Hacer que la vida sea significativa con la meditación sobre la impermanencia y la renuncia

Hacer que la vida sea significativa

Ahora continuaremos con el texto. Estamos en el segundo verso. 

(2) Escucha con (mente) clara ¡oh Afortunado! cuya mente se fía del sendero que agrada a los Triunfantes al estar desapegado de los placeres de la existencia compulsiva y deseoso de hacer significativa tu vida de respiros y factores enriquecidos.

Los placeres de la existencia compulsiva se refiere al hecho de que, para nosotros, la gente normal, nuestra mente siempre está persiguiendo los placeres sensoriales. Siempre queremos sentirnos bien y es como si estuviéramos completamente enamorados de los placeres. Si la única cosa que buscamos en la vida es placer, eso en realidad es bastante destructivo. Esa es la razón por la que nada verdaderamente significativo sucede en nuestra vida, simplemente nos la pasamos tras los placeres. Estamos completamente obsesionados con buscar placeres y con gratificar a nuestros sentidos, aunque de todas formas nunca encontramos satisfacción. Eso hace que nuestra vida sea completamente mundana. Incluso los animales hacen esto. Además, no nos trae ninguna paz mental y tampoco funciona como un antídoto contra el sufrimiento. 

Cuando estamos constantemente involucrados en actividades mundanas o en buscar placeres sensoriales, eso solo nos genera muchos problemas, mucho sufrimiento. Hay un gran lama que escribió un texto llamado Recordando la impermanencia. Dijo que cualesquiera sean las actividades mundanas en las que estemos involucrados, nunca terminarán hasta que decidamos que hemos tenido suficiente. Tan pronto como terminamos una tarea, surge otra.  

Literalmente no hay fin para la lista de actividades mundanas en las que podemos pasar toda nuestra vida. Primero, buscamos una casa; tenemos que tener suficiente dinero para comprar una casa y cuidarla, por lo que tenemos que conseguir un trabajo, lo cual a menudo absorbe mucho de nuestro tiempo. Luego, una vez que nos compramos nuestra casa, necesitamos amueblarla y seguir trabajando para pagar el mantenimiento, es algo interminable. Incluso encontrar y pagar una casa no significa que nuestras actividades terminen. ¡Aún necesitamos limpiar la casa de vez en cuando! Es un poco como las olas en el océano, que llegan una tras otra, sin final. Nuestras actividades mundanas son iguales, a menos que conscientemente decidamos ponerles fin. De hecho, no encontraremos ninguna satisfacción en estas actividades mundanas. 

¿Acaso no es verdad que, desde que éramos niños hasta ahora, toda nuestra vida ha sido una actividad tras otra, un problema tras otro? Cuando somos pequeños tenemos que recibir una educación, así que vamos a la escuela. Se nos dice que tenemos que hacer eso para poder encontrar un buen trabajo. Más adelante, es difícil entrar a la universidad. Una vez que terminamos nuestra educación, otra vez tenemos problemas para encontrar un trabajo. Cuando encontramos un trabajo, siempre estamos deseando más dinero y una mejor posición. Y si nos las arreglamos para tener una muy floreciente carrera y nos volvemos muy conocidos, entonces tenemos que proteger la fama y la riqueza que hemos creado. Esto no tiene final. Nos esforzamos por hacer que nuestra vida de respiros y factores enriquecidos sea significativa, como dice el texto, pero lo hacemos de la forma totalmente incorrecta. Ahora mismo, tenemos este preciado renacimiento humano con libertades y dones. No es verdaderamente significativo si solo vivimos una vida ordinaria como he descrito hasta ahora, ¿no es cierto? 

Todos tenemos nuestras propias metas y anhelos en la vida y nadie puede decirnos que hagamos algo. Ni siquiera los budas pueden forzarnos a hacer nada. Depende de nosotros vivir nuestra vida como decidamos. Pero ahora estamos hablando acerca de emociones destructivas y cómo abandonarlas. Si, tan pronto como las enseñanzas terminan, seguimos con nuestra vida normal y descartamos completamente todo aquello de lo que estamos hablando y hacemos lo que queremos, por supuesto que las enseñanzas no van a funcionar. Es interesante cómo la mayoría de nosotros entendemos bien el significado de las enseñanzas, incluso estamos de acuerdo completamente con ellas, pero, por alguna razón, no abandonamos nuestra búsqueda de actividades y metas mundanas. 

Renuncia: La determinación de liberarse del samsara

La realidad es que alcanzar la liberación y la iluminación no es solo acerca de investigar y ver las desventajas de nuestras emociones perturbadoras. También necesitamos esforzarnos por dar surgimiento a todas las excelentes cualidades de la mente. Cuando hablamos acerca de la renuncia, en el nivel básico significa realmente querer liberarse del samsara. En tibetano, el término es nye-jung, en donde nye significa “definitivamente” y jung significa “salir” o “emerger”. Así, en tibetano, la idea es que tenemos el pensamiento con el que definitivamente queremos salir del samsara, la existencia incontrolablemente recurrente. El gran maestro Kedrub Je, uno de los principales discípulos de Lama Tsongkhapa, dijo que lo que mayoría de los practicantes de Dharma tienen en realidad no es una renuncia genuina. La mayoría de nosotros solo estamos realmente cansados del samsara, así que nos lamentamos y nos quejamos acerca de ello, pero no hemos cultivado realmente la mente de la renuncia. Nos quejamos de todos los problemas y pensamos qué agradable sería salir del samsara, pero esa no es una renuncia genuina. Tenemos otro término en tibetano para esto, que describe una mente claustrofóbica, una mente que está harta. Con esta mente, rechazamos el samsara hasta cierto punto, pero no es renuncia genuina. Esa es la razón por la que es difícil darnos por vencidos en nuestra búsqueda de actividades mundanas. 

Si investigamos de dónde provienen nuestros problemas y cómo surgen exactamente, veremos que nuestros problemas y emociones negativas están conectadas con nuestro concepto del yo. En todo lo que pensamos o hacemos, siempre está este “yo, mí, lo mío” en algún lugar. Realmente toda esta idea de “yo” que tenemos es la fuente de todos nuestros problemas, conflictos y emociones destructivas. Tomemos el ejemplo de un conflicto o incluso solo de una discusión acalorada. Al investigar por qué tenemos un problema con otra persona, si empezamos a analizar de dónde proviene el conflicto, llegaremos a la conclusión de que la otra persona dijo esta cosa horrible que no podemos tolerar ni aceptar. Entonces, el “yo” tiene aversión por algo y así fue como nació el conflicto. Esa aversión proviene de nuestro sentido del “yo”.  

Por supuesto, para nosotros, nuestro “yo” es mucho más preciado que la otra persona. Dado que es tan preciado, es importante lo que siente y piensa y, por lo tanto, si no podemos tolerar algo que la otra persona dijo, la rechazamos. Es muy simple, pero así es como funciona. Esto muestra cuán preciado es el yo para nosotros y cuán importantes son el “yo” y el “mi”. Si realmente examinamos de dónde provienen nuestros problemas, veremos que, al final, todo regresa a nuestro concepto engañoso de la identidad, del “yo”.  

Los tres entrenamientos superiores

Estos tipos de pensamientos y emociones destructivas se llaman tradicionalmente los tres venenos. Estos tres son el deseo anhelante, la hostilidad y el no darse cuenta. Si investigamos qué los sostiene a todos ellos, encontramos que es esta concepción errónea del yo. Tenemos que examinar realmente si es verdad que todos nuestros problemas provienen de aferrarse al yo y al egocentrismo. Esto es algo que tenemos que investigar. Y algo que realmente tenemos que entender es que todas las actividades mundanas en las que invertimos nuestro tiempo no nos producen la felicidad que buscamos. Ahora estamos en este camino, buscando cómo podemos abandonar la causa de nuestro sufrimiento. En el budismo, empezamos primero con la práctica de la autodisciplina ética o shila en sánscrito. 

Hay pasos graduales en el camino de practicar la autodisciplina ética. Al inicio, necesitamos trabajar en los niveles más burdos de nuestras emociones destructivas, tales como el odio y el apego, y tratar de abandonar las actividades que son consecuencias de estas emociones perturbadoras burdas. Hacemos esto al entrenar a nuestro cuerpo y palabra. Con el tiempo, en algún punto, nos daremos cuenta de que, si nuestra mente no está pacificada, entonces, incluso si logramos controlar los niveles más burdos, las emociones destructivas seguirán brotando. En ese punto, tenemos que pacificar a la mente cultivando el shámata, con el que estabilizamos a la mente al cultivar la concentración. Sin embargo, la concentración por sí misma no pacifica completamente nuestra mente. Cuando estamos practicando el shámata, nuestras emociones destructivas están ocultas y no se manifiestan. Pero tan pronto como salimos de nuestra sesión de shámata, las emociones destructivas surgen de nuevo. Para resolver completamente nuestros problemas, necesitamos sabiduría o darse cuenta que discrimina. El darse cuenta que discrimina no solo pacifica las emociones perturbadoras destructivas. En lugar de ello, el darse cuenta que discrimina conoce la naturaleza última de las cosas y puede total y verdaderamente terminar con nuestro sufrimiento. 

Estos tres pasos graduales son conocidos como los tres entrenamientos superiores: el entrenamiento superior en la autodisciplina ética, el entrenamiento superior en la concentración y el entrenamiento superior en el darse cuenta que discrimina. Estos tres son realmente importantes, independientemente de nuestra religión o creencias. Si eres una persona inteligente y entiendes que realmente quieres ser feliz y no quieres sufrir, estos tres entrenamientos superiores son cruciales. Sin ellos, será muy difícil hacer que la vida sea verdaderamente significativa.  

El entrenamiento superior en la autodisciplina ética 

Al pensar en la autodisciplina ética, si vemos nuestra vida familiar, siempre hay un tipo de problema que tenemos que enfrentar. A menudo, los padres están estresados, los niños están estresados, y en ese tipo de entorno, no importa cuánto deseemos ser felices, nunca lo seremos. ¿Por qué? Porque la mente de los miembros de esta familia no se ha entrenado en la paciencia, por ejemplo. Si uno de ellos fuera paciente y tranquilo, la mente de los demás se tranquilizaría también. Cuando las discusiones se encienden, necesitamos vigilar nuestro cuerpo y palabra – practicamos la autodisciplina ética de la paciencia y esperamos a que la otra persona se tranquilice. Cuando todos están un poco más calmados, podemos sentarnos y encontrar soluciones. Si queremos tener paz dentro de nuestra familia, esto es lo que necesitamos hacer – cultivar la paciencia. De lo contrario, no hay manera de encontrar la felicidad. De esta forma, al final, siempre seremos capaces de encontrar soluciones. Por ejemplo, los miembros de la familia pueden decidir que tratarán de evitar hacer ciertas cosas o tratar de comportarse de una forma distinta. Juntos, podemos construir paz y felicidad dentro de nuestra familia. De hecho, esta es la práctica de la autodisciplina ética y cómo podemos ponerla inmediatamente en práctica en nuestra vida diaria.  

El entrenamiento superior en la concentración

El segundo de los tres entrenamientos es en la concentración. Aun si le prometo a mi pareja que, de ahora en adelante, no haré las cosas que la irritan tanto, sé que volveré a caer en ello porque tengo hábitos muy fuertes. Por lo tanto, sé que tengo que usar mi memoria – mantener recordación de lo que estoy haciendo y diciendo – para recordarme a mí mismo que si hago o digo esto, la otra persona estará molesta o será infeliz. De esta manera, podemos entrenar lentamente a nuestra mente, haciendo que sea cada vez más y más estable. Esta es la práctica real de la concentración.  

El entrenamiento superior en el darse cuenta que discrimina 

Cuando hablamos del tercer y más importante entrenamiento superior en el darse cuenta que discrimina, también necesitamos tratar de ponerlo en práctica en nuestra vida diaria. Podemos observar cómo casi todos los conflictos surgen debido a la aversión, debido a que sentimos aversión hacia algo que es dicho o hecho. Lo que deberíamos hacer es enfocarnos en nuestro interior. En lugar de ver hacia afuera e identificar los problemas afuera de nosotros mismos, necesitamos ir dentro de nosotros e investigar por qué no nos gusta algo. Necesitamos ver por qué nace toda esta negativa reacción en cadena y cómo todo es debido a la forma en que nuestra mente opera, cómo pensamos, cómo los patrones habituales de nuestra mente han conducido a eso. Al final, descubrimos que todos nuestros problemas provienen de nuestra propia mente. Esto es sabiduría. Puedo asegurarles que, si hacen esto, ya no tendrán problemas de este tipo dentro de su familia.  

Darle significado a nuestra vida

Con los tres entrenamientos superiores, entonces, estamos hablando de cómo darle significado a nuestra vida. En verdad creo que entender los tres entrenamientos superiores es de extrema importancia y que están más allá de cualquier religión. Es imposible pensar de forma realista que todos en este mundo se volverán un practicante de Dharma. Todos somos muy diferentes, tenemos predisposiciones diferentes, nuestra mentalidad y nuestro nivel de inteligencia son diferentes, etc. Sin embargo, estos tres entrenamientos superiores – en autodisciplina ética, concentración y darse cuenta que discrimina – pueden ser de beneficio para toda la humanidad si los ponemos en práctica. Si realmente los practicamos tendremos una vida familiar feliz, pacífica y significativa. El bienestar de la familia se extiende a otras personas en nuestra colonia, nuestra ciudad, nuestro país. De esta manera, cualquier cosa que hagamos en nuestra vida, incluso dentro de nuestra pequeña familia, se vuelve significativo por las repercusiones más amplias que tiene hacia el exterior. Esa es la razón por la que creo que estos tres entrenamientos superiores son de beneficio para todos. Si los practicamos, beneficiarán a todos. 

Esta práctica de autodisciplina ética no necesariamente significa tomar votos ni hacer promesas solemnes delante de un maestro. Todos pueden entrenarse en la autodisciplina ética, la concentración y el darse cuenta que discrimina. El texto que estamos revisando se llama Los tres principales aspectos del camino. Como mencioné, estos tres son la renuncia, la bodichita y la vacuidad, los cuales cubren el significado de todas las enseñanzas de todos los budas. Somos practicantes, estudiamos los textos de Dharma y muchos de nosotros entendemos el significado de estos textos. Al haber entendido cuán importantes son estas enseñanzas, también nos daremos cuenta de cuán insignificantes son nuestras actividades diarias comparadas con las enseñanzas que nos pueden conducir en el camino, produciendo un beneficio verdadero y genuino para nosotros mismos y para los demás. Es sobre la base de este pensamiento que surgirá una fuerte mente de renuncia. De lo que con frecuencia carecemos es de esfuerzo. Más específicamente, esfuerzo que nos llevará en la dirección correcta. Normalmente, nos parece muy fácil esforzarnos en cosas inútiles. Dijimos anteriormente que el esfuerzo gozoso es el gozo en hacer cosas constructivas. Cuando entendemos verdaderamente los beneficios de las acciones constructivas y las desventajas de las acciones destructivas, el esfuerzo gozoso y la perseverancia surgirán espontáneamente. Hasta entonces, es casi imposible que surja el esfuerzo gozoso y seguiremos luchando en nuestros esfuerzos por practicar constructivamente. 

Utilizar nuestra inteligencia humana

Es realmente importante usar nuestra inteligencia humana en todo momento. Tenemos que ser lógicos. Por ejemplo, si hay un problema dentro de la familia porque el padre está muy estresado y es difícil hablar con él, entonces, por supuesto, no podemos simplemente forzarlo a hablar y esperar que las cosas cambien. Pero, digamos que sabemos a nuestro padre le gusta beber una copa de vino de vez en cuando, así que podríamos ofrecerle una buena copa de vino. Probablemente se sentirá muy complacido y su mente estará un poco menos negativa y un poco más pacífica. Luego, lentamente, podemos abordar los temas difíciles. Tenemos que ser hábiles y usar nuestra inteligencia; tenemos que ser prácticos y sabios. 

Si han ido a muchas enseñanzas, habrán escuchado que hemos estado por aquí desde el tiempo sin principio. Por lo tanto, nuestros hábitos también han estado con nosotros desde el tiempo sin principio y, por lo tanto, no podemos esperar que la gente cambie de la noche a la mañana. Tenemos que ser inteligentes al respecto, no deberíamos tener expectativas no realistas; tomará algún tiempo. Cuando hablamos de analizar las ventajas y las desventajas de nuestras acciones, no estamos diciendo que es algo que seremos capaces de hacer de forma adecuada ahora mismo. En primer lugar, tenemos que estudiar, entender las enseñanzas y meditar. Luego, todo tendrá sentido.  

Entonces, necesitamos practicar y tenemos que seguir los pasos. No podemos solo saltar de aquí hacia allá. Dado que estamos en Italia, usaré el ejemplo de cocinar pasta. ¡Imaginen que vengo de la India a enseñarles a hacer pasta! Para poder hacer una buena pasta, tienen que encontrar la receta. Tienen que tener mucho cuidado con la cantidad de parmesano y aceite de oliva que utilizan y durante cuánto tiempo hierven la pasta. El tiempo tiene que ser muy preciso. Si sigues todos los pasos de forma correcta, entonces haces una pasta fantástica. Luego, lo más importante es probarla. ¿Es deliciosa o no? Otras personas podrán decir que está más o menos, aun si sientes que está realmente deliciosa. Por supuesto, antes de hacer juicios, tenemos que asegurarnos de seguir todos los pasos de la receta. La práctica budista es igual. Tenemos que seguir todos los pasos para tener una experiencia directa. No podemos tener una experiencia directa del Dharma a menos que conozcamos los pasos, el camino que conduce hacia allá. 

Entonces, hemos estado discutiendo la mente de la renuncia, en donde queremos ponerle fin a la existencia condicionada. La renuncia es la determinación de ser libres, con una mente que está absolutamente segura. Antes de esto, solo estamos cansados de la existencia samsárica, eso tiene que pasar primero. Al utilizar nuestra inteligencia, vemos que todas las actividades que son resultado de las aflicciones mentales nos mantienen atrapados en la existencia samsárica, en el ciclo de sufrimiento incontrolablemente recurrente. Esto nos llevará a entender que tenemos que ponerle fin a las causas que conducen a la experiencia de sufrimiento. Esto significa abandonar las acciones destructivas. Esta es la práctica de la autodisciplina ética, con la que abandonamos las acciones destructivas de cuerpo y palabra. Pero, para poder superar completamente el sufrimiento, también necesitamos pacificar a nuestra mente. Para ello, necesitamos hacer que nuestra mente sea muy estable practicando la concentración. Luego, encima de esto, desarrollamos nuestro darse cuenta que discrimina. Esa es la fórmula para salir del samsara. Todo el camino de la budeidad empieza con la mente de la emergencia definitiva, la determinación de liberarse del samsara. El momento en que esta mente es generada es el primero momento del camino. 

El primer aspecto principal: Renuncia

Ahora, revisemos este tercer verso. 

(3) Ya que tomar un intenso interés en los frutos placenteros del océano de la existencia compulsiva sin renuncia pura, no es un método para (alcanzar) la paz (de la liberación) – de hecho, al anhelar lo que se encuentra en situaciones compulsivas, los seres limitados están completamente atados. Primero, esfuérzate en la renuncia.

En el tercer verso, dice renuncia pura. ¿Por qué se usa esta palabra “pura”? Esto es para diferenciar a la renuncia pura de la renuncia que tiene que ver más con estar hartos de nuestros problemas y de los sufrimientos del samsara. La renuncia pura proviene de nuestro entendimiento de que, ya no digamos la budeidad ni la liberación, ni siquiera el deseo por la liberación puede surgir sino hasta que entendamos que la existencia condicionada es sufrimiento. El primero paso que necesitamos dar es generar la renuncia pura, con una mente genuina que quiere renunciar al samsara. 

Alejarse de la obsesión con esta vida

(4) Al acostumbrar a tu mente a que no hay tiempo que perder cuando una vida de respiros y riquezas es tan difícil de encontrar, aléjate de tu obsesión con las apariencias de esta vida. Al pensar una y otra vez en los problemas del renacimiento recurrente y en que (las leyes de) causa y efecto conductual son infalibles, aléjate de tu obsesión con las apariencias de (vidas) futuras.

Independientemente de las actividades que hacemos mientras buscamos metas mundanas, todas nos mantienen atrapados en la existencia samsárica recurrente. El método que generalmente empleamos para dejar de seguir la fantasía de la felicidad mundana es contemplar la impermanencia. Hay muchas formas en las que podemos meditar en la impermanencia. La impermanencia burda, la impermanencia sutil y la impermanencia en general. Uno de los mejores métodos es aquel de recordar que la muerte es segura.  

Como dice Shantideva en Involucrarse en la conducta del bodisatva, todos queremos ser felices, pero destruimos las causas de la felicidad como si fueran nuestro enemigo. Ninguno de nosotros quiere sufrir, sin embargo, perseguimos las causas del sufrimiento como si fueran nuestro amigo más amado. Con este tipo de pensamiento, ¿cómo podríamos encontrar felicidad genuina? Esta es la pregunta correcta que tenemos que hacer. 

La importancia de contemplar la impermanencia

Es bueno empezar pensando en la impermanencia. La impermanencia es un tema extremadamente importante y deberíamos contemplarla con tanta frecuencia como sea posible. A la mayoría de nosotros nos gusta cultivar un anhelo por la bodichita y meditar en la vacuidad, pero a menudo olvidamos las bases del camino. Independientemente de cuánto esfuerzo invirtamos en generar la bodichita, no pueden surgir realizaciones sin un base firme. Para poder construir una casa, necesitamos una base. Si no tenemos la base, no podemos construir nada. De la misma forma, si queremos practicar el Dharma, necesitamos bases firmes. Lo que provee una fuerte base en el Dharma son la meditación en la impermanencia y la generación de la mente de renuncia. La base firme que necesitamos es la mente de la renuncia pura. La base de esta mente es nuestro entendimiento de la impermanencia.  

Realmente es de extrema importancia pensar en la impermanencia y contemplarla. Tenemos la oportunidad de recibir enseñanzas de Su Santidad el Dalái Lama y eso es increíble. Sin embargo, si no tenemos la base de meditar en la impermanencia, entonces, independientemente de las grandiosas aspiraciones que podamos tener al escuchar las enseñanzas de Su Santidad, o sin importar qué tan determinados estemos de que realmente vamos a practicar, tan pronto como las enseñanzas terminan volvemos a nuestro yo habitual. Nos olvidamos de todas esas aspiraciones y decisiones. ¿Por qué? Porque no tenemos una base firme, no hemos realmente obtenido ninguna realización en la impermanencia. Entonces, de nuevo: 

(4) Al acostumbrar a tu mente a que no hay tiempo que perder cuando una vida de respiros y riquezas es tan difícil de encontrar, aléjate de tu obsesión con las apariencias de esta vida. 

Aquí, habla acerca de las apariencias – o fantasías – de esta vida. Algunas veces tenemos esta idea romántica de practicar el Dharma, pero, mientras sigamos siendo atraídos por las apariencias de esta vida, nada de lo que hagamos será una práctica genuina del Dharma en absoluto. La práctica del Dharma debe basarse en un entendimiento de la ley de causa y efecto; tenemos que estudiar y contemplar las vidas pasadas y futuras. Tenemos que obtener certeza de que existen las vidas pasadas y futuras. Si realmente no pensamos en las vidas futuras y solo dejamos la idea de lado y continuamos, entonces será muy difícil que observemos las leyes del karma. Si no tenemos certeza de la existencia de vidas pasadas y futuras, ¿cómo podríamos obtener un entendimiento de la ley de causa y efecto? Tenemos que entender que nosotros mismos somos responsables de lo que está sucediendo en nuestra vida y de lo que nos va a suceder en el futuro. Tenemos que asumir responsabilidad por esta y por futuras vidas. Todo esto tiene que ver con nuestro entendimiento de la ley de causa y efecto. 

Vidas pasadas y futuras

Antes de que podamos entender realmente cómo funcionan las leyes del karma, tenemos que entender primero cómo y por qué hay vidas pasadas. La forma correcta de establecer la existencia de las vidas pasadas y futuras es a través del razonamiento que se explica con detalle en el texto de Dharmakirti “Comentario al ‘Compendio de mentes que conocen válidamente’, de Dignaga”. De hecho, no es un tema sencillo. 

También es un poco difícil para mí porque nadie me pregunta nunca sobre las vidas futuras, ¡sólo me preguntan si recuerdo mis vidas pasadas! Mucha gente me pregunta sobre mis vidas pasadas, pero no las recuerdo. Que uno recuerde o no la existencia de las vidas pasadas no es una prueba de la existencia o no existencia de las vidas pasadas. El hecho de que no las recordemos no significa que no existan. 

De hecho, hay muchos niños que recuerdan sus vidas pasadas. Pueden nombrar a sus padres de sus vidas pasadas y muchos casos han sido verificados. Por lo tanto, algunas personas sí tienen la habilidad de recordar esas vidas pasadas. Cuando le decimos esto a los científicos, pueden decir que los niños tienen problemas de salud mental o que los padres les transmitieron alguna información. De alguna manera, no pueden aceptarlo como prueba de la existencia de las vidas pasadas. 

En cualquier caso, el punto principal es entender si la mente y el cerebro son lo mismo. ¿Son una sola cosa o no? A lo largo de las últimas décadas, han tenido lugar muchas Conferencias de Mind and Life (Mente y Vida). Lo central de la mayoría de ellas parece ser que los científicos tratan de descubrir si la mente y el cerebro son la misma cosa o no. Parece que, hoy en día, algunos científicos están muy cerca de decir que no son lo mismo. Si la ciencia occidental probara sin duda alguna que no hay ninguna separación entre la mente y el cerebro, que la mente y el cerebro son una y la misma cosa, entonces esto causaría muchos problemas, ¡especialmente a nosotros los budistas! 

Ciertamente este es un tema muy importante en el que pensar. Sin embargo, si no sabemos cómo pensar en ello con lógica y razonamiento y, en lugar de ello, solo reflexionamos en torno a ello y nos atascamos, nuestra mente se puede sentir abrumada por la duda. Si llenamos nuestra mente con todas estas dudas, probablemente no llegaremos muy lejos. De hecho, perdemos mucho tiempo si primero queremos establecer que verdaderamente existen las vidas pasadas y futuras, antes de empezar a practicar. 

Hay un verso que escribió Shantideva y que Su Santidad recita con frecuencia: 

Por tanto tiempo como dure el espacio y por tanto tiempo como permanezcan los seres sensibles, hasta entonces pueda yo permanecer también y disipar los sufrimientos del mundo. 

Independientemente de que creamos o no en las vidas pasadas o futuras, es genial que podamos tener este tipo de motivación. Es algo que deberíamos integrar en nuestra vida.  Entonces, podemos avanzar con nuestra práctica del Dharma, de lo contrario, podemos quedarnos atascados con un montón de conceptualizaciones que no conducen a ningún lado. 

Una vez en Dharamsala, estaba debatiendo con un amigo mío. Es un practicante budista occidental, ¡y es muy grande y fuerte! Así, empezamos a debatir y yo defendí la posición de que no existen las vidas pasadas y futuras. Seguía presentando diversas razones de por qué no existen las vidas pasadas y futuras. En algún punto, él se puso muy nervioso. No podía encontrar el razonamiento correcto para probar que existen las vidas pasadas y futuras. Para mí, era solo un debate. En cierto momento, se levantó y dijo: “¿Sabes qué? Pensar en las vidas pasadas y futuras es simplemente como el Buda Shakyamuni lo explicó. Cuando un soldado va a la guerra y es herido en el ojo por una flecha, el soldado no se preocupará por el lugar del que provino la flecha, sino que estará principalmente absorto en el dolor y, por lo tanto…”. Me estaba diciendo que lo más importante es tener un buen corazón y que quedar atrapados en discusiones sobre las vidas pasadas y futuras realmente no importa y no ayuda. Realmente valoré eso. 

Estar hartos versus la mente de renuncia

Muy bien, volvamos al texto. Tenemos que entender que no podemos encontrar un solo momento de satisfacción de ningún tipo, ni felicidad genuina en absoluto, en esta vida actual ni en ninguna de las vidas futuras, mientras estemos atrapados en el samsara. Debemos dar surgimiento absolutamente a la mente de renuncia que quiere liberarse de la existencia compulsiva recurrente. 

Existe una diferencia entre una mente cansada y una mente de renuncia. Una mente que está cansada y harta de las experiencias del samsara es el primer paso. Entendemos las desventajas del samsara, sin embargo, esa mente no es estable y algunas veces aún nos deleitamos en las apariencias del samsara. ¿Qué dice Lama Tsongkhapa?

(5) Cuando, por habituarte de esta forma, no generas ni por un instante una mente que aspira a los esplendores del recurrente samsara y desarrollas la actitud que está siempre interesada intensamente, de día y de noche en la liberación, en ese momento, has generado la renuncia.

La renuncia no es una mente que algunas veces se sienta atraída por el samsara y algunas veces se sienta cansada de él. Es una mente que, día y noche, continuamente, tiene la intención de buscar la liberación. Cuanto tenemos esta mente estable de la renuncia día y noche, podemos decir que es renuncia pura. Luego, incluso por la noche, cuando estamos dormidos y soñando, esta intención de buscar la liberación está presente. Alguien que ha generado la renuncia será capaz de continuar con las actividades de esta vida como lo hacía antes, pero él o ella ya no estará apegado a nada en la existencia mundana. Necesitamos esta mente estable de renuncia. 

Renuncia no significa soltar todo

Ahora, abordaremos algunos puntos muy importantes sobre la renuncia, porque muchas personas tienen la idea equivocada de que significa que tienes que renunciar a todo por completo. La mente de renuncia, la mente que no es atraída por las apariencias y fantasías de esta y de futuras vidas, no tiene nada que ver con renunciar a cosas ordinarias. Tampoco es el tipo de mente que se da por vencida, que solo está resignada a aceptar las cosas como son, en absoluto. Con la renuncia, la determinación de ser libres, seguimos con lo que estamos haciendo, pero también renunciamos a las fantasías sobre el tipo de satisfacción, placer y felicidad que podemos encontrar en las cosas mundanas. Sabemos que podremos encontrar una felicidad irreversible y, comparadas con eso, todas las demás experiencias no tienen valor alguno, son completamente insignificantes. La mente no está resignada en absoluto, sino que está sumamente determinada. 

No recuerdo el verso completo, pero alguien alguna vez le preguntó a Nagáryuna: “Maestro, ¿quién es la persona más rica de todas?”. Nagáryuna respondió que la persona más rica es aquella está plenamente satisfecha y libre de apego. 

Casi terminamos por ahora y solo hemos cubierto el primer aspecto principal del camino que es la renuncia, la determinación de liberarse de la existencia samsárica compulsiva. Mañana cubriré los otros dos aspectos principales, el anhelo por la bodichita y una visión correcta de la vacuidad. 

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