Un preciado renacimiento humano
Es muy importante valorar el hecho de tener un preciado cuerpo humano como base de trabajo, mismo que disfruta de varias libertades de todas las situaciones difíciles sin oportunidad de practicar, y que también tiene los factores enriquecedores de diversas oportunidades para crecer como personas. Es sobre esta base que podemos practicar la ética y actuar siempre constructivamente, porque si hubiéramos renacido como animales, por ejemplo, no habría manera que pudiéramos seguir ningún tipo de conducta ética. Este cuerpo humano que tenemos, no es algo que podamos comprar en una tienda, no es algo que podamos adquirir trabajando todos los días, ahorrando de nuestro salario y saliendo luego para comprarlo en algún lado. Es algo extremadamente difícil de obtener.
Renacer como ser humano para tener un preciado cuerpo humano, es algo que requiere una causa, y la causa para esto es observar la autodisciplina ética. El hecho de que hoy tengamos un cuerpo humano, indica que en el pasado hemos actuado de manera muy ética. Por lo tanto, al habernos encontrado hoy con todas estas medidas preventivas del Dharma, en esta vida, es extremadamente importante que mantengamos una conducta ética muy pura. Además, es necesario que continuemos practicando cosas como la generosidad, la paciencia, la perseverancia gozosa y energética para aquello que es positivo, la estabilidad o concentración mental y el darse cuenta que discrimina. Todo esto también es necesario.
Si nos vemos a nosotros mismos, encontraremos que, en lugar de ser desprendidos y generosos, somos justo lo opuesto, somos bastante tacaños; en lugar de ser pacientes y tolerantes, somos poco tolerantes y nos enojamos con facilidad. Si nos comportamos así, va a ser muy difícil seguir obteniendo renacimientos humanos en el futuro.
Aunado a estos factores, como una causa adicional, necesitamos haber hecho plegarias puras para obtener un preciado renacimiento humano. Pero si nos vemos a nosotros mismos, rara vez hacemos plegarias y, si las hacemos, es para cuestiones de esta vida únicamente: que no nos enfermemos y tengamos buena salud, que tengamos una larga vida y cosas así. Nuevamente, esto indica lo difícil que será obtener otro preciado renacimiento humano en el futuro.
Es extremadamente excepcional, encontrar a alguien que en verdad tenga una orientación espiritual, en todo el sentido de lo que una práctica espiritual de Dharma implica: alguien que esté interesado en beneficiar sus vidas futuras. Si observamos el área a nuestro alrededor ¿cuánta gente interesada en estos asuntos encontramos? Si contamos, de toda la gente que vive por aquí, sólo catorce o quince personas han asistido a estas enseñanzas.
Por lo tanto, vemos lo que ya hemos alcanzado y caemos en cuenta de que tenemos hoy un preciado renacimiento humano; este es el resultado de gran cantidad de trabajo y esfuerzo de nuestras vidas previas. A menos que hagamos algo al respecto, nos será muy difícil obtener esto mismo en vidas futuras. Si trabajamos, muy, muy duro, prepararemos todas las causas para seguir renaciendo con tan preciado renacimiento humano, un preciado cuerpo con todas sus oportunidades. Si no hacemos nada al respecto, entonces nos será extremadamente difícil renacer con tan buena oportunidad nuevamente en el futuro.
Además, podemos alcanzar mucho más con este preciado cuerpo humano que tenemos porque, de hecho, podemos tener una mente totalmente clara, podemos evolucionar completamente y alcanzar nuestros potenciales al máximo y convertirnos en un buda iluminado. Si preguntamos: “Bueno, ¿quién ha hecho eso en realidad?”, entonces está el ejemplo del gran Milarepa que alcanzó la iluminación en una vida.
En cuanto a la base de trabajo del cuerpo humano que tenía Milarepa y el que tenemos nosotros, no hay diferencia alguna. Son exactamente lo mismo: ambos son humanos. Pero Milarepa fue alguien que se enfocó en las vidas futuras en vez de en asuntos para esta vida; y quien, entre la preocupación por uno mismo y la preocupación por otros, eligió como primordial el trabajo para los demás; entre las actividades mundanas y las espirituales, se esforzó primero en los asuntos espirituales. Al poner sus prioridades en estos asuntos, fue capaz de lograr la iluminación en esa misma vida.
Fue con su maestro, Marpa el traductor, y comenzó sus estudios y práctica cuando ya tenía cuarenta años, y continuó a partir de ese momento. Si pensamos en su ejemplo, veremos que todos tenemos las habilidades necesarias para trabajar muy duro, no hay excusa alguna. Todos podemos alcanzar los mismos logros que Milarepa y todos podemos alcanzar la iluminación en esta vida, todo se puede lograr sobre la base de tener un preciado cuerpo humano.
Necesitamos pensar sobre lo que hemos hablado en términos de abandonar absolutamente, abstenernos de cometer las diez acciones destructivas y siempre tratar de actuar constructivamente, llevar a cabo las diez acciones constructivas, llevar este tipo de ética estricta y aprovechar al máximo nuestro preciado renacimiento humano. Es justamente trabajando en la construcción de peldaños o etapas que podremos ser capaces de alcanzar la iluminación sobre este cimiento.
Tener presencia mental (recordación) sobre la certeza de la muerte
Si la excelente base de trabajo de nuestro cuerpo humano durara mucho tiempo, podríamos sentarnos a descansar; pero en vista de que ese no es el caso, es necesario trabajar muy duro para aprovecharlo. Además, si este cuerpo no estuviera, en absoluto, sujeto a la muerte, entonces no habría necesidad de tomar medidas preventivas para el futuro en términos de practicar el Dharma, o si acaso tomáramos algunas medidas preventivas, podríamos hacerlo a nuestro antojo. Sin embargo, tal como discutimos anteriormente, hasta el mismo Buda nos demostró su fallecimiento. Si miramos a los grandes maestros del pasado, todos los letrados panditas, los mahasidis, los maestros de la India con altas realizaciones, y vemos a los grandes maestros del Tíbet, de todas las diversas tradiciones: Kagyu, Nyingma, Gelug y Sakya, había tantos maestros como estrellas en el cielo; sin embargo, no se sabe de alguno de ellos que no haya fallecido, que no haya muerto. Aun en términos de seres ordinarios, han existido miles de grandes figuras históricas, reyes y demás, pero ninguno de ellos ha dejado de morir. Una vez que naces, no queda más que morir. Nunca se ha sabido de alguien que haya nacido y no haya muerto.
Esto es algo en lo que necesitamos pensar y considerar. Cuando queramos meditar sobre algo, estos son los asuntos sobre los que tenemos que meditar. Necesitamos construir hábitos mentales positivos pensando una y otra vez que nada permanece estático; todo es impermanente, especialmente nuestras vidas.
Respecto a esto ¿qué objeto tiene meditar y construir el hábito mental de tener, siempre, presencia mental (recordación) en la impermanencia? El punto es que, si pensamos en todo el potencial negativo que hemos acumulado y aplicamos las diversas fuerzas oponentes para purificarnos de las desastrosas consecuencias que vendrían de esos potenciales, entonces, cuando llegue el momento de nuestra muerte, no tendremos temor. Cuando se acabe nuestro tiempo y sea el momento de morir, no importa cuántos buenos hospitales haya, no servirán de nada. Si estamos en la India o regresamos a Occidente para que nos traten, o vamos a hospitales occidentales ahí, o vamos con un médico tibetano, nada de eso importa, porque cuando se acaba nuestro tiempo, se acaba, y no hay hospital que pueda ayudarnos. No importa cuántos amigos o familiares tengamos, o incluso si somos reyes con un número tremendo de súbditos y gente bajo nuestro mando. Como rey o mandatario, podríamos tener un ejército entero a nuestro alrededor y no haría diferencia alguna. Cuando llega el momento de morir, no podremos llevar ni a una persona con nosotros.
Así que, si al pensar en todo esto, llegamos a la conclusión de: “Ahora en verdad necesito tomar medidas preventivas y practicar el Dharma, pues además de eso, no existe método alguno, ni hay manera alguna de manejar la situación de mi muerte inminente”, eso sería muy bueno, pues habremos hecho un gran progreso. Pero si pensamos en dejar las medidas preventivas para mañana, o la semana que entra, o el año próximo, o algo así, no podremos seguirlo posponiendo, pues no hay certeza del momento de nuestra muerte.
No hay certeza del momento en que llegará nuestra muerte. Podríamos fácilmente morir en un accidente automovilístico en la cúspide de la juventud. La muerte puede llegar inesperadamente en cualquier momento. Por ejemplo, personas que ayer estaban vivas, han muerto hoy: personas vivas en la mañana, están muertas en la tarde. Acontece fácilmente y no hay manera de saber con exactitud en qué momento llegará nuestra muerte.
Si pensamos que por estar jóvenes o en la plenitud de nuestra vida no es necesario tomar medidas preventivas para el futuro, que podemos dejarlo para más adelante, estamos cometiendo un gran error. No sólo podemos morir siendo jóvenes, sino que podemos volvernos locos y terminar en una institución mental más adelante en nuestra vida, o podemos contraer una terrible enfermedad y encontrarnos confinados en un hospital, y en esas situaciones no podremos manejar una práctica, en absoluto. Así que cuando pensemos en tomar estas medidas preventivas del Dharma, es necesario hacerlo inmediatamente, comenzar en este momento.
Si nuestro cuerpo fuera fuerte como un diamante o duro como una roca, eso sería otra cosa; pero si lo pensamos, nuestro cuerpo está hecho de carne, huesos y sangre, el interior de nuestro cuerpo es como un delicado reloj, algo que puede romperse con una mínima sacudida. Pensemos en cómo todos nuestros órganos internos, nuestro corazón, nuestros pulmones, nuestro hígado y las diversas venas y arterias de nuestro cuerpo, el sistema nervioso y demás, son como un reloj muy delicado, y es muy, muy fácil que se rompa.
Además, necesitamos considerar cómo existen muchas circunstancias que pueden causar nuestra muerte, mientras que las condiciones que sostienen nuestra vida son muy pocas. Si estamos enfermos y vamos al hospital, quizá la medicina pueda conservarnos vivos, pero el proceso de curación de algunas enfermedades serias es muy largo y difícil. Mientras que, si pensamos en aquello que puede causar nuestra muerte, hasta el alimento, que pensaríamos que es algo que normalmente nos mantiene vivos, el comer una mínima cantidad de algo descompuesto puede matarnos. Un agricultor de papas que conocí en la India, puso aceite en un sartén y estaba friendo un pedazo de pan para su almuerzo, y mientras tenía eso en el fuego, salió por un momento y cayó muerto.
Así que, pensando en cosas como que podemos caer muertos en cualquier momento mientras llevamos a cabo cualquier cosa, necesitamos tomar la firme decisión de que ahora mismo, empezando en este momento, comenzaremos a tomar estas medidas preventivas del Dharma, comenzaremos a practicar. A lo que nos referimos aquí con practicar es que, a partir de este momento, seremos una persona muy ética. Dejaremos de actuar destructivamente, trataremos de ser constructivos y positivos en todo lo que hagamos, digamos y pensemos, y trataremos de tener un corazón cálido y amable. Practicar y tomar medidas preventivas, no significa sentarnos en una postura pretenciosa simulando meditar, sino más bien cambiar el tipo de persona que somos y tener pensamientos amables y un corazón cálido.
Por ejemplo, todos tenemos miedo del peligro de que se desate una gran guerra, pero cuando lo pensamos bien, no hay manera de tener certeza en torno a si se dará o no la siguiente gran guerra mundial. Sin embargo, nuestra propia muerte no es así, es algo que definitivamente vendrá; no es un asunto de preguntarnos o especular si el mundo se va a acabar con la próxima guerra mundial o no. No hay manera de sobornar al Señor de la Muerte para que nos la perdone, vamos a morir sin importar qué suceda; por lo tanto, se trata simplemente de tomar medidas preventivas para poder morir correctamente sin estar en un estado desastroso, completamente aterrados. Por consiguiente, tomemos la firme decisión de que, a partir de este momento, no desperdiciaremos tiempo alguno, comenzaremos a tomar las medidas preventivas y a practicar el Dharma en este momento.
Cuando llegue nuestra muerte tendremos que dejar nuestro cuerpo. Tendremos que dejar cualquier posesión material, dinero y riquezas que tengamos. Tendremos que dejar a todos nuestros amigos y familiares. Aunque tengamos cientos de miles de dólares, no habrá manera de llevarnos ni un billete con nosotros. Lo único que podremos llevar con nosotros serán los potenciales positivos que hayamos acumulado a partir de nuestras acciones constructivas y los potenciales negativos acumulados de haber actuado destructivamente. Esto es lo único que irá con nosotros, esos potenciales que hayamos acumulado. Ya que el Dharma, es decir, tomar estas medidas preventivas, es el medio a partir del que podemos acumular estos potenciales positivos, necesitamos tomar la firme decisión de dedicar todo nuestro tiempo y energía a nuestra práctica espiritual para construir potenciales positivos y no desperdiciar nuestro tiempo en perseguir solamente los intereses mundanos.
Aunque decidamos dedicar nuestra vida entera a la búsqueda espiritual, hay muchos entre nosotros con grandes riquezas que se han conseguido como resultado de haber acumulado potenciales positivos en vidas pasadas. Si somos una persona muy rica, quizá pensemos que, para seguir una vida espiritual, tendríamos que echar todo nuestro dinero y posesiones al río, pero no hay necesidad de hacer eso. Eso no tiene nada de apropiado, lo que tendríamos que hacer con el dinero que tenemos como resultado de potenciales positivos, de mérito acumulado en vidas pasadas, es no desperdiciarlo sino usarlo de manera apropiada. Usarlo para ayudar a los pobres y necesitados, o usarlo para hacer ofrendas a la Triple Joya y, sobre todo, no ser tacaños. Tomemos ventaja de esa riqueza y esas posesiones que tenemos, de maneras apropiadas, para ayudarnos en nuestra búsqueda espiritual.
Si pensamos en las posesiones materiales y las riquezas que tenemos, en última instancia, no son cosas que podrían ayudarnos, sino todo lo contrario, son cosas que pueden causarnos grandes problemas y daño. Por ejemplo, cuando tenemos muchas posesiones y dinero, lo único que nos dan son preocupaciones y problemas debido a esa riqueza que hemos acumulado. Consideremos el ejemplo del Buda Shakyamuni, él mismo nació como príncipe, pero renunció a su vida principesca y se comprometió enteramente con la búsqueda espiritual.
Aunque Milarepa contaba con las realizaciones necesarias para poder volar por los aires y tener todo tipo de poderes milagrosos, no los usó para ganar dinero. Invirtió todo su tiempo en prácticas intensivas, en retiros realizados en cavernas. Como podemos ver en sus pinturas, su cuerpo se había tornado verde azulado porque se sostenía únicamente comiendo ortigas hechas en sopa. Ni siquiera tenía sal para su sopa, no comía carne ni grasas ni exquisitez alguna, tan solo se dedicaba intensivamente a su práctica, sobreviviendo con sopa de ortigas. Por lo tanto, aprender y meditar sobre la impermanencia y la muerte, es algo que no tenemos que aprender de los libros, para obtener entendimiento y experiencia sobre esto no tenemos que depender de los textos; tan solo veamos a nuestro alrededor. Cuando vamos por ahí y pasamos, por ejemplo, por un cementerio, pensemos en que es tan solo cuestión de tiempo para que cada uno de nosotros terminemos en un cementerio.
Al pensar así podemos llegar a estar aterrorizados por morir. Esto es algo muy positivo porque en realidad nos moverá a tomar las medidas preventivas y la práctica del Dharma. Si vemos las pinturas de Milarepa, él sostiene un cráneo en su mano, lo usaba como tazón para su comida. La razón para esto era tener siempre presencia mental en la impermanencia y la muerte. Si siempre tenemos en mente el hecho de que, en este momento, contamos con un precioso renacimiento humano, pero que lo vamos a perder, es un muy buen cimiento que nos moverá a hacer algo, a realmente practicar el Dharma.
¿Quién y qué puede proveernos una dirección segura o refugio?
Si hemos pasado nuestra vida sin haber acumulado potencial negativo alguno, de manera que no hay peligro posible de que nos espere un horrible renacimiento, entonces no hay razón alguna para temer a la muerte. Pero si durante nuestras vidas, en su mayoría, hemos acumulado potenciales negativos por haber sido destructivos y negativos, entonces lo que nos espera al morir es un renacimiento en los peores estados posibles, en los reinos inferiores. En tal situación, es extremadamente difícil volver a obtener un precioso cuerpo humano como el que hoy tenemos. Un renacimiento en uno de los peores estados no es algo distante y lejano, es algo que puede pasar cuando exhalemos y no volvamos a inhalar; en ese momento, morimos y ahí estamos en un reino inferior. No es para nada algo lejano, estamos ahí, al borde.
Aunque en realidad no podemos ver o apreciar los tipos de horrores y sufrimientos que padecen las criaturas infernales y los espíritus hambrientos, podemos ver los problemas y sufrimientos por los que pasan los animales. Estos son muy claramente visibles para nosotros, pensemos lo terrible que sería tener que experimentar tales problemas y dificultades si renaciéramos como animales, así que buscamos quién o qué podría darnos refugio o marcarnos una dirección segura para no tener tales experiencias. Aparte de la Triple Joya, que son los Budas, las medidas preventivas (el Dharma que nos han enseñado), y la comunidad comprometida a su alrededor (la Sangha), no hay nada más que pueda proveernos una dirección segura para evitar que lo que tememos, suceda.
Pensemos en los shrávakas, los escuchas de las enseñanzas, quienes se deshicieron de sus propias actitudes perturbadoras o engaños y que han obtenido una gran cantidad de poderes extra-físicos, poderes de emanación y demás. Aunque todos ellos tienen todos estos poderes, en última instancia no pueden sacarnos de todos nuestros predicamentos. La madre del gran escucha, el altamente realizado Maudgalyayana, renació en un infierno bajo un sistema de mundos muy lejano. Él era todavía un ser limitado, con una mente con limitaciones, no era un buda completamente iluminado, sus poderes eran limitados, y aunque tenía percepción extrasensorial, no podía ver hasta ese sistema de mundos tan extremadamente remoto ni el infierno en el que había renacido su madre. Sin embargo, el Buda, con sus poderes extrasensoriales sin límite, podía fácilmente verlo.
Maudgalyayana, que no podía ver dónde había renacido su madre, se lo preguntó al Buda, quien le dijo: “Tu madre ha renacido en un infierno bajo un sistema de mundos extremadamente distante”. En ese reino infernal bajo ese sistema, la madre estaba dentro de una casa que se encontraba dentro de otra casa que a su vez estaba dentro de otra casa y ninguna de estas tenía ventanas, estaban hechas de hierro candente. Maudgalyayana usó sus poderes para volar allá y observar el sitio, pero no pudo descifrar manera alguna para ayudar a liberar a su madre. Regresó y le preguntó al Buda qué hacer. Señalando su báculo de monje, el Buda le dijo: “Si regresas allá con este báculo y golpeas el suelo tres veces con él, podrás entonces manejar la situación”. Así que Maudgalyayana regresó con el báculo del Buda, golpeó con él tres veces el piso y la casa en la que su madre estaba atrapada se desmoronó. Así que, un buda es alguien que tiene ese tipo de habilidades fantásticas para manejar todo tipo de situaciones y ver todas las cosas. Por lo tanto, solamente un buda puede darnos una dirección totalmente positiva y segura, sólo un buda totalmente iluminado puede darnos refugio. Igualmente, nosotros podemos también iluminarnos totalmente y llegar a ser un buda. Esos budas que llegaremos a ser también nos proveen una dirección positiva y segura a seguir.
Es importante pensar en la impermanencia y la muerte y las posibilidades de renacer en todas estas situaciones y desarrollar un fuerte sentimiento de temor de que pueda suceder. Es muy importante desarrollar esto porque con este sentimiento de temor buscaremos refugio o una dirección segura a seguir que nos librará de experimentar esas cosas horribles. Así que buscaremos e investigaremos, y descubriremos que únicamente los budas y las medidas preventivas del Dharma que nos han enseñado y la comunidad comprometida de la Sangha tienen la habilidad y el poder de realmente proveernos una dirección segura a tomar, sólo ellos pueden realmente proveernos un refugio. Por lo tanto, pensando cómo, de hecho, tienen la habilidad de hacerlo, desarrollamos una gran sensación de confianza en ello, en ser capaces de recurrir a ellos y que pueden, en verdad, proveernos una dirección positiva y segura a seguir.
Además de todo esto, necesitamos pensar que no sólo tomamos esto por nosotros, sino que todo el mundo necesita tomar una dirección positiva y segura en la vida; que todos necesitan un refugio. En este sentido, cuando tenemos todo esto como nuestras causas, que son las causas de una mente vasta o la forma Mahayana de tomar dirección segura en la vida, entonces volteamos nuestra mente completamente en la dirección que ellos indican y proveen. Esto es el refugio realmente, o tomar una dirección positiva y segura en la vida.
Las cualidades y características de un buda
En cuanto a las cualidades y características positivas de un buda, un ser totalmente evolucionado y de mente totalmente clara, estas incluyen, en cuanto a su cuerpo, los treinta y dos signos excelentes y las ochenta características ejemplares, tales como una protuberancia en la coronilla de su cabeza. Tiene un cabello que crece en medio de sus cejas y que es rizado y, cuando se jala, puede extenderse a una distancia infinita. Tiene marcas de ruedas en las palmas de sus manos y en las plantas de sus pies; tiene muchas características físicas extraordinarias.
En cuanto a las cualidades positivas de habla de un buda, tiene las sesenta características del habla iluminada. Por ejemplo, no importa dónde estés sentado, si lejos o cerca de un buda, cuando él habla todos pueden escucharlo al mismo volumen, además, todos pueden entenderlo y escucharlo en su propio idioma: el buda tiene la habilidad de hablar en todas las lenguas.
En cuanto a la mente iluminada de un buda se refiere, un buda tiene la omnisciencia para conocer absolutamente todos los fenómenos. Así que un buda puede verlo todo tan claramente como nosotros vemos un pequeño objeto en la palma de nuestra mano.
Todas estas cualidades del cuerpo, palabra y mente iluminados de un buda, provienen de causas. El Buda mismo, durante los diversos relatos históricos que describen las cinco mil vidas impuras con un cuerpo impuro y las cinco mil vidas que tuvo con un cuerpo puro mientras recorrió el camino, relató cómo practicó y acumuló una tremenda cantidad de potencial positivo durante esas vidas. Por ejemplo, esta mañana hablamos de cuando el Buda, en una vida previa, fue un gran simio que había usado su propio cuerpo como puente para permitir que todos los animales cruzaran un río. De la misma manera, hay muchos relatos en los que el Buda da partes de su propio cuerpo en la práctica de la generosidad. Dio su cabeza, hizo que le cortaran el cuello, donó sus ojos y demás, y todo esto lo hizo para ayudar a todos los seres limitados. Como resultado, obtuvo una mente totalmente clara y evolucionó como un ser iluminado.
Practicó de esta manera para poder ser de beneficio a todos, sin parcialidad alguna. No practicaba por apego a sus amigos y familiares, ni por odio y hostilidad a sus enemigos, o por indiferencia a los extraños. Trabajó con generosidad completa, dándose a todos de la misma manera, siguiendo una práctica de entrega y ética total. Como resultado, abandonó o se deshizo de todas sus limitaciones, obtuvo todas las cualidades positivas y se convirtió en un ser totalmente iluminado, superando todo el temor que pudo haber tenido él mismo. Este es el tipo de persona a la que necesitamos voltear para que nos muestre una dirección positiva y segura para seguir en la vida. Una persona así es alguien que puede darnos un refugio positivo y seguro.
Es más, no sólo el Buda está libre de todo temor, sino cualquiera a quien sigamos para que nos guíe en una dirección segura y que pueda proveernos dicha dirección debe, además, contar con los métodos necesarios para ayudar a cualquiera a superar y liberarse de sus temores. En una vida previa, el Buda nació en la forma de algo como un león que tenía una luz brillante que salía de cada uno de los vellos de su pelaje. En una ocasión que estaba en una densa selva vio que una persona se había despeñado de un precipicio y se encontraba en una situación difícil, pues era un lugar solitario y aislado dentro de la selva, sin nadie que pudiera ayudarle a escalar de regreso. Esta bestia salvaje de la jungla, que era el Buda en una vida pasada, sentía una preocupación amorosa hacia esta persona, así que saltó hacia abajo para ayudarla y sacarla del fondo del precipicio donde se había quedado varada. Pero este león no tenía la fuerza para cargar y sacar a este hombre, así que se entrenó, cargando piedras en su lomo. Primero cargó una roca pequeña y luego fue cargando rocas cada vez más grandes hasta que obtuvo la fuerza y la habilidad de cargar al hombre en su lomo, y así fue como se entrenó para rescatarlo. Después de entrenarse a sí mismo, finalmente pudo cargar al hombre y sacarlo del precipicio. Así que el león saltó hacia el fondo y, con gran compasión y cuidado hacia esta persona, trepó de regreso llevándolo en su lomo. Entonces, después de rescatarlo, el león le dijo al hombre: “No le hables a nadie sobre mí, no digas que estoy aquí en la selva”.
Y sucedió que el soberano de un reino vecino, soñó una noche que había un animal fantástico en la selva y ordenó a todos los cazadores del reino que buscaran y atraparan a esta bestia. Pero los cazadores no pudieron atraparla. El rey mandó entonces poner por todos lados rótulos ofreciendo una recompensa a quien atrapara a este animal. La persona que había sido rescatada por este león, por supuesto que lo había visto y, como deseaba obtener la recompensa, se acercó y dijo que él había visto a la bestia. Los cazadores siguieron las instrucciones que les dio para encontrar al animal, lo mataron y le llevaron su piel al rey. Así es como el Buda trabajó durante muchas vidas previas ayudando a diferentes seres, aun a aquellos que nunca se lo agradecieron.
Estos son relatos del Buda antes de iluminarse. Después de su iluminación ¡cómo siguió ayudando a los seres sensibles sin importar lo que le hubieran hecho! En una ocasión, había una familia pudiente cuyo hijo estaba completamente deforme y feo. Cuando el niño creció un poco, la familia llevó a su feo y deforme hijo al bosque y lo abandonó. El pequeño se quedó en el bosque, deprimido complemente porque su familia no lo quería y nadie lo quería por ser tan feo y de apariencia tan horrible. Aunque era un ser humano, cualquier parte de su cuerpo estaba deformada y fea. Así que vivió en el bosque y un día que caminaba por ahí, se cruzó con alguien aún más feo y deforme que él. Ver que había alguien aún más feo que él lo puso un poco feliz y contento de no ser el peor desastre del mundo. Así que intimidó a esta otra persona y lo convenció de ser su sirviente. Esta persona aún más fea era una emanación del Buda que estaba haciendo esto para ayudar al pequeño. Al paso del tiempo, el Buda se fue mostrando de manera cada vez más perfecta y fue instruyendo al chico, hasta que eventualmente el muchacho pudo transformarse a sí mismo de tal manera que su cuerpo ya no era tan feo, ya no tenía ese horrible aspecto.
Este es un ejemplo de cómo el Buda es hábil en metodologías para ayudar a otros a superar todos sus temores y problemas. Hay muchos ejemplos y relatos que pueden contarse para ilustrar esto. El Buda ayuda a todos, sin importar si ellos han ayudado o no al Buda; no sucede que el Buda sólo ayude a aquellos que lo han auxiliado a él e ignore a quienes no han hecho nada por él. Además, el Buda no tiene favoritismos ni partidismos, no hay personas a quienes considere cercanas a él, no sucede que cuide a sus amigos y familiares y se olvide de otras personas que considere lejanas y distantes. El Buda no tiene favoritos, es igual con todos.
Por ejemplo, tomemos a Devadatta, el primo del Buda, que le tenía muchos celos al Buda y siempre estaba compitiendo con él, y trató de ser su rival dando enseñanzas para tener sus propios seguidores. También hubo un rey llamado Ajatashatru, que había asesinado a su propio padre para quedarse con el reino. Ellos dos, Ajatashatru y el primo del Buda, Devadatta, siempre planeaban juntos hacer cosas terribles al Buda. Por ejemplo, trataban de lanzarle piedras y rocas usando catapultas y todo tipo de parafernalia, como los cañones con que hoy contamos y aparatos similares que pueden arrojar objetos pesados. También usaron todo tipo de métodos diversos para dañar al Buda; pero por supuesto que, el Buda, al ser iluminado, no podía ser dañado por tales métodos. El Buda trabajó de igual manera con todos, aun con aquellos seres hostiles.
El cuerpo de un buda es muy fuerte, tiene la fuerza, por ejemplo, para tirar a un elefante con sólo mover un dedo. Había en un reino un enorme elefante y cuando este elefante murió, no había manera de mover su cuerpo porque no había máquinas o vehículos o cosa alguna que pudiera trasladarlo. El cadáver de dicho elefante se estaba descomponiendo, despidiendo muy malos olores y causando todo tipo de epidemias en el área. Así que el Buda fue y, con un leve golpe de su pie, pudo mandar al cadáver, de una patada, a un área muy remota.
En la época del Buda había grandes médicos que presentaron su medicina al Buda, y como el Buda tenía una fuerza tan increíble, le ofrecieron medicina extremadamente potente. Devadatta, que siempre estaba compitiendo con el Buda, insistió que estos doctores le dieran la misma dosis de medicina de la misma potencia que le daban al Buda, diciéndoles que quería una medicina fuerte como la que el Buda se tomaría. Los doctores le dijeron a Devadatta que el Buda podía tomar un tipo de medicina extremadamente fuerte y en grandes dosis por su increíble fuerza física, pero: “Tú no tienes, en absoluto, la misma fuerza como para poder tomar eso”.
Devadatta se enojó muchísimo con ellos y siguió insistiendo en que, por supuesto, podía tomar tal dosis. En vista de que Devadatta no los escuchaba, los doctores, finalmente se rindieron y le dieron una dosis mayor a la que le darían regularmente a una persona, y Devadatta la tomó. Por supuesto, la medicina era tan fuerte y potente, que le hizo daño a Devadatta, lo enfermó de tal manera que estuvo a punto de morir. No podía más que estar tirado de espaldas, retorciéndose, gruñendo y quejándose, mortalmente enfermo. El Buda fue a verlo a donde se retorcía en el suelo y le dijo: “Si yo no hago diferencia alguna en mis sentimientos hacia mi hijo Rahula y hacia a ti, que siempre estás tratado de lastimarme y de competir conmigo y que eres una plaga absoluta; si mi actitud hacia ti no es diferente de la que tengo hacia mi propio hijo, entonces que seas curado”. Entonces puso su mano sobre la cabeza de Devadatta que, de hecho, se curó. Se recuperó, miró al Buda y las únicas palabras que le pudo decir fueron: “Quita tu asquerosa mano de mi cabeza”.
Así que el Buda es alguien sin favoritismos, que está dispuesto a ayudar a otros sin importar que tan groseros puedan ser con él. Es sólo este tipo de persona, un buda completamente iluminado, quien puede proveer refugio, una dirección positiva y segura para seguir en la vida. Así que están todas estas increíbles cualidades del cuerpo, palabra y la mente iluminadas de un buda. Podemos aprender sobre ellas estudiando diversos textos. Entre más las conozcamos, mayor será nuestra creencia nacida del entendimiento, mayor fe y respeto tendremos por el Buda como alguien que en verdad puede proveernos una dirección positiva y segura, un refugio en la vida.
En cuanto a los diferentes tipos de kayas o cuerpos de un buda, ya hemos hablado sobre el dharmakaya, el cuerpo que lo impregna todo, y los diferentes tipos de cuerpos de forma, el sambogakaya, que es el cuerpo de uso completo, y los nirmanakayas, los varios tipos de cuerpos de emanación. Ya no hay necesidad de volver a ver eso. En realidad, podemos reconocer y saber lo que es un buda, por ejemplo, considerando a alguien como Su Santidad el Dalái Lama.
Es más, es importante reconocer y ver las diversas representaciones de un buda, como las pinturas y estatuas, con el mayor respeto. Aun la estatua más pequeña de un buda, del tamaño de la uña de un dedo, hay que verla y sentir que es en realidad un Buda, porque cuando se han desarrollado los verdaderos estados mentales que son el camino espiritual, ellos nos hablan. Hay cinco estados mentales verdaderos que son el camino. El primero se conoce como el camino de colección o el estado mental que es el camino de acumulación, que a su vez se divide en tres partes: el estado mental que es el camino de acumulación pequeño, mediano y grande. Cuando se ha logrado el estado mental que es el camino de acumulación grande, en ese punto se es capaz de recibir enseñanzas de todas las diversas representaciones que se han visto y reconocido como Buda; todas ellas en verdad nos hablarán. Por lo tanto, es importante establecer ahora este reconocimiento de todas estas representaciones como si fueran budas reales. Se dice que hay más beneficio en el encuentro con estas diversas representaciones que hemos reconocido como budas que en el encuentro con el Buda mismo.
Las joyas del Dharma y la Sangha
En cuanto a la preciosa y rara gema o joya del Dharma, las cualidades reales de la continuidad mental de un buda, son establecidas como el refugio del Dharma o la Joya del Dharma. Cuando estamos practicando, podemos ver a los diversos textos que provienen de estas cualidades de la mente, como la Joya del Dharma.
En cuanto a la Joya de la Sangha, la comunidad comprometida, en realidad se refiere a la comunidad de aryas o seres altamente realizados, seres que han visto la realidad. Aun si es una persona laica que ha percibido la realidad de manera no conceptual, dicha persona también sería un miembro de la Joya de la Sangha, ya que ha entrado a los rangos de la comunidad comprometida de los seres aryas.
En cuanto a aquello que representa a la Joya de la Sangha, los seres arya, se refiere a una comunidad con un mínimo, por ejemplo, de cuatro monjes que están trabajando juntos hacia un objetivo positivo. Si tan solo se cuenta con dos monjes, eso no se puede considerar una sangha o una comunidad comprometida, se puede considerar únicamente como uno o dos monjes.
Las funciones individuales de cada una de las Tres Gemas
Los budas son quienes en realidad nos dan enseñanzas y nos muestran la dirección positiva y segura en la que podemos refugiarnos, enseñándonos, por ejemplo, a abandonar las diez acciones destructivas y a practicar las diez constructivas. La verdadera dirección positiva y segura a tomar sería, por ejemplo, el Dharma de seguir la autodisciplina ética, abandonando las acciones destructivas y practicando las diez constructivas. Esto es lo que enseñó el Buda y el desarrollo real de esa autodisciplina ética en nuestra continuidad mental sería la dirección positiva y segura o refugio. La Sangha o comunidad comprometida, son los amigos que nos ayudarán en la búsqueda de una dirección segura.
Existe el relato de un niño de los dioses, Stiramati, que nos ayudará a entender la diferencia entre las Tres Gemas. Había una vez en el Cielo de los Treinta y tres Dioses, un niño de los dioses que se llamaba Stiramati, que se traduce como “el de mente firme”. En este reino de los dioses, el campo y todo era absoluta e impresionantemente bello, cubierto de todo tipo de joyas y piedras preciosas. Así que todo lo que había rodeado a este niño de los dioses durante toda su vida era extremadamente bello y agradable, y él vivía completamente feliz sin preocupación alguna.
Sin embargo, en los reinos de los dioses, al acercarse la muerte, recibían varios signos anunciando la muerte y al recibirlos experimentaban una tremenda cantidad de sufrimiento. ¿Cómo aparecían dichos signos? Bueno, por ejemplo, todos estos dioses usan guirnaldas de flores en su cuello, que siempre permanecían frescas, pero siete días antes de morir, de repente, estas guirnaldas comenzaban a marchitarse y a despedir un mal olor. De la misma manera, los dioses que siempre habían despedido un aroma agradable, comenzaban a apestar cuando se acercaba la muerte, al punto de que ningún otro de sus dioses o diosas amigos, que siempre los habían acompañado a jugar y a pasar un buen rato, quería acercarse. Entre los dioses, hay algunos que son amigos más cercanos que otros, pero aun estos, cuando mucho los veían desde lejos y luego se retiraban; ya no querían tener nada que ver con quien iba a morir.
Además, cuando alguien estaba a punto de morir en los reinos de los dioses, todo el potencial positivo acumulado se agotaba y era capaz de ver el renacimiento que le esperaba a continuación, el lugar en el que caería. Este tipo de visiones que tienen los dioses es similar a las percepciones extrasensoriales. Así que este niño de los dioses, Stiramati, recibió los signos de su muerte inminente y fue capaz de ver que renacería primero en un infierno y luego renacería como un cerdo. El tormento mental que experimentó ante tal visión fue verdaderamente inimaginable. El sufrimiento físico y el dolor que se experimenta en los infiernos es el más grande sufrimiento físico que se pueda tener, pero en términos de angustia y sufrimiento mental, no hay quien experimente algo peor que los dioses cuando tienen tales visiones antes de su muerte.
Stiramati no pudo soportarlo más, así que fue con el rey de los dioses, Indra, y le dijo: “Estoy destrozado, me angustia el tipo de renacimientos que me esperan, por favor, ¿puedes ayudarme? ¿Cuentas con algún método para que pueda librarme de esto?”. Indra le dijo: “No, lo siento, no puedo ayudarte, no conozco método alguno que lo haga, pero te llevaré con el Buda y le preguntaremos a él”. Así que fueron con el Buda y él le dijo al dios que tendría que llevar a cabo las prácticas de una deidad de meditación llamada Ushnishavijaya, o Namgyelma en tibetano.
Ushnishavijaya es una deidad femenina, tiene tres caras y ocho brazos, la cara central es blanca, la de la derecha es amarilla y la de la izquierda es azul. En el primer juego de brazos sostiene un vajra cruzado en una de sus ocho manos, y en la otra, un lazo. En las siguientes tres manos, del lado derecho sostiene un pequeño Buda Amitabha, una flecha, y la de más abajo de ese lado derecho muestra el mudra o gesto supremo de la generosidad. La primera mano del lado izquierdo tiene el gesto fascinante e intimidante en el corazón con un lazo, y la siguiente de ese lado izquierdo está primero sosteniendo un arco, la siguiente está en el gesto supremo de generosidad, y la cuarta mano de abajo a la izquierda, está en el gesto de la absorción total en su regazo, sosteniendo un tazón con néctares. El Buda le dijo a este niño de los dioses que meditara y llevara a cabo las prácticas rituales de esta deidad femenina personal.
En la tanka para esta práctica, del lado derecho de la deidad central, en un disco lunar, está Chenrezig o Avalokiteshvara, blanco, sosteniendo en su mano derecha un abanico de cola blanca de yak y un loto blanco en su mano izquierda. A su izquierda, sobre un disco solar, está Vajrapani, sentado y sosteniendo en su mano derecha un abanico de cola de yak y en su mano izquierda un lirio azul uptala marcado con un vajra. Hacia el este, en el frente está una deidad enérgica azul llamada Achala, que sostiene un vajra, y del lado derecho en el sur está Takkiraja, que también es enérgica y sostiene una joya. Atrás está otra deidad enérgica llamada Niladanda, sosteniendo un báculo y al norte, del lado izquierdo, está la deidad enérgica Mahabala sosteniendo un tridente. En la parte de arriba hay dos dioses sosteniendo copas llenas de néctar que vierten haciendo ofrendas de abluciones. Así que este es un conjunto de seis deidades.
Entonces, este niño de los dioses llevó a cabo todas las prácticas rituales de este conjunto de deidades y fue capaz de purificar todo el potencial negativo para renacer como cerdo. Más aún, acumuló una gran cantidad de potencial positivo y como resultado renació en el reino celestial de gozo de Tushita, que es un reino de los dioses más alto que el Cielo de los Treinta y tres. Aunque los dioses tienen poderes extrasensoriales para ver los reinos inferiores al propio, carecen del poder para ver cualquiera de los reinos superiores a aquel en el que están. Por lo que Indra, el rey de los dioses y gobernante del Cielo de los Treinta y tres, era incapaz de ver que este niño de los dioses había renacido en el cielo de Tushita, un reino superior al suyo, así que le preguntó al Buda en dónde había renacido Stiramati. Dependía entonces del Buda, para saberlo, y el Buda pudo decírselo.
Como podemos ver de este ejemplo, el Buda tiene la habilidad de dar enseñanzas a diferente tipo de seres para que podamos evitar tener que renacer en un infierno. Así que, es el Buda quien puede marcarnos una dirección positiva y segura a seguir, puede darnos refugio para evitar esos terribles predicamentos. Y lo que en verdad puede proveernos una dirección positiva y segura sería, por ejemplo, como en el relato, el llevar a cabo las diversas prácticas de esta deidad personal Ushnishavijaya, porque al hacerlas, este niño de los dioses pudo evitar renacer en un infierno. En cuanto a que la comunidad comprometida o Sangha sean quienes nos ayuden a tomar una dirección segura, en el ejemplo sería Indra quien ayudó a este niño de los dioses a ir con el Buda y aprender esa metodología.
La práctica del refugio
La forma en que fortalecemos este hábito benéfico de tomar refugio, de tomar una dirección positiva y segura, es visualizando frente a nosotros, por ejemplo, la forma de un buda y repitiendo esta fórmula: “tomo dirección segura en los gurús; tomo dirección segura en el Buda; tomo dirección segura en las medidas preventivas del Dharma; tomo dirección segura en la comunidad comprometida, la Sangha”. Repetimos esto tres veces e imaginamos que rayos de luz y néctar vienen del Buda visualizado frente a nosotros y nos purifican a nosotros y a todos los seres limitados, que imaginamos a nuestro alrededor. Esta es la manera en que en realidad practicamos tomando esta dirección.
Si, por ejemplo, repetimos siete veces: “Tomo dirección segura en los gurús”, en los maestros espirituales, nos imaginamos que, durante estas siete repeticiones, luces salen del cuerpo del Buda y entran en nuestro cuerpo, llenándonos por completo, purificándonos, barriendo todo el potencial negativo que hayamos acumulado por acciones destructivas de cuerpo. Imaginamos que todo este potencial negativo, oscurecimientos y bloqueos que podamos tener, nos abandonan en forma de carbón negro y hollín en una forma líquida que sale de nosotros, y también, como agua sucia, como la que sale cuando lavamos ropa asquerosa y que deja agua asquerosa y horriblemente negra. Así que imaginamos todos estos potenciales negativos abandonando nuestro cuerpo de esta manera. Luego, también las diversas contaminaciones e inmundicias que podamos tener en nuestro cuerpo como resultado de las diferentes cosas negativas que hemos hecho en el pasado, imaginamos que todo esto abandona nuestro cuerpo en forma de heces, orina, mocos y demás. Finalmente imaginamos que las diversas enfermedades que podamos tener, este tipo de dificultades, nos abandonan en forma de serpientes, escorpiones, arañas y ranas.
Así que cuando hagamos la siguiente ronda de siete repeticiones y continuemos repitiendo: “Tomo la dirección segura de los maestros espirituales o gurús”, nuevamente imaginamos luces que vienen hacia nosotros y que ahora purifican los potenciales negativos, los bloqueos, contaminación, enfermedades y demás, en términos de nuestra habla. Imaginamos ahora que todas estas cosas diferentes salen de nosotros de abajo hacia arriba, finalmente saliendo por los orificios superiores de nuestra cara.
En la tercera ronda de siete, imaginamos nuevamente las luces que vienen hacia nosotros y nos purifican de todos los potenciales negativos y demás que hayamos acumulado en términos de la mente, en términos de haber tenido pensamientos codiciosos, de malicia, y por tener visiones distorsionadas. Imaginamos que todos los potenciales negativos provenientes de este tipo de pensamientos destructivos están en nuestro corazón en forma de un horrible mazacote negro. Imaginamos entonces que estas luces entran y, con un destello brillante, vaporizan y desintegran por completo el mazacote.
Luego, con la cuarta repetición de esta fórmula de siete veces, imaginamos nuevamente que vienen las luces, en esta ocasión, suceden al mismo tiempo los procesos de las tres visualizaciones, lo que elimina completamente las manchas de cuerpo, palabra y mente. Al concluir esto, nos sentimos tal como si hubiéramos terminado de limpiar un recipiente de cristal dejándolo completamente limpio, puro y trasparente; de manera similar, ahora nuestro cuerpo está limpio, puro y transparente. Al final, nuevamente imaginamos las luces y los néctares viniendo hacia nosotros y llenando por completo nuestro cuerpo, imaginamos que ahora nos llenan las bendiciones e inspiración para ser capaces de tener un potencial de vida positivo completo, sabio, con entendimiento y demás.
Podemos hacer esto repitiendo este grupo de cuatro, siete veces cada uno, que completaría veintiocho repeticiones, o tres veces cada uno, que da doce o cien veces, lo que da cuatrocientas veces. Independientemente del número que hagamos, este el tipo básico de práctica que está involucrada. Al hacer esta práctica podemos visualizar simplemente la forma de un buda frente a nosotros, sintiendo que el buda incorpora todos los aspectos de una dirección segura y del refugio condensado en uno. De manera alternativa, podemos hacer una visualización elaborada con todos los gurús, budas, bodisatvas, dakas, dakinis, protectores del Dharma, yidams y demás. Podemos hacer una visualización extremadamente elaborada con una gran cantidad de figuras, o simplemente visualizar una sola figura, lo que mejor nos venga, no hace diferencia alguna. Al hacer esto, necesitamos tomar dirección segura tres veces cada día y tres veces cada noche, y de esta manera reafirmar la dirección que estamos dando a nuestra vida.
Ofrendas y otras prácticas
De la misma manera, tendríamos que hacer ofrendas a los budas diariamente. Podemos hacerlo de una manera sencilla, usando tan solo nuestra taza de café o lo que sea, llenándola con agua y haciendo una ofrenda con ella, o bien una ofrenda de pan o galletas o lo que sea que comamos. Todos nosotros comemos tres veces al día, así que antes de comer, tomamos la comida o la taza y ofrendamos nuestra comida antes de comenzar a comer. Esta es una manera muy sencilla de llevar a cabo este tipo de práctica. Es más que suficiente decirlo, en español: “Por favor participen de esto, oh gurús, por favor, participen de esto, oh budas, por favor participen de esto, precioso Dharma, por favor, participa de esto, preciosa comunidad, por favor, participen de esto”, y de esta manera hacemos la ofrenda. No necesitamos hacerla de una manera exótica en lenguas asiáticas.
Cuando tenemos varias representaciones de los budas y de las Tres Joyas, no hay que poner nada sobre ellas: nuestra ropa o nuestro rosario o nada por el estilo, es falta de respeto hacerlo. Cuando veamos pinturas del Buda, no hay que criticarlos, diciendo que tienen los ojos chuecos o que tienen una nariz chistosa y demás. Si encontramos algún error, podemos decir, por ejemplo, que quien lo haya pintado no era muy bueno, eso sí podemos decir, pero no que el Buda tiene los ojos chuecos o que está feo, porque eso es denigrar al Buda. Tampoco usaremos las estatuas del Buda para obtener dinero, llevándolas a una casa de empeño.
Hay un relato de una persona que encontró en el suelo una pequeña estatua de barro de un buda; como estaba comenzando a llover, temió que la estatua se disolviera en la lluvia, así que se quitó un zapato y lo puso sobre la estatua para protegerla. Otra persona pasó por ahí y al ver eso, pensó que poner un zapato sobre la estatua de un buda era algo totalmente incorrecto, así que quitó el zapato. Al ver a estas dos personas, ambas tenían una mente muy pura al hacer lo que hicieron. Así que necesitamos usar nuestro sentido común; por ejemplo, generalmente no pondríamos nuestro rosario sobre un texto, pero si hay un viento fuerte, entonces las circunstancias nos obligan a poner algo sobre él para que no se vuelen las páginas. En ese caso, tenemos un pensamiento y una razón puras, así que podemos poner un rosario sobre un texto, aunque normalmente no sea algo permitido. Así que necesitamos usar el sentido común.
Generalmente no usaríamos ningún tipo de papel con palabras impresas para algún propósito sucio. Por ejemplo, usar papel periódico, que tiene palabras impresas, para envolver basura o zapatos, es algo irrespetuoso para las palabras escritas. Poner nuestros libros en el suelo sin algún tipo de tela bajo ellos, es igualmente irrespetuoso. Es más, al voltear las páginas de un libro no hay que mojarnos los dedos con saliva. Si necesitamos humedecer nuestros dedos para poder voltear las páginas necesitamos tener un pequeño cuenco de agua o una esponja o algo cerca de nosotros y usar eso, no usamos saliva. Aún más, vender libros para obtener ganancias y cosas así, es inapropiado. Si tenemos una imprenta, está bien si usamos el dinero que se obtenga de la venta de libros para poder imprimir y publicar más libros, pero obtener ganancias de la venta de los libros para comprar la comida propia y mantenerse, también es inadecuado.
Es importante que reflexionemos sobre estos puntos, sobre el precioso renacimiento humano que tenemos, el hecho de que podemos perderlo, que lo perderemos con la muerte; que no hay situación alguna que permanezca estática, que nuestra muerte seguramente acontecerá, y reflexionar sobre caer en todos los posibles renacimientos inferiores. Usemos todo esto para motivarnos a tomar una dirección positiva y segura en nuestras vidas, para encontrar algún refugio.
Pensemos, por ejemplo ¿cómo sería morir en este momento y renacer en un infierno caliente completamente rodeado de flamas? o ¿qué haría si renaciera dentro de un caldero hirviente? Al pensar que esto podría sucedernos experimentamos pavor y horror, y usamos eso para motivarnos a repetir: “Gurús, denme una dirección segura fuera de eso, denme una dirección”, y así practicamos.
El primer paso es pensar que ya renacimos en uno de estos infiernos y que buscamos una dirección segura para salir de él. En la siguiente ronda, pensamos que todavía no hemos renacido en alguno de estos infiernos, pero que estamos a punto de hacerlo, que vamos a morir en cualquier momento y a caer en eso, y entonces nuevamente repetimos y pedimos una dirección segura fuera de eso. Entonces, en la tercera ronda, pensamos que no hemos nacido ya en un infierno y tampoco estamos a punto de caer, pero tenemos un mes más o menos antes de caer, así que, en tales circunstancias, pensamos con todas nuestras fuerzas: “Oh maestros, Oh gurús, denme una dirección fuera de esto”. Estas reflexiones nos proveen una fuerte motivación. Entonces repetimos nuevamente esta fórmula de refugio y nos motivamos fuertemente para tomar todas las medidas preventivas. Esta es la manera en que realmente hacemos una buena práctica de tomar una dirección positiva y segura en la vida, al dar esta dirección en nuestra vida y tomarla de los maestros, los budas, el Dharma y la Sanga.
La práctica para generar bodichita
Después de hacer esto, tendríamos que dedicar nuestro corazón totalmente al logro de la iluminación. Dedicaremos nuestro corazón totalmente a los otros para alcanzar el estado de iluminación para ser capaces de ayudar a todos. En otras palabras, desarrollaremos la bodichita. La manera de practicar es hacer estas diversas rondas con los néctares y luces que vienen a nosotros, tomar dirección positiva y segura en la vida como refugio y después de eso, dedicar nuestro corazón totalmente a los demás y a alcanzar la iluminación. En la conclusión, imaginamos que el Buda visualizado frente a nosotros, viene y se disuelve en nosotros y que nos iluminamos. En realidad, nos convertimos en un buda, y nos visualizamos en la forma de Buda Shakyamuni. Entonces imaginamos que emitimos rayos de luz y demás, desde nosotros hacia todos los seres a nuestro alrededor.
Previamente, al hacer la práctica de tomar una dirección positiva y segura, lo hacíamos para poder ayudar a todos. Luego dedicamos nuestro corazón para poder ayudar a todos al alcanzar la iluminación y ahora nos imaginamos haberla alcanzado, somos Buda Shakyamuni brindando estos rayos de luz, y en realidad iluminamos a todos los demás y eliminamos sus problemas. Todos los demás voltean hacia Buda Shakyamuni y visualizamos a todos de esa forma. Si llevamos a cabo este tipo de práctica la encontraremos extremadamente benéfica. ¿Tienen preguntas?
Cuando Rinpoche decía que, por nuestras acciones virtuosas previas, ahora estamos bien, con dinero o posesiones o lo que sea, y que es inapropiado tan solo disponer de esos bienes.
Dr. Berzin: Tíralos al río, dijo Rinpoche.
Exacto. Luego, me viene a la mente, el ejemplo del Buda simplemente abandonando todo, no los tiró al río, pero renunció a ellos. Siguió adelante y nunca los reclamó y eso me confunde un poco. También Dogen, el maestro zen que llevó el Soto Zen al Japón y que fue considerado uno de los grandes maestros en Japón, usó este ejemplo para explicar la mente de firme renuncia. Un mercader medianamente rico que tenía interés en el Dharma tomó sus pinturas valiosas, las puso en una carreta grande y las rodó hacia el océano, que sería como tirarlas al río. Alguien lo detuvo y le dijo lo tonto que era al hacer eso y cuánta gente podía hacer uso de ellas, y el mercader le dijo: “Bueno, yo considero esto como una carga, ¿por qué querría yo pasársela a alguien más?”. Se toma esto como un gran ejemplo de total implicación en el Dharma.
Primero que nada, en el primer ejemplo del Buda, renunciado y dejando todo, no tomó sus riquezas y las tiró a la basura, sino que se las dejó a su esposa y a su hijo, así es como las dejó. Esto no significa que las haya tirado, porque proveyó para su esposa y su familia. El ejemplo que mencionas del maestro zen nos muestra otro punto. Necesitamos entender las diversas enseñanzas dadas para ejemplificar puntos diferentes, los puntos de cada una de ellas son igualmente válidos. Así que el punto que yo estaba tratando de señalar anteriormente es que no tenemos que pensar que necesitamos tirar todas nuestras posesiones a la basura para practicar el Dharma, eso sería un desperdicio y estaríamos perdiendo el sentido. Necesitamos usar lo que tenemos, de manera constructiva, eso es lo que quería enfatizar, mientras que el ejemplo del maestro zen está enfatizando otro punto.
En el Tíbet también hay muchos lamas diferentes con diversos estilos de enseñanza y hacen cosas variadas para enfatizar diferentes puntos de la enseñanza. Por ejemplo, había un lama que vivía en una montaña y que, cuando le hacían ofrendas, las tiraba montaña abajo a un lugar donde no había nadie. El lama se dio cuenta de que la persona que hacía las ofrendas tenía una motivación impura y lo que quería que quedara claro al tirar las ofrendas era que hacer una ofrenda así es algo inútil. Por otro lado, el ejemplo del que hablábamos anteriormente se trataba de gente ordinaria como nosotros. No necesitamos pensar que para practicar el Dharma tenemos que tomar todo lo que poseemos y tirarlo a la basura; esa no es una manera sensata de actuar. Pero si, como Dogen, nos deshacemos de algo que pensamos que sólo nos está causando dificultades y problemas, y que solo le daría problemas a quien se lo diéramos, es un asunto totalmente diferente. Esa también es una manera de practicar el Dharma, es un tipo adecuado de actitud espiritual. Pero si usamos nuestra riqueza para mantener a una comunidad espiritual que tiene una situación difícil, para que puedan comer y tener las condiciones necesarias para su práctica, es un muy buen uso de nuestra riqueza. Por eso comenté anteriormente sobre la persona que se quitó el zapato y lo puso sobre la estatua del Buda, y luego vino otra que lo quitó, y ambas estaban haciendo una muy pura y sincera práctica de Dharma, aunque cada una tuviera una visión mental completamente diferente.