Qué considerar al recordar la muerte

La dificultad de obtener un preciado renacimiento humano y cómo aprovecharlo mejor

Al principio es importante pensar en la dificultad de obtener un preciado renacimiento humano, libre de todas las situaciones que impiden la práctica del Dharma y con la riqueza de las circunstancias favorables y oportunidades para practicar. Hay muchas cosas para pensar y considerar, tales como qué tan difícil es obtener tal base de trabajo desde el punto de vista de los ejemplos, desde el punto de vista de su naturaleza y desde el punto de vista de sus causas.

Ahora, nosotros realmente hemos obtenido semejante base tan difícil de obtener. ¿Y cómo es que hemos llegado a tener semejante renacimiento humano? Porque hemos hecho una gran cantidad de trabajo espiritual en nuestras vidas pasadas, lo que ha producido las causas para renacer como somos ahora. Un ejemplo para entender esto sería como haber subido una gran pelota de metal hasta la mitad de una montaña haciéndola rodar. En otras palabras, hemos hecho todo el trabajo para tener una vida humana ahora y lo que nos corresponde en este punto es ir más allá, seguir progresando. Si no actuamos cuidadosamente existe el peligro de que, tras haber conseguido llevar esta pelota hasta la mitad de la montaña, ruede nuevamente hasta el fondo, y nos será muy difícil volver a subirla.

Entonces, lo que necesitamos hacer es, sobre la base de la preciada vida humana que tenemos ahora, tratar de desarrollar compasión, amor y un corazón dedicado a la bodichita. Lo mejor que podríamos hacer, después de todo, es tratar de alcanzar la iluminación en esta base. Pero si no hacemos un uso apropiado de lo que tenemos ahora, y simplemente hacemos aspiraciones para ser capaces de tener semejante renacimiento humano en el futuro, sería similar a tener una gran canasta llena de arroz, hacerla a un lado ¡y sentarnos a rezar para conseguir otra canasta de arroz!

Ahora tenemos esta excelente base de trabajo que podemos utilizar para la práctica del Dharma y necesitamos hacer esfuerzos y aspiraciones para poder usarla plenamente. Es preciso que estemos muy felices de tenerla. La forma de abordar esto es pensar: “Si he obtenido algo tan precioso como esta base de trabajo, voy a usarla apropiadamente hoy y haré aspiraciones para poder seguir haciéndolo mañana”. En la mañana cuando nos despertamos es importante pensar: “¡Qué maravilloso es haberme despertado! ¡No he muerto mientras dormía!”. Y después es importante prepararnos para el día manifestando una firme intención: “¡El día de hoy continuaré haciendo un uso apropiado de mi preciada vida humana!”.

El tipo de vida que tenemos ahora es muy preciado; tiene ocho libertades o libertades temporales de ocho situaciones difíciles en las que no tendríamos la oportunidad de hacer ningún progreso espiritual. Son ocho situaciones como no humanos y ocho situaciones como humanos sin oportunidad alguna. Así que cuando nos despertamos por la mañana necesitamos pensar en lo afortunados que somos por no haber muerto durante la noche. Si hubiéramos muerto y renacido en cualquiera de esas ocho situaciones, sin oportunidad para hacer algún progreso espiritual, tal como renacer como un insecto que se arrastra por el suelo, no tendríamos ni siquiera la oportunidad de escuchar sobre estas medidas preventivas del Dharma. Así que es importante sentirnos muy felices y agradecidos por nuestra fortuna de despertar por la mañana y seguir teniendo las oportunidades que tenemos, y establecer la firme intención de hacer el máximo uso de ellas. Durante la noche, si hemos pensado de esta manera y hemos establecido la firme intención de hacer el máximo uso de nuestras oportunidades, entonces esto será muy constructivo incluso mientras dormimos.

Cuando Tsongkapa escribe: “Solicito inspiración para desarrollar sin interrupciones una actitud para extraer su esencia en todos sentidos, día y noche”, se refiere al tipo de práctica que podemos hacer tanto en la mañana como en la noche, es decir, aprovechar la esencia de nuestra preciada vida humana.

Este punto del texto, en donde Tsongkapa aborda este tema, es el punto en donde necesitamos incluir todas las diversas enseñanzas y métodos concernientes al mismo tema que se encuentran, primero que nada, en los sutras. Los sutras son las palabras del Buda mismo. De la misma forma, los diversos shastras o textos explicativos que fueron escritos por los maestros budistas indios, y similarmente todos los textos que fueron escritos por los maestros tibetanos de todas las tradiciones del budismo en el Tíbet: kagyu, nyingma, sakya y guelug, cualquier método particular relativo a este tema que se encuentre en cualquiera de estas fuentes también necesitamos aplicarlo aquí. En otras palabras, necesitamos incluir y aplicar cualquier enseñanza que aborde el preciado renacimiento humano, con sus libertades y riquezas, sin importar de qué fuente válida del budismo provenga. Es como tener, por ejemplo, un recipiente para el azúcar; ponemos todo el azúcar en ese recipiente, sin importar en qué tienda la compramos.

Si tenemos una base de trabajo tan preciada y no hacemos un uso apropiado de ella, será muy difícil obtener otra alguna vez. Si pudiéramos obtener constantemente tan preciada vida humana una y otra vez, sería otro asunto; pero de hecho ese no es el caso. Por lo tanto, si no hacemos un buen uso de ella ahora, lo más probable es que no tendremos la oportunidad de volver a tenerla. Es como alguien que es muy fuerte y valiente, si no tiene miembros y lo ponen en algún lugar en el suelo, por más fuerte y valiente que sea no hay mucho que pueda hacer. De igual forma, no habrá mucho que podamos hacer una vez que perdamos nuestro preciado cuerpo humano.

Si nuestro cuerpo humano fuera algo extremadamente fuerte e imperecedero, entonces, de nuevo, otra cosa sería; pero no es así. Es algo que no tiene mucha fortaleza. Además, una vez que tomamos un nacimiento, no hay nada que pueda suceder, excepto morir. Si hubiéramos oído de algún lugar adonde ir en el que la gente no muere, sería maravilloso, podríamos ir ahí. Pero, de hecho, no existe tal lugar. Dado que no existe ningún lugar al que podamos ir para escapar de la muerte, es importante tener presente a la muerte.

Muerte e impermanencia

Cuando escuchamos hablar de la muerte y de los reinos inferiores, la mayoría de nosotros lo encuentra muy desagradable en comparación con escuchar acerca de asuntos y preocupaciones mundanas y terrenas. Escuchar acerca de ellos sería como escuchar una mala historia. No nos gustaría ni la disfrutaríamos. En lugar de ello, escuchar que no hay tal cosa como la muerte o los reinos inferiores sería como escuchar una muy buena historia. Pero escuchar una buena historia que dice que no hay cosas semejantes cuando de hecho sí existen, es un gran engaño; no es más que una mentira.

Si decidiéramos que es mejor no escuchar historias de muerte y reinos inferiores porque son desagradables y perturbadoras, y si con tal actitud pudiéramos hacer que la muerte y los reinos inferiores no ocurrieran, sería muy lindo. Pero de hecho, ese no es el caso. Que no nos guste escuchar historias sobre ello o que no las creamos no las hace desaparecer. De hecho, las explicaciones al respecto no son simplemente historias inventadas: todo es real. Dado que nuestro fin mortal es algo que definitivamente nos llegará a cada uno de nosotros, y es sólo cuestión de que sea más temprano o más tarde, es necesario escuchar acerca de ello y tratar de encontrar algún método para no estar completamente aterrorizados cuando ocurra.

No se trata de entrar completamente en pánico: “¡Voy a morir, voy a morir!”, y vivir totalmente alterados. Ese no es el punto, porque de hecho existen métodos, medidas preventivas que podemos tomar para asegurarnos de que nuestra muerte no sea una experiencia tan aterradora. Si tales métodos existen y no los usamos, es una gran pena; es un gran desperdicio.

También podríamos cometer el error de pensar que es mejor no tener presente a la muerte. Pero si no tenemos presente a la muerte entonces cometeremos frecuentemente el error de no tener presente el tomar las medidas preventivas del Dharma. Incluso si tenemos presentes estas diversas medidas del Dharma que podemos tomar, si no tenemos continuamente presente a nuestra muerte inminente, no completaremos nuestra práctica de esas medidas. Cuando emprendemos las prácticas del Dharma y no perseveramos hasta completarlas, el error es que no hemos tenido suficientemente presente a la muerte.

Hay otros que pasan su vida haciendo toda clase de cosas destructivas, tales como robar, asesinar y demás. Se involucran en esas actividades porque tampoco tienen presente a su muerte inminente y lo que seguirá. Si durante nuestra vida nos mantenemos ocupados sólo con asuntos mundanos – especialmente con asuntos negativos, destructivos- entonces, cuando nuestra muerte esté por llegar, no hay necesidad de decir que, por supuesto, estaremos muy alterados. Todos los que nos rodean estarán también completamente perturbados e infelices. Pero además de estar perturbados, moriremos en un estado miserable de gran arrepentimiento. Todos estos son los errores de no haber tenido presente a la muerte antes de que acontezca.

Por otro lado, tener presente a la muerte actúa como un incentivo que nos impulsa a la práctica del Dharma. Así, cuando pensamos en la práctica espiritual y en lo que nos motiva a involucrarnos en ella, el primer incentivo es tener presente a nuestra muerte inminente.

Cuando el Buda puso en movimiento la primera rueda de transmisión del Dharma, una de las primeras cosas que enseñó fue la impermanencia – cómo ninguna situación permanece estática o subsiste para siempre-. El Buda mismo, por ejemplo, nació dentro de una familia de la realeza; era un príncipe con increíble riqueza y esplendor. Pero cuando vio cómo trasladaban un cadáver cerca de la ciudad real, esta circunstancia lo llevó a dejar toda su riqueza y emprender su búsqueda espiritual. Ver un ejemplo de la muerte fue la circunstancia que lo condujo a su práctica espiritual.

Tener presente a la muerte y a la impermanencia no es solamente un incentivo para iniciar nuestra práctica espiritual del Dharma, también es un incentivo para mantenernos a lo largo del curso de nuestra práctica y para llevarnos hasta su conclusión. Esto es algo que se puede ver en las pinturas de algunos de los más grandes practicantes y seres realizados. Muchos de ellos visten ornamentos de huesos humanos y usan herramientas de huesos humanos, tales como una taza de cráneo o una trompeta de fémur. El propósito de todo eso es ayudarlos a tener continuamente presentes a la muerte y a la impermanencia.

Más aún, pensar y tener continuamente presente a la impermanencia es el incentivo que conduce a la total compleción del viaje espiritual. Si tenemos una firme comprensión de la impermanencia, tenemos una mente espiritualmente orientada extremadamente fuerte. Cuando el Buda mismo murió en Kushinagar, el asunto final que le señaló a todo el mundo fue el de la impermanencia.

Cuando realmente obtenemos la comprensión de la muerte y la impermanencia – la comprensión de que nada permanece estático- esta es una verdadera vía de la mente de alguien del nivel inicial. Es la comprensión que nos conducirá a desarrollar la vía de la mente de una motivación del nivel intermedio y esto fungirá como incentivo para progresar aún más hasta convertirnos en alguien del nivel avanzado. Esta consciencia de la impermanencia es esencial para poder desarrollar amor y compasión y, de hecho, para ser capaz de tener una práctica espiritual completamente pura y apropiada. Además, si sobre la base de una firme comprensión de la impermanencia hemos sido capaces de practicar bien el Dharma, es posible que al morir seamos capaces de irnos en un estado mental muy feliz, muy pacífico. Por supuesto, no hay forma de que no muramos, pero la comprensión de la impermanencia hace que nuestra travesía por la muerte sea algo que podamos enfrentar con un estado mental feliz y pacífico, sin remordimientos.

Cómo tener presente a la muerte

Hay muchos aspectos que pueden ser discutidos desde la perspectiva de la muerte y la impermanencia, las diversas ventajas de tenerlas presentes y las desventajas de no tenerlas presentes. Pero en resumen, cuando preguntamos: “Bueno, ¿cómo hacemos para tener realmente presente a la muerte?”, esto se describe en las dos primeras líneas de la siguiente estrofa:

(3) Al morir, mi cuerpo y fuerza vital perecerán rápidamente como burbujas en la corriente de un arroyo. Al recordar esto y al haber encontrado estable certeza en que después de la muerte, los frutos de mis acciones brillantes y turbias seguirán detrás de mí,

El primer punto sobre el que pensamos es la certeza de la muerte – el hecho de que la muerte acontecerá con toda seguridad-. El segundo punto es que no hay manera de saber cuándo acontecerá la muerte. El tercero es considerar cómo, en el momento de la muerte, exceptuando el caso de que se hayan tomado las medidas preventivas del Dharma durante la vida, nada más podrá ayudarnos.

Hay muchos puntos a considerar en términos de cómo la muerte es segura. No importa en qué tipo de cuerpo hayamos renacido, no hay ningún tipo de cuerpo que nunca perezca. En estos días hay muy buenos hospitales, doctores extremadamente habilidosos, medicinas muy poderosas y fármacos maravillosos. Pero sin importar qué tan poderosas puedan ser estas cosas, aún no existe cura para la muerte. No hay nada que pueda eliminar la muerte y no existe hospital al que podamos ir para escapar de ella, porque si existiera esa posibilidad, seguramente ya habrían construido uno. Incluso el Buda totalmente iluminado, el Buda Shakyamuni, a pesar de que había alcanzado una claridad mental total y estaba completamente desarrollado, nos demostró una forma común de pasar a la liberación final de la muerte, en Kushinagar. Todos podemos visitar ese lugar.

Algunas personas han vivido incluso durante miles de años. Por más asombroso que pueda ser alguien como Matusalén – y algunas de esas personas todavía pueden andar por aquí – ninguna de ellas escapará de la muerte o ha escapado de morir finalmente en algún momento.

A pesar de que hay muchos lugares a los cuales ir, no hay ningún lugar al que podamos ir para escapar de la muerte. Algunos tibetanos han viajado por toda la India con la esperanza de encontrar algún tratamiento médico para evitar morir de la enfermedad terminal que padecen, pero no encontraron ningún lugar. Incluso han venido a Occidente en busca de grandes hospitales, pero cuando se nos acaba el tiempo, se nos acaba. Tenemos que morir. Por más estupendos que sean nuestros hospitales, o la fantástica cantidad de medicinas maravillosas que podamos tener, cuando llega nuestra hora no podemos obtener nada de ellas. Incluso los doctores mismos se enferman y tienen que permanecer en el hospital y morir.

Además, no hay forma de saber con seguridad cuándo llegará la muerte; es algo que puede suceder en cualquier momento. Se describe en el ejemplo del texto: “Al morir mi cuerpo y fuerza vital perecerán rápidamente como burbujas en la corriente de un arroyo”. Si observamos las burbujas o la espuma en una corriente presurosa, podemos ver claramente que no duran nada. Son inestables y se pueden ir en cualquier momento. Nuestra vida es exactamente igual.

Todos estos son puntos que podemos ver por nosotros mismos. De hecho, no hay certeza del momento en el que acontecerá nuestra muerte. No es necesario estudiar esto en los textos, podemos verlo por nosotros mismos en nuestras experiencias de vida. Lo importante de todo esto es que no deberíamos engañarnos pensando que si no practicamos ahora, podemos holgazanear y dejarlo para mañana, porque nunca sabemos cuándo moriremos. Por lo tanto, necesitamos decidir firmemente tomar y seguir las medidas preventivas del Dharma ahora mismo, reconociendo que la muerte puede acontecer en breve. Como dice nuestro texto: “Nuestro cuerpo y fuerza vital perecerán rápidamente”.

Podemos ver muchos ejemplos de lo rápido que terminan las cosas. Después de que el sol sale, se pone rápidamente, y cuando estamos en un tren en movimiento o en un avión, vemos que no se queda quieto sino que va continuamente hacia su destino. La vida avanza de la misma forma. La muerte es algo que definitivamente acontecerá; no hay forma de evitarla. Incluso si nos engañamos y sólo nos preocupamos por acumular riqueza y posesiones materiales sólo para esta vida, lo que hemos acumulado no servirá para nada. En el momento de la muerte no podremos llevarnos con nosotros nada de eso.

Potenciales kármicos brillantes y turbios

Por lo tanto, si preguntamos qué puede acompañarnos después de nuestra muerte, el ejemplo es el de una sombra que sigue a un cuerpo. Lo que nos acompaña como la sombra de nuestro cuerpo son los diversos potenciales que hemos acumulado en nuestra vida, tanto los brillantes como los turbios, los llamados potenciales kármicos “blancos” y “negros”.

Todos queremos felicidad y nadie desea problemas ni sufrimientos. ¿De dónde provienen éstos? Toda nuestra felicidad proviene de las acciones positivas, brillantes, ennoblecedoras que hemos llevado a cabo; mientras que todos nuestros problemas y sufrimientos provienen de las cosas negativas, turbias y oscuras que hemos realizado. Si estos son los dos tipos de cosas que nos llevamos con nosotros al morir (los potenciales kármicos de estos dos tipos de acciones) es obvio que estaríamos mucho mejor si tuviéramos más potenciales positivos con nosotros. Queremos llevarnos a nuestras vidas futuras los potenciales positivos brillantes para la felicidad que hemos acumulado con nuestras acciones constructivas. No queremos llevarnos los potenciales turbios y oscuros de nuestro comportamiento destructivo que nos causarán problemas e infelicidad. Ese es el sentido de tomar las medidas preventivas del Dharma y seguir una práctica espiritual. Lo hacemos con el objetivo de acumular esos potenciales positivos o potenciales para la felicidad que luego serán de beneficio en vidas futuras. Nos damos cuenta de que, exceptuando esto, nada será de ayuda en el momento de nuestra muerte. La decisión apropiada a tomar, entonces, es poner todas nuestras energías en esta dirección.

Existen innumerables acciones brillantes y turbias. Pero pueden abreviarse en las diez acciones constructivas o virtuosas y las diez acciones destructivas o no virtuosas. Es importante conocer en detalle cada una de estas acciones constructivas y destructivas. Ese conocimiento es una base que podemos desarrollar conforme progresemos para convertirnos en alguien del nivel avanzado de motivación.

Si después de morir no hubiera tal cosa como el renacimiento, entonces la muerte sería sólo un evento solitario y no tendría mucha importancia. Pero, dado que el texto dice “después de la muerte” y habla de lo que ocurre después, podemos estar seguros de que realmente existen las vidas futuras. Hay muchas personas que aseguran que no existe tal cosa como el renacimiento. Pero además de su mera idea de que no existe, no hay forma de que estén absolutamente seguras de ello. Aunque no podamos ver realmente las vidas futuras, no hay modo alguno de que podamos asegurar que no existen.

De hecho, existen las vidas futuras; esto es real. ¿Y qué es lo que determina el tipo de renacimiento que abordamos? Los tipos de potenciales kármicos que hemos acumulado, ya sean constructivos y brillantes o turbios y negativos. Éstos determinan el tipo de renacimiento que tendremos. Aunque no podamos ver a los seres infernales o a los espíritus hambrientos, sí podemos ver a los animales y a otras criaturas que se arrastran a nuestro alrededor. Si no dejamos de actuar destructivamente, podríamos renacer exactamente con los mismos tipos de cuerpo y exactamente en las mismas situaciones terribles que ellos. Esto lo podemos asegurar. Si pensamos en todos los problemas y sufrimientos que los animales deben enfrentar, y en todas las dificultades de tal renacimiento, desarrollaremos un estado de temor. No querremos experimentar esas cosas. Buscaremos algún tipo de dirección segura o refugio para poder evitar tan terrible renacimiento.

Dirección segura – Refugio

Si no hubiera dirección segura que tomar para poder evitar esto, entonces sería mejor no pensar en todos esos problemas horribles. Pero, de hecho, existe una dirección segura que podemos tomar; hay un refugio que puede encontrarse. Si preguntamos: “¿Cuáles son los métodos a seguir?” entonces, primero que nada, necesitamos saber que hay seres maravillosos que han indicado los métodos a seguir, es decir, los budas.

Los budas tienen tanto una corporalidad o cuerpo de formas iluminadoras (rupakaya) como una corporalidad o cuerpo que todo lo abarca (dharmakaya). Si preguntamos “¿cómo obtienen los budas un cuerpo de formas iluminadoras?”, es el resultado de haber acumulado potencial positivo o mérito a lo largo de muchísimos eones. Similarmente, si preguntamos “¿cómo obtienen los budas un cuerpo que todo lo abarca, un dharmakaya?”, es el resultado de haber desarrollado completamente su mente hasta ser capaces de entender todo -particularmente ser capaces de entender la vacuidad (el vacío), la total ausencia de formas imposibles de existencia-.

Un cuerpo de formas iluminadoras, rupakaya, tiene dos aspectos: un cuerpo de uso completo o sambogakaya, y un cuerpo de emanaciones o nirmanakaya.

Un cuerpo de uso completo, sambogakaya, es una variedad de cuerpos que hacen uso pleno de las enseñanzas mahayana de mente vasta. Sólo los bodisatvas altamente realizados – arya bodisatvas con niveles bumi de la mente del primero al décimo nivel- son capaces de realmente conocer y recibir realmente enseñanzas de ellos. Tales cuerpos solamente residen en tierras búdicas puras, tal como el reino Akanistha, el reino al que nada supera. No aparecen en tierras comunes o tierras impuras. Sólo exponen las medidas de la mente vasta del mahayana y, a diferencia de los cuerpos de emanación suprema (nirmanakaya supremo), los cuerpos sambogakaya nunca demuestran un parinirvana, una muerte con liberación final. Además, estos cuerpos aparecen con las treinta y dos características físicas mayores y las ocho menores de un buda.

A pesar de que un rupakaya incluye entre sus formas iluminadoras a estos cuerpos sambogakaya, aún así es necesario que los budas aparezcan en formas que puedan ser de beneficio para todos, no sólo para los arya bodisatvas. Los tipos de formas iluminadoras que los seres ordinarios – los que no son aryas que han contemplado la realidad- pueden conocer, son aquellos que constituyen un cuerpo de emanación, nirmanakayas – emanaciones de sambogakayas-.

Un cuerpo de emanaciones, un nirmanakaya, incluye tres tipos de cuerpos iluminadores: cuerpos de emanación suprema, cuerpos de emanación como artistas y emanaciones como personas.

El Buda Shakyamuni es un ejemplo de un cuerpo de emanación suprema. Si uno tiene el potencial kármico puro apropiado, es posible encontrarse realmente con un cuerpo de emanación semejante y recibir enseñanzas directamente de él. Pero, dado que no hemos acumulado un potencial puro, no hemos podido encontrarnos con alguno. Los tipos de cuerpos de emanación que de hecho podemos conocer son emanaciones como artistas o como personas.

Una emanación como persona que podríamos conocer podría ser, por ejemplo, una emanación de Avalokiteshvara. Su Santidad el Dalái Lama es una emanación de Avalokiteshvara en la forma de una persona. Un ejemplo de una emanación como un artista sería el de la siguiente historia. Había una vez un rey de los músicos celestiales o gandarvans, que estaba extremadamente orgulloso de su habilidad para tocar el laúd. El Buda manifestó una emanación como un artista que era aun más habilidoso tocando el laúd y, de esta forma, usó varios medios para ayudar a esa persona.

Podemos pensar en todos los diferentes tipos de budas en términos de la presentación sutra o de la presentación tantra. Desde la perspectiva de los sistemas sutra está la discusión de los mil budas de este eón afortunado. También está la discusión de los budas de los tres tiempos y las diez direcciones. Desde la perspectiva del tantra, están las diversas figuras búdicas o yidams que, de nuevo, son diferentes tipos de formas iluminadoras. Todas estas diferentes formas en las que un buda puede aparecer constituyen la verdadera joya suprema y rara de los budas, de quienes obtenemos una dirección segura en la vida.

En términos de nuestra propia práctica, es importante respetar y reconocer las diversas representaciones del Buda. Necesitamos considerar todas las representaciones de un buda, desde las grandes pinturas en los templos budistas hasta los pequeños dibujos de los niños, como si realmente fueran budas. Esto se debe a que, cuando desarrollemos una mente que acumula (una vía de la mente acumulativa) – la primera de las cinco vías de la mente y, específicamente, cuando logremos un importante desarrollo de los tres niveles de dicha mente-, seremos capaces de realmente escuchar y recibir enseñanzas del discurso iluminador de todas las representaciones de los budas, incluso de los dibujitos de los niños. Además, cuando alcancemos un gran nivel de un camino de acumulación de la mente, seremos capaces de recordar y recitar sin esfuerzo todas las diversas enseñanzas que hemos escuchado. Con ese nivel de vía de la mente tendremos grandiosas destrezas y habilidades como esas.

Así que esta es la joya rara y suprema de los budas, quienes verdaderamente nos muestran la dirección segura a tomar en la vida, el refugio. Existen numerosas buenas cualidades del cuerpo, palabra y mente iluminadores de tales seres, y todas estas cualidades se describen en los grandes textos. Aquí tienen excelentes maestros espirituales y pueden estudiar con ellos todas esas cualidades.

Si somos conscientes de todas esas cualidades, destrezas y habilidades, tendremos un estado excepcionalmente fuerte y estable de creencia respetuosa en lo que es un hecho. Si no somos conscientes de todas las buenas cualidades, será difícil tener una creencia respetuosa realmente profunda y estable. Todo lo que podemos tener es cierto tipo de actitud devocional o considerar al Buda como alguien muy sagrado y precioso, pero esa no es ninguna base para obtener algún progreso.

En cuanto a la verdadera joya rara y suprema de las medidas preventivas, el Dharma, esto se refiere a las cualidades de la renuncia (abandonos) y las cualidades de las realizaciones de las corrientes mentales de un ser iluminado, un buda. No solamente eso, son las cualidades de renuncia y realizaciones en las corrientes mentales de todos los seres altamente realizados, todos los aryas. Éstas son las verdaderas fuentes de dirección segura del Dharma. En términos de la forma convencional de abordar esta joya, reconocemos todos los textos y escrituras como representativas del refugio del Dharma.

La verdadera joya rara y suprema de una comunidad comprometida, una comunidad comprometida con una meta positiva, la Sangha, serían los que nos ayudan a alcanzar la meta del Dharma como dirección segura. Específicamente, la verdadera joya suprema de la Sangha está formada por todos los seres altamente realizados, todos los aryas. Los aryas son aquellos que han contemplado la realidad o la vacuidad, directa y no conceptualmente. Han contemplado que no hay tal cosa como identidades verdaderas. Tales seres son la verdadera fuente de dirección de una comunidad comprometida.

En general, si tenemos cuatro monjes o cuatro miembros de cualquiera de las cuatro divisiones de aquellos que han tomado los hábitos, esto constituye una sangha o comunidad comprometida. Si tenemos un solo monje, por ejemplo, esta persona no puede ser considerada una sangha, porque al ser una sola persona no puede ser considerada una comunidad comprometida. Esa persona sería meramente conocida como un monje mendicante o un bikshu. Para constituir una comunidad comprometida o sangha son necesarias cuatro o más personas que hayan tomado los hábitos.

Mientras practicamos, es importante reconocer que sólo la Sangha arya es la verdadera comunidad que actúa como fuente de dirección segura, y practicar con ese reconocimiento. La comunidad monástica es meramente una representación de ella. La Sangha arya actúa como nuestros verdaderos amigos y ayudantes en el camino. De las Tres Joyas de Refugio, entonces, aquellos que realmente indican la dirección segura a tomar son la joya del Buda; la joya del Dharma es la dirección verdadera a tomar; y la joya de la Sangha son los verdaderos ayudantes, aquellos que nos ayudarán en la tarea de tomar una dirección positiva y segura en la vida.

Quizás les ayude a entender las Tres Joyas si les relato la historia de Stiramati (Blo-gros brtan-pa), un hijo de los dioses. Cuando hablamos de dioses, los dioses no tienen los problemas comunes que nosotros enfrentamos como seres humanos. No tienen problemas con las riquezas ni con las posesiones; tienen una vida llena de grandes placeres. En donde viven todo es de la naturaleza de las gemas preciosas y las joyas. Siempre se divierten; siempre tienen dioses y diosas amorosas alrededor de ellos haciéndoles compañía; y viven una vida muy larga de ocio y placer. Pero aunque tienen vidas largas, ninguno de ellos puede escapar de la muerte. Es sólo cuestión de tiempo.

Justo antes de morir, los dioses reciben varios signos de su muerte inminente. Normalmente, sus cuerpos son muy fragantes, pero cuando están a punto de morir comienzan a despedir olores extremadamente desagradables. Siempre usan diversas guirlandas de flores, pero en el momento de su muerte esas flores comienzan a marchitarse. A pesar de que normalmente jugarían y disfrutarían con los demás dioses y diosas, cuando estos signos aparecen, todos los demás los dejan solos. Sólo aquellos que son amigos muy firmes e inquebrantables acuden a verlos. Pero incluso ellos lo harán desde lejos, sólo mirándolos desde la distancia. Además, cuando un dios está a punto de morir, es capaz de ver el tipo de renacimiento que tendrá en su próxima vida.

Había un dios llamado Stiramati. Este dios vio que iba a caer en uno de los peores estados de renacimiento en su próxima vida y que, después de ello, renacería como un cerdo. Eso le produjo un enorme sufrimiento y tormento mental. En general, cuando hablamos de sufrimiento y dolor físico, el peor es el que experimentan las diversas criaturas en los infiernos; pero en términos de sufrimiento y tortura mental, no hay nada peor comparado con lo que experimenta un dios en tales circunstancias.

Normalmente, Stiramati acudía a pedir consejo a Indra, el rey de los dioses. Stiramati acudió a él y le preguntó qué podía hacer para evitar su destino. El rey de los dioses dijo: “No tengo nada que pueda ayudarte, ningún método que pueda brindarte dirección segura. El único que puede hacerlo es el Buda; te llevaré con él”. Así que llevó a este hijo de los dioses, Stiramati, a conocer al Buda.

El Buda lo instruyó para que hiciera los diversos procedimientos rituales de la figura búdica Ushnishavijaya, una deidad personal con tres rostros y ocho brazos, cuatro de cada lado. El dios hizo todas las diversas prácticas y procedimientos para las nueve deidades del círculo de Ushnishavijaya, y como resultado logró agotar completamente los potenciales negativos que había acumulado para obtener tan terrible renacimiento.

En ese momento se encontraba en el cielo de los treinta y tres dioses. Arriba de ese cielo se encuentra el cielo Ganden (Tushita) y él fue capaz de renacer en ese cielo, uno incluso superior al que había dejado. Indra, el rey de los dioses, tenía la habilidad de ver los diversos estados de renacimiento que la gente tomaba en reinos inferiores al suyo; pero debido a que este dios había renacido en un reino superior al suyo, ya no podía verlo. Así que le preguntó al Buda, quien le dijo que este dios había renacido en el cielo Ganden, un cielo superior al de Indra.

Si pensamos en este ejemplo, el Buda es quien le señaló a Stiramati la dirección segura, quien le señaló el refugio. La verdadera dirección segura la proveyó la práctica de los métodos para desarrollar las nueve deidades de Ushnishavijaya que el dios llevó a cabo. Esa fue la verdadera dirección segura, el refugio que le permitió agotar por completo su potencial negativo. Es por ello que se dice que la joya rara y suprema de las medidas preventivas mismas, la joya del Dharma, es la verdadera dirección segura a tomar. Indra, en este ejemplo, sería la joya de la comunidad comprometida, la Sangha, en el sentido de que ayudó a este dios a encontrar una dirección segura al llevarlo con el Buda.

En resumen, la verdadera práctica de observar nuestro comportamiento en términos de acciones brillantes y turbias, y actuar de acuerdo con la intención de obtener resultados apropiados, serían las verdaderas medidas preventivas, el Dharma que nos provee una dirección positiva y segura en la vida.

Evitar las acciones destructivas

Actuar constructivamente en formas brillantes acumula potencial positivo. El resultado de ello es renacer en uno de los mejores estados. Si hemos cometido acciones oscuras y turbias, y hemos actuado destructivamente acumulamos potencial negativo. Como resultado de ese potencial negativo, nacemos en los peores estados, y eso es seguro. A esto se refiere el factor de la certeza de las acciones kármicas.

Si queremos saber de qué manera pensar en los diferentes tipos de acciones turbias y destructivas, se condensan en diez: tres del cuerpo, cuatro de la palabra y tres de la mente. Si consideramos el primero de ellos como un ejemplo, el primer tipo de acción destructiva del cuerpo es quitar una vida. El resultado inicial de quitar una vida es renacer en uno de los peores estados. Esto se conoce como el “resultado madurado”; es lo primero que madura como resultado de tal acción. Luego, hay dos tipos de resultados que corresponden con su causa: hay resultados que corresponden con su causa en nuestra experiencia y resultados que corresponden con su causa en nuestro comportamiento. Por quitar una vida, un resultado que corresponde con su causa en nuestra experiencia podría ser, después de tener un peor estado de renacimiento, experimentar una vida muy corta llena de grandes enfermedades y dificultades, incluso si renacemos como ser humano. Esto corresponde con lo que hicimos, en el sentido de haber acortado la vida de alguien más. Como resultado que corresponde con su causa en nuestro comportamiento, desde muy temprana edad seremos instintivamente muy sádicos y nos gustará matar.

De igual forma, existe un resultado completo o dominante que experimentarán muchos seres que han quitado la vida a otros. Por ejemplo, en el país en el que hayan nacido la medicina será inefectiva y débil y la comida tendrá un valor nutricional muy bajo.

Así como existen estos cuatro tipos de resultados por haber quitado la vida de otros, hay otros cuatro tipos de resultados similares que provienen de cometer el resto de las diez acciones destructivas.

Cuando tenemos un estado mental con el que podemos ver todas las desventajas de matar y, al ser conscientes de estas desventajas, decidimos evitar quitar una vida y después, de hecho, nos refrenamos de matar, ese ejercicio de autocontrol es una acción brillante y positiva del cuerpo. Es la acción constructiva de evitar matar.

Si como resultado de ver las desventajas de matar en alguna situación particular, decidimos refrenarnos por una vez de quitarle la vida a otro, experimentaremos una sola racha de resultados de esa acción constructiva. Sin embargo, si en la misma situación tomamos un voto de no volver a matar otra vez y, después en todo momento evitamos matar, entonces, incluso cuando estemos dormidos, continuaremos acumulando el potencial positivo de evitar matar.

Entre los discípulos cercanos del Buda Shakyamuni, cada uno tenía sus especialidades. Estaba el altamente realizado Katyayana (Ka-tya’i bu) cuya habilidad especial era domesticar a personas de las regiones fronterizas y lidiar con ellas. Una vez conoció a un destazador de animales y le pidió a este hombre que tomara un voto de no sacrificar más animales, de no volver a matar. Esta persona dijo: “No puedo hacer eso. No puedo prometer no matar durante el día. Pero prometo que nunca mataré animales durante la noche”.

En esa época, había muchos grandes tesoros y joyas ocultas en los océanos, y muchos mercaderes solían ir al mar en busca de fortuna. Estos mercaderes siempre llevaban a un guía con ellos, dado que en aquellos tiempos los viajes marítimos eran extremadamente difíciles y peligrosos. Una vez, un grupo de mercaderes le pidió al altamente realizado Sangharákshita (dGe-‘dun ‘tsho) que fuera con ellos como su guía. Debido a que se encontraron con mal clima y enormes olas, se perdieron y llegaron a una tierra extraña y desconocida.

Una noche, cuando Sangharákshita deambulaba por esa extraña tierra, llegó a una hermosa casa con excelentes provisiones. Durmió muy bien ahí esa noche. Cuando despertó a la mañana siguiente, antes del amanecer, su anfitrión le dijo: “Por favor, váyase ahora antes de que salga el sol, porque durante todo el día y hasta que el sol se pone me acosan terribles problemas”. Le explicó que tan pronto como el sol salía, todos los animales de los alrededores acudían a su casa y lo atacaban. Los animales con cuernos lo pinchaban y corneaban, aquellos con dientes y colmillos lo mordían, y aquellos con garras lo rasguñaban. Esa horrible escena duraba hasta que el sol se ponía por la noche. “Pero tan pronto como el sol se pone”, dijo, “y hasta que vuelve a salir por la mañana, aquí todo es simplemente paz, tranquilidad y belleza”.

Después, Sangrákshita se encontró una vez más con el Buda y le describió que en una tierra muy lejana se daba esta extraña e inusual situación. El Buda le explicó: “Este es el renacimiento de una persona, un destazador que, frente al muy altamente realizado Katyayana, tomó los votos de dejar de sacrificar animales sólo durante la noche, pero dijo que tenía que seguir matando durante el día. La situación que viste es el resultado de tal tipo de acción”.

De modo que, como podemos ver por este ejemplo, cualquiera que sea el tipo de potenciales kármicos que hemos acumulado debido a diferentes tipos de acciones, hay un factor de certeza acerca del tipo de resultados que producirán.

Más aún, existe un factor conocido como el factor expansivo concerniente al comportamiento kármico. En otras palabras, de una muy pequeña acción pueden madurar resultados vastos y enormes. Por ejemplo, consideren una pequeña bellota: un grande y poderoso árbol puede crecer de ella. Esto es en un nivel externo. En un nivel interno, de una semilla de potencial kármico acumulado por una pequeña acción, también puede madurar un gran resultado. Por ejemplo, si hacemos una correcta postración completamente extendida, se construye la misma cantidad de potencial positivo o mérito que el que se requiere para renacer como un emperador cósmico universal, un rey Chakravartin, y esto será durante tantas veces como la cantidad de granos de polvo que hay debajo de nosotros.

Existió alguien que compuso un texto engañoso acerca de ciertos rituales que involucraban serpientes. Como resultado de esto, algo terrible le pasó a su cabeza: se partió y empezó a arañar. Después, realmente se convirtió en una serpiente. También hubo alguien que le dijo a un monje: “Tu voz es como la de un perro”, y renació como perro quinientas veces. Así que incluso de un pequeño desliz como ese, decirle a alguien que tiene voz de perro, pueden producirse desastres terribles.

En el principio del universo, el primer monarca gobernante era conocido como “el monarca elegido comúnmente”. Este monarca no sólo tenía dominio sobre las cuatro tierras (llamadas “cuatro continentes”) y las tierras secundarias, sino que también había acumulado el potencial positivo para ser capaz de compartir el trono con el rey de los dioses, Indra, en el cielo de los treinta y tres dioses. Mientras compartía el trono, los antidioses, los asuras, quienes siempre atacaban a los dioses, se volvieron muy fuertes y estaban ganando la batalla. Ahora se debatía entre dos opciones: ayudar a los dioses en la guerra o tomar ventaja de la situación y tratar de usurpar el trono en este cielo y gobernar solo. Pero, por más que trataba, nunca pudo apoderarse completamente del trono. La razón por la que carecía del potencial para que eso ocurriera era que, en el tiempo de un buda previo, había hecho una ofrenda de cinco guisantes al buda. Cuando ofreció los cinco guisantes y los colocó en el recipiente de las limosnas de este buda previo, cuatro de ellos cayeron dentro del recipiente, pero uno se quedó en el borde. Como resultado del potencial positivo acumulado por los cuatro guisantes que cayeron en el recipiente, tenía el dominio sobre los cuatro continentes y era capaz de compartir el trono de Indra. Pero sólo podía ocupar la mitad del trono del rey de los dioses porque un guisante había quedado balanceándose sobre el borde del recipiente.

Estos ejemplos nos dan material para pensar en cómo los potenciales kármicos crecen con el factor expansivo del karma. Es sumamente importante pensar en los diferentes factores concernientes al comportamiento kármico y sus resultados.

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