Aplicación general de los siete modos de conocer

Introducción

Nuestro tema para este fin de semana es “formas de conocer” o lorig en tibetano. Este es un tema muy útil porque aborda cómo conocemos algo, cómo sabemos que lo que conocemos es correcto y cómo sabemos que es decisivo. Afecta mucho la forma en que procedemos en el camino espiritual.

Como todos sabemos por las enseñanzas budistas, todos experimentamos una gran cantidad de sufrimiento. ¿Por qué surge ese sufrimiento? Hay muchos niveles diferentes de sufrimiento y todo esto se debe básicamente a nuestro no darnos cuenta, generalmente llamada nuestra ignorancia. El no darse cuenta se basa en nuestros conceptos erróneos y proyecciones sobre la realidad. Realmente no sabemos ni entendemos lo que está pasando, y si queremos deshacernos de esa confusión, necesitamos tener una comprensión clara de cómo existen realmente las cosas. Tenemos que eliminar todos estos conceptos erróneos y confusión o la llamada ignorancia.

Para eso necesitamos saber si estamos viendo y entendiendo las cosas correctamente. Cuando escuchamos las enseñanzas, ¿cómo las entendemos? ¿Cómo evaluamos que las entendemos? Esto es particularmente relevante para el proceso de intentar lidiar con los demás y ayudarlos. Cuando dicen algo, ¿estamos seguros de que escuchamos bien lo que dijeron y de que entendimos bien lo que dijeron? Todas estas cosas son muy importantes en términos de seguir el camino espiritual y lidiar con los demás. Incluso si no estamos siguiendo un camino espiritual, es importante que en nuestras interacciones diarias con los demás entendamos claramente lo que está pasando.

Mapa budista de la mente

En el análisis budista, como parte del mapa general de la mente o mapa de las emociones, tenemos la presentación de estos modos de conocer. También tenemos un análisis muy detallado de los diferentes tipos de conciencia y factores mentales. Hay una forma muy completa de explicar cómo funciona nuestra mente y cómo lidiamos con la realidad, cómo procesamos la información, etc. También hay otros aspectos, como diferentes tipos de conciencia profunda. Hay muchas facetas diferentes de este mapa de la mente muy complejo, completo y sofisticado.

Me parece sumamente importante poder delinear claramente ese mapa de la mente y poder aprender a leerlo. Cuanto más entendamos esto, más podremos analizar o discriminar correctamente en detalle lo que está pasando en nuestra mente y más podremos corregir y deshacernos de todos los alborotadores que surgen en nuestra percepción de cada momento de nuestra experiencia.

En los estudios budistas, el tema de estos modos de conocer se estudia en el contexto del sistema de principios Sautrántika, uno de los sistemas Hinayana. Viene de los textos de Dignaga y Dharmakirti, grandes filósofos y meditadores budistas indios, obviamente grandes maestros altamente realizados. Cuando estudiamos las diversas enseñanzas budistas, encontramos que se explican diferentes aspectos desde el punto de vista de diferentes sistemas de principios. Por un lado, podemos encontrar eso muy confuso y preguntarnos por qué necesitamos tantos sistemas y tantas complicaciones. Podemos quejarnos amargamente de eso y es cierto que es complicado, pero por otro lado, también es de mucha ayuda.

Para entender algo tan complejo como el funcionamiento de la mente, si tenemos desde el principio la explicación más sofisticada de ella, es posible que no seamos capaces de entenderlo muy claramente o que lo trivialicemos al no conocer el trasfondo. Para evitar eso, lo que es útil es obtener primero una explicación más simple. Esto es particularmente evidente en nuestro estudio de la vacuidad o el vacío. Obtenemos una presentación más simple y luego la refinamos más y más. Lo mismo se aplica a estos modos de conocer. Tenemos una presentación, el Sautrántika, y aunque hay ligeras variaciones a medida que avanzamos en los sistemas de principios sobre eso, necesitamos tener la base del Sautrántika antes de obtener el refinamiento del Prasánguika.

Siete modos de conocer

En este análisis Sautrántika, tenemos siete modos de conocer:

  • Cognición desnuda (mngon-sum)
  • Cognición inferencial (rje-dpag)
  • Cognición subsecuente (bcad-shes)
  • Cognición no determinante (snang-la ma-nges-pa)
  • Suposición (yid-dpyod)
  • Titubeo indeciso (the-tshoms)
  • Cognición distorsionada (log-shes).

Veremos todo esto más adelante en estas conferencias. Esta no es una lista completa, pero es la estándar que se estudia. Pero, en realidad, en la presentación, también se mencionan algunas formas adicionales. Hay diferentes formas de agrupar estos modos de conocer. Lo que puede ser útil antes de entrar en la explicación más específica de cada uno de estos es tener una idea de lo que realmente estamos hablando aquí y cómo lo aplicamos en la vida diaria. Si tenemos una idea de su aplicación y apreciamos que puede ser muy útil y describe nuestra experiencia, entonces nos motivamos un poco más para aprender los detalles al respecto.

Por ejemplo, supongamos que un amigo camina por la calle para encontrarse con nosotros, pero no llevamos las gafas puestas. Miramos calle abajo y ¿qué vemos? Vemos algo borroso en movimiento que viene hacia nosotros, pero nuestra visión está distorsionada porque obviamente no hay algo borroso caminando hacia nosotros. Esa sería una cognición distorsionada. Lo que percibimos en realidad no corresponde con la realidad.

A continuación, nos ponemos las gafas y miramos calle abajo y nuestra cognición visual se vuelve un poco más clara, pero es no determinante para ver quién es. La persona está demasiado lejos. Aunque podemos reconocer que en realidad es una persona allí, es no determinante en cuanto a saber que es nuestro amigo. Es válida en cuanto a que es una persona, pero no es decisivo o determinante que sea nuestro amigo. También podríamos saber que necesitamos esperar a que la persona se acerque para poder reconocer quién es. Eso también sería válido. O bien, podríamos saltar a la conclusión y pensar que es nuestro amigo. Eso podría ser correcto o incorrecto. Realmente no lo sabemos. Esas son dos cosas involucradas aquí.

Eso es muy relevante porque cuando alguien nos está explicando o diciendo algo, lo que suele pasar es que pensamos que es autoevidente lo que realmente quiere decir y no dejamos que termine lo que estaba diciendo. Inmediatamente saltamos a la conclusión de que quiere decir esto o aquello, porque no tenemos la paciencia de escuchar. Entonces, podemos estar completamente equivocados sobre lo que la otra persona estaba diciendo o lo que quería decir. Si tenemos el modo válido de conocer de que debemos esperar hasta que dé toda la información, entonces podemos entender más claramente y eso es más útil. Debemos tener en cuenta que no debemos sacar conclusiones apresuradas y pensar que es autoevidente lo que otros quieren decir, cuando no es seguro.

Por supuesto, debemos usar nuestro juicio porque hay algunas personas que simplemente repiten lo mismo una y otra vez y eso puede volverse bastante tedioso. Cuando es evidente lo que quieren decir, entonces podemos decir que entendemos. Pero, de nuevo, debemos ser capaces de evaluar si realmente entendemos lo que quieren decir o no. ¿Necesitamos hacer otra pregunta cuando una persona explica algo y no está claro? A menudo saltamos a una conclusión basada en lo que explican de forma poco clara. A menudo, tenemos que preguntar y aclarar. Saber que necesitamos pedir más aclaraciones es otro modo válido de conocer. Evaluamos por nosotros mismos que realmente no entendimos. No estaba claro y tenemos que volver a preguntar. Entonces la otra persona puede tener el problema de que piensa que lo que dijo es autoevidente y, si no tiene paciencia para explicarlo de nuevo, se enoja con nosotros.

Esto requiere comunicación entre dos personas, siendo ambas sensibles al hecho de que el significado que alguien tiene en mente puede ser autoevidente o no autoevidente. Cuando no es autoevidente, debemos ser capaces de dar más detalles y explicaciones y no solo decirlo más alto o repetir las mismas palabras. Puede haber muchos malentendidos y problemas en la comunicación entre dos personas debido a esta situación particular.

Ahora, en nuestro ejemplo de ver a alguien caminando por la calle, supongamos que hemos decidido que realmente no podemos saber si es nuestro amigo, y vamos a ser pacientes y esperar hasta que se acerque. Ahora, podemos esperar que sea nuestra amiga y conceptualizar que es ella y proyectar una imagen de ella en nuestra percepción de la mujer que viene por la calle. Pero, esa cognición conceptual, en realidad una proyección de nuestra amiga sobre esta persona, es lo que se llama “cognición aparentemente desnuda” (mngon-sum ji-ltar-ba). Parece como si en realidad la estuviéramos viendo, pero en realidad es una proyección. Como se explicó en la presentación de la cognición conceptual, tenemos la categoría o concepto “mi amiga”, algo así como una caja mental, y encajamos a esta persona que vemos en esta caja “mi amiga” en nuestra mente. Que ella en verdad encaje en la caja o no, realmente no lo sabemos, pero esperamos que así sea.

Ese es un tipo de cognición conceptual que se conoce como “esperanza”: esperamos que sea nuestra amiga. No hay certeza allí y realmente no lo sabemos, por lo que no es un modo válido de conocer. Estamos confundidos, porque nuestra cognición conceptual es engañosa. Se llama “engañosa” porque nos engaña haciéndonos creer con certeza que es nuestra amiga, pero nuestra expectativa puede resultar falsa.

En realidad, experimentamos mucha cognición engañosa. Esperamos que alguien actúe de cierta manera o nos hable de cierta manera. Esperamos que sucedan todo tipo de cosas maravillosas, o cuando estamos realmente preocupados, esperamos que sucedan todo tipo de desastres. Por ejemplo, es seguro que vamos a fracasar y este tipo de cosas. Es importante reconocer estas proyecciones y que no corresponden con la realidad. Tenemos estas cajas mentales, muy abstractas, por supuesto, ya que en realidad no podemos encontrar estas cajas o categorías en nuestra mente, y estamos encajando cosas en estas cajas sin examinar muy claramente si realmente encajan o no.

Supongamos que no solamente esperamos que sea nuestra amiga la que viene, basándonos en la intuición y sin ninguna razón real. Yo lo creo no es una razón válida para esperar por qué algo es cierto. Más bien, inferimos que es nuestra amiga. Pensamos que es ella y estamos convencidos de que no necesitamos esperar a que la persona se acerque para estar seguros. ¿Cómo llegamos a esa conclusión? Basamos nuestra conclusión en el razonamiento de que se suponía que nuestra amiga se encontraría con nosotros en este momento y aquí viene una mujer caminando hacia nosotros. Nuestra amiga es una mujer y ahora es cuando se supone que debe venir; por lo tanto, concluimos que es nuestra amiga.

Sin embargo, el tipo de lógica que se usa aquí es una línea de razonamiento defectuosa, porque no excluye que la persona que vemos sea otra persona. Es una inferencia incorrecta: Vemos a una persona que viene por la calle y es una mujer. Nuestra amiga es una mujer y es la hora en que se supone que debe venir, por lo que inferimos que debe ser ella.

Tenemos todas estas discusiones diferentes y un tratamiento muy sofisticado de la lógica, que va de la mano con estos modos de conocer, porque algunos de los modos de conocer se basan en la lógica. Pero necesitamos analizar si nuestro razonamiento es correcto o no. Si estamos convencidos de que ella es nuestra amiga y no lo es, entonces nuestra inferencia es falsa. Si no estamos muy convencidos y suponemos que es nuestra amiga y lo es, entonces hicimos una buena suposición. Eso es suposición. Podemos hacer una conjetura correcta basada en una línea de razonamiento defectuosa. Hay muchos tipos diferentes de suposición.

La suposición puede incluso estar basada en una línea correcta de razonamiento, pero realmente no la entendemos. Por ejemplo, con la vacuidad, podemos tener la línea de razonamiento correcta, la leemos en el texto y decimos: “Sí, sí, está desprovisto de existencia verdaderamente establecida debido a la línea de razonamiento 'ni uno ni muchos'”, pero realmente no lo entendemos. En ese caso, suponemos que es cierto, y lo es por la razón correcta, pero sin decisión alguna. Esta no es una comprensión válida de la vacuidad, a pesar de que tenemos la línea de razonamiento correcta y podemos, en cierto sentido, recitar el razonamiento.

Otra posibilidad es que estemos indecisos sobre si viene nuestra amiga o alguien más. Mientras ella baja por la calle, titubeamos entre dos conclusiones: ¿es ella o alguien más? ¿Cuál es el resultado de tener este titubeo indeciso? El resultado es que nos hace sentir intranquilos. Nos sentimos inseguros porque no tenemos el control de la situación. Realmente no lo sabemos. No tenemos el control de quién resultará ser esta mujer. Esto es indicativo de por qué, en las enseñanzas budistas, el titubeo indeciso es un engaño raíz. Es un estado mental perturbador realmente problemático.

No estamos hablando solo de indecisión sobre qué vestir hoy o qué elegir de un menú, aunque esto sí nos inquieta, en cualquier caso. No es algo muy cómodo cuando no podemos decidirnos, nos paralizamos. Más significativamente, el estado mental perturbador raíz es cuando estamos indecisos acerca de cuál será el mejor curso de acción para ayudar a los demás, y específicamente cuando estamos indecisos acerca de la realidad. ¿Lo que entiendo acerca de lo que está pasando en mi relación con otra persona es correcto o incorrecto? ¿Mi comprensión sobre quién soy y cómo interactúo con el mundo es correcta o incorrecta? Estos son estados mentales realmente perturbadores cuando simplemente no sabemos y estamos indecisos de un lado a otro. Nos volvemos muy inseguros y, lo que suele pasar, es que nos preocupamos sin control. Usando nuestro ejemplo, no estamos seguros si es nuestra amiga quien camina por la calle. ¿Nos dejó plantados? ¿Acaso ya no nos ama? Hay todo tipo de historias mentales incómodas, llenas de ansiedad y preocupación, que generamos cuando realmente no estamos seguros de lo que está pasando.

Otro ejemplo, ¿qué quiso decir cuando dijo eso? Nuevamente, volvemos a este otro modo válido de conocer, que es saber qué necesitamos preguntar. Necesitamos obtener más información en lugar de quedarnos en la indecisión. Muy a menudo tenemos que hacer eso. Alguien dice algo o no viene cuando se suponía que debía venir y saltamos a la conclusión de que ella ya no me ama o que está realmente enojada conmigo y todo tipo de cosas por el estilo. Entonces, o saltamos a esa conclusión o no lo sabemos. Estamos indecisos. Tal vez fue así o tal vez fue asá y todos nos alteramos, ¿no es cierto? Si conocemos estos modos de conocer, entonces sabemos que este es un estado mental perturbador y no es algo que deseamos. Estamos decididos a liberarnos de eso y por lo tanto preguntaremos qué pasó. Tal vez el autobús se retrasó, tal vez hubo una llamada telefónica importante, tal vez se le olvidó o lo que sea. Esto describe lo que sucede con el titubeo indeciso. 

Análisis inicial

Ahora podríamos empezar a analizar qué es lo que estamos viendo. Nuestra amiga está demasiado lejos para que podamos ver válidamente quién es. ¿Qué estamos viendo? Si analizamos la percepción visual, la percepción visual de un objeto específico ocurre en un solo momento y en el siguiente momento vemos algo ligeramente diferente. La persona indistinta se acerca un poco más. Básicamente estamos viendo formas de colores o podemos decir que vemos píxeles de colores. Vemos un momento de formas coloreadas y luego vemos otro momento de formas coloreadas. ¿Solo estamos viendo formas de colores? Algunas teorías cognitivas dirían que solo vemos formas coloreadas, pero aquí, de acuerdo con la presentación Gelug del sistema Sautrántika, no estamos viendo solo formas coloreadas. En realidad, estamos viendo un objeto completo, el cuerpo de una persona, que el sentido común nos dice que se puede ver, escuchar o sentir si nos damos la mano. Es un objeto de sentido común que dura un cierto período, no solo un segundo. Estamos viendo un ser vivo real que camina por la calle. No son solo formas de colores caminando por la calle.

Eso puede parecer un poco obvio, pero esto entra en toda la discusión de cuando vemos un cuerpo, ¿estamos viendo solo un cuerpo o también estamos viendo a una persona? Tendríamos que decir que no solo lo que vemos es una cosa, un objeto en general, sino que específicamente es algún tipo de cosa. Tampoco es que estemos viendo una nada. No es que estemos viendo una hoja de papel en blanco o algo así; realmente estamos viendo algo. Objetivamente, es un cuerpo y no es solo un cuerpo como un zombi o algo así caminando por la calle. Es una persona viva. Este es el tipo específico de cosa que percibimos. La pregunta es, ¿es un objeto de sentido común solo un concepto proyectado sobre la forma coloreada o los píxeles? O hay algún tipo de realidad convencional que vemos y, de hecho, objetivamente hay objetos convencionales de sentido común. No es que todo el universo exista solo de píxeles de luz.

Esto también se convierte en una pregunta filosófica muy interesante. ¿Qué es en verdad la realidad objetiva? ¿La realidad objetiva es solo átomos y píxeles de luz o hay objetos reales? Esto puede ir muy profundo y se vuelve muy interesante. ¿Hay una envoltura de plástico alrededor de este grupo de átomos que los convierte en un objeto? ¿Dónde está el límite donde deja de ser este objeto y el aire junto a él? El análisis es muy profundo y se basa en la teoría de la percepción.

Si queremos comprender las enseñanzas sobre la vacuidad o la realidad de cómo existen realmente las cosas, debemos unirlas con la teoría de la percepción. De lo contrario, las enseñanzas están incompletas, y realmente no entendemos por qué en un sistema dice que los objetos convencionales son solo conceptualizaciones y, en otro sistema dice que en realidad existe una realidad convencional. Puede parecer que las cosas existen de formas extrañas, pero no podemos negar totalmente la realidad convencional; de lo contrario, se vuelve nihilista y muy difícil justificar la compasión por alguien si la realidad objetiva es solo un montón de átomos y píxeles de luz. ¿Por quién vamos a tener compasión? Hay muchas implicaciones de la teoría de la percepción.

Por eso es muy importante tener un estudio muy amplio de las enseñanzas budistas. Las cosas solo comienzan a tener un sentido más profundo cuando encajamos muchos aspectos diferentes de las enseñanzas. Después de todo, las enseñanzas budistas constituyen un sistema holístico y solo estamos viendo una parte de él. Es como el ejemplo que dio el Buda de varios ciegos tocando un elefante. Uno toca una oreja, uno toca el tronco, uno toca el vientre y uno toca la cola. ¿Están todos tocando al elefante? Sí, habría que decir que todos están tocando al elefante. No solo están tocando una trompa, pero también están tocando una trompa. ¿Cuál es la relación entre tocar una trompa y tocar un elefante? El elefante es todas estas partes. Una vez más, hay muchas cosas que uno puede analizar y que se derivan de eso.

Entonces, volviendo a nuestro ejemplo, en realidad estamos viendo a una persona, una persona de sentido común, una persona que tiene una mente, emociones y sentimientos. No solo estamos viendo formas de colores o píxeles de luz caminando por la calle.

Supongamos que la persona que vemos caminando por la calle en realidad es nuestra amiga, María. Todavía no podemos ver esto porque está demasiado lejos, pero en realidad es María. Cuando realmente la vemos, ¿estamos viendo solo a una persona o también vemos a María? En otras palabras, ¿María es solo una idea conceptual en nuestra cabeza o realmente es María?

Si la persona que vemos no es María, entonces, ¿quién es ella? ¿Es otra persona o es un don nadie que no tiene nombre? Pero en realidad es María. Si le preguntáramos quién es ella, estaría de acuerdo en que es María y también lo estarían todos los demás que la conocen. Objetivamente, tendríamos que decir que es María a quien estamos viendo. Pero cuando está demasiado lejos para que podamos distinguir quién es, no lo sabemos. Sin embargo, estamos viendo a María si realmente es María y no estamos viendo a alguien más o a nadie. Esto tiene que ver con el tema de si hay hechos objetivos. Desde el punto de vista Sautrántika, existe la llamada realidad objetiva.

Una vez que nuestro amigo se acerca lo suficiente para ver válidamente que es María, ¿cómo sabemos que es María? ¿Cómo sabemos? ¿Cómo funciona el reconocimiento? Lo sabemos conceptualmente. “Conceptualmente” significa que conocemos algo a través de una categoría mental que tenemos de esta persona individual en particular. En otras palabras, cada vez que obtenemos información sensorial sobre esta persona, la encajamos en la caja mental de la categoría “María”. Ya sea que la veamos, escuchemos su voz en el teléfono, ya sea que le demos la mano o la abracemos, o cualquier cosa por el estilo. Independientemente de lo que esté haciendo, vistiendo, qué expresión facial esté haciendo o lo que realmente esté diciendo, ubicamos todo eso en la misma categoría, “María”.

Empezamos a apreciar que estas categorías mentales son fijas, como la categoría mental que tenemos de nuestra amiga “María”. Por supuesto, puede haber todo tipo de información y cualidades que asociamos con esa categoría, pero si solo hablamos de la caja mental en sí, es la caja mental de una persona individual que se puede distinguir de otras personas. Lo que luego le agregamos es un nombre. Por ejemplo, podríamos distinguir a una persona en particular que vemos una y otra vez en la caja del supermercado que trabaja allí todo el tiempo, pero no tenemos idea de cómo se llama esa persona. No necesariamente tenemos que tener un nombre asociado con la categoría de una persona individual. Pero, podríamos tener un nombre y, en este caso, es María.

Esa categoría mental es estática, es decir, que no hace nada. La forma más fácil de entenderlo es describirlo como una caja mental. Tenemos toneladas de estas cajas mentales. Podemos llamarlos conceptos, o alguna idea de quién es María, podemos llamarlos preconceptos cuando les asociamos varias cualidades establecidas. Todo depende de cómo usemos estas cajas mentales. Obviamente, no podemos encontrar estas cajas en algún lugar de nuestra cabeza, pero así es como funciona la cognición conceptual. Tenemos cajas mentales, o conceptos, de objetos, palabras y el significado de las palabras.

Consideremos el sonido de la palabra “María”. No importa quién lo diga, con qué voz, o con qué volumen o pronunciación, lo encajamos en esa caja mental del sonido de la misma palabra “María”. ¿Cómo lo sabemos? Estos pueden ser sonidos completamente diferentes: no son exactamente el mismo sonido si hay diferentes volúmenes o voces diciéndolos. La única forma en que podemos reconocer y comprender el lenguaje es porque tenemos estas llamadas "categorías de audio". Estas son cajas de sonidos en las que encajamos muchos sonidos, y luego les asociamos algún tipo de significado. Por supuesto, la caja de significado que asociamos con cualquier caja de sonido puede ser bastante diferente para diferentes personas.

Por ejemplo, lo que yo entiendo de la palabra “amor” y lo que tú entiendes podría ser muy diferente. La distinción entre la caja Me gusta esta persona y Amo a esta persona podría ser muy diferente para diferentes personas. ¿Cómo sabemos que nuestro sentimiento pertenece a la caja de te amo en lugar de simplemente a la caja de en verdad me gustas? Eso se convierte en un tema muy interesante para investigar con respecto a cómo definimos realmente estas cajas mentales y cómo determinamos en qué caja acomodar algo.

Eso es particularmente relevante en términos de nuestras emociones, porque a menudo no son muy claras. ¿Qué estamos sintiendo realmente? También podemos preguntarnos si es realmente útil poner lo que sentimos en una caja mental, y ¿se vuelve real solo si lo acomodamos en una caja? ¿Estamos realmente sintiendo amor si no lo llamamos amor? Queremos que la otra persona diga: "Te amo", para que podamos acomodarlo en la caja de él o ella me ama. Si no lo dice, sentimos que no cuenta, o que su amor no es real. Creemos que el "amor" solo se vuelve real si lo acomodamos en esta caja o el sonido de estas palabras te amo, pero esto es una tontería.

Eso se vuelve muy interesante y nos ayuda a superar la inseguridad obsesiva que nos hace querer que nuestra pareja nos diga “te amo” todos los días. Sentimos que la persona tiene que enviarnos una tarjeta de San Valentín debido a nuestro titubeo indeciso sobre si sus sentimientos hacia nosotros pertenecen a esta o aquella caja mental. A veces tiene que encajar en una caja mental para que quede claro lo que está pasando, pero en otras ocasiones podemos ser demasiado obsesivos con ponerlo en estas cajas mentales y solo si dicen: "Te amo", realmente significa que nos aman. Si no lo dicen, entonces no cuenta o muestra claramente que no nos aman.

¿Cómo identificamos si alguien encaja en una categoría?

La cognición conceptual es muy importante de entender. ¿Cómo sabemos encajar a esta persona que vemos caminando por la calle en nuestra categoría de María? Para hacerlo, necesitamos distinguir algún rasgo característico poco común de la persona que vemos y alguna característica compuesta de la categoría “María”. Esto entra en el factor mental de la distinción (‘du-shes), a veces llamado reconocimiento. ¿Cómo distinguimos a esta persona de aquella persona?

Podríamos entrar en un análisis Prasánguika muy sofisticado y muy interesante de esto. Para ilustrar este punto, a menudo uso el ejemplo de una serie de fotos de nosotros mismos desde que éramos bebés, niños, adolescentes, adultos jóvenes, personas de mediana edad y personas mayores, según la edad que tengamos. ¿Cómo sabemos que todos ellos son “yo”? Todos se ven completamente diferentes. ¿Cuál es la característica definitoria de cada una de estas fotos que hace que sea “yo” y no “tú” o alguien más? Además, no se trata de nadie, es alguien. Debe haber un rasgo característico definitorio individual en todas las fotos que podamos distinguir, aunque es muy difícil especificar qué es. El Sautrántika diría que existe tal característica definitoria y se puede encontrar del lado de todas las personas en las fotos y, por su propio poder, establece que soy "yo". El Prasánguika estaría de acuerdo en que convencionalmente existe tal característica definitoria, de lo contrario no podríamos distinguir correctamente quién es en la foto, pero no se puede encontrar del lado de la persona con el poder de establecer que eso es "yo".

En cualquier caso, volviendo a nuestra discusión sobre ver a María, hay una característica definitoria convencional en la voz de María o en su aspecto, sin importar lo que lleve puesto o la edad que tenga, etc. También existe lo que se llama una "característica compuesta" en la caja mental. Es un compuesto hecho de todos los diferentes momentos en que la hemos visto, una característica general que caracteriza a la caja mental como la caja mental "María" y no la caja mental de otra persona. Luego, emparejamos y embonamos la característica definitoria individual de la persona, María, vemos en la caja que tiene esta característica definitoria compuesta de “María”.

Aquí es donde a menudo cometemos errores en nuestra cognición. Proyectamos cierta caja mental sobre algo que no tiene la característica definitoria para calificarlo como miembro del conjunto de cosas que van dentro de esa caja. Eso sucede todo el tiempo cuando tenemos ideas preconcebidas y conceptos erróneos sobre lo que alguien quiso decir, sobre quién es alguien e incluso cuáles son nuestros sentimientos. Distinguimos lo que sentimos y lo etiquetamos como si encajara en una determinada caja mental, como si las emociones realmente existieran en cajas y ahora sintiéramos una de esta o aquella caja.

Pero las emociones no existen así, ¿verdad? No es que las emociones estén divididas en cajas y de alguna manera ahora lo que estamos sintiendo está en esta caja y luego lo que estamos sintiendo está en esa caja. Experimentamos toda una variedad de emociones diferentes, pero para entenderlas completamente necesitamos encajar este análisis junto con la discusión de cómo existen las cosas.

En cualquier caso, cuando trabajamos con estas categorías o cajas mentales, aprendemos cómo distinguimos una cosa de otra. ¿Cómo sabemos que esta es María? Hay alguna característica definitoria individual que distingo cuando la veo, y la encajo en la caja mental “María”. Inferimos que se trata de María basándonos en la línea de razonamiento de que, si la persona tiene tal o cual rasgo característico no común, encaja en esta caja mental particular con esta característica definitoria compuesta. El razonamiento dice: esta persona tiene esta característica; todas las cosas que tienen esta característica caben en esta caja; no hay cosas con esta característica que no encajen en esta casilla; por lo tanto, esta persona encaja en esta caja mental.

Si pensamos erróneamente que la persona era Susana cuando vimos a María a la distancia, la encajamos en la caja mental de Susana. No la encajamos en la caja mental correcta. Tuvimos una consideración incorrecta. Consideramos que el rasgo característico no común de María era el rasgo característico no común de Susana. Pensamos que esta persona tenía la característica de ser Susana cuando en realidad tenía la característica de ser María. Con base en eso, inferimos incorrectamente que se trata de Susana porque tuvimos la distinción incorrecta de la categoría en la que encaja. Proyectamos conceptualmente a Susana sobre María y esa cognición conceptual fue engañosa.

Hay toda una lista de diferentes tipos de formas engañosas de conocer que nos engañan. En otras palabras, pensamos que es así cuando no lo es. Tal vez era solo que a la distancia se parecía a Susana y eso era incorrecto.

Negación: cómo sabemos que algo es esto y no aquello

Cuando ella se acerca y la conocemos conceptualmente como María y la encajamos en la caja de María, ¿qué sabemos ahora? Sabemos que no es Susana. Pensamos que era Susana, pero no lo es. Negamos que ella sea Susana. ¿Cómo conocemos eso? ¿Cómo lo sabemos? Cuando vemos a una persona y vemos que es María, ¿cómo vemos al mismo tiempo que no es Susana? Esto entra en toda la teoría de los fenómenos de negación y cómo sabemos que algo no es esto sino aquello.

En primer lugar, solo podemos saber que esta no es Susana, si conocimos a Susana antes. Si no conocíamos a Susana antes, no podríamos excluir o negar que sea Susana. Es por eso que en la presentación de Tsongkhapa sobre la vacuidad, hace un gran énfasis en reconocer el objeto a ser negado. Si no podemos reconocer qué es lo que estamos refutando o negando, no podemos refutarlo con precisión. Vuelve a algo implicado por Shantideva, que, si no podemos ver un objetivo, no podemos dispararle una flecha. Puede que tengamos suerte y le lancemos la flecha, pero no vamos a tener una puntería estable. Del mismo modo, necesitamos haber sabido quién es Susana para ver que no es Susana.

Cuando conocemos a María, también conocemos al mismo tiempo “no Susana”, aunque no aparece un espacio en blanco o algún tipo de “no Susana”. Cuando vemos que es María, hemos excluido a cualquiera que no sea María. Ella no es nadie más que María, lo que especifica que en realidad es María. Lo limita, ahí está, María. Nada más que María, nadie más que María y, por supuesto, incluye eliminar que sea Susana.

Vemos a María y estamos realmente convencidos de que esta es María. Esto significa que sabemos que no es nadie más que María. No es que tengamos que conocer absolutamente a todos los demás seres humanos del planeta y excluir a cada uno de ellos, uno por uno, para saber que no es más que María. Si tuviéramos que hacer eso, nunca estaríamos seguros de nada de lo que sabemos. Pero, si queremos estar realmente seguros de que no es Susana, tendríamos que saber que Susana está incluida en este nada más que María.

Cuando adquirimos certeza de la vacuidad, entonces sabemos que la vacuidad no es esta mesa o esta flor, eso es obvio. Pero “nada más que la vacuidad” es demasiado vago, aunque parezca muy específico. Para estar convencidos de que es la vacuidad, necesitamos ser capaces de excluir algunos conceptos erróneos o entendimientos parciales que podamos tener. Estas negaciones pueden ser muy generales, como en que no es nada más que lo que es y excluir todo lo demás. O, además, podríamos excluir algunos tipos muy específicos de visiones erróneas, como las visiones nihilistas y eternalistas.

El tema de la exclusión es un área de estudio muy amplia en la teoría de la cognición budista con respecto a los fenómenos de negación. Se vuelve muy detallado y es muy importante para comprender cómo nos enfocamos en la vacuidad. La vacuidad es la ausencia de algo imposible que no puede existir. ¿Cómo nos enfocamos en eso? Hay formas de entrar en eso. Por ejemplo, pensamos que había leche en el refrigerador. Vamos al frigorífico, miramos dentro y vemos que no hay leche. ¿Qué vemos? Vemos un refrigerador vacío. No vemos “sin leche”, pero sabemos que la ausencia significa que no hay leche porque estábamos buscando leche. Existen estas formas graduales de poder comprender cómo nos enfocamos realmente en la vacuidad. Eso involucra todo el tema de las exclusiones y los fenómenos de negación.

Cognición subsecuente

Un punto final es que cuando reconocemos por primera vez que se trata de María, el primer momento de nuestra cognición inferencial, que es un tipo de cognición conceptual, es nuevo. Pensamos: “Oh, ahí viene María”. Eso es nuevo y muy fuerte. Posteriormente a eso, no estamos pensando: “Oh, esa es María,” cada momento del resto de nuestra interacción. Sabemos que es María, pero es bastante diferente a ese primer momento cuando es nuevo. Lo que experimentamos después de ese reconocimiento inicial de ella se llama cognición subsecuente. Aún es correcto; aún sabemos que es María. No se ha convertido en Susana y no se ha convertido en nadie. Todavía sabemos que es María, pero no es nuevo como ese primer momento inferencial.

Esta es otra forma de conocer y es muy importante reconocer en la meditación cuando nos estamos enfocando en algo como la vacuidad o la compasión. Inicialmente generamos compasión, por ejemplo, siguiendo una línea de razonamiento; por ejemplo, todos han sido nuestras madres y han sido muy amables con nosotros, etc. Llegamos a la compasión y la sentimos con mucha fuerza, pero luego se vuelve débil. Esto se debe a que nuestro estado mental de compasión se ha convertido en cognición subsecuente, no es fresco. Si se vuelve tan débil que en realidad no sentimos nada, entonces necesitamos generarlo nuevamente para obtener una nueva inferencia y una nueva generación de ella. Cuando nos damos cuenta de que estas son dos formas diferentes de tener compasión, una siendo una forma nueva válida y la otra es una forma rancia, como un pedazo de pan rancio, sin ninguna energía detrás, entonces sabemos volver y generarla otra vez. Esa es una instrucción muy importante en la meditación.

Utilidad de los siete modos de conocer en la meditación y la vida diaria

De esta manera, estamos tratando de ilustrar que estas siete formas de conocer no son solo una lista aburrida que encontramos en las enseñanzas budistas y nos preguntamos si realmente necesitamos saber esto y por qué no podemos simplemente sentarnos y meditar. De hecho, esta es una herramienta sumamente útil para poder analizar lo que está pasando en nuestra meditación y poder corregirlo y saber cómo generar un cierto estado mental, como un enfoque correcto en la vacuidad o en la bodichita.

¿Cómo estamos seguros de que estamos meditando en lo correcto? Podríamos pensar que lo estamos haciendo correctamente cuando no es así. Muy a menudo la gente piensa que está meditando sobre la bodichita cuando en realidad está meditando sobre la compasión. No hay nada de malo en meditar en la compasión, pero no es lo mismo que meditar en la bodichita. Es posible que no sepamos en qué se supone que debemos enfocarnos con la bodichita. Esto tiene que ver con todos los factores mentales involucrados en una cognición. ¿A qué se dirige realmente, cómo lo toma la mente, cuáles son todas las piezas involucradas en este estado mental, y cómo conoce realmente su objeto o cómo lo toma o cómo conoce ese objeto? ¿Hay certeza ahí? ¿Es preciso o no? ¿Estamos distinguiendo lo correcto o no? ¿Estamos proyectándolo y colocándolo en una caja y mirándolo a través de una caja -y es la caja correcta- con todo tipo de ideas preconcebidas?

Todas estas cosas están involucradas, pero no solo en la meditación. Están involucrados en todas nuestras interacciones con los demás. Cuando nos sentimos solos o miserables y nos consideramos perdedores, ¿qué estamos distinguiendo en realidad? ¿En qué tipo de caja mental nos estamos metiendo y por qué nos estamos acomodando en esa caja mental? Podríamos habernos colocado en la casilla de "perdedor" y, posteriormente, sentirnos miserables, según la inferencia de la línea de razonamiento: casi no obtuve "me gusta" de algo que publiqué en las redes sociales y no el número que imaginaba, así eso significa que soy un perdedor aburrido. Esa es una lógica defectuosa, ¿no? Como otro ejemplo, nadie nos envió un mensaje de texto hoy, por lo que concluimos que nadie nos ama y así sucesivamente. Esa también es una inferencia defectuosa. Tal vez la batería se agotó en nuestro teléfono, por lo que meramente parece que nadie nos ha enviado un mensaje de texto. Tenemos que revisar y ver qué está pasando.

Particularmente en nuestra comunicación e interacción con los demás, es muy importante reconocer nuestras proyecciones. Necesitamos saber cómo sabemos realmente lo que la otra persona quiere decir cuando dice lo que está diciendo. ¿Estamos asumiendo o proyectando ciertas cosas? ¿Entendemos realmente lo que significan? Necesitamos saber cómo evaluar, cómo saber cuándo necesitamos obtener más información o cuándo tenemos suficiente y solo estamos haciendo preguntas innecesarias, puede ser en cualquiera de ambos sentidos. Esta es una de las importancias de este tema.

Preguntas

Tal vez haya algunas preguntas generales sobre la relevancia de este tema antes de entrar en detalles específicos. Supongo que lo que es importante sacar de todo esto es cuán relevante es tener algún tipo de mapa de la mente y las emociones si realmente vamos a trabajar de manera científica con un enfoque racional para tratar con nuestros estados emocionales. Puede parecer ilógico usar un enfoque racional para lidiar con nuestras emociones, pero si no tenemos un enfoque sistemático, todo es demasiado vago. Va a ser demasiado difícil trabajar con nuestras emociones confiando solo en la intuición y los sentimientos para aclarar lo que está pasando.

Cuando buscamos, digamos, paz mental, esto proviene de muchos factores diferentes. Uno de ellos es que entendemos lo que está pasando en nuestra vida. Si no entendemos lo que está pasando en nosotros mismos y en el mundo, nos falta confianza en nosotros mismos y nos sentimos inseguros. Si nos sentimos inseguros, ciertamente no tenemos paz mental. La claridad mental es muy importante además de los pensamientos amables y todas estas otras cosas. Es por eso que existe este énfasis en la compasión y la sabiduría, estas dos llamadas alas con las que volamos en nuestro desarrollo. La sabiduría comienza con saber cómo funciona nuestra mente y tener una idea clara y las herramientas con las que analizar lo que está pasando en nuestra experiencia de vida momento a momento.

¿Cómo se aplica la discusión de las formas de conocer no solo a la meditación y la vida ordinaria, sino también a la comprensión del Dharma y lo que escuchamos y cómo lo escuchamos?

¿Cómo podemos aplicar esto para comprender correctamente el Dharma? Esto es aplicable en términos de oír o escuchar las enseñanzas, pensar en su significado, así como meditar sobre ellas. Tenemos este triple proceso. Cuando oímos o escuchamos las enseñanzas, ¿cuál es el resultado de eso? El resultado que buscamos es el darse cuenta que discrimina (shes-rab), a menudo llamada sabiduría, que proviene de la escucha. Esto significa que tenemos que estar seguros de que escuchamos las palabras correctamente. Podríamos pensar que alguien dijo algo cuando en realidad no dijo nada. Esto sucede a menudo en una conversación con alguien. Creemos que dijeron, “bla, bla, bla”, pero nuestra memoria es incorrecta. Podríamos confiar en una grabación, pero la grabación también podría ser confusa. El darse cuenta que discrimina que proviene de escuchar distingue correcta y decisivamente los rasgos característicos de los sonidos que escuchamos como los sonidos de estas o aquellas palabras.

Recordemos cómo entendemos el lenguaje. Hay alguna característica definitoria de este sonido que encaja en la caja mental de esta palabra que tiene este significado. Por lo tanto, primero tenemos que estar seguros de que escuchamos las palabras correctamente. Comprobamos: esto implica la percepción desnuda. ¿Tenemos titubeo indeciso? ¿El maestro dijo esto o aquello? Dice esto en un texto, pero en otro texto se traduce de manera diferente. ¿Hablan de lo mismo o de algo diferente? Esto se convierte en un problema importante en el estudio del Dharma en Occidente. Para estar seguros del significado, necesitamos saber qué palabra sánscrita o tibetana se está traduciendo. ¿Están traduciendo la misma palabra o algo diferente? Si no hay un glosario, es realmente difícil. Tenemos ese gran problema con solo escuchar y recibir las palabras reales.

Luego, tenemos que pensar en ellas. Al pensar en ellas obtenemos el darse cuenta que discrimina que proviene de pensar. Para esto, hay dos cosas que queremos obtener. Una es un entendimiento correcto. No es solo que escuchamos las palabras con precisión y decisión, sino que también entendemos el significado con precisión y decisión. Hay otras formas de conocer de las que necesitamos deshacernos, como la comprensión incorrecta, el titubeo indeciso y la suposición de que entendemos cuando no es así. Necesitamos ser decisivos no solo acerca de lo que significan las palabras de las enseñanzas, sino también de que lo que significan es verdad. Podemos entender lo que algo significa, pero pensar que es una completa tontería.

Para evitar concluir que una enseñanza es una completa tontería, necesitamos probarla y ver si tiene sentido en nuestra experiencia. Entonces podemos ser decisivos también sobre si es correcta o incorrecta, útil o no útil. Para eso, necesitamos conocer la aplicación.

Para desarrollar el darse cuenta que discrimina, necesitamos conocer las definiciones de los términos budistas. Los rasgos característicos definitorios de las palabras y los significados son sus definiciones. En tibetano, los rasgos característicos definitorios y la definición son la misma palabra (mtshan-nyid). Es absolutamente esencial cuando escuchamos enseñanzas, especialmente de un maestro que puede definirnos las cosas, obtener la definición.

Por ejemplo, Su Santidad el Dalái Lama dice que es muy importante ser cariñoso, tener calidez, etc. Podríamos pensar que la definición de afecto tiene todo tipo de connotaciones sexuales, pero eso no es en absoluto lo que el Dalái Lama está pensando cuando usa esa palabra. Quiere decir gentil, amable, etc., sin connotación sexual. Así, necesitamos entender las definiciones y preguntar. Suponemos que cierta palabra significa esto o aquello cuando en realidad no significa eso. Gran parte de nuestro malentendido proviene de aspectos así. Por ejemplo, desde nuestros orígenes occidentales, pensamos en términos de categorías mentales como la culpa, que no tienen cabida en el budismo. Las proyectamos sobre los términos budistas. Por ejemplo, me gusta usar los términos "constructivo" y "destructivo" porque no transmiten ningún juicio moral; mientras que "virtuoso" y "no virtuoso" suenan como "bueno" y "malo" y que seríamos condenados y castigados si no somos virtuosos. Eso no es lo que se quiere decir allí. Todo esto está relacionado con el proceso de pensar sobre las enseñanzas del Dharma que hemos escuchado.

Entonces, cuando realmente meditamos, la meditación es para familiarizarnos con un estado mental constructivo y arraigarlo tan profundamente que construimos una nueva vía neuronal para que nuestra mente siempre responda así de manera automática.

Por ejemplo, el Prasánguika distingue dos etapas en la construcción de la vía neural de la compasión. La primera etapa es generar compasión por alguien a través de la inferencia, basada en una línea de razonamiento. Por ejemplo, vemos a alguien borracho en la calle, haciendo una escena terrible, gritando, etc. Para generar compasión, pensamos que en vidas anteriores esta persona ha sido mi madre y ha sido muy amable y demás. Tenemos que esforzarnos para sentir realmente compasión por esta persona. Esa es la compasión elaborada, la etapa inicial para desarrollar la compasión.

La segunda etapa llega cuando esa compasión está tan profundamente arraigada que surge automáticamente, sin necesidad de pasar por alguna línea de razonamiento. Simplemente generamos compasión automáticamente cuando vemos al borracho. Esto es lo que siempre buscamos con todos los estados mentales positivos que se describen en las enseñanzas budistas. Es el objetivo de nuestra meditación. Queremos hacer que esa vía neural sea muy fuerte y debilitar la vieja vía neural lo suficiente como para que el estado mental deseado surja automáticamente sin tener que esforzarse en ello. “No elaborado” (rtsol-med) es el término técnico y, con esto, simplemente entendemos automáticamente la impermanencia, por ejemplo. Automáticamente, comprendemos la vacuidad de una situación y que todas nuestras proyecciones son fantasía y un completo disparate. No tenemos que refutarlos con lógica. La simple rememoración de la impermanencia o la vacuidad nos librará automáticamente de ellos.

Con el tiempo, solo queremos tener un estado mental todo el tiempo, como la bodichita. Ni siquiera necesitamos recordarlo porque está ahí todo el tiempo en nuestra conciencia. Siempre tenemos recordación de la bodichita. Hay dos niveles de recordación. La recordación (dran-pa) es el pegamento mental que evita que olvidemos algo. Nuevamente, necesitamos saber la definición del término. Es la misma palabra que “recordar”. No estamos hablando de recuperar algo de nuestro banco de memoria. No es eso; sino más bien es cuando realmente tenemos algo en mente y no lo perdemos. Está la recordación cuando tenemos que esforzarnos por tener algo en mente. Lo traemos a la mente y luego lo mantenemos con pegamento mental, recordación, para que no perdamos darse cuenta de ello. Luego está la recordación sin esfuerzo donde el estado mental simplemente está ahí. No tenemos que hacerlo nuevo, está ahí automáticamente todo el tiempo. No necesitamos esforzarnos en luchar para mantener la recordación de ello todo el tiempo, porque automáticamente tendremos recordación.

Esa es otra área del mapa mental que necesitamos entender acerca de cómo se unen los factores mentales. Cuando hablamos del estado de vipáshyana, o vipashyana en sánscrito, es cuando somos capaces de saber con increíble detalle lo que está pasando en cualquier situación. No solo tenemos una concentración perfecta, shámata, sino que además tenemos esta increíble agudeza mental que ve todos los detalles sin que sea un revoltijo de cajas mentales con todas las palabras que las acompañan en nuestra cabeza. No necesitamos decir: esto es recordación y esto es este o aquel factor, y demás. Simplemente entendemos. Este es un estado mental increíblemente estimulante. Simplemente vemos todo lo que está sucediendo como si hubiéramos puesto las cosas en un enfoque de alta definición. Si tenemos este estado excepcionalmente perceptivo de vipáshyana, combinado con la fuerza de la compasión, la bodichita, una comprensión correcta de la vacuidad, etc. y, como en el tantra anutarayoga, un estado mental dichoso, entonces tenemos la poderosa herramienta que nos brinda la iluminación. Todos estos diferentes factores trabajan juntos y es muy hermoso.

La otra cosa que queremos evitar -y esto es un gran peligro, que Mara llegue con sus influencias demoníacas- es que quedemos hipnotizados, maravillados o seducidos por la belleza de este esquema. Esta explicación de la mente y las formas de conocer es tan hermosa que nos seduce. Nos fascinamos tanto con todos los detalles que nos quedamos atrapados en ellos y perdemos la agudeza mental. Tenemos que tener cuidado. El sistema y el análisis son fantásticos, pero no exageremos al respecto.

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