ofrendas, no hace ninguna diferencia. El punto es que imaginamos a camareras y camareros muy atractivos que no solo son hermosos, sino que también hablan agradablemente, huelen bien, etc. Cuando ofrecemos objetos sensoriales deseables, también imaginamos que las diosas y los dioses de las ofrendas son hermosos y deseables para todos los sentidos. Esto es lo que imaginamos y actúa como condición para empezar a sentir algún nivel de alegría. Luego intensificamos esa alegría al hacer la ofrenda con amor, deseando brindar placer a la otra persona, y con concentración, una percepción excepcional de lo que está sucediendo, una comprensión de la vacuidad, etc.
Aquí utilizamos objetos focales que normalmente nos gustan: en este ejemplo, la comida o la camarera o el camarero. Generalmente nos sentimos felices cuando los vemos o cuando probamos esa comida. Pero, aún más fuertes que simplemente hacernos felices, “nos enciende”. Para aquellos que no estén familiarizados con la frase en inglés, que alguien “nos encienda” es una expresión que describe lo que nos sucede cuando vemos a una persona hermosa que nos excita sexualmente. Pero no solo eso, también podemos encendernos de forma no sexual, como cuando vemos un plato fantástico en la mesa y nos emocionamos y nos apetece mucho comerlo. Es una excitación placentera de nuestra energía. Si queremos describir este fenómeno desde el punto de vista del tantra, cuando percibimos estos objetos se fortalece la intensidad de nuestros vientos de energía. Los vientos de energía se excitan a un nivel más alto de vibración, que experimentamos con placer. No es que se trate de una excitación de energía que experimentamos con miedo. Tanto el placer como el miedo son excitaciones de energía, pero aquí estamos hablando de una excitación de nuestra energía que es placentera. Dejemos de lado, por el momento, el ejemplo de las personas que experimentan placer con la adrenalina que sienten al practicar deportes extremos de alto riesgo, como hacer puenting.
Purificar los objetos de la ofrenda
Como comentamos anteriormente, los objetos que normalmente nos encienden no siempre nos encienden, e incluso si lo hacen, pueden excitarnos de una manera perturbadora. Por eso, antes de hacer las ofrendas en el tantra, pasamos por un proceso de cuatro pasos para deshacernos o evitar el peligro de experimentar el placer de una manera perturbadora. Queremos evitar que estos objetos simplemente nos perturben o no nos exciten.
- En primer lugar, debemos hacer lo que se llama “ahuyentar las interferencias”. Las interferencias serían, por ejemplo, pensamientos sobre las cualidades negativas de los objetos como, por ejemplo: “Soy alérgico a las flores; me van a hacer estornudar”, o “estoy a dieta y esta comida me va a hacer engordar” o, si usamos a una persona real como modelo para las bellas diosas o dioses que presentan las ofrendas: “Su nariz es demasiado grande y ronca”. Queremos ahuyentar estas interferencias que impedirían que estos objetos nos exciten. Pero, aunque no nos detenemos en las cosas negativas, tampoco las negamos. Esto se simboliza imaginando que emanamos figuras enérgicas que ahuyentan a los demonios o fuerzas que interfieren alrededor de estos objetos. No es que estemos destruyendo a estos demonios; simplemente los estamos ahuyentando. No vamos a detenernos en pensamientos sobre cualidades negativas.
- El segundo paso es purificar los objetos. Primero, disolvemos su apariencia ordinaria – la apariencia de ellas con fallas, como que las flores se están marchitando un poco o que las hojas no son tan bonitas. Queremos deshacernos de ese tipo de apariencia. O disolvemos la apariencia ordinaria del modelo de las diosas o dioses que ofrecemos, como que su nariz sea demasiado grande, o que sean demasiado delgados o demasiado gordos, ese tipo de cosas. Queremos disolver cualquier tipo de apariencia que pueda interferir con que el objeto nos encienda o excite placenteramente de una manera no perturbadora. Pero, además de deshacernos del nivel ordinario de apariencia de estas cosas como si tuvieran fallas, también nos deshacemos del nivel más profundo de apariencia de que existen de maneras imposibles, como que la comida sea inherentemente deliciosa por sí misma o que las diosas o dioses ofrendantes sean inherentemente hermosos desde su propio lado. En otras palabras, purificamos este nivel de apariencia ordinaria recordando la vacuidad de los objetos.
- En tercer lugar, transformamos los objetos cambiando los niveles cuánticos. Pasamos a un nivel cuántico puro de apariencia de los objetos y de las diosas y dioses ofrendantes. La apariencia pura es exclusivamente con buenas cualidades y en una apariencia divina como néctar real, ambrosía, música celestial, ofrendas divinas a diosas o dioses, etc. En algunos sistemas de tantra anutarayoga de figuras búdicas enérgicas, el nivel cuántico puro de apariencia de estas ofrendas es igualmente enérgico. Los diversos objetos de ofrenda están hechos de partes del cuerpo de demonios que interfieren. Por ejemplo, la luz proviene de lámparas que queman la grasa corporal de los demonios. Estos son quizás ejemplos del uso del tipo de placer que puede acompañar a una descarga de adrenalina. Pero, ya sea que las apariencias puras sean suaves o enérgicas, las apariencias no existen sólidamente, estableciendo su propia existencia por su propio poder, en algún lugar ahí fuera. Y nunca incitan emociones o actitudes perturbadoras, como la codicia, el apego, la lujuria o el miedo.
- Lo cuarto que hacemos en este procedimiento de purificación es aumentar los objetos para que nunca haya preocupación de que se acaben. Por ejemplo, si tenemos miedo de no tener suficiente comida para servir a todos o que no sobrará comida para nosotros, tendemos a ser tacaños. No servimos una porción generosa a todos y tenemos miedo de dar demasiado. Para evitarlo, imaginamos que cada objeto que ofrecemos se multiplica infinitamente: tenemos una provisión ilimitada de flores, comida, velas y todo ese tipo de cosas. No habrá ningún problema de que se acabe nada, así que podemos relajarnos. De esta manera podemos hacer las ofrendas sin ninguna tacañería y por eso sentimos mucho más placer al dar las ofrendas. Además, imaginamos que tenemos un cuerpo infinito de camareras y camareros fantásticamente bellos, por lo que no importa cuánta gente se acerque a nuestra ofrenda, siempre habrá suficientes camareras y camareros para atenderles. No tenemos que preocuparnos: “¡Oh, no, ha venido mucha gente a mi banquete y solo tengo una camarera para atender a todos!”.
Cuando hacemos ofrendas en nuestras prácticas de tantra, entonces, seguimos este cuádruple procedimiento antes de hacerlas, de modo que los objetos puedan encendernos y excitarnos placenteramente, y luego podamos sentirnos gozosos sin preocupaciones ni emociones perturbadoras, sin confusión alguna, sin insistir en asociaciones negativas y ese tipo de cosas. Luego hacemos las ofrendas con un estado mental gozoso e intensificamos ese gozo con los sentimientos de inmensa generosidad y amor que tenemos. Sentimos sinceramente: “Que los budas, los bodisatvas y todos los seres limitados disfruten de estas ofrendas”, y nos regocijamos de que las disfruten. Y luego, dedicamos la fuerza positiva de esto para alcanzar la iluminación, de modo que realmente podamos beneficiar a los demás de la manera más completa posible. Además, acompañamos todo esto con concentración y comprensión de la realidad de nosotros mismos, los objetos ofrecidos, las diosas y dioses ofrendantes que les sirven, los destinatarios y nuestro acto de dar. Cuando podemos combinar todos estos aspectos al hacer ofrendas, podemos hacerlo con un estado mental gozosamente encendido, pero no de una manera perturbadora que se mezcle con confusión. Esto es muy importante para fortalecer nuestro factor evolutivo de la naturaleza búdica de alegría innata, de modo que podamos usarlo como un camino mental para enfocarnos en la vacuidad y alcanzar la iluminación.
Aplicación diaria de este cuádruple procedimiento de purificación
No solo podemos seguir este cuádruple procedimiento de purificación al hacer ofrendas como parte de nuestra práctica de tantra, sino que me parece que este procedimiento también nos brinda algunas pautas excelentes que podemos aplicar en un nivel práctico del día a día. Por ejemplo, si queremos disfrutar de estar con nuestro amigo de una manera no perturbadora – especialmente cuando estar con nuestro amigo nos enciende o excita placenteramente de una forma u otra – es importante ante todo ahuyentar cualquier pensamiento negativo y quejas sobre la persona, como: “No me devolviste la llamada”, “siempre llegas tarde”, etc. No negamos estas cosas, pero eso no ayudará en nuestro encuentro real con la persona –a menos que tengamos que resolver algunos problemas; eso es otra cosa.
Entonces, si su apariencia ordinaria es algo que tiende a molestarnos o decepcionarnos, como si la persona es nuestro cónyuge y no es tan joven como solía ser; ha engordado; su cabello se ha vuelto gris; su cara se ha arrugado, etc., entonces es importante disolver esa apariencia. Y disolver también la creencia de que ahora es una persona inherentemente vieja, gorda y de apariencia no tan atractiva. Entonces vemos en ella la belleza que subyace a la superficie de la piel. No es que neguemos su apariencia ordinaria, sino que reconocemos que hay un nivel cuántico más profundo en el que podemos ver la verdadera belleza de esta persona independientemente de su apariencia externa.
Aunque existe el hecho de la impermanencia e inevitablemente nos separaremos, por el momento pensamos que el tiempo que tenemos juntos nunca se acabará y por eso no nos volvemos ansiosos ni tensos. Podemos simplemente relajarnos y disfrutar realmente de estar con la persona. Eso no significa que podamos perder el tiempo porque tenemos todo el tiempo del mundo. Pero no debemos estar ansiosos pensando: “No me abandones; nunca me dejes. ¿Cuándo volveré a verte?” y este tipo de preocupaciones. Podemos simplemente disfrutar el placer de estar con esta persona y encendernos de una manera no perturbadora con la comprensión de la vacuidad. Esto significa no darle mucha importancia a mí, a ti y a nuestra interacción. La relación también se mezcla con ser generoso, amar y regocijarse en el placer del otro, y con estar alerta y sensible a los estados de ánimo y necesidades de la otra persona, y dedicar a la iluminación cualquier experiencia placentera que tengamos. Por supuesto, lo mejor es cuando esta forma de interactuar es mutua y no unilateral. Pero incluso si nuestro amigo no puede o no quiere interactuar de esta manera, es beneficioso seguir este procedimiento incluso solos.
Este es un consejo muy práctico que sugieren estas enseñanzas sobre cómo hacer ofrendas y fortalecer nuestro gozo innato de una manera no perturbadora. No es que practiquemos estos métodos budistas simplemente en algún ritual meditativo y eso es todo.
Transformar el placer experimentado al sentir deseo
Una vez que nos acostumbramos a experimentar la felicidad y el placer de una manera relativamente no perturbadora, aplicándole nuestra comprensión de la vacuidad, podemos transformar otras experiencias cotidianas en métodos para fortalecer nuestra alegría innata. Cuando llevamos a cabo nuestra vida cotidiana, la mayoría de nosotros vemos a otras personas en la calle, en una tienda o lo que sea, que nos parecen atractivas y que nos excitan en un grado u otro. Ver a esta persona que nos parece hermosa excita nuestra energía de una manera placentera. Ahora bien, esto podría perturbarnos bastante si experimentamos este placer con un deseo anhelante, pensando: "Tengo que tener a esta persona" y proyectamos todo tipo de fantasías sexuales sobre esa persona. O puede que no necesariamente nos sintamos atraídos sexualmente por esa persona, pero sentimos lástima de nosotros mismos y deseamos lucir tan jóvenes y hermosos como ella.
En tales casos, podemos ahuyentar estas emociones y pensamientos perturbadores que interfieren, aplicar nuestra comprensión de la vacuidad, transformar la apariencia en una que sea pura y aumentarla de modo que perdamos toda ansiedad por no ver lo suficiente a la persona. Si podemos hacer esto con éxito, entonces podremos experimentar ver la belleza de la persona con alegría pura; disfrutamos la vista plenamente, sin avaricia, deseo, apego o envidia. Nuestra energía se eleva de una manera placentera. Luego podemos hacer una ofrenda de esa felicidad a los budas, bodisatvas y todos los seres limitados, con el deseo de que todos puedan disfrutar de la belleza y los placeres de un reino búdico puro. Podemos realizar una transformación similar de nuestro placer mundano cuando escuchamos música hermosa, vemos un delicioso pastel en el escaparate de la panadería, comemos una comida deliciosa, recibimos un masaje experto, etc.
Ofrendas internas
Además de las ofrendas externas, en el tantra anutarayoga también hacemos ofrendas internas, ofrendas enigmáticas y ofrendas de la naturaleza misma de la realidad. Veámoslas solo brevemente.
Con una ofrenda interior ofrecemos objetos que están dentro de nuestro cuerpo. Están representados por lo que normalmente se consideran sustancias sucias, como la orina, las heces, la sangre y la carne de varios animales, incluidos los humanos. Los elementos internos que representan estas sustancias son los cinco factores agregados que componen cada momento de nuestra experiencia y los cinco elementos físicos que componen nuestro cuerpo. En el sistema Kalachakra, los elementos internos que representan son los diez tipos de vientos de energía en el cuerpo. Seguimos el mismo cuádruple procedimiento para la purificación de las sustancias y lo que representan que el que hacemos con las ofrendas externas: ahuyentamos las interferencias, las purificamos en la vacuidad, las transformamos en néctares y las aumentamos.
Básicamente, lo que queremos lograr al hacer una ofrenda interior es limpiar todos los defectos y fallas de nuestro cuerpo y de lo que hay dentro de él, y todas las actitudes perturbadoras que podamos tener hacia ellos, ya sea apego o repulsión. Queremos hacer esto para poder ofrecerlos a la iluminación, en el sentido de usarlos sin emociones o actitudes perturbadoras para experimentar una alegría intensificada. Más específicamente, queremos poder ofrecer los vientos de energía al canal de energía central a través de prácticas como tummo, la llama interior. La secuencia de visualizaciones que utilizamos en el cuádruple proceso de purificación representa las etapas de la práctica de tummo. La práctica de estas visualizaciones actúa como una causa que madurará hacia nuestro éxito con tummo cuando alcancemos la etapa completa de la práctica del tantra anutarayoga.
Ofrendas enigmáticas
Luego tenemos las ofrendas enigmáticas, o las ofrendas secretas, ocultas. Son enigmáticas porque a los no iniciados les resulta difícil comprenderlas correctamente. Por eso, deben mantenerse ocultas o privadas. Esta ofrenda es una ofrenda de la dicha de estar en unión con una pareja, que imaginamos experimentar en conjunto con todos los estados mentales constructivos que hemos estado discutiendo: amor, compasión, bodichita, generosidad y una mente aquietada completamente concentrada, tanto tranquila y estable como excepcionalmente perceptiva. Lo más importante es una comprensión correcta de la vacuidad, con la purificación y transformación de las apariencias ordinarias de todo lo involucrado. La ofrenda enigmática ciertamente no es la ofrenda de la dicha de ningún tipo de unión sexual ordinaria y no tiene nada que ver con el orgasmo.
Aunque solo se hacen ofrendas enigmáticas en el tantra anutarayoga, a menudo la dicha de la unión con una pareja se utiliza para ilustrar los niveles crecientes de intensidad de la dicha en las cuatro clases de tantra. Estos cuatro niveles tal vez puedan darnos una mejor idea de lo que imaginamos cuando hacemos una ofrenda enigmática, pero nuevamente debo enfatizar la necesidad de hacer esto con una comprensión de la vacuidad. Aunque podemos utilizar el deseo para iniciar el proceso de hacer una ofrenda enigmática, eliminamos rápidamente cualquier emoción o actitud perturbadora aplicando nuestra comprensión de la vacuidad.
- Si estamos con alguien que realmente nos excita sexualmente y nos miramos a los ojos con amor, nos excita más.
- Luego, si nos sonreímos, la energía y el gozo se vuelven más intensos.
- Si nos tomamos de la mano o nos abrazamos, nuestra energía y gozo encendidos son aún más intensos.
- Y si estamos unidos en un abrazo sexual, nuestra energía y gozo serían los más elevados. Pero recuerden, esto lo experimentamos con un estado mental tranquilo, serenamente quieto y asentado y con una percepción excepcional, con amor, generosidad, etc.
Está claro, entonces, que no estamos hablando de nada que se parezca ni remotamente al sexo ordinario. Con la ofrenda enigmática, entonces, a través de visualizaciones muy específicas, imaginamos que nuestro corazón se derrite –lo cual sería la analogía más cercana en nuestra manera occidental de hablar sobre la dicha de estar sexualmente excitado– y luego nos imaginamos experimentando en nuestro canal central los cuatro gozos que comentamos antes. Cada gozo es con una dicha progresivamente más intensa, pero siempre con una comprensión de la vacuidad. El objetivo de aumentar la intensidad de nuestra dicha es conseguir que los vientos energéticos, una vez que fluyen por el canal central, se disuelvan en la mente de luz clara. Entonces, en cierto sentido, con esta ofrenda estamos ofreciendo los vientos de energía en el canal central a la mente de luz clara. Cuando realmente seamos capaces de lograr eso con la práctica de la etapa completa, experimentaremos un nivel aún mayor de dicha: la dicha de estar libres de las emociones y actitudes perturbadoras para siempre. Entonces, esa es la ofrenda enigmática, que implica la intensificación de nuestra conciencia gozosa de la vacuidad al imaginar que estamos en unión.
Ofrendas de la naturaleza misma de la realidad
La cuarta es la ofrenda de la naturaleza misma de la realidad. En el último paso del procedimiento de la ofrenda enigmática, nos imaginamos totalmente absortos en la vacuidad con una mente luminosa y dichosa, pero sin ninguna apariencia de la verdad convencional de nosotros mismos como pareja en unión de la figura búdica. Con la ofrenda de la naturaleza misma de la realidad, imaginamos que, en este estado de conciencia de luz clara dichosa de la vacuidad, nuestra mente de luz clara se enfoca simultáneamente en las dos verdades de nosotros mismos durante esta experiencia: en nuestra apariencia pura, desprovista de cualquier forma imposible de existir, y en la vacuidad de nuestra apariencia y de todos los fenómenos. Entonces, en cierto sentido, estamos ofreciendo nuestra conciencia de luz clara de las dos verdades para nuestra iluminación. Con la iluminación, tenemos una conciencia de luz clara dichosa de las dos verdades ininterrumpidamente, para siempre.
Cuando hacemos ofrendas internas, enigmáticas y de la naturaleza misma de la realidad en la etapa de generación en el tantra anutarayoga, simplemente visualizamos o imaginamos que suceden todas estas ofrendas y todas estas cosas. Pero, en la etapa completa, en realidad podemos lograr que todo esto suceda disolviendo los vientos de energía en nuestro canal central, accediendo a nuestra mente de luz clara, etc. Hacer estas ofrendas en nuestra imaginación con la práctica de la etapa de generación actúa como una causa de éxito en la etapa completa con lo que representan las ofrendas.
Resumen final
Hay varios otros métodos para intensificar nuestro factor evolutivo de alegría innata de la naturaleza búdica. Estos incluyen hacer ofrendas de mándalas del universo entero e imaginar a nuestro maestro espiritual visualizado disolviéndose en nosotros y fusionándose para que nuestras buenas cualidades físicas, verbales y mentales se vuelvan inseparables de las suyas. Pero no hay tiempo para entrar en esto.
Entonces, este es el material básico que deseaba presentar este fin de semana. Pueden ver que este tema del lugar de la felicidad en el budismo es muy profundo y de gran alcance. Aprender sobre este tema nos brinda una buena imagen integrada de muchos factores dentro de nuestra práctica de sutras y tantras. También indica la forma de recorrer este camino combinado de sutra y tantra desde el punto de vista de intensificar cada vez más nuestra alegría innata y utilizar esto como método para fortalecer nuestros sistemas de entramados constructores de iluminación.
Pero tengan en cuenta que el proceso de fortalecimiento y purificación de estos entramados nunca es lineal: nunca se trabaja solo en un factor. Podríamos igualmente describir todo el proceso en términos de fortalecer otro factor como, por ejemplo, nuestra comprensión de la vacuidad. De hecho, cada una de estas descripciones del camino budista es igualmente válida. Cada una describe todo el proceso desde uno u otro punto de vista. Pero, de hecho, el progreso es un proceso orgánico que lo implica todo.
Si bien hemos estado describiendo algunas prácticas muy profundas y avanzadas, también hemos visto que sugieren aplicaciones en nuestra vida diaria, que son sumamente prácticas y útiles. Después de todo, la intención de la práctica budista, tanto del sutra como del tantra, es que sea práctica. Recuerden que hablamos de cómo las palabras de los tantras pueden entenderse en muchos niveles y estas palabras tienen todos estos significados igualmente válidos. Uno de estos niveles se llama "nivel general compartido", que es el nivel de aplicabilidad para los practicantes en etapas más elementales. Entonces, si entendemos la intención de las enseñanzas, particularmente las enseñanzas aquí en el contexto de la felicidad, y si siempre tratamos de aplicarlas sin confusión, pueden traernos beneficio a nosotros y a otros en muchas etapas del camino.
Gracias.