Prácticas de meditación sobre las leyes del karma
Ayer hablamos sobre las leyes del karma, las leyes de la causa y efecto del comportamiento. En términos del karma en general, la práctica principal implica, específicamente, el evitar cometer cualquiera de las diez acciones no virtuosas o destructivas y en hacer nuestro mejor esfuerzo para llevar a cabo las virtuosas o constructivas. También hablamos sobre las diversas características de la ley del comportamiento y sus resultados, particularmente y, primero que nada, el factor de la certeza: que, si llevamos a cabo acciones constructivas o positivas, es certero que los resultados serán de felicidad. También discutimos el factor de la tendencia a ser expansivo, que de una pequeña acción puede darse un gran resultado. La manera de meditar en todo esto, o de construir hábitos mentales benéficos respecto a esto, es pensar en la certeza del comportamiento y sus resultados, pensar que la felicidad viene como resultado de acciones constructivas, mientras que los problemas, la infelicidad y el sufrimiento es lo que viene de las acciones destructivas.
Comenzamos pensando en los diferentes tipos de felicidad que podemos anhelar y nos preguntamos: “bueno, ¿cuáles podrán ser las causas para esto?”. A continuación, pensamos sobre las diversas acciones constructivas y cómo madurarán, considerando que tienen un resultado que madura, que su resultado corresponde a su causa en términos de nuestra experiencia y también en términos de nuestro comportamiento instintivo, y que tienen resultados completos. Pensamos en todos estos resultados y en la felicidad que queremos alcanzar y en cómo podrán darse a partir de esas causas, es decir, actuando constructiva y positivamente. Entonces pensamos: “quiero poder lograr esa felicidad”; por lo tanto, tomamos la firme decisión de tratar de alcanzar esta felicidad.
Entonces, pensamos que actuar destructivamente sería lo que podría causar problemas y evitar que alcanzáramos tal felicidad. Además, pensamos en las diversas acciones destructivas y sus resultados, los resultados que corresponden a sus causas en nuestra experiencia resultante y en nuestro comportamiento instintivo, y en los resultados completos. Finalmente pensamos: “no quiero experimentar ningún problema ni sufrimiento de este tipo” y, por lo tanto, tomamos la firme decisión de dejar de actuar de cualquiera de las diez maneras destructivas.
Luego consideramos el factor de la tendencia a ser expansivo, cómo de una pequeña acción pueden seguir grandes resultados, así que decidimos firmemente: “voy a tratar de llevar a cabo hasta la más pequeña acción constructiva y trataré de evitar cometer hasta la más pequeña de las destructivas”.
A continuación, pensamos en los siguientes dos factores: si no hemos cometido una acción no tendremos sus resultados, y si hemos llevado a cabo cierta acción, ésta no habrá sido en vano y sus resultados madurarán. Considerando esto, pensamos, por ejemplo, que si hemos actuado destructivamente, acumulando potencial negativo, sólo existen dos posibilidades. Podemos purificar el haber experimentado ese potencial a partir de aplicar los cuatro poderes oponentes, como son el arrepentimiento y demás; o de otra forma, es certero que experimentaremos sus resultados. De la misma manera, habiendo llevado a cabo cierta acción constructiva, es tan solo cuestión de tiempo para que madure felicidad de ello, o bien, que habiendo actuado destructivamente, como resultado maduren problemas e infelicidad. Seguramente madurarán así, podemos tener certeza de ello, nunca se da el caso de que, habiendo construido un potencial para algo, esto no madure en cierto momento.
Sin embargo, si no hemos construido el potencial para algo, entonces nunca habrá una causa para que suceda. Por ejemplo, si pensamos en diversos tipos de felicidad que podemos desear, no hay manera que podamos experimentarlos a menos que construyamos las causas que los generen. De esta manera, pensemos en cómo no podremos encontrar los resultados si no construimos las causas para ello; y habiendo construido las causas, esto no habrá sido en vano.
Diversos relatos que ilustran las leyes de la causa y efecto del comportamiento
Si has cometido cierta acción, no habrá sido en vano
Para ilustrar esto, existe el caso de un hijo que encerró a su madre en su casa y no le daba nada de comer. La madre rogaba que le diera comida y el hijo tan solo tomo un poco de cenizas del fuego, las mezcló con un poco de agua y se las dio de comer a su madre. Finalmente, la madre murió de hambre.
El hijo murió y en una vida posterior renació en el tiempo en que el Buda Shakyamuni vivió y bendijo la Tierra. Tomó los hábitos, estudió y alcanzó el nivel de un arhat, un ser liberado. Sin embargo, una vez que alcanzó el estado de un ser liberado, de un arhat, enfermó gravemente. En esos tiempos, los monjes que seguían al Buda solían, por las mañanas, hacer rondas pidiendo alimentos como limosna con sus cuencos, pero este arhat no podía hacerlo. El Buda sugirió que alguno de los monjes que tenía poderes milagrosos tomara el cuenco del monje enfermo y lo llevara a las rondas de limosnas para regresarlo con algo de comida. Así que uno de los monjes tomó el cuenco del arhat enfermo y salió a las rondas con él, pero cuando regresó, llegó un ave y se llevó el cuenco con su contenido, así que no hubo manera de que entregara la comida.
Esto sucedió una y otra vez durante seis o siete días, no había manera de que llevaran comida al arhat enfermo, hasta que un día, el mismo Shariputra trató de llevar el cuenco a la ronda de limosnas para llevarle comida a este monje. Cuando llevaba el cuenco de regreso a la casa, las puertas de la misma desaparecieron y, sin entrada, no había manera de acceder. Todo esto sucedió como resultado del potencial kármico negativo acumulado por este monje.
Shariputra uso sus diversos poderes milagrosos para hacer una puerta y entrar a la casa con el cuenco, lo puso en el suelo frente al monje enfermo y el cuenco desapareció en el suelo, también como resultado del karma previo del monje. Aunque se había hundido en la tierra, una vez más, usando sus poderes milagrosos, Shariputra introdujo la mano en la tierra y recuperó el cuenco. El monje, entonces, trató de comer, pero al momento en que se llevaba la comida a la cara, su boca desaparecía y no tenía boca para comer.
Bueno, aunque esto pueda sonar muy extraño, este es el tipo de cosas extraordinarias que suceden como resultado kármico de potenciales acumulados en vidas pasadas. Después de este evento, el monje explicó a Shariputra que todo esto era el resultado que estaba madurando del pasado: “Le negué comida a mi madre y, como resultado de eso, me es imposible comer algo, conseguir comida alguna. Aunque he alcanzado el estado de un ser liberado, de un arhat, aun así, el resultado del karma previo es certero. Pero en esa vida previa le di a mi madre un cereal de cenizas, así que, si haces eso para mí, será algo que podré comer”. Comió el cereal hecho de cenizas y demostró todos los poderes milagrosos que había obtenido como arhat, un ser liberado, tales como volar por el aire, hacer fuego de agua y sacar todo tipo de elementos de su cuerpo. Después de demostrar todos esos poderes, pasó a la liberación final del parinirvana.
Este relato muestra que, si hemos acumulado cierto tipo de potencial kármico, la acción no habrá sido en vano; aunque hayamos alcanzado el estado de un ser liberado, un arhat, tales cosas madurarán.
Si no hemos purificado todos los potenciales kármicos, seguramente madurarán
¿Puedo hacer una pregunta? Por favor.
Sí.
Por un lado, se dice que una semilla kármica puede quemarse, ser purificada, por los cuatro poderes oponentes, pero, por otro lado, parece que aun estos grandes maestros que son arhats tienen que sufrir definitivamente los resultados de sus acciones ¿cómo es esto posible?
Tal como lo señalas, si abiertamente admites y confiesas el error que has cometido y aplicas las diversas fuerzas oponentes para purificarte, entones no hay necesidad de experimentar los resultados de las diversas acciones que hayas cometido en el pasado. Sin embargo, las diversas acciones de los seres liberados son bastante inimaginables y existen casos como este, en los que no admitieron abiertamente haber cometido errores y no se purificaron y, como resultado, tuvieron que experimentar las consecuencias.
Otro ejemplo de este tipo de situaciones es uno de la vida del gran Nagáryuna. Había un rey que tenía una relación especial con Nagáryuna; el rey no moriría a menos que Nagáryuna muriera, y el príncipe, el hijo del rey, no se convertiría en rey a menos que su padre muriera. El príncipe quería, a toda costa, convertirse en rey, así que fue con Nagáryuna y le pidió que muriera. Nagáryuna aceptó fallecer, pero había alcanzado un tipo de cuerpo que no se podía matar, un cuerpo inmortal. El príncipe usó, sin éxito, todo tipo de armas y medios para tratar de matar a Nagáryuna; ninguno funcionó. Nagáryuna le dijo: “Tienes que dejar de hacer esto, estás perdiendo tu tiempo. No me puedes matar así. En una vida pasada en la que fui jardinero llevé a cabo una acción. En una ocasión, mientras podaba el pasto, le corté la cabeza a una hormiga. El potencial de esa acción sigue vigente, así que serás capaz de matarme si tomas una hoja de pasto y la pasas por mi cuello”. Así que el príncipe salió, tomó una hoja de pasto y la pasó por el cuello de Nagáryuna y así fue capaz de cortarlo con una hoja de pasto. Esto sucedió porque se trataba de este potencial en particular que Nagáryuna no había purificado, que no había admitido abiertamente para purificarlo de su continuidad mental.
¿Esto significa que necesitamos estar conscientes de cada acción que llevamos a cabo y purificarlas todas, una por una, o existe un estado que se pueda alcanzar en el que todas las acciones se purifican?
La manera de manejar esa situación es considerar el hecho de que los renacimientos son algo que no tiene ni principio ni fin, por lo tanto, no hay manera de que no hayamos cometido alguna acción negativa en algún momento. De ahí que, cuando admitimos nuestros errores cometidos en el pasado y los purificamos, lo que hacemos es pensar en todo tipo de acciones horribles y espantosas que se pueden cometer, y admitir haberlas cometido todas. Podemos razonar esto para que se convierta en un proceso racional, pensando en todas las acciones negativas que hemos llevado a cabo en esta vida y considerando que, si fuéramos capaces de recordarlas todas, terminaríamos con una increíble lista de acciones negativas cometidas. Sobre la base de haber actuado de manera similar en vidas previas, el asumirlo resulta razonable; ya que hemos renacido desde el tiempo sin principio, en un momento o en otro hemos cometido todas las acciones destructivas posibles. Así que, cuando purificamos, admitimos haber cometido cada acción negativa posible e imaginamos diversos néctares fluyendo de los budas hacia nosotros, purificándonos mientras aplicamos las cuatro fuerzas oponentes.
Lo mismo aplica en términos de regocijarnos por las acciones constructivas y positivas llevadas a cabo en el pasado. También está basado en la razón, porque si pensamos en la preciada vida humana que tenemos hoy y las oportunidades, dones y libertades con que contamos, todo esto es resultado de haber llevado a cabo una tremenda cantidad de acciones positivas en vidas pasadas. Así que, cuando nos regocijamos por todas las acciones positivas hechas en el pasado, tendríamos que regocijarnos de una manera muy vasta. Sin duda, también hemos hecho muchas acciones positivas.
Acciones sin intención
¿Puedo hacer una pregunta? Ayer entendí que, para que una acción fuera completa, necesitaba haber sido cometida intencionalmente y no por accidente. Sin embargo, Nagáryuna mató a la hormiga accidentalmente ¿qué pasó entonces?
En esa vida pasada, la acción de cortarle la cabeza a la hormiga en realidad fue intencional. El relato no menciona que Nagáryuna haya cortado la cabeza de la hormiga accidentalmente. Lo que dice es que estaba cortando el pasto, vio a la hormiga y le cortó la cabeza.
El proceso del karma, del comportamiento y sus resultados, involucrado en el matar accidentalmente a una hormiga al pisarla, no es como si hayamos acumulado todo el potencial con sus ramificaciones, no es que vayamos a renacer como una criatura infernal por sólo pisar accidentalmente a una hormiga. Sin embargo, aunque no tiene las consecuencias completas, aún conlleva algunas consecuencias. Por ejemplo, tendría la consecuencia de que nos sucediera lo mismo a nosotros en el futuro. Así como las hormigas experimentan que la gente las pise, nos podría pasar lo mismo por pisar a una hormiga. Alguna vez, cuando seamos una hormiga, también nos pisarán.
Necesitamos entender lo que significa decir que las consecuencias de nuestras acciones regresan a nosotros. El pisar accidentalmente una hormiga no tendría como maduración el renacer en un infierno o tener una corta vida o cosas así, pero tendría alguna consecuencia. La acción nos regresa de alguna manera. Es por ello que en los monasterios existe la costumbre de tomar los preceptos de verano, en la temporada de lluvias, de permanecer en retiro. Durante tres meses, durante el monzón en la India, monjes y monjas necesitan permanecer en los límites de sus monasterios sin salir. La razón para que esto se instituyera durante los tres meses del monzón en la India fue porque, durante ese tiempo, hay una tremenda cantidad de insectos por todos lados. Para evitar que los monjes y monjas pisaran insectos mientras hacían sus rondas de limosnas, el Buda decretó que durante ese periodo se quedaran dentro de sus terrenos y meditaran la mayor parte del tiempo.
Esto está relacionado con las explicación y práctica de las tres esferas de actividades, una lista de actividades y prácticas que se escribieron para los monjes y monjas. La primera es la esfera de abandonar las cosas y obtener estabilidad mental; la segunda es la esfera de las acciones a través del trabajo; y la tercera es la esfera de leer y estudiar por medio de escuchar y ponderar. Las prácticas de los retiros de la temporada de lluvias entrarían en la primera esfera, la esfera de abandonar acciones a través de obtener estabilidad mental y meditar. Así que los tres meses del monzón, cuando los insectos son más numerosos, es el momento de poner en práctica el abandonar cosas a partir de obtener estabilidad mental.
El fallecimiento del Buda
Algunas veces he escuchado que los grandes lamas, como el Dalái Lama y Ling Rinpoche, al fallecer -y también el Buda Shakyamuni cuando falleció- no fue por estar sujetos al karma, sino que tan solo fue una demostración. ¿Es ese el caso o es que, al tomar un cuerpo, aunque sea para ayudar a otros seres, están de hecho sujetos a los efectos de sus propias acciones cometidas en el pasado?
¿Estás haciendo la pregunta desde el punto de vista del sutra o del tantra?
Supongo que del sutra.
El sutra de la luz dorada, el Sutra Suvarnaprabha, establece que el Buda no tiene un fallecimiento final o parinirvana y que el Dharma no tendrá fin como el día. Sin embargo, cuando el karma y los potenciales de los discípulos que podrán encontrarse con el Buda se extingan, entonces es cuando demostrará fallecer. También dice que, aunque el cuerpo de un buda no está hecho de carne, huesos y sangre, no hay manera de que pueda producir reliquias físicas reales; sin embargo, por el poder de la fe de los discípulos, los budas demostrarán y crearán dichas reliquias para ellos.
Si tenemos la fe y la creencia respetuosa, entonces veremos la apariencia de diversos seres iluminados, como ver la luna reflejada en un lago claro. Pero si no tenemos una creencia respetuosa y carecemos de fe, entonces no los veremos. Por ejemplo, Su Santidad el Dalái Lama, podría estar en un trono y la gente venir a verlo y recibir sus bendiciones, pero hay muchos ejemplos de personas que caminan de largo sin verlo siquiera.
En cuanto a términos de nirmanakayas, la palabra tibetana es tulku, hay diferentes tipos. Existe el tipo supremo de nirmanakaya o cuerpo de emanación, como la aparición del Buda Shakyamuni en forma completa con los 32 signos mayores y los 80 menores. Él demostró una manera de fallecer de acuerdo a la forma en que nosotros podemos percibir y ver las cosas. En el Sutra del eón afortunado, que describe los hechos de la vida de 1002 budas de este eón afortunado, menciona dos tipos diferentes en que los budas fallecen y lo que se hace con sus cuerpos. Algunos, como el Buda Shakyamuni, fallecen tal como él lo hizo en Kushinagar y sus cuerpos son cremados. Otros, al morir, sus cuerpos permanecieron en ese estado. Esto no significa que el cuerpo necesariamente se haya enterrado, sino que pudo haber sido dejado en una cueva o en una montaña, y de esa manera, se dispuso del cuerpo dejándolo en ese estado.
Hay dos maneras de ver el evento del fallecimiento del Buda Shakyamuni en Kushinagar. Una es desde el punto de vista de los shrávakas, los que escuchan las enseñanzas; y la otra es desde el punto de vista de los practicantes de mente vasta del Mahayana. Los escuchas, los practicantes del Hinayana, lo interpretan como un fallecimiento final en el que no queda nada de ninguno de los agregados, como si se apagara una vela. El sistema Mahayana describe de manera muy diferente lo que sucede después de que fallece un buda, sin embargo, en ambos casos hay una presentación del fallecimiento del Buda, del parinirvana. En el Mahayana, se dice que el Buda sólo demuestra su fallecimiento, pero no tiene un fallecimiento final como lo tendría en el sistema Hinayana. Pero la forma en que él demuestra su partida, es la forma ordinaria en la que estamos acostumbrados.
Cuando el Buda estaba todavía practicando en los caminos, cuando todavía requería entrenamiento, tomó muchos renacimientos, hay una descripción de 500 renacimientos en formas puras y de 500 renacimientos en formas impuras. Dichas 500 formas impuras fueron en formas no humanas, y en una de ellas renació como un gran simio. En ese tiempo, había cazadores en busca de cualquier animal silvestre. Mientras los animales huían de los cazadores, este gran simio, que era una vida previa del Buda, vio un arroyo; puso sus patas en una de las orillas y se tendió sobre el arroyo extendiendo sus brazos para apoyarse en la otra orilla, formando así un puente para que los venados y otras criaturas del bosque pudieran cruzar y escapar de los cazadores. Una vez que todos los animales habían pasado, el simio volteó y vio que había una pequeña criatura que se acercaba dando saltos, así que esperó hasta que este último animal pudo cruzar. El tráfico de animales con pezuñas filosas, como las de los venados y otros que corrieron sobre él, habían pelado la piel de su espalda, causándole mucho daño. Su cuerpo había quedado en un estado terrible y ya no le servía, así que se soltó, cayó en el arroyo y murió.
Más tarde, cuando el Buda renació como Shakyamuni, tuvo muchos, muchos discípulos a quienes guió a diversos estados de logros y realizaciones. Cuando el Buda estaba a punto de fallecer, notó que había un no budista que tenía el karma para ser su discípulo y alcanzar realizaciones, así que el Buda bendijo su propia vida para que se extendiera un mes más para poder dar enseñanzas a este último discípulo. Una vez que pasó este mes de extensión de su vida, fue a Kushinagar y falleció. La razón detrás de esto fue que ese último discípulo había sido esa criatura bebé del bosque que se había quedado rezagada cuando todos los otros animales habían cruzado el arroyo, y que todavía tenía el karma de pasar sobre el puente del Buda simio. Así que todavía tenía el karma para ser discípulo del Buda y por eso sucedió así.
Los cuerpos de un buda
Este tipo de cuerpo de emanación o nirmanakaya de un buda, es llamado un nirmanakaya supremo, uno que tiene 32 signos excelentes y 80 rasgos ejemplares menores, tal como el Buda Shakyamuni. Si hemos acumulado el potencial para encontrarnos con tal cuerpo de suprema emanación de un buda, entonces, aún como seres ordinarios, seremos capaces de conocer a tal personaje; pero si no, no lo seremos. En cuanto al sambogakaya o cuerpos de un buda que hacen uso pleno del Mahayana, esos son los que moran en el reino Wo-min o Akanishta, el reino en el que nada es superior, y estos sólo pueden ser vistos por arya bodisatvas. Los arya bodisatvas son seres dedicados que han logrado la cognición directa de la vacuidad. Aparte de estos arya bodisatvas, nadie más puede ver los sambogakayas. En cuanto a los dharmakayas, los cuerpos del buda que abarcan todo, excepto por los budas mismos, ningún otro ser, ni siquiera los arya bodisatvas, pueden percibirlos.
De los varios tipos de cuerpos de un buda, nosotros como seres ordinarios no podemos ver el dharmakaya, no podemos ver el sambogakaya, el cuerpo de uso pleno, y la mayoría de nosotros no puede siquiera ver el cuerpo de suprema emanación, el supremo nirmanakaya; sin embargo, hay tres tipos de nirmanakaya que son:
- El cuerpo de suprema emanación.
- El cuerpo de emanación como artesano.
- El cuerpo de emanación como personaje.
Los seres ordinarios como nosotros tienen la habilidad de ver un cuerpo de emanación, un nirmanakaya, como artesano o como un personaje ordinario. Ejemplos de nirmanakayas o cuerpos de emanación que han sido personajes, aquellos que literalmente han tomado nacimientos, serían el Tutor Principal, Yongdzin Ling Rinpoche y Su Santidad el Dalái Lama.
Respecto a la Sangha, la palabra sánscrita tiene la connotación de “comunidad suprema”, y la tibetana de “propósito” y “objetivo positivo”. Así que, al unir ambas como: “el propósito de la comunidad suprema hacia un objetivo positivo” o “comunidad con propósito” se expresa, tanto el significado en sánscrito, como en tibetano.
Es útil, particularmente en ceremonias en que tomamos los preceptos mahayana, hacer las recitaciones tanto en tibetano como en español, y tener la terminología traducida de manera que en verdad comunique la connotación de las palabras originales, en lugar de sólo tener un inventario de palabras heredadas de traductores previos.
Existe un relato en que se muestra un ejemplo de la emanación de cuerpo como artesano o artista. Había una vez un rey de los gandharvas. Los gandharvas son los músicos celestiales; su nombre literalmente significa: “aquellos que se sostienen con fragancias”. Dicho rey de los músicos celestiales estaba sumamente orgulloso por ser un fantástico intérprete de la vina, un instrumento indio de cuerda, por lo que también era muy arrogante. Para bajarle la arrogancia a este orgulloso rey, el Buda se manifestó como un artesano, en esa ocasión como músico. Había competencias de interpretación de vina, la cual tenía mil cuerdas. Cada ronda, cortaban más y más cuerdas y continuaban tocando la vina con menos y menos cuerdas, hasta que llegaron a tener sólo una cuerda. El rey le seguía el paso al Buda, pero entonces el Buda cortó la última cuerda y continuó tocando bella música sin cuerdas, y el rey tuvo que admitir su derrota. De esta manera, el Buda fue capaz de bajar su orgullo y hacerlo más humilde y eventualmente lo ayudó a domesticar su mente. Este es un ejemplo del cuerpo de emanación como artesano.
Entonces, los cuerpos de forma que podremos encontrar antes de llegar a ser budas nosotros mismos, serían el cuerpo de suprema emanación, el cuerpo de emanación como artesano, y el cuerpo de emanación como personaje (estos son los diferentes tipos de nirmanakaya), y también el de sambogakaya o el cuerpo de uso pleno. Entre estos cuerpos de forma, el cuerpo que hace uso pleno o sambogakaya, es el que no fallece en absoluto. Mientras que los diversos cuerpos de emanación, los nirmanakayas, tanto supremos, como de artesano o como de personaje, son en los que un buda demostraría el fallecer.
Así que, ¿cómo fue que surgió esta pregunta? ¿de qué punto de la plática? ¿en qué estábamos?
Creo que nos estaba hablando de los cuatro poderes oponentes y de la manera en que podemos purificar las acciones. Después de eso, fue el relato del arhat que tenía que seguir sufriendo los resultados de sus acciones.
La pregunta surgió del relato de Nagáryuna, en el que dijo: “La única forma en que puedes matarme es porque tengo este potencial kármico que no he admitido abiertamente. No he purificado el haber matado a esta hormiga y, por lo tanto, la forma en que puedes matarme es de la misma forma en que yo maté a la hormiga”. La pregunta entonces, en términos de los budas, cuando los budas demuestran fallecer ¿se trata de un caso similar?, ¿es con base en un potencial kármico que no han purificado?
Los budas explican que es así, pero, de hecho, tan solo están demostrando las leyes del comportamiento y sus resultados. Los budas han purificado todos sus potenciales negativos, así que no hay razón para que experimenten los resultados de ninguna acción negativa que hayan cometido en el pasado. Sin embargo, para demostrar la certeza de las leyes del karma, hay ocasiones en que lo demuestran experimentando diferentes resultados, aunque esto es tan solo una demostración que ellos arman para dar una enseñanza en particular.
Más ejemplos de cómo se experimentarán ciertos resultados al haber cometido ciertas acciones
Hay un relato histórico del Buda en el que se astilló un pie. La gente le preguntaba: “¿Cuál es la razón de que te hayas espinado?” a lo que él contestó: “En una vida pasada fui capitán de un buque mercante con quinientos mercaderes a bordo. El buque había zarpado a conseguir tesoros de las profundidades y al regresar a tierra firme, estaba repleto de joyas y otras riquezas”.
“A bordo iba un criminal llamado Minag Dugdung, que quería apoderarse del barco, matar a todos y quedarse con el tesoro. En ese momento vi que, si no se hacía algo para detener a este criminal, mataría a todos. Así que, en ese momento, me intercambié por los demás y, en lugar de permitir que este criminal acumulara el enorme potencial negativo de matar a todos y dejar que surgiera el sufrimiento de todos los mercaderes que mataría, tomé todas las consecuencias de sufrimiento en mí, matándolo, y así evitando que llevara a cabo dichos actos. Así que, en ese momento en que lo maté, lo hice aceptando plenamente todos los resultados desastrosos que se dieran por ello. El tener hoy una astilla en mi pie, es el resultado de esa acción”.
Por supuesto que el Buda había purificado el karma negativo, pero se permitió experimentar una astilla en el pie para dar esa enseñanza a sus discípulos. Así que existen este tipo de ejemplos, aun con los budas. Estos son ejemplos del hecho de que, si hemos cometido cierta acción, experimentaremos sus resultados y que, si no la hemos cometido, no los experimentaremos.
Otro ejemplo que no les he dado es en el que Devadatta golpea o trata de golpear al Buda, que también nos da el mismo tipo de lección sobre el karma.
Más ejemplos de que, si hemos cometido cierta acción, eso no habrá sido en vano
Existe aún otro tipo diferente de ejemplo. Hace mucho tiempo había dieciséis ladrones que robaron una vaca y la llevaron a una señora del pueblo que tenía una posada. Luego mataron a la vaca y se la comieron. Durante el tiempo del Buda, la esposa del ministro tenía dieciséis hijos. Los dieciséis eran extremadamente estudiosos, astutos y hábiles, y el rey los apreciaba mucho. En ese tiempo, la vaca que había sido robada en su vida previa, había renacido como otro ministro del mismo rey y él no quería en absoluto a estos niños. En una ocasión, estos dieciséis hijos que eran jóvenes muy atléticos y revoltosos, estaban jugueteando bruscamente mientras cruzaban un puente, provocándose mutuamente y peleando. Este otro ministro, que había sido la vaca, le dijo al rey: “Usted quiere a esos chicos, pero en realidad son unos buenos para nada que sólo fingen ser muy lindos e inocentes en su presencia”.
Un día, este otro ministro le dio a cada uno de los dieciséis hijos una caña hueca hecha de cierto tipo de cristal, que tenía un afilado cuchillo oculto en su interior. Por fuera no se podía ver que hubiera un cuchillo oculto, tan solo se veían como hermosos bastones de cristal. El ministro fue con el rey y le dijo: “Usted cree que esos chicos son lindos e inocentes, pero en realidad, un día van a venir con unos bastones de cristal con armas ocultas en ellos y lo van a matar”. El rey vio a los muchachos jugando afuera con dichos bastones, y aunque no le creía al ministro, le pidió a alguien que le llevara uno de los bastones y lo rompiera para ver su interior.
El Buda, que estaba al tanto de este terrible ardid, fue esa noche a la casa de la madre de los chicos a darle enseñanzas, y ella alcanzó la cognición directa de la realidad, de la vacuidad, alcanzando así el estado de un ser liberado, de un arhat. De regreso en la corte, el rey hizo que rompieran uno de esos bastones y vio que, de hecho, tenía un arma oculta. Se enojó mucho con los muchachos y, sin mayor investigación ni juicio alguno, hizo que los degollaran, metió sus cabezas en una gran caja y las mandó a casa de la mamá. Pero, como les había explicado, la mamá había recibido esa noche la visita del Buda y había alcanzado la cognición directa no conceptual de la realidad, así que, cuando abrió la caja con las cabezas de sus dieciséis hijos dentro, pudo permanecer en calma sin molestarse.
En este relato, los dieciséis hijos eran los dieciséis cuatreros de una vida pasada y la madre, la mujer de la posada, la que había ayudado a preparar la comida y servido la vaca a los cuatreros.
Esto muestra cómo, si hemos cometido ciertas acciones en el pasado, el potencial kármico acumulado por ello no desaparece, sino que, de hecho, madura.
Más ejemplos de la maduración del karma
En el tiempo del Buda había un mercader de madera que hizo una ofrenda de monedas de oro al Buda y a la comunidad de la Sangha. Como resultado, esta persona renació con aretes de oro. Había otra persona que hizo una ofrenda de oro al Buda y, cuando esta persona renació, cada vez que abría las manos después de haberlas tenido cerradas, una moneda de oro caía de ellas.
En otro lugar, alguien estaba construyendo una gran estupa, un monumento reliquia, y había un trabajador que siempre se quejaba amargamente del trabajo involucrado: “¿Cómo se te ocurrió construir tan enorme monstruosidad? ¡implica demasiado trabajo!”. Todo el tiempo se estaba quejando y se siguió quejando de que era demasiado grande y que era una monstruosidad, pero eventualmente, la terminó. Cuando vio el monumento terminado se regocijó y pensó que, después de todo, había valido la pena. Usó su salario para comprar una campana dorada que ofreció para ponerla en la parte superior de la estupa. Como resultado, renació durante el tiempo del Buda Shakyamuni como un monje, el llamado “el de la voz dulce”, por su extremadamente dulce voz. Sin embargo, su cuerpo era una absoluta monstruosidad, un completo desastre. Era un enano deforme, cuya imagen provocaba estómagos revueltos y náuseas a todo aquel que lo veía.
Pero su voz era tan dulce que todo aquel que lo escuchaba al pasar, se detenía para seguir escuchándolo; hasta los animales paraban las orejas cuando él cantaba.
Un rico mecenas fue en una ocasión a ver al Buda y escuchó esta bella voz cantando. Él dijo: “En verdad quiero conocer a ese monje que canta así”. El Buda le dijo: “En realidad, no; es mejor que no lo veas”. Pero el mecenas insistió en ir a ver al monje, y cuando lo vio, en verdad se le revolvió el estómago. Él preguntó cuál era la causa de esto y el Buda le explicó que, en una vida previa, el monje había sido un trabajador de una estupa y que se había quejado constantemente de que la estupa era una monstruosidad, y que no debía construirse así de grande. Como resultado, él renació como un pequeño enano deforme, una monstruosidad. Pero como, al término de la construcción, había dado como ofrenda a la estupa una campana, tenía hoy una bella voz como resultado.
Hay otro relato de una tierra en la que había siete reinas que salieron todas a un día de campo con su sirvienta. Durante el paseo, querían hacer una fogata y había un arbusto con un nido de faisán. Mientras la sirvienta fue a conseguir agua, las siete reinas le prendieron fuego al arbusto y quemaron a los faisanes. Estas reinas renacieron en tiempos del Buda, todas se habían metido de monjas y todas habían alcanzado el estado de arhats, de seres liberados. Como seres liberados, todas tenían todos los poderes milagrosos de volar por los aires y de hacer que salieran de su cuerpo varios elementos como el fuego y el agua, y otros más. La sirvienta también renació en ese tiempo y también pertenecía a ese grupo de monjas, pero ella no había alcanzado el estado de un arhat liberado.
Un día, cuando estaban todas juntas, la casa se incendió y, aunque las siete monjas que habían alcanzado la liberación tenían poderes milagrosos para volar por los aires, no pudieron usarlos y todas murieron quemadas. Este es otro ejemplo de que, si hemos acumulado ciertos potenciales kármicos, nos encontraremos con sus resultados, no desaparecen. Una vez más, en este ejemplo, no admitieron abiertamente su error ni purificaron ese potencial acumulado. La sirvienta, que no había estado involucrada en la acción de incendiar el arbusto con el faisán, también se vio atrapada en un incendio, más adelante en su vida, pero fue capaz de escapar de él arrastrándose por un drenaje de la casa. Este ejemplo también nos muestra que, cuando no hemos acumulado cierto potencial, no experimentaremos sus resultados.
Desarrollar la confianza necesaria para creer en las enseñanzas sobre el karma
Sólo un buda completamente iluminado puede darse cuenta enteramente de todos los detalles sutiles, exactos e intrincados sobre la ley de causa y efecto. Es muy importante estudiar estos asuntos y estas leyes. Los textos que los explican son traducciones de las palabras del Buda, el Kangyur, en varios de sus volúmenes, especialmente en el Sutra del sabio y el tonto. Todos ellos tratan sobre el karma y necesitaríamos tratar de estudiarlos.
En cuanto a la presentación, propiamente dicha, del comportamiento y sus resultados, el hecho de renacer en reinos inferiores y asuntos así, es algo que no podemos ver con percepción desnuda, con nuestros propios ojos. La única forma en que nos podemos convencer de ello es confiando en la autoridad de las escrituras del Buda, confiando en la palabra de los budas. ¿Cómo desarrollamos esa confianza suficiente para creer que lo que dijeron los budas sobre el karma es correcto? Simplemente aceptarlo porque el Buda es muy preciado y es un ser santo, es algo que no nos viene bien a todos y no es una razón firme o estable para creer en lo dicho por el Buda, porque es posible que eventualmente pensemos que el Buda lo inventó todo.
¿Cómo desarrollar la confianza suficiente para creer lo que el Buda dijo sobre el karma y estas leyes? Bueno, consideramos todo lo que el Buda dijo sobre la vacuidad, sobre la realidad. El Buda dio muchas líneas de razonamiento lógico para establecer que no hay tal cosa como todas estas diversas, fantasiosas e imposibles formas de existencia. Si usamos nuestro poder de razonamiento analizando estas líneas lógicas, entonces nosotros también nos convenceremos de que, lo que el Buda dijo sobre la realidad, es verdadero. De la misma forma, el Buda dio todo tipo de métodos para alcanzar un estado mental de quietud, de estabilidad, para desarrollar shámata, inactividad mental y, si las practicamos podremos, de hecho, alcanzar un estado mental quieto y estable. Cuando nos hemos probado todo esto a nosotros mismos, entonces desarrollamos la confianza necesaria para creer que lo que dice el Buda es cierto y, por lo tanto, por extensión, habremos obtenido la confianza necesaria para creer lo que el Buda dice sobre las leyes del comportamiento y sus resultados.
Todo esto viene de la plática de las diez acciones destructivas y las diez acciones constructivas. Es muy importante conocer todo esto y ponerlo en práctica.