La primera enseñanza de Dharma del Buda
Cuando el Buda alcanzó la iluminación en Bodhgaya hace más de 2,500 años, primero estaba indeciso de enseñar el Dharma, pues temía que pudiera ser demasiado profundo y difícil de entender, o que las personas, encantadas con los gozos mundanos, simplemente no estarían interesadas. En los primeros textos, se dice que Brahma, el creador del universo, apareció ante el Buda y le solicitó que enseñara el Dharma para beneficiar a los seres, dado que ciertamente había algunos que también serían capaces de alcanzar la iluminación. Con esto, el Buda dio su primera enseñanza del Dharma en el Parque del Venado sobre las cuatro verdades nobles, que conforman la estructura de todo el camino budista, y que aún son la base de todas las tradiciones budistas en el mundo actual.
La primera verdad noble que el Buda enseñó es que la vida siempre es insatisfactoria. Sin importar cuán felices nos sintamos en un momento dado, ese estado de felicidad es inestable y temporal. Esto es universal – todos experimentamos esto en nuestra vida. Cualquier felicidad que tengamos no dura para siempre y puede cambiar a infelicidad en cualquier momento. La segunda verdad es que nuestra felicidad realmente no proviene de fuera de nosotros, sino de nuestro propio apego a obtener lo que queremos y, por encima de todo, nuestro no darnos cuenta de cómo todo realmente existe. La tercera verdad establece que es posible liberarnos de todo el sufrimiento y los problemas, y la cuarta señala un camino que, si lo seguimos, puede ayudarnos a alcanzar la liberación de todos los problemas para siempre.
Las enseñanzas del Buda están dirigidas a eliminar el sufrimiento
En la época del Buda, todas las enseñanzas del Buda eran dadas de forma oral y memorizadas. Fueron transmitidas de esta forma a muchas generaciones antes de ser recopiladas en manuscritos. Hoy en día, tenemos cientos y cientos de sutras, textos con reglas para los seguidores ordenados del Buda y discursos filosóficos, que juntos forman lo que se conoce como el Tripitaka, o las Tres Canastas. De acuerdo con la tradición, algunas veces se dice que, en total, el Buda dio 84,000 enseñanzas del Dharma, que ayudan a superar nuestras 84,000 emociones perturbadoras. Aunque este número puede ser arbitrario, es una forma de mostrar simplemente cómo son muchos los problemas, frustraciones y tipos de sufrimiento que tenemos que soportar, y el amplio abanico de enseñanzas que el Buda dio para contrarrestarlos todos.
De hecho, todas las enseñanzas del Buda tienen que ver con superar el sufrimiento. El Buda no estaba interesado en la especulación metafísica, e incluso se rehusó a responder algunas preguntas en torno al yo y al universo porque contemplar esos temas no nos acerca nada a la liberación. El Buda observó la condición humana, vio que todos sufrimos y encontró una solución para esto. Esa es la razón por la que a menudo el Buda es comparado con un doctor, y las enseñanzas del Dharma son comparadas con la medicina. Esta medicina del Dharma nos ayuda a resolver todos nuestros problemas, de una vez por todas.
Si bien hay tres joyas de refugio – el Buda, el Dharma y la Sangha – el Dharma es el verdadero refugio. Si bien los budas enseñan el Dharma, no pueden eliminar milagrosamente nuestro sufrimiento solo chasqueando sus dedos. Y, si bien la Sangha puede proveernos apoyo y aliento, no pueden forzarnos a practicar el Dharma. Tenemos realmente que estudiar e involucrarnos en el Dharma por nosotros mismos: esa es la única forma de salir del sufrimiento. En efecto, nosotros somos nuestros propios salvadores.
Las cualidades del Dharma
El Dharma tiene innumerables cualidades, pero podemos decir que las principales son:
- El Dharma se ajusta a muchas disposiciones diferentes y variadas. Aunque el budismo ha asumido muchas formas notablemente distintas en lugares como Tailandia, Tíbet, Sri Lanka, Japón y demás, todas las tradiciones contienen las enseñanzas budistas centrales y están dirigidas a alcanzar la liberación.
- El Dharma se basa en la lógica. Nos pide que observemos de forma realista a nuestra mente y a todo lo que experimentamos. No es dogmático en el sentido de que no nos exige que creamos en un dios o dioses, sino que nos pide que cuestionemos todo con lógica. Su Santidad el Dalái Lama ha estado trabajando con científicos desde hace muchos años para analizar conceptos budistas clave tales como la conciencia y la mente, y tanto los budistas como los científicos están aprendiendo los unos de los otros.
- El Dharma no está dirigido hacia un solo problema, está dirigido a la raíz de todos los problemas. Si tuviéramos un fuerte dolor de cabeza todos los días sin falla, tomaríamos una aspirina. Por supuesto, eso ayudaría por un tiempo, pero los dolores de cabeza volverían. Si hubiera una pastilla que nos diera un alivio permanente de los dolores de cabeza, con toda seguridad la tomaríamos. El Dharma es así, dado que brinda alivio permanente no solo de los dolores de cabeza, sino de todos los problemas y sufrimientos.
Resumen
El Buda es como un doctor muy hábil que diagnostica nuestro sufrimiento y nos da la mejor medicina, el Dharma. Pero depende de nosotros tomar esa medicina o involucrarnos en la práctica del Dharma. Nadie puede obligarnos a hacerlo, pero cuando vemos realmente los beneficios y la paz mental que el Dharma produce y cómo realmente ayuda a eliminar todos nuestros problemas, frustraciones y sufrimiento, gozosamente practicaremos el Dharma para beneficiarnos tanto a nosotros mismos como a los demás.