En El ornamento de joyas de la liberación, Gampopa citó tres analogías de los sutras para dilucidar la necesidad de un mentor espiritual. Así como los viajeros necesitan un piloto para atravesar una ruta desconocida, una escolta para hacer un viaje peligroso y un remero para cruzar un río caudaloso, un buscador espiritual necesita un mentor para recorrer el sendero a la iluminación. Como un piloto, un mentor espiritual proporciona información correcta para que un discípulo conozca el camino. Como una escolta, él o ella permanece cerca a lo largo de todo el viaje para que un discípulo no se extravíe. Como un remero, la persona proporciona la energía que impulsa a un discípulo a seguir adelante para alcanzar su objetivo. Aunque el tema de construir una relación con un maestro espiritual concierne específicamente a construir una relación con un Maestro mahayana, y especialmente con un Maestro tántrico como gurú raíz, las tres analogías nos pueden ayudar a comprender la necesidad que tienen todos los niveles de maestros espirituales. Este entendimiento es particularmente importante para los buscadores modernos con una mentalidad de “ hágalo usted mismo”.
La necesidad de un profesor de budismo
Cuando se viaja por tierras desconocidas, la ingenuidad con respecto a las condiciones y costumbres locales puede hacer que ciertos estilos de viaje sean poco realistas. Las guías de viaje pueden ser útiles, pero son mucho más provechosos los nativos de las regiones. Con vidas enteras de experiencia, pueden corregir los errores de los peregrinos. De modo similar, cuando se intenta recorrer el sendero budista es posible que los buscadores atraviesen el territorio desconocido de las disciplinas espirituales asiáticas tradicionales. Necesitan profesores de budismo experimentados, con vidas enteras de estudio, para poder reconocer sus propias formas inmaduras de pensar. Al igual que pilotos y escoltas, tales maestros los mantienen en curso a lo largo de todos sus estudios, corrigiéndolos, por ejemplo, cuando piensan ilógicamente o cuando confunden sus suposiciones culturales específicas con verdades universales.
Tanto los libros como las conferencias pueden ser tanto áridas como interesantes. Sin embargo, debido a que la energía viva de una persona sobrepasa por mucho la energía estática de una página escrita, el entusiasmo de un profesor sobre un tema puede encender más fácilmente en los estudiantes la pasión por ese estudio. De modo similar, para que nuestro progreso en el budismo cobre dinamismo, necesitamos estímulos iniciales de energía. Por consiguiente, necesitamos apoyarnos en profesores entusiastas y vivaces para que nos ayuden, como remeros, a potenciar nuestros viajes espirituales.
La necesidad de un instructor de Dharma
Si los buscadores espirituales tratan de poner en práctica los métodos del Dharma sin modelos vivos que les permitan evaluar su progreso, pueden engañarse fácilmente y extraviarse. Con fantasías distorsionadas sobre la práctica del Dharma y sus resultados, sus ideas preconcebidas pueden ser extravagantes. Por lo tanto, además de estudiar con profesores de budismo, necesitamos apoyarnos en instructores de Dharma para desvanecer esas fantasías y para mantener nuestras prácticas espirituales asentadas en la realidad.
Además, trabajar con nosotros mismos requiere la confianza de que el cambio es posible. Cuando los instructores de Dharma comparten con nosotros sus experiencias personales del recorrido de esta ruta, y podemos ver por nosotros mismos los resultados beneficiosos, obtenemos confianza e inspiración. Así, necesitamos instructores de Dharma para mantenernos en movimiento a lo largo del sendero.
La necesidad de un entrenador de meditación o rituales
Tratar de aprender meditación o rituales a partir de manuales o de personas que carecen de experiencia, es buscar un fracaso casi seguro. Como cuando se desea aprender gimnasia, necesitamos entrenadores expertos que nos muestren cómo seguir correctamente los procedimientos. Es necesario que trabajen con nosotros con regularidad para reajustar nuestro desempeño y corregir nuestros errores. Además, necesitamos “entrenamientos” sistemáticos con entrenadores de meditación o rituales para superar la pereza que nos puede impedir practicar solos o atravesar regímenes completos.
La necesidad de un mentor espiritual
Gampopa explicó que la necesidad principal para construir una relación con un mentor espiritual es la de posibilitar que los buscadores fortalezcan y expandan sus entramados de potenciales positivos y conciencia profunda (colecciones de mérito y sabiduría). Hacerlo les permite obtener bienestar emocional en esta vida y renacimientos favorables, y finalmente liberarse de los obstáculos que les impiden la liberación y la iluminación. La liberación de los problemas recurrentes del renacimiento incontrolable proviene de la liberación de emociones y actitudes perturbadoras (sct. klesha, emociones aflictivas), especialmente de la ingenuidad acerca de la realidad. La iluminación proviene de eliminar adicionalmente la proyección inconsciente de fantasías imposibles.
Obtener un bienestar emocional en esta vida, renacimientos favorables, liberación e iluminación, requiere de transformaciones radicales de nuestra personalidad y nuestras maneras de ver el mundo. Los entendimientos profundos y las realizaciones necesarias para producir estos adelantos no llegan fácilmente. Necesitamos abrirnos, tanto intelectual como emocionalmente, a nuevas formas de pensar, actuar y comunicar. Necesitamos también mucha inspiración y apoyo que nos brinden el valor y la fuerza para cambiar. Para la inspiración más profunda, Longchenpa, el codificador nyingma, declaró en Tesoro de instrucciones preciosas, que uno necesita definitivamente una relación adecuada con un mentor espiritual. Examinemos si la declaración de Longchenpa es culturalmente específica o aplicable también a los buscadores escépticos modernos.
Como buscadores espirituales occidentales muchos de nosotros leemos libros de Dharma. Asistimos a clases de budismo e incluso participamos en grupos guiados de meditación. Todo esto puede abrirnos la mente e incluso inspirarnos. Pero, dado que el desarrollo personal es siempre difícil y lento, la mayoría de nosotros encuentra que no hace un progreso significativo. Esto se debe a que, por sí mismas, esas actividades sólo nos pueden abrir e inspirar en un grado limitado. Podemos desarrollar una comprensión intelectual y una aceptación tentativa del renacimiento, una orientación espiritual de la dirección segura y la bodichita, un conocimiento de qué practicar y qué evitar para lograr nuestros objetivos espirituales, pero se necesita algo más. Necesitamos algo que nos aliente de maneras positivas y nos dé así el valor y la fuerza para abandonar nuestros puntos de vista limitados y nuestros hábitos negativos.
A este respecto, los buscadores espirituales occidentales no son diferentes de los asiáticos tradicionales. Por esta razón, también hoy en día necesitamos construir relaciones inspiradoras con mentores espirituales. No obstante, necesitamos un enfoque responsable, sobrio, para poder encontrar mentores calificados apropiados para nuestras disposiciones y para poder asegurar que las relaciones que construimos con tales mentores sean saludables.
¿De qué manera puede ayudarnos la inspiración de los mentores en nuestro sendero espiritual? Para responder esta pregunta necesitamos comprender qué quiere decir el budismo con inspiración. El término sánscrito para inspiración, adhishtana, traducido frecuentemente como bendiciones, significa una elevación o edificación. La traducción tibetana, chinlab (byin-rlabs), implica olas que traen magnificencia. Está implícito que tal edificación conduce a un bienestar emocional, a renacimientos favorables y a estados magníficos de liberación e iluminación.
Además, según El gran diccionario etimológico sánscrito-tibetano, una fuente de inspiración edifica a la gente a través de su verdad, su serenidad, su sabiduría y las cosas positivas que esto ofrece. Así, más que instructores de Dharma, necesitamos mentores espirituales para poder obtener inspiración en el sentido completo de la palabra. Los mentores plenamente calificados inspiran a los discípulos con la autenticidad de sus realizaciones, con su serenidad y el efecto tranquilizador que ésta tiene, con su sabiduría, con las cualidades positivas que tienen para compartir y las maravillosas oportunidades que ofrecen. La inspiración, entonces, en su sentido espiritual, no tiene nada que ver con sentirse entusiasmado o impulsado a la acción por la fama, el poder, la riqueza o el atractivo sexual de alguien.
En Visualizaciones graduales para impulsar la convicción y la valoración de un gurú, el Maestro drugpa kagyu Pema Karpo, dio un claro ejemplo del efecto inspirador de un mentor espiritual. Cuando emociones y pensamientos perturbadores alteran nuestra mente, si imaginamos a nuestro mentor en nuestro corazón sonriéndonos cálidamente, nos relajamos, nuestra mente se calma y es posible que empecemos a sonreírnos a nosotros mismos.
Estudiar y meditar bajo la guía de mentores espirituales con quienes hemos construido relaciones profundas, tiene un efecto notablemente más fuerte que hacerlo por nuestra cuenta o con maestros por quienes sentimos poco o nada. La inspiración que sentimos hace más efectivas las prácticas. Activa nuestro potencial y estimula nuestra conciencia profunda, de modo que lentamente obtenemos entendimientos profundos y realizaciones. Gradualmente, nuestras obstrucciones mentales y emocionales desaparecen y nos encontramos libres de nuestros problemas y de nuestra incapacidad para ayudar a otros. Así, las prácticas rituales del yoga del gurú de todas las tradiciones tibetanas incluyen la solicitud de inspiración a la visualización del propio mentor, para obtener el logro en cada paso del sendero a la iluminación, y uno imagina que la inspiración entra en su corazón en la forma gráfica de luz brillante.
Sin embargo, el proceso iluminador tiene lugar sólo en el caso de relaciones saludables entre discípulos emocionalmente maduros y mentores adecuadamente calificados. No ocurre en relaciones explotadoras en las cuales los buscadores ingenuos tienen una dependencia excesiva de demagogos o personas fraudulentas. El eje del mecanismo para su éxito es la confianza. Debido a que los mentores adecuadamente calificados están libres de problemas emocionales, sólo se preocupan por beneficiar a otros y son enteramente competentes para guiar adecuadamente a sus discípulos, finalmente llegamos a confiar en semejantes personas. Nuestra confianza proviene de haber construido, con el paso del tiempo, relaciones de larga duración con ellos, de modo que estamos totalmente convencidos de su integridad.
En el proceso de obtener confianza en nuestros mentores, también llegamos a confiar en nosotros mismos, en el hecho de que podemos mejorar al crear un vínculo con ellos. La seguridad que proporciona esta comprensión nos permite ser receptivos a su influencia positiva y estar abiertos al cambio. La práctica de la rueda de protección de la tradición del ladrub (bla-sgrub; sct. gurú-sadhana; actualización a través del gurú) drugpa kagyu, ilustra claramente este punto. Antes de la meditación en la vacuidad y la transformación tántrica de sus propias imágenes, los practicantes imaginan a sus maestros tántricos ante ellos, sentados y sonriendo radiantemente en la forma de Avalokiteshvara, la encarnación de la compasión. La seguridad de las relaciones cálidas y confiables con sus mentores proporciona el espacio emocional protegido dentro del cual empezar a soltar las conductas neuróticas compulsivas.
En resumen, la necesidad fundamental de contar con mentores espirituales, es la de encontrar personas que motiven nuestro corazón para que obtengamos la energía potenciadora necesaria que nos permita alcanzar nuestros objetivos espirituales. Al alentarnos hacia la dirección correcta a lo largo de todo nuestro viaje espiritual, los mentores espirituales actúan como remeros, pilotos y escoltas.
La necesidad de una combinación de fuentes de inspiración
Generar y sostener una motivación positiva para trabajar sobre nosotros, al igual que hacer el trabajo mismo, requiere de valor, compromiso y de inmensa energía. Recordar nuestros esfuerzos anteriores para mejorarnos puede deprimirnos en vez de impulsarnos a la acción. Por otro lado, si pensamos en otros que han alcanzado la liberación y la iluminación, en aquellos que están muy avanzados en el camino hacia esos objetivos y en los logros que han alcanzado cada uno de ellos, podemos inspirarnos. En otras palabras, al tomar una dirección segura en la vida de la Triple Joya de los Budas, la Sangha y el Dharma, obtenemos inspiración. Su inspiración potencia nuestra motivación y nos impulsa a trabajar con nosotros mismos.
Además, si nuestros pensamientos de mejoramiento personal se concentran sólo en beneficiarnos a nosotros mismos, aún podemos carecer de la energía suficiente a pesar de recibir inspiración de la Triple Joya. Sin embargo, cuando nos enfocamos en otros, especialmente en aquellos que están sufriendo, recibimos más inspiración. Junto con la inspiración de la Triple Joya, el incentivo adicional fortalece nuestra motivación. Nos permite hacer incluso los cambios más radicales en nosotros para ser capaces de ayudar a otros. Así, Shantideva explicó que el potencial positivo para obtener las cualidades de un buda proviene de enfocarse por igual en los budas y en los seres que sufren.
Sin embargo, la inspiración de la Triple Joya y la motivación sincera inspirada por otros, aún no son suficientes para permitirnos superar los hábitos neuróticos. Necesitamos complementar estas dos cosas con una fuente de inspiración adicional, más poderosa. La experiencia práctica ha confirmado que la fuente más potente es una relación fuerte y saludable con un mentor espiritual. La inspiración que se obtiene tiene una fuerza especial porque deriva de la dinámica de una relación humana viva, y porque esa relación es con alguien que tiene cualidades ejemplares.
La experiencia cotidiana corrobora estos puntos. Mirar fotografías o incluso videos de héroes o víctimas anónimas de desastres, nunca nos conmueve tanto como conocer realmente a las personas. Más aún, conocer simplemente a las personas nunca es tan motivador como lo es tener relaciones personales con ellas. Dado que los budas y los Maestros de los linajes ya no están físicamente presentes, no nos pueden conmover tan profundamente como lo pueden hacer los mentores plenamente calificados. Además, como los mentores calificados están libres de un comportamiento irracional y cambios de humor, las relaciones saludables con ellos son más fáciles de mantener que con la mayoría de las personas a quienes nos sentimos impulsados a ayudar. Consecuentemente, la inspiración que se recibe de los mentores tiende a ser más equitativa y duradera.
En resumen, desarrollar y sostener una fuerte motivación para trabajar sobre nosotros mismos requiere la inspiración de la Triple Joya, de aquellos que necesitan ayuda y de nuestros mentores espirituales. Como una aleación de metales que es más fuerte que cualquiera de sus componentes individuales, una aleación de fuentes de inspiración nos proporciona, a nosotros y a nuestra motivación, la mayor de las fuerzas. Cada elemento de la mezcla refuerza a los otros de modo que, al final, la energía del todo es mayor que la energía de la suma de sus partes.
Cómo trabajan juntas las fuentes de inspiración
Gampopa, y más tarde Sakya Pandita, el cuarto de los cinco fundadores sakya, usaron la analogía del sol, una lente de aumento y la yesca, para explicar cómo trabajan juntas las fuentes de inspiración para proporcionarles fuerza espiritual a los discípulos. Sakya Pandita explicó que sin una lente de aumento para enfocar los rayos del sol, el calor del sol por sí mismo no puede producir el encendido de la llama. De modo similar, sin una relación saludable con un mentor espiritual para enfocar las olas de la influencia iluminadora (tinley, ’phrin-las) de los budas, esas olas por sí mismas no pueden impulsar a los discípulos hacia la iluminación. Los efectos surgen en dependencia de una combinación de causas y condiciones.
Por sí mismas, las Tres Joyas pueden ser demasiado distantes e impersonales para impulsar a los discípulos a la acción. De hecho, la mayoría de los practicantes de las primeras etapas del camino encuentran casi imposible concebir sus cualidades y mucho menos relacionarse con ellas. Por lo tanto, necesitamos algo que nos ayude a obtener acceso a su influencia iluminadora. Los mentores calificados proveen este acceso indicando mediante enseñanzas y su forma de ser los objetivos que deseamos alcanzar, aquellos que los han alcanzado y los que se están esforzando hacia ellos. Dado que la inspiración de estas indicaciones proviene de personas vivas con las cuales podemos relacionarnos, esto actúa como una lente de aumento para enfocar dentro de nosotros la influencia iluminadora de la Triple Joya.
Los tantras explican que esta influencia iluminadora trabaja básicamente de cuatro formas. Calma las perturbaciones, estimula el crecimiento, proporciona control sobre cuestiones difíciles y le pone fin enérgicamente a situaciones peligrosas. Gracias a nuestra confianza, estar con nuestros mentores nos calma. Gracias a nuestra receptividad, estimula el florecimiento de nuestras buenas cualidades. Gracias a nuestro respeto, obtenemos autocontrol en su presencia. Gracias a nuestra admiración reverente, cuando estamos con ellos resistimos enérgicamente cualquier impulso destructivo, por más apremiantes que puedan ser los impulsos. Así, la dinámica emocional positiva de las relaciones saludables con mentores espirituales, permite que la influencia iluminadora de la Triple Joya surta efecto en nosotros.
Las relaciones saludables con los mentores también nos ayudan a obtener un acceso más fácil a la inspiración de los seres queridos que necesitan ayuda. Debido a que los mentores plenamente calificados son personas emocionalmente estables, sabias y bondadosas, las relaciones maduras con ellos nos elevan enormemente. La seguridad y la fuerza que obtenemos nos permiten abrir más fácilmente nuestro corazón a personas emocionalmente desafiantes. Sin la inspiración de nuestros mentores, a veces incluso los seres queridos nos pueden alterar demasiado como para impulsarnos a ayudarlos. Así, en Notas al tratado sobre “Separarse de las cuatro etapas del aferramiento ” el Maestro sakya Gorampa recomendó el yoga del gurú como un preliminar para la meditación en la bodichita.
La relación entre un mentor espiritual y la naturaleza búdica
Gampopa indicó el mecanismo de cómo los mentores espirituales, como remeros, pueden impulsar a los discípulos a lo largo del camino espiritual. Explicó que la naturaleza búdica es la causa, y que una relación saludable con un mentor espiritual es la condición para alcanzar la iluminación. La naturaleza búdica se refiere al entramado de cualidades y aspectos innatos de cada individuo que le permiten convertirse en un buda. La inspiración de un mentor espiritual actúa como la condición para activar ese entramado.
Según el El más duradero continuum de Maitreya, la naturaleza búdica es un entramado de tres clases de factores. Los factores permanentes, tal como la naturaleza de la mente, constituyen la primera categoría. Nunca cambian. Los factores que evolucionan, la segunda clase, crecen como semillas con las condiciones apropiadas. Incluyen los sistemas innatos de buenas cualidades de la mente, los potenciales positivos y la conciencia profunda. El aspecto del corazón y la mente de todas las personas que les permiten inspirarse, es el tercer tipo de factor. La inspiración estimula la realización de los factores permanentes y la activación de aquellos que evolucionan.
Entonces, en la analogía de la lente de aumento, la naturaleza búdica se referiría a la yesca y al hecho de que se puede prender fuego. La inspiración de un mentor sería como la condición necesaria para que la yesca se encienda en llamas. El resultado, sin embargo, no sería la inmolación de los discípulos, sino su transformación en estados más elevados. Quizás un ejemplo que se acerca más sería el cocido al fuego de la arcilla y su transformación en magnífica porcelana.
Muchas cosas, tales como la naturaleza, la música, el patriotismo, pueden edificar nuestro espíritu. Sin embargo, carecen de la capacidad para motivarnos hacia la iluminación. El noveno Karmapa, una gran lumbrera de la tradición karma kagyu, clarificó este punto en El mahamudra que elimina la oscuridad de la ignorancia. Explicó que una relación saludable con un mentor espiritual es la condición dominante (dagkyen, bdag-rkyen) para llegar a ser un buda, así como las células sensoriales de los ojos son la condición dominante para la percepción visual. En otras palabras, la cognición visual no sólo surge a través del medio y el poder de las células de la retina, sino que también, debido a ellas, ocurre como una instancia de la visión y no de la audición. Así, al ser los conos y bastones de la retina el medio, determinan que la forma de cognición que surge a través de ellos sea la visión. De modo similar, la iluminación no sólo surge a través del medio y el poder de una relación saludable con un mentor espiritual, sino que también ocurre como una instancia de alguien convirtiéndose en un maestro ideal. La budeidad no implica que una persona se convierta en una puesta de sol perfecta o en una obra musical maestra.
Cómo activa la inspiración a la naturaleza búdica
En Una guirnalda preciosa para los cuatro temas, Longchenpa usó los cuatro temas de Gampopa para aclarar cómo la inspiración de un mentor espiritual ayuda a producir la iluminación. Junto con la dirección segura y la bodichita, esta inspiración impulsa a los discípulos a tomar el Dharma como sendero, el segundo de los cuatro temas de Gampopa. En otras palabras, la amalgama de las tres impulsa a los discípulos a practicar los métodos budistas como un sendero que conduce a la iluminación. Tomar el Dharma como un sendero, entonces, describe de manera análoga el proceso por el cual el cocido al fuego de la arcilla la convierte en porcelana.
Terdag Lingpa, maestro nyingma y discípulo del quinto Dalái Lama, clarificó más aún el proceso. En Una escalera preciosa, explicó la naturaleza búdica como la causa y la inspiración de un mentor como la condición, para generar verdaderas vías de la mente, 1 la cuarta noble verdad. Las verdaderas vías de la mente son estados activados de factores desarrollados de la naturaleza búdica, tales como la compasión y la conciencia profunda. Mediante la inspiración y otras condiciones sostenedoras, estos factores alcanzan la plena madurez y producen la transformación total de la iluminación.
La inspiración de la transmisión oral
Como se dijo antes, los mentores espirituales actúan como navegantes, escoltas y remeros, para ayudar a que los discípulos avancen hacia la iluminación a lo largo de las vías de la mente, que los discípulos generan dentro de sí mismos. Lo hacen de formas tanto obvias como sutiles. Uno de los métodos más sutiles es mediante la transmisión oral de textos del Buda. La transmisión se produce a través de la lectura en voz alta o el recitado de memoria por parte del mentor, usualmente a toda velocidad, a los discípulos que escuchan atentamente. Como al principio a los occidentales les puede resultar difícil de comprender la necesidad de la transmisión, consideremos más detenidamente esta faceta de la relación discípulo-mentor. Para apreciar su trascendencia, necesitamos describir algunas de las principales características de los métodos budistas para la educación espiritual.
En Una breve indicación de las etapas graduales del camino, Tsongkapa explicó que los sutras son difíciles de comprender por sí mismos. Contienen intencionalmente muchas repeticiones, no presentan sus temas en una secuencia lógica y aparentemente se contradicen unos a otros. Esto se debe a que el Buda los pensó para discípulos de diferentes capacidades y necesidades. Muchas personas aprenden más fácilmente de imágenes abstractas de temas, pintadas con pinceladas sueltas, desconectadas, que de explicaciones lineales. Además, los sutras no aparecieron por escrito sino hasta varios siglos después de que el Buda los transmitiera oralmente. La repetición dentro de ellos aseguró que no se perdieran los puntos importantes cuando la preservación de las palabras dependía solamente de la memoria.
Además, los “textos raíz” que compusieron los Maestros indios y tibetanos posteriores tenían un estilo vago, con muchos estos y aquellos que no tienen referentes claros. Fueron escritos intencionalmente de esta forma, para permitir que los textos sirvieran como raíces para varias interpretaciones de acuerdo con diferentes conjuntos de teorías. Cuando los discípulos recitan esos textos de memoria, tienen que llenar ellos mismos los niveles de significado y tener presentes varios niveles simultáneamente.
Para clarificar el significado de los sutras y estos textos posteriores, los Maestros indios y tibetanos compilaron comentarios, sub-comentarios y tratados. Además, los tibetanos organizaron reseñas, manuales de lógica y presentaciones comparativas sistemáticas de las escuelas indias de principios filosóficos. Aunque estos materiales facilitan el aprendizaje, no son más que herramientas de estudio. Para usar correctamente las herramientas para obtener realizaciones, los discípulos requieren instrucciones precisas de mentores espirituales. Uno no puede aprender todo simplemente leyendo un libro.
Al estudiar matemáticas, si el maestro les resuelve todos los problemas, los estudiantes no pueden aprender. Los maestros pueden impartir los principios y mostrar cómo aplicarlos con unos cuantos ejemplos, pero los estudiantes aprenden resolviendo ellos mismos los problemas. Lo mismo es válido con respecto al material budista. Como explicó Tsenshap Serkong Rinpoche, mi gurú raíz: “Si el Buda o los Maestros antiguos hubieran deseado escribir más claramente, ciertamente lo habrían hecho. No eran estúpidos o incompetentes. Escribieron intencionalmente como lo hicieron para hacernos pensar. Su estilo nos fuerza a deducir el sentido con la ayuda de las instrucciones precisas de un mentor”.
Incluso al impartir las instrucciones precisas, los mentores espirituales no revelan todo inmediatamente. Dan, en cambio, meros indicios o presentan sólo algunos fragmentos a la vez. Este método de enseñanza asegura que los discípulos ensamblen las piezas del rompecabezas por sí mismos. También los alienta a desarrollar perseverancia y paciencia. Esto, a su vez, ayuda a los discípulos a fortalecer su motivación. Descalifica a los que no son serios y no están dispuestos a poner el esfuerzo requerido para superar sus emociones y actitudes perturbadoras.
El término instrucciones precisas y su equivalente honorífico instrucciones personales (zhel-lung, zhal-lung), se traduce frecuentemente como “instrucciones orales”. Esta traducción puede causar confusión. Aunque las instrucciones precisas se originan en la experiencia personal de los mentores espirituales y provienen en su mayor parte de discursos orales, algunas aparecen primero en forma escrita. Además, la mayor parte de las instrucciones que se transmitieron primero oralmente, también se pusieron por escrito. Los mentores vivos pueden dar sus propias instrucciones precisas, ya sea oralmente o por escrito; sin embargo, la mayoría de los mentores se apoyan principalmente en las pautas que dieron los maestros anteriores de su linaje.
Cuando los mentores espirituales dan en persona sus propias instrucciones precisas, los discípulos las encuentran sumamente inspiradoras. Los discípulos también pueden inspirarse en cierto grado leyendo los registros de los comentarios y las instrucciones precisas de los mentores del linaje. Sin embargo, esa mera lectura no es suficiente para obtener una comprensión profunda de su sentido e integrarlo en sus vidas. Los discípulos necesitan la inspiración más fuerte proveniente de mentores vivos para activar su naturaleza búdica, de tal forma que puedan convertir el Dharma en verdaderas vías de la mente que los conduzcan a la liberación y la iluminación. El mecanismo formal para obtener la inspiración que permita comprender e integrar el sentido de los textos y las instrucciones precisas tradicionales, es recibir la transmisión oral, en otras palabras que un mentor espiritual lo energice.
La costumbre de la transmisión oral surgió en tiempos antiguos, antes de que la gente aplicara el lenguaje escrito a las cuestiones espirituales. Recitaciones de memoria de las palabras del Buda, periódicas y en grupo, aseguraban que no se corrompieran con añadidos, omisiones y errores. Al escuchar las palabras cantadas en perfecta armonía, los discípulos obtenían la confianza de que, a partir de la época del Buda, las generaciones sucesivas las habían transmitido correctamente. Esta confianza llevó a los discípulos a la confianza de que estudiar y asimilar esas palabras los pondría en el sendero budista auténtico. Los maestros extendieron más tarde la costumbre de la transmisión oral a los comentarios e instrucciones guías de los grandes Maestros indios y tibetanos. Aunque los textos existían en forma escrita, las copias eran sumamente raras.
Las líneas de transmisión oral de la mayoría de los discursos del Buda, sus comentarios y las instrucciones precisas han continuado sin interrupción hasta el presente. Desempeñan un rol central en el budismo tibetano. De hecho, las cuatro grandes tradiciones tibetanas y sus subdivisiones se definen a sí mismas por los linajes específicos que transmiten. No obstante, las líneas de transmisión no son mutuamente excluyentes. Muchas escuelas comparten varios linajes hasta ciertos puntos de sus historias.
El canto grupal de las palabras del Buda aún ocurre en los monasterios y conventos. Sin embargo, hoy en día, la transmisión oral la dan básicamente mentores espirituales a grandes grupos o a individuos. Su propósito es inspirar a los discípulos, no meramente por la confianza en la veracidad de las palabras, sino también por la confianza en la autenticidad de la realización que el mentor tiene de su significado. Cuando por ejemplo Su Santidad el decimocuarto Dalái Lama, transmite un texto recitándolo a toda velocidad, haciendo una pausa sólo en uno o dos lugares para preguntarles a los Maestros que lo rodean cómo interpretar los pasajes más difíciles, inspira a todos. Como carece de cualquier pretensión, sus pausas ocasionales nos convencen de que todo el resto del texto es completamente claro. Esto nos inspira que el texto es completamente claro. La profunda impresión que esto produce fortalece los potenciales de nuestra naturaleza búdica de modo que, con suficiente estudio y esfuerzo, también nosotros podemos lograr realizaciones similares.
1 Un nivel o estado mental que actúa o funciona como un sendero hacia la liberación o la iluminación.