Preguntas y respuestas
Comencemos nuestra sesión con algunas preguntas.
Karma
Me pregunto si esta afirmación es correcta o no: cada percepción que tenemos a través de nuestros seis sentidos, junto con los factores mentales, es nuestro karma, nuestro karma acumulado en el pasado. ¿Son las percepciones que percibo a través de mis seis sentidos karma o no?
Bueno, en realidad no. Con el karma de lo que estamos hablando es simplemente del impulso. El impulso acompañará a la percepción sensorial o al pensamiento mental y llevará a la conciencia y a los factores mentales acompañantes a hacer algo más con su objeto en el momento siguiente. Hay varias teorías y diferentes presentaciones del karma en el budismo, pero según la menos complicada, el karma es siempre este impulso mental.
Tenemos karma mental, físico y verbal; en otras palabras, impulsos que nos llevan a realizar una acción de cuerpo, palabra o mente. De las diversas acciones que son provocadas por el karma, tenemos, como su repercusión, varias tendencias y fuerzas positivas y negativas, etc., que maduran en varias cosas. ¿En qué maduran? Por ejemplo, maduran en lo que tenemos ganas de hacer y pretendemos hacer, y esto es similar a lo que hemos hecho antes. Posteriormente, lo que sigue sería, junto con la intención, el impulso que nos lleva a hacerlo.
Por ejemplo, veamos un tipo de comportamiento destructivo como regañar a alguien. En esta situación, lo que nos apetece hacer es regañar a la persona. Esta persona acaba de decir algo o hacer algo que pensamos que está mal y por eso tenemos ganas de regañarla. Tener ganas de regañarla es lo que madura de las tendencias previas de actuar y responder así. Lo que sigue es la intención de en realidad regañar a esta persona o, a menudo, podría ser la intención de pensarlo primero para decidir hacerlo. Si ese es el caso, entonces, junto con esa intención, tenemos el impulso de pensar en regañarla. A esto se le llama "impulso kármico incitador", porque puede provocar luego otro impulso kármico de realmente regañarla, aunque, por supuesto, podemos cambiar de opinión y decidir más tarde no hacerlo.
Junto con esa intención habría una emoción positiva o negativa acompañante. La intención y esta emoción juntas son lo que llamamos “motivadores” o, simplemente, motivación. En este caso, es la "motivación causal". Esta motivación causal podría ser, por ejemplo, que queremos corregir a la persona. Está cometiendo errores y realmente nos interesamos en ella. Entonces, hay un aspecto compasivo que acompaña nuestra intención de regañar. Entonces tendremos una línea de pensamiento, provocada por el impulso kármico incitador, que dice: “Voy a regañar a esta persona. La próxima vez que la vea, definitivamente la voy a regañar”.
Después de eso, cuando vemos a la persona, con la intención de regañarla, tendríamos lo que se llama un "impulso kármico incitador". Este es el impulso que nos lleva, en el momento siguiente, a la acción verbal de regañarla.
En el momento en que pensamos en regañar a la persona, la intención era regañarla, y la motivación tal vez era la compasión. La compasión es lo que se llama motivación causal. Sin embargo, cuando estamos realmente en la situación y tenemos el impulso que nos lleva a decir algo, nuevamente, la intención es regañar a la persona. Sin embargo, debido a que estamos en el calor de la situación, la emoción detrás de ella podría ser la ira. Ese suele ser el caso. Al principio teníamos una supuesta buena motivación, pero en la situación real, nos enojamos. A eso se le llama "motivación contemporánea". Es contemporánea, lo cual significa que surge al mismo tiempo de que en realidad estamos a punto de involucrarnos en la acción y luego realmente nos involucramos en ella.
El impulso, la intención y la emoción acompañante van a continuar porque necesitamos algo que nos lleve a seguir regañando a la persona. Sin embargo, el regaño se ha convertido en gritos. En algún momento, algo tendrá que cambiar. Habrá el impulso de dejar de gritar, de terminar, junto con la motivación de por qué dejaremos de gritar. Es un proceso continuo.
Cuando hablamos de las repercusiones y el resultado kármico de todo eso, podemos ver que, debido a que la motivación y el impulso real son factores separados aquí, pueden tener resultados diferentes. Debido a que estamos gritando palabras duras y demás a la persona, eso podría tener un resultado. Sin embargo, la motivación causal es la compasión, y eso tendrá un tipo de resultado diferente.
Podemos ver con este ejemplo que la motivación para pensar en hacerlo y la motivación con la que realmente lo hacemos podría ser bastante diferente. Es muy importante comprender lo que entendemos por motivación en el budismo. Establecemos nuestra motivación antes de una enseñanza. Eso en realidad significa tanto una intención como una emoción acompañante. La intención es alcanzar la iluminación para ayudar a los demás. La emoción que hay detrás es la compasión. Esta combinación es lo que llamamos motivación en el budismo. A menudo, en Occidente pensamos que la motivación es solo el aspecto emocional.
Para repasar brevemente, con esta explicación, el karma no es la acción. El karma es el factor mental del impulso que nos lleva a la acción. La acción en sí es la secuencia de comportamiento a la que conduce el impulso. Sin embargo, lo que percibimos en el momento en que todo esto está sucediendo no es karma.
No obstante, quizás lo que intentabas preguntar implica algo más. Usamos la palabra "karma" en un sentido muy vago en Occidente, por lo que diríamos que es nuestro karma que vimos tal o cual objeto o que nos encontramos con un accidente o lo que sea. Quizás esto es lo que estás preguntando. Entonces, aquí en Occidente también llamamos al resultado del karma con la misma palabra, "karma".
¿Nuestras experiencias y percepciones son el resultado del karma? Por ejemplo, te veo y te escucho haciendo una pregunta. El hecho de que entraras en la habitación y me hicieras una pregunta no es el resultado de mi karma. No soy responsable de eso. Tú eres responsable de eso. Eso puede sonar extraño, pero mucha gente malinterpreta el karma de esa manera. Piensan que cuando alguien es atropellado por un automóvil, es el karma de la persona lo que hace que alguien lo golpee con el automóvil. No es así. En lo que madura el karma es en que seas tú a quien yo experimento ver entrar en la habitación y hacer una pregunta. Eso es de mi karma. Sin embargo, que tú entres en la habitación y hagas una pregunta, es el resultado de tu karma.
Pero no sobre-exageremos el karma como la causa de lo que sucede. Eso es solo un factor involucrado. También está la causa de que alguien organizó este curso, que alguien construyó este edificio, alguien voló el avión que me trajo aquí y también que alguien inventó el avión. Hay muchas, muchas causas. En el análisis budista, en realidad hay veinte tipos diferentes de causas que están involucradas en lo que sucede.