La eficiencia del tantra Anutarayoga: Gelug

Todos los detalles de los cuatro puntos para analizar la eficiencia incrementada del tantra general pertenecen al anutarayoga. Sin embargo, más allá de ello, los mismos cuatro puntos pueden ayudarnos a entender por qué la clase más alta de tantra, el anutarayoga, es aún más rápida que las otras tres clases de tantra.

(1) Analogías más cercanas

La práctica del anutarayoga no solo incluye analogías orientadas hacia los resultados que estamos tratando de alcanzar, como en el caso del tantra general; las prácticas que simulan los resultados también son análogas descendentes, esto es, con las bases que queremos purificar (sbyang-gzhi), o sea, nuestra existencia samsárica.

Analogías descendentes 

La existencia samsárica incluye la experiencia incontrolablemente recurrente de la muerte, el bardo (el estado intermedio) y el renacimiento. Podemos describir el proceso a través del cual los tres suceden como cambios en la sutileza de la actividad mental: 

  1. Al morir, nuestra conciencia se hace progresivamente más sutil, pasando de su nivel burdo al más sutil en ocho pasos. Esto es porque las bases físicas para los niveles más burdos fallan (thim, se disuelven), en el sentido de que ya no pueden funcionar como soportes para la actividad mental. Al morir, solo queda la actividad mental de luz clara como rayo láser. 
  2. En el bardo, la actividad mental se vuelve un poco más burda al experimentar que da surgimiento a las apariencias sutiles que ocurren durante el estado entre nacimientos. 
  3. Con el renacimiento, nuevamente la actividad mental se vuelve burda, de regreso a sus niveles ordinarios, con conciencia sensorial y su producción de apariencias burdas. 

La tradición Gelug se enfoca en purificar nuestras muertes futuras, los consiguientes bardos y nuestros siguientes renacimientos. Para el Gelug, purificar significa eliminar nuestra existencia samsárica para que no vuelva a recurrir – en otras palabras, alcanzar una detención verdadera (cesación verdadera) de la misma. 

Un proceso similar de cambio en sutileza ocurre cuando nos quedamos dormidos: 

  1. En el sueño profundo, alcanzamos un nivel extremadamente sutil de actividad mental.
  2. Cuando soñamos, el nivel de actividad mental es un poco más burdo, al producir apariencias sutiles. 
  3. Cuando despertamos, nuestra actividad mental regresa al nivel sensorial burdo. 

Analogías ascendentes

Aunque alcancemos los tres cuerpos iluminados inseparables de un buda (sku-gsum, los tres cuerpos de un Buda) simultáneamente con el logro de la iluminación, podemos concebir el proceso como si involucrara tres pasos que son paralelos a lo que sucede con la muerte o el sueño. Los tres pasos son que la actividad mental se vuelva la más sutil, luego ligeramente más burda y luego más burda: 

  1. El nivel más sutil – El Dharmakaya (chos-sku, el cuerpo de un Buda que lo abarca todo), refiriéndose a la actividad mental omnisciente de un buda y a la naturaleza de dicha actividad.
  2. Ligeramente más burda – El Dharmakaya da surgimiento a la apariencia de un Sambogakaya (longs-sku, un cuerpo de uso pleno): un entramado de formas sutiles que utilizan de manera completa las enseñanzas del bodisatva y que solo los aryas bodisatvas pueden percibir. Los arya bodisatvas son bodisatvas que han experimentado la cognición no conceptual de la vacuidad.
  3. Aún más burda - El Dharmakaya da surgimiento a la apariencia de un Nirmanakaya (sprul-sku, un cuerpo de emanaciones): un entramado de formas más burdas que emanan del Sambogakaya, que algunas personas ordinarias también pueden ver. 

De manera alternativa y especialmente en el tantra anutarayoga general, el Sambogakaya es un entramado del habla iluminadora de un buda y el Nirmanakaya es el entramado de todas las formas manifiestas del cuerpo iluminador de un buda, independientemente del nivel de sutileza. El habla y los cuerpos físicos de un buda son, cada uno, progresivamente más burdos que la mente iluminadora de un buda. El Nirmanakaya y el Sambogakaya juntos, constituyen un Rupakaya, un cuerpo de formas iluminadoras (gzugs-sku, cuerpo de forma).

Las prácticas análogas

Las prácticas del anutarayoga para alcanzar la mente y cuerpos de forma de un buda, son análogas al proceso de tres pasos, tanto del nivel base como del resultante.

1. Cuando nos dormimos o morimos en el nivel de base o cuando alcanzamos el Dharmakaya en el nivel resultante, bajamos al nivel más sutil de la actividad mental en ocho pasos. De manera similar, en el camino del anutarayoga, para obtener la cognición no conceptual de la vacuidad como la causa para la mente iluminadora de un buda, también bajamos, en ocho pasos, al nivel más sutil de la mente, y accedemos a ella y la aprovechamos para esta cognición.

Primero, hacemos esto en nuestra imaginación en la etapa de generación. Cuando, a través de una práctica extensiva en nuestra imaginación, tenemos el logro completo de todas las herramientas de meditación necesarias, alcanzamos en realidad la luz clara de nuestra mente a medida que avanzamos por los pasos de la etapa completa. 

Notemos que mente de luz clara, como término para la actividad mental de luz clara, no significa que todos los seres compartan una mente de luz clara. Tal como la vacuidad de cada fenómeno es una vacuidad individual, de la misma manera, la mente de luz clara, como un nivel de actividad mental, es individual en cada ser. 

2. Cuando en el nivel base alcanzamos el bardo o un estado de sueño, o un Sambogakaya en el nivel resultante, nuestra actividad mental es ligeramente más burda. De la misma manera, durante el estado del entendimiento de la vacuidad, surgimos en el camino en una forma sutil, tal como una gota de energía creativa (thig-le, sct. bindu), una sílaba semilla (sa-bon), o una figura búdica simplificada. 

3. Cuando en el nivel base renacemos o nos despertamos, o nos manifestamos en un Nirmanakaya en un nivel resultante, nuestra actividad mental produce apariencias burdas que pueden ser percibidas por una conciencia visual normal. De manera similar, en el camino, hacemos que la forma sutil de una gota de energía creativa y demás, aparezca en un aspecto más burdo como el cuerpo completo de una figura búdica. 

Podemos entender el proceso de purificación con una analogía. Supongamos que hay dos casas de dos pisos que comparten el mismo sótano en el que está localizada la fuente común de electricidad para ambas casas. Una de las casas es la situación base del samsara, y la otra es la situación resultante de la iluminación. La planta baja de cada casa es el nivel de las apariencias sutiles; el piso más alto es el nivel de las apariencias burdas. El sótano común es el nivel de luz clara de la actividad mental. 

Supongamos que la electricidad está fluyendo solo en la casa del samsara, no en la casa de la iluminación. Para desconectar la electricidad de la casa del samsara y conectarla a la de la iluminación necesitamos bajar por una escalera de ocho escalones al sótano y cambiar la conexión. De la misma manera, para purificar el samsara, en el sentido de causar que nunca recurra, necesitamos bajar al nivel de luz clara de la mente en ocho pasos y desconectar el mecanismo de la creación de apariencias que da surgimiento a las apariencias del samsara. Hacemos esto con una cognición no conceptual de la vacuidad. Al hacerlo, conectamos automáticamente el mecanismo de creación de apariencias a la casa de la iluminación para que produzca las apariencias sutiles y burdas de los cuerpos físicos de un buda. 

Antes de ser realmente capaces de llegar al sótano y reconectar los cables, necesitamos practicar el procedimiento completo, en el sentido de ensayarlo. En otras palabras, practicamos haciendo algo que asemeja el procedimiento, primero en nuestra imaginación y luego en simulaciones reales. Esto es lo que significa practicar el camino que es análogo, tanto a la base que deseamos purificar, como al resultado que deseamos obtener. Ensayar en nuestra imaginación corresponde a la práctica de la etapa de generación; ensayar con simulaciones reales corresponde a la práctica de la etapa completa. 

Por lo tanto, en el anutarayoga no solo hay más analogías de las que contiene el tantra general, tanto ascendentes con el resultado como descendentes con la base, sino también analogías más cercanas. Además, la práctica imita, no solo los fenómenos que experimentamos tanto en los niveles base como resultante, sino también cómo obtenemos su experiencia en ambos. Por lo tanto, a estas prácticas se les llama “tomar las mentes que son el camino para (alcanzar) los tres cuerpos de un buda” (sku-gsum lam-‘khyer):

  1. Tomar a la muerte como una mente que es el camino para (alcanzar) un Dharmakaya (‘chi-ba chos-sku lam-‘khyer).
  2. Tomar al bardo como una mente que es el camino para (alcanzar) un Sambogakaya (bar-do longs-sku lam-‘khyer).
  3. Tomar nacimiento como una mente que es el camino para (alcanzar) un Nirmanakaya (skye-bal sprul-sku lam-‘khyer). 

(2) Unión más cercana de método y sabiduría

El método en términos de la apariencia de un cuerpo

Así como hay tres niveles de actividad mental, también hay tres niveles de cuerpo que los sostienen:

  1. El nivel burdo – el cuerpo de carne y sangre, con su aparato sensorial.
  2. El nivel sutil – el cuerpo del sistema de energía sutil de los chakras (nodos de energía), canales, vientos de energía y gotas de energía creativa. 
  3. El cuerpo del nivel más sutil – el viento de energía más sutil, que es el soporte físico o contraparte del nivel más sutil de actividad mental. 

El tantra general une al método y a la sabiduría como dos verdades sobre el mismo fenómeno tomándolos como a una mente: 

  1. que produce activamente o, por lo menos, que tiene como su base física la apariencia del cuerpo de una figura búdica; 
  2. que conoce la vacuidad de dicha apariencia. 

De acuerdo con la explicación Gelug, el fenómeno aquí, en el tantra general, es el nivel sutil de la actividad mental – nuestra cognición mental habitual o cognición yóguica no conceptual. Dos verdades inseparables acerca de este fenómeno son su aspecto cognitivo y el viento de energía sutil que lo sostiene. La apariencia de la figura búdica que produce nuestra cognición mental habitual o cognición yóguica, está formada de este viento de energía sutil. Sin embargo, nuestros niveles sutiles de cuerpo y actividad mental no continúan hacia la iluminación; ni siquiera continúan durante nuestra existencia de muerte, antes de resurgir con el bardo. 

Por otro lado, en el anutarayoga, accedemos a dos aspectos del nivel más sutil de nuestra actividad mental – su cognición de luz clara y su viento de energía más sutil; ambos continúan hasta la iluminación. Sus continuidades nunca cesan, ni siquiera durante el período de muerte. De hecho, el par inseparable subyace a cada momento de nuestra experiencia. Como sabiduría, generamos actividad mental de luz clara en la cognición no conceptual de la vacuidad y, como método, generamos el viento de energía más sutil que la sostiene, en la apariencia de una figura búdica. A dicha apariencia se le llama “cuerpo ilusorio purificado” (dag-pa’i sgyu-lus). Está purificado de los oscurecimientos emocionales (nyon-sgrib) que impiden la liberación. A la cognición de luz clara no conceptual de la vacuidad se le llama “luz clara real” (don-gyi ‘od-gsal). 

Por lo tanto, la unión de método y sabiduría con el nivel de luz clara en el anutarayoga es más cercano que el que se da en el tantra general porque el método y la sabiduría en el anutarayoga, no solo son inseparables, sino que están accesibles a cada momento, como lo están el cuerpo y la mente iluminadores de un buda. 

Además, todas las apariencias formadas de vientos de energía sutil parecen existir con existencia verdadera, que no es como en realidad existen en absoluto. Por lo tanto, con el nivel sutil de actividad mental, no puede suceder simultáneamente la cognición de la apariencia de una figura búdica con una cognición conceptual o no conceptual de la vacuidad. Como una unión de método y sabiduría, solo pueden alternarse con maneras cognitivas equivalentes de tomar a sus objetos.

En contraste, las apariencias elaboradas únicamente de los vientos de energía más sutiles parecen existir en maneras en las que en realidad existen. Parecen existir como fenómenos de surgimiento dependiente (rten-‘brel, sct. pratityasamutpada) – a saber, como fenómenos que surgen como “esto” o “aquello” únicamente en dependencia de aquello a lo que se refieren las etiquetas mentales cuando son imputadas sobre una base válida para el etiquetado. Por lo tanto, debido a que los fenómenos de surgimiento dependiente aparecen como desprovistos absolutamente de existencia verdadera, pueden aparecer simultáneamente con la cognición de luz clara no conceptual de la vacuidad. 

Enfocarse de manera no conceptual en la ausencia de existencia verdadera, obstruye (khegs, bloquea) una apariencia de existencia verdadera, porque la ausencia y la presencia de existencia verdadera son mutuamente excluyentes. Sin embargo, ese enfoque no obstruye la apariencia de una manera de existencia que está absolutamente desprovista de existencia verdadera, a saber, la apariencia de existencia de surgimiento dependiente. Esto se da porque la ausencia de una existencia verdadera y la presencia de una existencia que surge en dependencia son sinónimos. 

Por lo tanto, la unión del método y la sabiduría en el anutarayoga es especialmente cercana porque las maneras equivalentes de tomar al par inseparable – cuerpo ilusorio purificado y luz clara verdadera – pueden ocurrir simultáneamente. 

El método en términos del darse cuenta gozoso

En el tantra anutarayoga, el método se refiere, no solo a producir el cuerpo de un buda a partir de los vientos de energía más sutiles, sino también a usar el darse cuenta dichoso para la cognición de la vacuidad. Ocasionalmente, diferenciamos las cuatro clases del tantra de acuerdo con niveles progresivamente más intensos de gozo (bde-ba) que sugiere cada una de las clases de tantra: 

  1. Tantra kriya – el gozo de ver a la pareja
  2. Charya – del intercambio de sonrisas
  3. Yoga – de abrazarse o tomarse las manos
  4. Anutarayoga – el gozo de la unión sexual con una pareja.

Sin embargo, las tres clases menores de tantra, no necesariamente hacen uso explícito del darse cuenta gozoso como método. Los cuatro niveles de gozo son analogías hechas en términos de una característica que se encuentra específicamente en el anutarayoga, para indicar niveles de mente progresivamente más intensos en las cuatro clases de tantra. 

Además, el gozo de la unión sexual que usa la práctica del anutarayoga como un método no es el gozo del orgasmo (‘dzag-bde) que surge en la unión sexual ordinaria. La práctica del tantra nunca implica liberación orgánica y orgías degeneradas; pensarlo así es un total mal entendimiento del tantra. El punto de generar un darse cuenta gozoso a través del contacto de los canales de energía sutil de los dos órganos sexuales, es que eso nos conduce naturalmente al nivel más sutil de la mente. Deseamos tener acceso, sostener y usar este nivel de actividad mental de luz clara para la cognición de la vacuidad. 

Cuando estornudamos, bostezamos, nos desmayamos, caemos en sueño profundo, morimos o experimentamos el gozo más intenso de unión sexual, los vientos sutiles de energía, de manera natural, se ven atraídos hacia adentro y nuestra actividad mental alcanza el nivel más sutil. Con un estornudo o un bostezo, es extremadamente difícil sostener en meditación la disolución natural de los vientos de energía de tal manera que podamos enfocarnos en la vacuidad por un período prolongado, sin que los vientos vuelvan a explotar inmediatamente. Es igualmente difícil aprovechar los estados de desmayo, sueño o muerte, porque la mente tiende a estar soporosa en dichas ocasiones. Sin embargo, si a través de métodos avanzados de yoga interno, obtenemos control de nuestros vientos de energía sutil para que podamos evitar su liberación explosiva con el orgasmo, podremos sostener el darse cuenta gozoso de la unión y el nivel más sutil de la mente como su resultante natural. Podemos, entonces, usarlo para disolver aún más a los vientos de energía en el nivel de luz clara y luego aplicar ese darse cuenta gozoso de luz clara a la cognición sostenida de la vacuidad. 

Los dos conjuntos de oscurecimientos

Los dos conjuntos de manchas pasajeras oscurecen la actividad mental de luz clara: 

  1. Los oscurecimientos emocionales (obstáculos) (nyon-sgrib) que son las emociones y actitudes perturbadoras, las cuales impiden la liberación.
  2. Los oscurecimientos cognitivos (shes-sgrib) con respecto a todo lo conocible y que impiden la omnisciencia de la iluminación.

Los oscurecimientos cognitivos incluyen los hábitos constantes (bag-chags, instintos) de aferrarse a una existencia verdadera, lo que afirma de manera única la tradición Prasánguika Gelug, produce apariencias de existencia verdadera en cada momento de nuestra cognición conceptual y no conceptual habitual. Debido a que producen dichas apariencias, estos hábitos constantes evitan que conozcamos simultáneamente las dos verdades sobre cualquier cosa – su apariencia y su vacuidad. 

De acuerdo con la tradición Prasánguika Gelug, los oscurecimientos emocionales incluyen el aferramiento a la existencia verdadera (bden-‘dzin), con la cual creemos que las apariencias de existencia verdadera que conocemos corresponden a la realidad. También incluye las emociones y las actitudes perturbadoras – tanto las basadas en la doctrina (kun-brtags) como las que surgen automáticamente (lhan-skyes) – las cuales derivan de dicho aferramiento. De la misma manera, este conjunto de oscurecimientos también incluye los legados (sa-bon, semillas, tendencias) de ambos tipos de emociones y actitudes perturbadoras, que les dan surgimiento de manera intermitente. 

  • Las emociones y actitudes perturbadoras basadas en la doctrina se derivan de haber estudiado y aceptado visiones distorsionadas de la realidad como las enseñadas por los sistemas de principios no Prasánguika. Dichas emociones y actitudes surgen solo durante la cognición conceptual. Ejemplos de esto son el apego obstinado y la actitud defensiva que surgen cuando alguien desafía nuestras creencias incorrectas.
  • Las emociones y actitudes perturbadoras que surgen automáticamente surgen aun en cogniciones sensoriales no conceptuales, tales como el enojo y el apego que surgen en los humanos y en los animales cuando alguien les quita su juguete favorito. 

La cognición no conceptual de la vacuidad es la verdadera mente que es el camino que consigue la detención verdadera (cesación verdadera) de los dos conjuntos de oscurecimientos, de tal manera que nunca se repitan. Primero, elimina los oscurecimientos emocionales; solo cuando los ha eliminado a todos para siempre, comienza a eliminar los oscurecimientos cognitivos.

Además, la cognición no conceptual de la vacuidad requiere la fuerza de la determinación de ser libre (renuncia) para eliminar los oscurecimientos emocionales que impiden la liberación. Asimismo, requiere de la bodichita para cortar a través de los oscurecimientos cognitivos que impiden la omnisciencia. Sin embargo, para cortar a través del nivel más sutil de este segundo conjunto de oscurecimientos, la cognición no conceptual de la vacuidad que se sostiene con la fuerza de la renuncia y la bodichita, debe darse con el nivel de luz clara de la actividad mental.

La necesidad de un darse cuenta gozoso de la vacuidad

La actividad mental de luz clara no necesariamente conoce la vacuidad, aunque de acuerdo con la explicación del maestro Gelug del siglo XV: Kedrub Norzang-gyatso (mKhas-grub Nor-bzang rgya-mtsho), dicha actividad mental produce una apariencia cognitiva similar a la de la vacuidad. Por ejemplo, en la muerte, tampoco es una cognición de luz clara necesariamente gozosa. Sin embargo, al usar el gozo de la unión sexual como método para acceder al nivel más sutil de la actividad mental y luego para conocer a la vacuidad con esa luz clara de la mente gozosa, la práctica del anutarayoga conduce a la herramienta cognitiva más eficiente para cortar a través de todos los oscurecimientos. 

Entonces, la herramienta cognitiva del anutarayoga es simultáneamente:

  • Un nivel de luz clara de actividad mental. 
  • Un darse cuenta gozoso.
  • Una cognición no conceptual de la vacuidad.
  • Una cognición sostenida con la fuerza de la determinación de ser libres.
  • Una cognición sostenida con la fuerza de la bodichita.

Un darse cuenta gozoso, una cognición no conceptual de la vacuidad y una cognición de luz clara no son fenómenos necesariamente inseparables – uno puede ocurrir en un momento de cognición sin que los otros ocurran simultáneamente. Sin embargo, la práctica del anutarayoga los hace verdades inseparables sobre el mismo fenómeno: un momento de cognición.

En otras palabras, de la misma manera que alguien puede dar en el blanco con diferentes flechas, se puede usar una variedad de mentes para obtener una cognición no conceptual de la vacuidad. El anutarayoga usa la mente gozosa de luz clara, obtenida a través de un darse cuenta gozoso en niveles más burdos, como la flecha para percibir no conceptualmente la vacuidad. De esta manera, el darse cuenta gozoso de luz clara es la mente con una cognición no conceptual de la vacuidad y, por lo tanto, la unión de método y sabiduría en el anutarayoga es especialmente cercano. Los Gelug llaman a esta cercanía “vacuidad y gozo inseparables”. 

Yab-Yum

La representación gráfica de parejas de figuras búdicas en unión simboliza al método y a la sabiduría como dos verdades inseparables sobre el mismo fenómeno: la cognición de luz clara. Yab-yum, el término tibetano para la pareja, no significa hembra y macho, o masculino y femenino; significa padre y madre. Cuando las causas para el cuerpo y la mente de un buda se hacen verdades inseparables sobre la luz clara de la actividad mental, dan nacimiento a la iluminación, tal como la unión sexual del padre y la madre lo hacen para su hijo. 

En resumen, el viento de energía más sutil y la actividad mental de luz clara que sostiene ya son verdades inseparables acerca de la actividad mental de luz clara. La práctica del anutarayoga genera el viento de energía más sutil en la forma de una pareja de figura búdica –no solo en la forma de uno de los miembros de la pareja– y la actividad mental de luz clara como una cognición no conceptual de la vacuidad. Además, accede al nivel de luz clara a través de un darse cuenta gozoso, y al hacerlo, genera la cognición de luz clara inseparablemente como un darse cuenta gozoso. Por lo tanto, el anutarayoga toma a la cognición de luz clara de la vacuidad como sabiduría y, como método, ambos la convierten inseparablemente en un darse cuenta gozoso y hacen que el viento de energía que ya le es inseparable, aparezca en la forma de una pareja de figura búdica. 

(3) La base especial para la vacuidad

En el tantra anutarayoga, la base para la vacuidad no es simplemente el cuerpo de una figura búdica generada por los vientos sutiles de energía de nuestra imaginación, como en el tantra general. Es un cuerpo generado por los vientos de energía más sutil de luz clara de nuestra mente. Ya que el nivel de la actividad mental de luz clara subyace a cada momento de nuestra experiencia, los vientos de energía de ese nivel siempre están disponibles para ser usados en la meditación. Por lo tanto, el anutarayoga provee una base aún más estable para la vacuidad sobre la cual enfocarse de lo que lo hace el tantra general. 

(4) Nivel especial de actividad mental

Notas introductorias

Independientemente del nivel mental que usemos para conocer la vacuidad, la vacuidad en sí misma sigue siendo la misma. La ausencia de maneras imposibles de existencia entendidas en el sutra bodisatva y en todas las cuatro clases de tantra, es la misma. Sin embargo, usar el nivel más sutil de luz clara de la actividad mental para esta cognición, tiene muchas ventajas adicionales, además de siempre estar disponible para la práctica. Esto es así porque la cognición de luz clara de la vacuidad no requiere de tropecientos (incontables) eones para cortar a través de los oscurecimientos emocionales y cognitivos, como en la práctica del sutra. 

De acuerdo con la tradición Prasánguika Gelug, la práctica del sutra requiere:

  1. Tropecientos eones para alcanzar la cognición yóguica no conceptual de la vacuidad y, por lo tanto, un estado mental que es el camino del ver (camino del ver), con la eliminación para siempre de las emociones y actitudes perturbadoras basadas en la doctrina, y sus legados.
  2. Un segundo conjunto de tropecientos eones para eliminar para siempre el resto de los oscurecimientos emocionales que impiden la liberación y, por lo tanto, obtener el octavo de los diez niveles de la mente bhumi de un arya bodisatva (byang-sa). Los primeros siete niveles de la mente bhumi son mentes bhumis no purificadas (ma-dag-pa’i sa) – en otras palabras, los niveles de la mente de un bodisatva altamente realizado no están completamente purificados de los oscurecimientos emocionales. 
  3. Un tercer conjunto de tropecientos eones para eliminar para siempre los oscurecimientos cognitivos que impiden la omnisciencia y, por lo tanto, para completar el logro de los tres niveles de la mente bhumi de un arya bodisatva, las mentes bhumis purificadas (dag-pa’i sa) y alcanzar la iluminación.

La actividad mental de luz clara es naturalmente no conceptual

El nivel más sutil de la actividad mental, el segundo de los tres niveles de la mente, puede ser tanto conceptual como no conceptual. Permanecer en este nivel requiere el primer conjunto de tropecientos eones de fortalecer nuestros entramados constructores de iluminación de fuerza positiva y darse cuenta profundo, para que nuestra cognición de la vacuidad se vuelva no conceptual. Esto es así porque nuestra actividad mental permanece en el mismo nivel de sutileza que la cognición conceptual. En consecuencia, nuestro esfuerzo de obtener una cognición no conceptual de la vacuidad con este nivel mental es como el de un conejo que trata de escapar de una zorra mientras permanece en el suelo con ella; aun si el conejo se esconde, la zorra puede encontrarlo y atraparlo. 

Por el contrario, la actividad mental de luz clara es más sutil que los niveles de la cognición mental y, por lo tanto, es exclusivamente no conceptual. Por lo tanto, obtener una cognición no conceptual de la vacuidad con una mente de luz clara es como el conejo que se esconde en un agujero profundo; solo al hacerlo, escapa de la zorra. En el momento en que accedemos a este nivel más sutil y lo enfocamos en la vacuidad, nuestra cognición de la vacuidad es automáticamente no conceptual. Nos libera automáticamente y para siempre de las emociones y actitudes perturbadoras basadas en la doctrina. No se requiere de los primeros tropecientos eones. 

Además, debido a que el anutarayoga accede a la cognición de luz clara a través de generar un darse cuenta gozoso y disolver los vientos sutiles de energía en el canal central, la no conceptualidad de la luz clara de la mente es más fácil de mantener que la no conceptualidad de los niveles más burdos. 

La actividad mental de luz clara está naturalmente libre de todas las emociones y actitudes perturbadoras

Durante la absorción total no conceptual de la vacuidad, todas las emociones y actitudes perturbadoras están ausentes, ya sea que usemos el nivel sutil o el más sutil de la mente para dicha cognición. Sin embargo, con la mente sutil sostenida por la fuerza de la bodichita, la absorción no conceptual inicial en la vacuidad elimina para siempre solo las emociones y actitudes perturbadoras basadas en la doctrina. La eliminación total (verdadera cesación) de las emociones y actitudes perturbadoras que surgen automáticamente, de tal manera que nunca surjan nuevamente, requiere un segundo conjunto de tropecientos eones. 

Las emociones y actitudes perturbadoras pueden acompañar solo a las actividades mentales burdas y sutiles – nuestras cogniciones sensoriales y mentales habituales. Por otro lado, la actividad mental de luz clara, al ser más sutil que esos dos niveles mentales, está naturalmente libre de emociones y actitudes perturbadoras. Por el poder de esta ausencia natural, la absorción inicial de luz clara en la vacuidad tiene la fuerza de eliminar para siempre, de manera simultánea, las emociones y actitudes perturbadoras basadas en la doctrina y las que surgen automáticamente; no se requiere un segundo conjunto de tropecientos eones. La cognición de luz clara no conceptual de la vacuidad y la total eliminación de todos los oscurecimientos emocionales que impiden la liberación, ocurren simultáneamente.

La actividad mental de luz clara no produce apariencias de existencia verdadera

El nivel sutil de la actividad mental, ya sea conceptual o no conceptual, produce apariencias solo de existencia verdadera. Por lo tanto, cuando la actividad mental sutil conoce no conceptualmente la vacuidad, no puede dar surgimiento simultáneamente a ninguna apariencia. Un momento mental no puede conocer una ausencia absoluta de existencia verdadera y simultáneamente crear una apariencia de existencia verdadera; ambas son mutuamente excluyentes. Por lo tanto, como la actividad mental sutil solo puede producir y conocer apariencias no purificadas de algo, no puede conocer las dos verdades de nada de manera simultánea: la apariencia de dicho objeto y su modo real de existencia. 

Por otro lado, la cognición de luz clara produce solo apariencias purificadas –apariencias de un modo de existencia totalmente desprovisto de toda forma imposible. Por lo tanto, la cognición de luz clara –y solo la cognición de luz clara– puede conocer simultáneamente las apariencias y la vacuidad. De manera específica, puede conocer simultáneamente las apariencias de un modo de existencia desprovisto de existencia verdadera y una absoluta ausencia de existencia verdadera. Por dicha razón, aun en el sutra y en las tres clases menores de tantra se necesita, en última instancia, acceder y usar la actividad mental de luz clara para conocer la vacuidad. Esto es para conocer simultáneamente las dos verdades sobre los objetos, tal como lo hace el darse cuenta omnisciente de un buda. 

Hacer uso de los métodos del sutra requiere de un tercer conjunto de tropecientos eones para alcanzar la cognición de luz clara de la vacuidad. El método de los tres tantras menores lo produce más rápidamente, pero de cualquier manera requiere una gran cantidad de tiempo. En cualquier caso, esta cognición de luz clara sucede solo durante la fase final de la práctica previa a la budeidad, o sea, durante la fase final de la mente del décimo bhumi. El anutarayoga accede a ella cuando obtiene por primera vez la cognición no conceptual de la vacuidad –en otras palabras, con el logro de la mente que es el camino del ver y con una mente bhumi del primer nivel. Por lo tanto, el anutarayoga no necesita el tercer conjunto de tropecientos eones para obtener cognición simultánea de las verdades, superficial y más profunda, sobre el cuerpo de la figura búdica que hace aparecer. Sin embargo, el anutarayoga sigue requiriendo de una familiarización considerable con la cognición simultánea de ambas verdades, para poder mantener dichas cogniciones tal como lo hace un buda, sin interrupción alguna. 

La actividad de luz clara de la mente puede tener un darse cuenta omnisciente

El modo de existencia con el cual existe todo en realidad, mismo que la actividad de luz clara conoce simultáneamente con la ausencia de existencia de maneras imposibles de todo, es un fenómeno de surgimiento dependiente. Todo surge o existe en dependencia o con relación a: 

  1. Una base para el etiquetado, una etiqueta mental y aquello a lo que la etiqueta mental se refiere.
  2. Partes.
  3. En el caso de fenómenos no estáticos (impermanentes), causas y condiciones.

Además, todo surge o existe de forma interrelacionada e interdependiente. Todo lo que ocurre en este momento: 

  1. Ha surgido en dependencia de todo lo que ha ocurrido antes, como la historia y demás.
  2. Está interconectado con todo lo demás que está ocurriendo ahora.
  3. Afectará todo lo que ocurrirá en el futuro.

Por lo tanto, al conocer de forma precisa la interdependencia e interrelación de todo, la actividad mental de luz clara se vuelve un darse cuenta omnisciente.

Sin embargo, cuando se tiene acceso a ella por primera vez, la mente de luz clara no funciona de forma omnisciente. Aunque está naturalmente libre de oscurecimientos emocionales que son las emociones y actitudes perturbadoras, no está libre de los oscurecimientos cognitivos con relación a todo lo conocible. Este último conjunto de oscurecimientos da surgimiento a las apariencias de existencia verdadera, aunque no mientras la actividad mental de luz clara está manifiesta. 

Así que, mientras pueda recurrir la creación de apariencias de existencia verdadera, seguirán existiendo los oscurecimientos cognitivos como algo que puede ser etiquetado o imputado sobre el continuo mental. Cuando la actividad mental de luz clara puede mantenerse por siempre, sin interrupción alguna, la existencia de oscurecimientos cognitivos ya no puede ser imputada sobre ese continuo mental. En este punto, la actividad mental de luz clara de dicho continuo mental se convierte en darse cuenta omnisciente. Este es un logro que solo alcanza un buda. Por sus prácticas especiales con la actividad mental de luz clara, el anutarayoga no requiere de un tercer conjunto de tropecientos eones para alcanzar este estado omnisciente.  

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