Suposición, titubeo indeciso y cognición distorsionada

Otros idiomas

Repaso

Hemos cubierto dos modos válidos de conocer:

  • Cognición desnuda nueva, decisiva y precisa: cognición no conceptual de fenómenos obvios como los objetos que aparecen.
  • Cognición inferencial: cognición conceptual de fenómenos oscuros y extremadamente oscuros apoyándose en una línea de razonamiento válida.

Después de la cognición desnuda o la cognición inferencial vienen fases de cognición subsecuente y, excepto después de la cognición desnuda yóguica, la cognición no determinante.

Suposición

El siguiente modo de conocer es la suposición, una forma no válida de conocer que toma a su objeto correctamente y lo conoce conceptualmente de manera nueva. Esto es básicamente una conjetura correcta. Como la cognición inferencial, llega de forma nueva a una conclusión correcta, pero sin comprenderla realmente o sin saber correctamente por qué es verdadera. Por tanto, lo que tiene de malo la suposición es que es no determinante y, por tanto, no es un modo válido de conocer. Asumimos que algo es correcto, pero realmente no sabemos por qué. 

La suposición es cuando llegamos a una conclusión correcta. También podemos llegar a una conclusión incorrecta, pero ese no es técnicamente este modo de conocer. Esa sería simplemente una cognición inferencial incorrecta.

Cinco tipos de suposición

Hay cinco tipos de suposición.

  • Suponer que lo que es verdad lo es sin ninguna razón – por ejemplo, concluir correctamente que en el hemisferio norte los días se acortan en el invierno, pero no saber por qué es así. Básicamente, es una buena suposición, como cuando no recordamos el nombre de alguien, pero hacemos la suposición correcta.
  • Suponer que lo que es verdad lo es por una razón contradictoria, por ejemplo, concluir que los días se acortan en el invierno en el hemisferio norte porque está inclinado hacia el sol durante ese período. Esa es una razón contradictoria, pero llegamos a la conclusión correcta de todos modos.
  • Suponer lo que ha de ser así por una razón no determinante, por ejemplo, concluir que los días se acortan en el invierno en el hemisferio norte porque la tierra gira alrededor del sol. Llegamos a la conclusión correcta, pero el hecho de que la tierra gire alrededor del sol no prueba que los días sean más cortos en invierno en el hemisferio norte.
  • Suponer que lo que es verdad lo es por una razón irrelevante, por ejemplo, concluir que los días se acortan en invierno en el hemisferio norte porque los días son más fríos. Esto sucede muy a menudo en el desarrollo del nuevo sitio web. Hago una afirmación y la razón por la que hago esa afirmación es porque “creo que sí”. Por ejemplo, “la gente está interesada en un artículo en particular porque así lo creo” es una razón no determinante. Porque “me gusta” también es una razón irrelevante. Para llegar a esa conclusión, debemos hacerlo con base en una razón correcta.
  • Suponer que algo es cierto por una razón correcta, pero sin ninguna decisión: con nuestro ejemplo, concluimos que los días se acortan en el invierno en el hemisferio norte porque está inclinado lejos del sol durante ese período. Confiamos en esta razón correcta, pero no entendemos cómo eso afecta la duración del día. Podría pensar que la gente estará interesada en un artículo porque más personas buscan esto en Google, pero realmente no entendemos cómo funciona o qué diferencia hace. Llegamos a la conclusión correcta por la razón correcta, pero no entendemos.

Todo esto es muy relevante para nuestra comprensión de la vacuidad o cualquier punto del Dharma. Sabemos cuál se supone que es la respuesta correcta, e incluso podemos saber cuál es la razón correcta de por qué ciertas cosas son así, pero en realidad no lo entendemos. Suponemos que es cierto. Ese es un paso muy necesario en el proceso de aprendizaje. Damos algo que se llama el “beneficio de la duda”. Suponemos que es verdad y luego vemos lo que sigue de eso. Si lo que sigue de eso tiene sentido y ayuda a reducir el sufrimiento, entonces asumimos que debe ser correcto.

Esto se aplica al renacimiento, por ejemplo. Es muy difícil entender el renacimiento correctamente. Hay cierta lógica en esto en términos de causa y efecto en el sentido de que cualquier fenómeno que cambia de un momento a otro no puede provenir de la nada o provenir de una causa irrelevante, por lo que nuestro continuo mental debe ser parte de una continuidad que se extiende a lo largo de vidas pasadas sin principio, pero realmente no lo entendemos. Sin embargo, suponemos que es cierto y trabajamos con ello. 

El conocimiento obtenido de la suposición es inestable. Cuando leemos o escuchamos algún hecho y simplemente lo aceptamos acríticamente por fe sin examinarlo para entender cómo es verdad, por lo general no podemos recordarlo. 

Tratemos de reconocer en nuestra propia experiencia cuando hemos conocido algo por suposición. Es hacer una suposición correcta, una buena suposición. 

[pausa] 

A menudo hacemos una suposición incorrecta. Por ejemplo, suponemos que si compramos este artículo en la tienda funcionará: si compramos esta computadora funcionará. ¿Por qué suponemos eso? Creemos que es porque se vendió en esta tienda. Eso no significa nada, ¿verdad? Eso no prueba que vaya a funcionar, ¿cierto? Esto se debe a que tienen una buena campaña publicitaria, pero eso tampoco lo prueba. Pero suponemos que funcionará, ¿acaso no la compramos? Pero, ¿cuántos de nosotros entendemos realmente cómo funciona una computadora? No muchos, en absoluto.

Suposición versus esperanza

La suposición es una forma muy frecuente de conocer algo. Necesitamos diferenciarla de la esperanza. Por ejemplo, suponemos que este alimento no nos enfermará. Pero esto también se mezcla con la esperanza; esperamos que no nos enferme. La esperanza implica el deseo de que algo sea cierto o sea el caso, mientras que la suposición no implica ningún deseo. Suponemos que un lugar va a ser un buen restaurante y puede resultar bueno, pero nuestras razones para suponer eso no son concluyentes. Suponemos que estará bien porque la última vez que comimos allí estuvo bien. ¿Es esa una razón determinante? El hecho de que fuera bueno la última vez no garantiza que lo sea esta vez, ¿verdad? Si resulta ser bueno esta vez, entonces fue una buena suposición. Pero no hay manera de estar seguro de eso o garantizar eso.

Es lo mismo en términos de nuestra interacción con alguien. Vamos a una fiesta o vamos a encontrarnos con nuestro amigo y suponemos que será una linda experiencia. Pero, como digo, esto se puede mezclar con la esperanza de que será una linda experiencia.

Suposición y probabilidad

¿Acaso suponer no tiene que ver con probabilidades?

Esto es bastante complejo. Recientemente leí un artículo sobre física que decía que, incluso si hay un 95% de probabilidad de que algo funcione, sin embargo, en cualquier momento, en realidad funciona o no funciona. En cualquier momento específico, "tal vez esté funcionando" nunca ocurre. Eso pone en duda si una probabilidad es solo una forma de hacer una buena conjetura. ¿Es la probabilidad realmente descriptiva de lo que ocurre? ¿Qué entendemos por lo que ocurre? ¿Nos referimos a lo que ocurre en un momento específico o lo que ocurre durante un período?

En realidad, la probabilidad se mide por la cantidad de veces que hacemos algo. Básicamente, si decimos que este dispositivo funcionará el 95% de las veces, es porque el producto ha sido probado, digamos, cien veces y cinco veces no funcionó. Es una especie de azar basado en cosas que se han hecho y luego decimos que existe la probabilidad.

Sí; podemos hablar de un dispositivo y si fallará. Lo más probable es que la batería dure seis horas, o algo así. Pero el artículo que leí hablaba de apuestas en las que tiras los dados y de la probabilidad de que salgan dos seises. El solo hecho de que haya aparecido o no una cierta cantidad de veces en el pasado no necesariamente afectará el lanzamiento de los dados esta vez. Aparecerá o no aparecerá. 

Pero en general, la probabilidad se usa para explicar causa y efecto. La mayoría de las veces, cuando hacemos algo, se puede medir y podemos saber que la mayoría de las veces esto es lo que sucede. Pero siempre puede haber excepciones cuando no sucederá. Por ejemplo, consideremos el caso de ver un cisne en Europa, ¿cuál es la probabilidad de que el cisne que veamos sea blanco? La mayoría de los cisnes que vemos en realidad son blancos, pero los cisnes negros existen en Australia, por lo que existe la posibilidad de que veamos un cisne negro. La probabilidad describe la causalidad, que hay un resultado probable que seguirá, como ver un cisne. Por supuesto, puede haber una excepción. La probabilidad no lo describe todo, como al tirar los dados. Por lo tanto, la probabilidad se puede usar para ayudarnos a hacer una buena suposición, una suposición correcta.

La probabilidad se usa mucho en la profesión médica.

Cierto, hay cierta probabilidad de que lo que tenga este paciente sea esta enfermedad. Entonces, el médico supone que es esta enfermedad. Con la suposición basada en la probabilidad, podemos estar bastante seguros, pero no 100% seguros. Esto es lo que hace que la suposición no sea un modo válido de conocer.

La suposición de que podemos alcanzar la iluminación

Todo el tema de la decisión es un tema muy complejo en realidad. ¿Cuán decididos estamos realmente de que podemos alcanzar la iluminación? Eso se convierte en un gran problema en términos de anhelar la iluminación o la liberación. En primer lugar, ¿qué tan convencidos estamos de que es posible? Entonces, ¿qué tan convencidos estamos de que podemos lograrlo? Suponemos que podemos lograrlo y tal vez eso sea correcto, pero es posible que realmente no entendamos por qué. Incluso si podemos recitar la razón correcta -debido a la naturaleza búdica- es posible que no tengamos idea de lo que eso realmente significa o cómo lo prueba. Pero, usamos esto todo el tiempo, ¿no? Necesitamos cuestionarnos cómo sabemos que podemos alcanzar la iluminación. Estamos suponiendo básicamente que es verdad y cuando realmente no estamos 100% decididos al respecto, corremos el peligro de no creerlo en algún momento y darnos por vencidos.

¿Qué hay de ver a los grandes maestros del pasado que han alcanzado la iluminación? Si lo lograron, entonces probablemente yo también podré lograrlo.

Pero, ¿cómo sabemos que han alcanzado la iluminación? ¿Cuál es nuestra forma válida de saber que lo lograron? En el budismo dicen que, solo si hemos alcanzado un determinado nivel nosotros mismos, podemos tener certeza de que alguien más lo ha alcanzado. Si no lo hemos alcanzado nosotros mismos, no estamos en condiciones de saberlo correcta y válidamente. Podemos suponer que alguien ha alcanzado la iluminación, por ejemplo, el Buda, pero en realidad no lo sabemos con certeza porque no sabemos por nuestra propia experiencia qué es la iluminación.

Usamos la inferencia.

Correcto. Usamos la inferencia para conocer algo extremadamente oscuro que no podríamos conocer por nosotros mismos. Basándonos en otras cosas que el Buda dijo que podemos verificar por nosotros mismos, como que la comprensión de la vacuidad nos libera del sufrimiento, y también basándonos en el hecho de que la única motivación del Buda era la compasión para aliviar el sufrimiento de los demás, podemos inferir que el Buda no tenía motivos para mentir y, por lo tanto, es una fuente válida de información sobre su propia iluminación.

Pero, ¿qué pasa con nuestro propio logro de la iluminación? El hecho de que el Buda lo haya logrado, ¿prueba eso que nosotros también lo lograremos? ¿Es nuestro logro de la iluminación una función de probabilidad? ¿Acaso hay un 95% de posibilidades de que podamos alcanzar la iluminación? Desde el punto de vista budista, todo el mundo puede alcanzar la iluminación, incluso el gusano. Shantideva dice eso. Donde entraría la probabilidad es con respecto a si podemos alcanzarla en esta vida. Entonces hay una función de probabilidad; pero que inevitablemente podamos lograrlo es un tema diferente. 

Esta se convierte en una pregunta muy interesante. La escuela Samkhya de filosofía india no budista afirma que inevitablemente todos se liberarán. El budismo no dice eso. El budismo dice que todo el mundo puede iluminarse, pero eso no garantiza que todo el mundo lo logre, incluso dado un tiempo infinito. Cuando la gente pregunta qué sucede cuando todos se han iluminado, ¿entonces qué? Eso es irrelevante, porque en el budismo en realidad nadie ha dicho que todos alcanzarán la iluminación.

¿Incluso si el tiempo es infinito?

Sí. Debido a que el tiempo es infinito, se deduce que no solo hemos desarrollado la bodichita y tomado los votos del bodisatva un número infinito de veces, sino que también hemos renunciado a los votos un número infinito de veces. Para alcanzar la iluminación, necesitamos por primera vez no renunciar a la bodichita ni a los votos del bodisatva. En otras palabras, necesitamos tomar los votos de la bodichita por primera vez sin renunciar a ellos. Es por eso que prometemos no renunciar a la bodichita incluso a costa de nuestra vida. 

No abandonar la bodichita requiere una enorme cantidad de esfuerzo y práctica, trabajando para acumular fuerza positiva durante tres tropecientos eones y nunca abandonar nuestra bodichita. Muy pocos realmente han hecho esto, y no implica que todos lograrán no abandonar la bodichita en un período de tres tropecientos eones. Por lo tanto, no hay garantía de que todos alcancen la iluminación, incluso si el tiempo es infinito. 

Pero no nos desviemos mucho más. Para repetir, tenemos suposición, una conjetura correcta por una razón incorrecta o una razón correcta que no entendemos. La probabilidad es, sin duda, una buena conjetura si vamos a basar nuestra decisión en la probabilidad.

Titubeo indeciso

El titubeo indeciso, el siguiente modo de conocer, es un factor mental que puede acompañar la cognición conceptual de algún objeto y se pregunta por dos conclusiones acerca de ese objeto. En otras palabras, vacila o titubea entre dos categorías a través de las cuales conoce a su objeto. ¿Este objeto encaja en esta caja mental o en aquella caja mental en términos de la conclusión que hacemos? Siempre es conceptual. Hay tres tipos:

  • Titubeo indeciso inclinado hacia el hecho o la conclusión correcta.
  • Titubeo indeciso no inclinado hacia los hechos, que tiende hacia la conclusión incorrecta.
  • Titubeo indeciso que se equilibra uniformemente entre las dos conclusiones.

Pienso que la función de probabilidad también entra aquí. Por ejemplo, supongamos que no sabemos con 100% de certeza que algo que hacemos o sugerimos va a producir el resultado deseado, pero estamos 95% seguros. Por lo tanto, podemos suponer que resultará como esperamos, y si es así, lo pensamos con suposición. O podemos pensar que saldrá como queremos, pero reconocemos que hay un 5% de posibilidades de que no funcione, por lo que también consideramos qué podría pasar si no funciona. Eso sería titubeo indeciso. No podemos ser muy firmes en cuanto a en qué caja va a encajar. 

El titubeo indeciso es un factor mental perturbador. ¿Por qué es un factor mental perturbador? Volvemos a la definición de emoción o actitud perturbadora. La definición es que es un factor mental que, cuando surge, hace que perdamos la paz mental y el autocontrol. Cuando tenemos titubeo indeciso, cuando no estamos seguros de si algo es así o asá, ciertamente no tenemos paz mental, ¿verdad? Perdemos el autocontrol en el sentido de que no sabemos qué hacer o qué elegir. Es un estado mental muy inseguro cuando no tenemos certeza: ¿es esto o es aquello? 

A menudo, para salir de ese estado, saltamos a una conclusión. Eso es suposición si es una conclusión correcta o es simplemente una inferencia incorrecta cuando saltamos a la conclusión equivocada. Podemos observar esto bastante en nosotros mismos. Vamos a restaurantes y leemos el menú y no podemos decidir qué comer. No podemos decidir qué ponernos hoy. Algunas personas tienen esta indecisión con más fuerza que otras. Alguien que es un buen oficial del ejército o capitán de un barco tiene que ser capaz de tomar decisiones muy rápidamente y con mucha decisión. Si no podemos tomar decisiones, no podemos ser líderes ni estar a cargo porque, en última instancia, tenemos que tomar las decisiones.

Tomar decisiones

La toma de decisiones es difícil y, en nuestro caso, si estamos siguiendo el camino budista con la decisión de tomar refugio o tomar los votos de bodisatva, este tipo de cosas, ¿cómo decidimos? Es una pregunta interesante. ¿Cómo podemos ser decisivos de que esto es lo que queremos hacer y que va a ser beneficioso para mí? ¿Qué forma de conocer tendríamos para eso?

Podríamos convencernos basándonos en la evidencia.

Sí, pero al principio supondríamos que nuestra decisión de que algo será útil es correcta. Podría estar mezclado con esperanza, en el sentido de que esperamos que sea de ayuda, y suponemos que lo será. Llegamos a esa conclusión solo porque nuestro gurú nos lo dijo y nuestro gurú es una fuente válida de información, o porque el Buda dijo que sería bueno. Podríamos basar nuestra conclusión en evidencia adicional para corroborar lo que dijo el Buda. Podríamos ver el ejemplo de otras personas que han seguido un curso de acción budista, por ejemplo, al convertirse en monje o monja se volvieron más felices; pero eso no es determinante. El hecho de que otras personas se hayan vuelto monásticas y hayan sido felices, no garantiza que nos vaya a funcionar, ¿o sí?

Otra forma de decidir esto es por exclusión.

Ese es un muy buen punto. No tuvimos éxito de otras maneras, así que intentamos con esta. Eso es esperanza. Es muy interesante saber si hemos excluido todas las posibilidades que no sean esta, siguiendo el budismo. Tal vez había algo que ni siquiera sabíamos. Ni siquiera sé si la gente sigue viendo televisión, y tal vez este sea un ejemplo obsoleto, pero en la televisión por cable en Estados Unidos hay alrededor de mil canales diferentes que podemos ver. Podríamos optar por ver uno, porque miramos cincuenta y todos eran bastante aburridos y horribles, pero parece que este va a ser bueno. Entonces, decidimos verlo, pero tal vez había otro canal que ni siquiera vimos y era mejor. Del mismo modo, tal vez haya otra tradición entre las tribus del Amazonas que no conocemos y tal vez sea mejor para nosotros que el budismo. 

Por lo tanto, es muy difícil cuando basamos nuestra decisión en una exclusión. Este es un modo de conocer que no se cubre en la lista estándar. Se cubre cuando profundizamos mucho más en el tema del fenómeno de la negación. Sabemos algo al excluir otras cosas. Sabemos lo que nos gusta excluyendo lo que no nos gusta. Pero, ¿hemos excluido todas las demás posibilidades, y cómo podemos estar seguros de que hemos excluido todas las demás posibilidades? Eso es difícil. Todo se reduce a la suposición. Suponemos que hemos probado suficientes posibilidades y, por lo tanto, no tenemos que probar más. 

Es como cuando vamos de compras. ¿A cuántas tiendas tenemos que ir para llegar a la decisión de que esta es la mejor para comprar algo que queremos? No hemos buscado en todas las tiendas ni nos hemos probado todas las camisetas para saber que esta es la que queremos, pero hemos excluido algunas de ellas. ¿Cuánto tenemos que excluir activamente? Por ejemplo, la última vez que fuimos a esa tienda, no encontramos algo que nos gustara, así que ni siquiera consideraremos ir allí ahora. Suponemos, con base en la evidencia pasada, que tampoco van a tener nada que nos guste ahora. ¿Cuál es la falla en esa línea de razonamiento? Se basa en no darse cuenta de que su stock cambia y el tipo de ropa que tienen en su tienda cambiará y no es la misma selección que tenían la última vez. 

Pero, examinamos nuestras razones y luego tomamos nuestra decisión de a qué tienda ir a comprar una camisa nueva en función de la probabilidad. Probablemente esa tienda no tendrá nada que nos guste, así que ni siquiera buscaremos allí. O tal vez podamos darle una oportunidad, pero luego tenemos que ver qué otros factores afectan nuestra decisión de intentarlo. Puede ser que no tengamos tiempo para ir de compras y probar todas las tiendas. Solo tenemos nuestro descanso para almorzar, por ejemplo. Entonces tomamos la decisión. Solo iremos a esta tienda; no tenemos tiempo para comparar precios, lo que encontremos allí será lo suficientemente bueno. 

Es muy interesante cómo tomamos decisiones y cuál es el modo válido de conocer que nos ayuda a ser decisivos. Por supuesto, lo que realmente complica las cosas es si entra el factor mental del arrepentimiento: si solo hubiera ido a esta otra tienda, habría encontrado algo mejor. El arrepentimiento es un gran obstáculo para la concentración y la paz mental. No somos capaces de concentrarnos porque nos arrepentimos de no haber hecho cosas que deberíamos haber hecho antes. Deberíamos haber comenzado este retiro en un momento diferente. Deberíamos haber ido con un maestro diferente. Deberíamos haber conseguido un mejor cojín. Deberíamos tener lo que sea; todos estos arrepentimientos y en realidad no podemos concentrarnos. Es un gran obstáculo. 

Una vez que hemos tomado una decisión, ¿podemos cambiar de opinión? Algunas decisiones las podemos cambiar, como que decidamos mudarnos a un nuevo apartamento y resulte terrible. Tenemos vecinos ruidosos; no nos dimos cuenta de que ponen música techno a todo volumen a altas horas de la noche. No lo sabíamos porque solo veíamos el apartamento durante el día, no teníamos pruebas suficientes. En tales casos, podemos cambiar de apartamento y mudarnos a otro lugar. Otras veces no podemos cambiar la decisión que hemos tomado. Por ejemplo, terminamos una relación con alguien y esa persona sigue con su vida, encuentra otra pareja y no podemos regresar. 

Todo este tema de la toma de decisiones acerca de si algo es la mejor decisión y demás es muy complicado, ¿no es así? Ser indeciso puede causarnos mucha perturbación mental y divagaciones mentales sobre si tomamos la decisión correcta. Por eso es tan importante la convicción, especialmente en términos de seguir un camino espiritual. Cuanto más fuerte sea nuestra convicción y más racional sea, no solo basada en alguna razón irracional de por qué estamos haciendo algo, nos brinda una mayor probabilidad de éxito debido a la confianza en lo que estamos haciendo. Me parece que es por eso que la primera de las siete joyas de los aryas es la convicción.

La confianza en uno mismo es muy importante, por supuesto, en los deportes. Asimismo, la confianza en uno mismo en la práctica del Dharma también es muy importante, no solo la confianza en que podemos lograr el resultado, sino antes de eso, la confianza en uno mismo en cuanto a tomar la decisión correcta de seguir este camino.

Cognición distorsionada

El último modo de conocer en esta lista de siete es la cognición distorsionada. La cognición distorsionada es un modo de conocer que toma su objeto incorrectamente. Hay dos tipos:

  • Cognición distorsionada conceptual
  • Cognición distorsionada no conceptual.

Cognición distorsionada conceptual

La cognición distorsionada conceptual es una cognición que está engañada con respecto a su objeto conceptualmente implicado (zhen-yul). Un objeto conceptualmente implicado es uno de los muchos tipos diferentes de objetos cognitivos. Las cogniciones conceptuales son cogniciones a través de la intermediación de una categoría estática. Junto con la categoría hay una apariencia que representa esa categoría. El ejemplo clásico es la cognición conceptual de la existencia verdaderamente establecida de algo, por ejemplo, “yo”. La cognición ocurre a través de la intermediación de la categoría "existencia verdaderamente establecida" y a esa categoría la acompaña algún tipo de sentimiento que representa lo que imaginamos que es la existencia verdaderamente establecida: un sentimiento de que "yo" existo como una entidad sólida, como si estuviera envuelto en plástico, y cuya existencia se establece por sí misma, independientemente de cualquier otra cosa. Así es como nos percibimos a nosotros mismos y creemos que nuestra existencia de hecho está verdaderamente establecida en esta forma en que aparece y parece. El objeto conceptualmente implicado sería “yo” como persona, cuya existencia está realmente establecida en la forma en que me parece.

La cognición conceptual es engañosa con respecto a esa implicación, porque lo que imaginamos y creemos que es verdad no corresponde con la realidad. Por ejemplo, puede ser que imaginemos y creamos que hay un monstruo debajo de la cama. Eso obviamente está distorsionado: lo que imaginamos no corresponde con la realidad. La cognición conceptual distorsionada, entonces, es engañosa porque cree que el objeto conceptualmente implicado corresponde con la realidad. Entonces, si concebimos que está verdaderamente establecido que “yo” existo como un alma inmutable que entra en mi cuerpo, habla en mi cabeza, presiona los botones de control para hacer que el cuerpo haga cosas y luego sale volando a la muerte y habita otro cuerpo: el objeto conceptualmente implicado sería "yo" existiendo como un alma real con esas características. Eso está distorsionado.

Cognición distorsionada no conceptual

La cognición distorsionada no conceptual es engañosa con respecto al objeto que toma que, sin embargo, aparece claramente ante ella. Ese sería el ejemplo de algo borroso. Vemos claramente algo borroso cuando nos quitamos las gafas, pero eso es engañoso. No hay algo borroso al otro lado de la habitación. Nuestra cognición es engañosa con respecto al objeto que toma y que se le aparece claramente.

La posición Sautrántika sobre cómo establecer o dar cuenta del hecho de que algo existe

La cognición distorsionada más significativa se refiere a cómo existen las cosas. Recordemos, discutimos dos naturalezas esenciales, qué es algo y cómo existe. Cómo existe es una forma muy general de hablar de esta segunda naturaleza esencial. Realmente estamos hablando de cómo explicamos el hecho de que algo existe. ¿Cómo sabemos que algo existe? El Sautrántika diría, porque funciona. Sabemos, por ejemplo, que esta cosa existe porque si la golpeamos, hace ruido. Hace algo y eso prueba que existe. Si miramos debajo de la cama para encontrar al monstruo, no podemos verlo y no podemos probar que existe. No podemos dar cuenta del hecho de que existe. Si lo vemos, eso explica el hecho de que existe. 

Estamos discutiendo cómo explicamos o establecemos que algo existe. Esto es realmente de lo que se trata toda la discusión en términos de lo que generalmente se llama "cómo existe algo". Aquí es donde tenemos la distorsión todo el tiempo. Pensamos que hay algo dentro de un objeto que, por su propio poder, ya sea que lo veamos o no, establece o explica el hecho de que existe. Eso no corresponde a la realidad, pero el análisis posterior se vuelve muy sofisticado y complejo. Entonces, dejémoslo así.

Recuento de los siete modos de conocer

Estos son los siete modos de conocer. Recordemos que son: cognición desnuda, cognición inferencial, cognición subsecuente, cognición no determinante, suposición, titubeo indeciso y cognición distorsionada. Obviamente, lleva un tiempo familiarizarse con este marco conceptual para poder analizar lo que está pasando.

Explicación de imputación, etiquetado mental y designación

Mencionaste que era importante distinguir entre tres nociones que eran las mismas palabras en tibetano y sánscrito. Estos fueron la imputación, el etiquetado mental y la designación. ¿Por qué son la misma palabra en los idiomas originales?

Imputación

Para entender por qué los tres son llamados con la misma palabra, debemos tener claras las diferencias entre imputación, etiquetado mental y designación. Desde el punto de vista Sautrántika, una imputación es una entidad objetiva (rang-mtshan). Si la cognición de uno fuera opcional, entonces las imputaciones solo podrían conocerse conceptualmente; en otras palabras, solo podrían conocerse cuando pensamos que están presentes. Pero, dado que podemos conocer las imputaciones tanto conceptual como no conceptualmente, conocerlas no es opcional. Por ejemplo, una persona es una entidad objetiva que podemos ver y pensar. Están los agregados que están cambiando de un momento a otro: el cuerpo, la mente, las emociones y todas las demás piezas diferentes, y están cambiando de un momento a otro. Una persona es una imputación objetiva sobre todos ellos y puede verse cuando vemos lo visible de su cuerpo. O la edad es una imputación objetiva sobre algo que dura a lo largo de un período de muchos momentos. Esta es la duración de algo. Esta es una imputación. Otro ejemplo es la velocidad. Algo está aquí y luego allí y luego allí y luego allí. Por tanto, el movimiento y la velocidad son imputaciones; una persona es ese tipo de imputación.

Etiquetado mental

El etiquetado mental tiene que ver con la cognición conceptual y las categorías. Etiquetamos mentalmente una categoría sobre algo que encaja en esta categoría. Eso es conceptual; y es cómo pensamos en algo, cómo lo conceptualizamos. Eso es etiquetado mental. Eso es opcional: no tenemos que hacer eso.

Designación

La designación es dar un nombre o una palabra a una categoría y, a través de la categoría, designar los elementos individuales de esa categoría.

La característica común de los tres

La imputación, el etiquetado mental y la designación, entonces, son tres procesos cognitivos claramente diferentes. Lo que tienen en común es:

  • Cada uno implica una base para la imputación, o para el etiquetado mental, o para la designación (gdags-gzhi).
  • Lo que se imputa, etiqueta mentalmente o designa sobre su base no es idéntico a esa base.
  • La base para la imputación, la etiqueta mental o la designación está desprovisto de tener de su lado la característica definitoria de la imputación, la etiqueta mental o la designación.

Además, como enfatiza la presentación Prasánguika, el etiquetado mental con categorías y la designación con palabras también tienen en común:

  • Un objeto referente (btags-chos) –algo a lo que se refiere la etiqueta mental o designación– que no es idéntico a la etiqueta mental, designación o base. 
  • La base para la etiqueta mental o designación está desprovista de tener de su lado la característica definitoria de aquello a lo que se refiere la etiqueta o designación mental.
  • La vacuidad (ausencia total) de una “cosa” referente autoestablecida (btags-don) como soporte focal (dmigs-rten) para el objeto referente del etiquetado mental o designación.

Solo podemos dar cuenta de la existencia de cualquier cosa válidamente conocible en términos del etiquetado mental con categorías o designación con palabras. ¿Qué es un perro? Un perro es a lo que se refiere la palabra "perro" sobre la base de todos estos animales diferentes. Eso es lo que es un perro. No podemos encontrar algo del lado de ninguno de estos animales que los convierta en perros. 

Un maravilloso ejemplo es cuando presentamos un conjunto de imágenes de nosotros mismos que abarcan toda nuestra vida. ¿Qué cosa en cada una de ellas nos hace “yo”? Realmente no podemos encontrar algo del lado de cada una de estas imágenes que haga que sean todas mías por su propio poder. Además, “yo” no es el concepto “yo” o la palabra “yo”, es a lo que se refiere la palabra sobre la base de todas estas imágenes. El “yo”, entonces, es como una ilusión. Parece ser algo sólido, pero de cierto modo está entre la palabra, la categoría y el artículo. 

La misma palabra que se usa para el etiquetado mental y la designación también se usa para la imputación porque cada uno de estos tres implica los llamados fenómenos "conocibles de forma imputada" o "existentes de forma imputada" (btags- yod): un tipo de fenómeno que requiere una base y que no puede existir ni ser conocido independientemente de su base. 

El problema es que, cuando aprendemos que el etiquetado mental y la designación ocurren solo en la cognición conceptual, pensamos incorrectamente que las imputaciones como las de la identidad, "yo", también ocurren solo en la cognición conceptual. Eso lleva al error de pensar que las personas, incluidos nosotros mismos, son solo conceptos y, en realidad, los demás y yo no existimos. Entonces, caemos en el extremo del nihilismo. Por eso hago una distinción en la terminología.

¿Puede dar un ejemplo para ilustrar el etiquetado mental o la designación con el ejemplo de una persona?

Miro esas formas de colores de allí. Estas formas coloreadas no son solo formas coloreadas, son parte de la imputación "un objeto visual completo, algo visible que veo". Otra imputación sobre lo visible es un cuerpo, un objeto de sentido común completo que abarca, no solo información visual, sino también información de los otros sentidos. Sin embargo, otra imputación sobre el cuerpo es una persona, que abarca no solo un cuerpo, sino también una mente, emociones, etc. Un objeto visual completo, un cuerpo y una persona son todos imputaciones sobre una base. Todas son entidades objetivas, para usar la distinción Sautrántika. 

Pero, ¿cómo explico el hecho de que hay una persona? Desde el punto de vista Prasánguika, el hecho de que vea algo no prueba ni establece que lo que veo corresponda a la realidad, porque también veo cada objeto como autoestablecido y verdaderamente existente. Con la cognición distorsionada, también veo algo borroso. 

Entonces, ¿cómo explico el hecho de que hay una persona allí? Tenemos un concepto o categoría “persona” y tenemos esta palabra “persona”. La única forma en que podemos explicar el hecho de que hay una persona es que el concepto “persona” y la palabra “persona” se refieren a algo sobre la base de estas formas coloreadas: se refieren a una persona convencional. Podemos confirmar que este etiquetado mental y designación son correctos por tres hechos:

  • Todo el mundo concuerda en la convención de que hay personas en este mundo.
  • Otros que ven o miran válidamente estas formas de colores también estarían de acuerdo en que están viendo a una persona; no estamos imaginando totalmente algo inexistente y totalmente conceptual, como una forma imposible de existir.
  • Incluso un ser altamente realizado, un arya, estaría de acuerdo en que es una persona.

Hablamos de cómo damos cuenta de la existencia de algo. No podemos dar cuenta de la existencia de algo simplemente por el hecho de que podemos verlo o que puede realizar una función. Esto se debe a que lo que percibimos es engañoso. El hecho de que veamos algo no prueba que lo que vemos se refiera a algo “objetivo” que otros también pueden ver. Cuando escudriñamos, no podemos encontrar personas o incluso objetos completos que existan solo en nuestra mente y tampoco podemos encontrar que existan en sus partes. Pero el hecho es que tenemos estos conceptos y estas palabras para las cosas y se refieren a algo; así es como podemos explicar convencionalmente el hecho de que existen estas cosas. 

Convencionalmente, sin embargo, todo aparece engañosamente ante nuestra mente limitada como autoestablecido y verdaderamente existente. Pero el hecho de que la forma en que los objetos parecen existir sea falsa no prueba que los objetos convencionales en sí mismos sean falsos. El hecho de que haya una ausencia total, una vacuidad, de cualquier cosa que corresponda al modo de existencia que las cosas parecen tener, no significa que haya una ausencia total de cualquier objeto convencionalmente existente. Este es un punto que Tsongkhapa enfatiza una y otra vez. 

No podemos encontrar a una persona en estas formas de colores, ni podemos encontrar una persona en nuestro concepto de persona o en la palabra "persona". Pero el concepto y la palabra se refieren a algo. Eso es lo que significa dar cuenta de algo meramente por el etiquetado mental. De hecho, hay una persona que estamos viendo allí. Una persona existe convencionalmente, pero ¿cómo podemos saber que es una persona? Esa es la pregunta. ¿Cómo sabemos que hay una persona allí? 

Es porque hay una convención, y la gente está de acuerdo en que existen cosas como las personas. No estamos hablando de unicornios. Existe esa convención de "personas" y aquellos que son conocedores válidos (aquellos que ven cosas válidamente y no aquellos con astigmatismo que ven borroso), todos estarían de acuerdo en que es una persona. Tampoco es contradicho por la cognición válida de la verdad más profunda. Si pensamos que es realmente establecido o verdaderamente existente, eso sería contradicho por lo que vería un arya. No, no es una persona verdaderamente existente, autoestablecida desde su propio lado. 

Por lo tanto, solo podemos dar cuenta de la existencia de cualquier cosa mediante el etiquetado mental y la designación, los cuales son desde el lado de la mente. Es por eso que el Chitamatra es muy útil como paso preliminar. Nos enseña que la apariencia de cualquier cosa solo puede establecerse con relación a la mente ante la que aparece. Entonces, el Prasánguika dice que la forma en que existe cualquier cosa y cómo explicamos su existencia solo puede establecerse con relación a la mente, específicamente en términos de cognición conceptual. Eso no significa que un Buda tenga cognición conceptual. Es simplemente ¿cómo explicamos el hecho de que hay cosas convencionales? Es porque pensamos en estas categorías y se refieren a algo. Sobre esa base somos capaces de funcionar. 

Obviamente es complejo y profundo, pero pienso que muy útil, diferenciar la imputación, el etiquetado mental y la designación.

¿Cuál es un ejemplo de designación?

Designación es aplicar una palabra, un conjunto arbitrario de sonidos que, por convención, un grupo de personas ha acordado que tiene un determinado significado y es una palabra. Con un sonido que coincidimos es una palabra y tiene un significado, la designación se produce cuando los aplicamos a una categoría. Al aplicar una palabra y un significado a una categoría como "perros", luego lo aplicamos a cualquier cosa que encaje en la categoría, como ese animal de ahí; eso es un perro. Tenemos que tener un concepto de lo que es un perro y una palabra que se refiera a él y una definición para conocerlo como perro. La característica definitoria también se acuerda como una convención. 

¿Qué es el amor? ¿Qué es que alguien nos guste y qué es amar a alguien? Estas son emociones. Alguien inventó la diferencia entre cuál es la definición de gustar de alguien y cuál es la definición de amar a alguien. ¿Cómo sabemos la frontera entre gustar de alguien y amar a alguien, y que ahora lo que sentimos ha cruzado esa frontera? Encontramos en el diccionario que esto es lo que significa gustar y esto es lo que significa amar, pero ¿dónde está la realidad de eso? Las características definitorias son convenciones; están en el diccionario y hemos acordado estas convenciones y hemos acordado que se refieren a algo. Podemos distinguir qué emociones estamos sintiendo, pero cómo las clasificamos y cómo las llamamos es solo en términos de categorías, convenciones. 

Aun así, la categoría se refiere a algo. No es que no sintamos nada. Estamos sintiendo amor u odio, pero todo el espectro de emociones no existe en cajas. Aquí está la caja del odio y aquí la caja del amor y aquí la caja del gusto. Lo engañoso de pensar en términos de categorías es que parece como si las cosas realmente existieran en cajas. Pero no hay nada que se pueda encontrar del lado de los objetos que tenga el poder de encajarlos en cajas. Aunque lo que encaja en cualquier caja tiene la característica definitoria convencional que lo califica para encajar en esa caja, incluso esa característica definitoria es designada conceptualmente como lo que lo califica, pero también solo por convención. Sin embargo, no debemos desdeñar las categorías, el etiquetado mental y la designación solo porque son conceptuales. Son totalmente necesarios para que podamos dar sentido a lo que experimentamos y comunicarnos entre nosotros.

Top