Lam-rim 48: Cuatro fuerzas oponentes; Vajrasatva; asumir la responsabilidad

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Repaso

Pasamos por las etapas graduales del camino. Solo para repasar rápidamente, hemos hablado del preciado renacimiento humano, la muerte y la impermanencia. Hemos visto que las oportunidades que tenemos ahora no van a durar y que es probable que, si no hemos tomado ninguna medida preventiva, renazcamos en uno de los peores estados en los que no tendremos oportunidad de hacer ninguna práctica espiritual. Vimos que en realidad es posible evitar estos peores renacimientos tomando algunas medidas preventivas, específicamente, dando una dirección segura a nuestras vidas como lo indica el Buda, el Dharma y la Sangha. Si hacemos eso y trabajamos para lograr una verdadera detención de todo el karma, la ignorancia y demás en nuestros continuos mentales y realmente logramos los verdaderos caminos de la mente, la comprensión de la vacuidad, etc. que provocan estas detenciones y que son resultado de ellas, podremos evitar no solo el sufrimiento de los peores renacimientos sino todo el sufrimiento. Los budas son aquellos que poseen estas verdaderas detenciones y verdaderas mentes que son el camino en su totalidad, y la Sangha Arya son aquellos que las poseen en parte. Vimos que, para comenzar a ir en esa dirección, necesitamos abstenernos de la conducta destructiva. Eso nos llevó a la gran discusión sobre el karma. 

Hemos analizado muchos de los detalles relativos al karma y ahora nos encontramos en el debate sobre cómo purificarnos de las consecuencias, los potenciales y tendencias kármicas negativas, de nuestra conducta destructiva. Eso nos ha llevado a hablar de las cuatro fuerzas oponentes. Ya hemos analizado en profundidad la base para aplicar estas cuatro fuerzas oponentes, que consiste en admitir abiertamente las acciones erróneas que hemos cometido en el pasado.

Encontrar rastros de conductas de vidas pasadas en esta vida

Creo que lo que es muy relevante aquí, en nuestra meditación, no es solo revisar nuestras vidas y repasar todas las diversas cosas que podríamos haber hecho en nuestras vidas actuales –lo que podría ser un inventario bastante grande y llevar bastante tiempo hacerlo a fondo– sino también inferir de las circunstancias generales que estamos experimentando ahora cuáles podrían haber sido las causas en vidas anteriores.

Por ejemplo, si nunca podemos estar con nuestros seres queridos, nuestras relaciones siempre se rompen, etc., esto indica que en vidas anteriores hablamos de manera divisiva. Dijimos cosas desagradables sobre los amigos, parejas o maestros de otras personas, lo que provocó que se separaran. Como resultado, las relaciones que tenemos ahora no duran. Podemos dar muchos otros ejemplos: si somos pobres, es porque no fuimos generosos. Si siempre estamos enfermos, es porque lastimamos o dañamos la fuerza vital de los demás, etc. 

Sé que no hemos hablado en gran detalle de lo que madura a partir del karma, pero una de las cosas que madura a partir de él es sentir ganas de hacer cosas similares a las que hemos hecho en el pasado. Si, digamos, nunca somos capaces de mantener relaciones o siempre tenemos que dejar a nuestros seres queridos y nunca podemos quedarnos con ellos, debería haber un rastro de la tendencia a hablar de manera divisiva ahora. Puede que no lo hagamos con la intención de provocar la ruptura de relaciones; sin embargo, criticamos todo el tiempo, decimos cosas desagradables sobre otras personas a las personas que las conocen o están asociadas con ellas. Por lo tanto, examinar los tipos de cosas desafortunadas que experimentamos ahora puede ayudarnos a identificar ciertos patrones negativos de comportamiento dentro de nosotros mismos y a ser más conscientes de no repetirlos. 

Creo que es muy importante tener esto en cuenta, no solo durante la meditación, sino también en otros momentos. Por eso, me gustaría que nos tomáramos un tiempo para examinarnos a nosotros mismos y ver si tenemos alguno de estos tipos de patrones negativos e identificar las áreas en las que podríamos tener que trabajar.

Participante: ¿De qué manera se puede debilitar la fuerza vital de los demás?

Dr. Berzin: Obviamente, se puede debilitar la fuerza vital de los demás al golpearlos, herirlos, no cuidarlos, no darles medicinas y cosas así. No significa necesariamente que vayamos por ahí cazando y pescando. Puede ser que, en general, no cuidemos a los demás. Veamos si esa es una tendencia que podemos tener. Puede ser que la tuviéramos más fuerte en la infancia y que ahora, habiendo practicado y trabajado con el Dharma, la tengamos menos fuerte. No obstante, es una tendencia que todavía podemos notar dentro de nosotros y, tal vez, debamos prestarle especial atención para superarla.

Participante: Normalmente es comportamiento hacia los demás, ¿verdad?

Dr. Berzin: Sí, pero no exclusivamente. Por ejemplo, ser pobre es el resultado de ser tacaño, de no compartir ni dar a los demás. Sin embargo, uno también puede ser tacaño consigo mismo. Hay personas que tienen mucho dinero pero que nunca lo gastan en sí mismas. No estamos hablando de ser extravagantes, sino de ser innecesariamente tacaños con nosotros mismos; por ejemplo, siempre compramos alimentos de peor calidad para ahorrar unos pocos centavos cuando es totalmente innecesario. Por lo tanto, no necesariamente tiene que estar dirigido a los demás.

[meditación]

Participante: Lo que me vino a la mente es que este enfoque es muy diferente del enfoque psicológico occidental, en el que uno pregunta por las circunstancias y experiencias de esta vida que podrían haber influido en su personalidad. Los budistas preguntan por sus propias acciones en vidas pasadas que podrían tener relevancia.

Dr. Berzin: Exacto. El budismo busca causas en vidas anteriores.

Básicamente, nos fijamos en nuestro propio comportamiento, en lugar del comportamiento de los demás hacia nosotros. En las enseñanzas sobre el karma, descubrimos que un resultado del karma no es solo que, sin saberlo, sintamos ganas de repetir tipos de comportamiento anteriores, sino que también, sin saberlo, nos vemos arrastrados a situaciones en las que los demás actúan hacia nosotros de maneras similares a como actuamos con los demás en el pasado o en las que los demás nos proporcionan circunstancias para que experimentemos algo similar a lo que hemos hecho en el pasado. Por lo tanto, si abusamos de los demás en el pasado, no solo tendríamos, en esta vida, una tendencia a abusar de los demás, sino que también es probable que naciéramos en una familia que abusaría de nosotros o en un país donde el gobierno abusaría de nosotros o algo así. Así que todo encaja.

Tampoco consideramos a quienes nos proporcionan las circunstancias como causas (causas últimas) de lo que experimentamos, porque el hecho de que nos proporcionen circunstancias proviene de sus propios potenciales kármicos. Recuerden, tuvimos esta gran discusión sobre cómo nuestros potenciales kármicos no hacen que alguien más nos atropelle con su auto; más bien, ellos tienen que tener el potencial kármico de herir a alguien para que nosotros seamos heridos por ellos. Por lo tanto, simplemente proporcionan las circunstancias para que nuestro potencial kármico de ser heridos madure (en este caso, al ser atropellados por el auto que conducen). 

Participante: Uno se da cuenta de que uno adquiere patrones de sus padres. Yo, sin duda, he adquirido muchos patrones de mi madre. ¿Es esto algo kármico?

Dr. Berzin: Podríamos decir que nacemos en una familia cuyos miembros tienen patrones kármicos similares. ¿Aprendemos realmente estos patrones de nuestros padres? Es difícil decirlo. Recuerden que las cosas no surgen de una sola causa.

Participante: Muchos de mis comportamientos son similares a los de mis padres.

Dr. Berzin: Pero también nos rebelamos contra ciertos tipos de comportamiento de nuestros padres. No imitamos todo, ¿verdad?

Participante: Pero me doy cuenta de que incluso si no me gusta o me he rebelado contra ello, aun así, lo copio.

Dr. Berzin: Esto es especialmente cierto en el caso de la crianza de los hijos. Sucede con mucha frecuencia que, por defecto, hacemos lo que hicieron nuestros padres. Así que, aunque nos hayamos opuesto muchísimo a la forma en que nos trataron, nos encontramos tratando a nuestros hijos de la misma manera. Eso es muy, muy común.

Participante: Realmente odiaba ciertas conductas de mi madre, pero, aun así, las repito.

Dra. Berzin: Yo diría que no sucede lo mismo con todos sus comportamientos, que no se repiten todos. Puedo pensar en ciertos hábitos que tengo que eran hábitos de mis padres, pero ciertamente no tengo todos los mismos hábitos.

Participante: ¿Qué tiene esto que ver con el karma?

Dr. Berzin: La cuestión es que todo encaja. El tipo de familia en la que nacemos encaja con nuestro karma anterior. Tenemos un potencial kármico que completa para nacer en un determinado tipo de familia. Y la familia en la que nacemos nos va a proporcionar circunstancias propicias para que maduren determinados potenciales kármicos. A menudo, esas circunstancias implicarán estar expuestos a patrones habituales de comportamiento que son similares a aquellos en los que solemos involucrarnos. 

Ahora bien, el karma implica solo comportamientos positivos y negativos, pero también hay algunos tipos de comportamiento que repetimos y que no están especificados. Eso no se menciona tanto. Algunos hábitos son así, no están especificados. A mi madre, por ejemplo, le encantaba tirar cosas a la basura. Nunca le gustó tener desorden en la casa. Pensaba que tener flores en la casa era inútil porque simplemente se morirían. Así que nunca tuvimos flores en la casa. Me doy cuenta de que yo soy exactamente igual: no me gusta el desorden y nunca compro flores. Ahora bien, ambas son cosas muy neutrales, ni positivas ni negativas. Entonces, ¿con qué cosa de la vida anterior está eso relacionado? ¿Quizás un patrón similar? Pero en realidad no importa. Es neutro. 

Asumir la responsabilidad de nuestro propio comportamiento, sin culpar a los demás 

Creo que debemos centrarnos en las cosas positivas y negativas, en lugar de en las neutrales, y tratar de reforzar lo positivo y disminuir, o incluso deshacernos, de lo negativo. Pero la idea central de las enseñanzas budistas sobre el karma es que no debemos culpar a nadie más. Debemos responsabilizarnos de nosotros mismos, de nuestro propio comportamiento, y no caer en el error de “mi madre me trató así y mi padre me trató así”, o “no me dieron suficiente de esto” o “me dieron demasiado de aquello”. En cambio, debemos analizar los sentimientos que surgen ahora y que nos hacen actuar o hablar de manera negativa, reconocer que son muy autodestructivos (y posiblemente también destructivos para los demás) y ejercer cierto autocontrol para no actuar en consecuencia. Esa es la cuestión.

Es como con las emociones perturbadoras. Hay varias causas para que surjan, una de las cuales es la influencia de los demás. Por lo tanto, claro, la influencia de los demás, incluidos nuestros padres, puede proporcionar las circunstancias para que surjan las emociones perturbadoras, pero esa influencia no es una causa raíz. Y como dice en las Treinta y siete prácticas del bodisatva, si los amigos o la familia provocan que surja la ira o el deseo o hacen que perdamos todo nuestro tiempo en cosas triviales, la práctica de un bodisatva es irse, marcharse, si podemos. No todo el mundo puede hacerlo económicamente. Algunas personas, incluso a la edad de treinta años, viven con sus padres porque no tienen dinero para irse, aunque eso signifique permanecer en circunstancias que hacen que surjan sus emociones negativas con mucha fuerza. En ese caso, uno tiene, por supuesto, que aplicar otros métodos.

Pero si uno tiene la oportunidad de evitar la influencia negativa de los demás (por ejemplo, los amigos engañosos), entonces es importante tratar de hacerlo. Si, por ejemplo, tenemos un problema con las drogas o el alcohol, juntarnos con amigos que siempre están bebiendo y consumiendo drogas obviamente tendrá una influencia negativa sobre nosotros. Si queremos superar estos hábitos negativos, tendremos que tener mejores amigos y dejar ese tipo de compañías.

Participante: También creo que es muy importante no culpar a otras personas. Pero a veces, para no hacerlo, es importante entender lo que alguien te hizo, por ejemplo, lo que tu madre u otra persona hizo que te hizo sentir de cierta manera, para que puedas ver qué harías de manera diferente. Si entiendes, puedes comenzar a identificar qué comportamiento sería mejor y luego comenzar a hacerlo, para que puedas comenzar a separarte y luego entender: "Está bien, esta persona hizo esto, pero tal vez no fue a propósito. Ella tiene cosas que resolver y tal vez yo pueda ayudar".

Dr. Berzin: Lo que señalas es muy cierto. No estamos diciendo aquí que debamos ignorar por completo cómo nos trató nuestra familia, cómo nos criaron, etc. Pero para no culparlos, hay, en cierto sentido, dos cosas que debemos hacer. Una es ver lo que hicieron, reconocer las cosas negativas que hicieron y que no fueron de mucha ayuda. La otra es tratar no solo de no repetir esas conductas, sino también de corregirlas en nosotros mismos. 

A menudo ocurre que cuando nuestras madres o nuestros padres no fueron especialmente buenos padres (nos ignoraron, no fueron cariñosos con nosotros, etc.), cuando tenemos hijos, lo compensamos intentando ser buenos padres o buenas madres. Tratamos de ser especialmente cariñosos, generosos con nuestro tiempo y cosas así. Esa forma de abordar nuestro pasado es, por supuesto, muy constructiva, en lugar de buscar siempre a alguien que sea un sustituto de madre o padre (que también es una consecuencia neurótica muy común de no haber estado satisfechos con la forma en que nuestras madres y nuestros padres nos trataron). Así que, en lugar de buscar siempre a alguien que sea una madre o un padre para nosotros (lo que, por supuesto, no es justo para la otra persona), nos proponemos ser nosotros mismos buenos padres o madres para otra persona que sea adecuada, como nuestros hijos o nuestros estudiantes o… 

Participante: O a nosotros mismos.

Dr. Berzin: O incluso a nosotros mismos. Tienes razón.

El otro aspecto que mencionaste, que es muy cierto, es el aspecto que tiene que ver con el perdón (no usaste esa palabra, pero yo la usaría). Aunque, como dijimos, el perdón proviene de un tipo de contexto cultural y filosófico diferente al del budismo, el budismo habla de no guardar rencor. En cualquier caso, la cuestión es tratar de comprender los antecedentes de nuestros padres. Esto es lo que se hace a menudo en terapia. Tratamos de entender por qué nuestras madres y padres actuaron de la manera en que lo hicieron. Tratamos de tener en cuenta que son seres humanos, que no se definen solo por sus roles como madres y padres, y tratamos de comprender las circunstancias difíciles en las que crecieron, cómo los trataron sus padres, etc. Por lo general, cuando somos niños (no solo niños, sino también adolescentes o adultos jóvenes) no reconocemos realmente todos los aspectos de la vida de nuestros padres. Pensamos en ellos solo en términos de sus roles como madres y padres. Eso, por supuesto, está completamente distorsionado y no representa la realidad de quiénes son. Entonces, esto es muy importante. Pero lo que estaba planteando antes, que no contradice lo que dijiste, es la importancia de no culparlos ni condenarlos: “Fuiste un mal padre” o “no me prestaste suficiente atención”. ¿De acuerdo? 

Así que ya hemos hablado de admitir abiertamente nuestras acciones negativas. También hemos hablado un poco del arrepentimiento. Ahora nos adentramos en las cuatro fuerzas oponentes. 

Las cuatro fuerzas oponentes

[1] Arrepentimiento

El arrepentimiento no es lo mismo que la culpa. La culpa implica una fuerte identificación con un “yo” que es “malo” –“Lo que hice fue tan malo, y soy tan malo”–, simplemente aferrarse a eso y no soltarlo. Este es un estado mental completamente confuso. No negamos que, convencionalmente, lo que hicimos fue un error y posiblemente destructivo, pero eso no significa que esta sea nuestra identidad fija y que tengamos que aferrarnos a ella para siempre. Podemos purificarnos de las consecuencias. Podemos disculparnos con los demás si los lastimamos, etc. Incluso si hemos matado a alguien, aun así, en nuestra mente, podemos disculparnos con esa persona. Estoy pensando en los soldados del ejército. Hoy en día, muchísima gente ha luchado en varias guerras –en Irak, Afganistán, en Medio Oriente–. Han experimentado traumas terribles, particularmente si se han visto obligados a matar a alguien. Es importante no negarlo, sino en cambio, imaginar realmente a la persona y disculparse, en cierto sentido. Esto es lo que se recomienda. 

Puede que ya lo haya mencionado antes, pero creo que vale la pena mencionarlo de nuevo. Si alguien ha tenido un aborto –y esto sería cierto no solo para la mujer que ha tenido un aborto sino también para su pareja– es importante reconocer que el feto que fue abortado era un ser vivo y no pensar que era una nada. Una de mis amigas, que es una sacerdotisa Zen –en realidad, una sacerdotisa; es una mujer– hace una ceremonia (que creo que aprendió a hacer en Japón) para mujeres que han tenido abortos. En ella, se dirigen al feto y le dicen: “Lamento que las circunstancias me hayan obligado a abortarte. No es que tenga resentimientos hacia ti. No es que te tenga odio ni nada parecido. Y te ofrezco todo tipo de fuerza positiva (el llamado mérito) de mis acciones para tus vidas futuras”. En otras palabras, hacen un tipo de cierre muy positivo con ese ser. Esto parece ser muy sanador para las mujeres que, por una razón u otra, han tenido abortos. Según su experiencia, ha descubierto que hacerlo es muy útil y beneficioso. Es parte de sentirse arrepentido, en lugar de sentirse simplemente culpable.

Participante: Me pregunto si es necesario expresar nuestro arrepentimiento verbalmente a la persona a la que lastimamos o si es suficiente sentir el arrepentimiento dentro de nosotros mismos.

Dr. Berzin: Creo que todo depende de las circunstancias. Si la persona a la que hemos hecho daño se siente mal por lo que hemos hecho, entonces creo que, sin duda, es necesario disculparse. Incluso en los votos del bodisatva se menciona la importancia de no guardar rencor, de disculparse, de aceptar disculpas, etc. Creo que eso es muy importante. 

Además, el consejo que se da en Ocho versos del entrenamiento de actitudes, o entrenamiento mental, es dar la victoria a los demás, incluso si no fue nuestra culpa. Decir: "Lo siento si lo que he hecho te ha causado dolor", pone fin a la situación. Bueno, por lo general, así es como termina. La otra persona podría decir: "No basta con disculparse". Ese también es el caso. Si atropello a tu madre con mi coche y la mato, por ejemplo, ¿realmente servirá de algo pedirle perdón a la familia? En realidad, no. Pero es mejor que no decir nada. 

En las cuatro fuerzas oponentes, tenemos (1) arrepentimiento, (2) promesa de tratar de no repetir la acción, (3) reafirmar la dirección positiva que estamos tomando o que queremos dar a nuestra vida, y (4) aplicar alguna medida correctiva para contrarrestar lo que hemos hecho. Así, por ejemplo, si hemos bombardeado una aldea durante una guerra, digamos, en Irak o Afganistán, podríamos patrocinar a un huérfano iraquí o afgano para que vaya a la escuela o algo así. Esa es una verdadera contramedida. Así que, en lugar de destruir algo entre estas personas, las ayudamos. Les damos algunas oportunidades. Decir que lo sentimos no necesariamente va a hacer mucho. Además, ¿a quién le vamos a pedir disculpas, especialmente si hemos enviado un misil desde un barco o lanzado una bomba desde un avión?

Participante: Sé que sería difícil, pero también sería importante que los familiares de los asesinados intentaran comprender que cada persona tiene sus propios potenciales kármicos que maduran y que los resultados de los potenciales kármicos de una persona no son consecuencia de los potenciales kármicos de la otra. También tendrían que trabajar en sus actitudes.

Dr. Berzin: Es cierto, pero es algo que nos resulta muy difícil modificar, especialmente en casos de asesinato.

Participante: Estás en la peor posición para afectar eso.

Dr. Berzin: Es cierto.

Participante: Quizás si dices que lo sientes puedes demostrar que puedes ponerte en el lugar de la otra persona y que compartes el dolor. 

Dr. Berzin: Si es realmente posible conocer a las personas y si ellas están realmente dispuestas a conocerte, pedir disculpas puede ser útil. Sin duda, es mejor que no decir nada.

Así, tenemos arrepentimiento y, si es posible, nos disculpamos. 

[2] Promesa de no repetir la acción

Luego prometemos no repetir la acción otra vez. Esto es lo que tocamos en nuestra meditación al principio de la hora: tratar de reconocer patrones en nosotros mismos, comportamientos negativos que tendemos a repetir. Cuando podemos reconocerlos con mucha claridad, prometer no repetir una acción adquiere mucho más sentido. 

La actitud cuidadosa, la recordación y la autodisciplina

Por supuesto, prometer no volver a hacer algo es muy difícil, ¿no? Es muy difícil que eso sea sincero. Nuestro deseo de no repetirlo puede ser sincero, pero ¿lo lograremos? Entonces, ¿en qué consiste? En la recordación. Shantideva tiene un capítulo entero sobre esto. En primer lugar, lo llama la “actitud cuidadosa”. Ese es el nombre del capítulo. Tenemos que interesarnos por los resultados de nuestro comportamiento. Tenemos que tomarnos en serio que, si continuamos haciendo lo que estamos haciendo, será desastroso para nosotros en términos de vidas futuras. Puede que no sea desastroso para nosotros en esta vida, pero en vidas futuras, sin duda lo será. Por lo tanto, realmente nos preocupamos por lo que va a suceder. Nos lo tomamos en serio. 

Sobre la base de la actitud cuidadosa, tenemos la disciplina, como explica Shantideva en su capítulo sobre la autodisciplina ética. Esto implica la recordación (el pegamento mental), que significa sujetarse a esta intención de no repetir la acción, y el estado de alerta, que significa prestar atención a lo que está sucediendo, asegurándonos de que no perdamos la recordación. Como dice Atisha: "Cuando estés con otros, observa lo que dices; cuando estés solo, observa tu mente". Entonces, cuando surge el deseo de realizar esa acción destructiva, entonces -ding, ding, ding- el sistema de alarma se activa y restablece la recordación. De esa manera, continuamos sujetando nuestra intención. Eso es autocontrol: no actuar según el deseo de repetir las acciones destructivas. Lo cual es muy difícil.

Pienso en el ejemplo de la crítica, un hábito muy común. Es muy fácil, sobre todo cuando vivimos con alguien, ya sea un familiar, una pareja o lo que sea, adquirir el hábito de criticar lo que hace, lo que dice, etc., lo que crea una situación difícil. Pero tenemos que controlarnos, lo que significa que tenemos que tener cuidado: “Si sigo así, siempre criticando, la relación va a ser muy infeliz, nada agradable”. ¿Y qué pasa con las relaciones futuras, etc.?

Eso no quiere decir que en una relación todo vale. Hay que poner límites. Si la otra persona se comporta de forma totalmente inapropiada, hay que decir algo. Pero criticar cada detalle, cómo cocina, cómo corta las verduras, cómo hace lo que sea (porque, por supuesto, solo nuestra manera de hacerlo es la correcta y cualquier otra manera es incorrecta), es un poco absurdo, ¿no? 

Así pues, esta promesa de intentar no repetir una acción es algo que no debemos dejar solo en el nivel de promesa. Tenemos que hacer un verdadero esfuerzo para no repetirla.

[3] Reafirmar nuestra dirección segura y anhelo de la bodichita

La tercera fuerza es reafirmar la dirección que queremos seguir en nuestras vidas, es decir, la dirección segura, trabajar para deshacernos de todos los defectos, emociones perturbadoras, etc., y tratar de obtener cada vez más comprensión y más cualidades positivas, para decirlo de forma muy sencilla. Esa es la dirección en la que queremos ir: trabajar con nosotros mismos. Y con la bodichita, estamos trabajando hasta llegar a la iluminación, tratando de ser lo más altruistas posible. 

Al ser destructivos y no hacer nada al respecto, simplemente vamos en la dirección opuesta. Por eso es muy importante reafirmar esa dirección segura. Por eso tenemos estos entrenamientos: las acciones para entrenarse en tomar una dirección segura y los entrenamientos para la determinación de la bodichita. Se trata de reafirmar esa dirección todos los días, básicamente diciendo: "¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Tiene mi vida un significado? ¿Tiene una dirección?". Todos sabemos que cuando la vida no tiene dirección y todo parece no tener sentido, nos encontramos en un estado muy infeliz. Por eso llamo al refugio "dar una dirección segura a nuestras vidas". Es algo muy activo. Así que reafirmamos que ir en esa dirección es realmente lo que quiero hacer, lo que estoy haciendo. 

[4] Aplicar las medidas correctivas

Luego aplicamos algún tipo de medida oponente, alguna medida correctiva. Como dije, podría ser algo como apadrinar a un niño de la zona de guerra en la que luchamos, algo que esté bastante relacionado con la cosa negativa que hemos hecho. O podría ser realizar cualquiera de los diversos tipos de prácticas de purificación. 

Esto nos lleva al tema de lo que podemos esperar lograr al hacer, por ejemplo, la meditación Vajrasatva.

Meditación de Vajrasatva y otras medidas correctivas provisionales

La meditación de Vajrasatva, para aquellos que no lo sepan, es un mantra de 100 sílabas (que es básicamente una frase sánscrita muy larga) que se repite. Con eso, básicamente estamos pidiendo que Vajrasatva, que representa la pureza natural de la mente, nos permita, al reforzar la pureza natural de nuestra mente, deshacernos de las manchas fugaces de las tendencias kármicas negativas, las emociones perturbadoras, etc., para decirlo muy brevemente. 

Cuando recitamos el mantra, imaginamos a Vajrasatva, generalmente sobre nuestra cabeza, aunque también puede estar frente a nosotros. Luego, dependiendo de la clase de tantra que estemos haciendo, visualizamos varias luces, néctares, etc. entrando en nosotros y básicamente expulsando –visualizado de forma muy gráfica– las cosas negativas que puedan estar en nuestro interior. Hay toneladas de visualizaciones diferentes que se pueden hacer, muchas variantes de la práctica. Tengo un gran artículo sobre esto en mi sitio web. 

La pregunta es, ¿qué se puede lograr con esta práctica de purificación? Esto tiene que ver con los pasos. Necesitamos hacer la purificación por pasos. Como creo que hemos mencionado, lo único que realmente puede deshacerse de estos potenciales y tendencias kármicos es la cognición no conceptual de la vacuidad, ya que es lo único que puede eliminar lo que hace que maduren estas tendencias y potenciales en primer lugar. Sin embargo, podemos utilizar estas diversas fuerzas oponentes como medidas provisionales. 

Evitar que los potenciales kármicos negativos aumenten su fuerza

Recuerden, uno de los principios del karma es que, de una pequeña acción, puede derivarse un gran resultado. Esto se debe a que la fuerza de los potenciales kármicos continúa creciendo y creciendo. Por lo tanto, el primer paso es hacer que estos potenciales dejen de crecer en fuerza. Suele decirse que, si recitamos el mantra de Vajrasatva 21 veces al día, al menos evitaremos que los potenciales kármicos negativos se hagan más fuertes. Ese es un aspecto. 

Debilitar los potenciales kármicos negativos

Según los textos del abidharma, si nos arrepentimos y aplicamos las cuatro fuerzas oponentes de una manera modesta, podemos evitar que los potenciales negativos se fortalezcan. Nótese que, en el abidharma, la medida correctiva constructiva –la cuarta de las cuatro fuerzas oponentes– no incluye la meditación de Vajrasatva. Un ejemplo de tal medida correctiva sería disculparse cuando hemos tenido una discusión con nuestro cónyuge. Lo que eso hace es debilitar la pesadez de los potenciales kármicos de modo que el momento de la maduración se vuelve cada vez más incierto. Y cuanto más perfectamente hacemos la práctica, más se acerca a cero la probabilidad de que maduren. Recuerden, esto nos pasó con la ira hacia un bodisatva: podía devastar un potencial positivo de tal manera que se volviera muy débil y el momento de su maduración se pospusiera hasta algún momento muy, muy lejano en el futuro. Entonces, la certeza de cuándo madurará no llega a cero, sino que se acerca a cero porque se está alejando mucho, mucho en la distancia y es muy, muy débil. Lo mismo ocurre con la meditación Vajrasatva. 

En algunas tradiciones, la práctica de Vajrasatva implica repetir el mantra 100.000 veces, en otras, 108.000 veces, y en otras, 130.000 veces. El número exacto no parece ser tan esencial. La cuestión es hacer muchas veces y hacerlo de forma absolutamente perfecta con la concentración, la motivación y el objetivo adecuados. El objetivo adecuado significa dirigir la práctica a purificar todos nuestros potenciales kármicos negativos y tendencias kármicas por las acciones destructivas, no solo el potencial negativo de un acto destructivo específico que hayamos realizado.

Si se hace de manera absolutamente perfecta, aunque nos encontremos con las causas y condiciones que previamente habrían hecho que estas tendencias kármicas se activaran y maduraran, en realidad no se activarán: ya no podrán madurar. No obstante, todavía existen tendencias kármicas muy sutiles que explican el hecho de que aún podríamos repetir acciones destructivas en el futuro. 

A veces se dice que hemos “quemado” esas semillas, pero eso no significa que nos hayamos deshecho de ellas por completo. Las semillas quemadas del karma siguen presentes como fenómenos de imputación en nuestro continuo mental y funcionan para retrasar nuestra consecución de la liberación. 

El problema es que aún tenemos los hábitos constantes del karma (las-kyi bag-chags). Estos hábitos constantes del karma, junto con los hábitos constantes de aferrarse a una existencia verdaderamente establecida (bden-'dzin-gyi bag-chags), hacen que nuestras mentes sean limitadas y den surgimiento a apariencias de existencia verdaderamente establecida, de existencia sólida, lo cual es imposible. Tampoco nos hemos liberado de nuestro aferramiento a una existencia verdaderamente establecida (bden-'dzin). Nótese que el aferramiento a una existencia verdaderamente establecida es una forma de darse cuenta de algo. Los hábitos kármicos constantes no son maneras de darse cuenta de algo ni formas de fenómenos físicos.

Cuando nuestra mente crea apariencias de cosas sólidas y verdaderamente existentes y luego se aferra a esas apariencias como si correspondieran a la realidad, obtenemos todas nuestras emociones perturbadoras, especialmente cuando también estamos aferrándonos a un “yo” sólido, un tú sólido, una cosa sólida que acabas de decir o hacer, etc. Entonces surgen la ira y otras emociones perturbadoras. ¿Qué hace eso? Nos hace actuar de manera kármica y acumular más potencial y tendencias kármicas. 

Lo más probable es que si practicamos Vajrasatva, nuestra práctica no haya sido absolutamente perfecta, aunque podría haber sido efectiva. Entonces, el hecho de que las tendencias kármicas anteriores se hayan debilitado con nuestra práctica de Vajrasatva no significa que nuestra práctica nos impida de alguna manera acumular más potencial kármico negativo; simplemente nos da un respiro. Por lo tanto, construimos nuevos entramados de fuerzas kármicas negativas, así como tendencias kármicas para acciones negativas. 

Por lo tanto, debemos ser muy realistas en cuanto a cuál es el efecto real de la purificación de Vajrasatva y no imaginar que, si simplemente recitamos las palabras mágicas 100.000 veces, de repente, quedamos completamente absueltos de todos nuestros pecados, por así decirlo, y completamente purificados. Piensen en eso por un momento. 

Es como si tuviéramos una gran discusión con nuestra pareja y le gritáramos, y luego nos disculpáramos. Entonces tal vez no nos guardaría rencor y lo que habíamos hecho, en cierto sentido, quedaría anulado. Sin embargo, eso no nos impedirá volver a gritar, ¿verdad? Simplemente aclara el aire de lo que sucedió en el pasado. 

[meditación]

Ngondro

Obviamente, no necesariamente tenemos que hacer meditación de Vajrasatva para lograr una purificación provisional. La meditación de Vajrasatva es, sin duda, una práctica budista estándar, pero otros tipos de comportamiento constructivo también pueden funcionar como medidas correctivas, en particular si se repiten una y otra vez con una motivación muy fuerte. 

Como saben, tenemos estas prácticas ngondro (sngon-'gro), las prácticas preliminares o preparatorias de hacer 100.000 prácticas de varios tipos. Una de las prácticas que yo, al menos, consideraba una práctica ngondro era ayudar a mi maestro Serkong Rinpoche. Actuaba o servía como su secretario. Organicé todas sus giras por Occidente. Iba con él. Conseguía todos los visados y cosas así. Siempre pensé que escribir cientos de cartas, hacer innumerables llamadas telefónicas y viajes a embajadas y cosas así era una de mis prácticas preliminares. Como se explica, si uno hace cosas muy positivas para ayudar a su maestro, en particular para ayudar a su maestro a enseñar y llegar a los demás, el resultado kármico positivo es muy, muy fuerte. Así pues, hay muchas cosas que podemos hacer. No tiene por qué ser necesariamente para nuestro maestro. Podría ser poner a disposición enseñanzas y demás, sobre todo si pensamos en lo que estamos haciendo como un tipo de práctica de purificación.

Aun así, creo que Vajrasatva es particularmente eficaz, no necesariamente por las palabras que decimos. Los tibetanos pronuncian las palabras de forma muy diferente al sánscrito original. Creo que se debe a las visualizaciones, la forma gráfica en la que imaginamos que las fuerzas negativas nos abandonan, lo que resulta muy útil para desprenderse de la culpa. La culpa, como recordarán, consiste en aferrarse a la idea de “soy tan malo”. Aquí, imaginamos que en realidad se limpia y nos abandona en forma de diversas sustancias, ya sea tinta negra o algo más potente. Hay muchas, muchas variantes de la visualización. En cualquier caso, imaginar que esa purificación se produce de forma gráfica es muy, muy útil. Creo que eso es lo que hace que la meditación de Vajrasatva sea tan eficaz. Y, por supuesto, el hecho de que estés recitando este mantra que se ha dicho durante tantas generaciones también es de ayuda. 

¿Realmente creemos que podemos purificar nuestra mente?

Solo tenemos unos pocos minutos más, así que no quiero empezar con el siguiente tema. Pero creo que la cuestión aquí es si creemos que nosotros –nuestros continuos mentales– pueden ser purificados. Tal vez, como ya hemos pasado por esto, podamos entender cómo pueden purificarse en última instancia, es decir, liberar a nuestros continuos mentales de lo que haría que se activen y maduren los potenciales kármicos negativos. Pero, en general, ¿cuáles son nuestras actitudes respecto de la purificación?

Si nos consideramos inherentemente malos, como en el caso del pecado original, podríamos pensar que de alguna manera podemos ser absueltos y perdonados y, de esa manera, liberarnos de las cosas negativas. ¿Es así como lo estamos viendo? 

Participante: Asumimos la responsabilidad de purificarnos de lo que hicimos y, también, de cambiar.

Dr. Berzin: Correcto, pero ¿es realmente posible purificar el continuo mental?

Participante: ¿Por qué no?

Dr. Berzin: ¿Por qué no? Porque podríamos pensar que estas cosas negativas son características innatas de nuestro continuo mental y que no hay forma de liberarnos de ellas.

Participante: Sí, pero hemos aprendido que no hay características innatas.

Dr. Berzin: Hemos aprendido que no existen características inherentes a la existencia. Sin embargo, existen características o cualidades innatas, como el surgimiento de hologramas mentales y la interacción mental con ellos. Hay varias características que son innatas al continuo mental. Sin embargo, las tendencias negativas no lo son. 

La iluminación es posible solo si la purificación es posible

Esta pregunta tiene que ver con toda la cuestión de si la liberación y la iluminación son posibles. Solo son posibles si la purificación es posible. Solo son posibles si la naturaleza del continuo mental es pura. Uno tiene que concluir, entonces, que todas estas tendencias y potenciales kármicos negativos –y también los kármicos positivos– se basan en la ignorancia. Se basan y se refuerzan en una visión incorrecta de cómo existe todo; no están respaldadas por nada. Por lo tanto, cuando tenemos una comprensión correcta, que puede verificarse mediante la experiencia lógica, etc., podemos eliminarlas. En última instancia, esa comprensión es lo que purifica.

Puntos adicionales sobre las medidas correctivas provisionales

Participante: Creo que este proceso es muy, muy largo. Por lo tanto, creo que se necesita algo de mediano plazo.

Dr. Berzin: Exacto. Por eso tenemos el arrepentimiento, la promesa de no repetir, etc.

Participante: A veces te arrepientes y prometes no repetir una acción, pero luego algo desencadena algo en ti y lo vuelves a hacer. Por eso, también necesitas algo que te ayude a lidiar con eso: “Vale, lo intenté de verdad, pero fracasé de nuevo”. 

Dr. Berzin: Por eso es muy importante no solo tener una dirección segura en Buda, Dharma y Sangha –el Buda, Dharma y Sangha reales– y tener eso en mente, sino también tener una comunidad de apoyo de personas con ideas afines que también están tratando de hacer esto. Estar en compañía de otras personas que también están trabajando en sí mismas, tratando de superar sus hábitos negativos, sus patrones negativos es muy, muy útil. Vemos esto en Alcohólicos Anónimos. Vemos esto en Narcóticos Anónimos. Es la misma idea. Tener un grupo de personas que están trabajando por un objetivo similar y trabajando para superar los mismos tipos de problemas brinda apoyo, ¿no es así?

Participante: Uno necesita algo para no desanimarse.

Dr. Berzin: Exacto. Recibimos ese tipo de apoyo cuando podemos hablar con otras personas. No es que uno tenga que asistir a una terapia de grupo en un centro de Dharma, pero a veces es útil tener algo así como una sesión de debate. Cuando todos pueden hablar sobre lo que han trabajado durante la semana como, por ejemplo, sobre cómo superar la ira, pueden ver que todos tienen dificultades con eso. Además, cuando las personas comparten sus experiencias –“Bueno, me enojé por esto o aquello, pero lo afronté de esta o aquella manera”, o “realmente sentí ganas de enojarme, pero pude superarlo”, y te cuentan cómo lo hicieron–, eso nos ayuda a encontrar formas de afrontarlo.

Participante: Se tienen que utilizar medidas provisionales. ¿Por dónde más se puede empezar? No se puede empezar meditando de forma unidireccional sobre la vacuidad. Sería bueno, pero no es posible.

Dr. Berzin: Exacto. Como principiantes, no empezamos meditando en la vacuidad. Por eso tenemos estas prácticas de Vajrasatva, por eso tenemos estas cuatro fuerzas oponentes básicas.

Participante: Entonces, uno tiene un objetivo. Uno va en una dirección específica. De lo contrario, ¿qué hacer?

Dr. Berzin: Por eso utilizo la expresión “dirección segura”. 

Es interesante que en el lojong (blo-sbyong), el entrenamiento de actitudes, uno de los puntos es trabajar primero con nuestra emoción negativa más fuerte. Uno pensaría que uno debería comenzar con las más fáciles y dejar las más difíciles para más adelante. Pero en realidad, se aconseja trabajar primero con la más fuerte. Entonces, ¿cuál es la sabiduría detrás de eso?

Participante: Es el mayor obstáculo. 

Dr. Berzin: Exacto. Si podemos identificar cuál es nuestro mayor obstáculo, podemos empezar a trabajar en él. Pero eso no significa que debamos utilizar primero el medicamento más fuerte. 

Como dice Shantideva, primero tenemos que reconocer el objetivo, aquello que queremos disminuir o eliminar. Luego, después de haber reconocido y admitido que se trata de un gran problema (la ira, el apego o lo que sea), nos arrepentimos. Pero no son solo las tendencias kármicas a las que nos dirigimos aquí. También pueden ser las emociones perturbadoras (la timidez, la arrogancia, la baja autoestima, etc.) las que provocan estas tendencias kármicas. Sea lo que sea, me arrepiento de ello; es algo de lo que realmente quiero deshacerme. Y voy a tratar de no repetirlo, reafirmando continuamente lo que estoy tratando de hacer con mi vida y aplicando realmente el nivel de fuerzas oponentes con las que soy capaz de lidiar ahora. 

Ahora bien, hay muchos tipos diferentes de oponentes. Algunos dicen: “Bueno, simplemente observa”. Simplemente observa que hay ira y demás en tu mente. Toma nota de ello. Pero eso no significa que debas dejar que se salga de control, ¿verdad? 

Participante: Creo que, si realmente logras notar lo que está pasando, eso te protege de enredarte en ello.

Dr. Berzin: Pero creo que no basta con verlo. Creo que también tenemos que darnos cuenta de que realmente no queremos actuar en consecuencia. Pero el simple hecho de que nos volvamos conscientes de ello, en lugar de ser inconscientes de ello –para utilizar nuestra terminología occidental– nos permite afrontarlo. 

Participante: El solo hecho de notarlo le quita energía.

Dr. Berzin: Ese es un punto muy importante. Lo debilita muchísimo. Así que es algo con lo que podemos empezar.

Participante: Recuerdo que alguien me dijo que había notado lo rápido que la gente volvía a sus viejos hábitos después de hacer estos retiros muy sinceros de tres meses en McLeod Ganj. Aunque sus mentes estaban muy claras y brillantes después de los tres meses, la conciencia que adquirían se fue muy rápidamente. Por lo tanto, pudimos ver que hacer algún tipo de meditación vipáshana o de atención plena a diario sería realmente importante para poder sacar algo del retiro. De lo contrario, podríamos pensar simplemente: "Oh, esto se acabó. Así que sigamos adelante como antes".

Dr. Berzin: Exacto. El hecho de que hayamos realizado una práctica de purificación de Vajrasatva no significa que podamos simplemente seguir con nuestros viejos patrones. Este es el punto que estaba planteando antes: que, aunque la práctica de Vajrasatva podría, si se ha realizado correctamente, debilitar las tendencias kármicas que teníamos, no impide que se acumulen nuevas tendencias kármicas. Entonces, estabas diciendo que durante un retiro de Vajrasatva de tres meses, lo que a menudo se incluye es algún tipo de entrenamiento vipáshana para estar atentos a lo que está sucediendo en nuestras vidas emocionales para que podamos ejercer un mayor control después. Sí, eso es muy importante. Eso es parte de "voy a tratar de no repetirlo". 

La semana que viene empezaremos a hablar del tema que habíamos empezado a tratar, que es la certeza o incertidumbre de las maduraciones kármicas. Hay, por ejemplo, ciertas tendencias kármicas que es incierto que maduren porque podemos deshacernos de ellas; podemos purificarnos de ellas para siempre. Pero también está la dimensión que tiene que ver con la incertidumbre del marco temporal en el que madurará el potencial o tendencia kármica. Eso nos lleva a una discusión muy interesante que implica diferenciar si hemos deliberado y decidido hacer algo antes de hacerlo, si lo hicimos, pero no lo pensamos de antemano, etc., y cómo estas diferentes variables afectan la maduración de nuestro karma. Así que entraremos en eso la semana que viene.

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