Introducción e historia
Debo aclarar, antes de empezar, que no soy médico así que, por favor, no me hagan preguntas sobre sus enfermedades. He estudiado un poco acerca de la medicina tibetana y me he tratado con medicina tibetana durante años, por lo que sólo puedo explicar algo sobre su teoría.
La medicina tibetana tiene una larga historia. En principio ya existía una tradición médica nativa en Tibet y con la conformación del imperio tibetano en el siglo VI de la era moderna, los emperadores invitaron a doctores tanto de la India como de China, así como de Persia y de las áreas romanas de Asia Central. Más tarde, hacia el final del siglo VIII se a invitaron a otros doctores de estas mismas regiones. Además, en esa época, las enseñanzas budistas sobre medicina fueron introducidas a Tibet desde la India, coincidiendo con la llegada de Padmasambava y las enseñanzas nyingma.
En esa época, hubo un gran debate con respecto a qué tipo de budismo y de medicina se adoptarían oficialmente en Tibet. Los sistemas budistas indios fueron los ganadores en ambos casos, por razones a las que no entraremos. Existió en esa época, un gran médico tibetano quien combinó algunos de los aspectos de la medicina china y griega de Asia Central, mezclándolo con las enseñanzas médicas básicas del budismo indio. Así como muchos textos budistas de la época fueron escondidos debido a la existencia de dificultades, también estos textos médicos fueron escondidos. Fueron redescubiertos en el siglo XII y fueron levemente editados y modernizados, es a partir de esta revisión de donde surge el sistema médico de Tibet.
La medicina tibetana se extendió desde Tibet hacia Mongolia, el norte de China, Siberia y muchas áreas de Asia Central llegando hasta el mar Caspio. La medicina tibetana, tanto como muchos otros aspectos de la cultura tibetana formaron lo que podríamos comparar en forma análoga con la cultura latina en la Europa medieval. Su influencia se extendió ampliamente desde mar Caspio hacia el Pacífico, y desde Siberia hasta los Himalayas. Fue una gran civilización. Adentrémonos al propio sistema médico tibetano.
Clasificaciones de enfermedades
Lo primero que encontramos es que las enfermedades son clasificadas en tres grupos. El primero, es el de enfermedades perfectamente establecidas, los ejemplos de este grupo incluyen desórdenes genéticos, defectos de nacimiento y demás. Las enfermedades y defectos perfectamente establecidos provienen de vidas pasadas y son muy difíciles de tratar desde el punto de vista de la medicina tibetana; lo único que se puede hacer es tratar de proveer a la persona la mayor comodidad posible. Por ejemplo, si tenemos una condición asmática desde bebés, será muy difícil curarla.
La segunda clasificación es la de enfermedades que surgen de otras condiciones, esta incluye desequilibrios del cuerpo que se desarrollan debido a circunstancias diversas, tales como el medio ambiente, la contaminación, gérmenes y varias otras condiciones. Estas son las enfermedades típicas y por lo tanto el principal foco de atención de la medicina tibetana. Un ejemplo podría ser el asma que se manifiesta más tarde en la vida como resultado de haber vivido en una ciudad contaminada y bajo mucho estrés.
La tercera categoría es llamada literalmente enfermedades imaginarias. Esta se refiere a enfermedades psicosomáticas y aquellas que los tibetanos generalmente atribuyen a fuerzas malignas. En esta categoría se incluye el síndrome postraumático y crisis nerviosas que ocurren durante una guerra. Estas enfermedades son tratadas principalmente con varios rituales que nos podrían parecer un poco absurdos, sin embargo, si vemos un ejemplo proveniente de África quizá podamos comprenderlo mejor. Si alguien se encuentra muy enfermo, su actitud afecta profundamente a su sistema inmune. Esto ha sido descrito e investigado por la medicina moderna. Si toda la comunidad se mantiene en vigilia toda la noche, bailando y llevando a cabo rituales, le dará, al enfermo, la sensación de que todos están realmente apoyándolo y eso le levantará el ánimo, que a su vez, puede tener un efecto reparador en el sistema inmune. Lo mismo puede ocurrir cuando un grupo de monjas o monjes llevan a cabo un ritual en nuestro beneficio, fortalece nuestro sistema inmune para que podamos mejorar más rápidamente.
Enfermedades que surgen de otras condiciones: Los cinco elementos y los tres humores
Veamos ahora la segunda clasificación de enfermedades. Primero estudiaremos la naturaleza de las enfermedades. El cuerpo es examinado de acuerdo al equilibrio que presenta con respecto a los cinco elementos o bien a los tres humores. Los cinco elementos son tierra, agua, fuego, viento y espacio. Estos no son algo abstracto y extraño sin relación alguna con nuestro cuerpo. El elemento tierra se refiere al aspecto sólido de nuestro cuerpo, el agua a lo líquido, el fuego es el calor (incluyendo el calor de la digestión y la acidez) y el aire se refiere no sólo a los gases que se encuentran en el cuerpo, sino también a la energía del cuerpo, lo cual incluye la energía eléctrica del sistema nervioso. El espacio se refiere a los aspectos espaciosos dentro del cuerpo, la posición de varios órganos y los diversos órganos huecos como el estómago y otros. La enfermedad es considerada como un desequilibrio entre estos, es decir, existe algo erróneo con respecto al sistema de estos cinco elementos.
La medicina tibetana tomó de los griegos el considerar a las enfermedades en términos de un desequilibrio de los tres humores, aunque el término tanto en sánscrito como en tibetano literalmente significa “cosas que se pueden descomponer”. Los tres humores son tres sistemas del cuerpo, cada uno de cinco partes. No me resulta muy claro por qué cinco constituyentes están agrupados juntos como un solo sistema. Los tres sistemas principales son llamados viento, bilis y flema. Veamos qué se encuentra implicado en estos sistemas.
El viento se refiere principalmente al viento en el cuerpo. Hay vientos que están relacionados con la parte superior del cuerpo: la energía que entra y sale de la parte superior del cuerpo conforme tragamos, hablamos, etc.; y vientos que tienen que ver con la parte inferior del cuerpo: la energía que entra y sale de la parte inferior del cuerpo como el retener o soltar las excreciones, la menstruación y el orgasmo. Un aspecto de la energía tiene que ver con la circulación y la presión sanguínea. También tenemos una cierta energía física relacionada con el movimiento y varios tipos de energías asociadas con el corazón.
La bilis tiene que ver con ciertos aspectos de la digestión, como la bilis proveniente del hígado. Tiene que ver con diferentes aspectos de la pigmentación, como cuando uno se quema con el sol; así mismo con la hemoglobina, los glóbulos rojos de la sangre, y con lo relacionado con los ojos.
La flema tiene que ver con el sistema mucoso y el sistema linfático. Se relaciona con las gripes, los problemas de sinusitis y este tipo de padecimientos así como con el aspecto líquido del movimiento de las articulaciones; desconozco el término médico occidental para este aspecto, aunque me parece que es llamado líquido sinovial. Por ejemplo, el reumatismo y la artritis son afecciones de la flema. La digestión es un proceso complejo en el que están asociados ciertos aspectos del aire, de la bilis y de la flema en sus diferentes etapas. Todos estos son sistemas muy complejos, como he dicho, no es fácil ver como es que las cinco categorías de cada uno de los tres humores se relacionan en un solo humor.
La enfermedad es vista como un desequilibrio de estos tres humores, que puede significar que cualquiera de ellos esté demasiado fuerte o demasiado débil. Pueden existir desequilibrios simples o que involucren a varios sistemas a la vez. La medicina tibetana es un sistema holístico que trata a todo el cuerpo puesto que todos los sistemas del cuerpo se encuentran interrelacionados.
Existen varias formas de clasificar a las enfermedades. Algunas veces se le considera a la sangre como un cuarto sistema, que incluye a los músculos del cuerpo. Dentro de esta perspectiva podemos dividir los desórdenes de los sistemas de la bilis, la sangre y el calor como una categoría, y el viento, la flema y el frío como otra. Los tibetanos frecuentemente analizan a las enfermedades en términos de si son calientes o frías, aunque yo no estoy seguro exactamente lo que quieren decir con calor o frío, pero definitivamente no está relacionado con la temperatura.
Las causas de las enfermedades
En general, las enfermedades pueden ser atribuidas a la dieta, consumir alimentos que no nos caen bien o que son demasiado grasosos. Pueden ser resultado de problemas de nuestra conducta, como exponernos al frío sin suficiente abrigo. Sentarnos sobre el piso frío o sobre una roca fría y mojada es causa segura de problemas en los riñones. Las enfermedades pueden ser causadas por pequeños organismos, gérmenes y microbios; esto es algo que también dice la medicina occidental, sin embargo, lo que la medicina tibetana apunta más allá de esto, es que podemos ver las causas de las enfermedades a un nivel más profundo. Me parece que probablemente la manera más interesante y útil de ver a la medicina tibetana en términos de nuestra forma de pensar, es la idea de que la causa básica que subyace al desequilibrio físico es el desequilibrio emocional y mental.
Si queremos erradicar la enfermedad completamente, necesitamos lograr un equilibrio en todos los niveles, y particularmente en el nivel emocional y mental. Existen principalmente tres emociones o actitudes conflictivas. La primera es el deseo anhelante y el apago. Se trata de ese deseo neurótico que siente: “tengo que tener eso y si no lo consigo me voy a volver loco”. El segundo es el enojo. El tercero es la cerrazón mental ingenua y la necedad. Todos estos están correlacionados con los desequilibrios de los tres humores. Del deseo surgen los desequilibrios del viento; del enojo surgen los desequilibrios de la bilis y de la cerrazón mental los desequilibrios de la flema. Esto es muy interesante, veámoslo un poco más de cerca.
Los desequilibrios del viento, son frecuentemente caracterizados con el nerviosismo. Están relacionados con la presión arterial alta, con una sensación de opresión en el pecho, y también con lo que podemos describir como tener el corazón roto, cuando nos sentimos terriblemente deprimidos. Todos estos son desequilibrios comunes del viento, asociados con ese deseo anhelante. Por ejemplo: si estamos muy aferrados a ganar mucho dinero, nos dedicamos a trabajar y trabajar, nos sube la presión arterial y nos sentimos nerviosos todo el tiempo. Si nos sentimos muy apegados a alguien y esta persona muere o nos deja, tendremos el síndrome del corazón roto. Las personas que meditan de manera incorrecta y se presionan demasiado, desarrollan desequilibrios del aire. Cuando nos presionamos mucho para cualquier cosa, esto presiona las energías del cuerpo y nos causa tensión en el pecho, nerviosismo, paranoia y similares. La colitis nerviosa o el estómago irritable, también son desequilibrios del viento y la causa psicológica que subyace a estos problemas es demasiado apego o deseo.
Los desequilibrios de la bilis provienen del enojo. Una úlcera, en la que hay demasiada bilis en el estómago, está asociada con estar muy enojados; cuando nos enojamos nos ponemos rojos. La bilis afecta la pigmentación, nos tornamos amarillentos con la ictericia y rojos con el enojo. También están los dolores de cabeza producidos por bilis, que frecuentemente provienen de la ira, los ojos y la cabeza nos queman.
La flema está relacionada con la ingenuidad y la cerrazón mental. Nos aferramos obstinadamente a nuestras ideas y no queremos escuchar las de los otros. Nuestros corazones se cierran ante ciertas personas simplemente porque no queremos tratar con ellas, y así como nuestra mente y nuestro corazón se cierran, así mismo lo hacen nuestros senos nasales y entonces surgen los problemas de sinusitis o desarrollamos problemas con el pecho como la neumonía o es asma, o bien el cuerpo se cierra y se torna tieso con artritis o reumatismo. El cuerpo refleja la inflexibilidad de la mente.
Aunque quizá no sea totalmente exacto, podemos jugar con este tipo de pensamientos en relación a otras enfermedades. Frecuentemente podemos ver con el cáncer, que la gente tiene actitudes muy auto destructivas. Después de la muerte de mi tía, mi tío perdió el deseo de seguir viviendo y su estilo de vida se tornó auto destructivo, muy pronto desarrolló un cáncer en el que, el cuerpo, se destruye a sí mismo; murió al año siguiente. Uno puede pensar que el estado mental se refleja en la auto destrucción del cáncer. Obviamente esto no aplica en todos los casos de cáncer, pero nos aporta algo interesante sobre lo cual pensar.
Con el SIDA el cuerpo pierde la habilidad de luchar. Algunas personas con SIDA no fueron capaces de luchar contra la adicción a las drogas o al sexo promiscuo. Tal como no pueden controlarse ante sus deseos, el cuerpo no se puede defender a sí mismo contra nada. Este es el aspecto de la medicina tibetana que me parece más estimulante, aparte del uso práctico de la medicina misma.
El diagnóstico de la enfermedad
Continuemos con el sistema médico en sí. Para diagnosticar una enfermedad, se cuenta con el interrogatorio, el examen visual y la auscultación del pulso. Los tibetanos no ponen mucho énfasis en preguntar qué anda mal, mas bien lo ponen en los últimos dos puntos. El examen visual incluye la lengua, pero el aspecto principal es un examen visual de la orina. El doctor observa la primera orina de la mañana, ésta es llevada al doctor en un contenedor blanco o transparente y luego el o ella la agita con un palillo. El doctor toma nota de diferentes variables. Primero observa el color, luego mira que tipo de burbujas se forman cuando es batido; qué tan grandes son y por cuánto tiempo perduran, cuándo se deshacen, cómo se deshacen y si existe algún tipo de oleosidad ahí, si la orina es ligera o pesada, si tiene precipitaciones. También se examina el olor y si la obtienen justo después de que ha sido expulsada en la mañana también pueden observar como cambia el color conforme se enfría. Con todas estas variables se puede hacer un diagnóstico de la enfermedad bastante preciso.
El examinar la orina es en realidad un sistema de diagnóstico excelente, porque así como al examinar el pulso, el doctor necesita tomar en consideración la edad de la persona, su género y la época del año. Al examinar la orina, también se considera que tan vieja es. Esto permite al doctor examinar orina de una o dos semanas atrás. Esto resultaba muy útil en Tibet, en donde era posible que un miembro de la familia se viera en la necesidad de llevar la muestra de orina en un trayecto, de una a dos semanas, en yak, hasta llegar con un doctor. Ahora, en los tiempos modernos, podríamos enviar nuestra muestra de orina por correo aéreo hasta la India.
El pulso también es examinado para el diagnóstico y también resulta muy sofisticado. El doctor regularmente examina el pulso en la muñeca un poco por encima del pulgar, utilizando tres dedos. Cada dedo presiona con diferente fuerza. El dedo índice percibe el pulso superficial, el dedo medio presiona un poco más fuerte y el dedo anular presiona lo más profundamente posible. Cada dedo es girado suavemente de un lado a otro. Esto se hace en ambas muñecas, de esta forma cada lado del dedo es utilizando para diagnosticar un órgano diferente del cuerpo.
El ritmo del pulso se mide en comparación con la respiración del doctor; en el antiguo Tibet, no había relojes por lo que el doctor medía las pulsaciones comparándolas con el número de sus respiraciones, por decir: diez exhalaciones. Adicionalmente se examina qué es lo que sucede con el pulso al ser presionado, ¿desaparece?, ¿rebota con fuerza? Se observa como es que el pulso viaja por la arteria al sentir como fluye por los tres dedos. La “forma” de las pulsaciones es tomada en cuenta, ¿parece rodar?, ¿o llega como golpes agudos?, ¿gira de un lado a otro? Existen muchas posibilidades y obviamente se requiere que el doctor haya desarrollado una gran sensibilidad en los dedos. En el sistema ayurvédico indio, así como en la medicina china, también se diagnostica con las pulsaciones, pero en cada uno de estos sistemas el método es diferente. El diagnóstico y examen de la orina parece ser único del sistema tibetano.
Tratamiento
Una vez que se han revisado todas estas variables, el doctor puede llegar al diagnóstico. Es entonces cuando se proporciona el tratamiento. Dicho tratamiento involucra regular la dieta, regular la conducta y tomar el medicamento; sin embargo, existen otras formas de tratar las diferentes condiciones y estas incluyen la acupuntura y la moxibustión, que consiste en quemar ciertas partes del cuerpo.
Dieta
Si tenemos un desequilibrio del viento, ciertos alimentos serán muy dañinos. Por ejemplo la cafeína del café agravará el desequilibrio del viento. Estamos muy nerviosos y la presión arterial es alta. Tanto las lentejas como los frijoles producen viento, los gases intestinales son indicio de esto. Para los desequilibrios de la bilis, los huevos y la comida grasosa o frita resultan muy dañinos. Para los desequilibrios de la flema evitaremos productos lácteos y arroz, ya que estos producen mucha mucosidad. También en occidente hemos notado esto. Por otro lado, otro tipo de alimentos pueden ser muy benéficos para estos desequilibrios, por ejemplo, beber agua caliente resulta muy bueno para la flema porque ayuda a eliminar el moco.
Modificación de la conducta
En lo que respecta a la modificación de nuestra conducta, si tenemos un desequilibrio del viento será importante mantenerse abrigado y rodearse de amigos afectuosos. La risa es un gran remedio para los desequilibrios del viento. Si nos encontramos contrariados y nerviosos, la risa nos relaja. El ver paisajes distantes también resulta muy útil. Es conveniente evitar algunas cosas como ubicarnos en donde haya corrientes de aire o ventiladores. Es frecuente que algunas personas encuentren muy perturbadoras a las máquinas de alta potencia y ruidosas como podadoras de césped o aires acondicionados. Para los desequilibrios de la bilis es muy conveniente mantenerse fresco y no exponerse al sol. Para la flema es muy bueno hacer ejercicio y mantenerse abrigado, esto ayudará a que las articulaciones estén más flexibles y también a aclarar la mucosidad.
Medicamentos
La ingestión de medicamentos es el tratamiento principal en la medicina tibetana. Los medicamentos están elaborados principalmente de hierbas, aunque también se incluyen otras substancias minerales y similares. Cada medicamento puede contener cincuenta o más ingredientes mezclados, generalmente se mezclan y se pulverizan para formar pastillas, las cuales deberán ser masticadas e ingeridas con agua caliente; si no se mastican y tan sólo se degluten, lo más probable es que se sigan de largo por todo el tracto digestivo sin disolverse pues son muy duras. Los tibetanos tienen dientes muy duros, así que si nos resulta difícil masticarlas siempre podemos envolverlas en un pañuelo y pulverizarlas con un martillo.
Las medicinas se toman media hora antes o media hora después de los alimentos. Ocasionalmente nos puede ser prescrita una cuarta pastilla para tomarse alrededor de las cuatro de la tarde, ya que para los tibetanos la comida es a las 12:00 del día. Si a alguien de ustedes, tanto en México como en otros países de Latinoamérica, le prescribieran cuatro medicamentos diferentes, necesitarían tomar la que dice almuerzo a las 12:00 del día y la que dice a las cuatro, después de la comida.
Una de las grandes ventajas de la medicina tibetana es que en casi todas las instancias, aunque existen excepciones, no provocan efectos secundarios. Sin embargo, es un poco como la medicina homeopática, no en el sentido de las micro dosis, sino en el sentido que al principio reúne los síntomas para concentrar la enfermedad y luego la destruye. Es precisamente por esta razón que en muchos casos, no siempre, la enfermedad empeora un poco al principio, eso es simplemente una señal de que la medicina está concentrando la enfermedad para eliminarla, uno necesita ser paciente con esta fase inicial.
Al tomar la medicina, es importante que la mastiquemos no sólo para poder digerirla apropiadamente, sino también para que la podamos saborear. El sabor, generalmente es horrible, nos enfrentamos a sabores que nunca pensamos que existieran, pero el sabor es importante porque estimula varias secreciones dentro de la boca y el tracto digestivo. Parte del funcionamiento de la medicina consiste en estimular al cuerpo para producir algunas de enzimas y similares. Es importante ser pacientes con el sabor del medicamento.
Es muy interesante que los alimentos y varios ingredientes dentro de la medicina tibetana sean clasificados de acuerdo al sabor que no es como la clasificación china de los cinco elementos, o en yin y yan, ni como la clasificación ayurvédica de las tres cualidades de rajas, sattva y tamas. Los doctores tibetanos las clasifican de acuerdo a los sabores iniciales y los sabores que quedan en la boca. Ciertos sabores son apropiados para diferentes tipos de desequilibrios.
También existe un sistema de dieciocho calidades tanto en los alimentos como en las hierbas. Lo que es interesante es que el lugar en donde la comida o las hierbas se cultiven afecta su calidad. Algo que crece en un lugar ventoso tendrá una calidad diferente de lo que crezca en un lugar seco. Esto resulta un problema con respecto al cultivo de las plantas medicinales puesto que tienen que crecer en su ambiente natural.
Masajes y acupuntura
Dentro de la medicina tibetana no se hace mucho énfasis en el masaje. Se da un poco de frotación de aceites medicinales para algunas enfermedades, pero se friccionan sobre el cuerpo sin dar un masaje en sí. La medicina tibetana tampoco manipula el aura como lo hace el sistema reiki japonés. Hay un tipo de acupuntura pero es diferente a la acupuntura china. Los puntos son diferentes y también lo son las descripciones de los canales por donde se mueve la energía dentro del cuerpo. El tipo de agujas que se usan también son diferentes, los tibetanos utilizan diferentes materiales para las agujas, las más comunes son las de oro que se clavan en un punto suave sobre la cabeza para estimular varios nervios. Se utilizan, por ejemplo, para casos de epilepsia.
Aplicaciones de calor
La moxa es la aplicación de calor o quemaduras sobre diferentes partes del cuerpo. Esto se hace en los mismos puntos en donde se aplicaría la acupuntura. En lugares altos y fríos la moxa es más efectiva; mientras que en lugares bajos y de clima cálido las agujas funcionan mejor en los mismos puntos. Sin embargo para algunas enfermedades específicas se recomienda el tratamiento con moxibustión.
La teoría detrás de esto es que si hay algún bloqueo del flujo energético a través de los canales principales del cuerpo, al quemar o estimular estos puntos con agujas, dichos bloqueos serán eliminados. El calor puede ser aplicado a diferentes grados. La forma más suave se logra con un tipo de piedras que son montadas sobre una manija de madera. Son piedras blancas con vetas negras llamadas piedras zi una piedra muy particular que se encuentra en Tibet, se calienta por fricción sobre una tabla de madera y luego se aplica en puntos específicos del cuerpo. Es un tratamiento muy efectivo, personalmente he sido sujeto de la aplicación de este método, quizá unas cien veces, para diferentes padecimientos, permítanme que se los describa.
Presenté síntomas prematuros de reumatismo artrítico por lo que tenía hinchazones dolorosas en hombros y caderas. El doctor me prescribió medicina para atraer lo que los tibetanos llaman “linfa” a estos puntos dolorosos para luego quemarlos. Recibí este tratamiento durante tres o cuatro años. La quemadura no es tan mala, es como la producida por un cigarro pero no duele tanto, a pesar de que parezca muy medieval. Desconozco como podría describirse esto desde la perspectiva de la medicina occidental pero mi propia interpretación es que, de alguna forma, había cierto tipo de inflamación dentro de los nodos linfáticos de las articulaciones o quizá hubiera algún problema con el líquido sinovial de las articulaciones. En cualquier caso, el doctor quemó en esos puntos; el líquido que estaba adentro causando la presión dolorosa, salió formando una ampolla, ya que el dolor desapareció por completo con la quemadura. Otra forma de explicármelo es que al quemar ciertas áreas el cuerpo manda una señal de alarma y una gran cantidad de glóbulos blancos llegan a ese punto para aliviar cualquier malestar que esté ocurriendo, además de la quemadura. Este tratamiento me pareció muy efectivo y fui curado.
Tenía otra enfermedad. Algunas veces al caminar mucho, subiendo y bajando en las montañas, un tendón empieza a friccionarse contra el hueso de la rodilla, lo que es bastante doloroso. Fui a ver a un doctor occidental que me dijo que sólo utilizara una banda elástica alrededor de la rodilla cuando caminara. “Muchas gracias”, pensé. Luego visité a un acupunturista chino pero no me ayudó en absoluto. Finalmente regresé a la India y visité a mi doctor tibetano, él me practicó una quemadura sobre la rodilla y otra en otro punto en la parte superior de la pierna y me curó por completo. Así que, desde mi perspectiva personal, la moxibustión es un tratamiento muy efectivo.
Se practica un tipo más fuerte de quemaduras que se realizan con un punzón de hierro o plata que se calienta al rojo vivo en carbón. He visto que utilizan éste método para problemas en la espina dorsal cuando hay algo mal con un disco o cuando la espina está desalineada. Queman en puntos específicos cerca de la espina dorsal y esto causa tal conmoción al cuerpo que automáticamente se corrige a sí mismo. Repito, esto nos puede parecer un procedimiento muy a lo medieval, pero funciona.
El tipo más severo de todas las quemaduras se lleva a cabo encendiendo un pequeño cono de un tipo específico de pasta que se va quemando poco a poco. Este tipo de tratamiento se utiliza para problemas severos de artritis o reumatismo, cuando ya no es posible mover las articulaciones.
Otros tipos de tratamiento
Existen ciertos tipos de ungüentos hechos con aceite o mantequilla mezclados con diferentes hierbas para problemas de piel. También hay enemas herbales muy útiles para afecciones de los intestinos bajos. También hay cierta clase de polvos o talcos que son inhalados para problemas de sinusitis, además, los tibetanos son muy adeptos a las aguas termales.
El entrenamiento
El sistema médico tibetano requiere de un periodo muy largo de entrenamiento. Normalmente un doctor se entrena durante siete años y aprende no sólo a sanar humanos sino también a animales, y no sólo estudia medicina, sino también farmacología; aprende a identificar las plantas medicinales, a cómo recolectarlas y a cómo hacer las medicinas.
La astrología
El sistema tibetano también incluye un poco de estudio de astrología. Un aspecto importante en la astrología tibetana es el animal del año del nacimiento; para cada animal, existen días específicos de la semana que son favorables a la vida, o mortales. Si los doctores van a llevar a cabo algún tipo de manipulación intensa como la moxibustión, si cuentan con tiempo, hacen una consultan astrológica para determinar qué día de la semana es el más apropiado para el tratamiento. Esto no siempre es posible como en casos de emergencia, o en aquellos en los que no hay tiempo suficiente.
La cirugía
La medicina tibetana de tiempos remotos contaba con una forma de cirugía. Existen imágenes de los instrumentos quirúrgicos en los textos, pero en cierta ocasión un doctor realizó una cirugía de corazón a una reina sin obtener buenos resultados, después de eso se prohibieron todas las operaciones y las cirugías. La medicina tibetana puede tratar con hierbas muchos padecimientos que en occidente serían tratados con cirugía, como la apendicitis. Si tuviéramos un accidente de auto la medicina tibetana nos podría ayudar a acomodar los huesos, tienen tratamientos muy efectivos para las conmociones y para acelerar el proceso de recuperación del cuerpo, pero si realmente lo que necesitamos es una operación, lo mejor es recurrir a los médicos occidentales.
El asunto es que no es recomendable poner todas nuestras esperanzas en sólo un sistema médico. Los diferentes sistemas médicos que existen alrededor del mundo son útiles para casos específicos. Hay ciertas dolencias que la medicina tibetana no ha podido tratar tales como la viruela o la tuberculosis, pero cuenta con excelentes curas para otros para los cuales la medicina occidental no tiene tratamientos, como la artritis y la hepatitis. Algunos tipos de cáncer (no todos) responden muy bien a la medicina tibetana, y aunque no cure el cáncer, puede reducir el dolor y mejorar la calidad de vida del enfermo terminal.
Adaptaciones modernas
También es muy interesante que los textos antiguos predijeran el desarrollo de nuevas enfermedades, ahora tenemos males como el SIDA y enfermedades relacionadas con la contaminación. Las fórmulas para hacer los medicamentos apropiados existen en los textos, aunque son algo obscuras. El doctor Tenzin Choedak, además de ser el doctor más experimentado de Su Santidad el Dalái Lama, ha sido una de las personas que han podido decodificar estas fórmulas y hacer nuevos medicamentos.
Muchas de estas medicinas se hacen con mercurio purificado. Se cocina con otros ingredientes durante varios meses, para cada uno de los ingredientes acompañantes, en un proceso muy lento para hacerlo perder la toxicidad. Este tipo de medicina ha sido muy útil para tratar enfermedades relacionadas con la contaminación. Hay una gran cantidad de nuevas enfermedades relacionadas con la contaminación. Este tipo de medicina fue muy exitosa en el tratamiento de las personas víctimas de la catástrofe química de Bhopal en la India. Tuve el honor de viajar con el doctor Tenzin Choedak a Rusia hace algunos años cuando, invitado por el Ministerio de Salud en ese país fue a probar la medicina mencionada con las víctimas de la radiación en Chernobyl. Los resultados iniciales fueron muy alentadores, así que, a pesar de que el sistema de medicina tibetano es muy antiguo y complejo, se puede adaptar a las necesidades de los desastres modernos y ayudar con muchos padecimientos.
Una actitud realista hacia el tratamiento
No esperemos milagros si tomamos medicina tibetana, pues también tenemos que considerar el karma. Podemos tener a dos personas con exactamente el mismo padecimiento, tomando exactamente la misma medicina y podrá funcionar para una y no para la otra. Hay muchos factores involucrados, uno es la conexión kármica de vidas pasadas con un tipo específico de tratamiento y un doctor en particular. Si uno no ha generado la fuerza kármica para ser curado de una cierta enfermedad, no importa con que tipo de medicina se trate o a que tipo de doctor acuda, nada va a ayudar. Tenemos que ser realistas al acercamos a cualquier sistema médico, incluyendo el tibetano; al mismo tiempo necesitamos mantener una actitud positiva, ya que definitivamente esto influye en nuestro sistema inmunológico. Pero no hay que esperar milagros ni demandar a los doctores si la medicina no funciona tal como deseamos.