Meditación analítica y meditación estabilizadora

Aquietarse

Trabajar con nosotros mismos en términos de la dirección segura o la bodichita implica escuchar las enseñanzas, considerarlas y meditar en ellas. Concentrarse en la respiración para aquietarse (lo que algunas personas consideran como la totalidad del shámata) es sólo un paso preliminar a estas tres prácticas. El sólo hecho de calmarnos no elimina la causa de nuestros problemas, aunque puede darnos mayor claridad mental para lidiar con ellos.

Escuchar

De escuchar (thos) obtenemos el darse cuenta que discrimina (shes-rab, sct. prajna, sabiduría) que surge de oír, que significa discriminar palabras. Distinguimos ('du -shes, reconocer) las afirmaciones budistas de otras afirmaciones y las encontramos contundentes. Nos formamos una idea de las palabras del Dharma, tales como “tengo una preciosa vida humana”, pero no tenemos ni idea de lo que significan. Podemos suponer (yid-dpyod) que son ciertas, por respeto a los budas, pero no las entendemos.

Considerar

Después consideramos (bsam) el significado, lo que significa pensar en la definición de la preciosa vida humana, así como en la línea de razonamiento de por qué es preciosa. Por lo tanto, necesitamos entender las dieciocho características que la hacen preciosa (por ejemplo, la libertad de no ser animales). Necesitamos entender la línea de razonamiento y estar convencidos de que ésta prueba la tesis: nacer como ser humano, no como animal, es precioso para practicar y comprender el Dharma.

La línea de razonamiento es que, como animal -por ejemplo, un gato- estaría bajo la fuerte y sobrecogedora influencia de los instintos animales, tales como el instinto de cazar, de proteger mi territorio, de aparearme con cualquier gata en celo en cualquier momento que se me antoje, y demás. Tendría poderes muy débiles para discriminar entre lo que es beneficioso y dañino en el largo plazo. Si fuera así, no podría practicar el Dharma.

Podríamos incluso imaginar cómo sería nuestra vida como animales, para convencernos a nosotros mismos de las desventajas. Entonces pensamos: “Dado que no soy un animal, tengo la oportunidad de practicar. Por lo tanto, tengo una preciosa vida humana”. Después, al confiar en los aspectos característicos o en las características definitorias de una preciosa vida humana y de la propia situación, y al confiar en esta línea de razonamiento, alcanzamos un entendimiento inferencial con un darse cuenta que discrimina que surge de pensar. Se enfoca en una idea que implica un significado tal como: “Tengo una preciosa vida humana, porque estoy libre de ser un animal”, de manera contundente.

Debate

En este punto, el debate es una forma útil de obtener una convicción firme, de tal forma que no tengamos titubeos o simplemente una idea imprecisa del significado. Los demás encontrarán más imprecisiones en nuestro pensamiento y perseverarán más en enmendarlas de lo que nosotros mismos haríamos.

Meditación analítica

Después meditamos (sgom) en nuestro entendimiento. Primero, hacemos meditación analítica o de discernimiento (dpyad-sgom) y después meditación estabilizadora o de fijación ('jog-sgom). Esto es para integrar y digerir la enseñanza.

Para la meditación de discernimiento, usamos los factores mentales de detección burda (rtog) y de discernimiento sutil (dpyod), que en algunos contextos significa investigar y someter a escrutinio. Por ejemplo, primero investigamos a groso modo y detectamos errores en una página impresa; después sometemos el escrito a un escrutinio minucioso y discernimos los detalles específicos. Así que, en la meditación analítica o de discernimiento sobre nuestra preciosa vida humana, nos enfocamos en nosotros mismos e investigamos y nos sometemos a un escrutinio en torno a si tenemos o no las características definitorias de no ser un animal. Investigamos a groso modo y detectamos la libertad de no ser un animal (podemos aprender, comunicarnos y actuar en un nivel mucho más sofisticado que un animal). Llevamos a cabo un escrutinio minucioso y discernimos que, aunque a veces podemos actuar como animales (por ejemplo, en nuestro comportamiento sexual, asistiendo a discotecas, “olfateando traseros” de parejas potenciales, y teniendo aventuras de una sola noche) no estamos obligados a ser así. Podemos discriminar y cambiar nuestro comportamiento. Nos concentramos en ese discernimiento de no ser un animal.

Después, abordamos la línea de razonamiento de que, si fuéramos animales, no podríamos practicar el Dharma completamente. Tenemos la libertad de no ser animales; por lo tanto, tenemos una preciosa vida humana para practicar el Dharma. Luego, nos enfocamos en ese entendimiento inferencial y nos concentramos en reconocernos como poseedores de una preciosa vida humana. Este es el darse cuenta que discrimina que surge de la meditación.

Meditación estabilizadora

Con la meditación estabilizadora sólo nos enfocamos en tener una preciosa vida humana, sin discernir activamente en sus detalles (sin discernir que es preciosa dado que no somos animales, y que si fuéramos animales no podríamos meditar, y demás). De esta manera nos enfocamos en sentir que tenemos una preciosa vida humana (acompañamos esta atención del factor mental de la convicción firme). Realmente lo creemos.

Es con este tipo de meditación con la que nos deshacemos de nuestras limitaciones y problemas (tales como desperdiciar nuestro tiempo) y desarrollamos nuestras cualidades positivas, al darnos cuenta de que poseemos una preciosa vida humana y al utilizarla constructivamente para el Dharma.

El sólo enfocarse en la respiración, sin entendimiento alguno acompañando a este proceso (como el entendimiento de la impermanencia, cambios momentáneos, la no existencia de un “yo” sólido que controle y observe, y demás) puede calmarnos, como también nos calma dormir o tomar un tranquilizante, pero no trae consigo la cesación de las causas de nuestros problemas.

Entendimientos intelectuales, intuitivos, viscerales y emocionales

Nótese que tanto la meditación de discernimiento como la estabilizadora son aún cogniciones conceptuales. Son el medio a través del cual se presenta el significado de la idea de la preciosa vida humana. La idea es una representación de la preciosa vida humana (ya sea que se represente con palabras, con una imagen o con una sensación, el significado va a asociado con la representación).

Desde la perspectiva occidental, representar algo con palabras y enfocarse en ello es un proceso “intelectual”, mientras que representar algo a través de sensaciones o de imágenes y enfocarse en ello es un proceso “intuitivo”. Por favor, noten que ambos procesos pueden ser precisos o imprecisos. Sin embargo, ambos son conceptuales y ambos necesitan ir acompañados de entendimiento correcto de lo que las palabras significan o de lo que la sensación o la imagen significan. Más aún, para ser capaces de digerir el entendimiento, necesitamos creerlo y enfocarnos en él con una convicción firme. En términos occidentales, este es un entendimiento visceral.

Cuando este entendimiento visceral está acompañado de emociones constructivas tales como el agradecimiento, en occidente diríamos que estamos conmovidos emocionalmente por nuestro entendimiento. Esto realmente puede dar lugar a la transformación.

Sin embargo, la transformación ocurre en forma no lineal, no sigue un patrón lineal en el que las cosas van mejor cada día. Hasta que alcancemos la verdadera cesación de las emociones y actitudes perturbadas, continuaremos experimentando altibajos.

Entendimiento no conceptual

Enfocarse en algo con un entendimiento conceptual, tal como tener una preciosa vida humana, siempre se hace mediante una idea de lo que tal tipo de vida significa. Debido a que esto se hace mediante una idea, ni la atención ni el objeto mismo son completamente vívidos. Este es el caso sin importar si el entendimiento es intelectual, intuitivo, visceral o emocional.

La cognición sólo es completamente vívida cuando está libre de cualquier idea mediadora. Tal cognición es no conceptual y, por supuesto, aún está acompañada de entendimiento.

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