Introducción: La complejidad del karma
El karma es un tema que involucra al qué y al por qué de lo que nos pasa. Es algo sumamente relevante para todos nosotros en un nivel personal, no es algo fuera de la esfera de nuestra vida. Si podemos empezar a entender el karma y cómo funciona, empezaremos a entender lo que ocurre en nuestra vida y cómo manejarlo. El tema del karma también nos lleva al tema de la ética en el budismo, el cual trata con la manera en que le damos forma a nuestra conducta y en cómo ésta afecta lo que nos ocurre.
El karma se refiere a la causa y efecto conductuales. En otras palabras, no solamente hablamos de causa y efecto de objetos físicos, sino de la relación de causa y efecto entre nuestra conducta y nuestra experiencia. Por supuesto, debemos incluir las relaciones de causa y efecto de objetos externos. Nos golpeamos con una mesa y como la mesa es sólida, nos duele. Factores como el clima, la historia, la política, la economía, etc. también afectan nuestra experiencia. De hecho, si comenzamos a pensarlo, veremos que absolutamente todo lo que ha ocurrido en la historia tiene influencia en lo que experimentamos.
Si comenzamos a pensar sobre qué es la historia, veremos que tampoco es algo tan simple. La historia es sólo una abstracción imputada a lo que todos en el universo han hecho. Es solamente una forma de organizar y explicar lo que millones y millones de seres han hecho. Es algo increíblemente complejo. De esta manera, eventos históricos, como el choque de los aviones contra el World Trade Center la semana pasada, no son simplemente eventos monolíticos que le darán forma a lo que nosotros y todos los demás experimentarán como consecuencia en el futuro. Muchas, muchas cosas contribuyeron a este trágico evento; muchas cosas se entramaron durante el suceso; todos recordarán diferentes cosas sobre el suceso; y muchas, muchas se verán afectadas por el mismo en el futuro. Esto es historia.
Nuestra experiencia y nuestra conducta, la cual está basada en nuestra experiencia, es la cosa más complicada que hay. Aún si no entendemos o pensamos realmente en términos de renacimientos, todo lo que han hecho todos aquellos que han vivido afecta nuestra experiencia y nuestro comportamiento. Todo lo que hemos hecho en nuestra vida, también afecta nuestra experiencia y nuestro comportamiento. Desde un punto de vista budista, esto incluye también todo lo que hemos hecho y lo que los demás han hecho en vidas anteriores, no solamente en esta vida.
Aquí el término entramado 1 es de gran ayuda. Cuando pensamos en el karma, debemos pensar en este increíble entramado de aquello que todos hemos hecho interconectado y que afecta todo lo que todos experimentamos y hacemos. Es muy interesante porque no es algo simétrico. Si fuera simétrico, el comportamiento y la experiencia de todos serían exactamente iguales. Usemos una analogía, el Big Bang. Si todo empezó de un punto, entonces ¿no parecería que todos los sistemas estelares y el universo entero expandiéndose desde ese punto debieran ser simétricos? Pero no lo es. ¿Qué podemos concluir de ello? Todos somos individuales. No somos todos idénticos. A pesar de que estamos influenciados por las mismas cosas, poseemos nuestro karma individual. Y no hay comienzo. Si hubiera un comienzo, todo debería ser simétrico. Piensen en esto. Podemos comenzar a tener una apreciación de lo complejo que es el karma.
La necesidad de la omnisciencia para conocer todo acerca del karma
Para ser capaces de entender todo esto, tendríamos que ser omniscientes, ya que necesitaríamos ser capaces de entender todo y cómo todo está interrelacionado. Así que, solamente un buda puede entender completamente el karma. Cuando pensamos en la omnisciencia, necesitamos tratar de comprender que no hablamos de pequeñas cápsulas de información aislada o datos acerca de todos, como una red de súper espías. Más bien, es el conocimiento de este entramado completo, con conexiones entre todo de manera interdimensional. No hay tal cosa como datos aislados. Cuando hablamos de algo, nos da la impresión de que es información aislada. Lo que un buda conoce es el entramado completo, este increíble entramado de karma. Eso es lo que una mente omnisciente sabe, todo a la vez. Si se conoce el entramado entero, se conoce todo a la vez.
Igualmente, no es que en la mente de un buda haya trillones de piezas de información ocurriendo al mismo tiempo. ¿Por qué? Porque imaginamos que la mente de un buda opera conceptualmente. Pensar conceptualmente significaría tener una vocecita dentro de nuestra cabeza diciendo: “El número telefónico de esta persona es bla, bla y bla”. Un buda no tiene una vocecita en la cabeza dictándole simultáneamente cada pieza de información en el universo. Cuando tenemos dificultad para concebir la omnisciencia es porque la vemos conceptualmente. Es no conceptual. No hay vocecita alguna dictando cada pieza de información. Es directo. Es ver este entramado entero, y si quisiéramos ver una piececita y ponerla en palabras, podríamos.
De hecho, cuando hablamos de artículos individuales, concretamente son justo aquellos que podrían separarse de este entramado interconectado con palabras y conceptos. Cuando los aislamos con palabras y conceptos, es aquello a lo que se refieren las palabras y los conceptos. Pero realmente no existen sólo así porque existen totalmente interrelacionados. Esto es a lo que se refieren la vacuidad y el surgimiento dependiente. Las cosas son carentes de existencia como pequeñas piezas aisladas de información. Todo está interrelacionado y podría aislarse con palabras y conceptos que se refieran a ello, pero realmente no existen de esa forma.
Reconocer nuestros puntos de vista inexactos
Si nuestro tema del karma es algo que solamente un buda podría comprender en su totalidad, la pregunta es: ¿cómo vemos normalmente lo que nos ocurre a nosotros y a otras personas? El método budista no es solamente enseñarnos una descripción exacta de lo que ocurre en el universo. Lo que necesitamos hacer es identificar nuestros puntos de vista inexactos o erróneos y convencernos a nosotros mismos de que son absurdos. Estos puntos de vista inexactos son realmente incorrectos, así que podemos deshacernos de ellos. Y simultáneamente, al comprender una descripción exacta, necesitamos convencernos de que es realmente exacta.
Recuerden, la palabra buda, sang-gyay (sangs-rgyas) en tibetano, está compuesta de dos sílabas. La primera significa aclarar, purificar, o deshacerse de toda la confusión, mal entendido, limitación, etc. La segunda sílaba, gyay, significa expandir, crecer con un correcto entendimiento y con cualidades positivas. Este es el proceso de convertirse en un buda, aclarar la confusión y la basura, y trabajar en las cosas positivas.
Para sacar la basura de nuestros hogares, primero debemos encontrarla. En nuestra computadora, necesitamos encontrar los virus antes de poder eliminarlos. Necesitamos buscar vías alternas de describir lo que nos ocurre y lo que ocurre en el universo, para ver si hay algo que necesitemos eliminar de la computadora interna de nuestra mente. Cuando hayamos limpiado nuestro disco duro interno, entonces podremos instalar muchos más programas funcionales. Así, cuando nos referimos a estas alternativas, necesitamos intentar reconocer en nosotros mismos si realmente pensamos así.
Casualidad
Mucha gente cree que lo que nos ocurre es por casualidad, lo que significa que no hay alternativa. ¿Ocurren las cosas aleatoriamente? “Te encontré en la calle sólo por casualidad.” “ Sólo por casualidad, fui a la tienda y había una liquidación”. Esto quiere decir que no hubo una causa. ¿Cómo podría no existir una causa? ¿Qué clase de vida implica esto? Esto implicaría que no existe causa para nada de lo que ocurre. ¿Es solamente por casualidad que la semana pasada esos dos aviones volaran contra el World Trade Center? No es una forma muy práctica de ver lo que pasa en la vida, ¿o si?
Lo interesante es que, a pesar de que podemos descartar la casualidad como una explicación satisfactoria de un avión estrellándose contra un edificio, no la descartamos para explicar el encontrarnos con alguien en la calle. Necesitamos encontrar nuestros propios ejemplos. No aceptamos la casualidad para explicarlo todo, pero tendemos a creer que explica algunas cosas. ¿En dónde nos deja esto? Si algunas cosas en el universo no ocurren por casualidad y otras sí, ¿Cuáles son las reglas? Esto se torna difícil ¿verdad? Así, la casualidad no es una solución o explicación satisfactoria. Una gran señal aparece en nuestra pantalla interna: ¡Eliminar!
Sería buenísimo poder eliminar tales ideas de nuestro disco duro mental con tan sólo presionar un botón, pero este es un fastidioso virus insidioso, que aparece y aparece una y otra vez en nuestro sistema. Tenemos que estar muy alertas para notar cuando aparezca de nuevo y estar seguros de eliminarlo. Si lo eliminamos el número suficiente de veces, lograremos sacarlo de nuestro sistema. Este es el proceso de la purificación.
Hay que ser cuidadosos al usar la analogía de las computadoras, ya que, si la llevamos muy lejos, podría permitir la postura nihilista en la que podríamos limpiar completamente nuestro disco duro sin dejar nada.
Estos programas infectados son difíciles de eliminar completamente, pero es posible deshacerse de ellos para siempre. Una vez que tenemos los programas adecuados y alcanzamos cierta etapa en la que somos competentes con ellos, el sistema nunca se caerá. Antes de ser competentes con los nuevos programas, podría caerse porque no estamos familiarizados suficientemente con ellos. Cuando tenemos un nuevo programa, necesitamos descubrir los virus y deshacernos de ellos. Esto es análogo a no tener un exacto entendimiento del Dharma. Una vez que nos hemos desecho de los virus, el programa es estable.
Con esta analogía, podemos apreciar el proceso de debate que es utilizado en la tradición tibetana para aprender el Dharma. Si intentamos descubrir todos los virus en nuestro sistema y eliminarlos nosotros mismos, es sumamente difícil. No es solamente difícil, sino que también nos cansamos de hacerlo, no lo hacemos a profundidad. Si tuviéramos a muchos expertos empeñosos, sondeando y probando nuestro sistema e intentando encontrar todos los virus en él, que es lo que ocurre en los debates cuando las personas retan nuestro entendimiento, podemos entonces descubrir todos los virus y nos deshacemos de ellos mucho más eficientemente.
Probabilidad matemática
Una variación de la idea de la casualidad podría ser que las cosas ocurren de acuerdo a una probabilidad matemática. Es una buena explicación científica. “Si te llamo suficientes veces, existe la probabilidad matemática de que en algún momento cuelgues el teléfono y me pueda contactar contigo”. Existe la probabilidad matemática de que si suficientes aviones están volando, uno de ellos se estrelle contra el World Trade Center.
¿Es esa una buena explicación? ¿Podemos calcularlo en una súper computadora y obtener una respuesta exacta? Suena muy bien y científico, pero no es realmente la forma en la que ocurren las cosas, ¿verdad? No podemos reducir todo a fórmulas matemáticas de probabilidades. Aunque los científicos intenten convencernos de que si, durante el tiempo suficiente, hay un millón de monos sentados frente a computadoras, uno de ellos va a escribir las obras completas de Shakespeare, no me convencen totalmente. De nuevo, la alarma de: ¡Eliminar! se enciende.
Suerte
La siguiente alternativa es la suerte. Las cosas ocurren por suerte. “Qué buena suerte que no fuera a trabajar temprano y que no estuviera en la oficina en el World Trade Center”. “Aquella persona tuvo la mala suerte de estar en ese edificio”. ¿Es así como ocurren las cosas? ¿Qué significa esto? “Hoy es mi día de suerte”. Realmente pensamos así algunas veces.
Esto implica suerte inherentemente existente; una persona inherentemente suertuda o un día inherentemente suertudo sin causa alguna. Esta no es realmente la forma en que funcionan las cosas aun si pensamos que si meditamos lo suficiente, tal vez tengamos la suerte suficiente para llegar a ser un buda. Necesitamos llevarlo hasta sus conclusiones más absurdas. También tenemos que eliminar esta idea.
Destino
La siguiente alternativa es que las cosas ocurren por sino o destino. “Fue mi destino conocer a mi amada”. Podemos pensar en esto de una forma impersonal: “Es tan sólo la forma en que son las cosas”. “Fue el destino de todas aquellas personas morir en ese ataque terrorista”.
Pero destino implica también algo fijo, inherentemente existente, que nada puede cambiar, etc. Esto tampoco explica las cosas. En ocasiones tendemos a pensar así. “¿Cuál es mi destino en la vida?”. De nuevo, necesitamos examinarnos a nosotros mismos. ¿Realmente pensamos así algunas veces: “Es mi destino hacer algo grande, así que todo lo que necesito hacer es sentarme a esperar que ocurra?”.
La voluntad de Dios
Podríamos tomar esto en otra dirección y decir que este sino o destino no es impersonal, sino personal en el sentido de que lo que ocurre es la voluntad de Dios. “Este ataque a los edificios en Nueva York y Washington fue la voluntad de Dios”. Para algunas personas esta explicación es satisfactoria. Pero entonces, ¿por qué quiso Dios que ocurriera esto? Podríamos decir que no entendemos los designios de Dios, pero Dios debió tener una buena razón. ¿Es esta una forma efectiva de lidiar con la vida? ¿Qué hay de las personas que dicen que es la voluntad de Dios el que se secuestre el avión y se haga estrellar contra el edificio? Muchas personas dicen conocer la voluntad de Dios e intentan decírnosla. Necesitamos examinar esto en términos de si realmente es una explicación satisfactoria de lo que ocurre en el mundo y en nuestra vida. Esto presenta varias contradicciones. ¿Por qué querría cualquier ser omnipotente, pero compasivo e indulgente, causar una tragedia? Esto representa un problema complejo a los sistemas teológicos, es uno de los cuestionamientos centrales. Si Dios es omnipotente y compasivo, ¿por qué permite el sufrimiento? Es un problema difícil.
Buena fortuna
La siguiente posible explicación viene del antiguo Imperio Romano: el concepto de fortuna. Buena o mala fortuna. Si alguien gana una batalla, eso significa que la diosa Fortuna les ha sonreído. Los romanos arrojaban gladiadores a la arena con los leones y observaban quién era el afortunado, el ganador. Esta es la idea que podría hacerlo correcto. El vencedor es el correcto.
De acuerdo con este punto de vista, los secuestradores tuvieron la buena fortuna de tener éxito al lograr lo que estaban haciendo y las personas asesinadas tuvieron la mala fortuna de ser los perdedores en el evento. ¿Qué clase de sistema ético genera esto? “Si tuve éxito, soy afortunado y es bueno sin importar los medios de los que me valí para ello”. Entramos a los negocios pensando que no importa cuán corruptos seamos: si tenemos éxito, somos afortunados. Es bastante revelador ver cómo estamos influenciados por esos ancestrales sistemas de pensamiento. Podemos eliminar este concepto también.
La ley y el orden
El siguiente grupo de sistemas de creencia es que las cosas ocurren de acuerdo a procedimientos legales. Un punto de vista es en términos de leyes celestiales, recompensa o castigo divinos. Existen leyes hechas por algún ser supremo en el cielo. Si seguimos las leyes, somos recompensados y si no las seguimos, somos castigados. De acuerdo con este punto de vista, los ataques en EUA fueron por toda la corrupción moral en ese país. Hubo líderes religiosos quienes lo explicaron de esa forma, que Dios estaba castigando a los EUA por los derechos de los homosexuales, el derecho al aborto, etc. ¿Es esta una explicación que encontramos aceptable? No es una explicación muy buena ¿verdad? Especialmente por la gran cantidad de versiones de las leyes de Dios de acuerdo a diferentes religiones. ¿Cómo sabemos cuál es la correcta, fuera de afirmar: “La mía es la correcta”?
Una variante de esto, de la Antigua Grecia, es que lo que ocurre está basado en las siguientes leyes dictadas por legisladores a nivel secular. Esta es una explicación muy tentadora y su presencia es bastante poderosa en EUA. Lo que ocurrió el 11 de septiembre fue porque la gente violó la ley. “Si pudiésemos hacer cumplir mejor la ley, algo como esto no volvería a ocurrir”.
¿No es esto un poco ingenuo? Esta es la manera de pensar de la Antigua Grecia: Si todos siguen las leyes establecidas y son buenos ciudadanos, entonces la sociedad irá bien. Si la gente no sigue las leyes, necesita ser castigada y encerrada en la cárcel. “Agarren y castiguen a Bin Laden y eso resolverá el problema”. “El problema, realmente, fue causado únicamente por esos malos ciudadanos. No existen otras causas”. “Esta gente no sigue la ley; son malvados. Por lo tanto, la solución es la aplicación de la ley, más policías”. ¿Es esta una buena explicación de lo que ocurre en la vida? Quizá podamos rechazar esta explicación también.
Destino kármico
Veamos algunas formas no occidentales de pensamiento. En la explicación hindú, el karma es descrito como un tipo de destino. Todos nacemos dentro de ciertas castas. Si cumplimos con las acciones apropiadas de esa casta, todo irá bien y tendremos un mejor renacimiento. Si nacemos como mujer, obviamente es nuestro deber casarnos, tener hijos, ser una muy buena ama de casa, servir a nuestro esposo, lavar los pies de nuestra suegra, etc. Si todas las mujeres hacen eso y los hombres cumplen con sus deberes de casta, la sociedad funcionará armoniosamente y todo irá bien. Si rechazamos nuestras obligaciones de casta e intentamos hacer algo fuera de ella, provocaremos un caos. Por ejemplo, en el Bhagavad Gita, cuando Arjuna se enfrenta al dilema de pelear en la guerra o no contra sus parientes, Krishna le dice que necesita cumplir con su deber y que es mejor morir haciéndolo que retirarse.
Esto pudo haber conducido a una sociedad India muy estable, pero ¿cuáles son las implicaciones de aplicarlo a nuestra situación mundial moderna? Los EUA son el súper poder, esa es su casta. ¿Cuáles son las obligaciones de esa casta? Ser policías del mundo y pelear esta guerra de “justicia infinita” para librar al mundo del mal. Si los Estados Unidos de América no se apegan a sus deberes de casta, el caos y el mal gobernarán. Los demonios vendrán y tomarán el control. Es un perfecto ejemplo de esta antigua forma de pensar hindú ¿no es así? ¿Es satisfactorio para nosotros este tipo de sistema de ética y explicación de lo que ocurre en el mundo o de nuevo presionamos el botón de eliminar?Conformismo
Veamos los sistemas chinos. En el pensamiento confusionista, existen ciertas normas de modelos a seguir en la sociedad. Si seguimos estos modelos, todo irá armoniosamente. Esas normas cambiarán, así que debemos fluir con el cambio. Si permanecemos en armonía con los cambios dictados por el emperador o el presidente, todo será maravilloso. Esta es la ética y mentalidad del conformismo. Sigamos la moda. Nuestros pantalones deberían ser largos, etc. “Consigue un buen empleo y todo irá bien, serás feliz”. Si el emperador o la emperatriz de la moda dictaminan que la falda debería tener un largo diferente, todo irá bien para ti y serás feliz si te conformas. Si no, estás fuera.
Muchos de nosotros pensamos de esa manera: si compramos una bonita casa, conseguimos un buen empleo, y compramos un buen carro, seremos felices. El conformismo trae felicidad. Cada año tenemos que mejorar nuestra computadora. Casi se siente como un deber ¿verdad? ¿A dónde conduce esta forma de pensar? Si el emperador declara la guerra, todos deben ondear la bandera y reclutarse en el ejército. Si todos lo hacen, reinará la justicia. Si no lo hacemos, nunca seremos felices. El tiempo presente clama por una justicia rápida, porque el emperador así lo ha declarado, y el emperador conoce nuestras necesidades. La tragedia ocurrió por no ser lo suficientemente patriotas. Si tan sólo nos hubiésemos apegado todos a la “forma estadounidense” 2, esto nunca hubiera ocurrido.
Inversión kármica
Veamos a continuación la manera simplista popular, budista china de ver las cosas. La palabra sánscrita karma fue traducida al chino con un carácter que es frecuentemente relacionado con los negocios. Así que el karma es visto en una forma simplista como una inversión de negocios. Hacer buenas acciones es como hacer una buena inversión, tendremos muchas ganancias. Las personas que quedaron atrapadas en el World Trade Center no fueron buenos negociantes en términos de karma. ¿Creemos que es posible comprar que las cosas vayan bien haciendo buenas acciones? ¿Podemos acrecentar el buen mérito como acrecentamos una cuenta de banco? Es interesante examinarnos a nosotros mismos para ver cómo podemos tender a pensar de esta forma. Las buenas acciones son una inversión kármica, una buena póliza de seguro. Esta tampoco es la elección correcta en el budismo ¿no es así?
Ética humanista
Con frecuencia tendemos a pensar en lo que ocurre en términos de lo que es llamado “ética humanista”. Si no dañamos a otros, seremos felices. Si dañamos a otros, las cosas no irán bien para nosotros. Para la mayoría de nosotros es una cómoda forma de ver la ética, pero ¿explica esto realmente nuestra experiencia? Muchas de las personas que murieron en Nueva York eran buenas personas. Eran bondadosas y amables con todos. No herirían a una mosca, y aun así murieron en el colapso.
Ahora comenzamos a retar seriamente nuestro entendimiento del budismo ¿no es cierto? El budismo no es un sistema de ética humanista, aunque nos encantaría que así fuera. No es tan simplista como tan sólo no dañar a otros. Lo que el budismo explica es que el efecto de nuestras acciones en otros es incierto. Podría decir algo totalmente inocente a una persona y ésta podría malinterpretarlo completamente y sentirse profundamente herida. ¿Cómo lidiar con esto en términos de la ética humanista? Cocino una rica cena para alguien con la mejor intención de complacerlo, y a dicha persona le resulta abominable. O peor aún, se atraganta con ella y muere. ¿Cómo explica esto la ética humanista? Esto tampoco es suficiente para explicar lo que ocurre.
La visión budista indo-tibetana
A pesar, por supuesto, de intentar seguir el lineamiento de no dañar a otros, esa no es realmente la base de la explicación budista del karma y de la ética. La explicación budista, desde la tradición indo-tibetana, es que si nuestras acciones se encuentran bajo la influencia de emociones perturbadoras como el enojo, la avaricia o la ingenuidad, entonces son destructivas. Sin importar el efecto que mis acciones puedan tener en alguien más, tendrán un efecto destructivo en mí y en mi experiencia futura. Podría robar un auto y causar gran felicidad al dueño por ser capaz de cobrar el seguro y comprar un auto nuevo. De lo que hay certeza es del efecto en nosotros, en nadie más.
Cuando nos examinamos a nosotros mismos, encontramos que no solamente pensamos en términos de un sistema, sino usualmente en una combinación de ellos. Podemos explicarnos algunas cosas en términos de la suerte y otras en términos de la ley y el orden. Es muy importante intentar reconocer estas reflexiones en nosotros mismos, como diríamos en terminología occidental, hacerlas conscientes, darnos cuenta de ellas. Si examinamos cada uno de estos sistemas y encontramos que son inaceptables, entonces cuando nos percatamos de que pensamos y sentimos de estas maneras, podemos rechazarlas.
Esta es una forma importante de contrarrestar el sufrimiento. Muchas personas han estado sufriendo como resultado de haber presenciado y de estar pensando en los eventos ocurridos en EUA el 11 de septiembre, ¿por qué? Podría ser por la pérdida de vidas, pero ¿estaría la gente igualmente afectada si un avión se hubiese estrellado en una villa africana y matado al mismo número de personas? Para la mayoría de la gente eso no hubiese sido tan traumático. Podemos admitir que ha sido inflado por los medios, pero eso es solamente la vehemencia de los medios. Cuando analizamos el caso, descubrimos que la sensación de inseguridad que nos dejó es lo que más nos molesta. Antes del evento, los Estados Unidos de América parecían impenetrables a los ataques y ahora la vida es insegura, la gente tiene miedo de viajar en avión y demás. Podemos preguntarnos: “ ¿Por qué me siento así? ¿Cuál de las explicaciones de los eventos estoy utilizando que me hace sentir así? ¿Siento que lo que ocurrió no tiene causa; que es algo arbitrario?”.
Previamente, podríamos haber pensado que teníamos todo bajo control, o que el gobierno tenía todo bajo control. Ese es otro punto de vista erróneo, el pensar que pueda existir una autoridad con el suficiente poder para evitar que ocurra cualquier desastre. Ese es el punto de vista de un niño: “Si mi papi es lo suficientemente fuerte, él me protegerá de todo peligro”. Si esto es desafiado, significa que las cosas están fuera de control. Cualquier cosa pude ocurrir, lo que implica pensar que las cosas ocurren al azar, sin causa alguna. “Y ahora los malhechores que no se apegan a la leyes tienen el control”. Eso nos da inseguridad, porque pensamos que lo que ocurre en el mundo es debido a la corrupción de la ley y el orden. Si la guerra de “justicia infinita” es llevada a cabo y ganamos, entonces si los vencedores están en lo correcto,¿estaremos a salvo de nuevo? ¿Realmente funcionaría eso? ¿Tiene sentido? ¿Es esto lo que pensamos? ¿Si ondeamos la bandera lo suficiente, nos sentiremos más seguros?
Es muy interesante. Cuando comenzamos hacer este tipo de análisis, comenzamos a descubrir esta verdad que enseña el budismo: si tenemos una actitud perturbadora, la cual está basada en maneras erróneas de ver el mundo, nos causa sufrimiento. El término klesha en sánscrito es algunas veces traducido como “emociones aflictivas”. Pero las emociones son solamente la mitad del cuadro. Podemos tener también una actitud perturbadora, o una visión perturbadora de la vida, lo que nos causa sufrimiento.
Tomar el karma en consideración
Nos damos cuenta de que lo que ocurre en la vida es muy complejo. Mucha fuerzas están involucradas – históricas, políticas, karma individual, etc. – . De hecho, nunca hemos tenido el control. La sensación repentina de falta de control es la emoción perturbadora que yo llamo “ ingenuidad”. Hace varios años traduje este mismo término como “cerrazón mental”, pero no es realmente preciso. Es ingenuidad. Podemos darnos cuenta de cómo el pensar ingenuamente nos provoca sufrimiento.
¿Cuál es la solución para algo tan complejo? No se trata de tan sólo trabajar para acumular más karma positivo para que ese tipo de cosas no nos sucedan. En términos más precisos, si nos podemos deshacer completamente del karma, no estaremos atrapados en ninguna situación difícil. Necesitamos trabajar para ayudar a todos a deshacerse del karma. Es mucho más complejo que solamente hacer una cosa, como atrapar a Bin Laden para que no haya más tragedias. Aun si EUA cambia sus políticas hacia el tercer mundo y hacia el mundo islámico, la vida es mucho más compleja que hacer solamente eso.
Una de las leyes del karma es que las cosas no ocurren como resultado de una sola causa. Lo que ocurre es un resultado de incontables causas interconectadas. Eso no quiere decir que nos sentemos y no hagamos nada. Podemos añadir una gota a la cubeta, sin exagerar o negar el efecto de una gota más en la cubeta. Uno de los dichos del Buda es que una cubeta no se llena por la primera o por la última gota, sino por la combinación de todas las gotas. Podemos pensar que trabajaremos en nuestro karma como una forma de lidiar con esta situación. Podemos tener compasión por la gente que falleció y por sus familias, pero no nos vamos a descontrolar por lo que ocurrió. Trabajamos en ser tan positivos como sea posible. ¡Pero cuidado con el extremo de pensar que podemos comprar nuestra felicidad y seguridad con potencial positivo!
Una forma de relacionarnos con esta situación de forma positiva es ver que ésta nos ayuda a tener presencia mental en otra de las enseñanzas más básicas: la muerte puede ocurrir en cualquier momento. En lugar de descontrolarnos, podemos aprovechar nuestras oportunidades y no solamente perder el tiempo, sin ir al extremo auto destuctivo de ser fanáticos. Como dice uno de mis koans zen favoritos: “La muerte puede llegar en cualquier momento, relájate”.
Cuando pensamos en el karma y en acumular más energía positiva, tenemos que evitar la ingenua idea de que todo va a mejorar más y más como resultado. El sólo ser positivos no nos hace inmunes a los desastres, como si tuviésemos esta invencible burbuja kármica alrededor nuestro. “¡Estoy protegido por el refugio! ¡Estoy visualizando a mi gurú en mi cabeza, tengo una energía especial; soy invencible! ¡Tengo el cordón rojo de protección alrededor de mi cuello!”. Como un maestro decía, “¡No pienses que si atas un cordón rojo de protección alrededor del cuello de un cerdo a punto de ser sacrificado, eso salvará al cerdo!”. Aun si todas las personas en el World Trade Center hubiesen utilizado cordones rojos de protección alrededor de sus cuellos, dudo que hubieran sobrevivido a los impactos.
Debemos comprender que aún si realizamos muchas cosas positivas en una forma apropiada, la naturaleza del samsara son los altibajos. Hemos acumulado toda clase de potenciales kármicos sin principio. Dependiendo de nuestro estado mental, de las circunstancias y demás, varias cosas madurarán. Algunas veces ocurren cosas buenas, otras veces ocurren cosas no tan buenas. Por eso es que la astrología, por ejemplo, no nos puede dar todas las respuestas acerca de lo que va a ocurrir.
El karma y la astrología
Existe una gran discusión, la cual encuentro interesante, del karma y la astrología. ¿Podemos predecir qué nos ocurrirá en el mundo? Existe la astrología en algunas de las enseñanzas budistas, particularmente en el tantra de Kalachakra. Pero un gran maestro tibetano dijo que si la astrología fuera capaz de explicar todo, entonces un humano y un perro nacidos en el mismo lugar a la misma hora deberían tener las mismas personalidades y les tendrían que ocurrir las mismas cosas en la vida. Podemos concluir que el karma es mucho más complejo de lo que una carta astrológica puede indicar. Existen muchas más energías involucradas que cuerpos celestiales, ángulos entre ellos, etc.
Si examináramos las cartas astrológicas de cada uno de los que fueron asesinados en el ataque al World Trade Center, creo que sería un poco difícil encontrar una manera de predecirlo. Aunque podamos rechazar el punto de vista simplista de la astrología de que lo que nos ocurre es labor de esos planetas allá afuera, o de los dioses y diosas que viven en los planetas o estrellas, aún así necesitamos ser un tanto cuidadosos acerca de nuestra comprensión de la astrología. La astrología hace una reflexión sobre ciertos temas básicos del karma, pero no del cuadro completo. Creo que el modelo de probabilidad matemática es más aplicable aquí para entender la astrología. Existe cierta probabilidad de que este tipo de personalidad y despliegue de eventos que puedan ocurrir si alguien nace en determinado tiempo y lugar. Pero también existen probabilidades de que algo más pueda ocurrir.
Lo que necesitamos intentar evitar es la actitud perturbadora detrás de una mente supersticiosa, la cual es la actitud de que hay un gran “yo” sólido, y que ese “yo”, necesita estar en control de lo que ocurre. “Si supiera lo que va a ocurrir, estaría en control; me puedo preparar”.
Esta es la mentalidad de un “controlador loco”. Consultamos una carta astrológica, el tarot, las cartas, el I Ching, o vamos con un lama tibetano por un diagnóstico mo con dados, pensando que si sabemos lo que va a ocurrir, estaremos en control. Tal mentalidad está basada en la ingenuidad ¿verdad? Es perturbador porque aun así nos sentimos inseguros. Tenemos una falsa sensación de seguridad y, si las cosas no funcionan de la manera que pensamos, nuestra fe se hace añicos. Todo es sufrimiento.
Es mejor tener una visión de ese tipo de consultas como si obtuviéramos un reporte del estado del tiempo. Si existe cierta probabilidad lluvia entonces llevamos el paraguas, pero sabemos que quizá no llueva. Es bueno tener reportes meteorológicos, pero si tomamos el reporte literalmente, estaremos en grandes problemas. Personalmente encuentro útil la astrología, pero necesitamos tener una actitud sobria y madura acerca de ella.
La lotería kármica y las Cuatro Verdades Nobles
Nos percatamos de que el karma habla de nuestra conducta y de lo que nos ocurre. Aquí la conducta es vista específicamente en términos de si es o no respaldada por una emoción perturbadora. Podemos comprender mejor la aproximación budista al karma utilizando la estructura con la que el mismo Buda lo enseñó, la cual es la de las Cuatro Verdades Nobles. Su Santidad el Dalái Lama siempre enfatiza que es importante ser capaz de ver cualquier enseñanza budista dentro del marco de las Cuatro Verdades Nobles. “Noble” se refiere a los aryas, aquellos que han visto la realidad de manera no conceptual. Estas verdades son aquellos hechos que los aryas ven como verdaderos. Las personas que no han visto la realidad directamente no podrían ni siquiera concebirlas. Algunas veces me gusta llamarlas “Los cuatro hechos de la vida”. Son hechos. Son tal como son las cosas.
La primera de estas es usualmente traducida como “la verdad del sufrimiento”. Me gusta referirme a ella como “problemas verdaderos”. Esto se refiere a las sensaciones de felicidad, infelicidad o neutralidad. Todas ellas son problemáticas y son lo que madura del karma. Infelicidad, dolor, sufrimiento es obviamente un problema. Entonces tenemos felicidad contaminada. Esta es nuestra felicidad usual. Es también un problema. El problema es que no dura y no resuelve nada. Es agradable ¿y qué? Aun si permaneciéramos de vacaciones toda la vida, nos aburriríamos.
El tercer aspecto es la neutralidad. Las cosas sólo suceden. Pero el problema real, el más profundo, es que no tenemos idea de lo que viene a continuación. Esto es conocido como el “problema afectante que todo lo permea”. No existe absoluta garantía de lo que vamos a sentir en el próximo minuto, ¿o sí? Podemos ver el avión estrellándose contra el edificio y pensar que es lo peor del samsara, pero no lo es. Lo peor del samsara es la constante incertidumbre. Una guerra es mala, pero lo más terrible es que en el samsara van a ocurrir guerras una y otra vez. Y pueden ocurrir en cualquier momento.
Debemos identificar al samsara. Esta es la situación de la que nos tenemos que salir. No hablamos solamente de detener la guerra y tener paz y entonces todo estará bien. Cuando hablamos de renuncia, de lo que nos tenemos que hartar y sentir asqueados es de la incertidumbre de que cualquier cosa puede ocurrir en cualquier momento. Es horrible. Realmente queremos salir de eso.
Entonces, el primer hecho de la vida se refiere a los resultados del karma: dolor, resultados placenteros que no duran, y el fenómeno de ir de arriba a abajo sin certeza alguna.
El segundo hecho es que estas experiencias se dan como resultado del karma y de emociones y actitudes perturbadoras. Si experimentamos dolor y sufrimiento burdo, es porque hemos actuado destructivamente. Actuamos destructivamente porque estamos influenciados por las emociones aflictivas – especialmente codicia y enojo – . Somos codiciosos, entonces robamos; estamos enojados, entonces matamos. La felicidad que no satisface es el resultado de actuar constructivamente bajo la influencia de una actitud perturbadora, mezclada con algo de ingenuidad. Creemos que con trabajar duro, ser positivos, y ahorrar dinero para podernos ir de vacaciones, tenemos para ser felices. Quizá pasemos un buen rato, pero eso no resuelve nada. Debemos regresar a trabajar. Actuamos con una actitud perturbadora de ingenuidad acerca de las verdaderas causas de la felicidad.
El que las cosas sufran altibajos es el resultado de actuar de cualquier manera, positiva o negativa, mezclado con confusión. Por eso es que nuestra experiencia está mezclada. Tenemos un enorme almacén de potenciales kármicos y hay billones de circunstancias involucradas, por supuesto que hay altibajos. Utilizando la imagen de un juego de lotería en el cual las bolas de ping-pong numeradas son disparadas fuera de la máquina cuando se presiona un botón, es como si hubiéramos acumulado un incontable número de bolas de ping-pong de potenciales kármicos y no tenemos idea de cuál saldrá a continuación. Aún si entendemos que las bolas de ping-pong salen debido a complejas leyes del karma, todavía es un juego estúpido:¡Lotería kármica! Por más que sigamos jugando, nunca ganaremos.
Esto nos conduce a la tercera Verdad Noble, la verdad de la cesación del sufrimiento y de sus causas, lo que sería libertad del juego. ¿No sería maravilloso? El tercer hecho es que tal cosa es posible y podemos lograrlo. Podemos parar de jugar el juego de lotería kármica para siempre.
La cuarta Verdad Noble es cómo obtenemos los conocimientos, las realizaciones que eliminarán el karma, las emociones y actitudes perturbadoras y sus tendencias. La lotería kármica es un juego muy insidioso. Cada vez que presionamos el botón para que salga otra bola, también añadimos otra al balde. Para salir del juego, tenemos que eliminar la confusión con la cual creemos que debemos presionar el botón una y otra vez. Una vez que hacemos eso, estamos fuera del juego. No es que tengamos que ir al balde y deshacernos de cada bola de ping-pong. Esa sería una tarea sin fin. Las emociones y actitudes perturbadoras ambas causan karma que madura y nos provoca acumular más karma y, debido a que están enraizadas en confusión, cuando eliminamos esa confusión con entendimiento correcto, detendremos las emociones y actitudes perturbadoras.
He puesto esto de manera muy simple pero tal vez podemos empezar a relacionar el camino budista, el cuarto hecho, que nos permite alcanzar el tercero, el cual es dejar de tener ingenuidad con la cual creemos que debemos cumplir con toda la basura kármica que viene a nuestra mente. Esta analogía puede también ayudarnos a desarrollar la actitud apropiada de renuncia, la cual es de repugnancia total ante la estupidez de este juego. Pensamos, “Estoy cansado; estoy aburrido; quiero dejar de jugar lotería kármica; ¡quiero salir de esto!”.
Reflexionemos en esto por un momento.