Entendimientos preparatorios necesarios para personas de los tres niveles

Tres tipos de personas espirituales

Para continuar con el texto, el siguiente verso dice: 

(2) Dado que (los practicantes) llegan a tener (niveles) pequeño, intermedio y supremo, son conocidos como los tres tipos de personas espirituales. Por lo tanto, escribiré acerca de estas divisiones específicas, aclarando sus características definitorias.

Este verso presenta el sistema de tres niveles diferentes de personas: los que tienen los niveles de motivación inicial, intermedio y avanzado. Atisha afirma que tiene la intención de explicar la naturaleza de este sistema de clasificación y sus características. 

Otra forma de describir el camino hacia la budeidad es que es un proceso gradual, que avanza paso a paso:

  • El camino de alguien del nivel inicial conduce a un estatus superior (mtho-ris), es decir, un renacimiento superior.   
  • Sobre esa base, el camino intermedio conduce a un estado de bondad definitiva (nges-legs), un término compartido tanto para la liberación como para la iluminación, pero que aquí significa liberación.     
  • Sobre esa base, el camino avanzado o supremo conduce a la budeidad misma. 

Este esquema de personas de tres niveles es otro medio de atribuir nombres a estas diferentes etapas de la práctica. 

El “estado superior”, la meta de alguien del nivel inicial, se refiere específicamente al estado superior de un renacimiento como ser humano o como dios. Lo que todos poseemos en este momento es un renacimiento de estatus superior como ser humano. Tenemos esto como base de trabajo, un precioso renacimiento humano. Si preguntamos: “¿Cómo pudimos haber logrado esta base de trabajo de un cuerpo humano?”, es el resultado de los esfuerzos que hemos hecho en vidas anteriores, específicamente como resultado de las acciones positivas y constructivas que hemos realizado y que han servido como causas kármicas para producir un renacimiento humano en esta vida. Sin embargo, ahora, si nos examinamos a nosotros mismos con honestidad, vemos que no estamos construyendo más causas para obtener renacimientos humanos tan preciosos nuevamente en el futuro. Si no desarrollamos las causas, tales renacimientos no se producirán.           

La razón por la que no obtendremos un precioso renacimiento humano en el futuro no es porque no estemos actuando tan fervientemente como Milarepa. Si estuviéramos actuando como él, eso significaría que estamos trabajando para alcanzar la iluminación en esta misma vida, como Milarepa lo logró. Si alcanzáramos la iluminación en esta misma vida, entonces en realidad no necesitaríamos un precioso renacimiento humano en nuestra próxima vida. Sin embargo, no es que hayamos alcanzado la iluminación y, por lo tanto, no necesitemos otro precioso renacimiento humano como base de trabajo. Y dado que ese no es el caso, entonces no vamos a obtener preciosos renacimientos humanos en vidas futuras porque no estamos trabajando para lograrlo. 

La razón por la que no estaríamos trabajando para lograr preciosos renacimientos humanos en el futuro es porque en la actualidad nos preocupamos completamente por obtener cosas para comer y beber, ropa para vestir y vivienda, posición y fama solo para esta vida. Debido a que estamos completamente involucrados solo con estas actividades, no estamos trabajando para obtener preciosos renacimientos humanos en vidas futuras. 

Para ser claros, no es que estemos buscando la iluminación en esta vida como lo hizo Milarepa y, por lo tanto, no necesitaremos un precioso renacimiento humano como base de trabajo para continuar trabajando hacia la iluminación. No estamos trabajando para obtener futuros preciosos renacimientos humanos porque estamos totalmente involucrados en los asuntos de esta vida. Si continuamos así, entonces en vidas futuras no solo no podremos obtener la iluminación, sino que ni siquiera podremos obtener un precioso renacimiento humano que podría actuar como base para alcanzar la iluminación.   

Dejemos de lado el hecho de que no seremos capaces de obtener un precioso renacimiento humano en una vida futura. Aun en términos de esta vida, debemos considerar que no importa cuánta riqueza material tengamos, no seremos capaces de llevarla a ningún tipo de vida futura. Trabajar exclusivamente para recolectar y acumular bienes materiales, dañar a nuestros enemigos y ayudar solo a nuestros amigos: este tipo de objetivos pueden ser perseguidos en esta vida incluso por los animales. Si los animales y los seres humanos pueden hacer este mismo tipo de cosas, el hecho de que se nos llame “seres humanos” es solo en términos de nombre. Realmente no nos estamos comportando como seres humanos en el pleno sentido de la palabra. 

Escuchamos o leemos en este texto el término “persona”, que significa “ser humano”, purusha en sánscrito. La connotación aquí de esta palabra es alguien que es capaz de lograr un objetivo y un propósito. Si alguien es capaz de trabajar y alcanzar el objetivo de obtener renacimientos de estatus superior como ser humano o dios en su próxima vida y en adelante, entonces tal persona se conoce como un “ser humano”. Esta es la connotación de la palabra purusha en sánscrito, tal como se usa en el texto para las personas de los tres niveles diferentes de motivación. Por lo tanto, es muy importante hacer esfuerzos en los diversos métodos descritos como el camino de una persona del nivel inicial que está trabajando por un estatus superior. Esta es la misma palabra de la que estamos hablando, la palabra “persona”, purusha.                   

Los agregados: cuerpo y mente

Todos podemos entender que tenemos dos cosas, un cuerpo físico y una mente, o conciencia. También sabemos cómo puede haber felicidad, infelicidad y sufrimiento tanto en el plano físico como en el mental. El cuerpo, estos agregados físicos burdos que todos tenemos, está conectado con la conciencia. Sin embargo, también sabemos que la conciencia o el darse cuenta mismo está separado de lo que está conectado con la conciencia, es decir, nuestro cuerpo.          

En términos de conciencia visual, existe la conciencia de diferentes colores y formas, por ejemplo, blanco, rojo, etc.; en términos de la conciencia auditiva, la conciencia de diferentes sonidos; con la nariz tenemos la conciencia de diferentes olores; con la lengua, la conciencia de los diferentes sabores, y con el cuerpo tenemos la conciencia de las sensaciones táctiles como que algo sea suave o áspero. Estos son los diferentes tipos de conciencia sensorial o tipos de darse cuenta que tenemos. Todos entendemos que tenemos estas cosas.       

Cada uno de estos diferentes tipos de conciencia sensorial es exclusivo de su tipo particular de objeto. Por ejemplo, la conciencia visual puede darse cuenta de que algo es blanco o rojo, y la conciencia corporal puede darse cuenta de que las sensaciones táctiles son ásperas o suaves. Sin embargo, la conciencia visual no puede percibir las sensaciones táctiles de rugosidad o suavidad y, del mismo modo, la conciencia corporal no puede darse cuenta de las sensaciones visuales de algo que es blanco o rojo. Cada una de las conciencias toma para sí un tipo exclusivo de objeto.          

Aparte de estos diferentes tipos de conciencia sensorial, también tenemos conciencia o darse cuenta mental. Cuando vemos con nuestros ojos una flor rosa, la flor rosa aparece ante nuestra conciencia visual. Más tarde, cuando volvemos a casa y pensamos en esa flor, aparece una imagen mental de ella en nuestra conciencia. La imagen es en realidad un aspecto de algo. Se parece a la flor, pero en realidad no es la flor en sí. De esta manera, podemos entender que hay una ligera diferencia entre lo que aparece ante la conciencia mental y lo que aparece ante la conciencia visual. Una vez más, hay una similitud; la imagen es un aspecto de ella.           

Algunas personas dicen que el aspecto, la imagen mental o la apariencia (snang-ba) -todas estas son formas diferentes de traducir la misma palabra- es la flor misma. Sin embargo, no podemos decir que esta imagen mental o apariencia de la flor sea en realidad la flor misma porque, si la flor fuera destruida y todavía tuviéramos una imagen mental de ella, entonces eso tendría que constituir la existencia de la flor. No podemos decir que la flor existiría en ese momento. Debemos entender bastante bien la diferencia entre cómo tenemos el cuerpo físico y estos diferentes tipos de darse cuenta o conciencia.         

Continuidad de la conciencia

Si tenemos conciencia o cognición, otra forma de traducir la misma palabra, shes-pa, entonces la cognición que tenemos en el presente es una continuidad de la cognición del momento anterior. Asimismo, el momento actual de cognición actuará como causa de nuestro próximo momento de cognición y, de esa manera, habrá continuidad, un continuo mental. En el primer momento de nuestra concepción en el útero, hay conciencia o cognición. Esta conciencia que existe en el momento de la concepción es similar a lo que acabamos de discutir sobre nuestro momento presente de conciencia. También debe tener un momento de conciencia inmediatamente anterior que actuó como causa de su continuidad.

Esta conciencia en el momento de la concepción no pudo haber surgido de ninguna causa, no llega de repente de la nada. Debe haber sido precedida por un momento previo de conciencia que actuara como su condición para generarla. Según esta línea de razonamiento, la conciencia que existe en el momento de la concepción tiene como antecedente un momento de conciencia de una vida anterior. Asimismo, se deduce que el último momento de conciencia que tendremos en esta vida generará un próximo momento de conciencia en una vida futura.                 

El cuerpo físico, sin embargo, no es algo que vino de una vida anterior a esta vida ni que va de esta vida a una vida futura. Es solo el flujo de continuidad de la conciencia lo que viene de una vida pasada a esta vida y que continúa en vidas futuras. Es la conciencia que pasa de una vida a otra. Esto es algo que deberíamos intentar comprender bien. Si entendemos esta distinción entre el cuerpo físico y la conciencia, entonces también debemos entender que hay felicidad y sufrimiento experimentados con ambos, tanto en el lado mental como en el físico.      

Sobre la base del cuerpo, podemos tener muchos tipos diferentes de infelicidad, como la infelicidad y el sufrimiento al experimentar dolor y enfermedad. Para lograr algo de felicidad física y eliminar la infelicidad y el sufrimiento físicos, nos dedicamos a todo tipo de métodos para acumular cosas materiales. Nos dedicamos a los negocios, la agricultura o el comercio, o nos entregamos a todo tipo de cosas “placenteras” diferentes para tratar de producir la felicidad que se basa en nuestra comodidad y placer corporales.      

Sin embargo, sobre la base de estos esfuerzos, también podemos experimentar muchos problemas. Para algunos, dedicarse a estas búsquedas puede, de hecho, generarles un gran progreso material. No obstante, aunque hay personas que trabajan mucho y efectivamente acumulan una gran cantidad de riqueza material sobre esta base, también hay personas que trabajan muy duro pero no tienen éxito ni logran acumular una gran cantidad de riqueza material. También hay quienes no tienen que trabajar mucho, como las personas que nacieron en una familia adinerada y, con el mínimo esfuerzo o sin esfuerzo, tienen éxito a nivel material. Pero sin importar en qué tipo de situación material estemos, sin importar cuánta riqueza y posesiones tengamos, todos podemos reconocer que no produce felicidad mental completa. Si pensamos en esto, llegaremos a comprenderlo.   

Impermanencia

Digamos que alguien trabaja durante 40 años y trata de acumular tantas posesiones materiales como pueda, y que esta persona logra acumular una gran cantidad. Esta persona, sin embargo, puede darse cuenta de que estas cosas no son permanentes y que no van a durar para siempre; puede comprender la impermanencia de todo esto y que las personas también son impermanentes y no durarán para siempre.     

Incluso las personas que vivieron durante los primeros eones, personas con una vida útil de innumerables años y que tenían una enorme riqueza material, todas se han ido ahora, ninguna de ellas está todavía por aquí. Vemos que los objetos materiales no son cosas que duren para siempre, y que las personas tampoco duran para siempre. 

El tipo de vida mundana en la que alguien se involucra es algo que simplemente da vueltas en círculo. Por ejemplo, en la primavera hacemos el trabajo relacionado con la primavera, y en el verano, hacemos el trabajo del verano, y en el otoño, el trabajo del otoño, y en el invierno, el trabajo del invierno, y luego vuelve la primavera. Simplemente continúa así sin fin. Incluso dentro de un día, está el trabajo que hacemos por la mañana o por la tarde o por la noche. Es solo un ciclo que se repite sin fin.    

Al vivir de esta manera, no hay fin para el tipo de rutinas mundanas en las que podemos involucrarnos. En general, podemos decir que el trabajo mundano es algo que no tiene fin. Sin embargo, hay un momento en que el trabajo mundano ordinario que hacemos llegará a su fin. No obstante, no termina en un estado o condición muy agradable. Terminará cuando renunciemos a este cuerpo.        

Si lo pensamos, podemos ver cómo pasamos toda nuestra vida en actividades mundanas tratando de acumular tanta riqueza material como sea posible. Incluso podemos lograrlo a medida que envejecemos; sin embargo, de hecho, lo que sucede es que a medida que envejecemos, nuestra condición se vuelve cada vez más difícil. Al final, llegamos a un estado muy precario en el que somos totalmente débiles. Esto es algo que es solo un hecho de la vida. Todos podemos entender esto.     

¿Actividad del Dharma o carrera mundana?

Ahora bien, la actividad del Dharma, o actividad espiritual, es algo muy diferente. Al principio es muy difícil y tenemos que esforzarnos y trabajar mucho para generar la felicidad. Pero la naturaleza del trabajo es tal que, con un esfuerzo sostenido, el trabajo mejora y la felicidad resultante de él mejora cada vez más. Es algo que tiene un final, se puede llegar a su completud. Cuando se completa el trabajo del Dharma, ¿en qué estado estamos? En un estado de completa felicidad y máxima alegría. Este es el tipo de estado en el que termina el trabajo del Dharma.      

El progreso del practicante de Dharma puede compararse con el progreso de la luna creciente. Comienza con muy poco y luego se acumula lentamente hasta que se llena por completo. Esto representa cómo la carrera de un practicante de Dharma comienza con una gran dificultad al principio, pero luego alcanza un estado en el que todas las buenas cualidades están completas. Por otro lado, una carrera mundana es algo más parecido a la luna menguante. Puede comenzar en un estado muy completo, pero a medida que envejecemos, nuestra actividad mundana y todo el progreso disminuyen cada vez más hasta que nuestra vida termina sin nada.       

Podemos pensar en el logro de la iluminación como un tipo de carrera del Dharma. Es posible que podamos alcanzar la iluminación en esta misma vida y, si logramos ese estado en esta vida, entonces ya no es una cuestión de trabajar para lograr un renacimiento de estatus superior en nuestra próxima vida. Sin embargo, si no logramos la iluminación en esta misma vida, y no hemos hecho algo para lograr renacimientos de estatus superior en nuestras vidas futuras, entonces hemos cometido un gran error.         

Nivel inicial

Los diversos métodos para lograr renacimientos de estatus superior en nuestras próximas vidas se discuten en las enseñanzas del nivel inicial. Esto se aborda en el texto del siguiente verso:   

(3) Cualquiera que adquiera un interés entusiasta por (alcanzar) él o ella misma, por ciertos medios, meramente la felicidad del samsara incontrolablemente recurrente, es conocido como una persona de nivel espiritual mínimo.

Cuando Atisha dice en el texto trabajar meramente por la felicidad del samsara incontrolablemente recurrente, se refiere a la felicidad que se experimenta en un renacimiento como ser humano, o como alguien muy rico, como un rey, o el proverbial chakravartin, un emperador universal; o significa un renacimiento como un dios como Brahma, Indra o uno de los reyes de cualquiera de los diversos reinos de los dioses. En el nivel inicial, nuestro objetivo es este tipo de felicidad mundana. Sin embargo, con tal renacimiento, donde Atisha dice por ciertos medios, debe ser que trabajemos fervientemente para adherirnos a la autodisciplina ética de restringirnos de cometer las diez acciones destructivas.                   

Lo que necesitamos, entonces, es un método para evitar peores renacimientos, y el método es tener una creencia fuerte y segura en los principios de causa y efecto kármicos, y sobre la base de esto, abstenernos de cometer cualquiera de las diez acciones destructivas. Así, cualquiera que trabaje con fervor y tenga como objetivo alcanzar un estado de renacimiento muy próspero como ser humano o como dios, completo con todos los tipos de placeres y felicidad que se pueden tener en ese estado, es conocido como una persona de nivel espiritual mínimo.       

Esquema de las prácticas preparatorias y del nivel inicial

Antes de participar en las prácticas reales de alguien con una motivación del nivel inicial, primero debemos comprender la forma adecuada de confiar en un maestro espiritual. También debemos pensar en cómo este precioso renacimiento humano que tenemos está completo con lo que se conoce como las “ocho libertades y diez dones”, los ocho descansos temporales (dal-ba brgyad) de las ocho situaciones de no descanso y los diez dones ('byor-ba bcu) con situaciones conducentes para la práctica. Estos dos puntos, la forma de confiar en un maestro espiritual - la llamada “devoción al gurú” - y pensar en el renacimiento humano plenamente dotado, son un entrenamiento preliminar común a las personas de los tres niveles, de los niveles de motivación inicial, intermedio y avanzado.          

Con estos dos como preliminares, entonces el cuerpo principal real de las enseñanzas que seguimos en el nivel inicial tiene cuatro temas: 

  • El primero es la meditación sobre la impermanencia.  
  • El siguiente es la meditación sobre el sufrimiento de los tres reinos inferiores. 
  • El tercero es el refugio.
  • Y, por último, pensar en la causa y efecto kármico. 

Pero primero necesitamos explicar los conocimientos y las prácticas preparatorias que necesitamos como base compartida para todo el camino gradual. 

Confiar en un maestro espiritual

Confiar en un maestro espiritual se divide en dos puntos en el esquema:

  • El primero es cultivar la confianza en el maestro espiritual como la raíz del éxito en las prácticas.   
  • El segundo es estar continuamente atentos a la bondad del maestro espiritual.    

Cuando los textos hablan de cultivar la confianza como raíz o base, esto se refiere a poder distinguir al maestro espiritual que nos está enseñando el Dharma como si realmente fuera un buda. No importa de otros gurús, dejémoslos de lado. Específicamente, esto se refiere al gurú o maestro espiritual que nos está enseñando el Dharma. Sobre la base de reconocer y respetar sus buenas cualidades, necesitamos pensar que es un buda. El que desarrollemos o no conocimientos o realizaciones es directamente proporcional a la cantidad de confianza que tengamos en esta creencia.       

Si no distinguimos a nuestro gurú como un buda, entonces, incluso si de hecho fuera el Buda, no podríamos obtener ninguna comprensión o realizaciones de sus enseñanzas. Por otro lado, si lo distinguimos como un buda, incluso si esta persona no es realmente un buda, seguiremos recibiendo la inspiración de un buda. Este tipo de creencia confiada es, por lo tanto, extremadamente importante.               

Podemos entender esto más fácilmente a partir de una historia. Una vez, en el Tíbet, había una madre cuyo hijo se fue a la India. La madre le pidió al hijo que, cuando regresara, le trajera un diente del Buda. Sin embargo, el hijo se olvidó por completo de esto. Cuando regresó, mientras se acercaba a la casa de su madre y podía verla a la distancia, de repente recordó y pensó: “¡Oh no, tengo que traer un diente del Buda para mi madre!”. Miró a su alrededor y vio el cráneo de un perro en el suelo, por lo que tomó uno de los dientes del perro y se lo presentó a su madre como si fuera el diente del Buda. Con gran confianza y fe en el diente, pudo recibir mucha inspiración de él, como si realmente fuera el diente del Buda.        

Una vez que seamos capaces de distinguir a nuestro gurú como un buda, debemos tratar de conservar recordación de su bondad. La forma en que tratamos de recordar esta bondad y tener presencia mental de ella es pensar en cómo nuestro gurú nos está enseñando todos los métodos para no tener que renacer en uno de los tres estados de renacimiento más bajos y desafortunados. El gurú nos está enseñando métodos para no tener que renacer en una existencia samsárica incontrolablemente recurrente en absoluto. Él o ella nos está enseñando los métodos y la práctica para poder alcanzar la iluminación completa de un Buda. De esta manera, debemos conservar recordación de la bondad que se nos muestra.                

Lo que sigue es, no solo valorar y tener recordación de esta bondad, sino también pensar en retribuirla, igualar esta bondad. En otras palabras, queremos retribuirla en el sentido de hacer algo que sea merecedor de esta amabilidad y ayuda. La forma en que podemos ponernos a la altura de este nivel de bondad y retribuirla, es practicando realmente las enseñanzas como lo instruye nuestro gurú. Milarepa dijo: “La única forma en que puedo retribuir o igualarme a la bondad de mi gurú sería practicar como él dice”. Por lo tanto, esta es la mejor manera de retribuir la bondad de un buda.                 

Esta es solo una breve explicación inicial sobre algunos de los aspectos de cómo confiar adecuadamente en un maestro espiritual. Es algo extremadamente crucial e importante, pero aquí solo podemos discutirlo brevemente. 

Entonces, estos son los dos puntos en el esquema con respecto a confiar en un maestro espiritual: generar una confianza raíz en el gurú y tener recordación continua de la bondad del gurú.       

Las ocho libertades de una preciada vida humana

Después de estos puntos, podemos pensar en la preciosidad del cuerpo humano que hemos alcanzado y lo difícil que es obtenerlo. El primer punto de esto es reconocer el precioso cuerpo humano que todos tenemos como base de trabajo. ¿Qué está involucrado aquí?  

En primer lugar, tenemos las llamadas “ocho libertades”. “Libertades” significa descansos temporales de ocho situaciones sin libertad en las que careceríamos de la capacidad de estudiar, aprender y practicar el Dharma, o en las que esa capacidad se vería seriamente obstaculizada. Si estamos temporalmente libres de estos ocho estados sin descanso, entonces tenemos los ocho estados de libertad. Hay cuatro estados no humanos y cuatro humanos.  

Los cuatro estados no humanos sin libertad son haber renacido como:

  • Una criatura del infierno.
  • Un espíritu hambriento (preta, fantasma aferrado).   
  • Un animal. 
  • Un ser celestial de larga vida, un dios.  

Los cuatro estados humanos sin libertad son haber renacido:

  • En un lugar o momento donde el Buda no ha venido, por ejemplo, durante uno de los eones oscuros que discutimos antes.   
  • En un lugar completamente incivilizado, entre bárbaros o salvajes donde no hay práctica espiritual alguna. En este caso, podemos ser humanos, pero sería un estado humano sin libertad. 
  • Gravemente discapacitados o con problemas mentales, o incapaces de escuchar, hablar o ver, o con poca capacidad para aprender debido a otras dificultades físicas, mentales o emocionales importantes. Aunque no es imposible estudiar y practicar el Dharma cuando se renace con tales condiciones, es mucho más desafiante.
  • Incluso si hemos nacido con condiciones y circunstancias conducentes para el estudio y la práctica del Dharma, sin embargo, tenemos visiones fuertemente destructivas y antagónicas, como ser completamente negativos hacia cualquier tipo de entrenamiento espiritual, no creer en causa y efecto, etc.

Los diez dones de una preciosa vida humana

Además de tener descansos temporales de estas ocho situaciones sin libertad para estudiar y practicar el Dharma, nuestras preciosas vidas humanas están enriquecidas con los llamados “diez dones”. Estos son dones de las condiciones y circunstancias que son más propicias para el estudio y la práctica del Dharma. Hay cinco dones personales de nuestro lado y cinco dones sociales del lado de los demás.      

Los cinco dones personales de nuestro propio lado son haber renacido:  

  • Como ser humano. Necesitamos entender “ser humano” con la connotación que hemos explicado anteriormente. Ser un ser humano que solo se preocupa por recolectar comida, refugio y calor para esta vida es algo que los animales también hacen y no constituye ser humano. Ser humano en este contexto es preocuparse por mejorar las vidas futuras y demás y trabajar hacia ese objetivo. 
  • Con suficientes facultades físicas y mentales para poder estudiar y practicar.
  • En una región central. A lo que esto se refiere, por ejemplo, es a nacer en lugares donde vive o que visita Su Santidad el Dalái Lama y, de esta manera, poder encontrarse con las enseñanzas directamente. Así entendido, el lugar donde vivimos aquí sería considerado parte de una región central.   
  • No haber cometido ninguno de los crímenes atroces en alguna vida anterior. Hay cinco crímenes atroces que son los tipos más graves de acciones destructivas que se pueden cometer, como matar a nuestra madre o nuestro padre. La mayoría de nosotros estamos dotados de no haber cometido tales cosas en el pasado.     
  • Tener una creencia respetuosa en las enseñanzas.   

Estos son los cinco dones personales de nuestro propio lado, y los tenemos todos completos.

Los cinco dones sociales basados en el lado de los demás son haber renacido cuando:   

  • Los budas han venido. Aunque el Buda Shakyamuni vino en el pasado y luego falleció, en la actualidad tenemos budas vivos como Su Santidad el Dalái Lama. Por lo tanto, esto constituye vivir en una época en la que han llegado los budas.    
  • Los budas vivientes están enseñando el Dharma.  
  • Las enseñanzas son perdurables - no durante el tiempo, por ejemplo, de los eones de desintegración.   
  • La comunidad espiritual de la Sangha, aquellos que realmente siguen estas enseñanzas y las ponen en práctica, también está presente.    
  • Los mecenas apoyan la práctica del Dharma, y no donde o cuando la vida espiritual está prohibida. 

Estos comprenden los cinco dones sociales.  

¿Cómo meditamos en estos puntos? Podemos meditar en ellos a primera hora de la mañana cuando nos despertamos. Cuando abrimos los ojos, podemos darnos cuenta de dónde estamos y decirnos a nosotros mismos: “Vaya, no morí anoche ni me encuentro en uno de los infiernos calientes en donde mi cuerpo es inseparable de los fuegos que me rodean”. Podríamos continuar pensando: “Si me despertara y me encontrara en uno de los infiernos, ¿qué haría ahora?”. Del mismo modo, podemos revisar todas estas diferentes libertades y dones y pensar, por ejemplo: “¿Qué pasaría si me despertara y fuera un espíritu hambriento? No solo sería imposible encontrar comida o bebida, sino que ni siquiera podría escuchar las palabras ‘comida’ o ‘bebida’. Si yo fuera así, ¿qué haría ahora?”.     

Esto es algo en lo que deberíamos pensar. Del mismo modo, podríamos imaginar que nos despertamos ahora y somos miembros de una familia muy adinerada, pero somos adictos a la heroína o consumidores habituales de drogas psicodélicas, o algo así que distorsiona y perturba completamente la mente, entonces, ¿qué haríamos? Por tanto, lo que debemos hacer, de hecho, es alegrarnos y ser muy, muy felices. Reconocer que tenemos un precioso renacimiento humano con un conjunto completo de ocho libertades y diez dones.   

Esta es una breve descripción de la forma en que meditamos en el reconocimiento del precioso renacimiento humano plenamente dotado. Habiendo obtenido un precioso renacimiento humano y utilizándolo como base, podemos alcanzar el estado iluminado de un buda.   

No hay diferencia alguna entre Jetsun Milarepa y nosotros con respecto al cuerpo humano que tenemos, o que él tenía, como base para la práctica del Dharma. Es realmente maravilloso tener un renacimiento humano tan precioso como base de trabajo con el cual alcanzar la iluminación. Si tuviéramos £100,000, estaríamos extremadamente felices y nos regocijaríamos, pero mucho más que eso, debemos regocijarnos y sentirnos felices por el hecho de que tenemos nuestro preciado renacimiento humano. Este es el primer punto de reconocer el precioso renacimiento humano plenamente dotado de libertades y dones.      

Pregunta sobre la purificación

¿Cuáles son los crímenes atroces y no hay nada que se pueda hacer para purificarlos o prevenir sus horribles consecuencias?

En primer lugar, una forma más literal de traducir y definir este término “crimen atroz” es un “acto negativo después del cual no hay espacio para intervenir”. A lo que esto se refiere es a que hay ciertas acciones destructivas extremadamente pesadas que, cuando muere alguien que las comete, inmediatamente renace en lo más bajo de los reinos del infierno; en medio de eso no sucederá nada más. Esta es la connotación de estos tipos particulares de acciones destructivas, tienen ese tipo de resultado kármico.      

Lo primero que debemos hacer para evitar esto es desarrollar una gran aprensión y miedo de que este destino nos suceda. Por ejemplo, si hubiéramos comido veneno por error y luego descubriéramos que acabamos de comer comida venenosa, sentiríamos un gran arrepentimiento. Por lo tanto, lo primero en lo que debemos pensar es si hemos cometido o no uno de estos actos realmente graves y cuáles serán las consecuencias de ello.     

Por ejemplo, si matamos a nuestro padre, pensemos que la consecuencia de esto será un renacimiento inmediato en el reino más bajo del infierno. Esto generaría mucho miedo y aprensión, y nos arrepentiríamos mucho de la acción negativa que hemos realizado. Si sentimos este fuerte arrepentimiento, eso comienza a purificar el hecho de que tengamos que experimentar tal resultado kármico. Tenemos que reconocer que lo que hicimos estuvo mal.     

Lo segundo que necesitamos es una actitud de total determinación, con la que decidimos firmemente que nunca más vamos a cometer una acción tan destructiva. 

Después de esto, lo tercero que debemos hacer es visualizar frente a nosotros una imagen de refugio, por ejemplo, una imagen del Buda. Hay varias técnicas meditativas de visualización, imaginando néctares y luces que fluyen de esta imagen de refugio para purificarnos de todos los potenciales kármicos negativos de actos tan terribles. Necesitamos hacer estas visualizaciones mientras recitamos varios mantras, como Om Mani Padme Hum, o el mantra del Buda, o el mantra de Vajrasatva de 100 sílabas.      

Además de esto, debemos pensar en todos los demás seres vivos y en cómo todos ellos también pueden haber cometido una gran cantidad de acciones destructivas y haber acumulado un fuerte potencial kármico negativo. Deberíamos desear que no tengan que sufrir las consecuencias y que se purifiquen de esos potenciales negativos. Hacemos todo este proceso para purificar a todos, no solo a nosotros mismos. Al hacerlo, el proceso de purificación se vuelve aún más fuerte.     

Purificación a través de la meditación en la vacuidad

El principal método de purificación, sin embargo, es la meditación en la vacuidad. En primer lugar, especifiquemos los diferentes tipos de delitos atroces o las acciones negativas más graves: matar a nuestra madre o nuestro padre, matar a un arhat, provocar un cisma en la comunidad monástica o en la comunidad del Dharma, o extraer sangre del cuerpo de un buda con intenciones dañinas. Aunque de hecho no se puede matar a un buda, el crimen atroz es hacer preparativos e intentar asesinar a un buda, arrojándole piedras o por cualquier otro medio.           

Con este tipo de acciones más destructivas, la meditación en la vacuidad actúa como el medio más fuerte de purificación. Necesitamos entender que hay tres cosas involucradas. Está el potencial kármico negativo, la persona que ha construido este potencial negativo, y también la acción destructiva que se ha cometido que acumuló este potencial negativo. No puede haber potencial negativo a menos que haya realmente una persona que acumuló ese potencial negativo. Del mismo modo, no podría haber ninguna persona que haya acumulado ese potencial negativo a menos que haya una acción destructiva que se haya llevado a cabo para que el potencial negativo se acumulara.                 

Al pensar de esta manera, vemos que estos tres factores surgen de manera dependiente entre sí. Ninguno de ellos existe por sí mismo. Necesitamos entender cómo existen: un potencial kármico negativo, una persona que lo construyó y la acción en sí. La existencia de estos tres solo puede establecerse de manera interdependiente entre sí, sin que ninguno de ellos tenga su existencia establecida verdadera e independientemente desde su propio lado. No es, por ejemplo, que se pueda establecer que alguien existe sólidamente como pecador; en cambio, la existencia de cualquier cosa solo puede establecerse de manera interdependiente de otras cosas. Esta comprensión de la vacuidad actúa para purificar aún con más fuerza que cualquier otra cosa.       

Los cuatro poderes de purificación

Hay cuatro poderes de purificación:  

  • El primero es el poder del arrepentimiento.  
  • El segundo es la promesa de no volver a cometer tal acción en el futuro. 
  • El tercero es el poder de reafirmar nuestro fundamento ético. Esto se refiere generar la compasión con la que pensamos purificar a todos los que han acumulado un tipo similar de fuerza negativa pesada. Esto actúa como fundamento o base para la purificación.    
  • El cuarto es el poder de las acciones oponentes que realizamos, refiriéndose a cualquier tipo de acciones constructivas como encender lámparas de mantequilla, hacer ofrendas, postrarse, circunvalar, colocar representaciones del cuerpo, habla y mente del Buda, o ayudar a los enfermos y a los pobres, o hacer obras de caridad. Cualquier cosa así actuaría como una acción positiva y constructiva y serviría como una fuerza positiva que contrarresta nuestros potenciales negativos.   

Por ejemplo, podemos pensar en el ejemplo de Jetsun Milarepa, quien en la primera parte de su vida mató a más de 30 personas con magia negra. Su maestro espiritual, Marpa, le asignó la tarea de construir varias veces una torre de nueve pisos con rocas. Tuvo que hacer esto usando solo su propio esfuerzo físico, que actuó como un medio para purificarse a sí mismo del gran potencial kármico negativo de haber matado antes en su vida. En particular, si tenemos esta actitud de desear que todos se liberen del sufrimiento y tengan felicidad, este tipo de amor y compasión es un método muy fuerte para purificarnos del potencial kármico negativo.            

Podemos ver un ejemplo de la historia de vida de Asanga, quien pasó doce años tratando de obtener una visión real de Maitreya. Después de tres años de trabajar muy duro en su retiro sin ningún resultado, salió de su retiro muy desanimado. Sin embargo, luego vio a alguien que tenía una barra de hierro que estaba frotando con un trozo de seda. Le preguntó a este hombre: “¿Qué estás haciendo?” y el hombre dijo: “Estoy haciendo una aguja frotando la barra de hierro”. Añadió: “Si trabajas lo suficiente, puedes hacer una aguja con una barra de hierro”.       

Asanga decidió: “Si él puede trabajar tan duro solo para hacer una aguja, yo puedo trabajar aún más”. Volvió a su retiro por otros tres años y este tipo de experiencia se repitió. Cada tres años se desanimaba y veía algo así y volvía a su retiro hasta que pasaron doce años. Hoy, de hecho, podemos ir a donde tuvo lugar su retiro. Está en la India cerca del Pico del Buitre; hay un lugar sobre Rajgir donde están las aguas termales y la cueva donde sucedió todo esto.       

Al final de estos doce años, cuando Asanga bajó de nuevo, vio sobre el camino a un perro que se encontraba en una muy precaria condición. El trasero del perro tenía enormes heridas abiertas infestadas de pequeños gusanos, y el perro ladraba ferozmente. Asanga vio el sufrimiento de esta pobre criatura y desarrolló una gran compasión por ella. Esto provino de estar atento y alerta y pensar en su sufrimiento. Por lo tanto, lo que pensó hacer fue ayudar.     

Cortó un trozo de carne de su propio muslo y lo colocó en el suelo. Quería quitar los gusanos de la herida del perro y colocarlos en el trozo de carne de su muslo para que todavía tuvieran algo de comer. También quería quitarlos de tal manera que no los lastimara, y se dio cuenta de que, si lo hacía con sus manos, los mataría. Entonces, se inclinó, con los ojos cerrados, y sacó la lengua para poder quitar los gusanos y aliviar así el sufrimiento del perro, pero al agacharse con los ojos cerrados y la lengua fuera, no pudo hacer contacto con el perro. Cuando abrió los ojos, en lugar de este miserable animal, estaba la forma real de Maitreya. De hecho, este perro había sido simplemente una emanación de Maitreya.        

Todo este proceso de purificación que le permitió a Asanga poder recibir esta visión de Maitreya se debió al hecho de que Asanga desarrolló una compasión muy fuerte por este perro. Asanga, un poco indignado, encaró a Maitreya y le preguntó: “He estado trabajando durante doce años tratando de verte y ¿cómo es que no apareciste antes?”. Maitreya respondió: “He estado aquí contigo todos estos doce años, pero debido a los pesados oscurecimientos e impurezas de tus potenciales kármicos negativos previamente acumulados, no has podido verme. Pero he estado ahí todo el tiempo”. Como prueba, dijo: “Mira aquí la parte inferior de mi túnica. Durante estos doce años en los que te sonaste la nariz y escupiste moco en el suelo, aquí está. Todo está seco aquí en mis hábitos. Sin embargo, debido a tu gran compasión hoy, esto ha purificado todos esos obstáculos y oscurecimientos kármicos y ahora puedes verme”.              

Entonces Asanga tomó a Maitreya y lo puso sobre sus hombros y desfiló por la ciudad queriendo que todos salieran y conocieran a Maitreya. Desfiló por la ciudad diciendo a todos: “Vengan a conocer a Maitreya”. Sin embargo, nadie pudo ver nada porque ellos también estaban oscurecidos por sus potenciales kármicos impuros. En consecuencia, todos dijeron: “Ahí está el loco fanático del Dharma, Asanga, que acaba de volverse loco tratando de practicar el Dharma”. Sin embargo, hubo una anciana que vio la pierna derecha de Maitreya en su hombro; eso se debió a que estaba un poco purificada del potencial kármico negativo.      

Después de eso, Maitreya llevó a Asanga a su reino de los dioses y le enseñó varios textos escriturales. Asanga se quedó allí una mañana de los dioses; sin embargo, cuando volvió a la tierra, descubrió que habían pasado 50 años humanos. Cuando se fue a este reino de los dioses, tenía unos 30 años, y cuando regresó, todavía tenía la forma de un hombre de 30 años. Vivió una vida de 300 años y durante todo ese período nunca envejeció. Después de su descenso del reino de los dioses siempre se mantuvo en la misma forma de un hombre de 30 años.      

Por lo tanto, si admitimos abiertamente los errores que hemos cometido en el pasado y aplicamos los cuatro poderes de oposición, como los hemos descrito, entonces es posible purificarnos incluso del potencial kármico negativo más pesado de estos crímenes atroces. Si eso es posible, entonces ni qué decir sobre purificarnos de otros tipos menores de cosas destructivas que podríamos haber hecho. Es muy importante arrepentirse de las cosas destructivas que hemos hecho en el pasado, y también tener una determinación muy fuerte y prometer no volver a llevar a cabo estas acciones destructivas en el futuro.      

El Buda mismo dijo que el resultado de estas pesadas acciones destructivas es el renacimiento en los estados desafortunados; sin embargo, del mismo modo, fue el propio Buda quien dijo que, si aplicamos estos cuatro poderes oponentes, podemos purificarnos de este potencial negativo. Las acciones destructivas no tienen ningún aspecto bueno en absoluto, solo fallas. No obstante, hay un buen punto sobre el potencial kármico negativo de haberlas cometido y es que, si admitimos abiertamente que lo que hemos hecho estuvo mal y aplicamos los cuatro poderes oponentes, entonces este potencial kármico negativo puede purificarse. Ese es el punto bueno de las acciones destructivas, que pueden purificarse.         

Ahora sabemos un poco sobre las acciones destructivas y el potencial kármico negativo que acumulan. Nos detendremos aquí por ahora.  

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