Lam-rim 49: La certeza del marco temporal de la maduración del karma

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Repaso

Estamos recorriendo el lam-rim, las etapas graduales del camino. Estos son los diferentes niveles de motivación que desarrollamos a medida que avanzamos en el camino hacia la iluminación. La motivación inicial es obtener un mejor renacimiento, específicamente un preciado renacimiento humano, para que podamos continuar por el camino en vidas futuras. El nivel intermedio de motivación es lograr la liberación del renacimiento incontrolablemente recurrente -samsara- para que podamos deshacernos de todas nuestras emociones perturbadoras, no darse cuenta, karma, etc. El tercer nivel de motivación, el más avanzado, es alcanzar el estado iluminado de un buda para que podamos ayudar mejor a todos los demás a salir de todos sus sufrimientos y de estos ciclos de renacimiento samsáricos.

Empezamos con el preciado renacimiento humano, valorando lo que tenemos. Tenemos una libertad temporal, o un respiro, de los peores estados en los que no seríamos capaces de hacer ninguna práctica, de aprender nada o de avanzar espiritualmente. Nuestra vida se enriquece con muchísimas oportunidades que nos permiten estudiar y practicar: las enseñanzas están disponibles, hay maestros, hay gente que los apoya, etcétera. Así que realmente tenemos que aprovechar eso. 

No aprovechar ese renacimiento sería una completa tontería, porque la muerte llegará con toda seguridad y nunca podemos saber cuándo. Y en lo que respecta a las vidas futuras, lo único que nos será de ayuda cuando muramos es haber tomado algunas medidas preventivas, es decir, haber desarrollado los hábitos positivos de las enseñanzas del Dharma. Eso es lo único que puede ayudarnos a evitar un peor renacimiento y perder el tipo de oportunidades que tenemos ahora.

Luego, pensamos en lo que nos podría pasar después de esta vida si no tomamos ninguna medida para evitar caer. Vimos cómo sería nacer como un ser atrapado, uno de los llamados seres del infierno, en los reinos sin alegría; como un fantasma aferrado, que nunca puede saciar su hambre o su sed, que siempre vive en la paranoia, etc.; o como un animal, que siempre es perseguido y comido por otros animales, maltratado por los humanos, etc. Qué horrible sería eso. Ciertamente no querríamos experimentar eso. Desarrollamos un tipo de miedo a eso. Pero no es un tipo de miedo malsano, que nos hace sentir impotentes y desesperanzados. En cambio, es una sensación saludable de querer evitar experimentar eso. 

Junto con esa cautela, vemos que hay una salida. Por lo tanto, hay alguna esperanza. Vemos que hay una manera de evitar ese tipo de renacimientos, que es dar una dirección positiva a nuestra vida, lo que se conoce como refugio. Dar esa dirección a nuestra vida significa, en última instancia, trabajar sobre nosotros mismos para alcanzar el significado más profundo del Dharma, que es alcanzar el estado mental en el que todas las emociones perturbadoras, la confusión y el karma se han detenido para siempre y todas las realizaciones, todas las buenas cualidades, se han alcanzado en su totalidad. Esto es algo que solo puede existir en un continuo mental. Los budas son aquellos que han alcanzado estas metas en su totalidad, y la Sangha son aquellos seres altamente realizados que las han alcanzado en parte. Si podemos dar esa dirección a nuestra vida, sin duda podemos evitar experimentar un gran sufrimiento en el futuro.

Vimos que el primer paso para ir en esa dirección es evitar el comportamiento destructivo, ya que el comportamiento destructivo es lo que conduce al tipo más burdo de sufrimiento, como los peores estados de renacimiento. Pero incluso con un renacimiento humano, podemos experimentar mucho sufrimiento, dolor e infelicidad, etc.

Eso nos ha llevado al tema del karma, que hemos analizado con bastante detalle. No es necesario repetir todos los detalles, pero hemos visto que toda esta cuestión del karma, que tiene que ver con los impulsos que nos llevan a actuar de una determinada manera, a hablar de una determinada manera y a pensar de una determinada manera, es algo a lo que realmente tenemos que prestar atención. Al principio, al menos tenemos que ejercer el autocontrol para no actuar según los impulsos destructivos, porque nos damos cuenta de que habrá consecuencias negativas si actuamos según ellos. Estas consecuencias no son algún tipo de castigo de alguna fuente externa, sino que son lo que se produce de forma casi mecánica según las leyes de causa y efecto. 

La aplicación práctica de esto es, por supuesto, ser más conscientes en nuestra vida diaria de lo que estamos haciendo, lo que estamos pensando y cómo estamos hablando y ser capaces de ralentizar el proceso para que no digamos o hagamos instantáneamente lo que nos venga a la mente. En otras palabras, tenemos que ser capaces de discriminar lo que sería útil y lo que sería perjudicial. Por supuesto, surgen muchas preguntas sobre la gravedad de los diversos tipos de acciones destructivas que realizamos. ¿Podemos disminuirlas? Todavía no nos hemos liberado de las emociones perturbadoras, así que ¿cómo disminuimos las acciones destructivas que realizamos? Esa es realmente la cuestión aquí.

La certeza y la incertidumbre de la maduración de los potenciales kármicos

Ahora llegamos a las secciones que se refieren a la certeza del karma. Ya hemos discutido si los potenciales y tendencias kármicos acumulados por nuestras acciones destructivas y dejados en nuestros continuos mentales tienen alguna certeza de madurar. También vimos que podemos evitar tener que experimentar las consecuencias kármicas negativas haciendo prácticas de purificación. Podemos purificar nuestros continuos mentales de estas tendencias y potenciales deshaciéndonos de los factores que hacen que se activen, uno de los factores principales es el apego o, literalmente, “sed” – querer intensamente no separarse de la felicidad, querer separarse de la infelicidad, o querer que el estado neutral carente de felicidad o infelicidad no decaiga. El otro factor principal es, literalmente, “una actitud obtentora”, es decir, una actitud que nos permitirá obtener otro renacimiento samsárico. Esto se traduce generalmente como “aferramiento”, principalmente aferramiento a un “yo” sólido – “quiero ser feliz”, “no quiero ser infeliz”, etc. Si estamos muy fuertemente impulsados por esta actitud sedienta y obtentora, vamos a activar las tendencias y potenciales kármicos en el momento de la muerte, de modo que surge un impulso kármico que arroja, lo que se conoce como "karma que arroja". Eso es lo que nos impulsa a otro renacimiento y determina la forma de vida que adoptamos, ya sea como humano, perro, etc. También vamos a activar las tendencias y potenciales kármicos para el karma que completa, para un impulso de karma que completa, que determina el tipo de circunstancias que enfrentaremos en ese estado de renacimiento, ya sea que estemos en una situación rica y cómoda o en una miserable, como estar sin hogar y enfrentarnos a muchas enfermedades, violencia, etc.

También vimos que podemos limpiar temporalmente la pizarra, en cierto sentido, de estas tendencias negativas, etc., para que no maduren y den surgimiento a sus resultados. Esto lo podemos hacer aplicando las cuatro fuerzas oponentes y haciendo prácticas de purificación como las de Vajrasatva. Hablamos de que hacerlas puede darnos un respiro, pero eso no garantiza que no vayamos a acumular más potenciales kármicos negativos. 

Recuerden, antes de aplicar las cuatro fuerzas oponentes, primero aplicamos el paso preliminar de admitir abiertamente que nuestra conducta destructiva fue errónea. Luego, las cuatro fuerzas oponentes son (1) lamentar haber actuado de esa manera; (2) prometer que intentaremos, al menos, no hacerlo nuevamente; (3) reafirmar la dirección que estamos tomando en la vida (refugio) y nuestra bodichita, el anhelo de alcanzar la iluminación para beneficiar a todos; (4) aplicar alguna fuerza oponente, como la meditación de Vajrasatva. 

Si aplicamos estas medidas preventivas, aunque no de forma perfecta (como es el caso de la mayoría de nosotros), podemos hacer que la fuerza de la maduración de los potenciales kármicos y la certeza de su maduración sean cada vez menores, hasta el punto de que la fuerza y la certeza de su maduración se acerquen a cero. Esto significa que la vida en la que madurarían los potenciales kármicos podría ser de miles de millones de vidas en el futuro y que las formas que adoptarían esos resultados serían mucho, mucho menos graves. Así que eso está bastante bien, si no podemos deshacernos de ellos por completo.

Con esto concluye nuestra discusión sobre si los potenciales y tendencias kármicos tienen alguna certeza de madurar.

Karma cuya maduración estamos seguros que comenzaremos a experimentar dentro de un período específico

Esto nos lleva al tema de los impulsos kármicos, cuyos potenciales y tendencias kármicos con certeza comenzarán a madurar en una vida específica –esta vida, la inmediatamente siguiente o cualquier vida posterior– y aquellos que no tienen certeza acerca de en qué vida comenzarán a madurar. Es importante especificar “comenzarán a madurar”, ya que los resultados que maduran a partir de nuestras repercusiones kármicas pueden madurar en varias vidas. Continuaremos experimentando estos resultados kármicos hasta que se agoten los potenciales y tendencias kármicos correspondientes.

Por supuesto, si vamos a actuar de manera destructiva, sería mejor hacerlo de manera que los potenciales que se acumulan no tengan certeza de cuándo comenzarán a madurar, de modo que tengamos más tiempo para purificarnos y evitar que maduren. Ese es el objetivo de toda esta discusión. Quería enfatizarlo antes de seguir adelante; de lo contrario, nuestra discusión sobre los impulsos kármicos podría terminar sonando como una discusión legalista sobre puntos delicados. 

Creo que es importante analizar este tema en detalle, porque lo que abordaremos son, por ejemplo, los impulsos kármicos que nos llevan a realizar acciones en sueños y que nos vemos obligados a realizar pero que no queremos hacer, como cuando un comandante del ejército nos obliga a ejecutar a alguien. ¿Cuál es la certeza de que las repercusiones kármicas de este tipo de impulsos kármicos comiencen a madurar en una vida específica? Sin embargo, para simplificar, continuemos nuestra discusión en términos de estas acciones, en lugar de los impulsos kármicos, los impulsos mentales que producen estas acciones, y veamos la presentación de Asanga.

El karma que comienza a madurar en esta vida: los ocho tipos de comportamiento

¿Cuáles son los tipos de comportamiento cuyos resultados estamos seguros de comenzar a experimentar en esta vida? Encontramos una lista de ocho dadas por Asanga en su texto El tema de los muchos niveles de la mente, que es otro nombre para su Yogacharabhumi (Niveles de la mente para el comportamiento integrado). Es uno de los muchos textos de Asanga. En él, da una lista de ocho tipos de comportamiento, cuatro destructivos y cuatro constructivos, cuyas consecuencias kármicas estamos seguros empezaremos a experimentar en esta vida. Sin embargo, cuando se trata de comportamientos constructivos, por supuesto, podemos estropear las cosas al no dedicar la fuerza positiva, etc. Tenemos que dedicar estas cosas. En cuanto a los comportamientos destructivos, aprenderemos más adelante las formas en que podemos debilitar la fuerza de sus repercusiones kármicas para que lo que madure de ellos sea menos severo.

El primero de ellos es: 

[1] Acciones destructivas provocadas por pensamientos de gran estima por nuestro cuerpo, nuestras posesiones o nuestra existencia compulsiva en general. 

¿Qué significaría eso? Creo que es importante no solo tener una lista, sino también pensar en lo que realmente significan estas cosas. Entonces, ¿qué significa cometer un acto destructivo “provocado por pensamientos de gran estima”; en otras palabras, estar muy, muy preocupado y apegado a nuestro cuerpo, nuestras posesiones o simplemente a nuestra propia existencia? ¿Podrían dar un ejemplo de a qué podría referirse eso?

Participante: Matar a alguien en defensa propia podría ser una de esas acciones. 

Dr. Berzin: Tal vez. Pero en este caso, tendría que basarse en algo más que una respuesta instintiva. Tendría que haber un apego muy fuerte a la propia vida. El tipo de ejemplo en el que estoy pensando es que, como estamos tan apegados a nuestra vida y posesiones, somos paranoicos y creemos que cualquier persona de color nos va a hacer daño o nos va a robar, así que disparamos a cualquier persona de color que entra en nuestro patio.

Participante: Ayer estaba en un cruce de calles. Había una señora cruzando la calle y detrás de mí había un motociclista. Me pareció que no se conocían. Pero esta señora estaba tan loca. Por alguna razón, se sintió tan ofendida por este motociclista que tomó su comida del Burger King y se la arrojó. Le gritaba y le tiraba la hamburguesa y las papas fritas, ¡justo en medio del cruce! Fue toda una escena.

Dr. Berzin: Sí, creo que sería un buen ejemplo si la mujer se sintiera ofendida por el motociclista porque tenía un fuerte apego a algo que le pertenecía, como su derecho de paso. Estamos hablando de “gran estima”. Ese es el término que aparece en el texto. 

¿Se te ocurre algún otro ejemplo?

Participante: Gente que corre fuera de control.

Dr. Berzin: Básicamente, la gente está un poco loca. Bueno, tendríamos que analizar por qué están locas. Pero, sí, cuando la gente se pone histérica y demás, puede actuar de todo tipo de formas horribles y destructivas. Eso podría basarse en “Estoy muy apegado a 'mí'” y “tengo razón”, etc. Pero aquí, no se trata de tener una gran estima por el “yo”, sino de tener una gran estima por nuestro cuerpo, como, “¡Me tocaste! ¡Te acercaste demasiado!”. Entonces, le damos un puñetazo en la boca a la persona.

Participante: O cuando alguien está mirando a tu novio o novia y crees que tienes derecho a ofender a esa persona.

Dr. Berzin: Oh, este es un buen ejemplo. ¿Qué pasa con alguien que tiene una relación extramatrimonial con tu hermana? Te ofendes mucho porque piensas que tu hermana es tu posesión. Entonces, por honor, tienes que salir y matar a esa persona. Creo que ese es un ejemplo aún más fuerte que el de alguien que simplemente mira a su pareja y luego se pone celoso y le grita.

Participante: Además, siempre que hay algo que compartir, crees que necesitas más que los demás. Crees que tienes más derechos.

Dr. Berzin: Creo que la acción tiene que ser más destructiva que no querer compartir, como empujar a la otra persona o derribarla para conseguir el mejor asiento porque lo consideras como tu posesión. O podría ser que estés en una estampida y, como tienes tanto aprecio por tu vida, derribes a la otra persona para que la pisoteen y la maten.

Participante: Como ocurrió aquí en Alemania.

Dr. Berzin: Como sucedió aquí en el Love Parade hace unas semanas. Incluso podría haber una estampida para entrar a una clase de un gran lama. A veces los tibetanos hacen eso. Se lanzan en estampida y derriban a la gente para conseguir un buen asiento. 

Por otro lado, existen conductas constructivas. La siguiente es:

[2] Conducta constructiva provocada por pensamientos de fuerte desestimación por nuestro cuerpo, nuestras posesiones y nuestra existencia compulsiva.

Participante: Como donar un riñón.

Dr. Berzin: Exacto. O podría ser correr hacia un edificio en llamas para salvar a alguien o saltar a un río para salvar a alguien que se está ahogando, sin importar si eso te hará daño o no, o si dañará tu cuerpo. También podría ser ir a una zona de guerra, como lo hacen los Médicos Sin Fronteras o los trabajadores humanitarios que van a zonas de guerra como Afganistán o Irak para ayudar con la reconstrucción. 

¿Y qué pasa con las posesiones? “Daré todo el dinero que haga falta para pagar la operación de mi hijo, aunque me haga quedar en la ruina”. Eso es desestimar las posesiones para hacer algo constructivo: una desestimación total.

Participante: O incluso si eres realmente pobre, donas a alguien que ha perdido todas sus cosas a causa de algún desastre natural.

Dr. Berzin: Exacto. Tal vez un ejemplo más común es que, en estos desastres, las personas que han perdido mucho, pero que aún tienen un hogar, acogen a personas que lo han perdido todo. Comparten con otros la poca comida y el poco refugio que tienen, aunque tal vez no haya suficiente ni para su propia familia. Creo que esto sucede con más frecuencia.

El siguiente: 

[3] Acciones destructivas provocadas por una fuerte mala voluntad hacia cualquier ser sensible, cualquier ser limitado. No estamos hablando de los budas. 

“Mala voluntad” significa desearle daño a los demás o desearles que sufran –“Deseo que te mueras” o “deseo que te rompas una pierna”–, es decir, desear que le pase algo terrible a esa persona. Odias mucho, mucho a alguien y piensas en todas las cosas terribles que deberían pasarle a esa persona, y luego le haces algo terrible. 

Esta es una lista útil porque indica cuáles son los comportamientos destructivos que realmente queremos evitar y cuáles son los positivos que realmente queremos hacer.

El opuesto de las acciones motivadas por la mala voluntad, el cuarto, es: 

[4] Acciones constructivas provocadas por una fuerte benevolencia y compasión hacia cualquier ser sensible. 

Esto significa tener una compasión muy fuerte y un deseo sincero de ayudar a los demás. Obviamente, es mejor hacer algo para ayudar a los demás que simplemente sentarse a pensar en ello y desear ser útil. Sin embargo, cuando emprendemos algo, sea lo que sea, incluso si no parece ser de ayuda evidente para los demás, es importante tener esta motivación. 

Para algunos de nosotros, es bastante obvio que lo que estamos haciendo podría ser de ayuda para otros. Por ejemplo, estás haciendo investigación médica. Estás haciendo programación informática para ayudar a los hospitales a mantener sus datos (estoy señalando a los estudiantes que se encuentran reunidos aquí en el aula). Estás trabajando en el departamento de justicia para leyes que protegerán a las personas. Estás conduciendo un taxi, que ayuda a llevar a las personas a su destino. Eso es útil. La idea de serles útil. Estás haciendo trabajo social, ayudando a niños que están en problemas. Eres un psicólogo que ayuda a las personas con problemas. Eres un profesor de yoga que ayuda a las personas a estar más sanas, etc. En cualquier caso, la cuestión es que haces este tipo de cosas con un deseo muy fuerte de ser realmente útil para los demás: "Quiero que lo que estoy haciendo sea útil y alivie los problemas y dificultades que tienen las personas". Esto es lo que genera potenciales kármicos positivos que pueden madurar en felicidad y en que las cosas vayan bien o mejor en esta vida.

El siguiente, el número cinco:

[5] Acciones destructivas producidas por una fuerte beligerancia hacia la Triple Joya – Buda, Dharma y Sangha – o hacia nuestros maestros espirituales o padres. 

¿Qué acciones podrían dañar al Buda, al Dharma y a la Sangha? ¿Cuáles podrían ser? Bueno, no tiene por qué ser dañar al Buda, al Dharma y a la Sangha aparentes. No hay tantos budas caminando por ahí. Pero podría ser, por ejemplo, dificultar la práctica de la religión cerrando centros de Dharma, prohibiéndolos o haciendo imposible que la gente compre libros sobre religión, específicamente sobre budismo. Podría ser destruir imágenes del Buda, como se hizo en Afganistán, quemar libros de Dharma y cosas por el estilo.

Participante: ¿Tiene que ser realmente fuerte? 

Dr. Berzin: Creo que sí. El texto dice, literalmente, una “gran parte”, así que supongo que eso significa realmente fuerte. Obviamente, nuestra motivación podría ser débil, pero entonces los potenciales kármicos no necesariamente madurarían en esta vida. Para que las cosas maduren en esta vida, la motivación tiene que ser realmente fuerte, ya sea positiva o negativa, y muy, muy consciente.

¿Estabas pensando en un ejemplo más débil? ¿Cuál fue tu ejemplo?

Participante: No te gusta mucho el estilo del maestro, entonces compartes esto con personas a quienes les gusta ese maestro y haces que se separen de él. 

Dr. Berzin: Exacto. Como a ti no te gusta especialmente ese maestro, podrías difundir rumores falsos sobre él para dañar su reputación y hacer que la gente deje de acudir con él. Podrías causar un escándalo. Esto ha sucedido de hecho.

¿Qué pasa con las acciones motivadas por pensamientos extremadamente fuertes de dañar a nuestros padres? La gente tiene eso.

Participante: Bueno, la herencia podría ser un factor desencadenante. Algunas personas incluso intentan matar a sus padres.

Dr. Berzin: Exacto. Hay personas que son muy codiciosas y quieren heredar las riquezas de sus padres. No solo desean con todas sus fuerzas que sus padres mueran, sino que incluso provocan su muerte para poder heredar antes. Pero incluso el simple pensamiento de “odio a mi padre, odio a mi madre. La forma en que me trataron cuando era niño fue horrible y los odio. Desearía que murieran” es muy destructivo. Incluso si pudiera haber alguna justificación o racionalización para estar muy enojado con ellos –digamos que alguien ha sido abusado sexualmente por uno de sus padres– tener estos pensamientos muy, muy fuertes de “que les suceda algo malo” es muy pesado. Eso, también, podría madurar en muchos problemas en esta vida.

Participante: En este punto, he leído en psicología que los niños que sufrieron abusos cuando eran pequeños pueden acudir a un terapeuta 20 o 30 años después. Y los terapeutas, lo que hacen a veces es intentar retroceder en el tiempo con el cliente para que experimente todo. Entonces surgen todos estos sentimientos. Por supuesto, también surge mucho odio. Creo que los terapeutas incluso intentan potenciar este sentimiento y dicen: “Está bien sentir esto porque lo has reprimido durante 20 años. Ahora está surgiendo, y eso es muy bueno. Déjalo salir”. No dicen que mates a tu padre ni nada por el estilo. Solo quieren que el cliente se dé cuenta de que surge este sentimiento.

Dr. Berzin: Bueno, sí, ese es un enfoque en algunos tipos de terapia: hacer que el cliente exprese ese sentimiento y, en cierto sentido, lo reconozca. Creo que lo que el terapeuta debe hacer es reconocer que la otra persona tiene derecho a sentirse terrible. Sin embargo, eso no significa que tenga derecho a participar en algún acto violento contra el padre. Tú eres psicólogo, ¿qué dirías?

Participante: A veces el cliente simplemente se desahoga, pero eso no es suficiente. Entonces los sentimientos no se integran. Normalmente, se intenta ayudar a la persona a ver que se trata de una etapa y que no es todo el panorama.

Dr. Berzin: Entonces, lo que intentas hacer es lograr que la persona integre ese dolor y lo que le sucedió en el panorama más amplio de toda su vida y no se concentre obsesivamente en esa única cosa. 

En cuanto a las cosas negativas que maduran en esta vida, el ejemplo en el que estoy pensando es el de una persona que conozco que sufrió abusos cuando era niña. Albergaba un gran odio y nunca dejó de lado el hecho de que había sufrido abusos. Básicamente se volvió autodestructiva. Pesa más de 180 kilos. Está en bancarrota constantemente y obliga a sus padres a financiarla, lo que ha significado que sus padres han tenido que seguir trabajando después de jubilarse, y ha traído tanta miseria a ella y a su familia con la excusa de que “pobre de mí, sufrí abusos cuando era niña”. Creo que este es un ejemplo de cómo uno puede traerse una enorme cantidad de problemas a sí mismo, no por haber sufrido abusos (eso es una cosa), sino por aferrarse a este fuerte odio y no dejarlo ir, incluso después de que hayan pasado veinte o treinta años.

Participante: Aun así, creo que reconocer ese odio requiere permitirte sentirlo.

Dr. Berzin: Exacto. Pero eso no significa que debamos actuar en consecuencia. Y tampoco significa que debamos repasarlo una y otra vez en nuestra mente como parte de nuestra rutina diaria. Podría actuar como una catarsis, tal vez. Pero la catarsis debe ser limitada, ¿no es así?

Participante: La catarsis no ocurre pensando en el dolor.

Dr. Berzin: Exacto. La catarsis tiene que ver con sentir realmente el dolor, pero los pensamientos involucrados serían pensamientos de odio y demás hacia los padres. La malicia significa una fuerte mala voluntad, pensar: “Ojalá les pasen cosas horribles”.

Entonces, esas fueron acciones motivadas por pensamientos muy fuertes de dañar a la Triple Joya, a nuestros gurús o a nuestros padres. La otra, lo opuesto a eso es: 

[6] Acciones constructivas generadas por fuertes pensamientos de creencia respetuosa y firme convicción en las buenas cualidades del Buda, el Dharma y la Sangha, los gurús, los padres, otros maestros, etc.

¿Puedes pensar en algún ejemplo de acciones que se lleven a cabo con una firme creencia respetuosa y una convicción firme en las buenas cualidades de los maestros? Estoy pensando en cosas que la gente hace por un gran respeto hacia Su Santidad el Dalái Lama o hacia sus propios maestros espirituales. Dedican una enorme cantidad de su tiempo y energía a realizar proyectos muy constructivos para ellos que serán útiles para mucha gente. Conozco a muchas personas que emprenden proyectos increíbles por respeto a estos grandes maestros espirituales, quienes a su vez se involucran en cosas similares.

¿Se te ocurren otros ejemplos? No es necesario que sean del budismo.

Participante: Cuidar a padres enfermos o ancianos, por ejemplo.

Dr. Berzin: Exacto. Puedo pensar en amigos que han dedicado cantidades increíbles de su tiempo a cuidar a sus padres en sus hogares –aquellos con enfermedad de Alzheimer, por ejemplo– en lugar de internarlos en un asilo de ancianos. Este tipo de cosas son bastante extraordinarias.

En cuanto al cristianismo, visité el centro de la Madre Teresa para niños con discapacidades mentales y físicas extremas en Nairobi, Kenia. ¡Y Dios mío! La devoción con la que estas monjas africanas cuidaban de estos niños era extraordinaria. Nunca había visto semejantes deformidades en mi vida. Las monjas tenían tanto amor, tanta bondad y tanta paciencia, que provenían de su respeto por sus enseñanzas, el cristianismo. Así que no creo que estas cosas tengan que estar en el ámbito del budismo.

Participante: Son increíbles, estas monjas de la Madre Teresa. Trabajan con una sonrisa en la cara durante diez horas al día o algo así. Es realmente increíble.

Dr. Berzin: ¡Las monjas de la Madre Teresa son increíbles!

Luego, el siguiente es: 

[7] Acciones destructivas provocadas por fuertes pensamientos de ingratitud y con las que vamos en contra o tratamos de dañar a quienes más nos han ayudado, como nuestros padres y gurús. 

Por lo tanto, somos realmente desagradecidos con aquellos que más nos han ayudado y luego vamos en contra de ellos. Nuestros padres, por ejemplo, nos criaron. Nos ayudaron, aunque tal vez no de la manera más ideal. Pero alguien cuidó de nosotros; de lo contrario, no habríamos sobrevivido a la infancia. Han sido amables y no apreciamos en absoluto su amabilidad. Simplemente actuamos de manera muy negativa hacia ellos, siendo desagradecidos. 

Hay muchas personas que dan por sentado el cariño de sus padres. Hay adolescentes y jóvenes que aún viven con sus padres y que tratan a sus madres como si fueran sus sirvientas. Sus madres les cocinan, les lavan la ropa, etc., y ellos solo les gritan y les hacen pasar un mal rato. No ayudan en la casa ni hacen nada. Son totalmente desagradecidos e ingratos.

Luego, el último:

[8] Acciones extremadamente fuertes motivadas por fuertes pensamientos de gratitud y deseo de retribuir a quienes más nos han ayudado. 

“Has hecho tanto por mí que me gustaría poder ayudarte de alguna manera”, sea de forma física, emocional, económica o lo que sea. Queremos mostrar nuestra gratitud, nuestro aprecio. Eso sí, quienes han sido amables con nosotros no necesariamente esperan algo a cambio, ni siquiera un agradecimiento. Y aquí no estamos hablando solo de darles las gracias, sino de hacer algo realmente útil por ellos. Estamos hablando de realizar acciones extremadamente fuertes, como cuidar de nuestros padres o profesores cuando están muy enfermos o viejos.  

Pienso en mi propio maestro, Gueshe Ngawang Dhargyey, que tenía diabetes. Al final, se quedó ciego y necesitó mucha ayuda. Uno de sus estudiantes, un monje suizo, se mudó a su habitación y lo cuidó día y noche hasta que murió.

Estos son los tipos de acciones (ya sean acciones muy fuertes, positivas o negativas) de las que seguramente comenzaremos a experimentar los resultados en esta vida.

Karma que comienza a madurar en la vida inmediatamente siguiente: los cinco crímenes atroces

¿Qué pasa con las acciones de las que estamos seguros comenzaremos a experimentar los resultados en la vida siguiente? ¿Pueden pensar a qué se refiere eso? Se refiere a los llamados cinco crímenes atroces. Si hemos cometido estas acciones tan negativas, como dicen en las enseñanzas, entonces inmediatamente después de haber muerto y haber pasado por el bardo, vamos a renacer en el peor infierno en el reino más bajo, el llamado Infierno Avichi. 

Esta es la lista de cinco: 

  1. Asesinar a tu madre. 
  2. Asesinar a tu padre. 
  3. Asesinar a un arhat (alguien que ha alcanzado la liberación). 
  4. Causar un cisma con intenciones perjudiciales para la comunidad monástica budista.
  5. Con intención de asesinar, extraer sangre de un buda. 

Provocar un cisma no es simplemente iniciar una orden diferente, un centro de Dharma diferente o algo por el estilo. Significa albergar actitudes negativas muy fuertes hacia el Buda, involucrarse en acciones físicas o verbales que son dañinas para la institución monástica budista y tratar de alejar a la gente de esa institución y llevarla a una organización o tradición que uno mismo ha creado. Eso es lo que significa crear un cisma en la sangha. 

En cuanto a extraerle sangre a un buda, no estamos hablando de tomar una muestra de sangre para un examen médico. Estamos hablando de intentar matar a un buda. 

Se dice que los potenciales y tendencias kármicos acumulados a partir de estas cinco acciones con seguridad madurarán en la vida inmediatamente siguiente.

Karma que comienza a madurar en cualquier otra vida

Luego está todo lo demás. Eso nos lleva a la discusión sobre la incertidumbre del momento en que los potenciales y tendencias kármicos comenzarán a madurar, ya sea en esta vida, en la próxima vida o en una vida posterior. Sin embargo, van a comenzar a madurar en algún momento. Esto se vuelve un poco complicado. Y aquí es donde entramos en lo que creo que es una discusión interesante. Pero, nuevamente, creo que debemos ir un poco más despacio, de lo contrario, son solo listas. Para esto, veamos la presentación de Vasubandhu.

Vasubandhu dice que los impulsos kármicos involucrados en las siguientes acciones tienen certeza del marco temporal en el que comenzaremos a experimentar sus resultados. Es seguro que comenzarán a madurar en esta vida, en la próxima vida o en una vida futura. Nuevamente, enumerémoslos en términos de las acciones, en lugar de los impulsos kármicos que los provocan.  

[1] Acciones destructivas motivadas por una fuerte emoción o actitud perturbadora. 

Esto podría estar dirigido a cualquiera. Por lo tanto, nuestras acciones están motivadas por una fuerte ira, un fuerte apego o deseo, o una fuerte ingenuidad; por ejemplo, ser tan tercos y cerrados que nadie puede decirnos nada y ser ingenuos en cuanto a la causa y el efecto. Las consecuencias kármicas de tales acciones tendrán una certeza en cuanto a cuándo comenzarán a madurar. Específicamente, en cuál de los tres momentos comenzarán a madurar depende de otros factores como la motivación y el tipo de acción cometida. 

Entonces lo opuesto de eso es: 

[2] Acciones constructivas, motivadas por una creencia en los hechos fuerte y clara.

Esto se refiere a la creencia en el hecho de que la felicidad proviene del comportamiento constructivo, la creencia en el hecho de la bondad de los demás, la apreciación de su bondad, etc., lo que limpia la cabeza de emociones perturbadoras.

Entonces el siguiente es: 

[3] Acciones constructivas o destructivas, ya sea que estén fuertemente motivadas por emociones perturbadoras o creencias lúcidas, o cometidas repetidamente, que están dirigidas al Buda, el Dharma y la Sangha, los arhats o aquellos profundamente absortos ya sea en la meditación sobre el amor o en estados de meditación que están muy profundamente absortos y son muy sutiles. 

Por lo tanto, las consecuencias kármicas de una acción constructiva o destructiva hacia el Buda, el Dharma, la Sangha, los arhats o aquellos que están en meditación profunda –sin importar si la acción está fuertemente motivada o se hace repetidamente– tendrán certeza en cuanto al momento en que comenzarán a madurar. En qué vida en particular, nuevamente, depende de la motivación y del tipo de acción. 

Entonces, 

[4] Acciones kármicas constructivas o destructivas cometidas repetidamente. 

Hacer algo una y otra vez (por ejemplo, ir de caza todos los fines de semana o ir de pesca todos los días) genera potenciales y tendencias kármicas que seguramente comenzarán a madurar en una vida específica. En qué vida depende de si estamos motivados por emociones perturbadoras fuertes, como un apego extremo («Me gusta mucho pescar» o «Me gusta mucho cazar»). Tales acciones también pueden estar motivadas por una fuerte ingenuidad («Los animales están ahí solo para que los cacemos y pesquemos. En realidad, no cuentan» o «Las gallinas deben estar en prisiones para gallinas», esas granjas avícolas que en realidad son como un infierno para ellas). Este tipo de acciones que se realizan repetidamente tienen certeza. 

Esto es muy importante. Si actuamos de forma destructiva, deberíamos intentar abandonar el hábito de repetir esa conducta destructiva. Por otro lado, es bueno repetir los hábitos constructivos (como meditar todos los días), especialmente cuando se hacen con una motivación positiva. 

Entonces el último es: 

[5] Quitarles la vida a nuestros padres, sin importar nuestra motivación. 

En realidad, en las enseñanzas está bastante claro que la eutanasia no es algo realmente positivo. Desde un punto de vista, podríamos decir que se hace por compasión, para ayudar a los padres, sacándolos del sufrimiento de una dolorosa enfermedad terminal. Por otro lado, también es un poco ingenuo. Eso no significa que simplemente los dejemos sufrir. Por supuesto, podríamos ayudarlos con analgésicos y demás, e intentar que se sientan más cómodos. Pero aquí está bastante claro que la eutanasia sigue siendo quitar una vida y, por lo tanto, es destructiva, especialmente si se trata de la vida de uno de nuestros padres. De hecho, asesinar a uno de nuestros padres es uno de los cinco crímenes atroces que con certeza comenzarán a madurar en la vida inmediatamente siguiente.

Todas las demás acciones kármicas constructivas o destructivas no tienen certeza en cuanto al momento en que comenzaremos a experimentar sus resultados, aunque definitivamente los experimentaremos en algún momento.

El karma que no tiene la certeza de madurar en un marco temporal específico

Ahora bien, ¿qué pasa con la incertidumbre? Aquí es donde la cosa se vuelve compleja. 

Como ya he mencionado antes, Asanga tiene dos presentaciones principales sobre la certeza o incertidumbre con la que los potenciales y tendencias kármicos de varios impulsos kármicos seguramente madurarán en una vida específica. En realidad, Asanga analiza este tema en cuatro de sus textos y cada uno tiene una presentación diferente, pero analicemos solo tres de ellos. Eso es más que suficiente. Una presentación, la más sencilla, está en su texto del abidharma, Antología de temas especiales de conocimiento (Abhidharmasamuccaya). La otra, más compleja, se deriva de su Tema central de los muchos niveles de la mente, que es otro nombre para Yogacarabhumi (Niveles de la mente para el comportamiento integrado). Allí, Asanga da muchos más detalles sobre el karma y otros temas. Así que, estos son textos importantes. No se enseñan tan a menudo al público occidental.

Impulsos kármicos reforzados y no reforzados, impulsos kármicos llevados a la acción y no llevados a la acción

Hay dos variables, que mencioné en nuestra última reunión, que son muy importantes para determinar la certeza y que no son tan fáciles de entender. Las dos variables son: 

  • Impulsos kármicos reforzados (bsags-pa'i las) e impulsos kármicos no reforzados (ma-bsags-pa'i las)
  • Impulsos kármicos llevados a la acción (byas-pa'i las) e impulsos kármicos no llevados a la acción (ma-byas-pa'i las).

Entonces, ¿qué significa eso? 

En el texto del abidharma de Asanga, él explica:

  • Un impulso kármico reforzado se define como aquel cuyo potencial kármico se ha intensificado. 
  • Un impulso kármico llevado a la acción se define como aquel que ha provocado la ejecución adecuada de una acción.

“Ejecución adecuada” significa que se ha implementado un método para que la acción ocurra, y está implícito que la acción ha alcanzado su fin previsto. Por lo tanto, un impulso kármico llevado a la acción es aquel que se aplica a cualquier acción física o verbal que se realiza realmente, ya sea que se haya deliberado durante mucho tiempo o que no se haya deliberado en absoluto. 

Un impulso kármico cuyo potencial se ha intensificado es aquel que se produce cuando una acción física o verbal ha sido deliberada durante mucho tiempo. “Deliberar”, en este caso, significa pensar en algo durante mucho tiempo y planificar su realización. También, en este caso, la deliberación implicaría necesariamente llegar a la decisión de llevar a cabo la acción que se ha pensado. 

Entonces, la pregunta es, si deliberamos sobre algo durante mucho tiempo, pero no lo hacemos, ¿se han intensificado o fortalecido los potenciales kármicos? Gyaltsab Je explica que sí, se han intensificado o fortalecido porque pensar en la acción durante mucho tiempo antes fortalece el potencial kármico que se acumula. Esto necesita una explicación más detallada.

La acción mental de pensar en realizar una acción física o verbal y decidir hacerlo crea un potencial para que surja un impulso kármico para una acción física o verbal. Cuando la acción mental implica pensar la acción durante mucho tiempo antes de decidir realizarla, el potencial que se crea se intensifica o fortalece. Si ese potencial fortalecido se actualiza, es decir, da surgimiento a un impulso kármico para una acción corporal o verbal, el impulso kármico para la acción física o verbal se refuerza. Podemos ver, entonces, que el potencial kármico que se fortalece es un potencial para un impulso kármico, un impulso kármico reforzado; no es lo mismo que el impulso kármico reforzado en sí. Por lo tanto, incluso si no surge un impulso kármico para la acción física o verbal en la que habíamos pensado y no realizamos la acción, se ha construido de todos modos el potencial para que surja ese impulso kármico.

Revisión de los impulsos kármicos incitadores e incitados

Tal vez un repaso de los impulsos kármicos incitadores e incitados también pueda aclarar un poco la discusión. Recuerden que hemos estado usando estos términos en el sentido Sautrántika, que es menos complicado que el Chitamatra de Asanga. 

  • Un impulso kármico incitador (sems-pa'i las, sct. cetanakarma) es un impulso mental que produce e impulsa una acción mental dirigida al cuerpo o al habla y que implica pensar y decidir cometer una acción física o verbal. 
  • Un impulso kármico incitado (bsam-pa'i las, sct. cetaniyakarma) es un impulso mental que produce e impulsa la acción kármica del cuerpo o del habla que habíamos decidido realizar. 

Gyaltsab Je, en su comentario sobre Antología de temas especiales de conocimiento de Asanga, explica que un impulso kármico incitador es el impulso kármico para una acción mental que posteriormente genera un impulso kármico incitado para una acción física y, presumiblemente, también una acción verbal. Por lo tanto, un impulso kármico incitado es lo que lleva al cuerpo o al habla a la acción; no es la acción física o verbal en sí. Por lo tanto, tenemos que hacer una diferencia aquí entre el impulso kármico para una acción física y la acción física en sí.

Una acción mental podría ser tener pensamientos maliciosos: “¡Oh, realmente odio a esta persona!”. Pero eso no es lo mismo que deliberar y planificar hacer algo al respecto. Eso es simplemente la acción mental de tener pensamientos negativos. Pero luego, deliberar realmente si lastimar o no a la persona (lo que puede o no ser por medio de una acción específica) y decidir hacerlo genera un impulso incitado que involucra al cuerpo o al habla en la acción física o verbal real. Es el impulso o urgencia lo que nos lleva a la acción. Pero incluso si no lo hacemos realmente, aún hemos acumulado el potencial para que surja un impulso kármico incitado.

¿Tiene eso algún sentido? Tienen una expresión de interrogación en su rostro.

Participante: Sí, un signo de interrogación en mi rostro. Pensé que la acción en sí era el impulso kármico incitado.

Dr. Berzin: Hay dos presentaciones del karma. Una es la que encontramos en Asanga, donde el karma es siempre un factor mental (sems-byung), el factor mental de un impulso. Luego están las presentaciones Madyámaka y Vaibáshika en las que los impulsos kármicos para las acciones del cuerpo y del habla son impulsos físicos; son formas de fenómenos físicos. Pero incluso en ese caso, el impulso kármico no es la acción: es el impulso físico que, según el Madyámaka, por ejemplo, es el movimiento del cuerpo o la emisión de sonidos de palabras como el método implementado para hacer que ocurra la acción. El Vaibáshika dice que es la forma del cuerpo o simplemente el sonido de las palabras. 

Participante: Si pienso en decir algo desagradable o agradable a alguien y repaso la situación, la simulo en mi mente y decido decirlo, eso generaría un potencial para un impulso kármico reforzado. Pero el impulso kármico para esa deliberación no sería el impulso kármico reforzado para decirlo realmente, ¿no es así?

Dr. Berzin: Exacto. Debido a la deliberación, se crea un potencial kármico reforzado que genera un impulso kármico reforzado para la acción verbal, pero la acción en realidad no se ha cometido. Por lo tanto, no ha surgido ni se ha llevado a cabo un impulso kármico incitado, que sería un impulso kármico reforzado.

Pensemos en esto, ya que no hemos tenido tiempo para pensarlo o analizarlo. Como dije, hay una diferencia entre tener pensamientos negativos en general sobre alguien (por ejemplo, pensar con avaricia: “Oh, me gustaría tener lo que esta otra persona tiene”, etc.) y deliberar y decidir hacer algo para conseguirlo, ya sea algo específico o no. Recuerden que la definición aquí de un impulso kármico incitado para una acción física o verbal es el impulso que realmente nos lleva a realizar una acción específica; no es la acción en sí.

Entonces, existe el impulso que nos lleva a pensar y decidir realizar una acción física o verbal específica. Ese es el impulso kármico incitador para esa acción mental. Luego, el impulso kármico incitado es lo que realmente nos lleva a realizar la acción física o verbal específica. En ambos casos, el impulso kármico es un factor mental.

Participante: ¿El impulso kármico incitado no surgiría, por lo general, inmediatamente antes de que tenga lugar la acción?

Dr. Berzin: No, el impulso kármico incitado es el factor mental de un impulso o urgencia que impulsa al cuerpo o al habla a implementar un método para hacer que la acción ocurra. Es simultáneo con la implementación de este método. Lo que ocurre antes de que surja el impulso incitado es que se llega a la decisión de poner en práctica este método, que es el final alcanzado por la acción mental impulsada por el impulso kármico incitador. Sin embargo, puede haber un intervalo entre el momento en que surge el impulso kármico incitado y el momento en que se alcanza ese final.  

Sin embargo, podríamos, por ejemplo, decidir asesinar a alguien –no solo hemos pensado negativamente sobre esa persona, sino que también hemos deliberado matarla y hemos decidido hacerlo– y vamos al lugar donde creemos que está, pero cuando llegamos no está, así que en realidad no matamos a esa persona. Este es un ejemplo que dan. 

Recuerden que la acción tiene tres fases: la acción preliminar, la acción propiamente dicha y el final de la acción.

Participante: Pero el caminar hasta allí habría sido provocado por un impulso kármico incitado, ¿no?

Dr. Berzin: Bueno, ¿caminar hasta allí? Es similar al ejemplo de la caza que habíamos utilizado. Primero, se acecha al animal, luego se le dispara y, finalmente, se come la carne o se da a otra persona. Por lo tanto, creo que la acción preliminar de caminar aquí habría sido provocada por un impulso kármico incitado. Pero como en realidad no matamos a la persona (no se implementó ningún método para provocar que esa acción ocurriera), creo que el impulso kármico para la acción de matar no se consideraría "correctamente ejecutado", en otras palabras, no llevado a la acción. 

Participante: Además de todas estas cosas, me parece bastante razonable que pensar y planificar, o decidir, sea la parte más pesada del karma. Por lo tanto, todas las cosas que pasan por tu mente antes de hacer algo realmente cuentan.

Dr. Berzin: Exacto. Ese es el punto: cuentan.

Participante: Ese es un buen punto.

Dr. Berzin: Cuentan kármicamente en el sentido de que afectan lo que experimentaremos: la infelicidad o lo que sea que experimentemos como resultado. 

[meditación]

Preguntas

Bien. ¿Han considerado al comportamiento constructivo en términos de esto, no solo destructivo?

Participante: Hace dos días, estaba sentado en una cafetería. Había una mujer, a quien no conocía, que llevaba un anillo precioso. Pensé en hablarle para decirle lo bonito que era. Unos minutos después, ella empezó a hablarme. Tenía la sensación de que era un poco más rápida que yo, así que le dije algo así como: “Mi pensamiento te estaba tocando y tú hiciste la acción”. Así que yo estaba pensando de forma positiva y ella estaba actuando de forma positiva.

Dr. Berzin: Exacto. Entonces, pensaste en hablar con ella y deliberaste sobre si hacerlo o no. Pero antes de que pudieras decir algo, la otra mujer inició la conversación. Tal vez ese podría ser un ejemplo de un impulso kármico constructivo que construyó un potencial kármico fortalecido. Si tus pensamientos realmente causaron que ella te hablara o no es otra cuestión. Probablemente ese no fue el caso. 

Acciones deliberadas versus acciones espontáneas

Pero esto es interesante. ¿Significa que es mejor hacer algo positivo deliberadamente que hacerlo espontáneamente?

Participante: Eso parece.

Participante: Deliberar y planificar hacer algo bueno puede requerir más perseverancia, etc., que hacer algo bueno solo porque tienes ganas de hacerlo en ese momento. 

Dr. Berzin: Exacto. Si hacemos algo de manera espontánea, como ayudar a alguien que se cae en la calle, en realidad no lo hacemos deliberadamente, ¿cierto? Pero lo que estás diciendo es que hacer algo deliberadamente, pensarlo bien y tomar la decisión de hacerlo, tiene más posibilidades de éxito y es una acción más fuerte que hacer algo constructivo de manera espontánea.

Participante: No es realmente comprometernos.

Dr. Berzin: Exacto. Cuando nos proponemos hacer cosas positivas, en cierto sentido nos lo tomamos más en serio. Nos comprometemos, como dices. 

En cualquier caso, aquí solo estamos hablando de la certeza de cuándo madurarán los potenciales y tendencias kármicos. Esa es la única variable de la que estamos hablando aquí. Y el punto es que, si deliberamos al realizar una acción antes de hacerla, los potenciales kármicos tendrán más certeza de madurar en un momento determinado. Si lo hacemos de manera aleatoria o espontánea, los potenciales podrían no madurar durante mucho tiempo. Piensen en eso. Este es un punto interesante.

[meditación]

Pero eso no significa que no sea bueno ser espontáneo y ayudar espontáneamente a alguien que se ha caído en la calle.

Participante: Estaba pensando en las acciones espontáneas constructivas. Creo que requieren algún tipo de deliberación previa. Por ejemplo, en la meditación, uno piensa: “Me gustaría hacer esto y aquello. Ayudaré aquí y allá”. Entonces, cuando se presenta una situación en la que uno debe actuar de manera constructiva, uno lo hace espontáneamente porque ha pensado y deliberado al respecto. De todos modos, ¿qué significa espontáneo? Ser espontáneo no significa hacer algo simplemente por casualidad.

Dr. Berzin: Bueno, eso es verdad. Si hemos meditado mucho sobre ayudar a los demás, entonces, cuando surge una situación, es posible que los ayudemos espontáneamente. Así que, en cierto sentido, lo hemos planeado; hemos deliberado en general, en lugar de deliberar actos específicos. Por otro lado, podríamos deliberar en general para ayudar a los demás, pero luego, cuando surge una situación real, nos quedamos paralizados y no hacemos nada. Eso también puede suceder. Nos asustamos. 

Pero ¿es posible que seamos espontáneamente amables con los demás y que queramos ayudarlos? Creo que hay personas que son espontáneamente amables con los demás y quieren ser útiles, ya sea por su educación o porque son así instintivamente. Hay algunas personas así. Mi madre era así, por ejemplo. Era increíble.

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