La importancia de la autocompasión

04:09
Image%201%20%283%29

La autocompasión es una piedra angular en la práctica budista, sin embargo, a menudo es malentendida o ignorada en nuestra vida cotidiana. A muchos de nosotros se nos enseña a ser amables y compasivos con los demás, pero batallamos para extender esa misma amabilidad hacia nosotros mismos. En el budismo, la autocompasión no es solo un acto de bondad, sino una base necesaria para el crecimiento espiritual y el bienestar. 

Si alguien que baja por un río desbordado y de corrientes rápidas, es arrastrado por la corriente, ¿cómo podría él o ella ayudar a otros a cruzar? – El Buda

¿Qué es la autocompasión?

En esencia, la autocompasión implica tratarnos a nosotros mismos con el mismo cuidado, interés y comprensión que ofreceríamos a un querido amigo. A menudo nos parece relativamente fácil ofrecer una escucha sin juicios a nuestros amigos y sus problemas, pero cuando se trata de nosotros mismos, sentimos que no merecemos lo mismo. La autocompasión significa reconocer nuestras imperfecciones, fallas y luchas, sin juzgarnos duramente. En lugar de criticarnos por nuestros defectos, nos ofrecemos aceptación y comprensión. Este enfoque compasivo no se trata de ser autoindulgentes o poner excusas, sino de reconocer los inevitables desafíos que todos –incluidos nosotros – enfrentamos.

¿Por qué la autocompasión es importante en el budismo?

La compasión empieza con nosotros

Generalmente, podemos decir que la compasión verdadera por los demás inicia con la compasión por nosotros mismos. Si somos duros y críticos con nosotros mismos, imaginen lo desafiante que es ampliar esa compasión genuina hacia los demás. Al practicar la autocompasión, cultivamos una actitud amable y gentil que naturalmente irradia hacia afuera, ayudándonos a conectar con los demás de forma aún más empática.

Promueve la sanación emocional

La vida está llena de altibajos y la forma en que respondemos a nuestro propio sufrimiento hace una diferencia significativa en nuestro propio bienestar. La autocompasión brinda un bálsamo reconfortante en momentos difíciles. Nos permite estar abiertos a nuestro dolor sin estar abrumados por él, ayudándonos a recuperarnos de los reveses con mayor facilidad. 

Reduce el diálogo interno negativo

Muchos de nosotros tenemos un crítico interno que nos juzga y menosprecia. Para algunas personas, ¡este crítico interno nunca se calla! Quizás no parezca la gran cosa, pero este diálogo interno negativo puede ser increíblemente dañino, conduciendo a sentimientos de inadecuación o baja autoestima. Al practicar la autocompasión, por ejemplo, al reconocer nuestra “naturaleza búdica”, el hecho de que todos tenemos la habilidad de convertirnos en budas, podemos silenciar a este crítico interno y reemplazar los juicios duros por pensamientos de apoyo y ánimo. Este cambio no solo mejora nuestra salud mental, sino que también construye dentro de nuestra mente una autoimagen más positiva.

Promueve el crecimiento personal

Algunas personas piensan que la autocompasión es ser autoindulgentes, esto es, que solo nos cuidamos a nosotros mismos, evitando la responsabilidad por nuestros errores o ignorando nuestras fallas. Por el contrario, en realidad brinda un espacio seguro para reconocer nuestros errores e imperfecciones. Es solo entonces cuando realmente podemos aprender y crecer a partir de ellos. Si bien algunas personas podrían sentirse beneficiadas por la dura autocrítica, para la mayoría de nosotros es más probable que un enfoque de amabilidad y comprensión nos conduzca a mejoras personales.

Cómo practicar la autocompasión

Reconocer tu sufrimiento

Lo primero que necesitamos hacer al practicar la autocompasión es simplemente reconocer que estamos sufriendo. Esto puede sonar muy directo, pero puede ser desafiante admitir que estamos batallando, especialmente cuando sentimos que siempre deberíamos ser fuertes o tener el control. Así que, primero que nada, date oportunidad de reconocer tu dolor, tanto mental como físico, sin juicios. 

Trátate con amabilidad

Imagina cómo responderías a un amigo cercano que esté pasando por un momento difícil. ¿Qué palabras usarías? ¿Cómo ofrecerías apoyo? Ahora, trata de extender esa misma amabilidad y comprensión a ti mismo. Háblate con amabilidad, con palabras de apoyo, y ofrécete el consuelo que necesitas. 

Reconoce tu humanidad compartida

Recuerden que todos experimentan sufrimiento; no existe nadie que jamás haya cometido errores. Es parte de ser humanos. Al reconocer que no estás solo en tus luchas te puedes sentir más conectado con los demás y menos aislado en tus experiencias. 

Practica la conciencia con atención plena

Permanece presente con tus emociones sin dejarte arrastrar por ellas. Observa tus sentimientos y pensamientos con curiosidad y apertura, dejándolos ser, sin tratar de cambiarlos o reprimirlos. Este enfoque de atención plena te ayuda a mantenerte firme y desarrollar paz interior. 

Conclusión

La autocompasión no es solo un lujo ni una ocurrencia tardía en la práctica budista; es un elemento esencial de la vida compasiva. Al cultivar la autocompasión, creamos una base sólida para nuestro propio bienestar y nuestra habilidad para estar ahí para los demás. Recuerden, ser amables con ustedes mismos no es ser egoístas; es un paso vital hacia una vida más compasiva, presente y satisfactoria. Así, tomen un momento ahora mismo para recorrer estos puntos y ofrézcanse la compasión que merecen. 

Top