Estados mentales necesarios para la meditación en la bodichita

Verso de Homenaje y Verso 1

El autor, Atisha

La Guirnalda de Joyas de un Bodisatva (sct. Bodhisattva-mani-avali) fue escrito por el gran maestro indio Atisha (Atisha Dipamkarashrijnana, 982-1054). Como un gran maestro budista, en el Monasterio Vikramashila, estaba muy interesado en obtener y preservar las enseñanzas de la bodichita, mismas que no estaban ampliamente disponibles en la India.

Había tres linajes de las enseñanzas del sutra Mahayana que provenían del Buda, no solo dos, como a menudo se menciona en las oraciones sobre los linajes. Un linaje fueron las enseñanzas ampliamente difundidas con respecto a la bodichita; otro linaje fueron las profundas enseñanzas con respecto a la vacuidad (vacío) – ambos estaban disponibles en la India en cierta medida. Adicionalmente, había un linaje de práctica de la bodichita. Este era el que Atisha quería aprender. Para ello, emprendió un viaje de trece meses a Sumatra para estudiarlo con el gran maestro Serlingpa, el sustentador de este linaje.

Después de que Atisha había estudiado las enseñanzas de este linaje de práctica, conocido después como el género del entrenamiento mental (lojong, entrenamiento de actitudes), regresó a la India. Después fue invitado al Tíbet. En esa época en el Tíbet, el Dharma estaba en declive. Se había degenerado seriamente, por lo que había muchos malos entendidos con respecto a las enseñanzas correctas. Por lo tanto, Atisha fue invitado para revivir las enseñanzas correctas. Después de hacer un viaje muy difícil a la Tierra de las Nieves, empezó la segunda transmisión del Dharma ahí, transmitiendo también las enseñanzas sobre la práctica de la bodichita.

Atisha también es reconocido como el autor del primer texto de lam-rim sobre las etapas graduales del camino. Proveniente de Atisha y su principal discípulo tibetano, Dromtonpa (1005-1064) está la tradición Kadam – las personas que la siguen son llamadas Kadampas”. La Guirnalda de Joyas de un Bodisatva, de hecho, se incluye en El Conjunto Padre de Enseñanzas de “El Libro del Kadam”, junto con las elaboraciones sobre cada verso dadas por Atisha en respuesta a las preguntas realizadas por Dromtonpa, el “padre” de la tradición Kadam.

Gampopa, en la tradición Kagyu, combinó los linajes de la tradición Kadam con las enseñanzas de mahamudra. Como resultado, las enseñanzas de la bodichita y el entrenamiento mental son fuertemente enfatizadas en las tradiciones Kagyu que tienen sus raíces en él. Las escuelas Sakya y Nyingma también adoptaron estas enseñanzas del entrenamiento mental o lojong. Es claro, entonces, que estas enseñanzas de lojong jugaron un papel central en el desarrollo del budismo en el Tíbet. Es significativo, pienso, que este texto aparezca como el primero en la colección de un centenar de estos textos de entrenamiento mental en tibetano. Eso indica que, en muchas formas, este texto es uno de los precursores de este género.

Con el tiempo, la tradición Kadam misma se dividió en tres linajes. Tsongkapa volvió a unirlos y empezó la tradición Guelug, la cual continúa esta tradición Kadam de combinar el sutra y el tantra. Atisha, después de todo, también era un maestro tántrico, aunque mantuvo sus prácticas ocultas y privadas. Sin embargo, podemos ver indicadores de este lado tántrico en muchos lugares de nuestro texto, La Guirnalda de Joyas de un Bodisatva.

El verso de Homenaje

El primer lugar en el que vemos esta combinación del sutra y el tantra es en el verso de Homenaje con el que Atisha empieza el texto. Comienza:

Me postro ante la gran compasión. Me postro ante los sublimes maestros. Me postro ante las figuras búdicas, aquellas en quienes creer.

Gran Compasión

La compasión es el deseo de que los demás estén libres del sufrimiento y de las causas del sufrimiento. La gran compasión es “grande” en el sentido de que, no es solo el deseo de que los demás estén libres del sufrimiento del dolor y del sufrimiento del cambio – el tipo de felicidad mundana ordinaria que nunca dura y con la que nunca sabemos qué vendrá después; también es tener el deseo de que los demás estén libres del tipo de sufrimiento que todo lo impregna. Este sufrimiento que todo lo impregna se refiere a los factores agregados de nuestra experiencia – en otras palabras, la amplia variedad de componentes que conforman cada momento de nuestra experiencia en cada renacimiento incontrolablemente recurrente. Provienen de la confusión, están mezclados con la confusión y perpetúan más confusión y más sufrimiento.

La Gran Compasión, entonces, desea que los demás estén libres de todo esto, en otras palabras, obtener la liberación – e incluso más – alcanzar la iluminación. Esta compasión también es grandiosa en el sentido de que se extiende absolutamente a cada uno de los seres limitados, con la misma actitud que una madre tiene hacia su único hijo. Eso es gran compasión. Es realmente un estado mental extraordinario. Está dirigido absolutamente a todos y anhela que todos alcancen semejante meta de largo alcance.

Gurús

La segunda línea del verso de homenaje es: me postro ante los sublimes maestros, o los gurús – estos son los maestros espirituales que representan esta cualidad de la gran compasión. Debido a esa cualidad, están apropiadamente calificados como maestros espirituales. Tienen compasión igualitaria hacia todos y, por lo tanto, se esfuerzan por ayudar a todos a alcanzar la liberación y la iluminación – no solo a sus estudiantes. El máximo ejemplo de semejante maestro que podemos ver es, quizás, Su Santidad el Dalái Lama. Sus incansables esfuerzos por enseñar están dirigidos a tratar de ayudar a que todas las personas alrededor del mundo superen sus sufrimientos. Incluso si se cansa, simplemente sigue adelante. Ese es un maestro sublime; ese es un lama.

La naturaleza de Buda y la inseparabilidad del Gurú, Avalokiteshvara y la Gran Compasión

Atisha también agrega, me postro ante las figuras búdicas. Esto se refiere específicamente a Avalokiteshvara, o en tibetano, “Chenrezig,” quien es la representación de la compasión del nivel iluminado, la plena compasión de un buda. Es sumamente significativo que Atisha mencione primero a los gurús, antes que a las figuras búdicas (yidams). Lo hace así porque, como siempre se dice, es a través de los maestros que somos capaces de tener contacto con las figuras búdicas.

Cuando hablamos de ver al maestro como a un buda, nos referimos a ver la naturaleza de buda dentro del maestro. Al ver al maestro como un ejemplo, nos enfocamos en sus factores de naturaleza de buda y distinguimos el aspecto de estos factores que es su habilidad, cuando se ha desarrollado con la suficiente fuerza, de dar surgimiento a un buda plenamente iluminado, como es representado por el gurú. Que el gurú esté realmente iluminado o no, es irrelevante. Ese no es el punto. El punto es enfocarse en esa naturaleza de buda de tal forma que nos inspire a despertar nuestra propia naturaleza de buda.

Aquí, el factor de naturaleza de buda del maestro que se especifica, es la plena compasión de los budas, según es representado por la figura búdica de Avalokiteshvara. Esa es la razón por la que, a menudo, visualizamos tales figuras búdicas en el corazón del gurú y también en nuestro propio corazón, y por qué también con frecuencia visualizamos al gurú en nuestro corazón. Sin el gurú, no tendríamos acceso a figuras búdicas ni a la iluminación. Por esa razón, Atisha enlista a la figura búdica de Avalokiteshvara después del gurú en este verso de homenaje.

Con respecto a los tres – compasión, el maestro espiritual y Avalokiteshvara – Atisha luego dice, aquellas en quienes creer. Específicamente, es creer en lo que es un hecho. Creer no significa creer en algo que realmente no podemos conocer o de que lo no estamos seguros, como “creo que podría llover mañana”; en lugar de ello, significa creer en algo que es un hecho. En este contexto, el hecho es la inseparabilidad de la compasión, el gurú y Avalokiteshvara. Con creencia plena, entonces, los consideramos como inseparables y nos postramos ante ellos.

En realidad, este es un verso de homenaje muy profundo. Nos hace pensar mucho acerca de Su Santidad el Dalái Lama, quien es generalmente reconocido por todos los seguidores budistas como una encarnación de Avalokiteshvara, una encarnación de la compasión. Para poder creer eso como un hecho, es importante entender lo que significa esta “encarnación”. Nuestra creencia no puede estar basada en la superstición o en pensar “no tengo idea de lo que realmente significa, pero bueno, yo lo creo”. Tal creencia no es muy profunda ni estable. Pienso que es muy importante entender qué es la compasión – especialmente, la gran compasión – para poder tener una idea de quién es Su Santidad, qué es lo que hace y entonces valorar genuinamente sus cualidades.

También es importante tener cierto entendimiento de lo que es la naturaleza de buda y cuál es la importancia de ver la naturaleza de buda en el gurú. ¿Qué es lo que representa Avalokiteshvara? Representa la naturaleza de buda de la compasión que está presente en todos, lo cual significa la naturaleza básica de la mente de ser cálidos, de cuidar a otros y demás. Al igual que los demás factores de naturaleza de buda, la compasión sucede en los niveles base, camino y resultante.

  • El nivel base – lo que todos tenemos naturalmente, como es indicado por el instinto de los padres.
  • El nivel camino – lo que tenemos mientras alimentamos este nivel base de compasión a través del entrenamiento budista.
  • El nivel resultante – el de un buda.

Podemos obtener comprensión profunda de estos tres niveles en términos de las cualidades del gurú. El gurú nos ayuda en el proceso de desarrollar compasión a través de estos tres niveles. Si podemos entender eso, entonces podemos hacer postraciones ante la compasión, el gurú y el yidam Avalokiteshvara, con la firme creencia y convicción en su inseparabilidad.

Está ahí, entonces, que Atisha incluye un poco del nivel de tantra, aunque de una forma sutil y velada – que es la forma en la que debería ser. Mi propio maestro, de quien recibí esta enseñanza, Gueshe Ngawang Dhargyey, siempre solía enfatizar que hay mucho que revisar en el verso de homenaje. No debemos pensar en él solo como un mero adorno al principio del texto y pasarlo rápidamente sin prestarle atención.

Verso 1: Estados mentales necesarios para la meditación en la bodichita

Cuando revisamos cuidadosamente, podemos ver cómo los puntos principales de este texto se derivan básicamente de las enseñanzas de Shantideva en su texto Involucrarse en la conducta del Bodisatva (sct. Bodhicharyavatara). También podemos ver cómo muchos de los puntos en las enseñanzas posteriores del entrenamiento mental – particularmente los Ocho Versos del Entrenamiento Mental y los Siete Puntos del Entrenamiento Mental – están basados en lo que encontramos aquí en el texto de Atisha. Así, Atisha habla principalmente acerca de cómo meditar en la bodichita y cómo ponerlo en práctica.
Empieza:

Permítanme deshacerme de todo titubeo indeciso y valorar el estar incondicionalmente comprometido con mi práctica. Así, permítanme deshacerme por completo de somnoliento, obnubilado y perezoso, y siempre hacer esfuerzo con perseverancia.

Deshacernos del titubeo indeciso acerca de lo que es la bodichita y cómo meditar en ella

Para ser capaces de meditar en la bodichita, primero que nada, necesitamos escuchar las enseñanzas al respecto. Primero necesitamos deshacernos de cualquier titubeo indeciso acerca de en dónde encontrar estas enseñanzas: se derivan de Las Tres Canastas (sct. Tripitaka) de las palabras del Buda. Después necesitamos escuchar o leer las palabras del Buda cuidadosa y apropiadamente y luego pensar acerca de ellas para entenderlas de forma correcta. El punto de hacer todo eso es deshacernos del titubeo indeciso acerca de en qué enseñanzas confiar, cuáles son esas enseñanzas y qué es la bodichita.

Necesitamos conocer de forma muy precisa que la bodichita es una mente que está enfocada en nuestra propia iluminación individual – no en la iluminación de un buda, y tampoco en un tipo de iluminación general, amorfa, que está en algún lugar en el cielo. La bodichita es una mente enfocada específicamente en nuestra propia iluminación futura, que aún no ha acontecido pero que puede alcanzarse y que puede suceder sobre la base de sus causas, específicamente nuestros factores de naturaleza de buda. La bodichita, entonces, está enfocada en nuestra iluminación aún no acontecida, con la intención de alcanzarla. Lo que nos motiva a alcanzarla es el amor y la compasión – el deseo de beneficiar a todos los seres y ayudarlos a deshacerse de su sufrimiento. Beneficiar a otros es la segunda intención que acompaña nuestra bodichita. Es lo que pretendemos hacer una vez que hayamos alcanzado esa iluminación, aunque, por supuesto, tratamos de ayudar a otros de la mejor manera que podamos, a alcanzar la iluminación.  

Así, necesitamos deshacernos de todo titubeo indeciso acerca de cuál es realmente el tema de la meditación – bodichita –, cómo meditar en él, y cuál es realmente el estado mental que necesitamos generar. Por lo tanto, necesitamos escuchar las enseñanzas sobre ello, pensar acerca de ello y entenderlo. Obviamente, eso es muy importante. De lo contrario, ¿cómo podríamos meditar en la bodichita?

Meditar en la bodichita y realmente desarrollarla no es tan simple. No es tan obvio qué hacemos realmente en la meditación y en qué nos enfocamos. No es obvio ni fácil en absoluto. ¿Cómo nos enfocamos en nuestra propia iluminación futura que aún no acontece? Necesitamos tener algo que represente eso. Puede ser representado por un buda, por el gurú, por el árbol de los gurús reunidos, o por el yidam, la figura búdica. Puede ser representado por muchas cosas diferentes.

Quizás nos preguntemos cómo el hecho de debatir y la meditación en la bodichita van juntos, pero, de hecho, todo el propósito del debate es aclarar el titubeo indeciso. Para meditar de forma apropiada, necesitamos conocer en qué está enfocada la mente, cómo toma ese objeto de enfoque, y cuáles son los factores mentales acompañantes – amor, compasión, intención, motivación y este tipo de cosas. Luego necesitamos conocer cómo generar ese estado mental. A través del proceso de debate, somos capaces de aclarar cualquier indecisión acerca de estos puntos.

Muchas personas confunden la bodichita con la compasión. Piensan que están meditando en la bodichita, mientras que, de hecho, están meditando en el amor y la compasión por todos los seres. Meditar en el deseo de que todos los seres sean felices y tengan las causas de la felicidad y que todos los seres estén libres del sufrimiento y de las causas del sufrimiento es parte de la base para la bodichita. Acompañan a la bodichita, pero no son lo mismo que la bodichita. Hay una confusión similar con la compasión: muchas personas meditan en la compasión, pero no en la gran compasión. Así, de nuevo, es importante tratar de deshacernos de cualquier titubeo indeciso e incertidumbre acerca de estos puntos.

También, cuando no estamos seguros de lo que estamos haciendo en la meditación, experimentamos el obstáculo de la divagación mental. Divagamos mentalmente, preguntándonos: “¿La bodichita es esto o aquello?”, “¿estoy meditando de forma correcta o lo estoy haciendo mal?”. Siempre estamos cuestionando lo que se supone que tendríamos que estar haciendo. Así, no solo necesitamos obtener confianza acerca de lo que es la bodichita y cómo meditar sobre ella, también necesitamos obtener confianza de que la práctica que estamos haciendo es válida. Necesitamos deshacernos del titubeo indeciso de preguntarnos: “¿Esta es la práctica correcta?”, “¿Funcionará?”, “¿No va a funcionar?”, y demás. Todo esto tiene que ser atendido en la etapa de escuchar las enseñanzas y, particularmente, la etapa de pensar acerca de ellas – con lo cual, de nuevo, el debate puede ayudarnos – antes de que podamos realmente meditar de forma apropiada. Como diríamos en alemán, todo tiene que estar claro, “Alles klar”, para poder realmente meditar apropiadamente en un tema particular. De lo contrario, solo estamos fingiendo meditar.  Solo estamos ahí sentados jugando; no sabemos realmente lo que estamos haciendo. Eso no nos lleva muy lejos.

Estar incondicionalmente comprometidos con la práctica de la bodichita depende de tener una motivación sincera

Luego, sobre la base de haber escuchado de forma apropiada las enseñanzas y haber pensado en ellas, y al habernos liberado del titubeo indeciso, podemos valorar el estar incondicionalmente comprometidos con mi práctica. Eso se refiere a la meditación en la que ahora, de hecho, cultivamos la bodichita como hábito. Generamos ese estado mental una y otra vez, fortaleciéndolo cada vez más. Y estar incondicional comprometidos significa que nuestros esfuerzos para generar la bodichita son absolutamente sinceros y que ponemos todo nuestro corazón en ello.

En qué pongamos completamente nuestro corazón realmente depende de nuestra motivación. Si somos realmente sinceros en nuestra motivación, entonces seremos sinceros en nuestra práctica. No lo haremos solo por un sentido de obligación, culpa o algo así. Así, es realmente importante trabajar en la motivación. En las épocas en las que no es muy fuerte, lo cual sucederá en muchos días, necesitaremos haber aprendido los diversos métodos para reconstruirla.

Mucho también depende de la compañía que conservemos – si las personas que nos rodean apoyan nuestra práctica. Tener una comunidad cálida y amigable de personas que también están comprometidas, tener maestros espirituales cerca y demás, nos ayuda a mantener fuerte nuestra motivación. También, estar entre otros que están sufriendo intensamente puede fortalecer mucho nuestra motivación. Podemos obtener inspiración tanto de arriba, de los grandes maestros, como de abajo, de aquellos que sufren miserablemente. Como dijo Shantideva: la iluminación proviene de forma igualitaria a través de la bondad de los budas y de los seres sintientes, limitados.

(VI.113) Cuando la adquisición del Dharma de un Buda (logros) se debe igualmente a (ambos) seres limitados y a los Triunfantes (Budas), ¿qué tipo de orden es que el respeto que se muestra a los seres limitados no es como el que se muestra al Triunfante?

Aclaración sobre cómo meditar en la bodichita

Enfocarnos en nuestra iluminación individual que aún no ha acontecido

Meditar en la bodichita se enfoca en nuestra propia iluminación individual futura. No quiero entrar en mucho detalle, pero si pensamos en nuestra continuidad mental, entonces nuestra iluminación es algo que puede ser válidamente etiquetado en esa continuidad futura. Nuestra iluminación futura, que aún no ha acontecido, puede ser válidamente etiquetada en la continuidad futura de nuestra continuidad mental, basada en la continuidad de los factores de naturaleza de buda. Si las diversas causas han sido desarrolladas, específicamente, los dos entramados de fuerza positiva y darse cuenta profundo y demás, entonces el estado iluminado, que puede suceder, definitivamente sucederá. Y uno tiene que estar convencido de ello.

Para enfocarnos en esa iluminación, usamos algo para representarla, digamos, una figura búdica o un buda. Lo que esa figura búdica o buda representa es esa iluminación futura que puede ser válidamente etiquetada sobre la continuidad mental, y que puede ser alcanzada sobre la base de los factores de naturaleza de buda. En eso es en lo que nuestra mente está enfocada. Ese darse cuenta está entonces acompañado de amor, compasión y las intenciones de alcanzar esa meta y ayudar a todos los demás, una vez que hayamos alcanzado esa meta. Hay una cantidad de factores mentales acompañantes, pero esto es un poco complicado.  

Así como podemos pensar, ver y escuchar al mismo tiempo, podemos ser conscientes de muchas cosas como nuestros objetos de cognición al mismo tiempo – aunque no todos con la misma cantidad de atención. El amor y la compasión están ambos dirigidos a los seres sintientes. La forma en que el amor se enfoca en ellos, es con el deseo de que sean felices; mientras que la compasión se enfoca en su sufrimiento y con el deseo de que su sufrimiento se vaya. Generamos estos dos, uno a la vez, dado que tienen diferentes formas de tomar a sus objetos. Cuando entonces generamos el anhelo de la bodichita basado en este amor y compasión, nuestro enfoque está en nuestra iluminación aún no acontecida, con la forma de tomarla cognitivamente con el deseo de alcanzarla. También enfocada en nuestra iluminación aún no acontecida están las dos intenciones: alcanzar esa iluminación y beneficiar a los demás por medio de ese logro. Nuestra principal atención está en la bodichita, mientras que, a pesar de que el amor y la compasión aún están presentes, no son nuestro enfoque principal. En un sentido, le dan sabor a nuestro anhelo de la bodichita, pero sus objetos focales, todos los seres limitados, no aparecen en nuestra mente.

Como dije, toma mucho tiempo y una gran cantidad de pensamiento y discusión realmente tener una idea clara de qué significa meditar en la bodichita. “Ahora voy a sentarme y meditar en la bodichita” – bueno, ¿qué estamos haciendo realmente?

Luego, por supuesto, están todos los pasos a través de los cuales nos esforzamos para realmente sentir la bodichita de forma sincera, lo cual significa construir los sentimientos de amor y compasión. Hay muchos métodos que podemos usar: la meditación de las siete causas y un efecto, la meditación de igualar e intercambiar el yo por los demás, o la de once partes que combina las dos anteriores.

Permítanme agregar una cosa aquí, que es importante para entender lo que significa tener gran compasión. Cuando tenemos el anhelo de la bodichita y buscamos alcanzar la iluminación futura, también necesitamos saber qué es la iluminación. Necesitamos saber qué significa y cuáles son las cualidades de ese estado. Esa es la razón por la que una figura búdica o un buda son una buena representación. Cuando visualizamos una figura búdica o un buda, podemos pensar en todas las cualidades que tiene un ser iluminado. Y, por supuesto, con gran compasión, lo hacemos con la intención de ayudar absolutamente a todos. Estamos hablando aquí de incontables seres, así que el alcance es increíblemente amplio.

Una vez que empezamos a valorar lo que realmente es el estado mental de la bodichita – cuán inconcebiblemente vasto – podemos empezar a apreciar el primer capítulo de Shantideva, en el cual alaba a la bodichita. De lo contrario, es solo bella poesía.

(I.25) Esta extraordinaria joya de la mente (bodichita) – una mente en beneficio de los seres limitados, la cual en otros no surge ni siquiera por su propio beneficio – se cristaliza como algo de maravilla sin precedentes.
(I.26) ¿Cómo puede la fuerza positiva de una mente cual joya, la cual es la causa de la felicidad para todos los seres errantes y el elíxir para el sufrimiento de los seres limitados, ser algo cuya medida puede ser tomada?

¿Cómo es posible enfocarse en algo que aún no ha acontecido?

Quizás se pregunten cómo nos enfocamos en algo que aún no ha acontecido. Permítanme darles un ejemplo, dado que esto es importante para entender qué es la bodichita. Nuestra iluminación futura es algo que aún no ha sucedido, como el día de mañana. Mañana aún no ha acontecido, pero ¿existe mañana? ¿Existe un mañana? ¿Cómo nos enfocamos en mañana y planeamos nuestro día si mañana, de alguna forma, no existe? ¿En qué nos enfocamos cuando pensamos en mañana? No nos enfocamos en nada. Estos son puntos en los que es necesario pensar y debatir.

Algo que aún no ha acontecido es un fenómeno de negación

Para responder a esta pregunta de cómo enfocarnos en algo que aún no ha acontecido, es muy importante entender la presentación filosófica budista de los fenómenos válidamente conocibles y la presentación de los fenómenos de afirmación y negación. Esto es debido a que nuestras categorías occidentales para las cosas que existen y no existen son irrelevantes en esta discusión. De acuerdo con la presentación budista, si algo existe, puede ser válidamente conocido, sea conceptual o no conceptualmente; y si no existe, no puede ser conocido de forma válida.

Dentro de lo que puede ser conocido válidamente están los fenómenos de afirmación y negación. Nuestra iluminación futura es un fenómeno de afirmación. Así como podemos ver a una mangosta sin nunca haber visto una antes, nos podemos enfocar en la iluminación sin tener que habernos enfocado en ella antes. Cuando nos enfocamos en esta iluminación, nos estamos enfocando, entonces, en un fenómeno de afirmación. Este fenómeno de afirmación es imputado en un aspecto de sus causas, específicamente, nuestros entramados de fuerza positiva y darse cuenta profundo. Este aspecto es su habilidad de dar surgimiento a la iluminación como su resultado cuando todas las causas y condiciones están completas. Esta iluminación imputada sobre sus causas puede ser válidamente conocida, así como mañana imputado sobre hoy puede ser válidamente conocido. Además, lo que puede ser imputado en esa iluminación futura es su aún no acontecer. Ese aún no acontecer es un fenómeno de negación; niega su acontecer presente. Para conocer válidamente su aún no acontecer, necesitamos saber lo que está aconteciendo en el presente para poder negarlo. Por ejemplo, necesitamos saber que todavía es hoy para saber que mañana aún no ha acontecido.

Podemos representar nuestra iluminación aún no acontecida con una figura búdica e imputar válidamente “yo” sobre esa figura, pero solo cuando también conocemos válidamente nuestro aún no acontecer de nosotros mismos siendo un buda. De lo contrario, si pensamos que nuestro ser un buda está aconteciendo en el presente, nos estamos engañando a nosotros mismos.

Enfocarse, en la meditación de la bodichita, en algo que aún no ha acontecido, no es enfocarse en algo que no existe

Es debido a estos puntos que digo que uno tiene que deshacerse del titubeo indeciso. De lo contrario, después de un tiempo, decimos: “Realmente no sé qué estoy haciendo cuando estoy sentado aquí tratando de hacer la meditación de la bodichita. ¿Me estoy enfocando en algo que no existe en absoluto?”. Entonces se pone loco.

El punto de Atisha es que, si queremos ser capaces de hacer la meditación de forma unipuntual y correcta, necesitamos deshacernos del titubeo indeciso – no estar seguros de lo que es, cómo hacerlo y demás. De lo contrario, lo que sucede es que, como dice el comentario, tenemos divagación mental: “¿Lo estoy haciendo bien? ¿Qué está pasando aquí? Quizás no existe”. La divagación mental también surge cuando no estamos convencidos de que realmente podemos alcanzarlo. Así, aquí, en muy pocas palabras, Atisha está dando instrucciones muy profundas acerca de cómo meditar.

Esta discusión de la bodichita que estamos teniendo es muy importante. Necesitamos ser claros acerca de lo que es la meditación en la bodichita. Si no tenemos al menos un cierto nivel de claridad, entonces todo el asunto es un poco extraño.

Deshacernos de otros obstáculos de la meditación

Así, estamos incondicionalmente comprometidos con la práctica. Una vez que realmente sabemos cómo generar la bodichita, podemos permanecer enfocados en este estado mental, luego necesitamos deshacernos de los obstáculos que surgen en la meditación misma. La segunda mitad del verso dice: así, permítanme deshacerme por completo estar somnoliento, obnubilado y perezoso. Ya hemos lidiado con la divagación mental debido al titubeo indeciso; ahora tenemos todos los obstáculos debido al sopor.

Somnolencia y obnubilación

El tipo más burdo del sopor es la somnolencia, quedarse dormido – el cual es un obstáculo obvio de la meditación. Con ese tipo de sopor, la conciencia se retira de los sentidos. Eso es básicamente lo que es el sueño. Estar obnubilado es un tipo más sutil de sopor. Estamos obnubilados cuando nuestra mente y cuerpo se sienten muy pesados. El tercer tipo, el cual es aún más sutil, es ser perezosos. Aunque la pereza no es realmente una forma de sopor mental, lo subyace. Cuando trabajamos para deshacernos de los obstáculos mentales, siempre trabajamos en los más burdos primero y luego en los más sutiles. Así, aquí tenemos la pereza como el más sutil.

Tres tipos de pereza

Shantideva describe con gran detalle la pereza en el séptimo capítulo de su texto, “perseverancia”. Existen tres tipos de pereza.

El primer tipo es el letargo. El letargo significa tener una falta de energía y entusiasmo – no tenemos ganas de hacer nada y procrastinamos. Existen tres causas para ello. Shantideva explica:

  • Ser apáticos acerca de nuestros problemas recurrentes – una falta de interés y preocupación. Cuando somos apáticos, no nos importa, así que somos letárgicos; no queremos hacer nada.
  • Disfrutar de una probada del placer de estar ocioso – disfrutar del placer de solo estar sentado sin hacer nada. Eso nos hace letárgicos, así que, de nuevo, no queremos hacer nada.
  • Ansiar dormir como un refugio – no podemos lidiar con lo que está sucediendo y solo queremos escapar a nuestra cómoda y cálida cama.

El segundo tipo de flojera es aferrarse a lo que es trivial. Ejemplos de eso serían platicar todo el tiempo acerca de cosas insignificantes y estar apegados a todo tipo de quehaceres en la casa o lo que sea – lo cual, de hecho, es una excusa para no hacer nada constructivo. Conectado con eso está la procrastinación, dejar las cosas para después porque estamos aferrados a algo trivial ahora. 

El tercer tipo de flojera es estar desanimados y, por lo tanto, ser despectivos con nosotros mismos. Pensamos: “No puedo hacerlo, no soy capaz”, así que ni siquiera lo intentamos. Esa es una forma de pereza.

La perseverancia como el oponente de la flojera

El oponente de la flojera es la perseverancia, otro de cuyos nombres es “vigor entusiasta” o “valor heroico”. Así, la última línea es: y siempre hacer esfuerzo con perseverancia. Como Shantideva explica muy bien, la perseverancia está basada en muchos factores.

  • Fuerte intención – exuberancia y energía, basada en la firme convicción en los beneficios de hacer algo positivo. Con una intención fuerte, sentimos profundamente: “¡Voy a hacerlo y no me voy a dar por vencido!”.
  • Constancia y dignidad personal – la constancia es la cualidad de permanecer estable, de ser inquebrantable. Está basada en la autoconfianza de sentirnos orgullosos de nosotros mismos – sabemos que seremos capaces de hacerlo y no pensamos mal de nosotros mismos.
  • Deleite – disfrutar lo que estamos haciendo. Y especialmente debido a que lo que estamos haciendo es constructivo, lo disfrutamos mucho más conforme lo seguimos haciendo.
  • Dejar ir – en otras palabras, ser capaces de dejar ir cuando estamos cansados y necesitamos un descanso. Si presionamos demasiado, si somos muy fanáticos, con el tiempo nos quemaremos. También se refiere a ser capaces de soltar cuando terminamos cierta etapa. Necesitamos saber dejar ir y continuar con la siguiente etapa. Estos son los dos aspectos de dejar ir.

Hay dos aspectos más que Shantideva menciona.

  • Aceptar fácilmente – tenemos que aceptar el hecho de que el camino será difícil. Tenemos que aceptar la realidad de eso y no tener fantasías al respecto, pensando que será fácil y lindo. Tenemos que aceptar que las dificultades estarán ahí. En otras palabras, tenemos que tener una actitud realista.
  • Tomar el control – tomamos el control de nosotros mismos: “Voy a hacerlo”.
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