Tener presencia mental del karma y la conducta ética

Resumen

Necesitamos establecer la motivación apropiada, es decir, que deseamos beneficiar a todos los seres y alcanzar un estado de iluminación que nos permita lograrlo. Con esta motivación, escuchen estas enseñanzas sobre El fundamento de las buenas cualidades con el sincero deseo de ponerlas en práctica para este propósito.

Ayer discutimos la forma de tener un compromiso incondicional apropiado con un maestro espiritual o “devoción al gurú”, que es la raíz de todas las vías de la mente. También analizamos la excelente base de trabajo que es el precioso renacimiento humano con todas sus libertades y factores enriquecedores, y lo difícil que es encontrarlo. Existen ocho libertades y diez enriquecimientos, y el renacimiento humano que tenemos como base de trabajo los tiene todos.

En general, un renacimiento humano es muy difícil de obtener. Cuando nacemos como ser humano no somos capaces de caminar de inmediato. Nos toma más de un año obtener esa habilidad. Los animales pueden caminar casi inmediatamente después de nacer. La razón por la que pueden hacerlo es porque han nacido como animales innumerables veces y por lo tanto tienen instintos animales muy fuertes. El hecho de que los bebés humanos no sean capaces de caminar erectos cuando nacen es un indicador de que es extremadamente raro que hayan nacido como humanos anteriormente, y tienen instintos muy débiles para caminar como humanos.

El Buda Shakyamuni, en cuanto nació con una forma humana, fue inmediatamente capaz de caminar erecto y dio siete pasos. Este fue el resultado de haber nacido cientos de vidas consecutivas previas como ser humano. Por lo tanto, fue capaz de caminar inmediatamente como tal. Además, a través de todos esos renacimientos humanos había acumulado las causas completas para tener un cuerpo con las treinta y dos características físicas mayores y las ocho menores de un buda.

El primer punto es, entonces, reconocer las dieciocho libertades y factores enriquecedores que tenemos, y después darnos cuenta de lo difícil que es obtener tal base de trabajo de un renacimiento humano con todas ellas. Después podemos pensar qué tan importante es semejante base de trabajo y los grandes propósitos que se pueden alcanzar con ella: concretamente, que podemos alcanzar la iluminación. Necesitamos pensar acerca del famoso Milarepa. Él alcanzó la iluminación en una sola vida sobre la base de trabajo que tenía: un precioso cuerpo humano.

Nuestras bases de trabajo son iguales. No hay diferencia. Así que con tan excelente base de trabajo necesitamos esforzarnos para practicar las medidas espirituales del Dharma tanto como podamos, hasta que la vida abandone nuestro cuerpo. No podemos dejar la práctica espiritual para mañana, porque nunca sabemos cuándo moriremos. El momento de la muerte es completamente incierto. Por lo tanto, necesitamos tomar la decisión definitiva de practicar el Dharma inmediatamente.

Ayer discutimos todos estos puntos relativos a la muerte y la impermanencia. Vimos que ninguna situación permanece estática y que después de la muerte tenemos que tomar un renacimiento. También vimos que si hemos acumulado una enorme cantidad de potenciales negativos por haber sido personas destructivas, negativas, renaceremos en los peores reinos. Necesitamos pensar en todos los problemas y sufrimientos que experimentaremos en tales reinos y sentir un profundo temor, de tal forma que deseemos evitar renacer en esas situaciones. Después podemos pensar en los diversos objetos que nos pueden proveer una dirección segura en nuestra vida, para poder evitar situaciones difíciles. Una vez que hemos reconocido las Tres Joyas Raras y Preciosas que ofrecen tal dirección, discutimos los diversos métodos para obtener de ellas la dirección positiva y segura para darle a nuestra vida, al tomar refugio en ellas. Eso es lo que analizamos ayer.

También necesitamos ser conscientes de las razones o causas para darle a nuestra vida una dirección segura. La primera es el temor a lo que nos podría pasar en vidas futuras sin tal dirección. La segunda es la creencia confiada en las habilidades de estos objetos de refugio de proveer una dirección segura para evitar peores renacimientos. Además de esto, si tomamos refugio en la forma mahayana de mente vasta, necesitamos tener compasión por todos los seres como causa motivacional adicional. Comprometernos completamente de esta manera, con estas cosas como causas, se conoce como tomar una dirección segura en la vida, tomar refugio.

Cómo entrenarse en tomar una dirección segura en la vida

Una vez que hemos tomado dirección segura, es importante entrenarnos con los diversos puntos para darle realmente esa dirección a nuestra vida. Cuando tomamos dirección segura de los budas la forma de entrenarnos es la siguiente. Cuando vemos representaciones de seres iluminados nunca las criticamos diciendo que sus ojos están torcidos o que sus caras son raras, ni nada por el estilo. Es preciso que no seamos irrespetuosos. Después de todo, consideramos todas las representaciones de los budas como consideraríamos a los budas mismos. Así que en lugar de criticar al buda podemos hablar acerca del artista o la escultura. Podemos decir que el artista no era muy habilidoso, pero nada más. Además, nunca debemos vender estatuas de budas. Tampoco debemos ser irrespetuosos hacia las diversas representaciones del cuerpo, la palabra y la mente de un ser iluminado. Es mejor no caminar sobre ellas ni colocar cosas sobre ellas.

De igual forma, cuando tomamos dirección segura de los budas prometemos no obtener nuestra dirección de deidades mundanas, tales como Brahma o Indra, porque ellas no pueden proveernos una dirección positiva y segura. Confiar en ellas sería como apoyarse en una cortina. Es como lo que les describí ayer en el relato del hijo de los dioses, que acudió a Indra para que lo ayudara a salir de su difícil situación, a lo que Indra respondió: “No puedo brindarte una dirección segura para tu problema. El único que puede hacerlo es el Buda”.

Cuando tomamos la dirección segura de las medidas preventivas, el Dharma, es importante ser extremadamente respetuosos con todas sus representaciones, tales como las escrituras y los libros, y no poner nada encima de ellos. Puede haber ciertas situaciones en las que salgan volando algunas páginas de un texto que estemos leyendo, por ejemplo, y que sea necesario ponerles algo encima. Pero aparte de eso no ponemos descuidadamente nada sobre nuestros libros, tal como un rosario u otra cosa.

Todos ustedes conocen las diversas costumbres budistas y las siguen correctamente en lo que se refiere a los libros. Esto es muy bueno. Los textos no deben colocarse directamente sobre el suelo, sino que deben tener algún tipo de tela o algo limpio debajo de ellos. Es lo mismo con respecto a las imágenes y estatuas del Buda. Es muy importante ser extremadamente respetuoso con todas las representaciones del Buda y de las enseñanzas del Dharma porque esto acumula una gran cantidad de potencial positivo. Tampoco damos vuelta a las páginas de nuestros libros lamiendo nuestros dedos para mojarlos. Si nos damos cuenta de que necesitamos humedecernos los dedos colocamos un pequeño recipiente con agua cerca de nosotros y lo usamos. Además, necesitamos tener un tipo similar de reconocimiento para cosas como la palabra escrita. Los periódicos y cualquier otro tipo de material impreso son vehículos que hacen posible la transmisión del Dharma. Es importante mostrar un enorme respeto hacia cualquiera que sea la forma de la palabra escrita. Así que no deberíamos usar el periódico, por ejemplo, para envolver nuestra basura, trapear el piso o limpiar. Tampoco tirar periódico en el retrete o en lugares sucios; necesitamos desecharlo respetuosamente.

Cuando tomamos la dirección segura de las medidas preventivas, un punto más que necesitamos seguir es no dañar nunca seres vivos.

Cuando tomamos la dirección segura de la comunidad sangha, necesitamos tratar respetuosamente a todos los miembros de la comunidad monástica y, por ejemplo, no ponerles apodos ofensivos.

Ajustar nuestra conducta teniendo presentes las leyes del karma

El punto más importante para darle dirección segura a nuestra vida es moldear muy cuidadosamente nuestro comportamiento de acuerdo con las leyes de causa y efecto conductual, las leyes del karma. Necesitamos ver que, al llevar a cabo acciones brillantes y constructivas, acumulamos potencial positivo y esto ocasiona nuestra experiencia de felicidad. Si actuamos destructivamente bajo la influencia de impulsos turbios y oscuros, eso acumula potencial negativo. Esto ocasiona nuestra experiencia de infelicidad, problemas y sufrimiento. Por lo tanto, el punto principal para darle una dirección segura a nuestra vida es conducirla teniendo presentes los resultados de nuestro comportamiento, y actuar en consecuencia.

Existen cuatro puntos acerca de las leyes del comportamiento kármico y sus resultados, a saber, los factores de: (1) la certeza, (2) la expansión, (3) que si no hemos cometido la causa para cierto resultado, no nos encontraremos con tal resultado y (4) que si hemos cometido cierta acción, entonces tal acción no habrá sido en vano, producirá algún resultado.

Ayer discutimos el factor de la certeza y el factor de la expansión. Si preguntamos cuál es el siguiente factor de la ley del comportamiento kármico y sus resultados es específicamente que si no hemos cometido cierta acción no nos encontraremos con los resultados de esa acción.

En la época del Buda, entre los dieciséis ancianos inquebrantables y constantes, algunas veces llamados “los dieciséis arhats”, había uno con el nombre de Kanakavatsa (gNas-brtan gSer-be’u). Tan pronto como nació, un elefante cuyos excrementos estaban hechos de oro se acercó a él y permaneció siempre a su lado. La razón por la que el elefante que defecaba oro permaneció siempre a su lado era porque en una vida previa Kanakavatsa había nacido en el tiempo del buda Kashyapa (Sangs-rgyas ‘Od-srung). El buda Kashyapa acostumbraba cabalgar un elefante. Durante esa vida, Kanakavatsa le ofreció con gran respeto una hoja de oro a ese elefante. Como resultado del gran potencial positivo acumulado por tal ofrenda, renació en el tiempo del Buda Shakyamuni y, tan pronto como nació, un elefante que defecaba oro se acercó inmediatamente a él.

El rey de la tierra en la que nació se llamaba Ajatashatru (rGyal-po Ma-skyes dgra). Codicioso del oro gratuito, el rey deseaba este elefante, así que le ordenó a la gente que se lo llevaran. Pero cada vez que introducía al elefante en su patio, éste desaparecía milagrosamente dentro de la tierra y reaparecía al lado del niño. El rey hizo lo mismo en tres ocasiones y cada vez ocurrió lo mismo. La razón de esto, y el punto que se ilustra aquí, es que el rey no tenía el potencial kármico correcto: no había acumulado las causas para disfrutar la riqueza del elefante como resultado, mientras que el niño pequeño sí lo había hecho. Las leyes del comportamiento y sus resultados son inconcebibles e incluso un rey carece del poder para alterarlas.

El siguiente punto es que si hemos llevado a cabo cierta acción, no habrá sido en vano; los resultados vendrán. Esto se indica en la historia por el hecho de que este pequeño niño, que se convirtió en uno de los dieciséis arhats, había acumulado las causas para poder tener al elefante siempre a su lado. Por lo tanto, ofrecerle la hoja de oro al elefante del buda Kashyapa no fue una acción vana: ocasionó este resultado. Además, cuando Kanakavatsa creció dejó la vida familiar, tomó los hábitos y con el tiempo se convirtió en un ser liberado, un arhat. Por lo tanto, teniendo esto presente, necesitamos decidir que trataremos de hacer hasta la más mínima acción constructiva. Es preciso que no consideremos demasiado pequeña ninguna acción positiva, porque una cubeta, después de todo, se llena por acumulación de gotas de agua.

En este sentido, decidimos acumular potencial positivo con cualquier tipo de acciones constructivas que podamos hacer, y evitar hasta la más mínima acción destructiva o negativa. No debemos engañarnos a nosotros mismos pensando que no importa lo que hagamos porque, si no somos cuidadosos, hasta una pequeña acción destructiva puede ser desastrosa. Si aplastamos y matamos maliciosamente un mosquito y no admitimos que fue un error y que está mal hacerlo, el potencial negativo que acumulamos por haber matado un mosquito se duplica al día siguiente con el mismo potencial que si hubiéramos matado dos mosquitos. Al siguiente día se cuadruplica y, en el transcurso de un año, si no admitimos honesta y abiertamente que lo que hicimos estuvo mal y aplicamos los diversos oponentes para purificarnos de ese potencial negativo, ese único acto de matar un mosquito acumula una cantidad increíblemente grande de potencial negativo.

El resultado madurado de haber aplastado un mosquito con nuestras manos, por ejemplo, será renacer en uno de los infiernos y tener un cuerpo enorme. Nos encontraremos parados en medio de dos enormes montañas y, de modo similar, ellas nos aplastarán. Después las montañas desaparecerán; reviviremos y luego nos aplastarán una vez más, una y otra vez. Eso continuará hasta que el potencial negativo que acumulamos se haya agotado por completo.

El punto es que necesitamos prometer evitar las acciones destructivas y hacer nuestro mejor esfuerzo para llevar a cabo cualquier tipo de acciones positivas y constructivas que podamos, por más pequeñas que puedan parecer. Este es el punto principal, el asunto principal que ha sido señalado por los budas. Hablamos acerca de las principales enseñanzas y prácticas que indicaron los budas y esta es la principal: actuar constructivamente y evitar actuar destructivamente.

Obtener confianza en las enseñanzas del Buda sobre la causa y el efecto conductual

Estos puntos acerca de las leyes de causa y efecto conductual se discuten en diversas escrituras, por ejemplo en clásicos tales como El sutra del sabio y el tonto (mDdo mdzangs-blun, sct. Damamuko-nama-sutra) y otros de la colección de palabras traducidas del Buda, El Kangyur (bKa’-‘gyur). Los volúmenes de estos trabajos selectos están numerados con letras tibetanas, y los volúmenes numerados SA, HA y SHA contienen una gran cantidad de material relativo a estos puntos. Es muy importante estudiarlos.

Todos estos diferentes puntos (por ejemplo, que si actuamos de forma constructiva resultará en un cierto tipo de situación feliz, mientras que si actuamos de forma destructiva resultará en cierto tipo de problema o infelicidad) todas estas cosas las encontramos en las escrituras. Las aceptamos sobre la base de la autoridad escritural, porque son extremadamente difíciles de probar a través de su propia lógica.

Si pensamos más a fondo en ello, necesitamos considerar quién enseñó esos puntos acerca del karma, quién es el autor, la fuente de la autoridad escritural. Si la fuente es el Buda con total claridad mental y completamente desarrollado, es imposible que tal persona haya mentido. Más aún, ¿cómo establecemos nuestra creencia confiada en la autoridad escritural de lo que el Buda dijo acerca de las leyes de comportamiento kármico y sus resultados? Observamos algunas de las otras cosas que el Buda dijo en las tres colecciones o canastas de enseñanzas: El Tripitaka. Existen las colecciones o canastas de enseñanzas sobre las maneras de domesticarse (El Vinayapitaka), sobre temas de práctica (El Sutrapitaka) y sobre temas especiales de conocimiento (El Abidharmapitaka).

Consideremos el tema central que se encuentra en las enseñanzas del Buda sobre la conciencia discriminativa de largo alcance (la perfección de la sabiduría), Los sutras del prajnaparamita. En esta discusión de la vacuidad, la total ausencia de todas las formas imposibles de existencia, vemos todas las líneas válidas de razonamiento que prueban que todas las formas imposibles y fantasiosas de existencia no existen en absoluto. Al pensar en estas líneas de razonamiento podremos convencernos, sobre la base de la lógica, que todo lo que el Buda dijo acerca de la vacuidad o la realidad es realmente cierto. Basados en ello, obtenemos una fuerte y confiada creencia y confianza en que el Buda es una fuente válida de información. Basados en esa convicción, también podemos sentirnos confiados en que el Buda es una fuente válida de información en torno a las leyes del comportamiento y sus resultados, y que todo lo que dijo relativo al karma es cierto. Sobre esta base, nos convenceremos de amoldar nuestro comportamiento, incluso en el nivel más ínfimo, de acuerdo con todo lo que el Buda dijo acerca de la causa y el efecto conductual.

Por ejemplo, el Buda dijo que si actuamos de forma constructiva mediante los diez tipos de comportamiento constructivo, el resultado que madurará es un renacimiento como humano o como dios. Después podríamos observar todas las cosas que el Buda dijo sobre la realidad en sus enseñanzas sobre la consciencia discriminativa de largo alcance de la vacuidad. Cuando nos damos cuenta, a través de la lógica, que todo lo que dijo sobre la realidad es correcto, aplicamos ese hecho a otra afirmación del Buda sobre la realidad, a saber, que si actuamos constructivamente renaceremos como humano o como dios. De esta forma, nos convenceremos, sobre una base sólida, que esta afirmación también es correcta.

Hay algunas personas que dicen: “Por supuesto que podemos ver que existen los seres humanos, pero no existen dioses y es ridículo decir que existen criaturas infernales y espíritus hambrientos”. Dicen que pueden probar que algunas cosas no existen simplemente porque nunca las han visto. Pero el simplemente afirmar que la prueba de que algo no existe es no haberlo visto nunca es un razonamiento muy pobre. Por otro lado, creer que el resultado de las acciones constructivas es un renacimiento como humano o como dios, y que el resultado de las acciones destructivas es un renacimiento en los peores reinos de existencia como criatura infernal o espíritu hambriento, es algo que tiene una base sólida: la fuente de esa información es el Buda completamente iluminado. Por lo tanto, es perfectamente correcto creer confiadamente que lo que el Buda dijo es verdad, porque él es una fuente válida de información y autoridad. Sobre esa base, decidimos moldear nuestro comportamiento en términos de lo que el Buda dijo exactamente, porque todo lo que dijo sobre las leyes de comportamiento kármico y sus resultados, hasta el más pequeño detalle, es correcto y real.

La forma de llevar este punto a la práctica diaria es observarnos honestamente a nosotros mismos y tratar de reconocer cuando actuamos en cualquiera de las diez formas destructivas. En cuanto notemos que estamos actuando destructivamente, necesitamos dejar de hacerlo. También necesitamos examinarnos cuando cometemos acciones constructivas y alentarnos para seguir en esa dirección. Esta es la forma principal de practicar; por aquí se empieza.

Nos hemos acostumbrado a actuar de manera destructiva desde el tiempo sin principio. Así que, sin importar lo que hagamos, descubriremos que, por supuesto, predominarán los instintos, hábitos y tendencias para actuar destructivamente. Se presentarán con mucha fuerza. Pero lo que necesitamos hacer es ir despacio y perseverar. Lentamente, seremos capaces de acumular más hábitos constructivos. Cuando nos entrenemos y limpiemos de estos malos hábitos, veremos que gradualmente nuestras tendencias a actuar en formas destructivas y turbias disminuirán. Nuestras tendencias a actuar en formas brillantes y constructivas se incrementarán. Con el tiempo, siempre actuaremos constructiva y positivamente.

El ejemplo de gueshe Pen Kungyel

Consideren el término “acumular y limpiar”, que se usa para describir prácticas preliminares. Lo que acumulamos son diversos hábitos y potenciales positivos y constructivos, y de lo que nos limpiamos es de todas nuestras tendencias negativas. Quizás sea útil si ahora les relato algunas historias de la vida de Pen Kungyel (‘Phen rKun-rgyal); son muy lindas.

Había un buen mentor, un gueshe de la tradición kadam en el Tíbet, cuyo nombre original era Pen Kungyel, que significa rey bandido de Penpo. Tiempo después, cuando se volvió un practicante tomó el nombre dármico de gueshe Tsultrim-gyelwa (dGe-bshes Tshul-khrims rgyal-ba), que significa “el mentor espiritual que triunfa con autodisciplina ética”. Pero antes de convertirse en un practicante espiritual, cuando tenía su antiguo nombre, era un conocido bandido y actuaba de manera muy cruel. También tenía una finca de alrededor de cuarenta acres que rodeaba su casa. Siempre hacía cosas negativas mientras trabajaba su tierra, por lo que también le llamaban “la persona con cuarenta acres de problemas”.

Un día se encontraba en la cima del paso de la montaña cerca de su casa, y ahí se encontró con un mercader viajero quien, sin saber que se trataba de Pen Kungyel, le preguntó: “¿Se encuentra el famoso bandido Pen Kungyel por aquí?”. Pen Kungyel contestó: “Yo soy Pen Kungyel”. El mercader se sintió tan asustado y sobresaltado que se cayó del caballo y rodó montaña abajo. Pen Kungyel se sintió muy conmovido por esto y pensó: “¡Es realmente terrible que el mero sonido de mi nombre tenga un poder tan espantoso! ¡Realmente he acumulado una gran cantidad de potencial negativo a través de esto!”. De esta forma, al desarrollar un gran arrepentimiento y remordimiento por sus acciones pasadas, decidió abandonar sus fechorías.

Se comprometió incondicionalmente con un maestro espiritual y trabajó y practicó muy intensamente. Su práctica principal era tratar de abandonar las diez acciones destructivas y poner en práctica las diez acciones constructivas. Llevaba un registro de lo que había hecho cada día. Tenía un pedazo de carbón y si hacía algo negativo o destructivo dibujaba una marca negra en una roca. También tenía un pedazo de tiza blanca y cada vez que hacía algo positivo y constructivo dibujaba una marca blanca. Llevaba la cuenta de esa forma. Al principio, eran más las marcas negras todos los días y difícilmente una que otra blanca; pero finalmente sus marcas negras disminuyeron. Sus marcas blancas se incrementaron hasta que sólo tenía marcas blancas todos los días.

Al principio, mientras se entrenaba de esta forma, cuando resultaba que al final del día tenía más marcas negras que blancas, tomaba su mano izquierda con su mano derecha y se daba una severa reprimenda apretándola fuertemente. Se decía: “¡Pen Kungyel! ¡Antes eras una persona tan canalla y terrible y todavía sigues actuando de una forma tan espantosa! ¡Eso no servirá de nada!”. De esta forma, se reprimía severamente por haber sido tan negativo y destructivo ese día. Pero después, a medida que continuaba con su práctica, cuando contabilizaba sus cuentas al final de cada día -como un mercader en una tienda que al final del día hace las cuentas en su caja registradora-, finalmente obtuvo muchas más marcas blancas. Entonces tomaba su mano derecha con su mano izquierda y se felicitaba a sí mismo diciendo: “¡Ahora eres realmente gueshe Tsultrim-gyelwa, el que triunfa con autodisciplina ética! ¡Lo has hecho muy bien!”. Así se felicitaba.

Por ser un practicante espiritual tan excepcional, su nombre se esparció a lo largo y a lo ancho. Un día fue al pueblo a pedir limosnas y acudió a una casa para recibir algo de comida. Cerca de la puerta había una canasta de hojas de té y, debido a que sus instintos de ladrón eran tan fuertes e irresistibles, automáticamente metió su mano en la canasta para tomar algunas. Se atrapó haciendo esto y, agarrando su mano con la otra mano, le gritó a la señora de la casa: “¡Venga rápido, señora, atrapé a un ladrón!”.

En otra ocasión, mientras vivía en su cabaña de meditación, recibió un mensaje de que su mecenas lo visitaría al día siguiente. Se levantó muy temprano, limpió y barrió muy bien su cabaña, y dispuso hermosas ofrendas en su altar. Después se sentó y examinó su motivación, porque esa es la forma normal de practicar. Después de que arreglamos nuestro altar por la mañana, cuando iniciamos nuestra sesión de meditación, nos sentamos y examinamos la motivación de lo que hacemos. Cuando se sentó, examinó su motivación y pensó: “¿Por qué me esforcé tanto para barrer mi cuarto y limpiarlo tan bien esta mañana, y disponer tan hermosas ofrendas?”, descubrió que realmente estaba bajo la influencia de preocupaciones mundanas por cosas transitorias. Había hecho toda esa preparación elegante para impresionar a su mecenas. Cuando se dio cuenta de que era realmente una motivación terrible, se levantó y fue a la puerta en donde tenía un cubo en el que depositaba las cenizas de la chimenea. Tomó un puñado de cenizas, lo tiró sobre su altar y desordenó completamente su cuarto. Entonces, se volvió muy famoso como “el gueshe Tsultrim-gyelwa, el que triunfa con autodisciplina ética, el que arrojó cenizas a la cara de todos los intereses mundanos”.

En otra ocasión, alguien estaba ofreciendo yogurt a un grupo de practicantes. Él estaba sentado atrás y, mientras les ofrecían el yogurt a todos los demás, se dio cuenta de que los que estaban adelante recibían mucha cantidad. Sentado atrás, se sintió muy nervioso de que la gente de adelante recibiera porciones tan grandes de yogurt. Empezó a preguntarse si acaso quedaría algo para cuando le tocara a él, y de esta forma empezó a desarrollar pensamientos negativos acerca de lo que estaba pasando. Cuando finalmente la persona que servía el yogurt llegó hasta él, Pen Kungyel se dio cuenta de lo que había estado haciendo. Volteó su recipiente boca abajo y dijo: “No gracias, ¡ya me comí mi ración de yogurt al observar a las personas de adelante!”.

Pen Kungyel siempre decía que era sólo un simple practicante. La forma en la que llevó a cabo su práctica espiritual fue que en el momento en el que se atrapaba actuando destructiva y negativamente se alertaba y se ponía extremadamente vigilante; mientras que cuando actuaba en forma positiva y constructiva, se permitía relajarse. Solía decir: “Esta es mi forma de practicar”.

Entonces, el punto principal es que como practicantes del Dharma necesitamos proteger siempre nuestra mente. Necesitamos siempre revisar cuáles son nuestras actitudes, y cómo estamos actuando. Esta es la principal preocupación que necesitamos tener. Es preciso que tratemos de no ser duros al observar a otras personas, porque eso no es de nuestra incumbencia. Deberíamos ocuparnos de nosotros mismos y revisar cómo lo estamos haciendo. Esto es algo que el gran Shantideva también mencionó. Esto se describe en la siguiente estrofa de nuestro texto:

(4) Como la sombra sigue a un cuerpo, solicito siempre inspiración para liberarme hasta de la más mínima, la menor acción que pudiera tejer un entramado de faltas y para lograr todas las acciones posibles para urdir un entramado de fuerza constructiva.

Cuando dice: “Solicito siempre inspiración”, significa inspiración para no actuar de forma descontrolada o irreflexiva. Por ejemplo, con respecto a las acciones de nuestro cuerpo, asegurarnos de que no estamos perdiendo nuestro tiempo sólo bebiendo, fumando, consumiendo drogas y demás, actuando de una forma muy imprudente y fuera de control. Con respecto al habla, vigilar lo que decimos y no sólo parlotear simplemente sin prestar atención, diciendo lo primero que se nos viene a la cabeza. De la misma forma, con respecto a nuestra mente, asegurarnos de que ésta no divague hacia pensamientos negativos tales como desearles el mal a otros, ser codiciosos, etc. Significa ser muy cuidadosos y asegurarnos de que no actuamos imprudentemente. Esto es algo que el gran maestro Chandrakirti señala también en su texto: Madhyamakavatara (dBu-ma-la ‘jug-pa), “Suplemento al camino medio” (comentario a los Versos raíz acerca del camino medio de Nagáryuna). Ahí, Chandrakirti pone un gran énfasis en salvaguardar nuestro comportamiento para que esté libre de los diez tipos de acciones destructivas.

La importancia de mantener una ética estricta

Cuando vemos todas estas prácticas relativas al comportamiento ético y tratamos de evitar cualquiera de las acciones destructivas y actuar siempre positiva y constructivamente, vemos que tal práctica encabeza el entrenamiento de alguien de motivación inicial. Ahora, conforme avanzamos en la práctica no deberíamos menospreciarla y pensar: “Esta es sólo una práctica trivial para principiantes, no me concierne”. En lugar de ello, mantener una ética estricta necesita ser la base firme que establecemos para cualquier tipo de práctica que hagamos en el futuro. Es como estar parados sobre nuestros dos pies: forma una base estable para caminar.

Si minimizamos la importancia de las prácticas de la autodisciplina ética de no actuar destructivamente y tratar siempre de actuar en forma positiva y constructiva, y decimos que no son realmente necesarias y si, por si fuera poco, tratamos de analizar la vacuidad o tratamos de dedicar nuestros corazones con el anhelo de la bodichita o de involucrarnos en las prácticas ocultas del tantra, no servirá para nada. No funcionarán. Necesitamos tener esta base de ética como las piernas sobre las cuales pararnos, y sólo después seguir para dar los siguientes pasos; no podemos hacerlo sin esta base. Hace tiempo, había un gran gueshe muy erudito de Mongolia que estaba en el monasterio de Sera. Cuando lo visitó una persona rica y le pidió enseñanzas sobre la vacuidad, le dijo: “Olvídate de la vacuidad. ¡Preocúpate por no ser tan ladrón!”.

Es sumamente importante seguir este entrenamiento ético y evitar actuar de cualquiera de estas formas destructivas. Tienen aquí grandes maestros espirituales y es importante que les soliciten más enseñanzas e instrucciones sobre el comportamiento kármico y sus resultados. Específicamente, pregunten cuáles son los tipos de acciones constructivas y destructivas, practiquen las primeras y eviten las segundas tan bien como puedan. Si practican muy bien en este sentido, pueden evitar caer en uno de los peores estados de renacimiento. Sobre esa base, podrán obtener un renacimiento como humano o como dios. Entonces podrán continuar con un mejor renacimiento vida tras vida. Serán capaces de trabajar de esta forma y alcanzar el estado iluminado de un buda. No es tan difícil.

Existen diez acciones básicas constructivas y diez destructivas. Necesitamos tratar de descubrirlas y ser muy conscientes de lo que hacemos. Necesitamos ser como ese gran maestro, Pen Kungyel, en el sentido de inspeccionarnos y, de esta forma, mejoraremos. Pen Kungyel dijo una vez: “Cuando era un ladrón y seguía mis viejos hábitos, cultivé una finca de cuarenta acres. Cacé. Pesqué. Desvalijé caravanas que llegaban a donde yo vivía. Pero aún así era incapaz de obtener suficiente para comer. Apenas me alcanzaba para vivir. Ahora, cuando he renunciado a la preocupación por todo tipo de intereses mundanos, tengo más que suficiente y la gente sigue ofreciéndome más y más (de lo que puedo usar)”. Y añadió: “Antes, mi boca pasaba dificultades tratando de encontrar suficiente comida, ¡pero ahora la comida pasa dificultades buscando que mi boca la consuma!”.

Por lo tanto, necesitamos hacer un uso apropiado de lo que tenemos, tal como hacer ofrendas con cualquier tipo de posesión y riqueza que tengamos. No deberíamos dejar que se desperdicie. No deberíamos preocuparnos solamente por tratar de llevar suficiente comida a nuestra boca. Tenemos que tratar de no preocuparnos solamente por la satisfacción inmediata de nuestros deseos. Hacerlo es actuar simplemente como un pollo que deambula tratando solamente de meter comida en su boca, o como un pequeño ratón. Si somos practicantes espirituales sinceros, no tendremos que preocuparnos nunca por morir de hambre. Nunca se ha oído eso; de entre todos los cientos de miles de practicantes espirituales ninguno ha muerto de hambre nunca.

Entonces, al haber encontrado esta excelente base de un precioso renacimiento humano, es importante practicar apropiadamente y hacer buen uso de él de esta forma. La razón para ello es que queremos ser felices y no deseamos tener ningún problema o sufrimiento. Las causas para ser feliz se explican aquí en términos de actuar constructivamente. Las causas para ser infeliz y tener problemas se explican igualmente en términos de actuar destructiva y negativamente. Por lo tanto, dado que queremos ser felices necesitamos actuar de tal forma que acumulemos las causas para que ello ocurra.

Las desventajas de todos los renacimientos samsáricos incontrolablemente recurrentes

Aunque practicar de forma ética puede evitar que renazcamos en uno de los peores estados, y que en lugar de ello podamos renacer como humanos o dioses, no debemos sentirnos satisfechos sólo con eso. Sin importar en qué tipo de situación samsárica incontrolablemente recurrente renazcamos, sólo involucrará más tipos de problemas y sufrimientos. No existe una situación incontrolablemente recurrente que sea realmente feliz y segura. Cuando alcanzamos el nivel de entender esto, es como avanzar al siguiente grado o clase en la escuela. Esto se discute en la siguiente estrofa, que dice:

(5) Los esplendores de la existencia compulsiva, aun disfrutándolos, nunca son suficientes; son el umbral de todos los problemas, incapaces de dar seguridad a mi mente. Consciente de estas trampas, solicito inspiración para desarrollar un grandioso y ferviente interés en el gozo de la liberación.

Antes hablamos acerca de tratar de evitar todas las situaciones problemáticas de renacer en uno de los peores estados de renacimiento. Ahora expandimos nuestra perspectiva y pensamos en términos de cualquier tipo de situación incontrolablemente recurrente en nuestra existencia samsárica compulsiva. Por más espléndidos que parezcan, los diferentes objetos, posiciones y placeres nunca serán suficientes. Sólo engendran más problemas y dificultades. Por lo tanto, tratamos de desarrollar la determinación de liberarnos completamente de todos los problemas y dificultades. Esto es lo que significa la renuncia. Sobre la base de esta determinación de ser libres, tomamos un interés añadido por alcanzar el estado de liberación. Este es el nivel de motivación que se explica en esta estrofa.

La base para todo esto es, en primer lugar, tener como base firme, particularmente, un compromiso incondicional con nuestro maestro espiritual, y después pensar en la excelente base de trabajo que es el precioso renacimiento humano que tenemos, con todas sus libertades y riquezas. Necesitamos reconocer y apreciar estas oportunidades y lo difíciles que son de encontrar. Después, necesitamos pensar en la muerte y en cómo ninguna situación permanece estática. Estas oportunidades se perderán y después de la muerte podemos renacer en uno de los peores estados de renacimiento. Al pensar en todos los horribles sufrimientos y problemas que enfrentaríamos ahí, buscamos una dirección positiva y segura para evitarlo. La forma de tomar esa dirección segura del refugio es moldear nuestro comportamiento en función de las leyes del comportamiento kármico y sus resultados. Todo esto ya ha sido discutido.

Continuaremos nuestra discusión de esta estrofa en la siguiente sesión.

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