Los cuerpos físicos de los budas y los arhats

Los cuerpos físicos de un buda

La mente omnisciente de un buda impregna todos los objetos conocibles y, desde el punto de vista del tantra anutarayoga, se trata puramente del nivel de luz clara más sutil de la mente. Dado que el viento más sutil de un buda y la mente de luz clara más sutil tienen la misma naturaleza esencial (ngo-bo gcig), el viento más sutil de un buda también impregna todos los fenómenos, por ejemplo, todos los fenómenos que son formas de fenómenos físicos (gzugs, sct. rupa, forma). Esto es similar al espacio (nam-mkha') que impregna todas las formas de fenómenos físicos. Considerando los cuatro elementos —es decir, tierra, agua, fuego y viento— de algunas formas de fenómenos físicos, como una mesa, como una base para la imputación (gdags-gzhi), no sólo el espacio es una imputación válida sobre esa base, sino también la persona (gang-zag) de un buda.

Pero como el objeto de referencia del etiquetado (btags-chos) y la base para la imputación no son lo mismo, entonces, así como la mesa no es el espacio de la mesa, también el buda en el que meditamos como si fuera una imputación sobre la base de la mesa, no es la mesa. Por lo tanto, podemos meditar sobre el buda como si fuera una imputación sobre todo y en todas partes, pero eso no hace que el buda sea idéntico al universo o que el buda sea del tamaño del universo. Así pues, la afirmación budista de que la mente omnisciente de un buda impregna el universo no equivale a las afirmaciones no budistas Samkhya y Vaisheshika de personas (skyes-bu, sct. purusha) o «almas» (bdag, sct. atman, identidades) que impregnan el universo y que son estáticas, sin partes y existen independientemente de un cuerpo o de una mente.

Un buda tiene agregados no manchados (zag-med-kyi phung-po). Esto significa que los cuatro elementos del cuerpo de emanaciones de un buda (sprul-sku, sct. nirmanakaya, cuerpo de emanación) también son inmaculados. No son el resultado de emociones y actitudes perturbadoras y, por lo tanto, no son los cuatro elementos manchados de los cuerpos ordinarios. Puesto que un buda solo tiene una mente y un viento del nivel más sutil, y estos no están manchados, cualquier cuerpo de emanación específico también tiene solo los cuatro elementos más sutiles no manchados.

De acuerdo con el Kalachakra, estos elementos sutiles no manchados serían parte de la gota más sutil no manchada; mientras que el sonido del habla de un buda sería parte del sonido más sutil no manchado «nada» (N. del T. “Nada” es un término sánscrito que se refiere al sonido más sutil primordial del cual surgen todos los sonidos).

Del mismo modo que sobre la base de los cuatro elementos manchados de la mesa como una base para la imputación, podemos meditar y etiquetar a un buda y, por lo tanto, al cuerpo de emanación de un buda (Nirmanakaya), sobre la base de los cuatro elementos manchados burdos del esperma y el óvulo de un progenitor, podemos meditar y etiquetar a un buda y al cuerpo de emanación de un buda. Entonces, así como la mesa no es el cuerpo de emanación de un buda, el cuerpo burdo que se desarrolla a partir de los cuatro elementos manchados del esperma y el óvulo de los padres no es el cuerpo de emanación de un buda. El cuerpo de emanación real de un buda es solo los cuatro elementos más sutiles no manchados, el viento, la mente y el sonido. Así pues, la base de la imputación del cuerpo de emanación de un buda sufre vejez, enfermedad y muerte; y así parece que el cuerpo de emanación de un buda sufre vejez, enfermedad y muerte, pero en realidad los cuatro elementos no manchados del cuerpo de emanación de un buda no sufren vejez, enfermedad y muerte.

Así pues, la afirmación budista de que el cuerpo de emanación no manchado de un buda y, por lo tanto, un buda, es una imputación sobre los elementos contaminados de, por ejemplo, un cuerpo humano ordinario, no es en absoluto igual a la visión no budista de un «alma» verdaderamente existente que puede existir independientemente de un cuerpo y una mente, y que puede introducirse en los elementos de un cuerpo humano ordinario.

Podemos hacer un análisis similar de los cuerpos que componen el Cuerpo de Uso Pleno de un buda (longs-sku, sct. sambhogakaya; «cuerpo de disfrute») —formas sutiles que aparecen a los bodisatvas arya en tierras puras (dag-zhing) para enseñarles el Mahayana—. Los cuatro elementos no manchados del cuerpo de uso pleno de un buda son imputaciones sobre la base de los cuatro elementos sutiles manchados de un cuerpo en una tierra pura. Estos cuatro elementos sutiles manchados se parecen a los cuatro elementos sutiles de los cuerpos de los seres del plano de las formas etéreas (gzugs-khams, sct. rupadhatu; reino de la forma). Sin embargo, desde el punto de vista del tantra anutarayoga, los cuatro elementos de tales cuerpos siguen siendo formas burdas, no sutiles como las de un cuerpo ilusorio (sgyu-lus).

El cuerpo físico de un arhat

En cuanto al cuerpo de un arhat, tenemos que considerar los siguientes puntos. De acuerdo con la escuela Prasánguika Gelug, los aryas shrávaka, los aryas pratyekabuda y los aryas bodisatva, todos tienen la misma comprensión de la vacuidad. Así pues, desde el punto de vista de la escuela Prasánguika Gelug, todos los arhats —ya sean shrávakas, pratyekabudas o bodisatvas— poseen agregados no manchados en el momento de absorción total (mnyam-bzhag; equilibrio meditativo) sobre la vacuidad, y agregados manchados durante el logro subsecuente (rjes-thob, post-meditación). Esto ocurre tanto durante la vida en la que se logra la liberación como en todas las vidas posteriores hasta alcanzar la iluminación.

  • Según la escuela Prasánguika Gelug, los agregados de una persona están manchados cuando su mente da lugar a apariencias de una existencia verdaderamente establecida. No están manchados cuando su mente no da lugar a tales apariencias.

Desde el momento en que logran la cognición no conceptual de la vacuidad y se convierten en aryas, e incluso durante el resto de su vida en la que alcanzan la liberación y se convierten en arhats, los cuerpos de estos aryas y arhats, ya sea que estén manchados o no, se incluyen entre los estimuladores cognitivos que son formas de fenómenos físicos (gzugs-kyi skye-mched). Estos estimuladores cognitivos pueden ser conocidos por la conciencia visual o por la mental.

Durante las vidas posteriores, hasta que alcanzan la iluminación, los arhats shrávaka y los arhats pratyekabuda que no han desarrollado la bodichita residen en tierras puras. Los bodisatvas arya también pueden residir en tierras puras si así lo deciden y realizan las prácticas apropiadas para llegar a esas tierras. Los arhats shrávaka y pratyekabuda que, después de lograr la liberación, desarrollan la bodichita, así como los arhats bodisatva de linaje definido (rigs-nges-pa'i byang-sems) —es decir, los bodisatvas que han sido definidos sobre su linaje como bodisatvas desde antes de alcanzar el estado de arhat y, por lo tanto, que han logrado el estado de arhat como bodisatvas y no como shrávakas o pratyekabudas antes de desarrollar la bodichita—, pueden o no residir en tierras puras. Los bodisatvas arya y los arhats shrávakas y pratyekabudas que desarrollan la bodichita reciben allí enseñanzas Mahayana provenientes de un Cuerpo de Uso Pleno de un buda.

Cuando están en tierras puras, los cuerpos de los aryas y de los arhats son visibles para su propia conciencia visual, así como para la conciencia visual de otros arhats, pero no para la conciencia visual de los seres ordinarios. En consecuencia, sus cuerpos siguen incluyéndose entre los estimuladores cognitivos que son formas de fenómenos físicos. No obstante, estos cuerpos se consideran formas de fenómenos físicos que tienen la naturaleza funcional de la mente (yid-kyi rang-bzhin gyi gzugs) y a veces se denominan «cuerpos mentales» (yid-lus). En este sentido, también se asemejan a los cuatro elementos sutiles de los cuerpos de los seres del plano de las formas etéreas.

Ser un «cuerpo mental» y «tener la naturaleza funcional de la mente» no implica que estas formas de fenómenos físicos sean formas de darse cuenta de algo. Significa que su naturaleza funcional —cómo funcionan para producir cogniciones de ellos— es similar a la de los objetos que solo son conocidos por la conciencia mental.

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