Lam-rim 37: Cuatro factores involucrados en los caminos de los impulsos kármicos

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El contexto Mahayana del Lam-rim

Estamos recorriendo las meditaciones del lam-rim, las etapas graduales del camino hacia la iluminación, estas etapas de introspección y realización que necesitamos desarrollar dentro de nosotros mismos para alcanzar el estado iluminado de un buda. Una de las cosas que no hemos estado haciendo todo este tiempo es establecer la motivación Mahayana, que es el contexto en el que estas enseñanzas suelen presentarse y la razón principal para pasar por todo esto. 

En realidad, la forma en que se enseña el lam-rim es como un repaso. Si observamos la presentación de Tsongkhapa del Lam-rim chen-mo, la Gran Presentación de las Etapas Graduales del Camino, vemos que se dio como preliminar para la iniciación tántrica (dbang, empoderamiento). Por lo general, antes de recibir un empoderamiento, hay un repaso del lam-rim. Por lo tanto, es en ese contexto que se dan estas enseñanzas, que incluyen toda una sección preliminar sobre el refugio, la bodichita, el árbol de los gurús reunidos, la relación con el maestro espiritual, etc.

Para quienes no se acercan a este material de lam-rim como algo completamente nuevo –como es el caso de las personas que están aquí en esta sala; han estado estudiando budismo durante un tiempo– es bueno tener este contexto Mahayana para recorrer todo esto y tener en cuenta cómo cada etapa contribuye al camino hacia la iluminación. La iluminación es nuestro objetivo final, y estos son los peldaños en el camino. Si este material es completamente nuevo, entonces obviamente, uno comienza con la motivación del nivel inicial y avanza paso a paso. No obstante, es habitual repasar estas etapas una y otra vez porque cada vez que las recorremos, nuestra comprensión de su significado se hace más profunda.

El Sutra de la Luz Dorada

Estos días he estado leyendo bastante El Sutra de la Luz Dorada. Es un sutra típico del Mahayana en el sentido de que hay una audiencia enorme, enorme. Esto es muy significativo. Siempre dicen que cuando hay enseñanzas Mahayana, uno debe imaginar que hay una cantidad enorme, increíble de seres presentes. Uno tiene que entrar en un cierto estado mental imaginando que el Buda está sentado allí, invitando a cien millones de cien millones de cien millones de budas, Tathágatas, estos Así idos (budas). En cada poro de sus cuerpos hay otros cien millones, cien millones de budas. Luego invita a todos los cientos de millones de dioses del Reino de los Treinta y Tres Dioses, y todos los diferentes tipos de seres están allí. Es como si cada átomo del espacio alrededor del Buda estuviera lleno de seres. Hay seres iluminados que están observando y dando su aprobación y otros seres que están escuchando. Y nosotros somos parte de eso. Este marco mental de pensar en términos de un número tan grande de seres es realmente el estado mental Mahayana. 

Imaginar a todos los budas, a todos los bodisatvas, a todos los seres sensibles – El estado mental Mahayana

Podrían decir: “Vamos, esto es ridículo”, pero si intentan imaginarlo, su mente se puede expandir enormemente. Esto es lo que realmente se necesita para la bodichita, porque estás tratando de pensar en términos de beneficiar a todos los seres. Bueno, ¿cómo empiezas a pensar en todos los seres? Si simplemente dices “todos”, no tiene mucho peso. Pero empezar con estas descripciones de los sutras, imaginar cien millones de este tipo de Buda y cien millones de aquel tipo, cada poro de cada uno lleno de cien millones de otros budas (todos tienen estos enormes números) –y tomándolo en serio– es una forma muy, muy efectiva de abrir y expandir tu mente. Esta es toda la idea del Mahayana. 

Si estás trabajando por la iluminación, entonces piensa en esos cientos de millones de budas. Si estás pensando en beneficiar a los demás, piensa en esos cientos de millones de personas de incontables mundos y en cómo, en vidas anteriores, fueron esto, oyeron esto, hicieron aquello, etc. Hay descripciones amplias, así que esto es muy, muy bueno. 

En la tradición de Nalanda, imaginamos que el maestro del Dharma es un buda y que estamos en una tierra pura con todos esos seres a nuestro alrededor. Imaginamos que estamos recibiendo enseñanzas de los budas y que todo es totalmente perfecto. Pero, si revisamos los sutras, veremos que el Buda solo habla a veces. El Buda está allí, pero es otra persona la que, inspirada por el Buda, se levanta y da la enseñanza o hace una pregunta. Así, alguien le hace una pregunta al Buda y el Buda simplemente se sienta. Luego, otra persona, por inspiración del Buda, se levanta y da una enseñanza o una parte de un sutra, y luego otra persona da otra parte del sutra. Al final, el Buda dice: “Bien hecho”, y todos los Tathágatas, los cientos de millones de ellos que están allí como testigos, están de acuerdo en que esa fue realmente una muy buena respuesta. 

Si no tienes esa mentalidad de ver al maestro como un buda, si eso es algo demasiado difícil de imaginar (especialmente si conoces muy bien al maestro), entonces podrías imaginar que el maestro está inspirado por el Buda y que todos los budas están allí. Como digo, se trata de un estado mental increíble en el que te involucras, que es muy, muy útil. Incluso cuando estás en el trabajo o donde sea, el mundo está lleno –cada átomo está lleno– de budas y de diversos seres. Estás en su presencia, y todo lo que estás haciendo los beneficia. 

Cuando piensas en el árbol de los gurús reunidos, tal vez te quejes: “¡Oh, vamos, hay tantas figuras!”, especialmente el Gelugpa, que tiene más figuras que las otras tradiciones. No recuerdo el número exacto, pero para que quede claro, digamos que hay setenta y dos figuras diferentes en él, que es la forma simple. La forma completa tiene a cada una de ellas con su mándala completo y con todas las deidades en el mándala. Entonces, dices: “¡Oh, Dios mío! ¿Cómo puedes pensar eso?”. Eso es poca cosa en comparación con el número real de budas y bodisatvas. Y luego están todos estos millones de seres a tu alrededor también. Esto es muy útil. 

Muy a menudo tendemos a ignorar por completo los sutras y ni siquiera nos molestamos en leerlos o recitarlos, pero hacerlo es una parte importante del llamado budismo verdadero. Así es como lo practican los budistas tradicionales en los países asiáticos. La lectura de los sutras no debe verse como algo que solo ellos hacen: "Esa es la parte devocional. Solo quiero meditar" o "solo quiero estudiar". Si realmente puedes adentrarte en ello, puede ser extremadamente inspirador. Pero tienes que leer los sutras una y otra vez, no solo una vez. Si es solo una vez, tiendes a decir: "Vamos, esto es demasiado". Pero si los lees una y otra vez, como lo hacen en la forma tradicional de practicar el budismo, y te lo tomas en serio, entonces realmente comienzas a entrar en un estado mental Mahayana, que es de lo que se trata.

Por eso digo que dejarlo en “todos los seres sintientes” o “todos los budas” no significa mucho. Por ejemplo, cuando tomas los votos del bodisatva y recitas “todos los budas y bodisatvas vienen”… bueno, lo dices en una sola frase. No significa mucho porque no tienes una imagen de ello. Pero cuando visualizas todos estos números –y aunque podrías decir que los números en los sutras son arbitrarios– se produce una impresión mucho mayor en tu mente. Ese es el marco dentro del cual querrías estudiar este lam-rim, estas etapas graduales. Así que imaginas estar en esta enorme audiencia de otros.  

Además, cuando intentas analizar, meditar, etc., imaginas que estás guiando a todos esos otros seres. Siempre se dice que debes imaginarte a ti mismo como el líder del canto cuando estás cantando y haciendo cosas así, de modo que todos participen, no solo tú. De esa manera, no solo estás actuando en nombre de todos cuando estás haciendo tu práctica, sino que también estás guiando a todos en ella. Este es, nuevamente, el estado mental Mahayana. A veces pasamos por alto lo vasto que es este estado mental y tendemos a ser muy superficiales acerca de la motivación Mahayana recitando unas pocas palabras superficiales al principio y al final de nuestra práctica. Eso no tiene mucha sustancia. Por lo tanto, creo que tener este estado mental es muy útil. 

Así pues, lean estos sutras. Les recomiendo especialmente este Sutra de la Luz Dorada, que pueden encontrar traducido a muchos idiomas diferentes en el sitio web de la FPMT, donde pueden descargarlo gratuitamente. 

Repaso

El preciado renacimiento humano

Comenzamos con el preciado renacimiento humano. Pensamos en lo afortunados que somos de tener preciados renacimientos humanos y de tener la libertad temporal que nos brinda de estar en los peores estados de renacimiento. Especialmente si comenzamos a pensar en términos de todas estas otras formas de vida que llegan a las enseñanzas, entonces podemos comenzar a apreciar realmente la idea de "oye, este preciado renacimiento humano es bastante raro". Cuando pensamos en las causas que lo provocan, apreciamos aún más lo raro que es y lo difícil que es alcanzarlo. 

Muerte e impermanencia

Debemos darle un buen uso porque lo vamos a perder. La muerte llegará con toda seguridad, nunca sabemos cuándo. Lo único que nos va a ser de ayuda en el momento de la muerte –dado que los continuos mentales son infinitos y que renaceremos una y otra vez (aunque el renacimiento samsárico puede terminar con la liberación y la iluminación)– son las medidas preventivas que hayamos tomado para evitar renacer en uno de los peores reinos, uno de los peores estados. El dinero, los amigos, el poder, las posiciones y ese tipo de cosas no nos van a ser de ninguna ayuda. No son cosas que vayan a influir en nuestras vidas futuras. Lo único que va a influir en nuestras vidas futuras son los instintos y los potenciales, tanto positivos como negativos, que hemos desarrollado a partir de lo que hemos pensado y hecho, lo que incluye los hábitos de meditación positivos que hemos desarrollado –que es lo que significa la meditación: desarrollar un hábito positivo–. Estas cosas que desarrollamos se van a trasladar a vidas futuras como instintos y van a dar forma, en cierto sentido, a esas vidas futuras. Nos tomamos esto muy en serio. 

Tener cautela de los peores estados de renacimiento

A continuación, pensamos en los peores estados de renacimiento. Primero, pensamos en el renacimiento en uno de esos reinos sin alegría, los llamados reinos del infierno, donde estaríamos atrapados durante una cantidad increíble de tiempo. Pensamos en todos los tipos terribles de sufrimiento físico que tendríamos y en lo absolutamente horrible que sería. (Todos aquí están tosiendo y estornudando, ¡eso no es nada comparado con las dificultades físicas y la incomodidad de estar en un infierno!) Luego pensamos en el renacimiento como un fantasma aferrado, totalmente frustrado y que nunca consigue lo que quiere. Nunca podemos conseguir comida ni nada para beber. Siempre estamos atormentados y paranoicos. Todo el mundo nos persigue. Es un estado mental horrible, un estado de existencia horrible. Luego pensamos en el renacimiento como un animal, una criatura rastrera, que es perseguida por humanos o devorada por otros animales, todos los cuales se están devorando entre sí, o siendo explotada por humanos que quieren hacer comida para perros a partir de nuestra carne y cosas así. Qué horrible sería eso.

Dirección segura

Entonces pensamos: “¿Hay alguna manera de evitar esto?”. Y , hay una manera de evitarlo. La situación no es desesperanzada ni desamparada. Podemos darle la dirección segura del refugio a nuestra vida, la dirección de Buda, Dharma y Sangha. Y hacer esta visualización Mahayana, viendo innumerables budas a nuestro alrededor, nos ayuda a recordar que hay algún tipo de dirección positiva en la que podemos ir para lograr el significado más profundo del Dharma, a saber, (1) la verdadera detención de todas las emociones perturbadoras, karma, etc., en nuestro continuo mental y (2) la verdadera comprensión de la vacuidad, las cuatro verdades nobles, etc., que producen esas verdaderas detenciones. Esta es la dirección en la que queremos ir. Los budas lo han logrado en su totalidad y la Sangha Arya lo ha logrado en parte. Y pensar en tantos budas –hay cientos de millones de ellos en estos sutras Mahayana– nos da ánimo. Nos sentimos confiados de que nosotros podemos lograr eso también. 

Obtener inspiración y confianza de los sutras

Una de las cosas que encontramos en estos sutras es que se expresan enormes elogios hacia los sutras mismos. Podríamos pensar: “Vamos, más de la mitad del sutra habla de los beneficios de escuchar el sutra”. Pero si observamos lo que estaba sucediendo cuando surgieron estos sutras Mahayana, vemos que era una época en la que la gente básicamente adoraba reliquias, estupas y cosas por el estilo. Lo que se comunica al alabar el sutra en sí es que es mucho más beneficioso escuchar y pensar en las enseñanzas que simplemente circunvalar las estupas y hacer ofrendas de incienso a una reliquia. Aunque dice que, claro, hay mucho mérito o fuerza positiva que se acumula al hacer todas estas ofrendas, es mucho mejor escuchar las enseñanzas y profecías reales. 

En el Sutra de la Luz Dorada, hay relatos de seres que se convierten en bodisatvas que escuchan profecías hechas por el Buda acerca de ciertas personas que se convertirán en budas. Luego, esos bodisatvas realmente se convierten en budas. Relatos como ese nos alientan a creer que realmente podemos convertirnos en budas nosotros mismos. Eso es muy importante para el refugio, para una dirección segura. Necesitamos estar convencidos de que, sí, es posible convertirse en un buda. Y es importante no solo desde el punto de vista de la lógica, es decir, saber que es lógicamente posible (que es lo que hemos estado enfatizando: un punto de vista lógico), sino también desde el punto de vista de la inspiración. La inspiración es algo a lo que a menudo nosotros, o al menos yo, tendemos a no prestar demasiada atención. Sin embargo, si podemos inspirarnos al pensar en todos estos budas, tomándonos en serio que todos estos budas realmente existen, entonces obtenemos una sensación de mucha confianza de que "sí, todos estos chicos lo han hecho, y yo también puedo hacerlo". Entonces, vamos en esa dirección; tomamos una dirección segura. 

Refrenarse de conductas destructivas

Para ir en esa dirección segura, necesitamos participar en los diversos entrenamientos que mantienen esa dirección en nuestra mente todo el día para que nunca la perdamos. Ya lo vimos. Luego hablamos de cómo, en un nivel muy práctico, vamos en esa dirección en el nivel inicial. El nivel inicial trata sobre el comportamiento ético –la autodisciplina ética– con relación al karma. Y dado que probablemente serán necesarios muchos, muchos renacimientos humanos antes de que alcancemos la liberación, esa motivación de nivel inicial es la que debemos mantener a lo largo de todo el camino.

El budismo dice muy claramente que, si cometemos acciones destructivas, el resultado será uno de los tres renacimientos inferiores de los que hemos hablado y que, si cometemos acciones constructivas, el resultado será uno de los tres renacimientos superiores, es decir, como un ser divino, uno de estos dioses, como uno de estos cuasi-dioses, los llamados anti-dioses, que siempre están celosos y peleando con los dioses, o como un ser humano. He enfatizado que es el preciado renacimiento humano el que deseamos. 

Anhelar un renacimiento en el cielo

El Sutra de la Luz Dorada habla de renacer en el Cielo de los Treinta y Tres Dioses, que es el cielo hindú de los dioses hindúes. Habla de cómo estas decenas de miles de seres escucharon este sutra y luego renacieron en el Cielo de los Treinta y Tres Dioses. Después, ellos, junto con todos estos otros dioses y otros seres de estos cielos, vinieron y escucharon las enseñanzas del Buda. Si pensamos en esto en términos de lam-rim, las etapas graduales del camino, podríamos imaginar que no solo las personas dentro de un contexto indio y de un trasfondo indio estarían motivadas a renacer en un cielo (obviamente, los cielos serían los cielos con los que están familiarizados, es decir, los cielos de los dioses hindúes, el llamado Cielo de los Treinta y Tres Dioses. Tienen un tipo de sistema politeísta), sino que las personas de otros tipos de trasfondos espirituales también estarían motivadas a ir a un cielo. 

Si se presenta algún tipo de renacimiento celestial como algo que se puede lograr, entonces, aunque podemos renacer como humanos con vidas humanas preciadas, ¿por qué querríamos ese tipo de renacimiento? Básicamente, es porque es más fácil abordar el camino del bodisatva como humano. Pero estos dioses también ayudan a otros, y pueden venir en busca de enseñanzas y demás. Entonces, aunque el renacimiento en un reino de los dioses no es el tipo óptimo de renacimiento para alcanzar la liberación y la iluminación, pensar en ese renacimiento podría ser algo muy alentador para muchas personas que desean ir al cielo. Podrían sentirse muy animados a aspirar a ese renacimiento. 

Más adelante, en el nivel intermedio, se habla de las desventajas de un renacimiento celestial. Pero de acuerdo a como se presentan estos renacimientos superiores en las enseñanzas budistas, aquí, en el nivel inicial, y también como se presentan en el contexto de los sutras Mahayana, no estaríamos simplemente deambulando por uno de estos cielos, disfrutando. En cambio, llegaríamos a las enseñanzas e incluso seríamos capaces de escuchar las enseñanzas del Buda y, por lo tanto, podríamos avanzar más en el camino espiritual. Así que, en realidad, estas enseñanzas están utilizando un medio muy hábil.

Si nosotros, como occidentales que nos acercamos al Dharma, queremos ir al cielo, entonces, bien, podemos incluir esa motivación aquí. Si no queremos ir al cielo, entonces no tenemos que enfatizar eso en este punto inicial. En cambio, podemos enfocarnos en involucrarnos en tipos de comportamiento constructivo para renacer con preciados renacimientos humanos. Todo depende de la dedicatoria, las plegarias, hacia dónde se dirige la fuerza positiva. 

Esta es una pequeña introducción a estos sutras Mahayana. Quería darla porque me encuentro con este marco de referencia en estos días. Es muy útil, en realidad.

Ahora estamos pensando en términos del karma. Hemos repasado los cuatro principios generales del karma.

Pensar acerca de las reglas éticas

La última vez, hablamos de la ética en general: nuestras actitudes respecto a la ética, nuestras razones para ser honestos, etc. Es muy interesante pensar en eso. Yo mismo he estado pensando un poco más sobre eso. ¿Por qué querríamos abstenernos de un comportamiento destructivo? Lo que se enfatiza aquí es el deseo de evitar las consecuencias del comportamiento destructivo, es decir, todo el sufrimiento real que sería el resultado. Desde un punto de vista Mahayana, querríamos evitar ese tipo de sufrimiento porque no seríamos capaces de ayudar a los demás. Si, como resultado de estar sufriendo mucho, tuviéramos severamente restringidos nuestros actos, o si, como resultado de mentir, chismear o parlotear todo el tiempo de una manera sin sentido, nadie nos creyera o tomara en serio lo que decimos, ¿cómo seríamos realmente capaces de ayudar a los demás? Así que, desde un punto de vista Mahayana, pensamos así.

Pero lo que yo pensaba era: ¿realmente temo experimentar consecuencias negativas? No, realmente no. Entonces, ¿por qué quiero ser honesto? ¿Por qué no quiero engañar a los demás? ¿Por qué quiero abstenerme de matar una mosca o algo así? Es por una sensación. Es difícil de describir, pero hay una especie de sensación de que, bueno, simplemente "no está bien" hacer eso, mentir o lo que sea. 

Participante: Te sientes mejor cuando no lo haces.

Dr. Berzin: Exacto. Es incómodo actuar de esta manera destructiva. Pero no es solo que resulte incómodo; además, existe la sensación de que no está bien. Esto nos lleva de nuevo a lo que decíamos antes. No es que haya leyes que deba seguir y que, por lo tanto, deba obedecer; más bien, tengo la sensación de que no está bien. No se siente bien. 

Los dos factores mentales que hacen que una acción sea destructiva

Esto no hace más que reafirmar la clasificación que dio Vasubandhu y que ya comentamos la última vez. Dijo que una acción destructiva siempre va acompañada de dos factores mentales que la vuelven automáticamente destructiva: 

  • No tener sentido de los valores; en otras palabras, falta de respeto por las cualidades positivas o por las personas que las poseen. 
  • No tener escrúpulos, es decir, no abstenerse de comportarse de forma negativa. No hay un sentido de necesidad de contenerse. 

¿Esa restricción tiene que ser realmente consciente? No lo creo. Creo que es algo automático. Debido a que tenemos ese sentido de los valores, ese sentido de lo que es correcto, lo que se siente bien, lo que parece correcto, automáticamente surge el pensamiento: "Yo simplemente no haría esa cosa negativa". Esa es la restricción, esa sensación de escrúpulos. Simplemente no lo haríamos. 

Esto reafirma las definiciones de Asanga de estos mismos dos factores mentales:

  • No tener dignidad moral
  • Que no nos importe cómo nuestras acciones se reflejan en los demás.

Así, cuando tengo un sentido de valores, tengo un sentido de dignidad personal. Pienso más en mí mismo, aunque no de una manera egoísta, como para comportarme de esta manera destructiva. Además, me preocupa mucho cómo, especialmente en una cultura asiática, mis acciones se reflejan en mi familia o cómo, en una cultura india, se reflejan en mi casta. Pero también podría ser cómo mis acciones se reflejan en mi nacionalidad, mi religión, mi género, etc. 

Estas definiciones no son meras ideas abstractas para memorizar. Cuanto más pensamos en ellas y trabajamos con ellas, más descubrimos (al menos yo lo hago) que se ajustan a nuestra experiencia. Puede que no usemos las mismas definiciones, pero mentir, engañar o ir de caza o de pesca (matar solo por diversión, por deporte) simplemente no se siente bien. 

Además, la mayoría de los comportamientos destructivos están motivados por una de las siguientes emociones o actitudes perturbadoras venenosas: 

  • Lujuria, apego, codicia: exageramos las buenas cualidades de algo. Si no lo tengo, tengo que conseguirlo; si lo tengo, no quiero soltarlo; y no importa cuánto tenga, quiero más porque lo que tengo no es suficiente. 
  • Enojo y repulsión: exageramos las cualidades negativas o deficientes de algo. Si no me gusta algo, tengo que deshacerme de ello o, lo que es aún más grave, tengo que destruirlo, dañarlo. 
  • Ingenuidad: somos ingenuos en cuanto a la causa y el efecto. No entendemos que siempre habrá consecuencias de lo que hacemos: efectos en mí mismo, efectos en los demás. Y somos ingenuos en cuanto a la realidad, en cuanto a cómo existen las cosas: que las cosas son interdependientes, etc. 

De eso es de lo que hemos estado hablando.

No vivir a la altura del sentido de valores que tenemos

Participante: Supongamos que tengo el valor de ser amable, pero que no siempre lo cumplo. Por ejemplo, cuando algo me irrita, le grito o regaño a mi marido. ¿Sería ese entonces el segundo factor de mi falta de escrúpulos? ¿O sería simplemente que me falta disciplina?

Dr. Berzin: Ella dice que, aunque tiene (y no solo ella, sino mucha gente) un sentido de valores, el deseo de ser una buena persona, el deseo de no hacer daño a los demás, etc., sin embargo, a veces una emoción perturbadora... tú no lo dijiste así, pero a veces una emoción perturbadora como el enojo se vuelve muy fuerte y le gritas a tu marido o a otra persona. ¿Es porque tu sentido de los escrúpulos no es fuerte, por lo que no te abstienes de actuar de manera destructiva? Sí, creo que podrías explicarlo de esa manera. No vives de acuerdo con el sentido de valores que tienes. 

El problema es que lo olvidamos, ya no tenemos recordación de ello. A veces, un sentido de valores acompaña a un momento de conciencia; a veces, no. Por lo tanto, decir que tienes un sentido de valores no significa necesariamente que lo tengas todo el tiempo. 

Desarrollar un comportamiento ético no elaborado

Es como la bodichita. La bodichita, la bodichita auténtica, la bodichita no elaborada, es lo que tienes cuando, como practicante Mahayana, alcanzas el primero de los cinco caminos, o mentes que son el camino, de la acumulación de fuerza positiva, la mente del camino de acumulación (camino de la acumulación). “No elaborada” significa que no tienes que generar el anhelo de la bodichita a través de una línea de razonamiento, pasando por “todos han sido mi madre”, etc. Ya no tienes que generarlo de esa manera elaborada. Al contrario, simplemente está ahí. Y esta dirección, este anhelo en tu vida es tan firme que, como dice Shantideva, incluso si estás dormido o borracho, sigue estando ahí como el objetivo principal de tu vida y continúa acumulando fuerza positiva. 

Creo que por analogía (lo cual siempre es peligroso, porque no siempre es cien por ciento fiable), se podría decir lo mismo de la compasión, del amor, del sentido de los valores, del sentido de los escrúpulos. Se podría decir lo mismo en el sentido de que habría que trabajar muy duro para desarrollar esas emociones y actitudes hasta el punto en que fueran tan dominantes que, incluso cuando estuvieras dormida, incluso si tu marido te molestara, estarían ahí. 

¿Eso significa que nunca te enojas? Sería difícil decirlo. ¿Cuándo se manifiesta un sentido de valores lo suficientemente como para que ya no tengas emociones perturbadoras? Es difícil decirlo. Creo que crear ese estado de relajación es una cuestión de atención plena: ser capaz de reconocer cuándo surge una emoción perturbadora. Y luego, si has actuado en función de una emoción perturbadora, es cuestión de sentir arrepentimiento y disculparte lo antes posible; es decir, corregir. Eso es similar a la meditación shámata, la meditación de concentración, donde, cuando notas que te has desviado del objeto de enfoque constante, vuelves a centrar tu atención. Comienzas a hacer eso con tu comportamiento ético. Shantideva lo describe así. Comienzas con tu comportamiento: para corregirlo. Tan pronto como notas que tu atención se ha desviado, la vuelves a enfocar. O si estás bajo la influencia de una emoción perturbadora y estás a punto de gritarle a tu marido, te callas. "Permanece como un bloque de madera", dice. Estas cosas son muy útiles. 

Antes de poder corregirte, tienes que recordarte a ti mismo. Tienes que generar un estado elaborado de este sentido de valores para poder recordarte a ti mismo. A veces surgirá automáticamente, pero a veces no. Por eso hay que meditar. Meditar significa enfocarse en estas cosas, y no solo en una cosa como la respiración o una imagen de Buda o algo así. Esos son solo ejercicios para obtener concentración. La lista de objetos en los que hay que enfocarse para alcanzar shámata es enorme. Y existen todos estos diferentes estados mentales. Esos son los que hay que ser capaces de desarrollar. 

Entonces, si tu atención se ha desviado de este sentido de valores, entonces vuelve a enfocarla en ello y permanece con recordación de ello. La “recordación” (dran-pa) es como el pegamento mental. Significa “sujetarse”. Es el factor mental que se sujeta al objeto de atención y no lo suelta, de una manera relajada. Sin embargo, no debería estar demasiado relajado. Ese es el camino intermedio que uno debe alcanzar. 

Nuevamente, el estudio de estos factores mentales –cómo funcionan, cómo manejarlos– es algo que resulta muy, muy útil en todas las diferentes etapas del camino, en las diferentes etapas de la práctica. Es muy, muy práctico.  

Los diez comportamientos destructivos

Lo que quería abordar ahora es el análisis de los distintos tipos de comportamiento destructivo. El análisis suele hacerse con respecto a los tipos de comportamiento destructivo, pero el mismo análisis puede aplicarse también a los constructivos. 

Los tres tipos de acciones de cuerpo son: 

  • Quitarles la vida a otros 
  • Tomar lo que no nos es dado (robar)
  • Participar en conductas sexuales inapropiadas

Los cuatro del habla son: 

  • Mentir: decir algo falso para engañar a los demás. 
  • Hablar de manera divisoria: decir algo, ya sea cierto o no, que hace que quienes son amigos se separen o que quienes ya están separados se alejen aún más. En otras palabras, es causar discordia con lo que decimos.
  • Hablar con dureza: decir algo que hiere a los demás. 
  • Parloteo sin sentido: simplemente perder el tiempo propio y el de los demás con charlas sin sentido e interrumpir a los demás con la sensación de que lo que digo es muy importante cuando, en realidad, no es importante en absoluto.

Las tres formas de pensar:

  • Pensar con avaricia: pensar en conseguir lo que otra persona tiene, ya sea un objeto externo o una cualidad interna, y decidir intentar conseguirlo. Los celos están ahí; hay muchas emociones perturbadoras. No estamos hablando de querer simplemente alcanzar la iluminación; estamos hablando de desear poseer algo por razones egoístas, pensarlo bien y decidir definitivamente conseguirlo. 
  • Pensar con malicia: pensar si lastimar a alguien y decidir hacerlo. 
  • Pensar de forma distorsionada y antagónica, pensar obstinadamente en “repudiar” (ese es el término técnico) lo que es verdad. No se trata simplemente de no creer, por ejemplo, en la causa y el efecto o en el valor de hacer algo positivo, ni tampoco de no creer en la existencia de los budas o en que la iluminación sea posible y cosas así. En cambio, se trata de tener una actitud antagónica y de mente cerrada, como “La gente que piensa esto es realmente estúpida. Esto es ridículo. ¿Por qué alguien pensaría así?”. Y luego pensarlo y decidir refutarlo. Por lo tanto, es un estado mental bastante antagónico. No se trata simplemente de “no lo creo”.

Podemos analizar en detalle todos estos tipos de comportamiento destructivo si lo desean, pero, para los efectos del análisis, nos enfocaremos únicamente en el primer tipo, que consiste en matar, quitar una vida. 

En primer lugar, el hecho de que exista esta lista de diez conductas destructivas no significa que no existan otras conductas destructivas. Se trata de categorías generales, por lo que se pueden incluir aquí muchos otros tipos de conductas destructivas. Por ejemplo, golpear a alguien no es en realidad matar, no es quitarle la vida. Sin embargo, es ciertamente destructivo y, según el espíritu general de estos tipos de conducta destructiva, entraría en la categoría de quitar la vida. Tenemos que pensar de forma mucho más amplia que simplemente matar a alguien específicamente. 

Caminos de impulsos kármicos

Existen varios factores que determinan la completitud de una acción kármica que se dan en los textos del abhidharma. Tsongkhapa reúne muchos de estos factores a partir de varios de estos textos, aunque los puntos principales se pueden encontrar en los textos del abhidharma de Vasubandhu y Asanga, así como en la presentación del karma del canon Pali. Tengan en cuenta que cuando hablamos de la completitud de una acción kármica, en realidad estamos hablando de la completitud del camino de un impulso o urgencia kármica, generalmente llamado simplemente el camino del karma o camino kármico (las-lam). Como explica Tsongkhapa en su Gran presentación de las etapas graduales del camino, el camino es el soporte sobre el que se basa el impulso kármico y con el que se involucra. Por lo tanto, el camino no solo incluye el método para hacer que ocurra la acción, sino también varios otros factores. El resultado kármico que se sigue del camino depende de la completitud de estos factores. En otras palabras, depende de qué tan completo sea el camino del impulso kármico.

Los factores de completitud son aquellos que determinan si una acción kármica dará los resultados más plenos y completos. Por ejemplo, si intentas matar a alguien disparándole, pero fallas y esa persona no muere, ¿el resultado kármico será el de herir a alguien en lugar del de matar a alguien? A esto se refieren estos factores de completitud: si la acción de matar es completa y dará el resultado completo de la acción kármica de matar. También, en cierto sentido, la variable de la gravedad del resultado entra aquí, pero a medida que avancemos en el análisis, las diferencias entre estos factores se harán más claras.

Karma que arroja y karma que completa

Participante: Pensé que “completo” tenía que ver con lo que tiene el poder de provocar un nuevo renacimiento.

Dr. Berzin: Planteas un buen punto. Hay una diferencia entre lo que se llama karma “que arroja” y karma “que completa”. El karma que arroja es un impulso kármico cuyo resultado, cuando madura, tiene la fuerza de determinar realmente el tipo de estado de renacimiento que tendrás, ya sea en un reino animal, en un reino humano o en uno de los otros seis reinos. No sé si también determina qué tipo de ser serás en esos reinos, por ejemplo, si serás una cebra o un caballo, en el caso de un renacimiento animal. No tengo ni la menor idea de ese tipo de detalles. Tal vez eso esté más en el área del karma que completa. El karma que completa es lo que completa las circunstancias de ese renacimiento, ya seas un perro callejero en Calcuta o un caniche de alguna persona rica en un apartamento, si tienes suficiente comida para comer, etc. 

La variable que afecta si el impulso kármico para una acción es uno que arroja o que completa es la fuerza de la emoción, ya sea una emoción perturbadora o positiva, que motiva la acción. No es tanto la acción en sí misma. Por lo tanto, si un impulso kármico va acompañado por una emoción perturbadora muy fuerte, puede tener la fuerza de un karma que arroja. Así es como se suele plantear la diferencia. De nuevo, si la vía del impulso kármico para una acción tiene todos los factores completos también puede ser un factor que afecta su fuerza, pero no creo que sea un factor exclusivo. 

Creo que existe la idea errónea de que, si falta uno de estos factores de completitud, la acción ya no es destructiva. Sin embargo, sigue siendo una acción destructiva, solo que se convierte en un tipo diferente de acción destructiva: por ejemplo, disparas a matar a alguien, pero esa persona no muere. 

Bien, ahora déjenme darles la lista.

Los cuatro factores que completan el camino de un impulso kármico: (1) Base (2) Estado mental motivador (3) Implementación (4) Final

Según Tsongkhapa, hay cuatro factores que deben estar presentes en el momento de una acción física, verbal o mental para que el camino del impulso kármico se complete y dé el máximo resultado. Estos son: 

[1] Una base (gzhi) a la que se dirige la acción. En el caso de matar, la base es una persona que podría morir como resultado de tu acción. 

“Persona” significa un individuo. Puede ser un animal o incluso un insecto. No tiene por qué ser necesariamente un ser humano. Por lo tanto, existe una base a la que se dirige la acción. 

[2] Un estado mental motivador (bsam-pa)

Un estado mental motivador consta de varias partes, a las que volveremos más adelante. 

[3] Una implementación (sbyor-ba) (de un método que hace que ocurra la acción): tienes que hacer algo para que ocurra el asesinato.

[4] Un final (mthar-thug), es decir, la persona tiene que morir como resultado de su acción. 

Participante: ¿Cómo encaja esto con la otra lista bastante popular, que habla de que una acción está completa si tienes, primero, la intención de hacer algo, luego lo haces y luego, cuando ha sucedido, te regocijas?

Dr. Berzin: Eso encaja en esto. La intención es parte del estado mental, del estado mental motivador. Luego se implementa un método para llevar a cabo la acción prevista, por ejemplo, apuñalando a la persona. La acción alcanza su final previsto cuando la persona muere. El regocijo por ello o el arrepentimiento posterior afectarán la fuerza de la maduración. 

Estado mental motivador: distinción inequívoca, intención motivadora, emoción motivadora

El estado mental motivador consta de tres partes. Consideremos el caso de la acción destructiva de matar:

[1] En primer lugar, tiene que haber una distinción inequívoca ('du-shes ma-'khrul-ba) de la persona o ser que quieres matar. 

[2] Luego, una actitud motivadora (kun-slong-gi blo, objetivo motivador). La actitud motivadora, aquí, se refiere a la intención motivadora.

Recuerden, tuvimos una discusión completa sobre lo que significa la intención. Según Asanga, una intención ('dun-pa, sct. chandas) es “el deseo por un objeto pretendido y el deseo de realizar alguna acción pretendida que involucre a ese objeto”. Por lo tanto, tu objetivo es realizar esta acción. Estás seguro de lo que deseas hacer y a quién o a qué deseas hacerlo. La intención acompaña al impulso kármico que lleva a tu cuerpo a realizar la acción, en la que puedes o no haber pensado durante mucho tiempo antes. Esa es otra variable que afecta la gravedad del resultado: si deliberaste sobre la realización de la acción durante mucho tiempo antes y llegas a la decisión de matar. Matar deliberadamente y decidir hacerlo es una acción mental destructiva.

[3] Una emoción motivadora: en el caso de acciones destructivas, es una de las tres emociones o actitudes perturbadoras venenosas (nyon-mongs). En el caso del asesinato, suele ser la hostilidad. 

Motivaciones causales y contemporáneas

Hemos hablado un poco sobre la diferencia entre la motivación causal y la motivación contemporánea. La motivación causal es la motivación inicial que te lleva a pensar en realizar la acción. La compasión podría ser la emoción motivadora. Por ejemplo, si quieres matar al mosquito que perturbará el sueño de tu bebé y posiblemente le contagie malaria, sientes compasión por el bebé, aunque en realidad no sientes compasión por el mosquito. 

La motivación contemporánea es la que te lleva a realizar la acción. En el momento de la acción, la emoción motivadora contemporánea puede ser muy diferente de la inicial. En el caso de matar al mosquito, es muy difícil matarlo sin pensar: “¡Muérete, maldito!”. Realmente quieres atraparlo. Si fallas, entonces esa hostilidad surge aún más fuerte mientras vas a buscarlo. De hecho, tanto la emoción motivadora como la intención motivadora se vuelven más fuertes. Siempre imagino una escena raj india en la que me pongo mi casco de soldado y voy a cazar al mosquito. Si tienes esa visualización, comienzas a tener la impresión de que es realmente ridículo. ¡Aquí estoy, yendo a cazar a un safari, corriendo por la habitación para atrapar este mosquito! En cualquier caso, es la emoción motivadora contemporánea la que determina si la acción en sí es constructiva o destructiva. 

El análisis se vuelve aún más complicado cuando se considera que existe un estado mental motivador para cada una de las tres etapas de la acción en sí. Está el estado mental con el que se inicia la acción, el estado mental con el que se continúa la acción y el estado mental con el que se detiene la acción. Piénsenlo: cuando pisan una cucaracha (que es un insecto bastante grande que va a hacer "schush" y dejar un desastre en su zapato y en el suelo), su estado mental cambia mucho entre el momento en que empiezan a pisarla y el momento en que dicen "¡guácala!" mientras la pisan. Puede haber un poco de arrepentimiento en ese momento. Por lo tanto, el estado mental puede cambiar. 

Así pues, tenemos una base, una distinción, una intención, una emoción perturbadora, una implementación de un método para provocar que se produzca la acción y un final. Son seis variables fusionadas en cuatro. 

Deconstruir acciones

Creo que hay otra cosa que debemos tener en cuenta cuando hablamos de karma (y aquí estoy usando la palabra “karma” en un sentido no técnico para referirme a la causa y efecto del comportamiento en general). Recuerden, en nuestra discusión sobre los principios del karma, hablamos de cómo, después de haber cometido una acción, existen las consecuencias kármicas, los potenciales y tendencias kármicas, que no son como pequeños glóbulos de materia en nuestro continuo mental con los resultados simplemente ahí, esperando aparecer. Estas tendencias y demás son bastante amorfas, aunque eso no significa que sean sustancias amorfas. La mejor imagen que se puede usar es la de la vacuidad, que consiste en ver que no existen de maneras imposibles y concretas, sino que están influenciadas por todo tipo de factores y circunstancias. 

Necesitamos deconstruir las acciones kármicas de una manera similar, observando todos los diversos factores que están involucrados. Hay una base. Hay un estado mental motivador: una distinción de esa persona o ser, una intención de cometer la acción y un estado emocional en el que la cometemos. Hay una implementación de un método, una forma en que llevamos a cabo la acción. Y luego hay un final. Así que examinamos: si tratamos de matar a alguien, ¿muere realmente? O si le mentimos a alguien, ¿realmente nos cree? Para que la acción kármica de mentir sea completa, la otra persona tiene que entender y creer lo que decimos. Si dice: "Esto es ridículo" y no nos cree, no está completa. Tampoco está completa si no escucha o escucha mal lo que decimos. 

Por lo tanto, hay varios factores que deben estar presentes para que una acción kármica esté completa y dé su máximo resultado. Creo que es útil considerar eso (tal vez la próxima vez analicemos la base y todas esas otras cosas). Por lo tanto, cuando hablamos de una acción, no estamos hablando de un cúmulo sólido, de alguna “cosa”. No hay ninguna acción que, ipso facto, dé como resultado un peor renacimiento, una vida más corta, enfermedad y cosas así. Una acción tiene muchas partes. Tenemos que deconstruirla, por decirlo en términos filosóficos modernos. De eso se trata en gran medida la comprensión de la vacuidad: de la deconstrucción. 

[meditación]

Las cosas no son tan sólidas como parecen. Son muchos los factores, muchas las variables que afectan lo que hacemos, lo que experimentamos y las consecuencias de lo que hacemos. Todo surge en dependencia de muchas partes, de muchas causas y condiciones, etc.

Preguntas

¿Son los potenciales kármicos formas de energía?

Participante: Me resulta más fácil considerar los potenciales kármicos como formas de energía, algo que se puede moldear o llevar más fácilmente en una dirección determinada porque no es sólido. ¿Hay algo malo en eso?

Dr. Berzin: Hay tres tipos de fenómenos no estáticos: (1) modos de conocer (shes-pa, maneras de darse cuenta de algo); (2) formas de fenómenos físicos (gzugs) –y la energía sería una de ellas-; y (3) cosas que no están en la categoría de ninguna de las dos (ldan-min 'du-byed, variables que afectan no congruentes). Sin embargo, desde un punto de vista tántrico, podemos ver los estados mentales ya sea desde el punto de vista de que son un modo de conocer algo, que sería la forma experiencial de describirlos, o desde el punto de vista de la energía sutil que los sustenta, que es una forma de fenómeno físico. 

Los potenciales kármicos y las tendencias kármicas, por ejemplo, están en la categoría de “ninguno”: no son un modo de conocer ni una forma de fenómeno físico. Pero cuando utilizamos la palabra “potencial” desde un punto de vista occidental, pensamos en energía potencial.

Ahora, tenemos que preguntarle al Sr. Ciencia, nuestro estudiante científico: ¿La energía potencial es realmente energía?

Participante: Sí.

Dr. Berzin: ¿En qué sentido? Se puede medir lo que es el potencial, pero ¿es una cosa física real? 

Participante: Es un potencial para producir algo.

Dr. Berzin: Pero el potencial es algo más abstracto; sin embargo, puede ser medido.

Participante: Lo es, pero la energía potencial se puede convertir en otros tipos de energía.

Dr. Berzin: Exactamente. De eso es de lo que estamos hablando aquí, con las tendencias y demás. 

Así pues, en nuestra forma occidental de pensar y de categorizar las cosas, podemos pensar en un potencial como una energía potencial. Sin embargo, según el marco analítico budista, no se consideraría una forma de fenómeno físico. Pero eso está perfectamente bien, porque es una forma de energía potencial, y esa energía potencial obviamente puede ser moldeada y afectada. 

Participante: Esto nos aleja de esta visión realmente estática.

Dr. Berzin: Sí, definitivamente. 

En Occidente tenemos distintas categorías conceptuales, distintos marcos conceptuales para pensar y analizar las cosas. Aunque siempre se nos anima a utilizar únicamente el marco conceptual budista y no mezclarlo con otros marcos conceptuales, a veces puede resultar útil utilizar nuestras categorías conceptuales occidentales, como en este caso, donde la categoría “energía” incluye tanto la energía activa como la potencial. No se llama energía “activa”. ¿Cómo se llama? 

Participante: Energía cinética. A medida que una piedra rueda cuesta abajo, su energía potencial se convierte en energía cinética.

Dr. Berzin: Entonces, tiene energía potencial para rodar colina abajo, y mientras rueda colina abajo, esa energía potencial se convierte en energía cinética del movimiento.

Aquí ocurre lo mismo. Tenemos un potencial kármico para experimentar un determinado tipo de resultado. Si utilizamos un marco conceptual occidental, podemos concebir ese potencial como un tipo de energía potencial. Conceptualizándolo de esa manera, podemos decir que, cuando un potencial kármico produce una acción física, el proceso consiste en convertir la energía potencial en energía cinética del movimiento de la acción.  

Terminemos entonces con la dedicatoria. Pensemos: “Cualquier fuerza positiva, cualquier potencial positivo…” 

A veces utilizo el término “fuerza positiva”, a veces “potencial positivo”. Utilizo ambos. Cuando utilizo el término “fuerza positiva”, pienso más en términos de la causa: que de la causa queda una fuerza positiva. Con “potencial positivo”, miro más hacia el resultado al que el potencial podría dar surgimiento. Pero utilizo esos términos indistintamente para referirme a lo que suele traducirse como “mérito”: “cualquier mérito que haya acumulado”. Sin embargo, no creo que “mérito” transmita con mucha precisión de lo que estamos hablando aquí; por eso utilizo “fuerza positiva”: “cualquier fuerza positiva que se haya acumulado”. Esa fuerza positiva es la que actúa entonces como potencial positivo para una maduración. Dedicarla diciendo: “Que actúe como causa” ayuda a dirigir la forma en que madurará, así como a añadirle fuerza. 

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