Fenómenos obvios, obscuros y extremadamente obscuros

Hay tres tipos de fenómenos comprensibles (gzhal-bya’i gnas-gsum), diferenciados según cómo pueden ser aprehendidos. Un fenómeno es aprehendido (rtogs-pa) si es conocido tanto correcta como decisivamente. Así, los tres tipos de fenómenos comprensibles incluyen solo los fenómenos existentes (yod-pa).

  • Los fenómenos obvios (mngon-gyur) – aquellos que pueden ser conocidos por cognición válida directa no conceptual (mngon-sum tshad-ma). O pueden ser especificados como aquellos fenómenos que pueden ser aprehendidos a través de la fuerza de la experiencia personal (myong-ba). Los ejemplos son los cinco tipos de objetos sensoriales – lo visible, sonidos, olores, sabores y sensaciones físicas y táctiles. 
  • Los fenómenos obscuros (lkog-gyur) – aquellos que no pueden ser aprehendidos a través de la fuerza de la experiencia personal, pero pueden ser aprehendidos a través de la fuerza de una línea de razonamiento (rtags). Los ejemplos incluyen la presencia del fuego en donde hay una chimenea humeante, el hecho de que el sonido es no estático o impermanente, el hecho de que las personas carecen de un “alma” imposible (gang-zag-gi bdag-med, falta de identidad de las personas), y el hecho de que todos los fenómenos están desprovistos de existencia verdaderamente establecida (bden-par ma-grub-pa).
  • Los fenómenos extremadamente obscuros (shin-tu lkog-gyur) – aquellos que pueden ser aprehendidos a través de los textos o discursos autorizados, tales como las palabras iluminadoras del Buda, considerados perfectos a través de los tres análisis. O son fenómenos que pueden ser aprehendidos a través de las palabras de personas que son fuentes válidas de información (tshad-ma’i skyes-bu). Ejemplos incluyen el lugar del tesoro enterrado, la existencia de los reinos búdicos puros y la relación entre causa y efecto kármico. 

Los textos o discursos autorizados considerados perfectos a través de los tres análisis (dpyad-pa gsum-gyis dag-pa’i lung) son aquellos que presentan temas que cubren los tres tipos de fenómenos conocibles, los cuales:

  • Al indicar un fenómeno obvio, no son desacreditados por la cognición válida directa no conceptual. 
  • Al indicar fenómenos obscuros, no son desacreditados por la cognición válida inferencial (rjes-dpag tshad-ma).
  • Al indicar fenómenos extremadamente obscuros, ni sus propias palabras anteriores y posteriores se contradicen entre sí, ni tampoco lo hacen la cognición válida directa, la cognición válida inferencial, y sus propias palabras las desacreditan entre sí. 

Podemos entender la distinción entre los tres tipos de fenómenos comprensibles con un simple ejemplo:

  • Fenómenos obvios – una casa en una montaña lejana, con humo saliendo de su chimenea – podemos verla.
  • Fenómenos obscuros – fuego en la chimenea de esa casa – podemos inferir su presencia al depender de una línea de razonamiento: en donde hay humo, hay fuego. 
  • Fenómenos extremadamente obscuros – el nombre de la persona que vive en la casa – necesitamos confiar en alguien que conozca correctamente el nombre de la persona para poder conocerlo.

Un ejemplo más básico de un fenómeno extremadamente obscuro es nuestro cumpleaños. Necesitamos confiar en nuestra madre, por ejemplo, para saberlo. 

Top