Cómo y por qué seguir el camino gradual budista

¿Qué es el lam rim y cómo se derivó de las enseñanzas del Buda?

El camino gradual, lam rim, es una forma de acceder e integrar en nuestra vida las enseñanzas budistas básicas. El Buda vivió hace 2,500 años con una comunidad de monjes, y después con una comunidad de monjas. No sólo enseñó a las comunidades ordenadas, sino que además era invitado con frecuencia a los hogares de diversas personas, en donde impartía una charla después de la comida que le ofrecían.

El Buda siempre enseñó con lo que llamamos “medios hábiles”, lo cual se refiere a su método de enseñar a otros de manera que pudieran entender. Esto era necesario porque había –y, por supuesto, aún hay–muchos niveles diferentes de inteligencia y desarrollo espiritual. Esto condujo a que el Buda enseñara una muy amplia variedad de temas en niveles muy distintos.

Muchos de los seguidores del Buda tenían una memoria admirable. En aquel entonces no se escribía nada y los monjes memorizaban las enseñanzas para que pudieran ser transmitidas de forma oral a las generaciones futuras. Con el tiempo, las enseñanzas fueron escritas y se conocieron como sutras. Siglos después, muchos grandes maestros indios trataron de organizar el material y escribieron comentarios con respecto a todo. En el siglo XI, Atisha, uno de los maestros indios que viajó al Tíbet, creó el prototipo de esta presentación, el lam rim.

El prototipo de Atisha presentó un método a través del cual todos pueden desarrollarse hasta alcanzar el estado de un buda. El hecho de simplemente leer los sutras al azar no necesariamente nos brinda un camino espiritual claro que nos indique por dónde empezar o cómo alcanzar la iluminación. Todo el material está ahí pero no es fácil integrarlo de forma coherente.

Esto es exactamente lo que hace el lam rim al presentar el material en un orden gradual. Después de Atisha, en el Tíbet se escribieron muchas versiones diferentes, más elaboradas. Revisaremos la versión escrita por Tsongkhapa en el siglo XV, que posiblemente constituye la elaboración más grande del material. Una característica sobresaliente del trabajo de Tsongkhapa es que incluye citas de los sutras y de los comentarios indios, así que podemos tener confianza de que se trata de un material sustentado.

Otra característica sobresaliente es que Tsongkhapa provee demostraciones muy elaboradas y lógicas de los diversos puntos, de tal forma que obtengamos una confianza aún mayor en la validez de las enseñanzas, basados en la lógica y la razón. La característica especial de Tsongkhapa fue que, a diferencia de autores previos que solían saltarse los puntos más difíciles, él se enfocó en ellos.

De las cuatro tradiciones budistas tibetanas, lo que se originó con Tsongkhapa se conoce como la tradición “gelugpa”.

¿Cuál es el significado de un camino espiritual y cómo se puede estructurar?

La pregunta realmente es ¿cómo se puede estructurar un camino espiritual? En general, se enseñaron muchos métodos diferentes en la India. Por ejemplo, los métodos para desarrollar la concentración eran comunes en todas las tradiciones indias de la época del Buda; no es algo que él descubrió o inventó. Todos estaban de acuerdo en que era necesario utilizar la concentración en el camino espiritual, para poder ahondar en el desarrollo interno.

Naturalmente, el Buda tenía diferentes explicaciones para entender muchos de los puntos en torno a cómo desarrollarnos a nosotros mismos, pero lo que es realmente específico es su entendimiento de las metas espirituales. El principio central de estas metas espirituales, y lo que se pone en diferentes niveles, es nuestra motivación.

El término dado a esta literatura es lam rim, en donde “lam” se traduce como “camino” y “rim” se refiere a las etapas graduales del mismo. Este camino son los diversos estados mentales que necesitamos desarrollar, en un orden gradual, para alcanzar nuestra meta. Es como cuando viajamos: si queremos viajar por tierra de Rumania a la India, la India es nuestra meta última. Pero, antes que nada, quizás necesitemos pasar por Turquía, Irán y demás, antes de que realmente lleguemos a la India.

La motivación espiritual: darle sentido a nuestra vida

Por lo general, lo que es gradual en el lam rim es nuestra motivación, la cual, de acuerdo con la presentación budista, es un aspecto de dos partes. La motivación está conectada con cierta meta u objetivo que tenemos, más una emoción que nos impulsa para alcanzar esa meta. Más precisamente, tenemos una razón de por qué queremos alcanzar una meta y una emoción que nos impulsa hacia ella.

Esto tiene mucho sentido en términos de nuestra vida cotidiana; también tenemos diversas metas en diferentes etapas de nuestra vida. Por ejemplo, queremos obtener una educación, conocer a un compañero(a) de vida, encontrar un buen trabajo, etc. Puede haber emociones tanto positivas como negativas involucradas en esto, y difiere de persona a persona. En cualquier caso, esta presentación de las motivaciones graduales es algo que aplica a nuestra vida ordinaria.

Lo mismo es cierto en términos de nuestras motivaciones espirituales, que son estados mentales completamente relevantes para nuestra vida diaria. ¿Qué estamos haciendo con nuestra vida? Bueno, está el “nivel mundano”, en el que tenemos nuestra familia, trabajos y demás. Pero ¿qué estamos haciendo en el nivel espiritual? Esto también afecta la forma en que vivimos. Es muy importante que estos dos aspectos de nuestra vida no sean contradictorios o mutuamente excluyentes, sino que, por el contrario, se combinen armoniosamente de alguna manera.

No sólo necesitan ser armoniosos, sino apoyarse mutuamente. Nuestra vida espiritual debería darnos la fortaleza para enfrentar nuestra vida mundana habitual, en tanto que nuestra vida mundana debería proveernos los recursos para poder practicar nuestra vida espiritual. Necesitamos aplicar en nuestra vida cotidiana todo lo que aprendemos a través de las etapas graduales del lam rim.

Convertirnos en una mejor persona

Entonces, ¿qué es lo que hacemos con la práctica budista? La práctica budista en general puede resumirse en pocas palabras. En lenguaje simple, estamos trabajando con nosotros mismos para convertirnos en mejores personas. El término “mejor persona” puede sonar sentencioso, pero en realidad no implica absolutamente ningún juicio; ese no es el punto. Sólo estamos tratando de superar la conducta destructiva y las emociones negativas que todos tenemos algunas veces, como el enojo, la codicia, el egoísmo, etc.

El budismo de ninguna manera es exclusivo en el sentido de ser la única religión o filosofía que tiene este tipo de meta. Encontramos lo mismo en el cristianismo, el islamismo, el judaísmo, el hinduismo, y también en el humanismo. Está en todas partes. Los métodos budistas, como los que encontramos en todas esas otras propuestas, nos pueden ayudar a alcanzar ese tipo de meta al ofrecer una aproximación gradual para ser mejores personas.

Para convertirnos en una “mejor persona” primero desearíamos dejar de actuar de formas destructivas con las que lastimamos a otros. Para ello, tendremos que ejercer cierto autocontrol. En un nivel más profundo, una vez que somos capaces de hacerlo, nos enfocamos en la causa de que actuemos destructivamente: enojo, codicia, apego, celos, odio y demás. Para hacerlo, necesitamos entender cómo surgen esas emociones negativas y cómo funcionan. De esta manera, desarrollamos ciertos tipos de entendimiento que nos ayudan a disminuir o eliminar las emociones perturbadoras.

Después podemos profundizar aún más y trabajar con lo que reamente subyace a todas esas emociones perturbadoras, al reconocer nuestro egoísmo y nuestra forma egocéntrica de pensar sólo en nosotros mismos. Por lo general, pensamos: “siempre tengo que salirme con la mía”. Cuando no se hacen las cosas a nuestro modo, a menudo nos enojamos. Aunque siempre deseamos que todo sea como nosotros queremos, ¿por qué tendría que ser así? No hay absolutamente ninguna razón, más allá de que queremos que así sea. Todos pensamos de la misma forma y no todos podemos estar en lo correcto.

Así pues, poco a poco y de forma gradual, trabajamos hasta el punto en que podemos superar a este alborotador fundamental. Cuando lo analizamos, nuestro egoísmo depende de nuestro concepto del “yo” y de “mí mismo”. En otras palabras, nuestro concepto de cómo existimos está basado en nuestra idea de “yo soy algo especial”, como si cada uno de nosotros fuera el centro del universo, la persona más importante que es independiente de todos los demás. Tenemos que investigar esta percepción porque obviamente hay algo muy equivocado y distorsionado en ella. Hacia allá es precisamente hacia donde apunta el camino gradual.

Niveles progresivos de motivación: el Dharma-light

Los métodos enseñados por el Buda son muy útiles para estas metas. Básicamente, tenemos una razón por la cual desearíamos evitar la conducta destructiva y las emociones negativas, tales como el enojo y el egoísmo. Probablemente esta razón sería que entendemos que actuar bajo su influencia no es agradable y que nos causa problemas a nosotros y a los demás. ¡No queremos esos problemas!

También podemos aproximarnos de forma gradual. Si actuamos de ciertas maneras, eso nos produce problemas y dificultades de manera inmediata. Por ejemplo, si nos involucramos en una gran pelea con alguien y lo lastimamos, podemos acabar heridos o en la cárcel. En un nivel más profundo, también podemos ver las implicaciones a largo plazo de nuestra conducta destructiva, porque también queremos evitar problemas en el futuro y no sólo ahora. Al desarrollar aún más este aspecto, también desearíamos evitar conflictos y problemas a nuestra familia, seres queridos, amigos y sociedad. Todo esto está contenido dentro de los límites de esta vida. Para ir más allá, podríamos pensar en términos aún más abarcadores, como no querer causar dificultades a las generaciones futuras, como en el caso del calentamiento global.

Con todas estas motivaciones, no es que renunciemos a las anteriores cuando desarrollamos nuevas; en lugar de ello, se suman unas a otras. Este es el principio general del camino gradual. Todo lo que se ha descrito anteriormente es lo que yo llamo “Dharma-light”. Presenta las enseñanzas budistas, el “Dharma”, sólo en términos de esta vida, sin mencionar el renacimiento. Inventé los términos “Dharma-light” y “Dharma verdadero” haciendo un paralelismo con la Coca Cola light y la Coca Cola real, con azúcar.

Darle al renacimiento el beneficio de la duda mientras nos enfocamos en mejorar esta vida

Dharma” es una palabra sánscrita que se refiere a las enseñanzas del Buda. “Light” no se refiere a que haya algo malo en ellas, sino sólo a que no es la versión real, la fuerte. La presentación del lam rim que encontramos en las tradiciones tibetanas es la presentación real, pero es posible que al inicio sea demasiado para muchos de nosotros. La principal razón de ello es que asume por completo que creemos plenamente en el renacimiento, y todos los temas son presentados bajo la premisa de que el renacimiento existe. Desde este punto de vista, empezamos a trabajar para evitar los problemas y mejorar nuestras vidas futuras.

Si no creyéramos en las vidas futuras, ¿cómo podríamos ser sinceros en nuestra motivación para mejorarlas? Sencillamente no es posible. Cuando tenemos preguntas acerca de la idea de vidas pasadas y futuras, cuando no estamos convencidos de ellas o ni siquiera las entendemos, necesitamos empezar por el Dharma-light. Necesitamos ser honestos con nosotros mismos en términos de cuál es realmente el objetivo de nuestra práctica espiritual.

Probablemente la mayoría de nosotros tenemos el objetivo de mejorar un poco esta vida y esa es una aspiración completamente válida. Es un paso inicial y muy necesario. Sin embargo, cuando estamos en este nivel de Dharma-light es importante reconocer que es Dharma-light y no Dharma verdadero. Al confundir estos dos tipos de Dharma, reducimos el budismo meramente a otra forma de terapia o autoayuda. Eso es bastante limitado y no es justo con el budismo.

También necesitamos reconocer si ni siquiera entendemos a qué se refiere el Dharma verdadero, ya no digamos creer que sea verdad. En tal caso, es importante tener una mente abierta y pensar: “no estoy seguro de que lo que dicen acerca de las vidas futuras y la liberación sea correcto, pero ahora mismo trabajaré en el nivel del Dharma-light. Conforme me desarrolle, estudie y medite más, quizás entenderé más acerca del Dharma verdadero”. Esta es una aproximación perfectamente válida y sensata, basada en el respeto al Buda y la convicción de que no enseñó cosas sin sentido.

También podemos reconocer que algunas de las ideas que tenemos sobre las vidas futuras y la liberación pueden ser totalmente incorrectas, y que el budismo tampoco aceptaría esas definiciones o explicaciones preconcebidas. Tal vez lo que pensamos que algo significa o lo que encontramos ridículo, el Buda también lo encontraría ridículo porque es un entendimiento completamente incorrecto. Por ejemplo, el Buda tampoco aceptaría que somos como un alma con alas que sale volando de un cuerpo y entra a otro. De igual forma, rechazaría la idea de que podemos convertirnos en dios todopoderoso.

Las ventajas de pensar en términos del renacimiento sin principio

La mayoría de los métodos presentados en este camino gradual pueden explicarse tanto en términos del Dharma-light como del Dharma verdadero. Sin embargo, existen algunos métodos que realmente sí dependen de entender las vidas futuras. Por ejemplo, para ser capaces de desarrollar amor igualitario hacia todos, uno de los métodos es reconocer que todos han tenido renacimientos sin principio y que existe un número finito de seres. Desde este punto de partida, se deduce de manera lógica que, en cierto punto u otro, todos los seres han sido nuestra madre y también la madre de todos los demás. Nosotros también hemos sido la madre de todos los demás seres. Podríamos presentar pruebas matemáticas de esta lógica: ningún principio pero un número finito de seres. Si hubiera tanto tiempo infinito como cantidad infinita de seres, no podríamos probar que funciona de esta manera.

Obviamente, es un tema con el que resulta muy difícil relacionarnos, especialmente si nunca antes pensamos en términos de renacimientos previos infinitos. Sobre la base del renacimiento infinito, podemos pensar en términos del amor maternal que todos los seres nos han mostrado, apreciándolo y deseando ser amables y amorosos como retribución. Hay todo un desarrollo basado en este entendimiento. Dentro de este proceso nos damos cuenta de que el hecho de que una persona u otra sea nuestra madre es sólo una cuestión de tiempo. Aunque no hayamos visto a nuestra madre en diez minutos, diez días o diez años, sigue siendo nuestra madre. De manera similar, si no la hemos visto en diez vidas, sigue siendo nuestra madre. Esta es una forma de pensar que puede ser muy útil si realmente creemos en el renacimiento. Sin este entendimiento, es sólo algo absurdo.

Esto aplica especialmente cuando pensamos en los mosquitos y no sólo en las personas. Este mosquito fue nuestra madre en una vida previa, porque el renacimiento puede tener lugar en cualquier forma que tenga actividad mental. También existe una versión de este punto en el Dharma-light, en la que vemos cómo cualquier persona podría llevarnos a casa, cuidarnos y alimentarnos. Todos son capaces de hacer eso; cuando viajamos, con frecuencia nos encontramos con personas totalmente desconocidas que pueden ser muy amables y hospitalarias con nosotros. Sin importar si se trata de un hombre o una mujer, todos pueden actuar como una madre hacia nosotros. Cuando los niños son mayores también pueden ayudar a cuidarnos. Esto puede ser muy útil, incluso si es un poco limitado porque es difícil pensar que un mosquito podría llevarnos a casa y cuidarnos como nuestra madre.

Eso ilustra un poco cómo se pueden aplicar los métodos en los niveles de Dharma-light y Dharma verdadero. Ambos son muy útiles a su manera, pero la versión Dharma-light es limitada. El Dharma verdadero abre un universo de posibilidades mucho mayor. Sin importar qué nivel utilicemos, el punto principal es aplicarlo en la vida diaria. Cuando estamos atrapados en el tráfico o esperando en una larga fila y nos enojamos o impacientamos con los demás, podemos verlos como si fueran nuestra madre. Podemos pensar que lo fueron en una vida pasada o que lo son en esta vida, y eso nos ayudará a calmar nuestro enojo y nos devolverá la paciencia. Si nuestra madre realmente estuviera delante de nosotros en la fila, seguramente no nos importaría que la atendieran primero. De hecho, probablemente estaríamos muy felices de que así fuera. Así podemos tratar de aplicar estos entendimientos. No se supone que desarrollemos estados mentales de amor sólo cuando estemos sentados en nuestro cojín de meditación, sino que lo hagamos en nuestra vida cotidiana.

La meditación como método para trabajar con nosotros mismos

Cuando se describe el proceso del Dharma como el hecho de trabajar con nosotros mismos, a esto es a lo que se refiere. Cuando meditamos en una atmósfera silenciosa y controlada en nuestra habitación, estamos practicando la generación de esos entendimientos y estados mentales más positivos. Utilizamos nuestra imaginación para pensar acerca de otras personas y desarrollar actitudes constructivas hacia ellas. A pesar de que no se trata en absoluto de un método tradicional, me parece que es perfectamente válido ver fotografías de personas en nuestra meditación. Los antiguos maestros no contaban con fotografías hace 2,500 años, y me parece que no hay problema en adaptar nuestra tecnología moderna a este proceso.

Una vez que hemos desarrollado suficiente familiaridad con cierto estado mental positivo, tratamos de aplicarlo en nuestra vida cotidiana; ese es todo el propósito. Tener pensamientos amorosos sólo cuando estamos sentados en el cojín, pero después enojarnos con nuestra familia y colegas no es el resultado esperado. Así que nunca debemos considerar nuestra práctica de la meditación como un escape de la vida, tan sólo para pasar unos minutos tranquilizándonos un poco. También se trata de un escape si nos fugamos mentalmente a una tierra fantasiosa y pensamos todo tipo de cosas increíbles. La práctica de la meditación debe ser bastante diferente; nos estamos entrenando para ser capaces de lidiar con los problemas de la vida.

Es un trabajo duro, no debemos engañarnos ni dejarnos engañar por la publicidad al pensar que será rápido y fácil. No es fácil superar el egoísmo y las demás emociones destructivas porque están basadas en hábitos sumamente profundos. La única forma de superarlas es cambiando nuestras actitudes hacia las cosas y deshaciéndonos de la confusión que subyace a nuestros estados mentales destructivos.

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Resumen

La práctica del budismo puede separarse en Dharma-light y Dharma verdadero. Con el Dharma-light queremos mejorar la calidad de esta vida, equipándonos con las herramientas mentales para poder lidiar mejor con los problemas que se nos presentan. No hay absolutamente nada de malo en el Dharma-light pero, al igual que la Coca Cola light, nunca será tan deliciosa como la verdadera.

Tradicionalmente, las enseñanzas del lam rim no hacen referencia a ninguna de las ideas que hemos discutido en términos del Dharma-light, porque asume la creencia en las vidas pasadas y futuras. Aún así, desear mejorar nuestra vida y convertirnos en mejores personas es un primer paso necesario en el camino de practicar el Dharma verdadero.

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