Explicación de las acciones de entrenamiento para la toma de refugio

Hay varios tipos de acciones especificadas en torno a cómo entrenarnos para realmente darle la dirección segura del Buda, el Dharma y la Sangha a nuestra vida. Indican claramente la aplicación práctica del refugio en nuestra vida diaria y lo que de verdad necesitamos hacer para mantener esa dirección. 

Para ello, existen dos listas de acciones de entrenamiento. Una proviene de un texto escrito por el antiguo maestro budista indio Asangha, llamado El texto que todo lo incluye para la constatación (gTan-la dbab-pa bsdu-ba, sct. Vinishcaya-samgraha). La otra proviene de las llamadas «enseñanzas quintaesenciales». Las enseñanzas quintaesenciales no derivan de un texto clásico específico y pueden ser escritas u orales. Cada una de estas dos listas tiene dos divisiones: instrucciones relacionadas con cada una de las Tres Joyas individualmente, e instrucciones relacionadas con las tres en común.

La lista de Asangha

Para empezar, repasemos la lista de instrucciones que viene del texto de Asangha. Cada una de sus dos divisiones cuenta con cuatro acciones de entrenamiento.

Comprometernos con un Maestro Espiritual

Al mismo tiempo que tomamos la dirección segura de los budas, nos comprometemos de todo corazón con un maestro espiritual. La razón principal es que necesitamos la inspiración de un modelo a seguir. Para ello, necesitamos un maestro espiritual. Un maestro espiritual no es solo alguien que nos proporciona información. Podemos obtener información de un libro o del Internet. Un maestro espiritual es alguien que de verdad puede inspirarnos con su ejemplo viviente y, por supuesto, responder preguntas y corregirnos cuando cometemos errores.

Si todavía no hemos encontrado un maestro espiritual, necesitamos hacer algo de esfuerzo para encontrar uno. Eso puede ser muy difícil, especialmente cuando tenemos una elección limitada. Puede ser que no vengan muchos maestros a donde vivimos y, aunque lo hagan, se queden unos días y luego vayan al siguiente lugar en su gira de enseñanzas. Puede ser que haya tantos otros estudiantes que estos maestros no tengan tiempo para tratar con nosotros de forma individual. Pero hay muchos niveles diferentes de maestro espiritual. Puede haber maestros que solo nos den información o nos muestren cómo sentarnos correctamente y todo eso. Puede haber maestros que solo nos ayudan con la explicación, y maestros que son guías espirituales de verdad que nos confieren votos y nos aconsejan en nuestro camino espiritual. Podemos aprender de todos ellos.

[Ver: Diferentes niveles de maestros y estudiantes espirituales]

Pero de lo que estamos hablando aquí es del maestro que nos inspira personalmente. Nos comprometemos de todo corazón con un maestro así. Esa persona puede que no inspire a nadie más. Solo porque otras personas consideren que un profesor es muy bueno no significa que tengamos que compartir esa impresión. Usando la jerga occidental, tiene que haber algún tipo de química personal involucrada. Para usar el argot budista, tiene que haber alguna relación kármica. Ese maestro que encontramos tan inspirador nos da la energía para continuar a lo largo de todo el camino.

Nuestro modelo a seguir, por lo tanto, no tiene por qué ser el maestro de quien recibimos muchas enseñanzas u orientación personal. Podría ser alguien como Su Santidad el Dalái Lama, a quien nunca podríamos conocer individualmente de forma personal. Obviamente, si asistimos a las enseñanzas de Su Santidad, escuchamos sus grabaciones o leemos sus libros, eso es mucho mejor.

En términos de tomar refugio, hay una ceremonia oficial que se puede realizar. Al convertir nuestra toma de refugio en un evento, formalizamos que, a partir de ese momento, le damos seriamente esta dirección segura a nuestra vida. Hacemos esto con un maestro, pero eso no significa que esta persona deba llegar a ser nuestro maestro espiritual. Mostramos respeto a esos maestros porque, en cierto modo, nos han abierto la puerta, pero quizás no nos parezcan particularmente inspiradores. Tampoco significa que ahora nos hayamos unido a la tradición del budismo que sigue ese maestro. No nos hemos unido al club de esa persona y nos hemos convertido en parte exclusiva de su “equipo de fútbol” de Dharma. Nos estamos refugiando en el Buda, el Dharma y la Sangha. No nos estamos refugiando en la persona que dirige la ceremonia.

De nuevo, cuando nos dirigimos en esta dirección segura, es importante tener modelos a seguir y alguien que nos inspire, un maestro espiritual. La función principal del maestro espiritual, según los textos tradicionales, es proporcionar la inspiración y la energía para que nos pongamos en marcha en el camino, para mantenernos en el camino, y para darnos la energía para completar el camino. Aunque en teoría podemos obtener esa inspiración de los ejemplos del Buda Shakyamuni y de los aryas altamente realizados, para la mayoría de nosotros es bastante difícil relacionarnos con ellos, ¡y ciertamente no los encontramos en nuestra vida diaria!

Estudiar las enseñanzas del Buda

Para mantener la dirección del Dharma en nuestra vida, en primer lugar, necesitamos entrenarnos y estudiar las enseñanzas del Buda. Eso es muy importante. Su Santidad el Dalái Lama hace hincapié una y otra vez en que, si no estudiamos y aprendemos bien las enseñanzas, no entenderemos nada. Podremos realizar rituales y cosas así, pero los haremos sin ningún entendimiento. Por desgracia, eso no va a traer muchos resultados.

Para ir en una dirección segura, necesitamos saber cuál es esa dirección. Tenemos que aprender cuáles son los métodos. Sin ese conocimiento, ¿cómo podemos ir en esa dirección? Por ejemplo, si queremos leer, tenemos que aprender a leer. No hay vuelta de hoja.

Enfocarse específicamente en las enseñanzas para superar nuestras emociones perturbadoras

El segundo entrenamiento en conexión con el Dharma es enfocar nuestra atención en aquellos aspectos de las enseñanzas especificados para superar nuestras emociones perturbadoras. Existen enseñanzas acerca de todo tipo de temas. El solo aprender la duración de la vida en cada uno de los diferentes reinos puede ser interesante, pero eso no nos va a ayudar directamente a superar nuestro enojo, por ejemplo, o nuestra codicia o egoísmo. Para ir en la dirección de la Joya del Dharma más profunda – las verdaderas detenciones y verdaderos estados mentales que son el camino – entonces, dentro de las enseñanzas, necesitamos enfatizar aquellos aspectos que nos ayudarán a superar nuestras emociones y actitudes perturbadoras.

Seguir el ejemplo de la Sangha Arya altamente realizada

A continuación, para mantener la dirección segura de la Sangha —que se refiere a la Sangha Arya, los practicantes altamente realizados— el entrenamiento es seguir sus ejemplos. No estamos hablando de los ejemplos de los monjes. No es que tengamos que convertirnos en monje o monja. Después de todo, un ser muy realizado puede ser monástico o no. A lo que esto se refiere, es a que necesitamos seguir sus ejemplos de estudio, práctica, aprendizaje y trabajo muy, muy duro. Así es como obtuvieron sus niveles elevados de realización —sus cogniciones no conceptuales de la vacuidad, de las cuatro verdades nobles y demás— y cómo siguieron trabajando por alcanzar la liberación y la iluminación. Ese es el ejemplo que debemos seguir.

La relevancia de estos cuatro entrenamientos en la vida diaria

¿Cuál es la relevancia en la vida diaria? Examinemos cómo se aplican. Tenemos un cierto modelo, un maestro espiritual, y esa persona nos inspira cuando las cosas salen mal. Estamos aprendiendo los métodos del Dharma y centrándonos en los métodos que pueden ayudarnos a superar la ira, la codicia, el egoísmo, etc. Estamos siguiendo los ejemplos de la Sangha Arya de intentar poner en práctica las enseñanzas todo el tiempo, siempre que surjan dificultades. Incluso cuando las dificultades no se presentan, las mantenemos como una especie de medida preventiva para evitar que surjan dificultades. Simplemente lo hacemos, sin dualidad.

Subyacente a nuestra práctica de darle una dirección segura a nuestra vida está la motivación de que no queremos que las cosas empeoren. Entendemos que ir en esta dirección segura nos ayudará a ser una persona más feliz y a evitar problemas. Además, comportarse de esta manera nos sienta bien. Nos sentimos más felices, con más paz mental. No nos limitamos a ser víctimas de las dificultades que ocurren en nuestra vida. Trabajamos para superar estas dificultades, y nuestro refugio en el Buda, el Dharma y la Sangha nos da la fuerza y los métodos para hacerlo.

Apartarse de la búsqueda de placeres sensoriales

Con relación a tomar la dirección segura de las Tres Joyas como un todo, en primer lugar, apartamos nuestra mente de divagar hacia la búsqueda de placeres sensoriales y —como la tarea principal en nuestra vida— en lugar de trabajar en eso, trabajamos en nosotros mismos. Como uno de mis profesores, Gueshe Ngawang Dhargyey, solía decir: “Deberíamos dejar de ser turistas del samsara”. No es esencial experimentar todas las diferentes posibilidades que la vida samsárica puede ofrecer. La búsqueda de los placeres sensoriales lo único que causa es lo que se llama el “sufrimiento del cambio”. Esto es porque, cuando investigamos esos placeres, nunca duran y nunca nos satisfacen. Siempre queremos más, y si tenemos demasiado de ese placer de una sola vez, nos enfermamos. Por ejemplo, si comer nuestra comida favorita nos brindara la felicidad verdadera, cuanto más comiéramos de una vez, más felices seríamos. Pero obviamente eso tiene un límite.

En cambio, cuando nuestra búsqueda principal es trabajar en nosotros mismos y tratar de superar lo que nos causa la pérdida de la paz mental, entonces obviamente, como resultado, tendremos más paz mental. De hecho, seremos más felices de un modo mucho más estable. Puede que no sea tan dramático como un encuentro sexual, pero la felicidad que proviene de la paz mental es mucho más estable y segura.

Eso no significa que tengamos que renunciar por completo al entretenimiento, a la buena comida y a la experiencia sexual. No tenemos que regalar todo nuestro dinero y todo eso. Lo que eso significa es que necesitamos poner esos placeres sensoriales en cierta perspectiva. A veces necesitamos relajarnos para poder trabajar con más eficiencia. Pero tomamos esta relajación casi como si fuera una medicina. Por ejemplo, una de las oraciones para dedicar nuestras comidas es: “Participo en esta comida no por codicia, no por deseo, sino como una medicina para obtener más fuerza y poder seguir trabajando para ayudar a los demás”.

Si vemos nuestra relajación -tal vez ir al cine o lo que sea- como una especie de medicina para regenerar nuestra energía, entonces está bien. Con este punto de vista, nuestra búsqueda de tales descansos se mantiene dentro de ciertos límites y será con moderación, y no exageraremos el placer que podamos obtener de ello.

Hay un chiste que dice que, al final de la vida, quien haya acumulado más juguetes, más posesiones materiales, es el que gana. No es el caso. No es así. No es que el objetivo de la vida sea acumular tantos dispositivos electrónicos como podamos, o que hayamos visto más películas que los demás, o que nuestra cuenta bancaria tenga un número mayor que la de los demás, o que hayamos comido más alimentos exóticos que los demás. Ese no es el sentido de la vida, ¿verdad? Nada de esto nos va a proporcionar ningún tipo de satisfacción duradera, sobre todo si pensamos en términos de las vidas futuras.

Es evidente que cuando nuestro objetivo principal no es el entretenimiento, esto realmente marca el rumbo de nuestra vida cotidiana. Nuestra vida diaria no consiste solo en escuchar cada vez más música o algo así. Hay gente adicta a escuchar música; ya sea trabajando, viajando o caminando, siempre están escuchando sus iPods durante todo el día y la noche. Una vez que le hemos dado la dirección segura de refugio a nuestra vida, distraernos escuchando música todo el tiempo no es ciertamente un medio para ir en esa dirección. Para ir en esta dirección segura, lo principal en nuestra vida debe ser trabajar para superar nuestros apegos, nuestra avaricia, nuestro egoísmo, etc. Pero recuerden, esto no significa perseguir esto de una manera fanática y perfeccionista. Podemos seguir divirtiéndonos.

Ese es un concepto muy interesante: ¿Qué es “divertido”? Permítanme contarles una de mis historias favoritas. Una vez, cuando estaba en Holanda con mi maestro, el antiguo Serkong Rinpoche, nos quedamos en la casa de una familia adinerada. Tenían un barco muy grande que guardaban en un lago muy pequeño. Un día nos llevaron a dar un paseo en su yate. Estábamos en este pequeño lago con muchos otros yates, juntos en fila, e íbamos muy despacio en un círculo alrededor del lago, como si estuviéramos en una especie de paseo infantil en un parque de atracciones. Rinpoche se volvió hacia mí y me dijo en tibetano: “¿Esto es lo que creen que es la diversión?”. De nuevo, ¿qué es divertido?

Shantideva dice que, si nuestro trabajo de Dharma nos resulta divertido, entonces no seremos felices a menos que estemos haciendo trabajo de Dharma. Esto incluye ayudar a otros, trabajar en nosotros mismos, etc. De eso se trata la perseverancia, de disfrutar de lo que estamos haciendo. Si podemos disfrutar de lo que hacemos, seguiremos haciéndolo.

En realidad, mejorarnos a nosotros mismos —deshacernos o disminuir las diferentes emociones perturbadoras, los conflictos internos y demás— conlleva una gran cantidad de alegría. Es un trabajo duro, pero muy agradable a medida que obtenemos más y más resultados. Por supuesto, estos resultados tendrán altibajos. No es un proceso lineal. Pero, aun así, cuando vemos que estamos haciendo algunos progresos, es fantástico. Pensamos: “Estoy haciendo algo de verdad”.

Una analogía útil puede ser la de alguien que se entrena en un deporte. Es realmente un trabajo muy duro estar todo el tiempo nadando o corriendo. Pero, cuando somos capaces, a través del entrenamiento, de correr o nadar más lejos y más rápido, y nuestra resistencia mejora, nos sentimos realmente bien, ¿no es así? A pesar de las dificultades, lo disfrutamos. Es lo mismo con nuestra práctica del Dharma. Estamos entrenando y entrenando y, vaya, por ejemplo, pudimos ir a una cena familiar con todos los parientes que nos irritan mucho y no perdimos los estribos. Pudimos ser pacientes, y estuvo bien. Terminamos la comida perfectamente bien. De hecho, la disfrutamos, a pesar de que nuestros padres nos preguntaban: “¿Por qué no te has casado todavía? ¿Por qué no tienes hijos?”. Fuimos capaces de mantener nuestra paz mental y lidiar con ello, y nos sentimos realmente bien.

En resumen, esta instrucción implica retirar a nuestra mente de la búsqueda de placeres sensoriales, y el argumento es que la práctica del Dharma es, de hecho, más placentera.

Adopción de las normas éticas del Buda

La siguiente instrucción de la lista de entrenamientos de Asangha para las Tres Joyas Preciosas en común, es adoptar los estándares éticos que los budas han establecido. Esto es muy importante. Ir en esta dirección segura significa que tenemos que evitar el comportamiento destructivo y, en lugar de ello, actuar de manera constructiva. Hacer esto es seguir la ética budista básica. Si actuamos destructivamente, basándonos en nuestras emociones perturbadoras, eso solo producirá más infelicidad, en especial para nosotros y, posiblemente, para los demás. Cuando, por otro lado, actuamos de manera constructiva, esto produce más felicidad.

La ética budista no se basa en la obediencia. Ese no es el principio de la ética en absoluto. En otros sistemas, existen leyes, ya sea establecidas por alguna autoridad divina o por la legislación, y ser una persona ética significa ser obediente y obedecer las leyes. El budismo no es así. Más bien, lo importante en la ética budista es aprender a discriminar por nosotros mismos entre lo que es útil y lo que es dañino. Esto es importante. Todo se trata sobre lo que es útil y lo que es perjudicial, no de lo que es bueno o malo, o de lo que es legal y lo que es ilegal. En función de esa discriminación entre lo útil y lo perjudicial, conocida como “darse cuenta que discrimina”, decidimos abstenernos de lo que sería perjudicial.

Lo que es dañino es lo que sería autodestructivo y lo que nos haría ir en una peor dirección, como, por ejemplo, volvernos más y más adictos a los hábitos destructivos. Una dirección destructiva desde el punto de vista de la salud podría incluir el fumar, por ejemplo, pero también hay comportamientos destructivos, emociones destructivas y actitudes destructivas desde un punto de vista social. En resumidas cuentas, una dirección segura es lo que sería útil para mejorarnos a nosotros mismos y mejorar nuestras habilidades para ayudar a los demás.

Ser Compasivo

El siguiente entrenamiento es tratar de ser lo más comprensivos y compasivos posible con los demás. No creo que eso necesite muchas explicaciones. Incluso si nos limitamos a trabajar por nuestra propia liberación personal, ciertamente necesitamos ser amables con los demás y ayudarlos.

Hacer ofrendas especiales en los días festivos budistas

El último entrenamiento es hacer ofrendas especiales de frutas, flores, etc., en días budistas especiales, como el aniversario de la iluminación del Buda. Eso es interesante, en realidad, porque podríamos tener la actitud de que no necesitamos celebrar días festivos especiales. ¿Qué sentido tienen? Podríamos sentirnos ofendidos por el ejemplo de lo comercializada que se ha vuelto la Navidad en Occidente y pensar: “¿Para qué necesito esto? ¿Es solo una versión budista de poner un árbol de Navidad y, en lugar de poner luces en un árbol de Navidad, estamos poniendo velas de té en pequeños cuencos sobre un altar?”.

Creo que lo importante aquí es que se muestra respeto por el Buda, la tradición, los maestros y demás. Hacer ofrendas es una muestra de respeto. No tenemos que exagerarlo y no tenemos que esperar un cierto día festivo budista para mostrar ese respeto. Eso es algo que podemos hacer todos los días. No deberíamos convertirlo en ir a la iglesia el domingo, y que el resto de la semana hagamos lo que queramos. Observar un día festivo religioso nos hace sentir parte de una comunidad mayor; también tiene una función de apoyo social.

Cuando analizamos estos entrenamientos, encontramos ciertas cosas que no suenan exclusivamente budistas. Ser compasivos y comprensivos con los demás, seguir la ética y todo eso, son cosas bastante universales, ¿no es así?

Pero para revisar los puntos específicamente budistas presentados anteriormente en esta lista, primero, vemos los ejemplos de los grandes maestros budistas como nuestro modelo a seguir. Luego, estudiamos las enseñanzas, específicamente, las enseñanzas que están dirigidas a disminuir nuestras emociones perturbadoras, y seguimos los ejemplos de los grandes seres altamente realizados. Por supuesto, realmente tenemos que trabajar duro en todo esto. En este contexto, podemos añadir ser éticos, amables y comprensivos, no seguir en gran medida los deseos sensoriales, sino mantenernos centrados y firmes en nuestras prioridades y mostrar respeto por la tradición.

La lista de las enseñanzas quintaesenciales

Hasta ahora, hemos presentado los entrenamientos para cada una de las Joyas individualmente y para las tres en general del texto de Asangha. Del mismo modo, las instrucciones directrices aconsejan entrenamientos para cada una de las Joyas específicas, así como para las tres en común. En términos de las Joyas individuales, hay una acción a evitar y una a adoptar en relación con cada una de las tres. Primero, presentaremos las acciones a evitar.

En lo que respecta a los Budas, evitar tomar la dirección definitiva en otra parte

Cuando tomamos nuestra dirección segura de los budas y le damos esa dirección a nuestra vida, lo que necesitamos evitar es tomar nuestra dirección principal de otra parte. Esto es algo interesante que podemos observar en nosotros mismos. Cuando nos sentimos realmente mal, de mal humor y las cosas no van bien en un sentido convencional, ¿a qué recurrimos para refugiarnos y reconfortarnos? ¿Al chocolate, por ejemplo? Nos sentimos muy mal, así que salimos y nos atiborramos de una gran tableta de chocolate, y de alguna manera tenemos un poco de placer, ¿y entonces ya no parece tan malo? Cuando las cosas van mal, ¿necesitamos hablar con un amigo? ¿Nos inclinamos por el sexo? ¿A qué nos dirigimos? ¿Somos como un perro que necesita una palmadita en la cabeza, y luego moveremos la cola?

La instrucción quintaesencial aquí dice que está bien comer chocolate si nos sentimos un poco deprimidos o tristes, pero esa no es la fuente última de dirección en nuestra vida. Claramente, no es el chocolate. ¿Qué tal si aplicamos los métodos del Dharma para lidiar con la situación delicada?

Me resulta un poco extraño que las personas que supuestamente están muy interesadas en el Dharma, incluyendo algunos maestros de Dharma Occidental, tengan dificultades en sus matrimonios u otros asuntos y recurran a la psicoterapia en lugar de tratar de aplicar los métodos del Dharma. Siempre encuentro esto un poco extraño porque, si sinceramente tomamos el Dharma como nuestra dirección en la vida, entonces, supuestamente, estamos convencidos de que el Dharma ofrece una solución a cualquier problema que tengamos. Obviamente, eso no significa que si tenemos cáncer solo vamos a meditar, y el Dharma curará nuestro cáncer. Eso es una tontería. No se trata de eso. Vamos al médico. Pero la práctica del Dharma puede ayudarnos a superar cualquier depresión si es que tenemos cáncer.

Si sentimos que necesitamos ir a un terapeuta para poder discutir nuestros problemas y obtener otro punto de vista, está bien. Pero eso sería solo un complemento, algo adicional, en términos de tratar de aplicar de verdad los métodos del Dharma. El refugio principal, la dirección principal y las prácticas que cultivamos para que nos ayuden a superar nuestras deficiencias, son los métodos del Dharma. Tal vez necesitemos más orientación sobre cómo aplicarlas, pero confiamos en que el Buda entendió cómo deshacerse de todos los problemas.

Con respecto a este punto de no tomar nuestra dirección suprema o última de otro lugar que no sea el Buda, el Dharma y la Sangha, las instrucciones son que no nos refugiemos de forma última en los dioses mundanos. Desde una perspectiva budista, los dioses de otras religiones son dioses mundanos. Obviamente, las otras religiones no considerarían que esto es cierto.

A Serkong Rinpoche se le preguntó una vez sobre este punto en Italia. Una persona le preguntó que, si se convertía en budista, ¿podría seguir yendo a la iglesia? Rinpoche respondió: “¿Son contradictorias las enseñanzas cristianas sobre el amor con las enseñanzas budistas sobre el amor?”. Obviamente, no lo son. No hay problema si queremos ir a la iglesia. El punto crucial es, ¿cuál es la dirección última en la que vamos en nuestra vida? Tenemos que tomar algún tipo de decisión. Eso no significa que tengamos que cortar con todo lo demás, sino tener clara la dirección que estamos tomando. Hay cosas positivas que podemos aprender de otras tradiciones y eso está bien. No hay problema.

Pero, cuando hablamos de prácticas y métodos, no debemos mezclar todo en la misma olla. No entramos en una iglesia y hacemos postraciones, por ejemplo; o mientras se realizan ciertos rituales, no nos sentamos a recitar en secreto: “om mani padme hum”. Ir a la iglesia y hacer nuestras prácticas budistas se pueden hacer de forma separada y con respeto en su propio lugar y contexto.

Más específicamente, a lo que se refiere esta instrucción en la esfera budista es a no refugiarse en protectores o espíritus mundanos. Estos no son fiables. Nos van a decepcionar. No queremos entrar en la adoración de fantasmas y espíritus. Quizás esto es más relevante para un público tibetano o indio, pero hay algunos occidentales que están fascinados por estos espíritus y protectores, y se involucran en las prácticas asociadas con ellos.

Esta palabra “protector” suena como si esos seres fueran a protegernos. Por supuesto, en algunas tradiciones dentro del budismo tibetano, se dice que algunos protectores son emanaciones de los budas. Tenemos que tener cuidado con esto. Debatir en qué nivel se encuentra cada protector puede llevar a construir un sistema parecido a una taxonomía biológica de las diferentes clases de espíritus y de las diferentes clases de protectores. Todo esto se convierte como en una lección de biología.

Necesitamos reconocer qué es lo principal que hay que hacer para obtener protección contra el sufrimiento. Lo primero que hay que hacer es confiar en nuestro karma. En otras palabras, con la inspiración y los ejemplos del Buda, el Dharma y la Sangha para que nos guíen, todo lo que hagamos y como sea que actuemos afectará y determinará lo que experimentemos en el futuro. Los protectores pueden ayudar a crear ciertas circunstancias o condiciones que nos permitirán quemar algunos potenciales negativos, de tal forma que los experimentemos de maneras más leves en el presente. De esta manera, nuestros potenciales positivos podrán madurar más rápidamente. Es el mismo proceso que hacer rituales para los Budas de la Medicina. Pueden proporcionar circunstancias o condiciones para madurar los potenciales positivos para superar una enfermedad, si hemos acumulado esos potenciales. El tema es que, sin los potenciales positivos de nuestro comportamiento anterior, no importa cuánto dependamos de un protector o de un Buda de la Medicina, simplemente no dispondremos de la base para experimentar una situación más feliz.

Por lo tanto, es muy importante que nuestra práctica budista no se convierta en una adoración de los protectores, ni siquiera en una adoración del Buda. Todo lo que nos sucede depende de lo que nosotros hagamos. Todo depende de cómo actuamos, cómo nos comunicamos y cómo pensamos. Una vez más, tenemos modelos, tenemos enseñanzas y tenemos la meta que podemos alcanzar. Pero tenemos que hacerlo; tenemos que caminar en esa dirección. Una vez más, debemos tener clara cuál es nuestra dirección final y, aunque podemos recurrir a otras cosas de forma temporal en busca de un poco de ayuda, debemos tener claro cuál es nuestro camino principal.

En relación con el Dharma, evitar causar daño

En términos de tener la dirección segura del Dharma, lo que necesitamos evitar es causar perjuicios o daños a los seres humanos, animales y a todos los seres. Obviamente estamos tratando de ayudar a los demás, no de hacerles daño, pero eso puede ser muy difícil. Por ejemplo, podríamos decirle algo a alguien con las mejores intenciones, sin querer decir nada desagradable o irrespetuoso. No obstante, por alguna razón, esa persona se siente muy ofendida por lo que dijimos, lo malinterpretó y se enojó mucho. Cuando caminamos, inevitablemente vamos a pisar algo. El objetivo es tratar de minimizar el daño que infligimos a los demás, y ciertamente no intentar hacer daño. Pero, debido al hardware limitado de los cuerpos ordinarios que todos tenemos, inevitablemente vamos a causar daño a otros seres, aunque sea de manera inadvertida. De nuevo, tratamos de minimizar esto tanto como sea posible.

En relación con la Sangha, evitar la relación estrecha con las personas negativas

En cuanto a tomar la dirección segura de la Sangha, lo que queremos evitar es asociarnos estrechamente con las personas negativas. Se trata de una cuestión muy delicada. Cuando aún no estamos firmemente arraigados en nuestro camino espiritual, la compañía que mantenemos puede influenciarnos muy fácilmente de una manera u otra. En este caso, queremos evitar la compañía de personas que siempre se dedican a actividades negativas y destructivas. Tales personas pueden ser, por ejemplo, las que forman una pandilla callejera involucrada en delitos menores, o un grupo de amigos que están consumiendo drogas o emborrachándose todo el tiempo.

En esta etapa de nuestro desarrollo, es muy difícil no dejarse influenciar por las compañías que nos rodean. Queremos ser aceptados y no queremos ofender a nuestros amigos. Como resultado, podríamos beber, tomar drogas, ir por ahí y rayar automóviles o hacer grafitis en los edificios. Después de un tiempo, nosotros mismos nos volvemos adictos a estas actividades.

Esto no significa que tengamos que decirles a nuestros amigos que son personas terribles. El caso es que no se debe pasar mucho tiempo con esas personas si serán influencias negativas para nosotros. Si somos muy débiles, es mejor evitarlos por completo. Por ejemplo, si estamos tratando de superar el hecho de ser alcohólicos, necesitamos dejar de pasar tiempo con nuestros amigos alcohólicos. Nos unimos a otro grupo, Alcohólicos Anónimos, y así estamos con otros que, como nosotros, están trabajando para superar el alcoholismo. Nos apoyamos en ellos y en sus buenos ejemplos. Es un poco como eso. 

Es notable cómo todos estos puntos se interconectan entre sí. Podemos empezar examinando qué es lo más importante en nuestra vida. ¿Es lo más importante en la vida ser aceptado y querido por un grupo de amigos que tienen hábitos negativos? ¿Es eso lo más importante en nuestra vida? ¿Eso traerá felicidad duradera? ¿O es más importante y más significativo trabajar para superar nuestras deficiencias y así poder ayudar mejor a los demás?

Eso no significa que dejemos de preocuparnos o sentir amor por aquellos de los que necesitamos distanciarnos. Por supuesto, deseamos que sean felices; pero también tenemos que tener cuidado con esto. Por un lado, no queremos ser influenciados por ellos y caer en patrones negativos. Pero, por otro lado, no queremos llegar al extremo de pensar de forma arrogante que nosotros somos budistas y que, por lo tanto, somos mucho mejores que ellos. Tampoco es que, al final, vayamos a salvar a estos pobrecitos de sus vidas de pecado. Es obvio que esa sería una actitud terrible.

La gente se separa. Es algo natural que sucede en la vida. Sin darle a nadie la sensación de que la estamos rechazando, o de que alguien no es lo suficientemente bueno, el caso es que, cuando podamos ser muy influidos de manera negativa por ciertas personas, lo mejor es evitarlas. Eso no significa que tengamos que irnos a vivir a una comunidad budista santona o vestir ropa blanca y volvernos veganos. No quiere decir eso. Pero tenemos que estar atentos a las influencias a las que estamos sujetos. Intentamos hacer todo lo posible para evitar las influencias perjudiciales. Esa influencia perjudicial no proviene solo de las personas. Puede proceder de la televisión, la pornografía en Internet o de películas y videojuegos violentos. Todos estos tipos de cosas pueden influenciarnos negativamente al aumentar nuestro deseo o agresión.

Tres acciones respetuosas a adoptar

Con respecto a la dirección segura, las enseñanzas quintaesenciales incluyen tres acciones a adoptar como muestra de respeto. En cuanto a los budas, mostramos respeto por las estatuas, los cuadros y otras representaciones artísticas de los budas. En términos del Dharma, mostramos respeto a todos los libros, particularmente a los libros de Dharma. Además, en términos de la Sangha, mostramos respeto a las personas con votos monásticos budistas, e incluso, a las túnicas monásticas mismas.

Como muestra de respeto, queremos evitar mostrar falta de respeto. En este sentido, no colgamos un cuadro del Buda en el lavabo. No nos sentamos en nuestros libros de Dharma ni los ponemos debajo de la pata de una mesa para que no se tambalee. Cuando hay monjes y monjas budistas en nuestro centro de Dharma, no los tratamos como sirvientes que deberían proporcionarnos todas las facilidades, porque nosotros somos los grandes practicantes sagrados. No están solo para prepararnos té, recoger el dinero en la puerta y después hacer la limpieza. Tristemente, esto sucede en muchos centros de Dharma. Los miembros de la comunidad monástica son los que están más interesados en recibir las enseñanzas y, sin embargo, son los que no siempre pueden asistir a estos eventos porque tienen que ser los administradores y organizadores. Esto no es del todo apropiado.

Para que quede claro, no es que estemos adorando a las estatuas. No es que estemos adorando a los libros, a los monjes o las monjas o a sus hábitos monásticos. Todo se centra en mostrarles respeto porque representan al Buda, al Dharma y a la Sangha.

Incorporar estos entrenamientos en la vida

Una vez más, para revisar lo que acabamos de explicar, queremos darle esta dirección segura a nuestra vida. Para lograr ese objetivo, ¿qué hacemos exactamente?

  • Evitamos tomar nuestra dirección principal en la vida de otras cosas.
  • No causamos daño a los demás.
  • Evitamos las influencias negativas de otras personas.
  • Respetamos los símbolos de la dirección en la que vamos.

Esto tiene sentido y es algo que podemos incorporar a nuestra vida diaria. Tiene relevancia en nuestra vida, ¿no? Respetamos ciertas cosas y nos mantenemos firmes ante lo más importante de nuestra vida. Nos fijamos en las influencias negativas que pueden alejarnos, que podrían desviarnos de nuestra dirección en la vida, y también tratamos de encontrar condiciones propicias que nos ayuden a ir en esta dirección tan importante. Respetar los cuadros del Buda, los libros de Dharma y los monjes es un signo externo. Pero, internamente, también necesitamos sentir respeto por lo que estamos haciendo con nuestra vida. Esto es vital porque podríamos encontrarnos en circunstancias en las que no podemos hacer que nuestra práctica de Dharma sea visible para los demás. Tal vez, estamos en el ejército, o en la prisión, o incluso en una sala de hospital con otras personas. No siempre podemos encender incienso, poner estatuas del Buda y cosas así.

Por ejemplo, imagina quedarte el fin de semana en una casa de una habitación con tus padres. No es muy apropiado, obviamente, hacer postraciones delante de tus padres. Pueden pensar que eso es bastante raro y empezar a hacer todo tipo de preguntas incómodas. No tenemos que hacerlo. Es muy importante ser flexibles según las condiciones en las que nos encontremos, pero manteniendo nuestra dirección y nuestras prioridades bien claras. Lo que de verdad importa es nuestra actitud de respeto por nosotros mismos y por lo que estamos haciendo.

Seis entrenamientos en común

Luego, tenemos seis entrenamientos en común para las Tres Joyas según las enseñanzas quintaesenciales.

(1) En primer lugar, reafirmamos nuestra dirección segura al recordar continuamente las buenas cualidades del Buda, el Dharma y la Sangha. Tomar una dirección segura puede volverse un poco mecánico si solo se recita la estrofa de un texto, así que es importante reafirmar nuestra motivación recordando las buenas cualidades del Buda, el Dharma y la Sangha, y los beneficios de esta dirección segura. Esto ayuda a preservar lo que llamaríamos el “sentimiento” que hay detrás de nuestro refugio.

(2) Después, en gratitud por su bondad, sustento espiritual, energía y por toda la ayuda que nos proporcionan, ofrecemos cada día la primera porción de nuestras bebidas calientes y comidas al Buda, el Dharma y la Sangha. Podemos verter una pequeña porción de nuestro primer té o café de la mañana en una pequeña taza y ponerla en nuestro altar, o podemos poner allí un trozo de fruta. También podemos hacer la ofrenda simplemente con nuestra imaginación. No tiene importancia. Pero si sacamos algo, no lo dejemos ahí para que se pudra o, como en la India, esperemos a que los ratones vengan y se lo coman. Lo ofrecemos con gratitud, pero obviamente, los budas no necesitan nuestra pequeña taza de té o pieza de fruta. No van a beber ni comer. Es simplemente un recordatorio y, al cabo de un rato, nos imaginamos que nos lo devuelven y nos lo bebemos o nos lo comemos. Si es una ofrenda de té o algo así, no lo tiramos por el inodoro. Eso no es muy respetuoso. Es mejor bebérselo.

Ahora, por supuesto, puede surgir un problema práctico sobre qué hacer con el agua de los siete tazones que muchos de nosotros ofrecemos cada día en nuestros altares. Con una gran cantidad de agua, ¿se supone que debemos beberla todos los días? ¿Tenemos que regar nuestras plantas con ella? Probablemente se ahogarían por verter toda esa agua cada día. Pero, al menos, la tiramos por el fregadero, no por el inodoro. Me vienen a la memoria algunos ejemplos de países del mundo donde simplemente la tirarían por la ventana. Eso tampoco sería suficiente.

En cualquier caso, cuando ofrecemos nuestro té o nuestra comida, no es necesario recitar una estrofa especial en un idioma extranjero que no entendemos. Recientemente, Dzongsar Khyentse Rinpoche estaba dando enseñanzas en Berlín y dijo que, si los tibetanos tuvieran que recitar un verso en alemán que no entendieran cada vez que hacen una ofrenda o algo así, ciertamente no lo harían. Lo importante es hacer algún tipo de ofrenda. Simplemente podemos decir, como Serkong Rimpoché solía sugerir: “Budas, por favor, disfruten de esto”. Eso es todo lo que tenemos que decir, y ni siquiera tenemos que decirlo en voz alta. Normalmente digo: “Ofrezco esto al Buda, al Dharma, a la Sangha y a todos los seres. Que todos disfruten de una comida tan maravillosa”. No tenemos que hacer un gran espectáculo, como recitar “om ah hum” en voz baja y luego sentarnos allí y dedicar la comida durante cinco minutos mientras todos los demás en la mesa se mueren por comer y esperan a que terminemos. Podemos hacer la ofrenda en nuestra mente. Nadie tiene que saber lo que estamos haciendo. Si otras personas en la mesa también hacen una ofrenda, que cada uno lo haga a su propio ritmo.

No necesitamos hacer una demostración de nuestra práctica de Dharma, especialmente si eso va a hacer que otras personas se sientan incómodas, o si van a empezar a burlarse de nosotros. Eso es muy importante. No queremos ponernos en ridículo. Cuando otras personas se burlan de nuestra práctica espiritual, le quitan toda la energía. Nuestra práctica de Dharma necesita ser restringida al ámbito privado. Entonces se convierte, en cierto sentido, en algo sagrado para nosotros.

(3) La tercera directriz es tener presencia mental de la compasión del Buda, el Dharma y la Sangha, incitando de forma indirecta a otros a ir en su dirección. Eso no significa que nos convirtamos en misioneros y tratemos de salvar a todo el mundo convirtiéndolos al budismo. Ciertamente no es así. Pero si otros están receptivos, si otros están interesados, podemos darles algo de ánimo. La mejor forma de animar es hablar desde nuestra propia experiencia. Podemos explicar que los métodos budistas han sido beneficiosos para nosotros, pero no sabemos si van a ser beneficiosos o no para otros. Sabemos que nos ha sido de ayuda. De esta manera, indirectamente animamos a otros a probarlos por sí mismos.

(4) La cuarta directriz es recordar los beneficios de tener una dirección segura, y luego reafirmarla formalmente tres veces cada día y tres veces cada noche. Normalmente lo hacemos cuando nos despertamos por la mañana y antes de irnos a dormir. No repetimos sin pensar las palabras “tomo la dirección segura del Buda, el Dharma y la Sangha”, sino que más bien recordamos explícitamente esta dirección. A menudo, acompañamos esto con tres postraciones, pero no necesariamente tenemos que incluirlas.

(5) La quinta instrucción es que, pase lo que pase, confiamos en nuestra dirección segura que nos guía. En los episodios de crisis y demás, esto es en lo que vamos a confiar. No es solo orar, “Buda sálvame”, sino que nos preguntamos: “¿Cuál sería el consejo del Buda para gestionar esta situación?”. A continuación, tratamos de ponerlo en práctica.

Los amigos pueden darnos su simpatía y ayuda, y pueden ser útiles con cosas mecánicas como nuestra computadora o nuestro auto. Pero con problemas personales en la vida, los amigos son limitados. Tienen sus propios problemas. Desafortunadamente, los amigos inevitablemente nos defraudan o nos decepcionan. Tenemos esperanzas poco realistas de que los amigos nos ayudarán a aliviar nuestro dolor o nuestros problemas y perdemos de vista el hecho de que no somos lo único que está sucediendo en sus vidas. ¿Por qué deberíamos ser la cosa más importante a la que ellos dedican todo su tiempo y energía? Eso es muy egoísta, ¿no? Inevitablemente, si tenemos esa expectativa, nos van a decepcionar. Tienen otras cosas que hacer, otras preocupaciones y otros problemas.

Nuestros maestros pueden estar ocupados y pueden no tener tiempo. Pueden estar en otro país, o lo que sea, pero la inspiración de los maestros siempre está disponible. Las enseñanzas, algo que podemos aplicar, siempre están disponibles. No nos van a decepcionar si realmente somos receptivos a esa inspiración e intentamos poner en práctica esos métodos.

(6) El compromiso final en estas instrucciones es no abandonar nunca esta dirección en la vida, pase lo que pase. La naturaleza del samsara, la naturaleza de la vida, es que tiene altibajos. Podemos ver las experiencias de algunos de estos grandes maestros budistas en el Tíbet. Han sido muy buenos practicantes toda su vida y luego terminan en un campo de concentración chino durante veinte años. Podría ser muy posible que simplemente se rindieran, sintiendo que su práctica de Dharma era inútil, pero no lo hacen. Otro ejemplo es alguien que practicó mucho en su vida y luego contrajo un cáncer horrible y doloroso. Tampoco renuncia a su práctica de Dharma.

Como dijo un maestro tibetano de forma muy concisa; “¿qué esperamos del samsara?”. ¿Esperamos que todo vaya bien o que las cosas no hagan más que mejorar? La naturaleza del samsara es que tiene altibajos. A veces habrá un bajón, y vamos a experimentar cosas muy desagradables, a pesar de las cosas positivas que hemos estado haciendo antes. Tratamos de que eso no nos desanime y, pase lo que pase, seguimos avanzando en una dirección positiva.

A veces, a los tibetanos les encanta usar ejemplos del mundo animal. A Serkong Rinpoche siempre le gustó ir al circo o a acuarios donde han adiestrado focas o delfines. Cuando hacemos nuestra práctica de Dharma y hacemos algo positivo, esperamos ser como una foca o un delfín adiestrados, y que el Buda nos lance un pez. ¿Pensamos que cada vez que nos comportemos de manera positiva, obtendremos una recompensa por ello? Obviamente, esta no es la manera en que practicamos estos entrenamientos.

Eso nos da en qué pensar. ¿Estamos haciendo nuestra práctica de Dharma, en cierto sentido, como un truquito? Como un animal adiestrado, ¿hacemos algo positivo solo para obtener una recompensa? ¿O lo hacemos para mejorar nuestra vida y, en última instancia, para ayudar a los demás? Tanto si las cosas van bien como si no, estamos convencidos de que, a largo plazo, las cosas irán mejor. Así que nunca nos rendimos.

Palabras finales

Esto completa nuestra breve presentación de los diversos tipos de entrenamientos detallados por Asangha y en las enseñanzas quintaesenciales sobre cómo nos entrenamos para darle realmente la dirección segura del Buda, el Dharma y la Sangha a nuestra vida. Nos indica claramente cómo tomar esta dirección en la vida, así como lo que realmente vamos a hacer cada día y las pautas que existen en esta dirección en nuestra vida. Refugiarse no se trata solo de ser una buena persona, sino que incluye estudiar las enseñanzas, aprenderlas, mostrar respeto a nuestro camino espiritual y a los demás que lo siguen, y a todos los demás puntos específicos. Es un programa completo para dar un sentido positivo a nuestra vida.

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