El 18 de agosto de 1987, en una audiencia privada en Dharamsala, con Su Presencia Suprema, Su Santidad el Dalái Lama, reporté la reciente conclusión de mi tour de conferencias desarrollado durante 15 meses por 24 países. Presenté varias sugerencias acerca de la política de funcionamiento de centros budistas de Dharma en países extranjeros. Su Santidad indicó que podría ser útil enviar tales recomendaciones directamente a las diferentes sedes en dichos países. Por consiguiente, me gustaría presentar las siguientes observaciones y sugerencias:
(1) El fututo del budismo tibetano no recae en las manos de extranjeros, sino en las manos de las generaciones jóvenes de tibetanos. Debido a que muy poco de la tradición ha sido traducido y muy pocos extranjeros tienen el tiempo libre para dedicarse al 100 por ciento al entrenamiento del Dharma tradicional en lengua tibetana, no serán los extranjeros quienes sean capaces de mantener y transmitir los linajes e iniciaciones, o dar las enseñanzas y entrenamientos completos en un futuro inmediato. Serán los tibetanos jóvenes. Por lo tanto, si cada centro de Dharma foráneo tiene un gueshe, lama o traductor residente, o planea tenerlos, y si estos son altamente calificados, ocurrirá una seria fuga de cerebros. Ya que la mayoría de los extranjeros están muy ocupados como para poder asistir a más de dos sesiones por semana al centro de Dharma, el tiempo de los gueshes o lamas es, en su mayoría, desperdiciado, mientras que en muchos de los monasterios indios, los monjes se quedan con instalaciones inadecuadas de enseñanza. Como resultado, el budismo tibetano de alta calidad se perderá en la próxima generación.
Por lo tanto, recomiendo que los centros de Dharma formen agrupaciones geográficas y compartan, aproximadamente cuatro o seis centros, a un gueshe, lama o traductor. No es necesario que se envíe a los gueshes y demás sino hasta que el centro esté bien establecido, de lo contrario nuevamente su tiempo será desperdiciado. Estos maestros pueden rotar su residencia en los centros, por estancias de un mes por cada ocasión, de tal forma que visiten cada centro dos o tres veces al año. Cuando los maestros están disponibles constantemente, por lo general se les toma por dados y la asistencia puede ser baja, porque la vida de los estudiantes está ocupada con otros compromisos. Si el maestro visita un mes a la vez, entonces se considerará como un periodo especial, los estudiantes tal vez puedan ser capaces de hacer tiempo extra para una asistencia más regular e intensiva. Durante los periodos entre visitas, los estudiantes tendrán tiempo para digerir las enseñanzas y ponerlas en práctica bajo la guía de estudiantes más avanzados.
También hay que ser muy precavidos al escoger a los gueshes, lamas y traductores, para que los de alta calidad no sean sacados de posiciones de enseñanza en India, Nepal, Sikkim o Bután. Esto sería, por ejemplo, como llevar a un profesor de física nuclear reconocido mundialmente a enseñar aritmética. Aunque si el interés lo demanda, puede haber un centro en una región geográfica amplia en donde se lleven a cabo los programas más intensivos, pero es necesario que sean limitados en cantidad.
(2) Todavía existe un problema de sectarismo en muchos centros de varias de las tradiciones tibetanas, lo que es extremadamente divisivo y peligroso para el futuro del budismo. Como Su Presencia Suprema, Su Santidad el Dalái Lama siempre lo ha señalado, el antídoto más poderoso para un sectarismo de criterio estrecho es la educación. A pesar de que es importante que cada centro mantenga la pureza de su propio linaje y no mezcle todas las tradiciones en un caldo confuso, es esencial que los estudiantes reciban educación acerca de los otros linajes y tradiciones del budismo tibetano y no tibetano, para que puedan apreciar por sí mismos que nada es contradictorio en las enseñanzas del Buda.
Por lo tanto, recomiendo que los centros de Dharma estén abiertos a tener maestros y conferencistas invitados de linajes, tanto tibetanos como no tibetanos, además de los propios. De esta manera, los estudiantes recibirán una educación budista más completa, que sólo puede ser de beneficio para promover el entendimiento, la armonía y el progreso.
(3) En algunos centros, las puyas de deidades tántricas y protectores son entonadas en inglés u otros idiomas europeos, en grupos grandes abiertos al público. Estas contienen expresiones como "bebedor de sangre" y demás, que pueden causar una gran cantidad de ideas extrañas e impresiones erróneas en novatos y visitantes. Entonces, recomiendo que los versos de aspiración, de refugio, bodichita, de las siete ramas y dedicación puedan ser entonadas en la lengua materna, mientras que los textos tántricos sean recitados en tibetano. Por ejemplo, Lama chopa puede ser dicho en tibetano y las secciones de lamrim pueden ser recitadas en la lengua materna. Esto se aconseja especialmente para las reuniones públicas. Entonces, aquellos que deseen aprender y conocer el significado del tibetano estarán motivados a estudiar y aquellos visitantes casuales no se llevarán ideas extrañas. Es necesario que las traducciones completas de textos rituales tántricos sean restringidas sólo a uso personal.