La literatura y la tradición oral budistas registran muchos ejemplos de consciencias viajando con una forma sutil fuera del cuerpo burdo. Tales fenómenos también han sido notados en occidente y frecuentemente llamados “viajes astrales”. Aunque es difícil correlacionar las experiencias e identificar casos individuales de una cultura a otra dentro de sus propios esquemas de clasificación, aun así puede ser útil delinear algunas variedades de este fenómeno como son encontradas en las tradiciones budistas de la India y el Tíbet.
Cuerpo ilusorio
Es posible lograr un cuerpo ilusorio (sgyu-lus) a través de prácticas intensivas de meditación profunda. Es el resultado de una práctica extremadamente avanzada del estado completo (rdzogs-rim, estado completo) en el anutarayoga, la clase más avanzada de tantra. Es con este cuerpo que se logra la realización no conceptual de la vacuidad con la luz clara de la mente más sutil. En esta forma, es posible viajar extensivamente fuera de las limitaciones del propio cuerpo físico, trabajando para el beneficio de otros.
Para obtener un cuerpo ilusorio, es necesario haber logrado de antemano tres cosas: renunciar al sufrimiento, la mente de la bodichita de alcanzar la budeidad a fin de poder ayudar a los demás a lograr lo mismo, y un entendimiento conceptual correcto de la vacuidad. En añadidura, se debe haber logrado una absorción meditativa unipuntual (ting-nge-‘dzin, sct.. samadhi), haber recibido las debidas iniciaciones tántricas de un maestro tántrico plenamente calificado, haber mantenido puramente todos los votos y alcanzado maestría en el estado de generación (bskyed-rim) y en las prácticas iniciales del estado completo del anutarayoga tantra.
Cuerpo de sueño
También se puede obtener el uso de un cuerpo de sueño (rmi-lam-gyi lus) a través de abundante práctica de meditación. Esta forma es particularmente favorable para la atención unipuntual, ya que al estar dormido no se tiene la distracción de la conciencia de los sentidos, por tanto, los practicantes a menudo lo cultivan para lograr mayor progreso en sus estudios. Al haber obtenido control sobre el estado del sueño y dominando este tipo de emanación, se pueden colocar libros en la habitación y memorizarlos mientras se duerme. Sin embargo, debido a que el cuerpo de sueño es incapaz de tener contacto con objetos concretos y no puede darle vuelta a las páginas, es necesario organizar varias copias de los libros para no tener la necesidad de voltear las páginas.
Además, tanto el cuerpo de sueño como el ilusorio están conectados al cuerpo burdo meramente por el karma. No hay vínculos físicos entre los dos.
Perturbaciones en el cuerpo sutil
Lo que se conoce como cuerpo sutil (lus phra-mo) no es un cuerpo que pueda abandonar nuestra propia forma física. En cambio, es el sistema de energía sutil dentro de nuestro cuerpo burdo. Es la red de canales de energía (rtsa, sct. nadi) y nódulos de energía (rtsa-‘khor, sct. chakra) invisibles, las gotas de energía creadora (thig-le, sct. bindu) localizadas en ellos y los vientos de energía (rlung, sct. prana) que fluyen a través de ellos. Algunas partes de este sistema se encuentran involucradas en el funcionamiento normal de la percepción sensorial. Mediante la absorción meditativa y un entrenamiento yóguico avanzado, es posible hacer un uso especial de este sistema para lograr poderes extra-físicos y extra-sensoriales, tales como la telepatía y la clarividencia. Sin embargo, también existen muchas enfermedades causadas por perturbaciones y desequilibrios de los vientos de energía. Tales desórdenes pueden producir alucinaciones y percepción anormal, tales como la sensación de estar fuera del propio cuerpo.
Efectos secundarios de las prácticas de visualización
Además, existen varios tipos de meditación en los cuales se cultivan y se aprovechan los poderes de la imaginación para lograr un progreso espiritual. Por ejemplo, al aprender a visualizar a todos los seres como esqueletos, podemos disminuir nuestra atracción compulsiva y deseo por el cuerpo, y así eliminar el sufrimiento y la ansiedad del deseo anhelante. Se puede entrenar a la mente para visualizar en todas las direcciones simultáneamente e incluso para ver los órganos internos del cuerpo. Con maestría en tales prácticas, es posible extender tal percepción incluso fuera de las sesiones de meditación. Al ser capaz de observar todo a nuestro alrededor, se puede tener la sensación de encontrarse fuera de los límites del propio cuerpo.
Cuerpos de estados combinados de existencia
Existen registros de que, debido al karma previo, se puede renacer como mitad humano y mitad fantasma. Alguien en tal condición puede notar que cuando su cuerpo humano se encuentra inconsciente o de algún modo inactivo, la mitad fantasmal de su naturaleza viajará junto con su consciencia. También se ha sabido de casos de personas mitad humanos y mitad ser celestial (dioses). En este caso un ser celestial toma un cuerpo humano burdo, pero bajo ciertas condiciones actúa separado de esta forma. Los casos mencionados involucran las consciencias de un solo ser vivo, que sin embargo puede tener aspectos de dos estados diferentes de existencia.
Entrando a la ciudadela de otro cuerpo
También es posible que una experiencia extra-corporal involucre a más de un ser. Existen prácticas meditativas avanzadas del anutarayoga tantra llamadas “entrando a la ciudadela” de otro cuerpo (grong-‘jug). Mediante absorción meditativa, se puede proyectar a la mente dentro de un cadáver fresco o del cuerpo de alguien que se encuentra inconsciente. Debido a que podría fácilmente abusarse de esto y utilizarse con fines nocivos, el linaje oral directo de esta práctica fue interrumpido en el siglo once antes de que pudiera ser llevado de la India al Tíbet.
Posesión
También es posible que nuestro cuerpo o mente sean poseídos por un ser del reino de los espíritus. Esto puede ocurrir por razones benéficas, como en el caso de los oráculos en trance, o por razones perjudiciales como con espíritus secuestradores (espíritus hambrientos). En la literatura budista, también se hace mención de seres que han muerto y renacido como espíritus o criaturas infernales y que se han comunicado desde estos estados con sus anteriores parientes y amigos. Esto se basa en conexiones kármicas intensas, como por ejemplo en el caso de reconocer en un asno a nuestro tío fallecido.
Experiencias extra-corporales debido a prácticas meditativas previas
Sin importar qué tipo de fenómeno extra-corporal pueda experimentar alguien sin entrenamiento meditativo, éste es el resultado de sus acciones previas en ésta o en vidas anteriores. Diferentes personas tienen experiencias diversas e incluso un mismo individuo difícilmente tendrá la misma experiencia dos veces. Esto se debe a distintos karmas e instintos de vidas previas.
Si hemos entrenado anteriormente a nuestra mente en meditaciones budistas avanzadas que involucran visualizaciones o a los cuerpos ilusorio, de sueño o sutil, podemos renacer con fuertes instintos hacia estas prácticas. Entonces, sin esfuerzo alguno, pueden ocurrir fenómenos extra-corporales. En tales instancias, podemos tener inclinaciones profundas para con otras meditaciones y entendimientos repentinos profundos en el contexto en que estas prácticas avanzadas hubieran sido llevadas a cabo. En otras palabras, se pueden poseer instintos para el cuerpo entero de la práctica, no sólo para sus puntos avanzados. Así desde la infancia se puede haber tenido una sensación intuitiva hacia la relación causa y efecto, el renacimiento, la renuncia, la compasión, la vacuidad, etc. Por lo menos se tendría una creencia instintiva en vidas pasadas y futuras. Para tales personas, vale la pena encontrar un maestro espiritual plenamente calificado y recibir el entrenamiento meditativo apropiado para desarrollar sus potenciales.
Experiencias extra-corporales debido a enfermedades
Si no se cuenta con inclinación alguna hacia las meditaciones básicas, pueden existir otras causas kármicas para las experiencias extra-corporales. En caso de que la experiencia esté precedida de una concentrada sensación de ansiedad en el plexo solar, descargas de energía del corazón a la cabeza, un zumbido o silbido en los oídos, una tendencia a apretar los dientes, períodos de inconsciencia y demás, estos pueden ser indicios de un desequilibrio en el sistema de energía del cuerpo sutil. Con tales síntomas, no es recomendable adentrarse en los estados anormales de percepción que producirá este tipo de desequilibrio. Un desequilibrio serio de energía en el cuerpo, particularmente cuando se encuentra centrado en la región del corazón, puede conducir a paranoia extrema, demencia e inclusive a la muerte. Se debe consultar a un médico tibetano para recibir tratamiento.
Puede ser que espíritus o fuerzas dañinas estén provocando que se tengan percepciones alteradas o que se pierda el control de la consciencia. Ésta también es una situación peligrosa y debe ser manejada por un lama, un médico o un oráculo que sea experto en los rituales de exorcismo. En caso de que la sensación extra-corporal sea una alucinación provocada por una droga, esto tampoco debe ser buscado intencionalmente. Se pueden producir efectos duraderos derivados de una exposición prolongada a distorsiones de la consciencia.
Conclusión
En resumen, si se llegan a tener experiencias extra-corporales fuera de nuestro control sin contar con una práctica meditativa y un entrenamiento específico, no se deben tratar a la ligera o como una curiosidad divertida. La causa puede ser cualquiera de las explicaciones anteriores, una combinación de factores o algo completamente diferente. Sin importar la causa, en caso de verse sobresaltado mientras la consciencia se encuentra fuera del cuerpo físico, es muy fácil que la conexión entre ambos se corte. La literatura budista tiene registrados muchos casos de muertes de esta naturaleza. Por lo tanto, es extremadamente importante no experimentar solos con estados extra-corporales. Sin embargo, con una guía adecuada, una buena motivación y una práctica meditativa intensa, tales estados pueden ser utilizados para expandir nuestros potenciales para ayudar a otros y a nosotros mismos en beneficio de todos.