Preguntas al Dr. Berzin acerca de los reinos inferiores y ayudar a otros

Miedo a la muerte y los reinos inferiores

Quería preguntar algo sobre el miedo. Rinpoche dijo que podemos desarrollar miedo por los estados de renacimiento que pueden llegarnos después de la muerte. Pensaba que el miedo también es sufrimiento. ¿Nos estamos haciendo sufrir por algo que puede suceder o no después de la muerte? ¿No es un poco extraño?

Realmente no. Nadie dice que el objetivo final sea generar este estado de miedo. Este estado de miedo es para motivarnos a cuidar algo. Es como tener un hijo que necesita aprender a no salir corriendo a la calle. Para estar motivado a mirar a ambos lados y tener cuidado, el niño tiene que desarrollar un poco de miedo a ser atropellado por un automóvil.

Otro punto es reconocer que, de hecho, este estado de miedo existe incluso si no lo reconocemos. El miedo a morir, por ejemplo, se demuestra muy fácilmente metiendo la cabeza en un balde de agua, manteniéndola bajo el agua hasta que nos quedemos sin aliento, y luego viendo si tenemos miedo de morir o no, y si sacamos o no nuestra cabeza. Sí sacamos nuestra cabeza, a nadie le gusta quedarse sin aire. En general, el objetivo no es que todo el mundo tiemble de miedo. En cambio, el propósito es reconocer que le tememos a la muerte y pensar en ello más seriamente.

Parece más una motivación negativa. ¿Podríamos simplemente pensar que todos tenemos la naturaleza búdica en nosotros y tratar de desarrollarla? ¿No es mejor estar motivados por algo que queremos en lugar de por algo que no queremos?

¿Qué hay de estar motivados por ambos? El objetivo es estar lo más motivados posible y tratar de hacerlo de una manera bastante dramática para que realmente lo hagamos.

¿Por qué hay tanto énfasis en no renacer en los estados inferiores?

Necesitamos ver ambos lados del problema. Si actuamos de manera muy negativa, entonces hay consecuencias. Sin embargo, si actuamos de forma positiva, lo que sigue es algo diferente. Solo analizamos las ventajas y desventajas de ambos lados del problema. La generación completa de sabiduría, de darse cuenta que discrimina, debe ver ambos lados de cada tema y ver cuáles son las ventajas y desventajas de ambos lados y, con los ojos completamente abiertos, elegir lo que será más beneficioso para nosotros y para los demás. En el budismo, en toda esta enseñanza, no queremos encubrir nada. Hay muchas cosas en la vida que son bastante desagradables y queremos abrir los ojos, verlas y decidir muy claramente que no queremos eso.

¿No es lo mismo que en la iglesia cristiana? Dicen que si actúas mal te vas al infierno y por eso tienes que actuar bien.

El punto interesante es ¿por qué reaccionas negativamente a eso? Dijiste que es como en la iglesia cristiana donde enseñan que si actúas mal te vas al infierno y no quieres eso, así que no debes actuar mal. Ahora, puedo reaccionar a eso y decir: “Eso es genial, y dicen algo similar en el budismo”. Por otro lado, podría reaccionar y decir: “Dicen eso en la iglesia cristiana y no es bueno”. ¿Por qué reaccionar negativamente a eso? ¿A qué es exactamente a lo que estás reaccionando negativamente? Por ejemplo, tus padres podrían haberte obligado a ir a la iglesia y escuchar cuando no querías hacerlo. ¿O es que no queremos tomarnos en serio el dolor tortuoso, ya sea que lo experimentemos nosotros mismos o los demás, y la posibilidad de que lo experimentemos incluso en esta vida? Este es un punto útil a tener en cuenta.

¿Es importante practicar el idioma tibetano?

No. Podemos hacer la sadhana y todas estas cosas en nuestro propio idioma. No se trata de hacerlo en un lenguaje exótico. El Buda no lo enseñó en tibetano, ¿verdad? El punto parece ser que no nos gusta hacer algo que no entendemos o que nos digan que hay algo que debemos hacer. Más bien, parece que queremos estar motivados para hacerlo nosotros mismos. La motivación surge sin causa o surge por alguna causa, estas son las dos posibilidades.

Si lo pensamos, las motivaciones no surgen de la nada. Estamos motivados a hacer algo debido a algo, por pensar en algo. Si alguien nos dice que podemos motivarnos a nosotros mismos al pensar esto y aquello y aquello, entonces eso puede ser útil si lo probamos. Así es como todos llegamos a aprender cosas. ¿Cómo llegamos a conocer las cosas en general? La única forma es aprenderlas de otra persona, ya sea de un libro que alguien ha escrito o de escuchar a alguien hablar.

¿Qué hay de aprender haciendo cosas?

Sí, podemos aprender haciendo cosas; sin embargo, tenemos que saber qué posibilidades existen y no lo sabremos a menos que veamos ejemplos; pero la capacidad de aprender de estos ejemplos no proviene de otras personas, viene de estar abiertos, escuchar, observar y ver lo que hay. Desarrollar los diferentes tipos de motivación de los que habla el budismo no es cuestión de hacerlo a nuestra manera. Es una cuestión de si estamos lo suficientemente abiertos como para aprender de otras personas.

En términos de pensar en el sufrimiento de los reinos inferiores, no hablemos tanto de los infiernos y los fantasmas. Es difícil identificarse con ellos porque en realidad no los vemos. Sin embargo, el hecho de que no podamos verlos no es una razón lógica suficiente para decir que no existen. Aun así, debido a que es difícil demostrar que existen, dejémoslos de lado por el momento y pensemos en los animales. Podemos ver a los animales.

Pensemos en lo que es ser un animal. Imagina que eres una cucaracha y todos los que te ven dicen: “¡Qué asco!” y solo quieren pisotearte. Sería absolutamente horrible ser como una cucaracha. El budismo afirma que esta y aquella acción destructiva es la causa de renacer como una cucaracha. Si no queremos renacer como una cucaracha, debemos dejar de hacer ciertas cosas.

Es relevante, por supuesto, cómo alguien nos explica este punto y su motivación para contárnoslo. Esto afectará si escucharemos o no a la persona. El hecho de que nos tomemos en serio esta enseñanza y la aprendamos depende tanto de ser abiertos como de la forma en que se presente. Podría darse de una manera muy contundente y dogmática, o podría darse de una manera muy compasiva, como intentar enseñar a los niños que, si juegan con fósforos, es probable que se quemen. Es cuestión de estar abiertos y escuchar estas cosas.

El Buda y los grandes maestros budistas no dicen estas cosas solo para asustarnos, esa no es la razón por la que lo dicen, lo dicen porque vieron que esto es así. Por ejemplo, si siempre actuamos según los deseos de los animales, desarrollamos el hábito de seguir estando en ese tipo de estado mental y generar ese tipo de renacimiento. Esto construye un hábito que sin duda se basa en un hábito del pasado. Por ejemplo, veamos el caso de un perro en celo. Es un ejemplo menos común en Occidente, pero en la India lo vemos con mucha claridad. Hay jaurías de perros salvajes corriendo y, cuando hay una perra en celo, hay peleas y escenas horribles. Podemos ver esto y decir: “¡No quiero entrar en ese tipo de mentalidad!”.

Necesitamos abrir los ojos y ver las dificultades que existen, tales como las del reino animal, y entonces podemos entender por analogía cuáles son las causas. Si actuamos así, esta es la consecuencia. La conclusión lógica es que este es el tipo de mentalidad que generamos a partir de ese tipo de comportamiento. Quizás “miedo” es una mala elección de palabras porque tiene una connotación muy mala, pero genera la sensación de “no quiero eso”.

¿Y la repulsión?

La repulsión tiene otra connotación, repugnancia. Pero aquí, simplemente no lo queremos, no queremos que nos pase nada malo. Por ejemplo, no quiero que me atropelle un coche; no quiero sufrir un derrame cerebral y quedarme paralizado; no quiero tener cáncer y sufrir una muerte horrible.

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