Desarrollar una sociedad saludable

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Introducción

Uno de los principios más importantes del budismo tibetano es el surgimiento dependiente. Nada existe o puede suceder desde su propio lado, sin que ello esté relacionado con, o en función de, otros factores. Además, todo surge debido a un complejo de muchas causas y circunstancias; nada surge en dependencia de una sola causa o de ninguna causa en absoluto. Por ejemplo, un cuerpo saludable surge, a nivel interno, en dependencia de que todos sus órganos y sistemas funcionen adecuadamente en armonía unos con otros. A nivel externo, la buena salud también depende de la medicina, la nutrición, el cuidado amable de los demás, el medioambiente, etc. De forma similar, una sociedad saludable surge, a un nivel interno, en dependencia de que todos sus miembros cooperen unos con otros y trabajen juntos en armonía. A un nivel externo, la salud social también depende de los factores económicos, políticos y medioambientales, así como de la situación del mundo en general.

La ética también juega un papel crucial en favorecer la salud de las personas y la sociedad. Si las personas no ejercen la autodisciplina ética para abstenerse de los estilos de vida y comportamientos no saludables, y para involucrarse, en lugar de eso, en alternativas saludables, se enfermarán. De forma similar, si los diferentes grupos de una sociedad no sostienen los principios éticos que tienen en común, la sociedad también caerá enferma. El más importante entre estos principios éticos es abstenerse de una conducta autocentrada e involucrarse, en lugar de ello, en comportamientos altruistas con un interés sincero por el bienestar de los demás.

En las sociedades multiculturales, cada persona tiene su religión o filosofía específica que informa y guía su comportamiento ético. Algunos miembros de la sociedad no siguen ninguna religión o filosofía en absoluto. Los métodos para reducir el egocentrismo y cultivar el altruismo quizás difieran en cada grupo, pero si el objetivo es el mismo -crear una sociedad multicultural y en armonía- tal sociedad surgirá en dependencia del entendimiento mutuo, el respeto y la cooperación de todos sus miembros.

Para ilustrar este punto, imaginemos que somos uno de los pasajeros que había en el barco de investigación que se quedó atrapado en el hielo de la costa de la Antártida en diciembre del 2013. Cincuenta y dos científicos y turistas estuvieron varados ahí durante diez días, y la tripulación del barco se quedó más tiempo después de que los pasajeros fueran llevados a un lugar seguro por un barco chino. Durante su terrible experiencia, nadie sabía por cuánto tiempo estarían ahí atrapados antes de que los salvaran. La única manera de que el grupo sobreviviera al ambiente hostil y a los limitados suministros de alimentos era que cooperaran entre sí. Si cada persona, egoístamente, procurara sólo para ella misma, sería un desastre. La clave de su supervivencia fue que todo el mundo seguía unos principios éticos básicos, a pesar de proceder de culturas y religiones diferentes.

Imaginemos que entre los pasajeros hubiera a bordo líderes espirituales de las comunidades budista, musulmana, cristiana y confuciana, y también un líder secular respetado por todos, incluso por aquellos que no siguieran ninguna religión o filosofía organizada. ¿Cómo habrían enfrentado los desafíos estos líderes? ¿Cuál podría haber sido la manera de pensar de cada uno de ellos, y cómo podrían haber aconsejado a los demás? Después de todo, todos estaban preocupados y temerosos, algunos pasajeros incluso estaban enojados por lo que había pasado o se habían vuelto peleoneros, y la mayoría estaban deprimidos.

Métodos para desarrollar la ética basados en el budismo tibetano

El líder budista tibetano podría haber recordado a los demás budistas del grupo las palabras del gran maestro budista indio, Shantideva, sobre la paciencia: “si se puede remediar, ¿por qué malhumorarse por algo? Y si no se puede remediar, ¿de qué sirve malhumorarse por ello?”. En otras palabras, si puedes hacer algo para salir de una situación difícil, entonces no tiene sentido que te disgustes, simplemente hazlo. Pero si no hay nada que puedas hacer, ¿por qué disgustarse? Eso no va a ayudar. De hecho, sólo hará que te sientas peor. Así que no hay razón para enojarse o deprimirse. En lugar de eso, necesitas desarrollar paciencia y valentía para afrontar los desafíos.

Ahora, lo que sí ayudará en una situación difícil como la de quedarse atrapado en este barco en el hielo, es tener una actitud realista. Primero que nada, la situación ha surgido en dependencia de muchos factores, no hay una persona o factor a quien culpar o con quien enojarse. El hecho de que cada uno de ustedes estuviera en ese barco surgió en dependencia de muchos factores. Primero, había diferentes razones para que cada uno de ustedes se uniera a esa expedición, y esas razones estaban relacionadas con el hecho de que cada uno de ustedes había desarrollado pericia en algún campo científico o tenía el interés, dinero y tiempo para estar ahí. Después, están las causas kármicas de vidas pasadas que han madurado en el hecho de que estés en esas circunstancias en tu vida presente. También hubo influencia de parte de los demás, no solo en unirte a la expedición, sino también en que fueras capaz de unirte, en el sentido de que no hubo objeciones de parte de tus familiares o empleados. Después están las razones por las que la expedición científica fue emprendida, las razones por las que fue elegida la fecha en particular de salida, la condición del barco y las razones por las que fue elegido, la localización geográfica de la Antártida, el clima y todo eso. Quedarse atrapado ahí en el hielo sucedió en dependencia de todos estos factores. Esa es la realidad. Si alguno de esos factores hubiera faltado, no te habrías encontrado en esa dificultad. Entonces, ¿dónde hay, en esta enorme red de causas y condiciones, algo específico a lo que culpar o con que enojarse? Así que, cuando te das cuenta de que empiezas a enojarte o disgustarte, o estás teniendo muchos pensamientos perturbadores de preocupación, tranquilízate enfocándote en tu respiración, respirando lentamente a través de tu nariz y, si quieres, cuenta tus respiraciones en ciclos de once repeticiones.

Recuerda que, hasta que el clima mejore y un barco de rescate tenga tiempo de llegar, no hay nada que alguien pueda hacer para acelerar el rescate. Es un mito pensar que alguno de nosotros puede controlar la situación, porque lo que sucede o cómo todos nosotros lo gestionamos, también surgirá en dependencia de un número enorme de factores. Además, la realidad es que todos estamos juntos en esa situación. No es sólo mi problema o tu problema. El problema de la supervivencia es el problema de todos, por eso necesitamos ver más allá de nuestras visiones autocentradas para pensar: ¿cómo todos nosotros podemos lidiar con esta difícil situación? No podemos controlar el clima o la llegada de un barco de rescate, pero en lo que podemos incidir es en nuestros estados mentales, especialmente en cómo nos consideramos unos a otros.

Una forma de superar el pensar sólo en nosotros mismos es reconocer que todos han sido nuestra madre o padre en alguna vida pasada, y nos han tratado con bondad y amor. Entonces, mira a cada persona como si fuera ese madre o padre que perdiste hace mucho tiempo, a quien no has visto en muchas vidas. Con una apreciación profunda de la bondad que has recibido en el pasado de cada persona a bordo, naturalmente desarrollarás un sentimiento reconfortante cada vez que veas a cualquiera de ellas. Lleva esa sensación reconfortante más allá, y desarrolla el deseo de que cada una de ellas sea feliz y no sufra, ya que todo el mundo, después de todo, tiene el mismo deseo. Igual que tú, todo el mundo quiere ser feliz y no quiere ser infeliz. Todos somos iguales respecto a esto. Además, todo el mundo tiene el mismo derecho a ser feliz y no sufrir. Igual que con nuestros suministros limitados de alimentos, todos por igual quieren y necesitan comer. Tú no quieres pasar hambre, y tampoco ninguno de los demás. Con esta actitud de amor y compasión, sobre la base de igualar tu actitud hacia ti mismo y hacia los demás, asume la responsabilidad, entonces, de intentar proporcionar felicidad a todo el mundo y aliviarles todo el sufrimiento. Esto significa cuidar del bienestar del grupo entero en esta difícil situación y ser de tanta ayuda como sea posible, como harías con tus propios padres de esta vida.

El líder budista también podría haber aconsejado a los demás budistas del grupo que desarrollaran la fuerza y la valentía para ayudar a los demás con la práctica del llamado “dar y tomar”. Varias veces al día, les habría dicho, vamos a sentarnos tranquilamente en meditación, y empezamos tranquilizándonos, enfocándonos en nuestra respiración y reafirmando nuestra motivación de amor y compasión. Con el fuerte deseo de compasión de que los demás estén libres de su sufrimiento, imaginen que los miedos y preocupaciones de todos los demás los abandonan en forma de luz negra y entran a ustedes a través de su nariz, mientras inhalan lentamente varias veces. Imagina que baja a tu corazón y se disuelve ahí en la calma y la claridad de tu propia mente. Descansa en ese estado de calma y claridad por un instante.

Entonces, con la felicidad apacible que surgirá naturalmente al haber aliviado a tus madres y padres previos de su tormento mental, imagina que ese tranquilo sentimiento de felicidad, calidez y amor, en forma de luz blanca, sale de tu corazón a través de tu nariz mientras exhalas lentamente. Esta luz blanca de amor y felicidad entra en todos, llena sus cuerpos, y ahora imagina que todos tienen paz mental y una actitud alegre, positiva. Mientras haces esto, recitar el mantra de la compasión “om mani padme hum” te ayudará a mantener tu mente calmada y concentrada, y a tener conciencia plena de la compasión.

Aunque meditar así quizás no tenga ningún efecto directo en las demás personas a bordo del barco, te dará fuerza, valentía y confianza en ti mismo para lidiar con la situación, y naturalmente tendrás paz mental y una actitud alegre y positiva. Esta práctica, sin embargo, tiene un efecto indirecto en los demás, porque la forma en que tú te comportas e interactúas con ellos, gracias a tu meditación, será un buen ejemplo que puede ser inspirador para los demás.

Métodos basados en el islam

El líder espiritual musulmán podría haber hablado entonces a los otros musulmanes a bordo. Habría explicado que es la voluntad de Dios que todos hayan quedado atrapados en el hielo. No podemos controlar lo que sucede: ya sea que nos rescaten o que muramos todos, está ahora en manos de Dios. Pero recuerden, Dios es totalmente misericordioso por naturaleza, y especialmente misericordioso con aquellos que se arrepienten de sus errores. Así que, si has perdido la fe en Dios y has empezado a dudar, arrepiéntete y pídele disculpas a Dios. Con una fe total en la justicia divina, no hay necesidad de preocuparse.

Podría haberles dicho que recordaran las tres dimensiones de la religión musulmana: la sumisión o rendición a Dios y Su voluntad, la fe en Dios basada en la humildad frente a todas las creaciones de Dios, y excelencia, tanto en carácter, como en hechos de servicio, hacia todas esas creaciones de Dios. Podría haberlos animado al recordarles que, si uno mantiene firme su fe en la voluntad de Dios, estará totalmente en paz. No hay nada de qué dudar o estar preocupado.

Podría además haberles dicho que Dios los ha creado a todos con Su Espíritu en sus corazones, en un estado de pureza primordial, y ha dotado a cada persona con sus buenas cualidades, como el amor. El amor de Dios hacia todos nosotros es su sentimiento de cercanía hacia toda la excelencia que Él ha creado. La mejor manera que tienes de devolverle su amor es venerándolo mediante tus excelentes actos de servicio a Sus Creaciones, especialmente con tus actos bondadosos y ayudando a todos tus compañeros pasajeros. Después de todo, el Qur’an nos enseña que Dios ama a todos los que hacen aquello que es virtuoso y bueno, aquellos que se mantienen puros, aquellos que actúan correctamente de acuerdo con la ley y sus compromisos -como rezar cinco veces al día- y aquellos que son justos.

Recuerda, cuando desarrollas amor hacia los demás en su forma más pura, tu amor no es para esas personas en sí mismas, sino que es amor a Dios que creó la excelencia y el buen carácter en ellas. Así que lucha contra tus miedos, dudas y pensamientos autocentrados. La lucha más elevada, al fin y al cabo, es contra los dictados negativos de tu corazón confundido que hace que te olvides de Dios y que te incita a pensar y actuar destructivamente.

Métodos basados en el cristianismo

Después, el líder espiritual cristiano podría haberse dirigido a los cristianos a bordo. Podría haberles recordado también que Dios, nuestro Padre, nos ha creado a todos con su amor. Cuanto más atento estés a ese amor, más cerca te sentirás de Dios. La mejor manera de experimentar esa cercanía a Dios es adherirte a la ética y a los valores que están basados en el amor con el cual fuiste creado. Dios los ha creado a todos a Su imagen y semejanza, con la chispa de Su amor en todos ustedes. Así que todos tienen el potencial para expresar ese amor.

Piensa en Jesús, quien, sin pensar en su propia comodidad o seguridad, sufrió por todos nosotros, muriendo en la cruz y después resucitando entre los muertos para salvarnos de nuestros pecados. Si crees en Jesús, sigue su ejemplo altruista de cuidar a los enfermos, pobres y necesitados con el amor altruista de Jesús. Dios los creó a todos ellos y Dios debió tener un propósito al crearlos. Por lo tanto, necesitas respetarlos a todos, especialmente a los necesitados, como los hijos de Dios. Además, Dios nos ha enviado esta situación de estar atrapados en el hielo como un desafío a nuestra fe. Habrá muchos a bordo que estarán llenos de miedo y deprimidos. Reafirma tu fe al cuidar a esos hijos necesitados de Dios, como hubiera hecho Jesús, con amor y compasión.

Métodos basados en los principios confucianos

Después, el líder confuciano podría haber hablado a los pasajeros que compartían sus creencias. Él también podría haberles dicho que no se preocuparan. Tienen que actuar con yi  (义), justicia para todos -podría haber dicho- de acuerdo con el li (礼), lo que es adecuado y apropiado al enfrentarse a tiempos difíciles. Ya sea que sobrevivas o mueras, eso será el resultado del ming (命), el destino, pero mientras hagas lo que es correcto, no tendrás arrepentimientos. Lo apropiado es seguir todos los procedimientos oficiales del barco para lidiar con las emergencias. De acuerdo con los principios del zhengming (正名), la rectificación de nombres, si el capitán actúa como debería hacerlo un capitán, y los pasajeros actúan como deberían hacerlo los pasajeros, y si los compañeros pasajeros actúan entre ellos como lo harían los compañeros pasajeros, entonces estarás en armonía con lo que requiere la situación.

Todos tienen “ren” (仁), la capacidad interior de hacer lo que es bueno, lo que es correcto en relación a los demás. Ren es la fuente de las cualidades benevolentes, tales como el amor, la sabiduría, la sinceridad y la justicia al tratar con todo el mundo. Necesitas cultivar esta capacidad interior para la bondad, porque sin ella, serías incapaz de resistir las dificultades, serías incapaz de hacer lo que es adecuado.

Cuando se le preguntó qué era esta capacidad interior, Confucio dijo:

“Cuando primero hay dificultades, luego lidiar con ellas: a eso se le llama ren.”

En otras palabras, cuando uno se enfrenta a una situación difícil como en la que estamos nosotros ahora, serás capaz de tomar el control de la situación y lidiar con ella de una forma adecuada y benevolente, con justicia para todo el mundo, al cultivar tu capacidad interior para hacer lo que es correcto. Una forma alternativa de entender esta afirmación es:

Ser el primero cuando hay dificultades y el último cuando se toma el control (de lo que se gana), eso se llama ren.

Esto evidencia que, en las situaciones difíciles, se hace lo que es correcto simplemente porque es correcto, sin ningún interés en atribuirse el mérito de ello u obtener nada a cambio.

Puedes aprender a cultivar esta capacidad interior al mirar los ejemplos de la historia de los hombres excelentes que han hecho lo que es éticamente correcto cuando se enfrentaban a un desastre social. Confucio dijo:

Una persona que ha cultivado su capacidad interior para la bondad, cuando desea una vida estable, brinda una vida estable a las personas; y cuando desea tener éxito, hace que las personas tengan éxito.

Confucio también afirmó:

Vencer el egoísmo y seguir lo que es adecuado, esa es la capacidad interior para la bondad. Si por un día puedes vencer el egoísmo y seguir lo que es adecuado, todas las personas bajo el cielo retornarán a ren.

Cuando después se le pregunta qué es ren, Confucio dice que es amar a las personas. Aquellos que tienen ren, dice, tienen coraje y son valientes. Así que cultiva tu capacidad interior para hacer lo correcto, como lo harían los pasajeros apropiados, sigue los procedimientos correctos tal y como manda el capitán, y entonces, sin importar lo que suceda, nunca tendrás nada de qué avergonzarte.

Métodos basados en los valores humanos éticos básicos

El líder secular podría después haberse dirigido a todo el grupo de pasajeros. Podría haberles dicho que, aunque haya seguidores del budismo, el islam, el cristianismo y el confucionismo entre ustedes, también hay muchas personas que no siguen ninguna religión o filosofía organizada. Todos necesitamos actuar de una forma ética con los demás para sobrevivir a esta dura experiencia. Esto también incluye a los no creyentes. Si nos peleamos unos con otros, nunca sobreviviremos. Aquellos de ustedes que siguen un sistema religioso o filosófico tienen fe y creencia en las enseñanzas de su sistema para guiar su conducta ética, y eso es maravilloso. Aunque sus razones para actuar de una manera ética pudieran ser diferentes entre ustedes, la convicción les da la fuerza interior necesaria para actuar de una forma amorosa con los demás. Todos estos sistemas religiosos y filosóficos nos enseñan a tener amor, compasión, perdón, satisfacción, y a disminuir nuestra conducta autocentrada disruptiva. Estos son valores, sin embargo, que aquellos que no tienen ninguna fe o creencia en un sistema organizado también aceptan como algo que vale la pena desarrollar. Estos son llamados “valores éticos humanos”.

Si pensamos en el nivel de estos valores humanos básicos, todos tenemos una base que compartimos para nuestra conducta ética, y esta será la clave para nuestra supervivencia como grupo. Necesitamos mantener el amor, la armonía y la cooperación entre nosotros, pero la paz exterior depende de la paz interior. En otras palabras, la paz exterior dependerá de que cada uno de nosotros mantenga una mente calmada y tranquila. La paz mental está muy relacionada con tu actitud hacia los demás. Si albergas pensamientos que no son amorosos hacia los demás, y siempre estás pensando en ti mismo y en cómo puedes tener éxito, cuando interactúas con los demás, tienes miedo de que te hagan daño de alguna manera o que te impidan tener éxito. No confías en ellos y por eso estás lleno de sospechas. Ellos, a su vez, sentirán eso en ti y, en consecuencia, tampoco confiarán en ti. Esto crea una distancia entre tú y los demás; crea una barrera al momento de tener una comunicación real con ellos. Esta distancia y barrera te hacen sentir inseguro y solo. Al sentirte inseguro, te falta confianza en ti mismo para enfrentarte a los desafíos de nuestra complicada situación. Te deprimes. Por otro lado, cuanto más cerca te sientas de las demás personas del grupo, más sentirás que eres parte de una comunidad. Sientes que perteneces al grupo y esto te hará sentir más seguro. Una vez que te sientas más seguro, naturalmente ganarás confianza en ti mismo.

Nosotros, los humanos, somos animales sociales. Un animal social, como una oveja, cuando se separa del rebaño se siente intranquila y asustada, pero cuando vuelve a unirse al rebaño, se siente feliz otra vez. De forma similar, nosotros también sufrimos cuando nos aislamos de los demás. A menudo, sin embargo, incluso cuando estás en compañía de otras personas, si tu mente está llena de desconfianza y sospecha, tu actitud te aísla de recibir algún consuelo o apoyo del grupo. Por favor, date cuenta de que tu bienestar básico y tu habilidad mental para mantener la esperanza de que estar atrapado en el hielo tendrá un resultado feliz, dependen de tu actitud hacia los otros miembros del grupo. Cuando desarrollas un sentimiento de cercanía con los demás, ese sentimiento te da fuerza interior y confianza en ti mismo. Ya no te sientes débil y suspicaz. Tu confianza en ti mismo y tu sentido de seguridad te permiten confiar en los demás, y la confianza proporciona amistad genuina.

Algunas personas piensan que tendrán más amigos si tienen dinero o poder. Pero esos amigos sólo son amigos de tu dinero y poder. Cuando tu dinero y poder se vayan, esos amigos también se irán. Los verdaderos amigos no son así. Las amistades genuinas que te proporcionan alegría y felicidad están construidas sobre la base de la confianza mutua. Cuando eres abierto y sincero con los demás, no sólo te sientes más seguro y confiado, sino que tu mente también está más tranquila. En ese estado, puedes unir fuerzas con los demás y lidiar con las dificultades en las que todos nosotros como grupo estamos metidos en este momento. Al fin y al cabo, no es que yo sea la única persona atrapada en el hielo o que sólo tú estés atrapado en el hielo, sino que todos nosotros estamos atrapados en el hielo.

Incluso cuando salgamos de este problema, si se mantiene esta actitud positiva y abierta con los demás, seguirás teniendo amistades reconfortantes y de confianza. Siempre habrá dificultades en la vida. Es ingenuo imaginar que nunca te enfrentarás a más problemas en el futuro. Pero con apertura, sinceridad, y confianza en ti mismo y la seguridad que surge de esas cosas, estarás muy preparado para unirte a los demás, y los demás estarán más dispuestos a unirse a ti a la hora de lidiar con cualquier cosa que suceda, buena o mala.

Si preguntas, ¿por qué razón tenemos que ser éticos? Es simplemente porque somos seres humanos. Tenemos que ser éticos porque vivimos unos con otros y dependemos unos de otros para vivir. Si no te preocupas por la felicidad y el bienestar de los demás, y en lugar de eso creas problemas, serás tú quien en última instancia sufrirás por aislarte de ellos y privarte de su cuidado e interés.

Hay dos tipos de cuidado e interés por los demás. Uno está basado en la emoción y está más orientado a ti mismo y lo que tú puedes obtener de los demás. Mientras los demás sean buenos contigo o se comporten bien en general, te agradan y te preocupas por su felicidad. No quieres que sufran o que sean infelices. Pero tan pronto como empiezan a comportarse mal, ya sea que te dañen o simplemente que no estén de acuerdo contigo, entonces tu actitud hacia ellos cambia. Ya no te gustan y no te importa si son felices o no. Los rechazas debido a su comportamiento. Esto es amor y compasión basado en la emoción, y nunca será una base estable para una amistad verdadera.

El otro tipo de cuidado e interés por los demás no depende de su comportamiento o actitudes. Se basa solamente en el hecho de que son seres humanos, igual que tú. Tú mismo quieres ser feliz, sin importar cómo actúes o qué estado mental tengas. Y es justamente el hecho de que tú quieres ser feliz el que hace que te cuides a ti mismo y te preocupes por tu bienestar. Pero es igualmente cierto para todos los demás, incluyendo a aquellas personas que quizás no te gusten debido a su comportamiento o según cuáles sean sus actitudes. Sin embargo, ellos quieren ser felices; también prosperan con el cuidado y el interés. En términos del deseo de ser felices, todos somos iguales. Todo el mundo quiere ser feliz. No somos solo iguales en el hecho de que queremos ser felices, sino que todos tenemos el mismo derecho a ser felices; y una vida feliz surge cuando tienes un interés sincero por los demás y cuidas que sean felices también. Se basa en tener una amistad sincera con todos, sin importar con quién estés.

Sólo los humanos tienen la habilidad para preocuparse por otros que se portan mal. Sólo los humanos tienen la habilidad de cuidar de su bienestar. Esta habilidad puede surgir, tanto de tu inteligencia humana, como de un sistema filosófico de creencias. Los animales no tienen ninguna de esas dos cosas, carecen de inteligencia humana y de fe. Si otro animal les amenaza o les daña, simplemente atacan. Como humanos, sin embargo, no todos nosotros tenemos una fe o una creencia en un sistema filosófico o religioso, pero todos tenemos una inteligencia humana básica. Necesitamos usar esa inteligencia para entender las razones por las que preocuparse por la felicidad y el bienestar de los demás es la clave de nuestra propia felicidad.

Ya sea que creas en un creador, o en las vidas pasadas, o en una fuerte influencia de tus antepasados, nadie puede negar que provienes de una madre. Sin el cuidado y el afecto de tu madre, o de alguien que cuidara de ti como una madre cuando eras un bebé desvalido, no habrías sobrevivido. Los científicos han demostrado que las personas que reciben el máximo de amor y afecto como bebés se sienten más seguros, más confiados en ellos mismos y más felices en toda su vida; mientras que aquellos que han sido desatendidos o abusados cuando eran bebés, se sienten más inseguros, independientemente de lo que les suceda. Siempre se sienten intranquilos. Muy dentro de ellos, sienten que les falta algo en su vida y por eso están básicamente infelices. Los doctores también han demostrado que el contacto físico y afectuoso de una madre es esencial para el desarrollo adecuado del cerebro de un niño. Además, los doctores también han documentado cómo el enojo constante, el miedo y el odio consumen el sistema inmunológico.

Todas las personas se preocupan por tener un cuerpo sano, así que, para tener un cuerpo sano, necesitas desarrollar una mente saludable y calmada. La pregunta importante es cómo obtenerla. Incluso si te criaste como hijo único, con mucho afecto y cuidado, o si te enfrentaste a una gran presión para tener éxito en una sociedad competitiva, ya sea en la escuela o en el trabajo, aun así, podrías haberte sentido inseguro y estresado. Pero si sientes que necesitas derrotar a los demás para tener éxito, entonces tu mente estará llena de desconfianza, miedo y celos, y como resultado, tu mente será perturbada e inestable. Este estado desagradable de la mente dañará, no sólo tus probabilidades de éxito, sino también tu salud.

Si, por otro lado, mientras tratas de hacerlo lo mejor posible, también estás preocupado por el bienestar de los demás, te darás cuenta de que, así como a ti te gustaría recibir el apoyo, ayuda y apoyo afectuoso de los demás, a los demás también les gustaría recibir lo mismo de ti. Si desarrollas una compasión sincera por ellos (no solo el deseo de que no fracasen, sino también de que tengan éxito) tendrás fuerza interior y confianza en ti mismo para poner todo tu esfuerzo en la tarea de trabajar por el éxito de los demás. Mostrar compasión e interés por los demás es una muestra de fuerza, no una muestra de debilidad. De hecho, es una fuente de fuerza y calma mental.

Se puede aplicar el mismo análisis a nuestra situación aquí, la de estar atrapados en el hielo. Si desconfían unos de otros, y discuten y compiten por sus recursos limitados, todos vamos a sufrir. Todos vamos a ser más débiles. Si desarrollas un interés sincero por los demás y reconfortas a los demás cuando alguien se siente angustiado, como una madre que reconforta a un bebé que llora, tanto la madre como el bebé se sentirán mucho mejor. Con una mente calmada y un sentido de pertenecer a un grupo amoroso de amigos sinceros, siempre tendremos la fuerza para sobrevivir.

Así que utiliza la inteligencia humana. Cuando alguien empiece a molestarte y empieces a enojarte y tengas ganas de gritarle, recuerda que al hacerlo sólo harás que las cosas empeoren. Perturbará tu propio estado mental y también el estado de ánimo colectivo del grupo entero. Todos tienen miedo y están preocupados, así que, si alguien se comporta mal, es porque esa persona se siente insegura y tiene miedo. Por favor, intenta hacer que dichas personas se sientan más seguras y que no pierdan la esperanza, tratándolos con afecto y demostrándoles comprensión.

La felicidad proviene de tener esperanza por un futuro mejor, y la esperanza surge del apoyo de amigos cercanos con ideas parecidas. En resumen, sobre la base de estos valores humanos compartidos y fundamentales, seremos capaces de actuar de una forma ética. Si tu fe religiosa o creencia filosófica refuerza estos valores éticos es realmente maravilloso. Si no tienes una fe, confía única y totalmente en tu inteligencia humana y en la ética humana básica. Con una armonía religiosa entre nosotros y todo el mundo fomentando esos valores humanos básicos, todos sobreviviremos a esta difícil experiencia compartida y gracias a ella seremos mejores seres humanos.

Resumen

Podemos ver mediante este análisis que cada una de estas religiones, filosofías y visiones seculares llevan a la conclusión de que, cuando las personas se enfrentan a una situación difícil en la sociedad, la clave para la supervivencia es la autodisciplina ética. Esto significa superar el egocentrismo, el miedo y la depresión, y cooperar unos con otros sobre la base del amor, la compasión, la bondad y el respeto. Cada una de estas cinco visiones (budista tibetana, musulmana, cristiana, confuciana y no religiosa) tiene sus propios métodos para desarrollar esas buenas cualidades.

  • Los budistas tibetanos ven las situaciones difíciles como algo que surge en dependencia de un enorme número de causas y condiciones. Ningún factor o persona puede controlar el resultado, pero todas las personas pueden contribuir con algo positivo que afectará lo que se desarrolle. Consideran que todos son iguales, tanto en el hecho de que han sido sus padres en las vidas pasadas, como en que desean ser felices y no infelices.
  • Los musulmanes ven las dificultades como algo que es la voluntad de Dios, y la resolución de problemas como algo que está en las manos de Dios o depende de Él. Se someten a la voluntad de Dios y veneran a Dios mediante grandes actos de servicio hacia todas las creaciones de Dios.
  • Los cristianos ven las situaciones difíciles como retos enviados por Dios para ponernos a prueba, y siguen el ejemplo de Jesús de servicio a los pobres y necesitados.
  • Aquellos que siguen principios confucianos ven las dificultades como algo que surge inevitablemente de vez en cuando. Lo que nos sucede depende de nuestro destino. Para lidiar con las dificultades, siguen los procedimientos adecuados tal como el capitán les manda y cultivan su sentido interior de benevolencia y bondad para tratar a todos correctamente, con justicia y amor.
  • Aquellos que siguen sólo los valores éticos humanos básicos entienden que sin importar cómo sean las situaciones, todas las personas aprecian el amor y el trato afectuoso. Como animales sociales, necesitamos cooperar entre nosotros para sobrevivir, y si nos cuidamos unos a otros, ganaremos fuerza y confianza para superar cualquier dificultad.

Por lo tanto, cada uno de estos cinco grupos tiene su propio sistema de ética. Sin embargo, aquellos que siguen con sinceridad las enseñanzas y el consejo de cada uno de esos sistemas lograría el mismo resultado. Serían capaces de aceptar la situación sin enojarse. Incluso si se encontraran con que uno de los pasajeros actúa de una forma que amenaza el bienestar de todo el grupo -por ejemplo, acaparando comida- y que se necesitaran tomar medidas disciplinarias para corregir este problema, cada uno de sus sistemas de valores éticos les ayudaría a no hacerlo por enojo, sino por preocupación por todo el grupo de pasajeros varados. Conservarían la paz mental y contribuirían positivamente al bienestar de todas las personas a bordo. Como resultado, la comunidad no sólo sobreviviría a la situación difícil, sino que además los miembros estarían más cerca los unos de los otros, porque habrían compartido la experiencia de responsabilizarse del bienestar de los demás.

Conclusión

Este ejemplo del barco atrapado en el hielo de la Antártida es una analogía útil para entender cómo una sociedad multicultural puede encarar mejor, de una forma saludable, los desafíos que surgen inevitablemente en la vida. Para conseguirlo, las personas necesitan aprender sobre las culturas y creencias de todos los grupos mayoritarios de la sociedad. El miedo y la desconfianza de los demás provienen de la falta de conocimiento de sus creencias. Con una educación adecuada, podemos aprender que todas las religiones y filosofías tienen un sistema de ética, y que lo que estos sistemas de ética tienen en común también está en consonancia con los valores humanos éticos básicos que todas las personas pueden aceptar, incluso los no creyentes. Estos son los valores del amor, la compasión, el cuidado afectuoso de los demás con un interés profundo en su bienestar.

Cuando la expresión de estos valores humanos básicos es sincera, independientemente del sistema de creencias, la sociedad funciona en armonía, en los tiempos buenos y en los malos. Esto es porque cada grupo respeta a los otros, sobre la base de una comprensión mutua. Y del respeto mutuo basado en la comprensión mutua surge la confianza mutua. Cuando las personas de culturas diferentes se respetan y confían entre sí, viven sin miedo las unas de las otras. Esto construye una sociedad saludable, en armonía, sobre la base de unos principios éticos fundamentales que todas las personas comparten.

Por lo tanto, ya que una sociedad saludable surge en dependencia de muchos factores (sistemas económicos, ambientales, sociales, legales y educativos, y, como hemos visto, la ética y la armonía religiosa) si alguno de estos factores es débil, la sociedad no prosperará. Necesitamos empezar a un nivel individual, especialmente en el área de nuestra ética y respeto hacia los demás y sus creencias. Si desarrollamos una mente calmada y una actitud compasiva hacia los demás, y luego lo extendemos a nuestras familias, nuestros amigos, nuestra comunidad inmediata, entonces poco a poco construiremos una sociedad saludable. La salud de toda la sociedad surgirá en función de que cada uno de sus miembros desarrolle una mente saludable y un sentido de la ética. Esto es especialmente cierto en las sociedades multiculturales y en el mundo multicultural en general.

Cada una de las religiones y filosofías mayoritarias del mundo, como hemos visto en el caso del budismo tibetano, el islam, el cristianismo y el confucionismo, tienen en común un conjunto de valores humanos éticos básicos sin religión o filosofía definidas. Necesitamos educar a nuestros hijos en estos valores humanos éticos básicos, para que poco a poco el mundo entero se vuelva un lugar más saludable para el beneficio de todos. Gracias.

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