La segunda actitud de largo alcance es la autodisciplina ética. No estamos hablando de la disciplina para tocar un instrumento musical o patear una pelota, sino que tiene que ver con nuestro comportamiento ético. Y no es que seamos el policía tratando de disciplinar a otro, adiestrar al perro o a los soldados, sino que estamos hablando de nuestra propia disciplina.
Autodisciplina ética para abstenerse de realizar acciones destructivas
Hay tres tipos de autodisciplina ética. El primero es la autodisciplina ética para abstenerse de realizar acciones destructivas. Esto se refiere a la forma en que actuamos, hablamos o pensamos. Entonces, esto sería en términos de mantener varios votos que hemos tomado para evitar ciertos tipos de comportamiento destructivo. E incluso si no hemos hecho votos, abstenernos de actuar de forma general en términos de los diez tipos de acciones destructivas: matar, robar, mentir, etc.
Y cuando hablamos de cosas que se deben evitar, hay tipos de comportamiento naturalmente destructivos, como matar o robar, y luego están aquellos que no son destructivos en sí mismos, pero el Buda dijo que, para ciertas personas o en ciertos momentos, esto es algo que se debe evitar. Por ejemplo: los monjes y monjas lo que deben evitar es comer por la noche. Eso no aplica para todos, pero si queremos tener la mente despejada por la noche para poder meditar y la mente despejada por la mañana, entonces es mejor no comer por la noche. Y así, para aquellas personas específicas, el Buda recomendó evitar tales cosas. O afeitarse la cabeza como monje o monja; no todo el mundo tiene que hacer eso, obviamente. Así que estos son, de nuevo... la disciplina ética de abstenerse de hacer estas cosas es el primer tipo.
Autodisciplina ética de participar en acciones constructivas
El segundo tipo de autodisciplina ética es la disciplina de participar en acciones positivas y constructivas, que van a acumular fuerza positiva y demás para alcanzar la iluminación. Entonces esto se refiere a la disciplina ética de estudiar, pensar en las enseñanzas, meditar, hacer el ngondro (sngon-'gro, prácticas preliminares) -hacer postraciones, hacer ofrendas- ir a las enseñanzas, este tipo de cosas, la disciplina que está involucrada en hacer todo esto.
Como pueden ver, la autodisciplina ética aquí es nuevamente un estado mental. No nos referimos al comportamiento real. Es ese estado mental que se va a abstener de hacer algo inapropiado, como hacer estas cosas destructivas en términos de los votos, pero también en términos de participar en cosas positivas, cuando nos abstenemos de no hacerlo. Entonces es la disciplina. De alguna manera moldea, viniendo de nuestra mente, cómo nos vamos a comportar. Entonces es un estado mental. Sin él, estamos completamente fuera de control y simplemente caemos bajo la influencia de las emociones perturbadoras: “No quiero hacerlo. No tengo ganas de hacerlo”, etc.
Y esta autodisciplina ética se basa en una discriminación y en el darse cuenta que discrimina. Con la autodisciplina ética de abstenernos de actuar de forma destructiva, discriminamos las desventajas de actuar de forma destructiva. Vemos cuáles son (somos muy decisivos) las desventajas de esto, y por eso nos abstenemos de hacerlo. O con el segundo (involucrarnos en cosas positivas), discriminamos los beneficios de meditar, los beneficios de hacer las prácticas preliminares, etc., y entonces nos involucramos en ellas.
Autodisciplina ética para trabajar en beneficio de otros
El tercer tipo de autodisciplina ética es la disciplina para trabajar realmente para beneficiar a otros, para ayudar a otros. Y aquí tenemos la discriminación del beneficio de ayudar a los demás. Y nos abstenemos de no ayudarlos porque: “No me apetece o no me gustas, así que no quiero ayudarte”.
Las cuatro formas de reunir discípulos
Hay muchos aspectos involucrados en ayudar a los demás. Si hablamos en general, entonces existe la disciplina para participar en las cuatro formas... en realidad se llama literalmente las [cuatro] formas de reunir discípulos (bsdu-ba rnam-pa bzhi). En otras palabras, actuar de tal manera con los demás que los haga receptivos para que podamos enseñarles cosas más profundas y ulteriores.
Ser generoso
Y el primero es ser generoso con ellos. Alguien viene a visitarnos, les ofrecemos una taza de té. Cosas muy simples.
Hablar de una manera agradable
Luego, el segundo es hablar de una manera muy amable y agradable con ellos. Por supuesto, eso requiere disciplina. Y esto significa hablarles de una manera que puedan entender, usando el tipo de lenguaje que puedan entender y hablando en términos de sus intereses, no de una manera trivial, sino de una manera que los ayude. Y enseñarles de una manera que... como cuando alguien está interesado en los juegos de fútbol, no solo decimos: “Oh, esto es una estupidez. Esto es una pérdida de tiempo". Hablamos de una manera que los haga sentir cómodos y relajados con nosotros. Esto es muy importante; de lo contrario, no serán receptivos y pensarán que los estamos menospreciando. No tenemos que entrar en detalles, como: "Oh, ¿quién ganó el juego hoy?". No nos importa quién ganó el juego, pero hace que la otra persona se sienta aceptada.
Si aspiramos a ser un bodisatva, es importante interesarnos en todos y en lo que les interesa, y saber al menos un poco de tanto como sea posible, para que podamos relacionarnos con los demás. Y hablar agradable y amablemente también significa, cuando es apropiado, hacerlo con humor.
Una vez -de hecho, conozco a la persona- Su Santidad el Dalái Lama estaba visitando una prestigiosa universidad en los Estados Unidos, y esta persona dejó en la habitación de Su Santidad una máscara de un comediante estadounidense llamado Groucho Marx, que tenía una gran ceja, anteojos, una nariz grande y un gran bigote. Y los grandes profesores y demás, estas personas muy engreídas, fueron a la habitación del hotel de Su Santidad para tener una discusión muy intelectual con él. Estaban sentados allí con sus trajes, luciendo muy serios y muy apropiados, cuando Su Santidad entró en la habitación con la máscara de Groucho Marx. Fue brillante, porque estas personas eran tan tensas y serias, y no pudieron evitar reírse de lo absurdo de todo el asunto, y Su Santidad estaba histérico de risa. Y luego, después de eso, pudieron tener una discusión mucho más relajada; antes estaban tan tensos que habría sido demasiado terrible para ellos. Realmente es maravilloso en términos de alguien como Su Santidad. Es difícil imaginar al presidente de un país haciendo eso. A Su Santidad no le preocupa lo que piensen de él o cosas por el estilo, pero vio esto como una forma muy hábil de hacer que la gente se sintiera más cómoda y a gusto.
Motivar a otros para que alcancen sus objetivos
Entonces, el tercer método aquí es motivar a otros para que alcancen sus objetivos. Para lograr esto, debemos actuar de manera significativa. Una forma significativa se refiere a no solo perder el tiempo, sino también tratar de alentar a otros a que sean receptivos a las medidas positivas para que trabajen con ellos mismos. Su Santidad no solo estaba haciendo una broma para mostrar lo inteligente que era sino, de una manera significativa, ayudó a las personas que estaban allí a relajarse y a no tomarse a sí mismas tan terriblemente en serio. No significa que cada minuto tengamos que ser profundos e intensos y: "Tengamos una conversación profunda y significativa". Eso es demasiado.
Ser coherente con estos objetivos
Y luego, el cuarto es ser coherente con estos objetivos, lo que significa vivir de acuerdo con lo que animamos y enseñamos a otros a hacer. En otras palabras, si vamos a enseñar, debemos tener la disciplina de ser un buen ejemplo de ello nosotros mismos, no solo enseñar algo y ser lo opuesto. Esta es la forma en que la gente estará receptiva a aprender de nosotros, para que podamos ayudarlos a un nivel más profundo. Requiere disciplina ser así, no solo actuar estúpidamente todo el tiempo o perder el tiempo con la gente.
Los once tipos de personas para ayudar
Entonces también la autodisciplina ética de ayudar a los demás es la disciplina de trabajar para beneficiar... hay una lista que aparecerá una y otra vez en las enseñanzas sobre las seis actitudes de largo alcance: los once tipos de personas con las que necesitamos trabajar especialmente para tratar de ayudarlas y beneficiarlas.
Aquellos que están sufriendo
El primero son los que sufren, aquellos que padecen dolor. (Por cierto, esta es una lista muy útil. No debemos pensar en ella solo como una lista, sino que nos da una idea de que, cuando nos encontremos con personas así, especialmente, no las ignoremos).
Aquellos que están confundidos sobre cómo ayudarse a sí mismos
El segundo es la gente que está confundida acerca de los medios para ayudarse a sí mismos. Entonces, realmente no saben qué hacer, cómo ayudarse a sí mismos, cómo lidiar con una situación difícil. Estas personas necesitan ayuda. Necesitan un consejo, o al menos necesitan algo de comprensión si no sabemos qué hacer, alguien que los escuche.
Aquellos que nos han ayudado
Y luego trabajar para ayudar a quienes nos han ayudado anteriormente. Es importante apreciar la amabilidad que otras personas nos han mostrado y no solo descuidar a nuestros padres o cualquier persona que haya sido amable con nosotros. No por un sentimiento de obligación, sino simplemente por un sentimiento de aprecio.
Aquellos que están llenos de miedo
Y luego trabajar para ayudar a aquellos que están llenos de miedo a superar el miedo. Tratar de consolarlos.
Aquellos vencidos por el dolor mental
Ayudar a aquellos que están abrumados por el dolor mental. Alguien que ha perdido a un ser querido (porque murió o porque se divorció o algo así), y está realmente deprimido.
Aquellos que son pobres y necesitados
Ayudar a los muy pobres y necesitados. Porque a veces necesitamos la disciplina para realmente hacer eso, especialmente si la gente está sucia y no tiene un aspecto muy atractivo o no nos gusta estar en su presencia o ir a donde están. Necesitamos la disciplina para no retirarnos, sino ayudarlos realmente.
Aquellos que están apegados a nosotros
Trabajar para ayudar a aquellos que están apegados a nosotros y que quieren estar con nosotros todo el tiempo. No deseamos hacerlos dependientes de nosotros, pero si tienen una conexión y un apego tan fuertes con nosotros, bueno, tratamos de ayudarlos enseñándoles el Dharma si están interesados. En otras palabras, lo hacemos significativo. Y no tiene que ser de una manera misionera pesada, sino solo general. Obviamente, hay algo de karma que nos está uniendo.
Ayudar a los demás de acuerdo con sus deseos
Y trabajar para beneficiar a aquellos de acuerdo con sus preferencias y deseos. Alguien pide que le enseñen cierto tipo... digamos si somos maestros, si hemos estado estudiando el Dharma, si nos piden que les enseñemos una determinada práctica, bueno, puede que no sea nuestra práctica o nuestra favorita, pero si esto es algo que podría ser muy apropiado para ellos, les enseñamos según lo que quieran. Es como cuando vamos a un restaurante con alguien, no tenemos que insistir en siempre ir a comer el tipo de comida que a nosotros nos gusta; vamos a donde a ellos les gustaría. Obviamente en una relación uno tiene que negociar y no siempre hacer lo que quiere la otra persona, pero es importante no insistir en que siempre sea a nuestra manera.
Aquellos que llevan vidas rectas
Y luego trabajar para beneficiar a aquellos que llevan una vida recta, esa es la expresión, a aquellos que están siguiendo un camino realmente positivo y haciendo un buen trabajo. Ayudarlos animándolos, elogiándolos, etc. Pero nuevamente, cuando sea apropiado y útil: si solo va a aumentar su orgullo y arrogancia, entonces es mejor no hacerlo.
Por ejemplo, yo era muy orgulloso y arrogante cuando era mucho más joven, y trabajé y ayudé a mi maestro Serkong Rinpoche durante nueve años, haciendo mucho por él: traduciendo y organizando todos sus recorridos, haciendo toda la correspondencia y consiguiendo todas las visas, y cosas así. Y en nueve años solo me dio las gracias y dijo: “Hiciste un buen trabajo” dos veces, en nueve años. Y para mí eso fue muy apropiado. Para otras personas, digamos que, si tienen una autoestima muy baja, eso sería muy inapropiado. Pero para alguien que es muy arrogante, esto es de gran ayuda. Y lo fue. Como dijeron algunos de mis maestros -Gueshe Ngawang Dhargyey-: “¿Qué estás haciendo? ¿Quedarte parado como un perro esperando que te den unas palmaditas en la cabeza después de haber hecho un buen trabajo para mover la cola?”.
Entonces, en realidad, Serkong Rinpoche me estaba ayudando mucho. Yo estaba haciendo cosas muy positivas y él me ayudó al no agradecerme, así es como me benefició, para que yo ayudara simplemente porque quería ayudar a otras personas a beneficiarse de sus enseñanzas y de sus viajes. Era como si nunca me hubiera enseñado nada [en privado] hasta el final de nuestro tiempo juntos. Nunca me enseñó nada por mí mismo, siempre tuve que traducir para alguien más. Solo me enseñaba si se estaba traduciendo para alguien. Muy, muy útil.
Y él me ayudó… yo estaba haciendo muchas cosas positivas, y él me ayudó al no dejar de llamarme idiota cuando actuaba como idiota. Fue muy útil. Para otras personas, puede que no sea de mucha ayuda. Fue muy duro conmigo.
Ahora, como maestro o como alguien que ayuda a otros, esto es muy, muy difícil de hacer. Requiere una tremenda disciplina. ¿Por qué? Porque cuando estamos en esa posición, queremos agradarle a la otra persona y no queremos hacerle pasar un mal rato, porque tal vez no le agrademos y tal vez se vaya. Entonces esto realmente requiere una tremenda disciplina, actuar de una manera que realmente beneficie a la otra persona y no solo lo que pensamos que nos beneficiará a nosotros.
A veces es posible que no queramos castigar a nuestros hijos por actuar de manera inapropiada, por portarse mal, pero necesitamos que esa disciplina sea muy estricta con ellos, porque es para su beneficio. “No te voy a dar todo. Tienes que trabajar tú mismo y ganártelo para poder apreciarlo". Eso requiere mucha disciplina por parte de los padres, especialmente cuando tienen los medios para poder darlo todo al niño.
Aquellos que llevan vidas destructivas
Luego, el siguiente es trabajar para beneficiar a aquellos que llevan una vida muy destructiva y negativa. En otras palabras, no solo los descartamos, los rechazamos o los condenamos, o cosas por el estilo; por el contrario, si hay alguna forma de ayudarlos a superar este tipo de comportamiento, entonces tratamos de hacerlo. Hay algunos maestros de Dharma que enseñan en las cárceles, por ejemplo, o ayudan a personas adictas a la heroína. Obviamente necesitan ser receptivos y no rechazarlos porque: “Oh, un drogadicto. Eres una mala persona".
Usar nuestros poderes extrafísicos para ayudar a otros
Luego, el último es trabajar para beneficiar a otros utilizando nuestros, si los tenemos, poderes extrafísicos o habilidades extrasensoriales. Ayudar a otros usándolos cuando todos los demás métodos fallan, solo cuando es absolutamente necesario.
Mi maestro Serkong Rinpoche ciertamente tenía habilidades extrasensoriales. Lo vi varias veces. Una vez estaba con él en un jeep. Íbamos en coche hasta el Centro de meditación Tushita en Dharamsala. Casi habíamos llegado y Serkong Rinpoche dijo: “Apúrate. Conduce más rápido, conduce más rápido. Hay un incendio en la gompa, en la sala del altar". Así que corrimos allí y, efectivamente, una vela se había caído y una cortina se había incendiado. Así que hubo una situación en la que no se sintió tímido por ocultar sus habilidades extrasensoriales, sino que las usó para beneficiar a otros. Fue muy impresionante. Él era lo que la mayoría de los otros lamas dirían: "Si quieres ver lo auténtico, no solo a alguien con un nombre, él es el ejemplo de lo auténtico". Él lo era.
Shantideva sobre la autodisciplina ética
Solo algunos puntos más sobre la autodisciplina ética. Shantideva lo analiza en dos capítulos de su texto sobre Involucrarse en el comportamiento del bodisatva. El primer capítulo se llama "la actitud considerada" y esta es la base de la autodisciplina ética. En otras palabras, nos preocupamos por el efecto de nuestro comportamiento y lo tomamos en serio. Nos preocupamos por no caer bajo la influencia de nuestras emociones perturbadoras. Nos preocupamos y nos tomamos en serio que otras personas son seres humanos y tienen sentimientos y, si actuamos de manera destructiva, eso les hará daño. Y nos preocupamos por las consecuencias de nuestro comportamiento en nosotros mismos en el futuro. Nos lo tomamos en serio. Esta es la base de la autodisciplina ética. Si no nos importa: “Bueno, es igual para mí. No me importa lo que pase. No me importa si te duele que llegue tarde”, entonces no actuamos de ninguna manera ética.
En muchos idiomas, esa actitud considerada (bag-yod, sct. Apramada) es una palabra muy difícil de traducir. En el alemán o el español es muy difícil, por ejemplo. ¿En ruso también? No significa ser… quiero decir, ser cuidadosos es una pequeña parte de eso, pero no significa estar preocupado o solo tener cuidado. Es tomarnos en serio el efecto de nuestro comportamiento.
Y el segundo capítulo que Shantideva dedica al tema trata sobre la recordación (dran-pa, sct. smrti) y la alerta (shes-bzhin, sct. Samprajanya). Y la recordación (presencia mental) significa mantener una sujeción mental sobre la disciplina, sobre el tipo de comportamiento, y no caer bajo la influencia de una emoción perturbadora. Así que es como un pegamento mental para sostenerse. Es como si estuviéramos a dieta, pasamos por la panadería y vemos este delicioso pastel, nuestro pastel favorito, en la ventana, y simplemente nos mantenemos, no soltamos nuestra dieta: "No voy a ir a comprar ese pedazo de pastel, no voy a caer bajo la influencia de mi codicia y apego". Esto es muy importante para la disciplina ética. Y luego la alerta para estar atentos cuando empezamos a dudar de eso y decir: "Bueno, tal vez sólo un pedacito" o algo así. O como dice mi hermana cuando está a dieta: no acepta un pedazo de pastel, pero las migajas no cuentan. Las migajas, los pedacitos que quedan en el plato, eso no cuenta; esos los puedes tomar. Así que tenemos que estar atentos a estas cosas. Entonces, estos son los soportes de la disciplina ética, las herramientas con las que podemos mantener nuestra disciplina, y luego podemos usarla en nuestra concentración.
Y finalmente Shantideva señala tres factores que nos ayudarán a desarrollar y mantener esta atención plena.
- El primero, dice, es permanecer en compañía de nuestros maestros espirituales o pensar siempre que estamos en su presencia. Si estuviéramos en su presencia, no actuaríamos de manera estúpida o destructiva, debido a nuestro respeto por ellos. Eso es muy útil. "¿Actuaría así o hablaría así en presencia de mi maestro?". Y si no lo haríamos, entonces Shantideva dice: "Permanece como un bloque de madera", no lo hagas. Eso nos ayuda a tener recordación. Atiborrarnos de tarta o gritarle a alguien: obviamente no haríamos eso si estuviéramos cenando con nuestros maestros.
- Y el segundo es seguir las instrucciones y consejos de nuestro maestro, recordar lo que nos dijeron. Eso nos mantiene atentos.
- Luego, el tercero es el temor a las consecuencias de no tener recordación. No significa miedo, sino "realmente temo... no quiero experimentar cuáles son los efectos de no tener recordación". Esto se basa en un sentido de dignidad y autoestima. Pienso lo suficiente acerca de mí mismo, de una manera positiva, que no quiero dejarme caer cuesta abajo, cuesta abajo, cuesta abajo, actuando siempre bajo la influencia de la ira, la codicia, etc.
Y lo que va de la mano con eso es, dice, el asombro por nuestros maestros espirituales. Esa es una palabra difícil. No significa que tengamos miedo de nuestros maestros espirituales, que nos van a regañar ni nada por el estilo; asombro significa que respetamos a nuestros maestros espirituales y respetamos tanto el budismo que nos haría sentir terriblemente cómo nuestro comportamiento negativo se reflejaría en lo que otras personas piensen: "¿Así es como actúan los alumnos de tal o cual maestro?". O pensarían muy negativamente sobre el budismo y el entrenamiento espiritual: “¿Se supone que eres budista? Andas por ahí, te emborrachas y destruyes cosas, te enojas tanto, etc.". Así que es debido a este sentimiento de asombro y respeto que conservamos nuestra recordación y disciplina ética.