Temas de análisis: El karma, el yo y la culpa
Hay tres temas que necesitan ser aclarados para poder contestar la pregunta: “En el karma ¿quién tiene la culpa?” y son: el karma, el yo y la culpa. Necesitamos aclarar los tres a través del análisis, ya que concepciones erróneas sobre ellos nos causan serios sufrimientos, por ejemplo, el sufrimiento de sentirnos culpables. Para alcanzar una detención verdadera de ese sufrimiento se requiere un entendimiento correcto. Para obtener esa comprensión correcta, necesitamos un análisis exhaustivo. Tal como siempre lo enfatiza Su Santidad el Dalái Lama, la meditación analítica es el tipo más efectivo de meditación a practicar para eliminar el sufrimiento.
El karma
El karma se refiere a la compulsión asociada con una acción - maneras compulsivas de pensar, de hablar y de comportarnos. Aunque la palabra tibetana para karma, “las”, es la palabra coloquial para “acción”, el karma no se refiere a nuestras acciones en sí mismas. El karma es algo de lo que necesitamos deshacernos para poder alcanzar la liberación y la iluminación. Si karma significara simplemente acción, entonces lo único que necesitaríamos hacer es dejar de pensar, decir o hacer cualquier cosa y entonces estaríamos liberados de todo sufrimiento; eso no tiene sentido.
Aunque existe una presentación Teravada única de la causa y efecto kármicos, los tibetanos generalmente no la estudian. En su lugar, siguen dos presentaciones sánscritas:
La más antigua es la presentación Madyámaka, encontrada en los Versos raíz del camino medio, llamado darse cuenta que discrimina (dBu-ma rtsa-ba shes-rab, sct. Prajñā-nāma-mūlamadhyamaka-kārikā), de Nagáryuna, sobre la que elaboraron maestros indios tanto Sautrántika-Svatántrika como Prasánguika. Está basada en sutras Sarvastivada, tales como El gran noble sutra Mahaparinirvana (´Phags-pa yongs-su mya-ngan-las ´das-pa chen-po´i mdo, sct. Āryamahāparinirvāṇa Sūtra) y (El sutra de) el emplazamiento cercano de la recordación en el Noble Sagrado Dharma (´Phags-pa dam-pa´i chos dran-pa nye-bar gzhag-pa, sct. Āryasaddharmasmṛtyupasthāna), así como en diversos textos de Canasta del Abhidharma Sarvastivada. En Tesoro de temas especiales de conocimiento (Chos mngon-par mdzond, sct. Abhidharmakośa) Vasubandhu y sus comentaristas también elaboraron en torno a estos sutras y fuentes del abhidharma en el contexto del sistema de principios Vaibáshika.
La otra presentación sánscrita fue formulada por Kumaralata, el fundador del sistema de principios Sautrántika, que rechazó la fuente del abhidharma Sarvastivada, a favor de otra fuente de sutras Sarvastivada que no se tradujeron al tibetano y, por lo tanto, no se preservaron en el Kangyur. Estas fuentes de sutras apoyan una explicación diferente del karma exclusivamente en términos de la mente. Vasubandhu elaboró las objeciones Sautrántika a la versión Vaibáshika en Autocomentario a “Tesoro de temas especiales de conocimiento” (Chos mngon-pa´i mdzond-kyi bshad-pa, sct. Abhidharmakośa-bhāṣyā). Luego Asanga amplió esta versión Sautrántika del karma, poniéndola en el contexto del sistema de principios Chitamatra, en Una antología de temas especiales del conocimiento (Chos mngon-pa kun-las btus-pa, sct. Abhidharmasamuccaya). Esta versión Chitamatra fue aceptada por los maestros Yogachara-Svatántrika, pero dentro del contexto de las otras afirmaciones de sus propios sistemas de principios.
Tanto en los sistemas Madyámaka-Vaibáshika como en los Sautrántika-Chitamatra, el karma puede ser destructivo, constructivo o no especificado. “No especificado” significa que el Buda no especificó si era constructivo o destructivo; podía ser cualquiera de ambos dependiendo del estado mental que lo motivara. En cualquiera de los tres casos, cada uno es provocado y acompañado por el aferramiento a un “yo” de existencia imposible.
- Destructivo - provocado y acompañado por una emoción o actitud perturbadora y por el aferramiento a un “yo” de existencia imposible - por ejemplo, decir palabras hirientes a otro por enojo y porque no me gustó lo que me dijo a “mí”.
- Constructivo - provocado y acompañado por una emoción constructiva y por el aferramiento a un “yo” de existencia imposible - por ejemplo, abstenerme de decir palabras hirientes a alguien porque “yo” no quiero experimentar los resultados de sufrimiento, o ayudar a alguien por quien no tengo apego porque “yo” quiero ser el bueno, el que siempre ayuda.
- No especificado - provocado y acompañado simplemente por el aferramiento a un “yo” de existencia imposible, sin emociones constructivas o perturbadoras adicionales - por ejemplo, comer una comida caliente con sopa al medio día porque creo que “yo” soy una persona que siempre tiene que comer una comida caliente con sopa y tiene que ser al medio día.
El sí mismo, el “yo”
Entonces, nos queda claro que los tres tipos de comportamientos kármicos implican el aferramiento a un “yo” de existencia imposible. Así que es crucial el asunto de cómo existe el sí mismo, el “yo” - el que comete las acciones kármicas y experimenta sus resultados - y de cómo se mantiene la conexión entre causa y efecto del comportamiento, y entre el “yo” como agente de la acción kármica y el “yo” como el que experimenta sus resultados.
El entendimiento de la causa y efecto del comportamiento y del “yo”, depende de las afirmaciones de un sistema de principios, así que el análisis del karma y del “yo” necesitan ambos estar en el contexto del mismo sistema de principios para que puedan conjugarse sin contradicciones. Aunque la explicación Sautrántika-Chitamatra del karma es más simple que la Madyámaka-Vaibáshika, y a menudo se enseña primero, su visión de la vacuidad del sí mismo tiene muchas deficiencias. El sistema Chitamatra afirma:
- La conciencia base (kun-gzhi rnam-shes, sct. ālayavijñāna) y el darse cuenta reflexivo (rang-rig).
- Todas las repercusiones kármicas - la fuerza kármica, las tendencias kármicas y los hábitos kármicos constantes - así como el sí mismo, como fenómenos imputados sobre la base de la conciencia base.
- La conciencia base, las repercusiones kármicas, el sí mismo y el darse cuenta reflexivo, todos como teniendo existencia autoestablecida, verdaderamente establecida independientemente de las palabras y conceptos que se refieren a ellos.
- Una conciencia base autoestablecida, verdaderamente existente que contiene características definitorias encontrables, tanto de sí misma, como del sí mismo autoestablecido verdaderamente existente.
- La liberación del karma y del sufrimiento como si requirieran la cesación verdadera solamente de aferrarse a un sí mismo que es no estático, sin partes, existente independientemente de los agregados y autosuficientemente conocible. Tal refutación deja sin refutación al sí mismo autoestablecido y verdaderamente existente.
- Los objetos físicos, los sensores cognitivos, las conciencias, los factores mentales, el darse cuenta reflexivo y el sí mismo en un momento de actividad mental como desprovistos de provenir de diferentes fuentes natales (rdzas). Todos surgen como un “paquete” de la misma tendencia kármica y todos tienen existencia verdadera, existencia autoestablecida.
El sistema Sautrántika sigue la presentación de Asanga, pero sin aceptar esos aspectos de sus afirmaciones Chitamatra que no concuerdan con sus visiones.
En general, el Madyámaka refuta todas estas afirmaciones Chitamatra. En vista de que aquí queremos analizar, específicamente, en el contexto del entendimiento Prasánguika-Madyámaka de la vacuidad del sí mismo para alcanzar, ya sea la liberación o la iluminación, necesitamos acoplar ese entendimiento a las afirmaciones Madyámaka sobre el karma.
La culpa
Para identificar el objeto a ser refutado concerniente al sí mismo, necesitamos analizar cómo nos consideramos a nosotros mismos, a ese “yo” quien es el agente del karma. Entonces, ya que el karma se refiere a nuestro comportamiento compulsivo, necesitamos identificar ese factor compulsivo. Luego, necesitamos examinar si es que sentimos que nuestro comportamiento compulsivo es algo de lo que nosotros mismos no podemos refrenarnos. Si lo vemos así, tenemos una visión dualista de nosotros mismos como un “yo” malo y como un “yo” policía. Si tenemos una visión dualista así, entonces necesitamos examinar si eso nos lleva a tener problemas y sufrimiento.
Si sentimos que no podemos dejar de actuar compulsivamente de ciertas maneras, entonces ¿tengo yo la culpa, o la culpa la tienen otras personas o factores externos como la economía? Para esto, necesitamos analizar el rol del sí mismo y el rol de las causas, condiciones y circunstancias involucradas en que cometamos diversas acciones de manera compulsiva y experimentemos sus resultados.
Culpar a alguien también implica sentir culpa, que significa (1) soy una mala persona, o (2) tú eres una mala persona, o (3) la sociedad es mala por causar que actúe de cierta manera o por experimentar ciertos resultados kármicos. Esto significa pensar: (1) estoy siendo castigado por lo que hice porque lo merezco, o (2) necesitas ser castigado por lo que hiciste que me hizo actuar de esa manera, o (3) el orden social necesita ser destruido por hacerme actuar de esa manera, como robar o consumir drogas.
Luego necesitamos examinar la diferencia entre culpa y responsabilidad en términos del karma y en términos del entendimiento del “yo”. Estos son temas que necesitamos analizar para poder contestar la pregunta: “En el karma ¿quién tiene la culpa?”.
Los componentes del karma: La presentación Madyámaka
Un impulso kármico de la mente: Un impulso mental apremiante
El karma mental es el factor mental de un impulso mental apremiante (sems-pa); llamémosle un “impulso kármico de la mente”. Es el factor mental que mueve a uno de los tipos de conciencia a un objeto, junto con sus otros factores mentales que lo acompañan. En general, mueve al continuo mental a tomar cognitivamente un objeto. Un continuo mental (flujo mental) es una secuencia individual, interminable, de momentos de experiencia compuestos de cinco agregados.
Los impulsos kármicos de la mente incluyen:
- Un impulso kármico incitador (sems-pa’i las) - un impulso mental apremiante que mueve a la conciencia mental hacia un objeto para iniciar, sostener y terminar la acción mental de pensar si cometer una acción de cuerpo o palabra con relación al objeto, y que llega a la decisión de cometerla, ya sea que tal decisión se lleve a cabo o no.
- Un mero impulso kármico de la mente para una acción de la mente - un impulso mental apremiante que mueve a la conciencia mental hacia un objeto para iniciar, sostener y terminar la acción mental de pensar si comentar una acción de cuerpo o palabra, concerniente a dicho objeto, que no llega a una decisión.
- Un mero impulso kármico de la mente para una acción de cuerpo o palabra - un impulso mental apremiante que mueve a la conciencia sensorial hacia un objeto para involucrar al cuerpo o a la palabra en iniciar, sostener y terminar una acción física o verbal concerniente al objeto, ya sea que el impulso mental haya sido provocado o no por un impulso kármico incitador de la mente.
Un impulso kármico de la mente - el impulso mental apremiante - de mover uno de los tipos de conciencia hacia un objeto para cometer una acción física, verbal o mental concerniente a ese objeto, siempre va acompañado de otros factores mentales que atrae consigo. Los factores mentales más significativos son la distinción, la intención y una emoción perturbadora destructiva, una emoción constructiva, o una perspectiva engañosa no especificada. Dependiendo de la intención y emoción que lo acompañen, el impulso kármico de la mente es destructivo, constructivo o no especificado.
- La intención (´dun-pa) es el factor mental de desear (´dod-pa, sct. abhilāṣa) al objeto planeado y cometer una acción prevista concerniente al objeto. Siempre es algo específico porque siempre va acompañado del factor mental de distinguir (´du-shes, sct. saṃjñā), que especifica al objeto deseado y la acción prevista.
- La intención puede implicar el desear obtener algún objeto o hacer algo con él, o alcanzar algún objetivo, o hacer algo con algún objeto u objetivo una vez que se logre o alcance. También puede incluir el no desear hacer nada de esto.
- La intención puede ser decisiva o no decisiva. Si la intención conlleva la acción mental de pensar en ello - con los factores mentales de investigación (rtog-pa, sct. vitarka), escrutinio (dpyod-pa, sct. vicāra) y el darse cuenta que discrimina (shes-rab, sct. prajñā) - ya sea que se lleve a cabo la acción y se vuelva decisiva, entonces la intención también va acompañada por el factor mental de la convicción firme (mos-pa, sct. adhimokṣa).
- El objeto deseado puede ser solo cualquiera, quien sea, o puede ser una persona específica. La acción planeada puede ser solo hablar con dicha persona, o puede ser decirle ciertas palabras específicas.
El camino de un impulso kármico (Una acción kármica)
Un impulso kármico de la mente no es lo mismo que una acción kármica. Una acción kármica es equivalente al camino de un impulso kármico (las-lam) o el “camino kármico”. Una acción kármica es lo que es conducido por un impulso kármico de la mente y abarca todo curso de una acción: desde su inicio hasta que tiene lugar su final. Por lo tanto, el impulso kármico de la mente - ya sea incitador, o un mero impulso kármico de la mente para una acción de cuerpo, palabra o mente - no es parte del camino del impulso kármico de la mente. No es parte, entonces, de una acción kármica, como en la lista de las diez acciones kármicas destructivas y las diez constructivas, que son caminos de un impulso kármico.
Así como el juego del ajedrez está compuesto por todas sus piezas y todas sus interacciones y movimientos, el camino kármico de un impulso kármico es la amalgama de una serie de momentos que tienen:
- Una base (gzhi) - el objeto, respecto al cual se comete la acción.
- Un estado mental motivador (bsam-pa): (a) una distinción (´du-shes) de la base, (b) una intención (´dun-pa), (c) una emoción perturbadora destructiva, una emoción constructiva o simplemente una perspectiva engañosa no especificada (lta-ba nyon-mongs-can).
- Una implementación (sbyor-ba) de un método que causa que ocurra la acción.
- Un resultado final que es alcanzado (mthar-thug) por la acción.
Los resultados y la intensidad de los resultados varían dependiendo de la completitud de todos estos componentes.
Así como un juego de ajedrez es un fenómeno imputado sobre la base de un tablero de ajedrez, de los jugadores y de todas las piezas individuales y sus movimientos, el camino kármico de un impulso kármico que constituye una acción kármica es un fenómeno imputado que es una síntesis de la serie de momentos de todos los componentes mencionados anteriormente - una base y demás - algunos de los cuales son formas de fenómenos físicos (la base) y algunos otros que son maneras de darse cuenta de algo (la distinción, la intención y demás). Entonces, el tipo de fenómeno de imputación que es un camino kármico, es una variable que afecta no congruente, que en sí misma no es una forma de fenómeno físico ni tampoco una manera de darse cuenta de algo.
- Un fenómeno de imputación (btags-pas ´dogs-pa) es un fenómeno atado a una base de imputación (gtags-gzhi) y que no puede existir o ser válidamente conocido independientemente de esa base - por ejemplo, un todo y sus partes. La base de imputación del camino de un impulso kármico es el continuo de sus componentes de cuatro miembros que son partes de los cinco agregados del agente de la acción.
- A diferencia de las maneras de darse cuenta de algo, tales como el enojo, las variables que afectan no congruentes (ldan-min ´du-byed) que ocurren en un momento de cognición, no comparten, con la conciencia y los factores mentales de esa cognición, cinco cosas en común. No comparten: (1) soporte (sensor cognitivo), (2) objeto focal, (3) holograma mental (aspecto), (4) tiempo (surgir, morar, cesar), (5) fuente natal (cada factor, en el momento de la cognición, proviene de su propia tendencia).
Así que, durante el curso de una acción kármica de cuerpo, palabra o mente, hay dos componentes que están cambiando a cada momento:
- El impulso mental apremiante (el impulso kármico de la mente) que mueve al continuo mental a involucrarse con un objeto para iniciar, sostener y terminar una acción kármica de cuerpo, palabra o mente relacionada con dicho objeto.
- El camino kármico de cuatro partes del impulso kármico de la mente.
El impulso kármico de cuerpo o palabra: Una forma reveladora apremiante
Los impulsos kármicos de cuerpo y palabra incluyen tanto:
- Una forma reveladora apremiante (rnam-par rig-byed-kyi gzugs) de una acción de cuerpo o palabra.
- En muchos casos, una forma apremiante no reveladora (rnam-par rig-byed ma-yin-pa’i gzugs) de una acción de cuerpo o palabra.
Tanto la forma reveladora como la no reveladora son formas de fenómenos físicos que son partes del agregado de las formas de fenómenos físicos de la persona que lleva a cabo la acción kármica.
- En el caso de la acción kármica de cuerpo, la forma reveladora apremiante es el movimiento del cuerpo al cambiar de forma para implementar un método que cause que ocurra la acción del cuerpo, ya sea que la acción física llegue o no al resultado previsto.
- En el caso de una acción de palabra, la forma reveladora apremiante son las emisiones mediante la voz de los sonidos cambiantes del habla para implementar el método que cause que ocurra la acción de hablar, ya sea que la acción verbal llegue o no al resultado previsto.
Una forma reveladora apremiante:
- Revela el estatus ético de la conciencia que causa que suceda. Dicho estatus ético depende del estado ético de la emoción que acompaña a la conciencia. Sin embargo, la forma reveladora no necesariamente revela la emoción específica que acompaña a la conciencia.
- Es destructiva, constructiva o no especificada, de acuerdo con el estatus ético de la conciencia que causa que suceda.
- Dura únicamente mientras se implementa el método para llevar a cabo la acción física o verbal.
Tanto las formas reveladoras como el momento inicial de las formas no reveladoras, incluyen:
- Un impulso kármico incitado (bsam-pa’i las) de cuerpo o palabra - uno que ha sido provocado por un mero impulso kármico de la mente que ha seguido a una acción mental provocada por un impulso kármico incitador de la mente, a saber, una acción mental que ha alcanzado la decisión de llevar a cabo la acción de cuerpo o palabra.
- Un mero impulso kármico de cuerpo o palabra - uno que ha sido provocado por un mero impulso kármico de la mente que no ha seguido a una acción mental que ha sido provocada por un impulso kármico incitador de la mente.
Durante el curso de una acción física o verbal, tenemos ahora tres componentes, todos los cuales están cambiando a cada momento:
- El mero impulso kármico de la mente (un impulso mental) que mueve al continuo hacia un objeto para comenzar, sostener y terminar la acción física o verbal relacionada con dicho objeto.
- El impulso kármico de cuerpo o palabra (una forma reveladora) con el que el método es implementado para causar que esa acción suceda.
- El camino de cuatro partes tanto del ya mencionado impulso kármico de la mente como del ya mencionado impulso kármico de cuerpo o palabra.
Un impulso kármico de cuerpo o palabra: Una forma no reveladora apremiante
Una forma no reveladora apremiante es definida por Bhavaviveka (Legs-ldan ´byed), en su Lámpara para el darse cuenta que discrimina (Shes-rab sgron-ma, sct, Prajñāpradīpam), como algo que tiene la naturaleza esencial de una forma de fenómeno físico y de algo que está haciendo algo. Esto concuerda con la afirmación de Vasubandhu de una forma no reveladora como algo que tiene la naturaleza funcional, tanto de una forma de fenómeno físico como de un agente kármico. No se revela a sí misma o al estatus ético de la conciencia que causa su surgimiento, como lo hacen las formas reveladoras.
Avalokitavrata (sPyan-ras-gzigs brtul-zhugs), en su Subcomentario ampliado a la “Lámpara para un darse cuenta que discrimina” (de Bhavaviveka) (Shes-rab sgron-ma rgya-cher ‘grel-pa, sct. Prajñāpradīpam-ṭīkā), elabora más sobre que una forma no reveladora es una forma imperceptible de un fenómeno físico generado por una forma reveladora de cuerpo o palabra. Lo que hace es incrementar el potencial kármico positivo (mérito) de nuestras propias acciones constructivas o de otros, que se derivan de esa forma reveladora o del objeto involucrado con la acción constructiva con la que surgió. O, de manera similar, incrementa nuestro potencial kármico negativo de nuestras propias acciones o de otros que se derivan de esa forma reveladora o del objeto involucrado con la acción destructiva con la que surgió.
Hay tres tipos de formas no reveladoras:
- Restricciones de votos (sdom-pa)
- No restricción declarada (sdom-pa ma-yin-pa)
- Formas no reveladoras intermedias (bar-ma), que no son ni constructivas ni destructivas, pero tampoco son restricciones de votos ni no restricciones declaradas.
Las restricciones de votos incluyen los votos de pratimoksha, los votos de bodisatva y los votos tántricos. Los votos de pratimoksha se toman solo por la vida presente. Los votos de bodisatva y los tántricos se toman por todas las vidas hasta alcanzar la iluminación. El sistema de principios Vaibáshika, al ser Hinayana, no sostiene los votos del bodisatva o los tántricos. Mientras no se abandonen los votos, las restricciones de votos continúan desempeñando la función de restringir a la persona que los tomó, de cometer las acciones de las que prometió abstenerse.
Las no restricciones declaradas se toman de por vida e incluyen, por ejemplo, la promesa de quitarle la vida a los peces cuando alguien nace como miembro de una casta de pescadores o se une a tal casta. Mientras no se abandonen, las no restricciones declaradas continúan desempeñando la función de no restringir a la persona que las tomó de cometer una acción de la cual ha prometido no abstenerse.
Las formas no reveladoras intermedias incluyen aquellas obtenidas por:
- Hacer u ofrecer un objeto de uso, sobre la base del cual nosotros u otros acumulamos potenciales kármicos positivos o negativos cuando hacemos uso de ellos u otros hacen uso de ellos. En el caso de acumular potenciales kármicos positivos, tales objetos de uso incluyen libros de dharma, estupas y templos budistas. En el caso de acumular potenciales kármicos negativos, tales objetos de uso incluyen armas y mataderos. Estas formas no reveladoras desempeñan la función de proveer las circunstancias para que nosotros y otros acumulemos potenciales kármicos positivos o negativos cuando nosotros y los demás hacemos uso de dichos objetos. Además, estas formas no reveladoras continúan acumulando potencial kármico positivo o negativo en nuestro continuo mental aun en vidas futuras, cuando nosotros o los demás hacen uso del objeto que hemos hecho u ofrecido.
- Como una sub-categoría del anterior, está el ordenar a alguien que cometa acciones destructivas, tales como cuando un comandante militar ordena a sus soldados atacar y matar al enemigo. Esta forma no reveladora desempeña la función de proveer la circunstancia para que los soldados acumulen potencial kármico negativo cuando llevan a cabo la orden y matan al enemigo. Además, la forma no reveladora continúa acumulando potencial negativo en el continuo mental del comandante cada vez que uno de sus soldados lleva a cabo la orden, incluso una vez que el comandante haya muerto y renacido.
- Comprometerse a cometer, por un tiempo limitado, un acto constructivo, tal como meditar diariamente o abstenerse de cometer un tipo específico de conducta sexual inapropiada, pero no todos los tipos. De manera similar, comprometerse a cometer, por un tiempo limitado, un acto destructivo, tal como matar a las tropas enemigas mientras se está en el ejército. La forma no reveladora de este compromiso desempeña la función de proveer las circunstancias para que la persona que ha hecho el compromiso, continúe llevando a cabo la acción a la que se comprometió y continúe acumulando potencial kármico cada vez que la persona repite la acción. Esto no continúa en vidas futuras.
- Cometer, con un fuerte impulso mental y una fuerte emoción constructiva, tal como mostrar respeto, una acción constructiva no asociada con el mantener la restricción de un voto, tal como hacer postraciones con una fuerte toma de refugio. De manera similar, con un fuerte impulso mental y una fuerte emoción destructiva, cometer una acción destructiva no asociada con mantener una no restricción declarada, tal como destruir propiedad privada con fuerte enojo. Además, cometer una de las tres acciones destructivas de cuerpo o una de las cuatro acciones destructivas de palabra, incluso con un impulso mental débil y una emoción perturbadora débil. Las formas no reveladoras de tales acciones llevan a cabo la función de causar que cada una de las repeticiones de la acción construya un potencial kármico aún más fuerte, pero solo en esta vida.
Además, una forma no reveladora:
- Necesita ser constructiva o destructiva, no puede ser no especificada.
- No revela el estatus ético de la conciencia que causa su surgimiento.
- Es parte de un continuo mental, pero no se siente en ese continuo mental. En terminología occidental, eso significa que la persona que la posee no es consciente de ella.
- No está hecha de partículas de los elementos burdos de tierra, agua, fuego o viento.
- Solo puede ser un objeto de cognición mental.
- No es una categoría estática en la que encajen, como un patrón, todas las formas reveladoras de los caminos kármicos para todos los casos del mismo tipo de acción kármica.
- Al ser no estática, es afectada por causas y condiciones y, por lo tanto, cambia de un momento a momento, pero no se degenera ni se desgasta de un momento a otro.
- Surge en dependencia con el primer momento del surgimiento de una forma reveladora y continúa con el continuo mental después que la forma reveladora ya no está presente. Continúa con el continuo mental siempre y cuando la persona que la posee continúe absteniéndose de acciones de las que prometió abstenerse, o continúe sin abstenerse de acciones de las que prometió no abstenerse, o continúe realizando la acción que se comprometió a cometer con un fuerte impulso mental y una fuerte emoción. También continúa mientras el objeto de uso que haya hecho u ofrendado la persona siga disponible para su uso. De la misma manera, también continúa mientras otros lleven a cabo las acciones que la persona les haya ordenado. En el caso de formas no reveladoras que surgen de acciones llevadas a cabo con un fuerte impulso mental y una fuerte muestra de respeto o una fuerte emoción perturbadora, o llevadas a cabo con una débil emoción perturbadora, en el caso de las siete acciones destructivas de cuerpo y palabra, continúan mientras la persona repita la acción.
- Se pierde del continuo mental cuando la persona que la posee renuncia a la restricción del voto o a la restricción no declarada, o se pierde cuando muere o cuando deja de repetir la acción a la que se comprometió, o cuando el objeto de uso que hizo u ofreció es destruido o ya no está disponible para ser usado, o cuando la orden de llevar a cabo la acción es anulada o ya no es obedecida. En el caso de formas no reveladoras que surgen de acciones llevadas a cabo con un fuerte impulso mental y demás, se pierden cuando la persona deja de repetir la acción.
- En el caso de los votos del bodisatva y los votos tántricos y, supuestamente, las formas no reveladoras intermedias de hacer u ofrecer un objeto de uso, o de ordenar a otros que cometan acciones destructivas o de cometer una acción con un fuerte impulso mental y demás, no se pierden cuando muere la persona que las posee.
- Desde el punto de vista del sutra, las formas no reveladoras, tales como los votos del bodisatva y los votos tántricos, que continúan en vidas futuras, transitan acompañando a la conciencia mental sutil de la misma manera en que lo han hecho durante esa vida - o sea, como formas de fenómenos físicos extremadamente sutiles, similares a las formas extremadamente sutiles de los seres sin forma. Desde el punto de vista del tantra anutarayoga, transitan como parte del viento de energía más sutil que sostiene la vida.
Entonces, durante el curso del camino kármico de una acción kármica física o verbal, hay cuatro componentes que están cambiando a cada momento:
- El mero impulso kármico de la mente (un impulso mental) que mueve al continuo mental hacia un objeto para iniciar, sostener y terminar la acción física o verbal respecto a ese objeto.
- El impulso kármico del cuerpo o palabra (la forma reveladora) con la que se implementa un método para ejecutar dicha acción.
- El impulso kármico de cuerpo o palabra (la forma no reveladora) que surge en dependencia del primer momento de esa forma reveladora.
- El camino en cuatro partes del impulso kármico de la mente antes mencionado y los dos tipos de impulsos kármicos, ya mencionados, de cuerpo o palabra (una forma reveladora y una forma no reveladora).
La duración de una acción kármica de cuerpo o palabra
La implementación de un método que cause que ocurra una acción física o verbal (la forma reveladora de la acción) consta de tres fases:
- Una fase preliminar (nyer-bsdogs) o precursora (sbyor-ba) - tal como acechar a un ciervo cuando se caza.
- Una fase principal (dngos) - tal como dar el tiro fatal al ciervo.
- Una fase de seguimiento (mjug) - tal como llevar el animal muerto a casa, desollarlo, cocinarlo y comerlo.
La forma reveladora de la acción surge con la fase preliminar y cesa como la conclusión de la fase de seguimiento si es que se da. Si no se da la fase de seguimiento, cesa al concluir la fase principal.
Si la fase preliminar ocurre con una fuerte motivación, la forma no reveladora surge al comienzo de esta fase preliminar. De otra forma, surge al comienzo de la fase principal. La forma no reveladora continúa durante la fase de seguimiento, si se da dicha fase, como se explicará más adelante, también continúa después, hasta que se pierde en alguna de las maneras explicadas anteriormente.
El camino de un impulso kármico de cuerpo o mente - por ejemplo, la acción destructiva de matar a un ciervo - incluye solo la fase principal. Además, la forma reveladora de esa fase principal se da solo mientras se implementa el método que directamente causa que suceda la muerte - dar el tiro fatal. La forma reveladora de la fase principal no continúa hasta que ocurre el final - la muerte del ciervo, que puede suceder en cualquier momento después de haber recibido el tiro.
Las acciones kármicas de la mente no tienen fases preliminares o de seguimiento.
Repercusiones kármicas
Hay tres tipos de “repercusiones kármicas” - término que he acuñado para los siguientes tres:
- Fuerza kármica positiva o negativa (potencial kármico)
- Tendencias kármicas (sa-bon, sct. bīja)
- Hábito kármico constante (bag-chags, sct. vāsana).
Fuerza kármica o potencial kármico
A este tipo de repercusión kármica podemos llamarla “fuerza kármica” (desde el punto de vista de que es la fuerza de un camino kármico y la fuerza resultante del mismo) o “potencial kármico” (desde el punto de vista de que es un potencial que producirá un resultado). Para facilitar la exposición, llamemos solo “potencial kármico” a este tipo de repercusiones kármicas.
- El potencial kármico siempre es destructivo o constructivo, nunca no especificado.
Por lo tanto, hay un potencial kármico positivo (bsod-nams, sct. puṇya; mérito) y un potencial kármico negativo (sdig-pa, sct. pāpa; pecado).
El potencial kármico de una acción mental
El potencial kármico de una acción mental consta de dos fases:
- El potencial kármico obvio que es la acción mental - el camino kármico de un impulso kármico de la mente.
- El potencial kármico no obvio que continúa después de que la acción mental ha cesado.
El impulso kármico de la mente (un impulso mental) que lleva a la conciencia mental hacia un objeto para iniciar, sostener y terminar la acción mental concerniente a ese objeto, no es un potencial kármico.
El potencial kármico obvio que es la acción mental - un tren de pensamiento con todos sus componentes cognitivos y emocionales - es obvio (mngon-´gyur; manifiesto) en el sentido de que puede ser detectado por el factor mental de la vigilancia (shez-bzhin). Una vez que termina este camino kármico del tren de pensamientos, el potencial kármico se vuelve no obvio (lkog-´gyur; oscuro) en el sentido que solo puede conocerse por cognición inferencial.
Ambas fases de un potencial kármico son fenómenos de imputación - específicamente, el tipo de fenómeno de imputación que es una variable que afecta no congruente.
- El potencial kármico obvio es un fenómeno imputado sobre la base de un continuo de los cuatro componentes de un camino kármico como se experimentan en el contexto de los cinco agregados de la persona que comete la acción.
- El potencial kármico no obvio es un fenómeno de imputación sobre la base del continuo de la persona, “yo”, que, a su vez, es un fenómeno de imputación sobre la base del continuo de los cinco agregados de la persona que comete la acción.
Técnicamente, el tipo de fenómeno en que se convierte el potencial kármico al terminar la acción mental es un “potencial kármico positivo que ha asumido la naturaleza esencial de una tendencia kármica” (sa-bon-gyi ngo-bor gyur-ba´i bsod-nams) o un “potencial kármico negativo que ha asumido la naturaleza esencial de una tendencia kármica” (sa-bon-gyi ngo-bor gyur-ba´i sdig-pa). Como una tendencia kármica (sa-bon), que será explicada más adelante, surge como una variable que afecta no congruente, solo después de que ha cesado la implementación de una acción kármica. Pero, a diferencia de una tendencia kármica, el potencial kármico permanece ya sea constructivo o destructivo. Las tendencias kármicas en sí mismas son fenómenos no especificados.
El potencial kármico de una acción física o verbal
El potencial kármico de una acción física o verbal consta de siete aspectos:
- El potencial kármico obvio que es una forma burda de fenómeno físico - una forma reveladora (un impulso kármico de cuerpo o palabra).
- El potencial kármico no obvio, que tiene la esencia natural de una tendencia que continúa después de que ha cesado una forma reveladora.
- El potencial kármico no obvio que es una forma sutil de un fenómeno físico - una forma no reveladora (un impulso kármico de cuerpo o palabra).
- El potencial kármico no obvio que tiene la naturaleza esencial de una tendencia que una forma no reveladora construye mientras esa forma se mantenga presente en el continuo mental - por ejemplo, cuando otros hacen uso de un templo budista que hemos construido.
- El potencial kármico no obvio que tiene la naturaleza esencial de una tendencia que continúa después de que ha cesado una forma no reveladora.
- El potencial kármico obvio que es la acción física o verbal en sí misma - el camino kármico de un impulso kármico de cuerpo o palabra.
- El potencial kármico no obvio que tiene la naturaleza esencial de una tendencia que continúa después de que ha cesado la acción física o verbal.
Tomemos en cuenta, una vez más, que los impulsos kármicos (karma) de cuerpo y de palabra son potenciales kármicos, mientras que los impulsos kármicos de la mente no son potenciales kármicos. Los impulsos kármicos pueden ser constructivos, destructivos o no especificados, mientras que los potenciales kármicos solo pueden ser constructivos o destructivos. Por lo tanto, los impulsos kármicos no especificados de cuerpo o palabra no son potenciales kármicos.
En cuanto a tipos de fenómenos, estos potenciales kármicos son:
- Las formas reveladoras y las formas no reveladoras, como potenciales kármicos obvios, son formas de fenómenos físicos.
- Las acciones físicas o verbales, que duran hasta que ocurre su final, son variables que afectan no congruentes - fenómenos de imputación sobre la base del continuo de los cuatro componentes de un camino kármico como son experimentados en el contexto de los cinco agregados de la persona que comente la acción. Sin embargo, el final de la acción, como en el caso de la muerte del ser al que uno mata, puede no ser experimentado por el agente de la acción.
- Los tres tipos de potencial kármico no obvio a los que dan surgimiento las formas reveladoras, las formas no reveladoras y las acciones kármicas de cuerpo y palabra cuando cesan, así como el potencial kármico no obvio que construyen las formas no reveladoras mientras están presentes, también son variables que afectan no congruentes - fenómenos de imputación sobre la base del continuo de los cinco agregados de la persona que cometió la acción. Estos cuatro tipos de potencial kármico no obvio son potencial kármico que ha asumido la naturaleza esencial de una tendencia kármica.
El entramado de potencial kármico
Un entramado (tshogs, colección, provisión abundante) de potenciales kármicos, o entramado de fuerza kármica, es una síntesis de varios tipos de potenciales kármicos, construida a partir de nuestras acciones kármicas físicas, verbales y mentales cometidas previamente, sin principio y que no se han perdido de nuestro continuo mental. Por lo tanto, dicho entramado incluye:
- Potencial kármico obvio como acciones kármicas (caminos kármicos) de cuerpo, palabra y mente.
- Potencial kármico obvio como formas reveladoras.
- Potencial kármico no obvio como formas no reveladoras.
- Potencial kármico no obvio que ha asumido la naturaleza esencial de una tendencia kármica- tanto cuando cualquiera de los tres mencionados han cesado, como de las formas no reveladoras mientras están presentes.
Ya que un entramado de potenciales kármicos es una síntesis de las formas de fenómenos físicos y variables que afectan no congruentes, un entramado en sí mismo es una variable que afecta no congruente. Como tal, es una imputación no estática sobre la base de un “yo” convencional.
Todos nuestros potenciales kármicos positivos constituyen nuestro entramado de potenciales positivos (bsod-nams-kyi tshogs, colección de mérito). Dependiendo de la dedicatoria, un entramado de potencial positivo (colección de mérito) puede ser (1) constructor de samsara, (2) constructor de liberación, o (3) constructor de iluminación. De esos tres, solo el constructor de samsara es kármico. Aunque no existe un término técnico para la síntesis de todo nuestro potencial kármico negativo, también podemos hablar de un entramado de potencial negativo.
La Prasánguika es la única escuela que afirma que un entramado constructor de iluminación de potenciales positivos - el entramado de potenciales positivos dedicados a la iluminación con bodichita - es el factor evolutivo de la naturaleza búdica (rgyas-´gyur-gyi rigs; el rasgo evolutivo de la familia búdica) que funciona como la causa obtentora (nyer-len-gyi rgyu) para los Cuerpos de Forma de un buda.
- Una causa obtentora es aquella que se transforma en un resultado como su sucesor, y al hacerlo, cesa de existir. Por ejemplo, la unión del espermatozoide y el óvulo de dos humanos es la causa obtentora para el cuerpo de un humano.
Las variables que afectan no congruentes, no pueden funcionar como causas obtentoras que se transforman en formas de fenómenos físicos, solo las formas de fenómenos físicos pueden desempeñar esa función. Por lo tanto, solo las formas de fenómenos físicos pueden ser las causas obtentoras para otras formas de fenómenos físicos.
La causa obtentora para un cuerpo o una mente necesita estar en la misma categoría de fenómeno que el cuerpo o mente sucesores obtenidos de ella. El ejemplo que se da siempre es que solo el último momento de una mente en una vida previa, puede ser la causa obtentora para el primer momento de la mente de la siguiente vida de esa persona. Ese primer momento de mente no puede surgir de una causa obtentora física como su sucesor. Por ejemplo, la unión de un espermatozoide y un óvulo, no se puede transformar en una mente. De manera similar, una mente no puede transformarse en un cuerpo como su sucesor.
En vista de que el entramado constructor de iluminación de potenciales positivos está compuesto tanto de formas de fenómenos físicos (formas no reveladoras) como de variables que afectan no congruentes, mi hipótesis es, entonces, que las formas no reveladoras que son los votos del bodisatva pueden ser considerados en sí mismos como una causa obtentora para los Cuerpos de Formas de un buda. Esta hipótesis también explicaría el mecanismo a través del cual algunas acciones constructivas de un bodisatva son las causas para los 32 signos excelentes (mtshan bzang-po, marcas mayores) del Sambogakaya y el Nirmanakaya Supremo que obtiene el bodisatva, y cuando no se dedican a la iluminación, son las causas para estos signos cuando se renace como un emperador chakravartin. Las formas no reveladoras de estas acciones constructivas pueden ser las causas obtentoras para estas características físicas.
Del ejemplo de los 32 signos excelentes, nos queda claro que el entramado de potenciales positivos que carece del potencial positivo de la forma no reveladora del voto de un bodisatva, no puede funcionar como la causa obtentora de los Cuerpos de Forma de un buda. Esto refuerza la hipótesis de que, dentro de un entramado de potenciales positivos constructores de iluminación, es la forma no reveladora del voto de un bodisatva lo que se transforma en los Cuerpos de Formas de un buda, de acuerdo al principio de que solo una forma de un fenómeno físico puede transformarse en otra forma de fenómeno físico como su sucesor. Esto es paralelo a que una forma de fenómeno físico - específicamente, un cuerpo ilusorio (sgyu-lus) - sea la causa obtentora para los Cuerpos de Forma de un buda en el tantra anutarayoga.
Si mi hipótesis es correcta, ayuda a explicar el enorme énfasis que se da a nunca abandonar la bodichita y nuestros votos de bodisatva, aun a costa de nuestra vida. Durante incontables vidas, hemos tomado los votos de bodisatva innumerables veces, pero también los hemos abandonado innumerables veces. Esta es la razón por la que no nos hemos iluminado todavía. Por lo tanto, para alcanzar la iluminación, es esencial que nunca abandonemos nuestros votos de bodisatva y así no perdamos la forma no reveladora que constituye dicho voto en nuestro continuo mental.
Tendencias kármicas
Una tendencia kármica (semilla kármica) también es una variable que afecta no congruente. Surge con la conclusión de la implementación de un método para causar que ocurra una acción física, verbal o mental, y continúa con el continuo mental como un fenómeno de imputación no estático sobre la base del “yo” convencional.
- A diferencia de los potenciales kármicos que siempre son destructivos o constructivos, las tendencias kármicas son siempre no especificadas.
- A diferencia de los potenciales kármicos, las tendencias kármicas resultan no solo de acciones kármicas constructivas y destructivas, sino también de las no especificadas.
Hábitos kármicos constantes
Un hábito kármico constante también es una variable que afecta no congruente que es una imputación no estática sobre la base del “yo” convencional. Surge con la conclusión de la implementación de un método para causar que ocurra una acción física, verbal o mental y continúa como parte de los oscurecimientos cognitivos que impiden la omnisciencia (shes-sgrib). Los hábitos kármicos constantes solo se pierden con la obtención de la iluminación.
A diferencia de las formas no reveladoras, los potenciales kármicos y las tendencias kármicas, los cuales dan resultados solo intermitentemente - como robar, o cuando queremos robar, abstenernos de hacerlo - los hábitos kármicos contantes dan sus resultados continuamente, sin interrupción. Son los responsables de nuestra conciencia limitada periscópica y su creación de apariencias de existencia autoestablecida.
Cuando los potenciales kármicos que tienen la naturaleza esencial de las tendencias kármicas y las tendencias kármicas mismas han terminado de producir sus resultados, se transforman en hábitos kármicos constantes. Los potenciales kármicos negativos que tienen la naturaleza esencial de las tendencias kármicas también se transforman en hábitos kármicos constantes cuando se tornan en “semillas quemadas” al aplicar las cuatro fuerzas oponentes de la meditación de Vajrasatva.
Resultado de las repercusiones kármicas
Los potenciales kármicos que han asumido la naturaleza de las tendencias kármicas y las tendencias kármicas mismas, muy a menudo en conjunción entre sí, producen varios resultados kármicos. Notemos que los potenciales kármicos y las tendencias kármicas, con el paso del tiempo, pueden dar surgimiento a uno o más resultados kármicos, y que cualquier resultado kármico que surja puede surgir de uno o más potenciales kármicos o tendencias kármicas o de la combinación de ambos.
Es más, los potenciales kármicos que son formas reveladoras y no reveladoras, tanto como las acciones kármicas físicas, verbales y mentales (caminos kármicos de impulsos kármicos de cuerpo, palabra y mente) no funcionan como causas inmediatamente precedentes (dngos-rgyu) que dan surgimiento directamente a sus resultados en el momento siguiente.
Los resultados kármicos incluyen:
- Resultados madurados (rnam-smin-gyi ´bras-bu, sct. vipākaphalam)
- Resultados que corresponden a su causa (rgyu-mthun-gyi ´bras-bu, sct. niṣyandaphalam), ya sea en nuestro comportamiento o en nuestra experiencia. El término sánscrito para estos, utpatti, significa “derrame”. Es el derrame que sigue de su causa.
- Resultados dominantes (bdag-po’i ´bras-bu, dbang-gi ´bras-bu, sct. adhupatiphalam), también traducido como resultado completo, resultado dominante o resultado supremo.
Existe un complejo análisis budista de los diferentes tipos de causas y de los tipos de resultados a los que pueden dar surgimiento en combinación con los principios de la causa y efecto kármico. Tanto los potenciales kármicos que han asumido la naturaleza esencial de las tendencias kármicas como las tendencias kármicas mismas, funcionan como diversos tipos de causas kármicas para diversos tipos de resultados kármicos, y cada resultado es varios tipos de resultado kármico de varios tipos de causas kármicas, así como los resultados no kármicos de las causas no kármicas. Por ejemplo, el cuerpo de un humano o de un mamífero, también es resultado hecho por el humano (skyes-bu byed-pa’i ´bras-bu) del espermatozoide y el óvulo de los padres como su causa obtentora. No hay necesidad de entrar en detalles de esto.
Resultados madurados
Los resultados madurados siempre son no especificados. Se refieren a elementos no especificados en los cinco agregados del estado de renacimiento (humano, mosca, ser celestial, ser infernal y demás) que experimenta nuestra conciencia al tomar un renacimiento. Estos elementos incluyen al cuerpo, a sus sentidos cognitivos, a los tipos de conciencia, al posible rango de sensaciones de felicidad o infelicidad, y al posible rango de los otros factores mentales no especificados, como concentración e inteligencia, que van con el tipo de cuerpo y mente del estado de renacimiento. Los factores mentales específicos que ocurren en cualquier momento, surgen de sus propias causas y no son resultados madurados de repercusiones kármicas.
Específicamente, los resultados madurados son los que surgen, a través del mecanismo de los doce eslabones de surgimiento dependiente, con el eslabón onceavo, el eslabón de la concepción (skye-ba; nacimiento), que solo dura un momento. Por lo tanto, durante el momento de la concepción, solo el cuerpo y las conciencias se manifiestan como el cuarto eslabón, el eslabón de las facultades mentales nombrables con forma burda o sin ella (ming-dang gzugs; nombre y forma). Los sensores cognitivos, los tipos específicos de conciencia y los factores mentales no especificados, solo están presentes como tendencias para ellos.
- Los resultados madurados no incluyen a las emociones perturbadoras destructivas o a las emociones constructivas del estado de renacimiento que también están presentes como tendencias en el momento de la concepción. Las emociones vienen de sus propias tendencias que no son tendencias kármicas.
- Los resultados madurados tampoco incluyen a los impulsos kármicos por las acciones kármicas.
Los resultados madurados, al ser no especificados, solo pueden surgir de causas maduradoras (rnam-smin-gyi rgyu), que necesitan ser constructivas o destructivas. Por lo tanto, solo los potenciales kármicos positivos o negativos que tienen la naturaleza esencial de las tendencias - y no las tendencias kármicas mismas, que siempre son no especificadas - maduran como resultados madurados.
- La palabra “maduradora” (smin-pa) se usa como un término general para una causa kármica que madura hasta el punto en que da su resultado. Esto no ha de confundirse con el uso específico de “madurar” en términos de “causas maduradoras” y “resultados madurados”.
La manera en que surgen el cuerpo y la mente de un estado de renacimiento en el momento del onceavo eslabón, el momento de la concepción, como se describe con los doce eslabones de surgimiento dependiente, es:
- Primero, se activa un potencial kármico o un conjunto de potenciales kármicos que tienen la naturaleza esencial de una tendencia, en el momento de la muerte, por los eslabones octavo y noveno - los eslabones del deseo vehemente (sred-pa, sct. tṛṣṇā; sed) y de una actitud obtentora (len-pa, sct. upadāna; aferramiento). El potencial kármico activado que surge es un “impulso kármico que arroja” (´phen-byed-kyi las) que constituye el décimo eslabón, el eslabón para continuar la existencia (srid-pa, sct. bhava; devenir). El impulso kármico que arroja no es el resultado madurado de ese potencial kármico. La conciencia mental que el impulso kármico que arroja acompaña, y que lo arroja al siguiente renacimiento es el momento final de la fase causal del tercer eslabón, el eslabón de la conciencia cargada (rgyu-dus-kyi rnam-shes).
- Los grandes elementos que acontecen en el presente de tierra, agua, fuego y viento de los sensores cognitivos sensoriales del cuerpo en el momento de la muerte, son los componentes constituyentes (khams, sct. dhātu) apropiados (zin-pa, sct. upātta) de la cognición en ese momento de morir. El cuerpo mismo, sin incluir el cabello y las uñas, es el sensor cognitivo de las sensaciones físicas. En lenguaje mundano, a estos elementos se les llama “materia animada” (sems-pa-dang bcas-pa, sct. sacetana) (literalmente, cosas que están conectadas con el impulso kármico de una mente, un impulso mental) y la “materia viviente” (srog-dang bcas-pa, sct. sajīva) (literalmente, cosas conectadas con una fuerza de vida). Son lo que toman la conciencia mental, el impulso mental del karma que arroja y los otros factores mentales acompañantes debajo de ellos, en un sentido, como su soporte físico (rten, sct. adhiṣṭhāna)
- La fuerza del elemento viento apropiado del cuerpo en el momento de morir mueve a la conciencia causal cargada a que tome como su siguiente base física apropiada a los grandes elementos del cuerpo del estado de renacimiento, que aún no están diferenciados en sensores cognitivos. Simultáneamente con su apropiación de esta base física, ocurre la fase resultante del tercer eslabón, el eslabón de la conciencia cargada (´bras-dus-kyi-rnam-shes) y el onceavo eslabón de la concepción.
- Los grandes elementos de un estado de renacimiento – por ejemplo, los elementos burdos de un conjunto específico de esperma y óvulo unidos – que ahora son apropiados por la conciencia cargada resultante como su base física, son elementos de flujo (rgyu-thun-pa las byung-ba, sct. niḥṣyanda) a partir de los momentos previos de los propios continuos de estos elementos. No son el flujo de los grandes elementos de los sensores cognitivos sensoriales del cuerpo en el momento de morir. Notemos que la traducción tibetana del término sánscrito que significa “flujo” se refiere a “algo que surge correspondiendo a su causa”. “Corresponde” significa que es del mismo estatus ético – en este caso, no especificado.
El cuerpo del renacimiento, conocido como el cuerpo madurado (rnam-smin-gyi lus), es el resultado madurado del potencial kármico activado en el momento de la muerte. Los elementos burdos de la unión del esperma y el óvulo en el momento inmediatamente precedente a la ocurrencia del eslabón de la conciencia cargada resultante son la causa obtentora (nyer-len-gyi rgyu) del cuerpo madurado. La conciencia cargada causal es la condición que actúa simultáneamente (lhan-skyes rkyen). Es el agente (byed-pa-po) del renacimiento.
Aunque la anterior es la explicación habitual del renacimiento, el décimo eslabón, el eslabón de continuar la existencia, tiene cuatro fases – la existencia de bardo (bar-do’i srid-pa), la existencia de la concepción (skye-srid), la existencia pre-muerte (sngon-dus-kyi srid-pa) (el periodo que abarca desde el momento posterior a la concepción hasta la muerte), y la existencia de muerte (‘chi-srid). El onceavo eslabón, entonces, solo ocurre durante el primer momento de la existencia pre-muerte.
Dado que los impulsos kármicos que arrojan constituyen este décimo eslabón, integran todas las cuatro fases. Esto significa que un continuo del potencial kármico activado en el momento inmediatamente precedente al momento de morir, continúa a lo largo de las cuatro fases del décimo eslabón y da surgimiento a más impulsos kármicos que arrojan en cada momento de estas cuatro fases. Este potencial kármico continuará en la conciencia cargada hasta que deje de dar surgimiento a sus resultados madurados. Algunos potenciales kármicos dan, como sus resultados madurados, los cuerpos madurados de una serie de renacimientos.
- Por lo tanto, a lo largo de la existencia pre-muerte, la fuerza del elemento viento que acontece en el presente, la cual es apropiada como la base física de la conciencia y sus factores mentales acompañantes que acontecen en el presente, los moverá a tomar como su base física el flujo de los grandes elementos del siguiente momento de los sensores de cognición sensorial de ese cuerpo.
- Mientras perdure la fuerza de vida (srog, sct. jīva) para la siguiente vida, cada momento de los grandes elementos de los sensores cognitivos sensoriales del cuerpo de esta próxima vida continuarán siendo apropiados como la base física por la conciencia y los factores mentales que la acompañan en esa vida.
- Cuando la duración de una vida en particular se agota en el momento de la muerte, el continuo posterior de los grandes elementos de los sensores cognitivos sensoriales de ese cuerpo ya no pueden ser apropiados por la conciencia de la persona y sus factores mentales acompañantes como su base física. Estos elementos ya no son materia viva, animada y, en consecuencia, el cuerpo se vuelve un cadáver.
Aunque la presentación sutra de los doce eslabones incluye la existencia del bardo entre las cuatro fases del décimo eslabón, generalmente no brinda un análisis detallado de cómo los impulsos kármicos que arrojan funcionan durante esta existencia del bardo. Podemos complementar esto con la presentación del tantra anutarayoga del bardo y luego extrapolar a partir de ahí una posible presentación del sutra:
- En la presentación del tantra anutarayoga, la conciencia causal y la conciencia cargada resultante son la mente de luz clara más sutil.
- Antes de que la conciencia cargada resultante haya tomado los elementos burdos del cuerpo de renacimiento como su base física apropiada, primero toma el cuerpo del bardo como su base física apropiada. El cuerpo del bardo es el resultado madurado del potencial kármico activado en el momento de la muerte. La causa obtentora del cuerpo de bardo es el viento de energía más sutil que es la base física de la mente de luz clara más sutil en el momento de la muerte. El viento de energía más sutil del primer momento de la existencia de bardo es el flujo del viento de energía más sutil del momento de morir inmediatamente precedente. La mente de luz clara más sutil en el momento de morir sirve como la condición que actúa simultáneamente para el cuerpo del bardo. Notemos que la mente de luz clara más sutil y el viento de energía más sutil que es su base física constituye un par inseparable.
- La llamada “muerte pequeña” ocurre al final de la existencia del bardo. La fuerza del viento de energía más sutil del cuerpo del bardo en el momento de esta existencia de muerte pequeña mueve a la conciencia de luz clara más sutil cargada resultante a tomar como su siguiente base física apropiada los elementos burdos de la unión de un esperma y óvulo, si es que vamos a renacer como un humano.
- El par inseparable de la mente de luz clara más sutil y el viento de energía más sutil sirve como la condición que actúa simultáneamente para el cuerpo madurado del siguiente renacimiento. Como en la presentación del sutra, los elementos burdos de la unión del esperma y el óvulo en el momento inmediatamente precedente de la concepción del siguiente renacimiento, son la causa obtentora (nyer-len-gyi rgyu) de los elementos de flujo del cuerpo madurado de este siguiente renacimiento.
La presentación teórica del sutra extrapolada de esto es que:
- La conciencia cargada resultante toma a los elementos sutiles del cuerpo del bardo como su base física apropiada. El cuerpo de bardo es el resultado madurado del potencial kármico activado en el momento de morir. La condición que actúa simultáneamente para el surgimiento del cuerpo del bardo es la conciencia cargada causal.
- La causa obtentora del cuerpo de bardo deben ser elementos que son del mismo nivel de sutileza que los elementos sutiles del cuerpo del bardo. Por lo tanto, también deben ser grandes elementos sutiles. Mi hipótesis es que estos grandes elementos sutiles obtentores son los grandes elementos sutiles en el momento de morir.
- Cuando el sistema médico budista enumera los diez vientos de energía del cuerpo humano, cinco de ellos son los vientos de energía apropiados por los cinco tipos de conciencia sensorial como su base física que subyacen, en un sentido, a los grandes elementos burdos de los sensores cognitivos sensoriales respectivos. A diferencia del viento de energía burdo de la respiración, los vientos de energía que son la base física apropiada de los cinco tipos de conciencia sensorial, son elementos sutiles.
- Mi hipótesis es que estos vientos de energía sutil son parte de un conjunto completo de grandes elementos sutiles, y que los elementos de este conjunto son los elementos obtentores cuyo flujo son los grandes elementos sutiles de un cuerpo del bardo.
- Esta hipótesis se basa en un razonamiento por analogía. Los cuerpos de los dioses en el plano de los objetos sensoriales del deseo y en el plano de las formas etéreas – incluyendo sus sensores cognitivos sensoriales – están conformados por grandes elementos sutiles. Estos dioses son capaces de ver sus cuerpos de bardo que aún no acontecen justo antes de su muerte. Esto sugiere que los grandes elementos sutiles de su cuerpo del bardo serán el flujo de los grandes elementos sutiles que son la base física apropiada para sus sensores cognitivos sensoriales en el momento de su muerte.
Los resultados que corresponden a su causa en nuestro comportamiento
En la literatura budista india sobre el karma y en la literatura tibetana sobre el karma antes de Tsongkhapa (Tsong-kha-pa Blo-bzang grags-pa), los resultados que corresponden a su causa se refieren solo a lo que más tarde se llamó “resultados que corresponden a su causa en nuestra experiencia”. Sin embargo, en la Gran presentación de las etapas graduales del camino (Lam-rim chen-mo), Tsongkhapa afirma brevemente que los lamas del pasado - sin citar su nombres o textos - habían afirmado la división de este tipo de resultados en resultados que corresponden a su causa en nuestro comportamiento (byed-pa rgyu-mthun-gyi ´bras-bu) y resultados que corresponden a su causa en nuestra experiencia (myong-ba rgyu-mthun-gyi ´bras-bu).
Tsongkhapa afirma que los resultados que corresponden a su causa en nuestro comportamiento son, por ejemplo, disfrutar (dga´-bar ´gyu-ba) matar – así pues, el gusto por matar, el deleitarse matando, el disfrutar matando. Un ejemplo comúnmente usado es un niño que disfruta matando insectos desde pequeño. Este es el resultado de haber tomado la vida de otros repetidamente en vidas previas y surge al renacer como humano después de haber renacido en algunos de los peores estados de renacimiento. Con relación al comportamiento constructivo, Tsongkhapa solo afirma que este es el resultado opuesto al caso con el comportamiento destructivo.
Tiempo después, el maestro Sakya Ngorchen (Ngor-chen dKon-mchog lhun-grub) en Ornamento para embellecer las tres apariencias (rNam-gsum mdzes-par byed-pa´i rgyan) y el maestro Nyingma Patrul (rDza dPal-sprul O-rgyan ´jigs-med chos-kyi dbang-po) en Instrucciones personales de mi totalmente excelente gurú (Kun-bzang bla-ma´i zhal-lung; Las palabras de mi perfecto maestro) siguen la explicación de Tsongkhapa. Ngorchen y Patrul explican que estos resultados incluyen, no solo no querer cometer cierto tipo de acción destructiva sino, en lugar de eso, querer llevar a cabo la acción constructiva de abstenerse de ello.
Sin embargo, el solo haber cometido repetidamente cierto tipo de acción destructiva en vidas pasadas, no necesariamente implica que lo hayamos disfrutado. Puede haber sucedido que nos ordenaran y forzaran a matar repetidamente a otros en una guerra, a pesar de que no nos gustara, o el habernos visto forzados por una hambruna a robar comida repetidamente para alimentar a nuestros hijos, a pesar de no gustarnos robar. Así que, aunque yo no lo haya visto estipulado en texto alguno, yo añadiría la advertencia de que, si cometemos repetidamente acciones destructivas en vidas pasadas por propia iniciativa y gusto, entonces el resultado correspondiente a eso sería que continuaríamos con ese gusto de cometer esa acción destructiva. Sin embargo, si fuimos forzados a cometer repetidamente dicha acción de forma involuntaria y no nos gustó hacerlo, su resultado sería continuar nuestra falta de gusto por cometer esas acciones.
En Una discusión sobre los cinco factores agregados (Phung-po lnga´i rab-tu byed-pa, sct. Pañcaskandhaka-prakaraṇa), Chandrakirti anota al gozo (rab-tu dga´-ba) como un factor mental, y lo define como un estado mental de regocijo y satisfacción (sems-kyi mgu-ba) y especifica que es diferente a la felicidad mental (yid-bde-ba). Así que nos puede gustar hacer algo mientras nos sentimos felices o infelices - por ejemplo, nos puede gustar hablar honestamente o nos puede gustar parlotear sin sentido, estemos felices o infelices en ese momento.
Por favor, tomemos nota de que, por ejemplo, aunque nos guste pescar, que implica matar a un pez, eso no significa que el gusto por pescar acompaña cada momento de nuestra cognición, y tampoco que pesquemos constantemente. Sin embargo, cuando surge el pensamiento de ir a pescar, o cuando pensamos en ir a pescar o en realidad vamos a pescar, va acompañado por este factor mental del gusto por pescar.
Además, dado que es posible que nos guste pescar, entonces, aunque podamos experimentar el surgimiento del pensamiento de ir a pescar, podemos pensarlo nuevamente para decidir si ir a pescar o no; aun así, podemos, en realidad, no repetir la acción de pescar y matar peces. O quizá podamos ir a pescar y no atrapar a ningún pez y, por lo tanto, no matar pez alguno.
Por lo tanto, el resultado que corresponde a su causa en nuestro comportamiento no se refiere a lo que en realidad hacemos, sino a uno de los factores causales que afecta lo que hacemos. Entonces, el término para este resultado, es un ejemplo de darle el nombre de la causa a su resultado, como el llamar a la meditación para desarrollar shámata: “meditación shámata”.
El maestro Sakya Gorampa (Go-ram-pa bSod-nams seng-ge), en Un texto para el discurso sobre el entrenamiento mental “Separarse de los cuatro aferramientos”: Clave para los puntos esenciales profundos (Blo-sbyong zhen-pa bzhi-bral-gyi khrid-yig zab-don gnad-kyi lde´u-mig), lleva la explicación de Tsongkhapa un paso más adelante. Ahí, él afirma que los resultados que corresponden a su causa en nuestro comportamiento es desear llevar a cabo la acción nuevamente (slar-yang byed-´dod-pa ´byung) y, como resultado, caer en un peor renacimiento. “Desear o querer hacer algo” es la misma definición que Chandrakirti da para intención (´dun-pa). “Como resultado, caer en un peor renacimiento” indica que, si la consecuencia es una caída a un peor renacimiento, la intención es decisiva, sea o no que se implemente un método para causar que la acción suceda. El solo querer cometer cierto tipo de acción destructiva y el solamente querer llevarla a cabo, pero sin decidir cometerla en realidad, mucho menos no llevarla a cabo de hecho, no resulta por sí mismo en caer en un peor renacimiento.
En resumen, tanto que nos guste como que disfrutemos hacer algo como desear o querer hacerlo, como decidir hacerlo, son los resultados kármicos que corresponden a su causa: nuestro comportamiento en vidas previas. Dicho resultado no se refiere a realmente repetir la acción.
Postulemos el análisis tentativo de un resultado correspondiente a su causa en nuestro comportamiento de acuerdo a la explicación de Tsongkhapa, complementada por la de Gorampa, y hagámoslo solo en términos de una acción de cuerpo o palabra que nos guste hacer y disfrutemos hacer:
- Primero, surge un pensamiento para repetir alguna acción que hemos llevado a cabo previamente. El pensamiento va acompañado por el factor mental del gusto por realizar dicha acción. Es posible que no reconozcamos eso como un pensamiento y simplemente lo experimentemos como: “tengo ganas de hacer esto nuevamente”, pero, técnicamente, es una cognición conceptual en la que el objeto que aparece (snang-yul) es la categoría de objeto (don-spyi) de una acción de cuerpo o palabra que hemos llevado a cabo previamente. A través de dicha categoría aparece un holograma mental de un movimiento del cuerpo o un holograma mental de la emisión de la palabra que representan esa acción, similar a la que hemos llevado a cabo previamente como un método para implementar esa acción. El surgimiento de este pensamiento puede ser provocado por diversas circunstancias, tales como una emoción perturbadora o constructiva, una sensación de infelicidad o felicidad, una sensación física placentera o dolorosa, una consideración incorrecta, la influencia de otros, estar habituado a tales pensamientos, etc. Aunque este mero pensamiento no conduzca siquiera a considerar repetir dicha acción ahora o más tarde, sin embargo, el solo hecho de tener gusto por llevar a cabo esta acción, cuando surge el pensamiento, puede disparar una secuencia de eventos.
- Entonces, surge una intención - el propósito o el deseo de repetir la acción. La intención puede ya ser decisiva o puede acompañar al impulso mental de pensarlo y tomar una decisión al respecto.
- Cuando la intención es decisiva y surgen las circunstancias que la sostienen, se activa una combinación de un potencial kármico que tiene la naturaleza esencial de una tendencia kármica y se activa la tendencia kármica misma proveniente de acciones similares previas, como un mero impulso kármico de la mente (un impulso kármico) de repetir la acción.
- Este mero impulso kármico de la mente, atrae a uno de los tipos de conciencia sensorial (por ejemplo, conciencia del ojo), junto con la intención decisiva, el gusto por llevar a cabo la acción y otros factores mentales acompañantes, para conocer un objeto que sirva como base para la acción de cuerpo o palabra.
- De manera simultánea, o un poco después, un impulso kármico de la mente atrae a la conciencia del cuerpo junto con la intención decisiva, el gusto por llevar a cabo la acción y otros factores mentales acompañantes, para conocer los grandes elementos apropiados del cuerpo.
- Un impulso kármico de la mente causa ahora que los grandes elementos apropiados del cuerpo funcionen como la causa generadora (skyed-pa’i rgyu, sct. jananahetu) que da surgimiento al impuso kármico del cuerpo o palabra de acuerdo con la intención decisiva que acompaña a este impulso kármico de la mente. El impulso kármico de cuerpo o palabra es la forma reveladora que es el movimiento del cuerpo o la emisión de la palabra como el método con el cual implementar la acción física o verbal.
- De manera simultánea con el surgimiento del primer momento de la forma reveladora de la fase principal de la acción, los mismos grandes elementos apropiados del cuerpo que dan surgimiento a esta forma reveladora funcionan también como causa generadora que da surgimiento a la forma no reveladora del cuerpo o de la palabra.
- Momentos subsecuentes de los grandes elementos apropiados del cuerpo sirven como causa dependiente (rten-gyi rgyu, sct. niśrayahetu) para momentos subsecuentes tanto de las formas reveladoras como no reveladoras de la acción.
- El movimiento particular del cuerpo, hacia el cual es atraída la conciencia corporal que causa que el cuerpo tome, es parecido a la forma de movimientos previos similares del cuerpo. El sonido de las expresiones del habla, hacia las cuales la conciencia corporal es atraída para causar la voz a emitir, es parecida a los sonidos previos similares de la voz. Sin embargo, el resultado que se parece a su causa en nuestro comportamiento aquí, es el gusto y el querer involucrar al cuerpo y a la palabra de esta manera y no el movimiento del cuerpo o la emisión de las palabras.
Notemos que, como impulsos kármicos, el gusto por cierto tipo de acción y tener la intención de participar en ella, toma el estatus ético de ese comportamiento. Por lo tanto, los resultados que correspondan a su causa en nuestro comportamiento pueden ser destructivos, constructivos o no especificados. Así que este tipo de resultados surgen tanto de potenciales kármicos que tienen la naturaleza esencial de las tendencias como de las tendencias mismas. Solo los resultados madurados son los que no pueden surgir de las tendencias kármicas mismas, ya que los resultados madurados solo pueden ser no especificados y las causas maduradoras para ellos solo pueden ser constructivas o destructivas, y porque las tendencias kármicas en sí mismas son siempre no especificadas.
Notemos también que, aunque los factores mentales de gustar de hacer algo, la intención de hacerlo y los impulsos kármicos del cuerpo y la palabra se parecen a aquellos en nuestro comportamiento previo, la persona que sirve como base en el camino del karma no es necesariamente en el continuo de la persona que sirvió como base para nuestras acciones similares previas. Por ejemplo, podemos matar al renacimiento de alguien que matamos en su vida previa o podemos matar a alguien más; podemos mentir una vez más a la misma persona a quien le mentimos anteriormente o podemos mentirle a alguien más.
Los resultados que corresponden a su causa en nuestra experiencia
Hay mucha variedad de resultados que corresponden a su causa en nuestra experiencia. Como los resultados que corresponden a nuestro comportamiento, estos resultados también suceden al renacer como humanos, por ejemplo, después de un renacimiento en uno de los peores estados de renacimiento. Por ejemplo, por matar, nuestra vida es corta y plagada de enfermedades y perjuicios - por ejemplo, podemos morir atropellados. Cuando eso pasa, un impulso kármico del movimiento de nuestro cuerpo lleva a los sensores de nuestro cuerpo a entrar en contacto con el coche que nos atropella, y nuestra conciencia corporal conoce la sensación dolorosa de nuestro cuerpo siendo atropellado. Como resultado del daño al cuerpo, los elementos de nuestro cuerpo ya no pueden servir como causa dependiente para la continuación de nuestra fuerza de vida y fallecemos.
Por haber mentido, se nos miente y otros nos engañan. Cuando eso sucede, nuestra conciencia auditiva es atraída a tomar como su objeto de sonido las palabras emitidas por aquel que nos miente, o nuestra conciencia ocular es atraída a leer tales palabras.
Veamos que, en estos casos, nuestra cognición de los objetos físicos a los que son atraídos nuestras conciencias sensoriales - nuestra sensación física de una sensación dolorosa que causa nuestra muerte o el escuchar los sonidos de palabras engañosas - se parecen a las cogniciones que hemos causado que conozcan las conciencias sensoriales de otros. Cuando nuestra conciencia sensorial conoce a estos objetos toma el estatus ético de la emoción que los acompaña y surge de los potenciales kármicos que tienen la esencia natural de una tendencia y de las tendencias mismas de haber causado previamente que otros conozcan algo similar. Estos potenciales kármicos y tendencias no causan las acciones de otros. No causan que alguien nos atropelle o nos mienta. Solo causan que conozcamos los objetos sensoriales - la sensación dolorosa de ser atropellado por un coche o los sonidos de las palabras engañosas siendo pronunciadas - que experimentamos al ser la base hacia la cual está dirigida su acción.
Postulemos un análisis tentativo de cómo surge nuestra experiencia de conocer tales objetos sensoriales - por ejemplo, la sensación dolorosa de ser atropellado por un coche:
- Primero surge un pensamiento con el cual pensamos entrar en una situación que proveerá las circunstancias de nuestro encuentro con tal objeto cognitivo - por ejemplo, el pensamiento de cruzar la calle en un lugar y momento específicos. Veamos que el resultado - la experiencia de la sensación física de ser atropellado por un coche - todavía no existe, de manera predeterminada, dentro de este impulso kármico que nos llevó a ese pensamiento, o dentro de ese pensamiento, o dentro de nuestro cruzar la calle. Un resultado no está dentro de una causa, esperando salir. Las causas para la presencia del coche que nos atropella tampoco surge desde nuestro lado - no causamos que el coche sea manejado por esa calle, ni causamos que el chofer nos atropelle. Esos surgen de sus propias causas.
- A continuación, surge una intención - la intención o deseo de entrar en la situación que proporcionará la circunstancia para encontrarse con el objeto - la intención de cruzar la calle. La intención puede ser decisiva o no decisiva.
- Cuando la intención es decisiva y surgen las circunstancias de apoyo, se activa un potencial kármico que tiene la naturaleza esencial de una tendencia kármica, así como la tendencia kármica misma, para experimentar el resultado que corresponde a su causa como un mero impulso kármico de la mente (un impulso mental) de entrar en esa situación.
- Este mero impulso kármico de la mente atrae a nuestra conciencia corporal, junto con la intención decisiva y otros factores mentales acompañantes, de involucrar un impulso kármico del movimiento de nuestro cuerpo como método para hacer contacto con el coche que nos está atropellando. Este impulso kármico de la mente también atrae a nuestra conciencia corporal a conocer la sensación física de dolor de ser atropellado.
Los resultados dominantes
Los resultados dominantes se refieren a las circunstancias del estado de renacimiento en el cual hemos renacido y que experimentamos en común con muchos otros que renacen en el mismo ambiente. Por ejemplo, por tomar la vida de otros, renacemos en un lugar peligroso o insalubre donde la comida y la bebida son escasas y de mala calidad. Por mentir, renaceremos en un lugar donde prevalezca el miedo y la deshonestidad y donde los proyectos tiendan a fracasar. En los textos no se especifica si este resultado también se refiere a mudarse a dichos lugares durante nuestra vida. En vista de que estas condiciones del lugar en donde podemos renacer surgen como resultado de actividad humana, Gorampa los llama “resultados hechos por humanos” (skyes-bu byed-pa´i ´bras-bu).
Mi hipótesis tentativa es que nuestra experiencia de estos resultados dominantes en nuestro estado de renacimiento se refiere a los resultados que provienen de los impulsos kármicos completos (rdzogs-byed-kyi las) que también se activan en el momento de la muerte a partir de los potenciales kármicos que tienen la naturaleza esencial de las tendencias. Los impulsos kármicos completos completan las circunstancias en las cuales los resultados madurados suceden y son parte del décimo eslabón de surgimiento dependiente, el eslabón de continuar la existencia. Si esta hipótesis es correcta, la manera en que surge nuestra experiencia de estos resultados sería como aquellas señaladas con respecto a nuestra experiencia de los resultados madurados.
Felicidad e infelicidad
La primera de las cuatro leyes del karma, la ley de la certeza del karma, establece que es seguro que cualquier felicidad que experimentemos es el resultado de haber cometido previamente acciones constructivas, y que cualquier infelicidad que experimentemos es el resultado de haber cometido previamente acciones destructivas. Sin embargo, nunca he visto que se establezca cuál de los cuatro tipos de resultados son esas sensaciones, al surgir durante nuestras vidas. Mi hipótesis es que estos resultados de felicidad e infelicidad son una sub-categoría de resultados madurados, ya que las sensaciones en sí mismas son fenómenos no especificados, y que surgen solo de fenómenos constructivos o destructivos. Sin embargo, cuando son acompañados por una conciencia, las sensaciones de felicidad e infelicidad toman el estatus ético de esa conciencia, como lo hacen el impulso kármico de la mente (el impulso mental) y otros factores mentales acompañantes.
Análisis de la causa y el efecto kármicos en términos de los cinco agregados
Todos los componentes que crean cada momento de un camino kármico, sus repercusiones kármicas y la experiencia de sus resultados kármicos, caben en los cinco factores agregados que componen cada momento de nuestra experiencia. Analicemos solo las acciones físicas y verbales que son constructivas o destructivas y solo las fases principales de esas acciones.
Durante el momento del camino kármico
Los agregados de la forma de fenómenos físicos
- Lo visible del cuerpo o el sonido de la voz de la base hacia la cual está dirigida la acción, así como la otra persona hacia quien la acción va dirigida, como un fenómeno de imputación sobre eso que es visible o sobre el sonido. También puede ser lo visible de un objeto a robar. Esto se refiere a los hologramas mentales que representan a todo esto, que están conectados con nuestro continuo mental. No se refiere al cuerpo real, voz o sí mismo convencional de esta otra persona, o al objeto real que robamos, ninguno de los cuales están conectados con nuestro continuo mental.
- La forma reveladora (el potencial kármico obvio) - la forma del movimiento compulsivo de nuestro cuerpo o el sonido de la emisión compulsiva de nuestra voz durante la implementación de la acción kármica.
- La forma no reveladora (el potencial kármico no obvio).
El agregado de la distinción
- Distinguir la base hacia la cual está dirigida la acción kármica.
El agregado de otras variables que afectan
- Los impulsos kármicos apremiantes de la mente (el impulso mental)
- La intención
- La emoción motivadora
- El gusto por llevar a cabo la acción
- Otros factores mentales acompañantes
- La acción kármica de cuerpo o palabra (el camino del impulso kármico de cuerpo o palabra, el potencial kármico obvio), como una variable que afecta no congruente.
El agregado de la sensación
- Sentir un nivel de felicidad o infelicidad.
El agregado de la conciencia
- La conciencia sensorial que conoce lo visible del cuerpo o el sonido de la voz de la base hacia la cual va dirigida la acción, así como la otra persona hacia quien va dirigida la acción, o conocer lo visible de un objeto a robar.
- La conciencia corporal que conoce los elementos de nuestro cuerpo involucrado en producir los movimientos del cuerpo o los sonidos de la voz.
El final del camino kármico puede ser experimentado en nuestro propio continuo mental, por ejemplo: (1) distinguiendo lo que hemos robado como nuestro, (2) experimentando la sensación de placer en un acto sexual inapropiado, o (3) expresando parloteo sin sentido.
O el final puede no ser experimentado como parte de nuestro continuo mental - por ejemplo: el objeto de nuestra acción kármica: (1) muere, (2) entiende las palabras de nuestra mentira, (3) entiende las palabras de nuestro lenguaje grosero, o (4) las dos partes que son los objetos de nuestro lenguaje divisorio pierden su armonía o su falta de armonía empeora. En tales casos, no necesitamos darnos cuenta de que nuestra acción kármica ha alcanzado su final, aunque aún necesitamos estar vivos para que los resultados de nuestra acción se completen.
Durante el momento de la repercusión kármica
El agregado de las formas de fenómenos físicos
- La forma no reveladora (el potencial kármico no obvio)
El agregado de otras variables que afectan
- El potencial kármico que ha asumido la naturaleza esencial de una tendencia (el potencial kármico no obvio)
- La tendencia kármica
- El hábito kármico constante
También están los otros tres agregados en cada momento de experiencia, incluyendo a los factores mentales destructivos, constructivos manchados y no especificados.
Durante el momento en que surgen los resultados kármicos
El agregado de la forma de fenómenos físicos
- El tipo de cuerpo de renacimiento (humano, mosca)
- El tipo de sensores cognitivos de nuestro cuerpo de renacimiento (los de ojos humanos, de ojos de mosca)
- Como objeto de cognición, lo visible, el sonido, el olor, el sabor o la sensación física del ambiente en el que renacemos o vivimos.
- Como objeto de cognición, lo visible, el sonido o la sensación física de algo que nos pasa similar a lo que hemos hecho en el pasado.
El agregado de la conciencia
- Los tipos de conciencia de nuestro cuerpo de renacimiento (conciencia mental o visual humanas, conciencia visual o mental de mosca)
- El momento de conciencia que conoce lo visible, el sonido o la sensación física de algo que nos está pasando, similar a algo que hemos hecho en el pasado.
El agregado de la sensación
- El nivel de felicidad o infelicidad que acompaña a cada momento.
El agregado de otras variables que afectan
- El mero impulso kármico de la mente (el impulso mental) que atrae a la conciencia y a los factores mentales que la acompañan a lo visible, al sonido o a la sensación física de algo que nos sucede que es similar a lo que hemos hecho en el pasado.
- Los factores mentales no especificados del tipo de mente de nuestro renacimiento (por ejemplo, concentración humana, concentración de mosca; el darse cuenta que discrimina e inteligencia humanas, o el darse cuenta que discrimina e inteligencia de una mosca)
- O, en el caso de un resultado que corresponde a su causa en nuestro comportamiento, que nos guste llevar a cabo una acción similar a la que hemos hecho antes y la intención decisiva de repetirla.
Por supuesto, a cada momento, también están el agregado de la distinción y, como parte del agregado de otras variables que afectan, los factores mentales constructivos, destructivos y no especificados.
En cualquiera de estas tres situaciones: durante el camino kármico, después, antes de que los resultados hayan ocurrido y mientras los resultados están sucediendo, los diversos tipos de repercusiones también están presentes en los agregados de las variables que afectan en tanto no hayan terminado de dar sus resultados.
El sí mismo como agente del karma y quien experimenta sus resultados
El sí mismo, el “yo” convencional, una persona, es una variable que afecta no congruente, un fenómeno de imputación no estático sobre la base de los agregados siempre cambiantes a través de tres períodos: durante el tiempo del camino kármico, durante el tiempo de las repercusiones kármicas y durante el tiempo en que surgen los resultados kármicos. Las repercusiones kármicas que son variables que afectan no congruentes son fenómenos de imputación sobre la base de este yo convencional - en un sentido, van a cuestas del yo convencional. Tanto el yo convencional como las repercusiones kármicas que lleva a cuestas, son parte de los agregados de otras variables que afectan. Es este yo convencional el que comete las acciones kármicas y experimenta sus resultados.
Los agregados, como base de imputación del sí mismo (yo), son no estáticos (cambian a cada momento), no son monolíticos (están compuestos por muchos componentes constantemente cambiantes) y no pueden existir independientemente de ser el cuerpo, la mente, etc., de una persona. De manera similar, el sí mismo, la persona, como base de imputación de las repercusiones kármicas que son variables que afectan no congruentes, tampoco es estático (son cambiantes, son afectados por las cosas y son capaces de hacer cualquier cosa), no carecen de partes y no pueden existir de manera separada e independiente de un cuerpo, una mente y demás. De manera similar, las repercusiones kármicas que son fenómenos imputados sobre la base del yo, también son no estáticas (son cambiantes, afectadas por las cosas y capaces de hacer cualquier cosa), tienen partes, y no pueden existir de manera separada e independientemente de una persona, un cuerpo, una mente y demás.
- La total ausencia de un yo estático, sin partes, que existe independientemente es la falta de identidad burda de una persona (gang-zag-gi bdag-med rags-pa).
- Si el sí mismo (yo) fuera estático, no podría llevar a cabo acción alguna y no podría experimentar resultado alguno.
- Si el sí mismo (yo) no tuviera partes, no podría tener los dos aspectos distintivos de cometer una acción kármica y experimentar sus resultados.
- Si el sí mismo (yo) fuera independiente y pudiera existir de manera separada por sí mismo, entonces podría hacer cosas sin un cuerpo o una mente, y el cuerpo podría hacer cosas sin que nadie las hiciera.
- Por consiguiente, no hay un sí mismo (yo) estático, sin partes, independiente y separado, viviendo dentro del cuerpo y la mente que los opere como sus posesiones - cometer acciones kármicas con el cuerpo, la palabra y la mente y experimentar sus resultados con el cuerpo y la mente.
- La relación del sí mismo (yo) con los agregados es la de un fenómeno imputado atado a su base de imputación.
- El yo está atado, como un fenómeno de imputación, a la base de un entramado de agregados, diferente pero relacionado, en cada vida, y a un entramado de agregados diferente, pero relacionado, en cada momento de cada vida.
- Las repercusiones kármicas que son variables que afectan no congruentes atadas al yo, como fenómenos de imputación, también son diferentes, pero relacionadas a cada momento en cada vida.
Como un fenómeno de imputación atado a los agregados como su base de imputación, el sí mismo (yo) solo puede ser conocido de manera simultánea con los agregados.
- Su vacuidad de ser autosuficientemente conocible (rdzas-yod) es la falta de identidad sutil de una persona (gang-zag-gi bdag-med phra-mo).
- Si una persona pudiera ser conocida solo por sí misma como “mala” o “la culpable”, entonces dicha persona podría ser conocida válidamente como culpable por cualquiera que la viera, sin saber de qué es culpable.
Como un objeto conocible de forma imputada (btags-yod), la existencia del yo solo puede establecerse en términos de aquello a lo que se refiere la etiqueta mental (concepto, categoría) de “sí mismo” y a lo que el término “sí mismo” se refiere sobre la base de sus agregados. No es algo autoestablecido (rang-bzhin-gyi grub-pa, inherentemente existente).
- El etiquetado mental es conceptual y mediante categorías estáticas.
- La designación se hace con palabras designadas a categorías y, a través de categorías, en los elementos que encajan en las categorías.
- La existencia autoestablecida de algo es la existencia establecida por una naturaleza autoestablecida (rang-bzhin) encontrable dentro del objeto, convirtiéndolo en una “cosa” (btags-don) referente encontrable correspondiente al etiquetado mental y a la palabra para ello, más que solo como el objeto referente (btags-chos) al que se refieren la palabra y la etiqueta mental.
En cada momento de experiencia creado por componentes de cada uno de los cinco agregados, los componentes individuales no existen como entidades autoestablecidas encapsuladas en plástico, separadas una de la otra, al igual que con el sí mismo (yo). Pero podemos distinguir unos de otros, encajarlos conceptualmente en categorías y nombrarlos. Igualmente, su existencia solo puede ser establecida como aquello a lo que se refieren los conceptos, las categorías y las palabras designados para ellos convencionalmente.
Culpa versus responsabilidad por las acciones kármicas
El sí mismo (yo) concebido como el culpable de una acción kármica y que experimenta sus resultados, implica que hay una persona estática autoestablecida, verdaderamente existente y autosuficientemente conocible - el yo a ser refutado - que cometió la acción y quien ha experimentado el resultado. El énfasis en la “culpa” es en lo que ya no está aconteciendo (la acción kármica) y en la experiencia del resultado que, o bien, acontece en el presente, o aún no acontece.
Más detalladamente, la “culpa” por las acciones kármicas está basada en la idea equivocada de que:
- El “yo” convencional que cometió la acción kármica y que experimenta sus resultados es el yo a ser refutado.
- El resultado kármico existe como una entidad estática, autoestablecida, predeterminada y encontrable dentro (1) la acción kármica que acontece en el presente y que ya no está aconteciendo, (2) la repercusión kármica que aún no acontece, que acontece en el presente y que ya no está aconteciendo, y (3) su resultado kármico que aún no acontece, que acontece en el presente y que ya no está aconteciendo.
- La repercusión kármica errónea es un fenómeno de imputación atado a la base del sí mismo (yo) a ser refutado, que es un sí mismo (yo) que no existe en absoluto.
El sí mismo (yo) como responsable por sus acciones kármicas cometidas previamente es el sí mismo (yo) convencional, de surgimiento dependiente, no estático, siempre cambiante y conocido de forma imputada. El énfasis con “ser responsable” está en que el “yo” convencional sea responsable por experimentar o no experimentar aún los resultados de las acciones pasadas, o bien, en ser responsable de cambiar su comportamiento. Por ejemplo, por medio de la aplicación de fuerzas oponentes, es posible evitar experimentar los efectos kármicos que de otra manera surgirían.
Conclusión
Para evitar sufrimientos tales como la culpa, necesitamos deconstruir los componentes de los tres períodos del karma (el camino kármico de una acción kármica, las repercusiones kármicas y los resultados kármicos) en los cinco agregados que ocurren durante ellos y entender al yo convencional como un fenómeno de imputación atado a ellos como su base. Necesitamos entender que todos los componentes de estos agregados surgen en dependencia de sus propias causas, partes y aquello a lo que se refieren los conceptos y las palabras. Entonces podemos entender que la “culpa” por experimentar los resultados kármicos de nuestro comportamiento está basada en una idea errónea involucrada con el aferramiento a un “yo” autoestablecido, mientras que la “responsabilidad” por nuestro karma está basada en el correcto entendimiento de la vacuidad y el surgimiento dependiente. Con dicho entendimiento, podemos trabajar con los diversos factores involucrados en el karma para proveer las circunstancias más conducentes para alcanzar la liberación y la iluminación.