La palabra tibetano “damtsig” (dam-tshig), samaya en sánscrito, significa “vínculo estrecho”. A veces la gente lo traduce como “palabra santa” o “promesa” o cosas así: eso es muy engañoso si uno revisa el contexto más amplio de todos sus usos. Es un vínculo estrecho, una conexión estrecha. Se usa en muchos contextos diferentes. Uno es el vínculo estrecho con una figura búdica, como en yidam - "yi" que significa “mente” y “dam” es la abreviatura de “damtsig”, por lo que “damtsig” o “samaya” para la mente – al visualizarnos, imaginarnos a nosotros mismos en esa forma.
Entonces es muy importante tener un damtsig o samaya muy puro con nuestro maestro espiritual, esto es, un vínculo estrecho con el maestro espiritual, que es como una conexión de corazón a corazón que realmente nos hace sentir muy fuertes y no queremos mancillarlo mintiendo, o siendo engañosos, o haciendo trampa, o pretendiendo que hemos estado practicando algo cuando en realidad no lo hemos hecho - este tipo de cosas que estropearían ese vínculo estrecho; queremos mantener eso, es realmente algo sagrado. La palabra “dam” en ese damtsig tiene la connotación de "ser sagrado", por lo que en realidad es algo muy sagrado, muy especial, y queremos mantenerlo muy sagrado. Así que ese es un vínculo estrecho y sagrado, una conexión cercana.
Y luego, en los diversos votos, hay una diferencia entre un voto y un samaya. Un voto es abstenerse de una determinada acción, ya sea una acción naturalmente destructiva o algo que está establecido para ciertos propósitos, como comer por la noche para personas ordenadas. Uno quiere abstenerse de eso. No es que sean acciones negativas, sino ciertas cosas de las que queremos abstenernos, contenernos, porque serían perjudiciales, como comer por la noche, si queremos meditar de noche y tener la mente despejada por la noche y en la mañana. Comer hace pesada la mente, así que se evita eso. Eso es un voto - abstenerse de algo, refrenarse de algo, mientras que un damtsig es un vínculo estrecho - lo que haces, en lugar de lo que te abstienes de hacer - y hay diecinueve “prácticas de estrecho vínculo”, las llamo, diecinueve samayas con las cinco familias búdicas en la clase superior de tantra. Las familias búdicas abordan diferentes aspectos de la naturaleza búdica. Para establecer un vínculo estrecho, digamos en la familia Ratnasambhava, la familia de la joya, que es abordar el factor de la naturaleza búdica de la conciencia de la igualdad, poder ver la igualdad de todos, ponerlos a todos juntos en términos de “Todos quieren ser felices y nadie quiere ser infeliz. Todos son igualmente vacíos en términos de cómo existen...”, todo esto de igualar, que es como ver el patrón de cómo todo encaja de una manera igualadora. Para establecer un vínculo estrecho con eso, se hacen cuatro tipos de generosidad, de dar a los demás por igual (cosas materiales y Dharma, amor, protección contra el miedo), así que esas son damtsigs, esas son prácticas de vínculo estrecho, para vincularse estrechamente con ese factor de la naturaleza búdica de la conciencia de la igualdad, para que la desarrollemos más. Ese es el significado de damtsig.
Romper los compromisos de práctica y samaya
Si somos una persona mayor y hemos roto nuestro samaya porque estamos enfermos y no podemos hacer la práctica, podemos morir en cualquier momento, por lo que no tenemos la oportunidad de purificar la transgresión de nuestro samaya. Y si no hay ningún lama cercano a nosotros en ese momento, nadie puede ayudarnos. Entonces, esa es una situación muy peligrosa. O debido a una enfermedad, si no podemos simplemente hacer la práctica, podría ser una razón de la transgresión del samaya.
Bueno, eso es cierto. Depende aquí lo que entendemos por samaya (dam-tshig). Debemos tener cuidado de no confundir samaya con un compromiso de práctica. Un compromiso de práctica es hacer una recitación de sadhana, hacer una cierta cantidad de mantras todos los días, o quizás hacer el retiro. Un retiro en un contexto tibetano ciertamente no se refiere a un curso residencial de fin de semana. Eso no es un retiro. Un retiro significa hacer 100.000 (o muchas veces más de 100.000) repeticiones de un mantra, que, por cierto, no es el énfasis principal del retiro; esa es solo una medida de la duración del retiro. El énfasis en el retiro es el ritual de sadhana y el desarrollo de una concentración unipuntual, y cuando te cansas de hacer eso, entonces haces el mantra. Pero en cualquier caso, todos estos son compromisos de práctica. Y aunque hay versiones largas de una sadhana, cuando uno está familiarizado con la versión larga, puede practicar una forma más abreviada, especialmente si lo comenta con su maestro.
Romper compromisos con la práctica
Cuando haces un retiro, por ejemplo, durante el retiro nunca debes romper la continuidad del mismo. Así que no te puedes perder un día. Y por esa razón, siempre se da el consejo de que la primera noche del retiro -normalmente se comienzan los retiros por la noche-, estableces en ese momento el número de mantras que será el mínimo absoluto para cada día. Así que el consejo que siempre se da es decir solamente tres mantras esa primera noche, porque si estamos enfermos, por lo general, podemos lograr hacer tres mantras.
Con el empoderamiento de Vajrayoguini, allí te comprometes, te lo dices a ti mismo (no tienes que decírselo a nadie más), cuántos mantras vas a hacer todos los días. Algunas personas son demasiado entusiastas y se comprometen a hacer, no un solo mala (cien mantras), sino llegan a decir doscientos o trescientos, y luego se meten en un gran problema si se enferman. Por eso, mi maestro siempre recomendaba que dijeras simplemente que vas a hacer tres al día: tres repeticiones, no tres malas. Y si quieres hacer tres malas o trescientas malas al día, puedes hacerlo. Pero si estás enfermo, tres es suficiente.
En términos de compromiso con la práctica, si estás totalmente enfermo, digamos que estás en coma o algo así, obviamente no has roto tu compromiso con la práctica porque no puedes decirlo. Quiero decir, no es un asunto de fanatismo, como pensar: "Te vas a ir al infierno porque estás en coma". Siempre hay excepciones.
Transgredir el samaya
Pero cuando hablamos de samaya, samaya significa literalmente un "vínculo estrecho". Y el más importante es el vínculo estrecho con el maestro y no revelar las enseñanzas privadas a los inmaduros. Entonces, como parte de un ritual de empoderamiento, en realidad prometes mantener la práctica en privado (que es lo que significa mantener el secreto sobre ella) y conservar un vajra y una campana (no es que tengas que tener una en tu bolsillo todo el tiempo), lo que representa vacuidad y conciencia dichosa. El vínculo estrecho con el maestro significa que siempre respetarás al maestro, no despreciarás al maestro, ni te enojarás ni le gritarás al maestro, ni dirás que el maestro es estúpido y no es bueno y demás. El vínculo estrecho es siempre ser respetuoso. Hay toda una serie de protocolos sobre cómo considerar al maestro tántrico. Ese es el samaya más importante.
Por cierto, siempre debes tener en cuenta los consejos que se dan en las Cincuenta Estrofas sobre el Gurú. Se dice que uno debe estudiar este texto antes de recibir un empoderamiento y el maestro debe enseñar esto antes de dar un empoderamiento. No se hace con tanta frecuencia, pero ese es el protocolo adecuado. Y aunque dice algunas cosas que son un poco inusuales, como no pisar la sombra del gurú, etc., lo más relevante de este texto es que, si el maestro te pide que hagas algo irrazonable o que tú no puedes hacer, o si el maestro actúa de forma extraña, entonces le preguntas cortésmente al maestro. No odias al maestro y dices que es estúpido u horrible, sino que le preguntas amablemente: “¿Podría explicarme amablemente por qué está actuando de esa manera? No es la forma en que se describe en los textos”, o “Me pediste que hiciera esto y no puedo hacerlo. Esto es realmente imposible para mí. ¿Podrías explicarme por qué me pediste que hiciera esto?”. O simplemente decir: "Lo siento, no puedo hacer esto", pero con educación.
El Tantra de Kalachakra dice que si la situación se pone realmente difícil con el maestro y no examinamos al maestro lo suficientemente bien antes de recibir el empoderamiento y nos damos cuenta de que realmente no está calificado, entonces mantenemos una distancia cortés, pero sin despreciar al maestro. Solo mantenemos la distancia. Entonces, incluso si uno muere o está muy enfermo, el morir o enfermarse no va a ser la causa de romper ese vínculo estrecho con el maestro, ese samaya. Es nuestra actitud la que lo rompe.
Ahora bien, el samaya o vínculo estrecho, no revelar las enseñanzas ocultas o secretas a aquellos que no están maduros, no es tan fácil de entender. Si uno lo toma de una manera muy literal, significaría nunca enseñar nada del material de tantra a aquellos que no han recibido un empoderamiento. Eso se basa en la suposición de que todas las personas a las que se les otorga un empoderamiento han sido examinadas muy, muy bien por el maestro y están calificadas (el maestro ha descubierto que ese estudiante está calificado) y luego el maestro otorga el empoderamiento. Pero esto casi nunca se hace hoy en día. Entonces, solo porque alguien haya asistido al empoderamiento no significa en absoluto que sea una persona calificada para la práctica del tantra o incluso que esté interesado en ella (solo fue porque se otorgó). Entonces, ¿quién es maduro, quién no es maduro? Eso es muy difícil para nosotros saberlo.
En segundo lugar, casi todo está disponible públicamente ahora, en cualquier caso. Ya nada es realmente secreto. Y así, como bromea Su Santidad el Dalái Lama, hay algunas enseñanzas que dicen que no deben escribirse ni imprimirse, y no solo se encuentran versiones impresas de estas enseñanzas que han sido publicadas, sino que la gente incluso pone al principio: “Esto no debe imprimirse ni publicarse”, lo cual, por supuesto, es extremadamente tonto. Entonces, Su Santidad dice que, si la información está disponible de todos modos, entonces es mejor que sea información correcta en lugar de información engañosa.
Por eso creo que es realmente difícil entender cómo poner en práctica este vínculo estrecho. Creo que una pauta para ello, que al menos trato de seguir (aunque es difícil si haces un libro y pones algo en Internet), en términos de interacción personal es una guía de uno de los votos tántricos secundarios, el voto de no pasar más de una semana entre los shrávakas, los llamados escuchas. El punto de eso no es que sean Teravada u otro tipo de practicante del Hinayana. Ese no es el punto. El punto es si se trata de alguien que te desanima en tu trabajo hacia la iluminación en el camino Mahayana del tantra, y te dice: “Esto es estúpido”, “bueno, solo trabaja por la liberación"; si pasamos mucho tiempo con ellos, entonces nos desanimarán de nuestra práctica tántrica.
Como una extensión de esto, la forma de practicar que encuentro útil en términos de este samaya es enfatizar otra forma de traducir la palabra secreto (gsang). Secreto puede significar oculto o privado. Entonces, lo que es al menos una pauta que trato de seguir es no dar a conocer la propia práctica tántrica a aquellos que se burlarían de ella o que no la entenderían. La guardamos para nosotros mismos y la discutimos solo con otras personas que también sean practicantes tántricos. Porque si la contamos a otros que no están interesados en el tantra, es posible que se burlen de nosotros, que nos desanimen, que nos digan que eso es una locura. (Es lo mismo si tenemos thangkas, pinturas tibetanas, de varias figuras en unión o desnudas y demás, y cualquiera que entre en nuestra casa puede verlas. Pueden hacer algunas preguntas muy difíciles o formarse una idea muy equivocada, especialmente si son niños). Así que las conservamos en privado, o las tenemos en una sala de meditación o en nuestra propia habitación para que no pueda verlas cualquier persona que entre a la casa.
Y conservar el vajra y la campana, ese samaya. Aunque, por supuesto, es muy agradable tener esos instrumentos rituales, el énfasis principal es recordar lo que representan. La campana representa el darse cuenta que discrimina de la vacuidad; y el vajra, el darse cuenta dichoso con el que se comprende la vacuidad.
Morir con transgresiones
Si morimos con varias transgresiones y demás, entonces, si tenemos tiempo y tenemos el darse cuenta consciente, por supuesto, la auto-iniciación es lo mejor. Si no es así, debemos aplicar las cuatro fuerzas oponentes:
- Admitir que lo que hemos hecho era erróneo y arrepentirnos de ello.
- Tener la firme determinación o promesa de que en el futuro y en vidas futuras, no lo repetiremos.
- Reafirmar nuestra base, que es la dirección segura (refugio) y la bodichita.
- Y luego aplicar las fuerzas oponentes, como la práctica del mantra de Vajrasatva.
Pero como Su Santidad el Dalái Lama ha explicado, aunque en el tantra anutarayoga hacemos una práctica que es similar a la muerte, bardo y renacimiento -la cual, por cierto, es única del tantra anutarayoga (no se tiene en las tres clases inferiores)-; sin embargo, cuando estamos muriendo, para la mayoría de las personas no es muy práctico intentar hacer estas visualizaciones elaboradas que hemos estado practicando en las sadhanas. Son demasiado complicadas, demasiado difíciles y podrían ponernos en un estado de estrés ("¡Oh, no puedo hacerlas exactamente bien!"). Entonces, sea cual sea la práctica que hayamos hecho anteriormente en nuestra vida, la fuerza continuará. Pero cuando realmente estás muriendo, el mejor pensamiento es mantener la bodichita: “Que pueda continuar trabajando hacia la iluminación para beneficiar a todos los seres” - que luego incluiría tener un precioso renacimiento humano, reunirse con los maestros, tener todas las oportunidades para poder continuar en el camino. Este es un estado mental mucho más estable dentro del cual morir.
Y, obviamente, si morimos cuando estamos dormidos o inconscientes o morimos repentinamente, entonces cualquier pensamiento y estado mental en el que estuviéramos antes tendrá un gran efecto en nuestras vidas futuras. Y también es muy importante cuál ha sido el estado mental más dominante y frecuente que hemos tenido durante nuestra vida. En realidad, una de las principales meditaciones que se hacen en el lam-rim en términos de los tres peores estados de renacimiento, tomándolos en serio en términos de cuáles podrían ser nuestras vidas futuras, es revisar al final del día cuántas veces y cuánto durante el día tuvimos un estado mental positivo y constructivo, y cuántas veces tuvimos un estado mental negativo. ¿Cuántas veces tuve pensamientos de compasión hacia los demás? ¿Cuántas veces tuve ira o lujuria o celos o pensamientos negativos sobre los demás? Y la mayoría de nosotros cada día descubriremos que hemos construido muchas más causas para un peor renacimiento que para uno mejor. En realidad, es una meditación muy eficaz. Por eso es importante intentar que nuestro pensamiento más frecuente, aquello a lo que estamos más acostumbrados, sea constructivo. Y eso es muy difícil porque estamos mucho más familiarizados, a través de incontables vidas, con tener una mente bastante negativa.
Cuando estamos conduciendo en el tráfico, ¿cuántos pensamientos de amor y compasión tenemos por las personas que viajan en los otros autos? ¿Y cuántos pensamientos desagradables tenemos sobre ellos y sobre el tráfico? Eso nos da una buena indicación de hacia dónde vamos después de morir.