Repaso
Los tres entrenamientos en la disciplina ética, la concentración y el darse cuenta que discrimina siempre están dirigidos a ayudarnos a superar nuestros problemas y cualquier sufrimiento que experimentemos. El método es identificar las causas de nuestras dificultades y aplicar los tres entrenamientos para eliminar esas causas.
También es extremadamente útil cultivar los tres entrenamientos en nuestra vida diaria, en nuestras relaciones con otros.
- Disciplina ética – es importante observar cómo nos comportamos y hablamos con los demás. Necesitamos disciplina ética para evitar hacer cualquier cosa que pueda ser dañina o destructiva.
- Concentración – necesitamos ser capaces de concentrarnos cuando interactuamos con otros, de tal forma que sepamos qué les pasa y cuáles son sus necesidades. Si nuestra mente está divagando, si revisamos constantemente nuestro teléfono, eso dificulta mucho nuestra comunicación con los demás.
- Discriminación – si escuchamos atentamente a la otra persona, seremos capaces de utilizar el darse cuenta que discrimina para decidir cuál es una respuesta apropiada. Nuevamente, ésto conduce a pensar, actuar y hablar con los demás de forma apropiada.
Los tres entrenamientos van de la mano y se refuerzan entre sí, por lo que necesitamos aplicarlos simultáneamente. Cuando no estamos con otras personas, los tres entrenamientos también son maravillosos para trabajar con nosotros mismos:
- Evitan que actuemos de forma autodestructiva.
- Nuestra mente está enfocada, de tal forma que podemos lograr todo lo que deseemos.
- Utilizamos nuestra inteligencia básica para discriminar qué es apropiado y qué es inapropiado.
De esa forma, hay principios muy básicos que podemos aplicar en nuestra vida diaria, tanto para situaciones personales como para interacciones sociales.
El óctuple sendero
Cuando desarrollamos los tres entrenamientos, una presentación de cómo lo hacemos es “el óctuple sendero”. Son sencillamente ocho tipos de prácticas en las que nos entrenamos que causarán el desarrollo de los tres aspectos.
Para entrenarnos en la disciplina ética, existen tres prácticas:
- Habla correcta – nuestra forma de comunicarnos
- Límites correctos de la acción – cómo nos comportamos
- Forma de vida correcta – cómo nos ganamos la vida.
Para entrenarnos en la concentración, también existen tres:
- Esfuerzo correcto – liberar a nuestra mente de trenes de pensamiento destructivos y desarrollar estados mentales conducentes para la meditación
- Presencia mental correcta – no soltar nuestro objeto de atención ni nuestra motivación
- Concentración correcta – permanecer enfocados en algo constructivo.
Para nuestro entrenamiento en el darse cuenta que discrimina existen dos:
- Visión correcta – lo que creemos que es verdad, basados en discriminar correctamente entre lo que es correcto e incorrecto, dañino o útil
- Intención correcta (pensamiento motivador correcto) – el estado mental constructivo al que nos conduce nuestra visión correcta.
De forma más elaborada, cada una de las ocho prácticas tiene una forma incorrecta de aplicarla, que queremos abandonar, y una forma correcta de hacerla, que queremos adoptar.
Habla
La forma en la que hablamos con otros refleja nuestro propio estado mental. Afecta los sentimientos de los demás y la forma en que ellos nos consideran y nos tratan como respuesta. Por lo tanto, necesitamos conocer cuáles formas de hablar son útiles y cuáles son dañinas.
Habla incorrecta
El habla incorrecta es el tipo que causa infelicidad y problemas:
- Mentir – decir lo que no es verdad y engañar a otros. Si somos conocidos como alguien que miente o engaña en términos de lo que decimos, nadie nos creerá, confiará en nosotros ni escuchará lo que digamos. Esto crea una situación de infelicidad.
- Habla divisoria – decir cosas malas de las personas a sus amigos o pareja para tratar de arruinar sus relaciones. Esto hace que la gente se pregunte qué es lo que decimos de ellos a sus espaldas y arruina nuestras propias relaciones.
- Hablar con dureza – hablar de forma cruel, gritar o insultar a otros. Cuando abusamos de los demás a través del habla, ellos empezarán a hablarnos de la misma forma y, a menos que sean masoquistas, no desearán quedarse cerca de una persona que les grita constantemente.
- Charla ociosa – hablar todo el tiempo, interrumpiendo a otros y diciendo cosas sin sentido, o chismear. El resultado es que nadie nos toma en serio y la gente pensará que somos insoportables. Desperdiciamos nuestro tiempo y el de los demás.
Habla correcta
El habla constructiva es lo que nos ayuda a abstenernos de los cuatro tipos de habla incorrecta. El primer nivel de disciplina es que cuando tenemos ganas de decir algo que no es verdad, gritarle a alguien o parlotear, reconocemos que es destructivo, que causa infelicidad y nos esforzamos por no hacerlo.
Esto no es sencillo en absoluto, porque necesitamos atraparnos en el momento en el que nos dan ganas de hacerlo, antes de decirlo de forma compulsiva. Es como cuando queremos una rebanada de pastel. Algunas veces tendremos la oportunidad de servirnos otro pedazo, pero antes de agarrarlo impulsivamente podemos pensar: “aunque lo quiero, no necesito hacerlo. No necesito ese pastel, sólo me hará engordar y necesito perder peso”. A eso es a lo que nos referimos en términos de disciplina.
Cuando tengamos ganas de hacer esas cosas, el antiguo maestro indio Shantideva nos aconseja permanecer como un bloque de madera. Tengo ganas de gritar o de decir algo desagradable pero me doy cuenta de que eso nos molestará a ambos, a ti y a mí, de tal forma que no lo digo. Sólo permanezco como un bloque de madera. Tengo ganas de hacer un chiste tonto o un comentario absurdo pero me doy cuenta de que eso es sólo charla ociosa y no digo nada. Ese tipo de cosas.
El segundo nivel de disciplina es cuando de hecho hacemos algo constructivo en lugar de la conducta destructiva, es decir, hablar de forma beneficiosa. Esto proviene de darnos cuenta de que hacerlo producirá felicidad y hará que todas las situaciones sean más armoniosas. Lo que necesitamos hacer es pensar en términos de causa y efecto.
En realidad, cultivar el habla correcta requiere de un esfuerzo muy consciente y una resolución férrea de hablar con veracidad, de forma gentil, amable, en el momento adecuado, en la medida apropiada y sólo aquello que es significativo:
- Debemos esforzarnos por no interrumpir constantemente a la gente o hablarles y enviarles mensajes todo el tiempo, especialmente acerca de cosas triviales como qué desayunamos o chismes. Es charla ociosa que sólo interrumpe a los demás.
- Cuando estemos hablando con otras personas, una medida apropiada sería no hablar demasiado ni tratar de convencerlas de ciertas cosas, especialmente si ya afirmaron estar de acuerdo con nosotros.
Por supuesto, necesitamos utilizar la discriminación. Por ejemplo, al hablar con veracidad, si alguien está usando una camisa o un vestido horribles, decírselos los lastimará, no podemos simplemente expresar: “eso se te ve espantoso”. A veces necesitamos ser cuidadosos, pero depende de la persona. Mi hermana acaba de visitarme, íbamos a salir y se puso una blusa que había perdido un poco su forma y no le quedaba bien, pero es mi hermana y, obviamente, pude decirle que se le veía horrible. ¡Pero es difícil hacerlo con personas que no son de nuestra familia! No podrías decirle a tu nueva novia “qué fea blusa estás usando, ¡ponte otra cosa!”, aunque fuera verdad.
Con respecto al lenguaje áspero, bueno, es posible que a veces necesitemos hablar con dureza. Si nuestro hijo está jugando con cerillos, encendedores o algo así, necesitamos hablarle de forma firme. Eso realmente no cuenta como hablar con dureza porque nuestra motivación no es el enojo. Así que la motivación es fundamental.
Otros ejemplos de habla incorrecta
También podemos ampliar estas formas destructivas de hablar para incluir, no sólo aquéllas que dirigimos hacia otros, sino también las que nos dirigimos a nosotros mismos. Podemos pensar de forma mucho más amplia en torno a estas maneras destructivas de hablar.
Mentir también puede incluir mentirles a otros acerca de nuestros sentimientos o nuestras intenciones hacia ellos. Es posible que seamos muy amables con alguien, que le digamos que lo amamos (incluso engañarnos a nosotros mismos creyéndolo) cuando lo único que queremos es su dinero o algo más. En cierto sentido, es un engaño. Por supuesto, no vamos a decirle a la persona “realmente no te amo, sólo quiero tu dinero”, porque sería un poco inapropiado. Pero necesitamos examinar si hemos sido honestos acerca de nuestros sentimientos y nuestras intenciones.
El habla divisoria podría ser que digamos cosas tan ofensivas que causemos que nuestros amigos se alejen de nosotros. Algunas personas se quejan todo el tiempo o son constantemente negativas y eso hace que los demás se alejen. Si somos así, ¿quién querría estar con nosotros? O hablar tanto que la otra persona ni siquiera tenga oportunidad de decir algo: eso aleja a las personas. Todos conocemos gente así y realmente no se nos antoja verlas muy seguido. Es bueno decir cosas amables de los demás y ser tan positivos como sea posible.
Hablar con dureza aplica, no sólo cuando abusamos de otros, sino también de nosotros mismos. Por supuesto que es cruel decirles a otros que son estúpidos y horribles, pero también es cruel decírnoslo a nosotros mismos. Ciertamente no nos hace ser más felices, así que es importante tener una buena actitud hacia nosotros mismos y tomar en cuenta cómo nos tratamos y nos hablamos mentalmente.
Con respecto a la charla ociosa, no debiésemos hablar indiscriminadamente acerca de nuestros asuntos privados, nuestras dudas, preocupaciones y demás. Hay ciertas cosas que simplemente no se comparten o no debiesen compartirse con otros. Por ejemplo, si alguien te confía que es gay o que tiene cáncer y te pide que no lo digas a nadie, eso es lo que debes hacer. Por lo general, traicionar la confianza de otras personas sucede en el contexto de la charla ociosa.
El habla correcta es realmente hablar de forma apropiada, en el momento correcto, en las situaciones correctas. Algunas veces tendremos que hablar formalmente, otras veces, informalmente. Necesitamos hablar de una forma que haga sentir cómodos a los demás. Cuando le explicamos algo a un niño necesitamos hacerlo de forma que nos entienda, pero esto aplica también para los adultos, personas de otras culturas, etc.
Límites de acción (conducta)
El segundo aspecto del óctuple sendero es acerca de límites de acción, el cual es un término técnico. Cuando hablamos de límites, nos referimos a cierta frontera: “actuaré hasta este límite y no iré más allá”.
Conducta incorrecta
Traspasar el límite se refiere a tres tipos de conducta destructiva:
- Quitar una vida – matar a un ser vivo
- Tomar lo que no nos ha sido dado – tomar algo que no nos pertenece, robar
- Involucrarse en conducta sexual inapropiada.
Matar
De forma sencilla, es quitarle la vida a alguien más. No se refiere sólo a humanos, sino a todo tipo de animales, peces, insectos, etc.
Me parece que, para la mayoría de nosotros, no es tan difícil renunciar a la caza y a la pesca. Para algunos puede ser más difícil no matar insectos. Existen muchas maneras de aproximarnos a ésto sin entrar en vidas pasadas y futuras, sin tener que pensar “esa mosca fue mi madre en una vida previa”. El énfasis principal radica en que, si hay algo que nos molesta, no queremos que nuestra respuesta inicial e instintiva sea matarlo. Esto desarrolla el hábito de querer destruir de manera violenta cualquier cosa que no nos guste, y va más allá de la mosca que zumba alrededor de nuestra cara. En lugar de ello, necesitamos encontrar métodos pacíficos para lidiar con lo que nos resulta molesto. Por ejemplo, cuando las moscas o los mosquitos se paran en la pared, es posible ponerles un vaso encima, colocar un papel debajo del vaso y sacarlos. En muchas situaciones podemos encontrar una forma mucho más pacífica y no violenta de lidiar con algo que no nos gusta.
Cuando se vive en la India, como yo lo hice, se aprende a vivir con los insectos, sencillamente no hay forma de deshacerse de todos ellos. Solía imaginar una campaña publicitaria para agentes de viajes: “Si le gustan los insectos, ¡amará la India!”. La primera vez que me mudé a la India, mis antecedentes eran tales que no apreciaba en absoluto a los insectos, pero era un gran admirador de la ciencia ficción. Imaginaba que hacía un viaje a un planeta distante y que la vida en ese lugar tenía la forma de ese tipo de insectos, ¡sería bastante terrible que, al conocerlos, sólo quisiera aplastarlos! Si empezamos a ponernos en el lugar de los insectos (que, por lo demás, sólo están haciendo lo que les corresponde) empezamos a respetarlos como forma de vida.
Obviamente, existen insectos dañinos, así como existen personas dañinas, y en algunas ocasiones es recomendable tomar medidas fuertes para controlarlos. Pero es mejor tratar de encontrar un método pacífico, sea que estemos hablando de un conflicto humano o de una casa infestada de hormigas o cucarachas.
Pero consideren el caso de unas langostas que devoran los cultivos. Gran parte de este asunto tiene que ver con la motivación. Un ejemplo de ello es una vida previa del Buda, cuando era navegante de un barco. Había alguien a bordo que planeaba matar a todos los tripulantes y el Buda vio que no había una manera pacífica de evitar ese asesinato masivo; la única solución era matar a ese potencial asesino. Así que el Buda mató a esa persona, pero lo hizo con la motivación de la compasión: para salvar las vidas de los demás pasajeros y para evitar que esa persona acumulara una enorme cantidad de karma negativo. No lo hizo por ira ni por miedo. Pero el Buda también reconoció que había matado a alguien y que, a pesar de su motivación, se trataba de un acto destructivo, por lo que decidió: “estoy dispuesto a aceptar las consecuencias kármicas de ésto para salvar a los demás”.
De tal forma que, si es necesario matar a un depredador como las langostas para salvar las cosechas, no por enojo, ni por miedo, ni por querer ganar dinero al vender las cosechas, sino por compasión, entonces la consecuencia de ello será mucho menor que si lo hacemos por enojo. Sin embargo, como lo hizo el Buda, es importante reconocer que es un acto negativo y aceptar las consecuencias que se deriven de ello.
Robar
La mayoría de las personas están más apegadas a su vida que a sus posesiones, pero aún así, quitarle a alguien sus bienes es causa de una gran infelicidad para ambas partes. Especialmente para el ladrón, quien tiene una sensación inquietante de “¿me atraparán?”.
Ahora, lo que queremos hacer es evitarnos problemas a nosotros mismos. Obviamente, si matamos un pez o un insecto, ése es un problema para ellos. Pero nosotros también tenemos un problema porque, si nos molestan los insectos, siempre estamos preocupados de que los mosquitos invadan nuestro espacio y nos levantamos a media noche a cazarlos. Es un estado mental intranquilo. Si, por lo general, utilizamos métodos pacíficos para enfrentar estas cosas, nuestra mente se encuentra más tranquila.
Lo mismo sucede con robar, que nos conduce a ser escurridizos y a preocuparnos de que nos atrapen. Está basado en un deseo muy fuerte con el que carecemos de la paciencia para trabajar lo necesario para obtener algo, de tal forma que lo robamos.
También hay ejemplos de matar y robar con las motivaciones opuestas:
- Podríamos matar por apego o por codicia, quizás porque realmente deseamos comernos un animal o un pez. Que no haya absolutamente nada más que comer es una cosa, pero si existen alternativas, es otro asunto.
- Podríamos robar por enojo, porque queremos lastimar a alguien y por eso tomamos algo que le pertenece.
Conducta sexual inapropiada
Este es un tema difícil porque, para la mayoría de nosotros, el fuerte impulso que hay detrás de la conducta sexual es el deseo anhelante. El budismo explica lineamientos básicos de lo que hay que evitar, los cuales son:
- Causar daño con nuestra conducta sexual, incluyendo la violación y el abuso.
- Presionar a otras personas, incluso a nuestra propia pareja, para tener sexo cuando no lo desean.
- Tener sexo con la pareja de otra persona o, si tenemos pareja, tener sexo con alguien más. Sin importar qué tan cuidadosos seamos, ésto siempre acarrea problemas, ¿no es así?
Hay muchos otros aspectos dentro de la conducta sexual inapropiada, pero la idea detrás de ello es que no nos comportemos simplemente como animales. Un animal salta sobre otro cuando se le antoja, sin importar quién esté a su alrededor. Está totalmente bajo el control del deseo y la lujuria, y eso es lo que queremos evitar.
Lo que nos gustaría hacer es, entonces, establecer ciertos límites y determinarnos a limitar nuestra conducta sexual dentro de ellos y no traspasarlos. Estos límites podrían tener que ver con la frecuencia, los tipos de actos sexuales, las posiciones o lo que sea. El punto es establecer ciertas pautas en torno a cómo conducir nuestra vida sexual y no sólo hacer lo que se nos antoje, en cualquier momento, en cualquier lugar y con quien sea, como animales. Esto es sumamente importante en términos de la autodisciplina ética. La autodisciplina es para abstenernos de traspasar los límites que establecemos porque entendemos que ir más allá sólo está basado en la lujuria, y la lujuria es la causa de incontables problemas.
Consumir sustancias tóxicas
Consumir sustancias tóxicas no está incluido dentro de estas acciones destructivas, pero renunciar a ellas es muy importante en términos de nuestro desarrollo.
Queremos desarrollar concentración y disciplina. Bueno, cuando nos emborrachamos perdemos toda disciplina, ¿no es así? Consumimos drogas psicodélicas o mariguana y perdemos toda la concentración. Nuestra mente se llena de vagabundeo mental y fantasías. Si revisamos los efectos de diversas drogas o del alcohol y los comparamos con lo que deseamos lograr en términos de nuestro desarrollo personal, vemos que drogarnos o emborracharnos es contradictorio. Crea obstáculos que duran, no sólo mientras estamos borrachos, sino que puede haber secuelas, ¡como la resaca! Así que definitivamente es bueno establecer algunas limitantes a nuestro consumo y, por supuesto, es mejor renunciar a dichas sustancias por completo.
Límites correctos de la acción (conducta correcta)
Un aspecto de la autodisciplina ética es abstenernos de las conductas destructivas. El otro aspecto es involucrarnos en formas de actuar constructivas, y a ésto es a lo que se le llama “acción correcta”.
Así, en lugar de quitar la vida, ayudamos activamente a preservar la vida. Una aplicación más amplia de ésto sería no destruir el medio ambiente sino cuidarlo, de tal forma que los animales y los peces puedan vivir libremente. Alimentar a tus cerdos, si es que los tienes, no para engordarlos y comerlos, sino para que se desarrollen; eso es preservar la vida. Alimentar a tu perro, ¡esa es una forma de ayudar a preservar la vida! También incluye aspectos como cuidar gente enferma o ayudar a quienes se lastiman.
Piensen en una mosca o en una abeja que zumba en nuestra habitación. Realmente no quieren estar ahí. Quieren salir pero no saben cómo, así que no es muy amable matarlas porque cometieron el simple error de entrar en nuestro cuarto, ¿cierto? Podemos ayudarlas a salir abriendo la ventana y diciendo “shú” o algo así; eso es ayudar a preservar la vida. ¡Y la abeja quiere vivir! Si un pájaro entrara por error en nuestra habitación, no agarraríamos una escopeta para dispararle, ¿o sí? Pero la diferencia entre la abeja y el pájaro es sólo el tamaño, la apariencia y el sonido que hacen. Si no nos gusta que las moscas entren a nuestra habitación, ¡no abramos la ventana o coloquemos mosquiteros!
Con respecto a no robar, la acción correcta es proteger los bienes de otras personas. Si alguien nos presta algo, tratamos en la medida de lo posible de no dañar el objeto. Tratamos de ayudar a que otras personas tengan cosas lindas.
En lugar de tener una conducta sexual inapropiada, lo cual incluye no solamente tener sexo con otras personas sino también con uno mismo, necesitamos ser amables y gentiles, no sólo actuar como perros en celo.
Otros ejemplos de conducta correcta e incorrecta
Si revisamos una extensión de nuestro análisis, podemos ver que hay muchos otros aspectos involucrados en estos tres tipos de conducta.
Por ejemplo, una extensión de no matar es dejar de tratar a los demás con rudeza física. Esto incluye no solamente no golpear a otros; también se trata de no explotarlos laboralmente ni presionarlos demasiado para hacer cosas que pueden causarles daño físico. También podemos aplicar ésto a nosotros mismos: no debiésemos maltratarnos trabajando en exceso, comiendo mal o durmiendo poco. Con frecuencia pensamos en nuestra conducta en términos de otros, pero es importante aplicarla también a nosotros mismos.
Con respecto a robar, no es solamente tomar los bienes de otros, sino también utilizar las cosas de otras personas sin preguntarles primero. Como usar el teléfono de alguien más para hacer una llamada muy costosa, o tomar la comida del refrigerador de otra persona sin su permiso. Colarnos en un cine sin pagar o (a las personas no les gusta ésta) ¡no pagar impuestos! Eso es robar. Podríamos argumentar: “bueno, no quiero pagar mis impuestos porque los utilizan para financiar guerras y comprar armas”. Pero la realidad es que también se destinan a construir caminos, hospitales, escuelas y demás. Si queremos tener esos servicios, entonces tenemos que pagar impuestos.
¿Qué hay acerca de descargar programas o videos sin licencia o piratas? ¿Eso es robar? Me parece que lo es, especialmente si dice de forma explícita: “No descargar sin pagar”, lo cual es bastante claro. No hay manera de decir que no es robar. Sin embargo, el principio es establecer límites. Hay un espectro entre hacer todo lo que nos plazca sin pensar en las consecuencias y no hacer nada en absoluto. Con respecto a robar, podemos decir: “No robaré un banco ni una tienda, pero ¿descargar sin pagar? Realmente ahora mismo no puedo evitarlo”. Al menos ésto crea cierto límite, pero aún así es importante reconocer que descargar sin pagar es robar. También hay una diferencia importante entre descargar algo cuando tienes el dinero para pagarlo y cuando no lo tienes. Es más grave cuando tienes el dinero para pagarlo y no lo haces sólo por ser avaro o ruin. Esto es algo que necesitamos evitar.
En este punto de robar, podemos observarnos a nosotros mismos: podemos dejar de gastar dinero en cosas triviales. Por ejemplo, apostar es malgastar nuestros bienes. Tampoco debiésemos ser mezquinos con nosotros mismos cuando realmente podemos pagar algo. Por ejemplo, tenemos el dinero para consumir una dieta apropiada y comida de buena calidad, pero somos tacaños y compramos la comida más barata y de la peor calidad. ¡Ésto es casi como robarnos a nosotros mismos!
En lo que se refiere a la conducta sexual inapropiada, no es sólo dejar de coquetear con otros o con sus parejas, sino también dejar de involucrarnos en actos sexuales que puedan poner en riesgo nuestra salud física y emocional. Por ejemplo, conoces a alguien por quien te sientes muy atraído y, por un lado, te gustaría tener sexo con él o ella. Pero el asunto es que esa persona tiene todo tipo de problemas emocionales y otras dificultades, y te das cuenta de que si te involucras habrá problemas. Así que, por tu propia salud personal, no lo haces. ¡No debemos dejarnos llevar por la lujuria sólo porque alguien es atractivo(a)!
Qué hacer cuando hemos traspasado los límites que establecimos
De forma inevitable, de vez en cuando traspasaremos los límites que hemos establecido para nuestra conducta, por lo que el budismo ofrece un conjunto de oponentes para lidiar con tales situaciones:
- Reconoce lo que hiciste. Sé honesto contigo mismo.
- Arrepiéntete de la acción, deseando no haberla cometido. Esto es diferente de la culpa, con la que básicamente piensas que eres una persona terrible y no sueltas.
- Determínate a tratar de no repetir la acción.
- Reafirma tu motivación: que no deseas traspasar el límite porque conduce a la infelicidad y causa problemas.
- Aplica un oponente. Por ejemplo, si le gritaste a alguien, puedes disculparte con honestidad, explicando que estabas de mal humor o lo que sea.
Forma de ganarse la vida
Se refiere a cómo nos ganamos la vida; algunas son éticas y otras no.
Forma incorrecta de ganarse la vida
Esto se refiere a evitar ganar dinero con algún tipo de industria dañina o de forma que sea dañina para nosotros mismos o para los demás. Esto incluye, por ejemplo:
- Fabricar o tener algún tipo de relación con armas
- Masacrar animales, cazar, pescar y exterminar insectos
- Hacer, vender o servir alcohol o drogas
- Dirigir un casino de apuestas
- Publicar y distribuir pornografía.
Estos tipos de formas de ganarse la vida causan daño a otros o, como en el caso de la pornografía, provocan que la lujuria y el deseo sólo se incrementen. Aun si estamos involucrados en un trabajo regular es importante evitar la deshonestidad:
- Cobrarle más a nuestros clientes, en el sentido de que deseamos obtener tanto dinero de ellos como sea posible
- Malversar fondos, lo cual significa tomar fondos de un negocio para nuestro uso personal
- Extorsionar, amenazar a otros para obtener su dinero
- Sobornar
- Explotar a otros
- Hacer publicidad engañosa
- Adulterar la comida o los productos para obtener más dinero.
¡Hay tantas formas deshonestas de ganarse la vida! Necesitamos aplicar la autodisciplina ética para evitarlas.
Forma correcta de ganarse la vida
Debiésemos aspirar a ganarnos la vida de una forma que sea honesta y que beneficie a la sociedad, tales como:
- Medicina
- Trabajo social
- Comercio justo
- Hacer o vender productos y servicios que sean de beneficio para otros.
Cualquier cosa que contribuya al funcionamiento saludable de la sociedad y al bienestar de otros es maravillosa. Además de ésto, debemos:
- No engañar a otros, ni cobrarles en exceso
- Establecer un precio justo, de tal forma que podamos obtener ganancias, pero dentro de lo razonable
- Pagar bien a nuestros empleados, de tal forma que no los explotemos.
Un punto que siempre surge en las preguntas es acerca de la necesidad. Una vez traduje para un maestro tibetano en Australia, en donde existe una enorme cantidad de ovejas, y una de las personas preguntó: “en el pueblo en el que vivo el único trabajo disponible es criar ovejas, que después son consumidas por su lana y su carne, ¿qué debería hacer? No puedo simplemente mudarme a otra ciudad y encontrar otro trabajo”. El lama tibetano dijo: “Lo principal es ser honesto en tu trabajo y no engañar a otros y, en tu caso, no maltratar a las ovejas sino atenderlas con gran amabilidad, alimentarlas bien y cuidarlas apropiadamente”. Así, el énfasis principal está en ser amables y honestos.
Resumen
Cuando revisamos el consejo que contiene el óctuple sendero, no debiésemos considerarlo como normas que nos constriñen, sino como límites que nos liberan de las acciones negativ.